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ectarismo (Ta'ifiya) y secta (Ta'ifa) están en bo- cipio, la tribu, la familia o la región, además de unos in-
ristas que querían estudiar en la ciudad sagrada de Na- xisten y se entrecruzan, pudiendo, de hecho, representar
yaf, que perdió su lugar destacado en el mundo de la ju- las distintas caras de una realidad compleja.
risprudencia chií. La torpeza de esas medidas se vería in-
tensificada tras el triunfo de la República Islámica de Irán Desde 2003 a hoy
y la entrada en escena del Islam político chií.
n Derechos de la ciudadanía ucho antes de 2003, la identidad iraquí ya se
Puede que los aspectos más primitivos y amenaza-
dores del sesgo sectario los haya encarnado la Ley de Na-
cionalidad de 1924 (abolida en 2005), que dividió a la po-
M encontraba en crisis, fragmentada en múltiples
identidades subnacionales. Esta tendencia se
vio acentuada por el desmoronamiento de las grandes
blación de Irak en dos categorías: los sujetos otomanos ideologías del pasado (la lucha de clases marxista, el na-
y los sujetos iraníes. A los primeros se les concedían de- cionalismo árabe, nacionalismos de toda índole). Las
rechos como ciudadanos iraquíes; a los segundos se les ideologías seculares, en declive, fueron reemplazadas
negaban. Como la mayoría de tribus del Sur e incluso por el auge del islamismo, sectario por naturaleza. Los
muchos residentes de las ciudades se registraron como partidos islámicos, tanto suníes como chiíes, contribu-
“sujetos iraníes” para evitar el servicio militar otomano, yen a la construcción de identidades sectarias subna-
se les consideraba legalmente “sujetos no iraquíes”. Es- cionales, que se nutren de la pérdida de la supremacía
ta ley se esgrimió en contra de los miembros del clero no (en el caso de los suníes) y de la afirmación del derecho
iraquíes que se oponían al mandato británico; en los años a la supremacía (en el de los chiíes). El partido Baaz, de-
setenta y ochenta, se ensañó con las clases empresaria- rrotado, combatía la invasión liderada por EE UU bajo
les chiíes, los militantes islámicos chiíes, los clérigos mi- banderas religiosas; su aliado, Al Qaeda, luchaba bajo
litantes y todo ciudadano chií cuya lealtad al régimen to- una bandera suní fundamentalista. La mayoría de sus
talitario se cuestionara. Fue el ataque más grave contra ataques estaba, en ocasiones, dirigida contra clérigos,
la identidad iraquí de los chiíes. rituales, santuarios y símbolos chiíes.
n Educación y medios de comunicación En la primera fase de la transición, la política identi-
Por supuesto, las injusticias derivadas de la hege- taria a gran escala entre chiíes y suníes empezó a cris-
monía política y el monopolio del poder estatal y la ri- talizarse rápidamente, hasta el nivel de las grandes iden-
queza (petrolífera) nacional en manos de élites locales tidades étnicas anteriores de kurdos, turcos y
cerradas se extendieron a la educación, los medios de caldo-asirios, esculpidas en los años noventa.
comunicación y la cultura (propiedad centralizada del Al empezar la formación del nuevo Estado (creación
gobierno). de estructuras políticas: gobierno provisional, ejército,
La lista de injusticias es larga. A lo largo de la historia policía, poder judicial y sistema legislativo provisional)
moderna, como en la actualidad, el sectarismo ha esta- y la construcción de la nación (distribución de resortes
do arraigado en una contienda por los resortes del po- de poder y recursos), los actores políticos erigieron sus
der político y las distintas capas de recursos de riqueza bloques comunitarios y empezaron a competir los unos
nacional, alimentada por una marcada sensación de pe- con los otros por parcelas y capas de poder político y re-
nuria y agravio entre amplios sectores de las comunida- cursos. Al mismo tiempo, trataban por todos los medios
des chiíes. En los años cincuenta y sesenta, los chiíes de granjearse una representación proporcional en el
adoptaron el comunismo, y el partido comunista era un Consejo de Gobierno (julio 2003 – junio 2004), en la re-
instrumento político paniraquí, basado en la clase. En dacción de la Ley Administrativa de Transición (marzo
los años sesenta, el partido Baaz atrajo a amplios seg- de 2004) y en el gabinete provisional de Iyad al Alaui,
mentos de los chiíes; en los noventa, los chiíes empeza- una réplica del Consejo de Gobierno.
ron a volver la mirada hacia sus clérigos y la ideología is- En ese momento, la mayoría de actores políticos con-
lámica. sideraba las etiquetas comunitarias un medio seguro
Para los ejecutivos liberales chiíes, las injusticias sufri- para acceder al poder y lograr una redistribución más
das por los chiíes son fruto de la naturaleza del “socialis- justa de la riqueza nacional. Gracias a su abrumador pe-
mo” y la economía planificada introducidos por el Baaz; so demográfico, la polarización y el enfrentamiento en-
para la clase media, los izquierdistas y los radicales segla- tre chiíes y suníes ocupaban un lugar central en las ma-
res, el problema se deriva de la naturaleza totalitaria del cabras nuevas políticas identitarias.
sistema unipartidista del Baaz; sólo los islamistas y los clé- Ahora bien, los distintos sectores presentes en cada co-
rigos en su mayoría consideran que los atropellos de los munidad, donde los conceptos de tribu, clan, ciudad-fa-
que son víctimas los chiíes son consecuencia de un ses- milia y clase eran ingredientes cruciales, nunca se debili-
go sectario deliberado, o de la dominación suní sobre la taron. Una vez aseguradas –mediante las elecciones y la
mayoría chií. Estas diferencias en las percepciones mues- redacción de la Constitución (2005)– las principales riva-
tran que la comunidad chií al completo consiste, de he- lidades que modelarían el orden político y supondrían los
cho, en muchas comunidades dentro de un espacio cul- cimientos de la nueva distribución del poder y los recur-
tural definido a grandes rasgos. Estas tres perspectivas sos, las subidentidades volvieron a surgir con tanta fuer-
distintas de las injusticias padecidas por los chiíes coe- za que hicieron añicos la fachada de unidad holística, a
pesar de la furiosa guerra incivil interna entre suníes y chi- cadas, Irán ha estado preparando el SCIRI de Hakim, las
íes de 2006. Las identidades subcomunitarias derivadas milicias Badr, los grupos del partido Al Dawa, la Orga-
de la tribu, la ciudad, la familia o la clase desembocaron nización de Acción Islámica de Modarressi y a gran can-
en conflictos “leves” internos entre chiíes, suníes, turcos tidad de dignatarios clericales chiíes, con la esperanza
y, hasta cierto punto, kurdos, echando por tierra las con- de exportar la Revolución Islámica. El Movimiento Sa-
formidades y acuerdos del pasado. drista se gestó más recientemente.
En la actualidad, la Alianza Unida Iraquí, chií (128 es- Irán reconoce cuatro objetivos principales en Irak:
caños en el Parlamento) consta de tres bloques opues- la promoción de un gobierno mayoritario chií amisto-
tos y enfrentados. Tal vez el caso más destacado sea la so; la retirada de Washington; la supervisión de la ad-
contienda Hakim-Sadr, pero hay más ejemplos, como ministración de los lugares santos chiíes (Nayaf, Kerba-
la ofensiva del primer ministro Nuri al Maliki contra los la y Kazimain) como propiedad panchií; y la dirección
Sadr y otras milicias. Los Majalis al Isnad (Consejos de de las madrazas chiíes, para neutralizar a la moderada
apoyo), recientemente constituidos por el gobierno pa- Nayaf frente a la radical Qom.
ra combatir las milicias radicales chiíes, también son Ahora bien, Irán cuenta con muchos centros de po-
una nueva fuerza a tener en cuenta. El ascenso de los der: el Guía de la Revolución, Ali Jamenei (y sus Pasda-
grupos tribales-políticos Sahwa en las provincias suní- rán) ha adoptado una postura radical de “resistencia” en-
es amenaza al bloque suní iraquí, que, a su vez, está ac- ardecida; el gobierno electo del presidente Mohamed
tualmente dividido en tres facciones enfrentadas. La Jatamí se ciñó a la retórica de las Naciones Unidas sobre
guerra de todos contra todos se ve potenciada por unos soberanía e independencia, con un ojo puesto en el com-
intereses o ideologías divergentes, y por la existencia de promiso; su sucesor, Mahmud Ahmadineyad, cambió ra-
feudos familiares-urbanos (Hakim contra Sadr). dicalmente esta política, mostrándose más polémico. Ja-
El chiísmo o el sunismo seguirán siendo indicadores menei apodaba a Muqtada al Sadr “el Nasrallah de Irak",
culturales y sociales profundamente arraigados, pero las en referencia al Hezbolá de Líbano, poniendo en prácti-
identidades comunitarias irán perdiendo terreno como ca una retórica distinta de la resistencia. No obstante, Irán
acicates pancomunitarios. A raíz de ello, tal vez las ten- parece incapaz de aprovechar su influencia sobre los pro-
dencias políticas transcomunitarias se vean fortalecidas. tegidos iraquíes; hoy son más independientes y más sen-
sibles a las necesidades y presiones internas.
Polarización regional Los actores suníes regionales muestran percepcio-
nes y agendas ambivalentes frente a la geopolítica ira-
ara la región, la invasión de Irak se produjo en quí. La situación ya está desencadenando un problema