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Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Tucumán

Departamento de Ingeniería Civil


Asignatura: Construcciones Metálicas y de Madera Docente: Ing. José Daniel Salazar

UNIDAD 5- SISTEMAS RETICULARES PLANOS


Generalidades. Jácenas. Armaduras de cubierta. Arcos y Pórticos. Hipótesis de cálculo. Esfuerzos
secundarios de flexión debidos a la rigidez de los nudos. Estructuras remachadas: secciones de
las barras. Organización de los nudos. Placas de nudos. Empalmes de los cordones. Organización
de las barras entre los nudos. Estructuras soldadas: generalidades. Secciones de las barras.
Nudos. Enlaces de las barras de sección compuesta.

1. GENERALIDADES
Las estructuras reticulares planas aplicadas en la construcción metálica son, en general, de
retícula triangular, salvo el caso de los entramados de edificación, que pueden descomponerse en
sistemas planos organizados a base de células rectangulares.
Se consideran dichas estructuras triangulares como sistemas planos articulados, es decir, con
nudos que se admite funcionan como articulaciones desprovistas de rozamientos. Las barras
integrantes experimentarán, en consecuencia, esfuerzos simples de tracción o compresión al ser
sometido el sistema a la acción de fuerzas exteriores aplicadas en los nudos.
Las aplicaciones en la construcción metálica, se concretan en tres tipos fundamentales: jácenas,
armaduras de cubierta y arcos o pórticos, cuyas variantes indicamos a continuación.

1.1. Jácenas
En las jácenas (vigas trianguladas de cordones paralelos) se obtiene el tipo más elemental
adosando en fila triángulos equiláteros, con sus bases en prolongación. El tipo resultante se llama
viga Warren.
A esta triangulación se añaden, a veces, montantes para reducir la luz de los cordones superiores
o inferiores. En otras ocasiones los montantes corresponden a todos los vértices.

Adosando unos a otros triángulos rectángulos en número par, con sus hipotenusas invertidas
desde el montante central, se obtienen los tipos Pratt y Howe, según que las diagonales
prolongadas se corten por debajo o por encima del tramo.

Del Warren sencillo y de estos dos últimos tipos se obtienen retículas compuestas por
superposición o combinación.
Superponiendo un Warren con otro igual, pero con triangulación corrida medio recuadro, llegamos
a la celosía simple.
Haciendo la misma operación con un Pratt, pero realizando el corrimiento desde los dos extremos
hacia el centro, resulta el Linville.

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De la celosía simple se obtiene la doble, triple, etc., repitiendo dicho número de veces la operación
que sirvió para obtener la celosía simple.
Combinando una Pratt y una Howe, haciendo comunes cabezas y montantes, resulta la
triangulación en cruz de San Andrés, con montantes, que también puede obtenerse adicionando
-montantes a la celosía simple.

Otro tipo de triangulación es el de K, empleado, como el de cruz de San Andrés, en


arriostramientos horizontales. Ambos, son simétricos respecto al eje longitudinal.

Las cabezas de estos sistemas reciben el nombre de cordones superior e inferior, y las barras de
relleno se llaman diagonales o montantes, según su inclinación. Los cordones pueden adoptar
forma curva o poligonal.

Se producen nuevos tipos deducidos de los fundamentales que acabamos de escribir,


subdividiendo triángulos por la introducción de barras, cuyo objeto suele ser reducir vanos de
pandeo o impedir flexiones locales, debidas a la acción de cargas fuera de los nudos.

1.2. Armaduras de Cubierta


El contorno de esta estructura es, en este caso, también un triángulo en general. Trazando
montantes para definir recuadros iguales y disponiendo diagonales inclinadas, que prolongadas se
cortan por abajo o por arriba, se obtienen las armaduras inglesas y belgas.

Otras disposiciones de triangulación dan origen a los siguientes tipos: Polonceau sencilla,
Polonceau doble, Swan; Swan con montante y diente de sierra, dentro de las cubiertas a dos
aguas o vertientes.

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En las figuras siguientes se indican armaduras para cubiertas de una sola vertiente.

Al adoptar el contorno forma poligonal se obtienen tipos como los de las figuras que siguen, el de
la izquierda es llamado mansarda.

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1.3. Arcos y Pórticos


Tanto los arcos como los pórticos de estructura reticular, presentan en la práctica numerosas
disposiciones, de las que, como ejemplo, representamos dos en las figuras siguientes.

1.4. Hipótesis de Cálculo.


Consideramos necesaria, antes de abordar la organización constructiva de esta clase de
estructuras, desarrollar algunas ideas fundamentales sobre su teoría general.

El estudio de estos sistemas se efectúa bajo las siguientes hipótesis:

1a Los nudos constituyen articulaciones sin rozamiento. En la práctica no se cumple esta condición
por efecto de la unión remachada o soldada, originándose en consecuencia esfuerzos
secundarios, aunque de poca importancia en los sistemas triangulados corrientes.

2a Todas las cargas se consideran aplicadas en los nudos y están contenidas en el plano del
sistema, reticular.

3a Todas las barras son rectas. En algunos casos se construyen curvas las cabezas; en el cálculo
se hace caso omiso de la forma y se considera la recta 1-2 que une los nudos. El esfuerzo F que
resulta, produce una flexión medida por el
momento M = F.e, en consecuencia, las barras
curvas trabajan a tracción o compresión
excéntricas, y sus dimensiones habrán de ser
mayores que si fueran rectas.

4a Se consideran despreciables las deformaciones debidas a la elasticidad de las barras y de los


apoyos, y se admite que son invariables las direcciones de las barras y de las reacciones al
establecer las condiciones de equilibrio.

1.5. Esfuerzos secundarios de flexión debidos a la rigidez de los nudos.


La realidad de constituir las uniones remachadas o soldadas que en la práctica se utilizan,
verdaderos enlaces rígidos, hace que se produzcan,
en las barras de los sistemas reticulares que
estudiamos, tensiones de flexión.
Si un sistema articulado se deforma bajo la acción
de las cargas, se producen variaciones de longitud
en las barras y desplazamientos de los nudos, gi-
rando las barras libremente en los mismos (fig. a).

Si en lugar de ser los nudos articulados se trata de nudos rígidos, no pueden girar las barras, y en
consecuencia se produce flexión de las mismas (figura b), que experimentan, pues, dos tipos de

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tensiones normales: las debidas a esfuerzos longitudinales y las producidas por la flexión
mencionada.
La investigación de estos esfuerzos secundarios
puede hacerse por determinación de los
desplazamientos de los nudos y aplicando el
método de Cross.
La determinación de los desplazamientos de los
nudos se efectúa sencillamente por medio del
diagrama de Williot.
En general, no es necesario averiguar el valor de
estos esfuerzos secundarios, que no tienen gran influencia en el grado de seguridad fijado para el
cálculo de las estructuras trianguladas utilizadas en la práctica.
En la actualidad con el desarrollo de los software de cálculo, no es necesario considerar
articulados a los nudos, al tratarse de un modelo que se acerca más al real el Cirsoc prevé u
menor coeficiente de seguridad que para el modelo con nudos articulados.

2. ORGANIZACIÓN CONSTRUCTIVA DE LOS SISTEMAS RETICULARES


2.1. Estructuras remachadas.
2.1.1. Secciones de las barras.
Se presentan en estos sistemas tres tipos de barras en relación al esfuerzo que soportan: barras
sometidas a tracción, barras solicitadas por compresión y barras sometidas a flexión combinada
con uno de los mencionados esfuerzos. Este último caso se produce cuando actúan fuerzas
externas fuera de los nudos, originándole flexiones locales.
En las barras sometidas a esfuerzos longitudinales simples se determina la sección resistente
suponiendo que el esfuerzo se reparte uniformemente.
Con objeto de que esta hipótesis se cumpla lo más aproximadamente posible, es conveniente que
los elementos de la sección se agrupen en forma simétrica en torno del centro de gravedad del
conjunto. Sin embargo, en las estructuras remachadas y por dificultades de enlace no se utilizan
las secciones circulares y cuadradas; tampoco se aplican los perfiles rectangulares, de fácil
ensamble, pero con poca rigidez lateral. La sección más conveniente es el perfil angular o en “C”,
dispuesto en forma simétrica respecto al plano de la armadura.
En las barras que resisten por tracción se considera la sección neta, debiendo disponerse los
agujeros de modo que la merma de resistencia sea la menor posible.
En las barras comprimidas la sección se determinará sin descuento de agujeros. En cambio, ha de
considerarse la posibilidad del pandeo. La longitud libre para el mismo en los cordones
corresponde a la longitud de las barras entre nudos para el pandeo en el plano de la armadura.
Para el posible pandeo en el plano normal se tomará como longitud libre la distancia entre los
puntos del cordón arriostrados perpendicularmente.
En las barras sometidas a flexión local se utilizará para el cálculo de la tensión compuesta la
F M
σ= +
fórmula: S W
Las secciones utilizadas más frecuentemente
para constituir los cordones de los sistemas
triangulares remachados están formadas por
dos perfiles simétricamente dispuestos, los
cuales pueden reforzarse, en caso necesario,
por un alma o una platabanda. En la figura
siguiente quedan indicadas las disposiciones
adoptadas en la práctica. La señalada con d),
formada por dos hierros “C”, es muy ventajosa
para cordones comprimidos sometidos a flexión
local.

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Para las diagonales y montantes se usan casi siempre las secciones


a y b.
A veces se usan también las indicadas en la figura que sigue.
La disposición a, aunque da mayor momento de inercia mínimo que
si se disponen los dos angulares adosados, se usa poco, pues
resulta la barra de aspecto muy pesado y exige más trabajo de taller.

En estructuras de gran importancia se aplican, para la más económi-


ca organización de las barras comprimidas, las secciones de doble cartela, como las indicadas en
la figura que sigue.

Para cordones comprimidos son muy adecuadas las secciones a y b, utilizándose para diagonales
y montantes comprimidos la c. En d se indica el refuerzo de la sección ejecutada a base de hierros
“C”, por medio de hierros planos remachados al alma.
Sobre la aplicación de las secciones de doble cartela debe tenerse en cuenta que el trabajo de
taller es mucho mayor en estas disposiciones que en las de una sola cartela, y que la economía
de material está compensada en parte por el mayor gasto en presillas de enlace y cartelas de
nudo. Es, pues, conveniente efectuar un estudio comparativo antes de elegir uno u otro tipo.

2.1.2. Organización de los nudos.


Es preciso considerar, en la unión rígida de las barras con las placas de nudo, una serie de reglas
que han de cumplirse para que se satisfagan suficientemente las hipótesis en que se funda el
cálculo de las estructuras triangulares que estudiamos.

El cálculo y la utilización económica de estos sistemas están fundados en que sus barras
integrantes trabajan sólo a tracción o compresión. Es evidente, pues, que todos los detalles
constructivos de estas armaduras deben establecerse de modo que eliminen o, por lo menos, que
se reduzcan a un valor mínimo los momentos de flexión o torsión que una construcción deficiente
originaría.

Establecemos a continuación las condiciones que, con ese objeto, han de tenerse en cuenta al
proyectar:

1a Los ejes de todas las barras que integran un sistema reticular plano deben
estar situados en el mismo plano.
Resulta, pues, como consecuencia de esta condición, que la sección transversal
de las barras de estos sistemas deben poseer un eje de simetría en el plano del
sistema.
Las barras de sección simple, como las constituidas por un solo angular o una
“C”, no deben aplicarse a elementos fundamentales.
En la práctica se emplean secciones simples en barras sometidas a tracción,
pertenecientes a armaduras de poca importancia. En el cálculo exacto de estas
piezas aparece el momento de excentricidad F.e, que origina tensiones
complementarias. Cuando se trata de piezas comprimidas, su cálculo exacto se
F⋅ω F⋅e
+ ≤σ adm
efectúa según la fórmula: S W
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en la que F representa el esfuerzo longitudinal en la barra; S, la sección, y W, el módulo


resistente, y  es el coeficiente a tener en cuenta para la consideración del pandeo.
No suelen utilizarse, como ya hemos indicado, estas secciones simples en las barras
comprimidas.

Debe hacerse una observación especial relativa


a las estructuras con doble cartela, en las cuales
las barras están constituidas por secciones
compuestas. Aunque la pieza compuesta
funcione como un todo simétrico y esté unida
simétricamente a los cordones, cada elemento
(fig. a) de la pieza ha de soportar el momento
F
⋅e
flexor 2 como fácilmente se deduce de la
figura. La presilla de unión dispuesta fuera de las
cartelas de nudo no modifica la situación.
Para neutralizar el momento flexor ha de
establecerse entre las cartelas de nudo un
enlace transversal como indica la figura b.

2a Los ejes de gravedad de las piezas concurrentes


en un nudo deben cortarse en un punto.

Esta importante condición es fácil de cumplimentar


en general. Sin embargo, en la práctica y en casos
de barras de mediana y pequeña sección,
compuestas por hierros angulares, se hacen
coincidir las líneas nodales, no con los ejes de
gravedad de las barras, sino con los ejes de
remachado.
Estudiemos los efectos que se producen al
proceder según uno u otro
método. En el primer caso, y
como consecuencia de no
coincidir el eje de gravedad con el
de remachado (ya que el eje de
los remaches queda definido por el
gramil, se produce un momento
flexor, si bien únicamente en la
zona de enlace. En la figura,
hemos representado los valores del momento entre el
primero y último remache.
F⋅e
T=
El esfuerzo transversal T que se produce vale a , como fácilmente se deduce, sin más
que tomar momentos para establecer el equilibrio F⋅e−T⋅a=0 ; teniendo en cuenta que el
esfuerzo longitudinal F en cada remache vale F/3, se obtiene para el valor del momento
F⋅e
inmediatamente después del primer remache, 3 , y antes del segundo:
F F⋅e a F⋅e
⋅e− ⋅ =−
3 a 2 6

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Inmediatamente detrás del segundo valdrá:


2 F⋅e a F⋅e
F⋅e− ⋅ =+
3 a 2 6
F⋅e

y, finalmente, en el último alcanzará el valor: 3
F
σ=
Resulta, pues, que la máxima tensión antes del primer remache vale S , y detrás del
mismo d máximo valor que se presenta para las tensiones es:
2 F 1 F⋅e
σ 1= +
3S 3 W .
1
fórmula en la que W representa el módulo resistente mayor
ν 1 , que es el correspondiente a las
tensiones flexoras máximas del mismo signo que el esfuerzo longitudinal F considerado.

Dicha fórmula puede transformarse del siguiente modo:


2 F 1 F⋅e F 2 1 e
σ 1= +
3S 3 W
= ⋅ +
S 3 3k ( )
en la que k representa la distancia nuclear que, multiplicada por la sección, determina el módulo
W.
Puesto que en todos los hierros angulares e < k se deduce que en ningún punto se presentan
F
σ=
tensiones superiores a S . Éste será, en consecuencia, el valor de la tensión, a tener en
cuenta en la determinación de la sección de las barras.

En el ejemplo estudiado los remaches soportan el esfuerzo longitudinal F/3 y el esfuerzo


transversal T; es decir, la resultante de ambos, cuyo valor es muy poco superior a F/3.
Se deduce de las consideraciones anteriores que para neutralizar el efecto del descentrado de los
remaches respecto al eje de gravedad es necesario disponer, por lo menos, dos remaches. El
número total de éstos depende del esfuerzo longitudinal que solicita a la barra.

Mucho más complejo es el estudio del juego de fuerzas en el


caso, muy frecuente en la práctica para secciones pequeñas
y medianas, en que las líneas nodales coinciden con el eje
de remachado.
Los ejes de gravedad de las barras se cortan en el nudo, no
en un punto, sino en los tres que designamos con 1, 2 y 3.
Actúa, por consiguiente, sobre el nudo un momento
M=F 1⋅d 1 =F 2⋅d 2 =( F 3 −F 4 )⋅d
que puede considerarse como momento nodal de un sistema
hiperestático múltiple, y que en primera aproximación puede
descomponerse en los correspondientes a las cuatro barras
I
en él concurrentes, proporcionalmente a las rigideces, l , de cada una. En un cálculo completo
habría de tenerse en cuenta la influencia recíproca de todos los nudos.
Evidentemente aparece, junto al aumento de tensión en las barras por causa del momento que
acabamos de señalar, una tensión suplementaria en los remaches de unión, que han de soportar
en cada barra el momento F.e, que modifica el calculado anteriormente para cada barra. El
aumento del esfuerzo a soportar por los remaches es, en definitiva, poco considerable.

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Debe procurarse disminuir los momentos secundarios mencionados, por medio de una adecuada
disposición de las barras de relleno de estas estructuras. Las excentricidades son más pequeñas
si las diagonales presentan, como indica la figura siguiente
(a), sus ramas no cosidas siempre del mismo lado.
En la figura b, representamos un nudo central, en el que se
indica la disposición de la rama no cosida en las diagonales,
al pasar de un lado al otro del eje de simetría del sistema para
conservar la organización simétrica.
En definitiva, hemos de señalar que en barras de sección
pequeña y mediana constituida por parejas de hierros
angulares, no tiene gran trascendencia la coincidencia de
líneas nodales y ejes de remachado, no pasando del
coeficiente de trabajo de 1.200 Kg/cm2. La operación de
trazado queda facilitada en esta disposición, que es la
corrientemente utilizada en la práctica para dicho tipo de
secciones. No obstante, debe recomendarse con carácter
general y ha de cumplirse para secciones importantes la regla
que, como segunda condición de la organización de nudos,
hemos señalado los ejes de gravedad de las barras
concurrentes en un nudo deben cortarse en un punto.

2.1.3. Placas de nudo


La forma de las placas de nudo o cartelas depende esencialmente del remachado de las barras
que en el nudo coinciden, sobre el cual han de hacerse algunas indicaciones:

a) Remachado de las barras de relleno.


Nos referimos, en primer término al remachado de las
barras de relleno, es decir, a los montantes y diagonales.
El número de roblones que corresponde a cada barra
depende de la tensión que la solicite y se calculará como
quedó explicado en la Unidad 3 (Uniones). Nunca se
pondrán menos de dos roblones.
Es oportuno indicar aquí que las ramas no cosidas de las
barras enlazadas a la cartela participan en la transmisión
del esfuerzo del mismo modo que la parte de sección
remachada. Así, por ejemplo, las ramas perpendiculares
al plano de la cartela del hierro “C” que constituye la barra
indicada en la primera figura, experimentan tensiones
aproximadamente iguales a las del alma, repartiéndose
el esfuerzo total de un modo aproximadamente uniforme
sobre toda la sección. Consideraciones teóricas y
ensayos experimentales lo han confirmado, siendo
importante resaltar esta circunstancia por estar muy
difundido el error de considerar como inactivas las
mencionadas ramas no cosidas. Es muy frecuente y
tiene la ventaja de disminuir la longitud del enlace y el
número de remaches alineados en la zona cosida la
utilización de casquillos de ángulo suplementarios que,
unidos a las ramas citadas, son remachados a la cartela.
Una vez determinado el número de remaches de cada
barra, partiendo del diámetro de taladro que corresponda según el perfil elegido, se señalan los

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centros de los mismos, siguiendo las reglas que hemos dado sobre paso entre roblones y
distancia al borde del último roblón.

b) Remachado de los cordones.


Supongamos se trata de un cordón rectilíneo y sin empalme. La fuerza que han de soportar los
remaches de unión entre cordón y cartela es la diferencia de los esfuerzos correspondientes a las
dos barras del cordón coincidentes en el nudo.
Así, por ejemplo, en el nudo representado en la figura siguiente, (fig. a), la resultante de D1 y D2
debe ser resistida por los remaches de unión de placa y cordón, siendo precisamente igual y de
sentido contrario, como consecuencia del equilibrio de fuerzas, a la diferencia de O1 y O2.
Si actúa en el cordón superior una fuerza exterior, P, los citados remaches han de resistir la
resultante de la diferencia entre O1, O2 y de la carga exterior (fig. b).
Si la fuerza exterior no actúa en el cordón superior, sino directamente sobre la placa de nudo, será
la diferencia de los esfuerzos O1 y O2 (fig. c) el valor del esfuerzo que ha de soportar el remachado
de la cartela y cordón.

De un modo análogo se determinará el remachado de cartela y


cordón, cuando se trate de un cordón continuo y quebrado,
como en el caso del nudo indicado en la figura siguiente.
En todos estos casos el polígono de fuerzas dibujado aclara
totalmente el valor de la resultante que ha de ser contrarrestada
por el cosido entre cartela y cordón.

c) Dimensiones y forma de las placas.


Se adopta el mismo grueso, para todas las placas de nudo, tratándose de estructuras poco
importantes. Si quisiera utilizarse el número mínimo de remaches resistiendo, por tanto, igual al
corte que a la compresión contra las paredes del taladro, se daría a las cartelas un espesor , tal
que se verifique =0,8.dmáx; designando con dmáx el mayor diámetro de remache utilizado en los
perfiles que constituyen las barras.
En general, no es económica esta solución, siendo preferible dar a las cartelas un espesor
=0,8.d´, expresión en la que d´ representa el diámetro correspondiente a los roblones que más se
repitan en el remachado de los diversos nudos del sistema.

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En estructuras de importancia y en aquellos nudos en que concurran esfuerzos más


considerables, se da a las cartelas un grueso superior al resto.
Las demás dimensiones de las placas resultan del remachado proyectado para las barras y de
adoptar una disposición constructiva adecuada.
Deben tenerse en cuenta, para dar forma a las cartelas, las siguientes indicaciones:
Una vez dibujadas las barras de
relleno y proyectado su remachado, se
señalan las esquinas de la placa. En el
cordón contiguo, y al distribuir los
remaches que da el cálculo, debe
tenerse en cuenta que el paso mínimo
de remachado e=3.d puede ampliarse
hasta un valor máximo de e = 8 a 10 d.
La ampliación del paso entre remaches
se efectúa en la práctica con objeto de
dar formas más adecuadas y estéticas a las cartelas.
Al dar forma a las cartelas deben evitarse las esquinas vivas. En las figuras siguientes se señala
la disposición errónea y correcta de una placa de nudo en relación a este defecto.
No deben tampoco darse cortes innecesarios para la obtención de la forma de las cartelas:

d) Tensiones en las placas.


El cálculo numérico de las tensiones que se producen en las placas de nudo es muy complejo, y
en la práctica no se efectúa. Tratándose de esfuerzos importantes y en casos de duda, pueden
comprobarse las placas siguiendo las reglas que a continuación se indican, deducidas de los
ensayos y estudios efectuados sobre la distribución de los esfuerzos interiores en las mismas.

1.a. Las dimensiones de las cartelas deben establecérsele tal modo que se verifique:
F
≤σ
b0⋅δ adm ;
fórmula en la que F representa la fuerza longitudinal
que actúa en cada barra; δ , el grueso de la cartela,
b
y 0 , el ancho de la zona de difusión de esfuerzos,
tomada en el extremo de las barras. La zona de
difusión viene definida por dos líneas procedentes de
la primera fila de remaches e inclinadas 30° respecto
al eje de las piezas. En la figura, el ancho
b
0 viene
representado por las magnitudes a b, c d y e f. El
perímetro de la placa debe envolver las líneas de
difusión mencionadas.

2.a. En los casos en que esta condición no puede


cumplirse, se efectuará un cálculo aproximado,

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determinando las tensiones normales y flexoras que se producen en regiones elegidas de la


cartela, bajo la hipótesis de distribución lineal de las mismas. La máxima tensión producida ha de
ser inferior a
σ adm .
Como ejemplo de la marcha que en las placas de nudo siguen las trayectorias de las líneas de
fuerza, se indica en la figura a, el caso del nudo central del cordón inferior de una viga triangular.
Sobre la placa actúa una diagonal atirantada y otra simétrica, también sometida a tracción, así
como el montante central comprimido. El cordón inferior continuo no transmite esfuerzos a la
cartela.

En la figura b, se representa cómo se difunden en la placa los


esfuerzos procedentes de los remaches, y en c, las trayectorias
de las líneas de tracción y compresión.
El borde inferior de la cartela se halla fuertemente solicitado, no
debiendo utilizarse como cubrejunta en caso de efectuarse un
empalme del cordón inferior en dicho nudo. En la figura c, se
aprecia la aglomeración de las líneas de fuerza en dicha zona.
Como indicación del cálculo aproximado a que antes nos hemos
referido, estudiarnos a continuación las fatigas que se producen
en la sección a´b´ de esta placa de nudo.

El momento en el centro de gravedad, G, de dicha sección valdrá:


M= 24000 X 8 = 192.000 Kg/cm,

y el esfuerzo longitudinal:
N = 24000 cos45º = 16.970 Kg.

La superficie útil de dicha sección a´b´, es:


Su = 1,2 [42-5 X 2,3] = 36,60 cm2.

El módulo resistente Wu vale, aproximadamente:


Wu =1/6.422X 1,2x2/3 =235 cm3;
estimándose con el coeficiente 2/3 el descuento de los agujeros de remache.

La tensión máxima valdrá:


16970 192000
σ= + =1281kg /cm2
36 , 6 235
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2.1.4. Empalmes de los cordones


Conviene evitar, en lo posible, los empalmes en los cordones continuos. En muchas estructuras,
por ejemplo, armaduras de cubiertas, se calcula la sección correspondiente a la barra más
solicitada del cordón y se adopta ésta para todo el cordón. Cuando se trata de grandes esfuerzos
se varía el perfil, organizándose los correspondientes empalmes que pueden disponerse en los
nudos o fuera de ellos.
Se plantea también la necesidad del empalme cuando en
un nudo el eje del cordón experimenta un cambio brusco
de dirección o cuando así lo exige la longitud a utilizar de
los perfiles laminados.
Si el empalme se efectúa en un nudo, se puede resolver, a
veces, remachando simplemente las dos partes a enlazar
del cordón, a la placa de nudo.
En la figura lateral se indica un caso en que se ha seguido
esta disposición, prolongando la cartela por debajo del
cordón con objeto de que haya sección suficiente en la
misma para la transmisión del esfuerzo de una a otra parte
del cordón, sin que se produzcan tensiones excesivas.

Análogamente, los empalmes correspondientes al cordón


superior, las armaduras de cubiertas en el caballete se
resuelven, en general, sin más que disponer a tope los
perfiles remachados a la placa de nudo.

En muchos casos es necesario disponer cubrejuntas para


los empalmes con objeto de evitar tensiones excesivas en
la placa de nudo. En relación a este tipo de empalmes,
conviene hacer algunas observaciones que precisamos a
continuación.
Se disponen con
frecuencia
cubrejuntas
únicamente en las
alas del perfil no
sujetas a la cartela.
El cubrejuntas no
debe disponerse
bajo las alas del
perfil, como indica
la figura (b), ya que,
por efecto de la
composición de
esfuerzos, el cubrejuntas tiende a flexarse, haciendo ineficaz la unión. Pero
tampoco la colocación del recubrimiento sobre las alas del perfil representa
una solución completa, puesto que el esfuerzo Q, correspondiente a la
sección en que se verifica el cambio de dirección, tiende a flexar las aletas
del perfil normales al plano de la armadura, véase la sección transversal
indicada en la figura (a). Puesto que las aletas no están en condiciones de
soportar los momentos flectores que se originan, si el cambio de dirección
representa un valor angular de cierta importancia, la transmisión de
esfuerzos se verifica en su mayor parte a través de la cartela que, en
consecuencia, queda sobrecargada.
En la figura (c) se representa una mejor disposición, adoptándose como cubrejuntas hierros
angulares. La solución más completa queda indicada en (d). Se utilizan en ella hierros angulares

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como cubrejuntas y determina un sólido empalme, en el cual los remaches que hemos designado
con a´´ trabajan a cuádruple cortadura.

En la figura siguiente hemos representado un nudo de una


armadura de cubierta, en la cual el cordón superior cambia
de dirección. Debe disponerse cubrejuntas para la
transmisión de esfuerzos con objeto de que no quede
sobrecargado el borde superior de la cartela. Se ha
dispuesto un cubrejunta de hierro angular forjado para
adaptarse al cambio de dirección del cordón. La cartela ha
de soportar únicamente el esfuerzo D de la diagonal, para
lo cual tiene evidentemente la forma más adecuada. Los
remaches trabajan a 4 secciones, sirviendo las dos
exteriores para la transmisión de esfuerzos de una a otra
parte del cordón, y los interiores, para el enlace entre
cartela y cordón.

El empalme que se indica en la figura que sigue


se ha efectuado a base de cubrejuntas de hierro
plano, con la ventaja de economizar trabajo de
forja. La disposición adoptada representa un
refuerzo de la cartela en la zona más solicitada
de la misma.

2.1.5. Organización
de las barras entre
nudos.
Los dos perfiles que, en
general, constituyen las
figuras siguientes,
barras de sección
compuesta que forman
parte de las estructuras
trianguladas que
estudiamos, han de ser
enlazados entre los
puntos nodales. En las
piezas comprimidas, los
enlaces se precisan
para evitar el pandeo
local de los perfiles
integrantes y, en
consecuencia, el
pandeo total de la barra
compuesta.

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En las barras sometidas a esfuerzos


de tracción, la unión no es necesaria
teóricamente; pero en la práctica,
debe ejecutarse para evitar el de-
terioro de las piezas durante el
transporte y montaje.
Las barras que trabajan a tracción y
cuya sección está constituida por dos
hierros angulares o por hierros en
“C”, se enlazarán por medio de forros
circulares o rectangulares sujetos por
uno o dos remaches.
Los forros se disponen a distancias de 1,50 a 2,00 m.
Si la estructura está organizada a base de nudos con doble cartela, se disponen a distancias
análogas enlaces constituidos por presillas de hierro plano remachadas a las aletas de los perfiles
o por casquillos de hierro “L” remachados al alma. Con esta última disposición es menor el
descuento de agujeros a estimar.
En las barras que trabajan a compresión, la separación entre los enlaces queda determinada por
la necesaria seguridad al pandeo.
Los elementos integrantes de las piezas compuestas deben estar asegurados contra su propio
pandeo, tomándose como longitud para su cálculo la distancia entre enlaces.
Llamando l1 la distancia entre enlaces; i1 el radio de giro mínimo de cada sección simple; I, la
longitud de la barra compuesta; e imín, el radio de giro mínimo de la sección total, se ha de verificar
l1 l

la condición i 1 i min ; con objeto de que no puedan producirse pandeos locales en las piezas
integrantes antes de la aparición del pandeo en la barra compuesta.
Las uniones son análogas a las que hemos citado en el caso de barras solicitadas por tracción,
debiendo disponerse, por lo menos, dos remaches en la unión de las presillas con cada pieza.

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2.2. Estructuras soldadas.


2.2.1. Generalidades
Los principios fundamentales en que se basa la organización de las estructuras trianguladas
remachadas sirven también de fundamento a la ejecución de los sistemas triangulares construidos
a base de barras enlazadas por soldadura. Deben evitarse, en consecuencia, los momentos
flexores que provocan los enlaces inadecuados, siendo indispensable que los ejes de gravedad
de las barras se corten en un punto.
La posición y longitud de los cordones de soldadura debe establecerse de tal modo que se
verifique la coincidencia del eje de gravedad de la unión con el eje de gravedad de la barra.
Las estructuras trianguladas soldadas presentan, respecto a las remachadas, la ventaja de poder
utilizar menores secciones en las barras atirantadas al no tener que descontar los agujeros de
remache. También puede, en ocasiones, prescindirse de las cartelas al constituir los nudos,
soldando directamente las barras de relleno al cordón. Es preciso, sin embargo, tener en cuenta
que esta disposición de enlace sin intermedio de la cartela origina tensiones locales en el cordón
que no pueden despreciarse. En general, basta para tenerlas en cuenta dar a la sección del
cordón un incremento sobre la sección calculada de un 10 a un 15 por 100. Cuando se trata de
cordones comprimidos, en los cuales la consideración del pandeo hace que su verdadera fatiga
sea, en general, inferior a la admisible por el material, no suele precisarse tal suplemento de
sección.

2.2.2. Secciones de las barras.


La elección de secciones para
las barras ha de hacerse
teniendo en cuenta, aparte de
consideraciones mecánicas, las
posibilidades y características
especiales, de los enlaces por
soldadura.
En la figura se indican diversas
secciones utilizadas para cordones comprimidos.
Son muy adecuadas las secciones señaladas en a y b, constituidas res-
pectivamente por dos hierros en “C” y "angulares” soldados. Si se desea
efectuar el enlace de las barras de relleno con el cordón por medio de
cartela, se puede disponer ésta como se indica en la figura.
La sección c se aplica también en aquellos casos en que se desee utilizar la
placa de nudo para constituir éste.
La sección d, es decir, la utilización de un hierro “doble T” como cordón, es muy adecuada cuando
hayan de soportarse flexiones locales y siempre que se disponga del arriostramiento preciso para
contrarrestar el pandeo según el eje de mínimo momento de inercia. El tipo de sección indicado en
“e” es también muy conveniente para cordones sometidos a flexión local y organizando los nudos
a base de cartela.

Para cordones atirantados sirven también las anteriores


secciones, así como las de la forma “T”, antieconómicas en
cordones comprimidos a causa de su pequeña rigidez
contra el pandeo. Pueden constituirse a base de hierros
laminados en “T” o por medio de dos hierros planos
soldados.

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Para constituir las barras de relleno se adoptan las secciones que se indican en la figura siguiente.

En estructuras sometidas a grandes esfuerzos se utilizan secciones de doble cartela, de las


cuales reproducimos en la figura siguiente algunos ejemplos.

2.2.3. Nudos
Indicamos a continuación diversas disposiciones de
nudos, los cuales pueden resolverse con o sin ayuda de
cartela.
La figura representa un nudo de armadura cuyo cordón
inferior está constituido por un perfil “T”, al que va
soldada a tope una cartela. Las diagonales se unen a la
cartela por medio de los correspondientes cordones de
soldadura. El cálculo del cordón de soldadura que une
la cartela con la barra inferior se efectúa como sigue:
Designemos por D1 y D2 los esfuerzos correspondientes
a las diagonales. La resultante de estos esfuerzos
determina una acción H y un esfuerzo vertical V sobre el
cordón de soldadura, así como un momento flexor
M=H.e
Llamando S a la superficie correspondiente a la sección
del cordón de soldadura, y W el módulo resistente de la misma, tendremos: tensión en el punto a,
M V
ρa= −
debida al esfuerzo V, y momento M: W S
M V
ρb =− −
La tensión análoga en el punto b valdrá: W S
H
ρτ =
La tensión en el cordón a causa del esfuerzo H, vale: S

Tendremos, pues, una tensión total máxima:


ρ= √ ρ2b +ρ2τ

En la figura a, se indica un nudo de armadura cuyo cordón superior está constituido por dos
hierros angulares de 90.90.9. En el caso las barras de relleno se unen también por intermedio de
cartela soldada.
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En la figura b, se detalla un nudo en el que las barras de relleno se unen por cordones de
soldadura, sin intermedio de cartela, con el cordón superior constituido por dos hierros angulares
soldados formando perfil en cajón.
La figura c, se refiere a un nudo de cordón inferior, constituido por un hierro de IPN 12, en el que
las barras de relleno se han unido también directamente.

2.2.4. Enlace de las barras de sección compuesta.


Las barras de sección compuesta cuyos elementos
integrantes no se unen por cordón continuo de
soldadura, deben ser enlazados entre nudos a ciertas
distancias. En las barras de tracción no es necesaria
esta unión desde un punto de vista teórico,
efectuándose, sin embargo, en la práctica, por la misma
razón indicada en el caso de las estructuras
remachadas, es decir, para evitar deformaciones
durante el transporte y montaje.
En piezas atirantadas constituidas por dos hierros “L” o
“C” se disponen enlaces a distancias de 1 a 2 m.
Cuando se trata de barras comprimidas, deben situarse
los enlaces, ya dijimos al tratar de piezas remachadas, a
las distancias precisas para lograr la debida seguridad
contra el pandeo.
En la figura se señala el enlace por presillas de una
barra comprimida cuya sección está formada por dos
hierros en “C”.

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