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Sobre la docta ignorancia

d'H|St x (rPa
Philosophic und Wissenschaft, en XII Congr. Intern , i mano tuan
ris 1968) III, A; G. SANTINELLO, Introduzione a Ntcolo
NICOLAS DE CUSA 1971)'. M. DE GANDILLAC, Oeuvres chotstes de Nicolas de
Cues Intro¬
ID., La
duction (Paris 1942) p.5-48 y notas a los fragmentos citados; 13-27);
(1401-1464) philosophic de Nicolas de Cues (Paris 1941) p.5-8 (bibliogr. p,
1937); ID , Niko¬
ID . Nicolas de Cues, précurseur de la methode (Paris philosophischen Wel¬
laus von Cues. Studien zu seiner Philosophic und RF.V,
OBRAS PRINCIPALES: De docta ignorantia (1440); De coniecturis
(1440); De Deo abscondito (1442); De quaerendo Deum (1445); Apo¬ tanschauung (Dusseldorf 1953) (refundición de la anterior); ABEL Mou-
De la docte trad, de L
logia doctae ignorantiae (1449); Idiota (1450); De visione Dei (1453); Introduction a Nicolas de Cusa: ignorance,
«Nicolás de
De possest (1460); De venatione sapientiae (1463); Compendium LINIER (Paris 1930) p.1-32; EDM. VANSTEENBERGHE, art. L¡ «De ignota
Cusa», en Diet, théol. cathol.; EDM. VANSTEENBERGHE,
(1463); De Apice theoriae (1463); De Beryllo (1458); De Non Aliud Cuse (1445-
(o Directio speculantis) (antes de 1462); De ludo globi (1463); De litterarura» de Jean Week de Herrenberg contri• Nicolas de VIII (1910)
1448). Textes inédt. et étude. Beitr. Gesch. Phil Mittelalt.
mente (después de 1463); De sapientia (después de 1463). VANSTEEN
1-41; WAGING, Laudatonum doctae ignorantiae (1451) fed- Die
EDICIONES UTILIZADAS: Nicolai de Cusa opera omnia, iussu et auc- BERGHE). Beitr. Gesch. Phil. Mittelat. XIV (1915); HONECKER,
Entstehungzeit der «De docta ignoranlia » des Nicolas von Lues Hist
toritate Academiae Litterarum Heidelbergensis. I: De docta ignorantia, dt Nicole
ed. E. HOFFMANN et R. KLIBANSKY (Leipzig [Meiner] 1932). II: Apo¬ Jahrb. 60 (1940) 124-141; P. ROTTA, «De docta ignorantia" POPPEL, Die
logia doctae ignorantiae; ed. R. KLIBANSKY (Leipzig [Meiner] 1932). Cusano. Edizione critica con note (Bari 1913), K. G.
Bildunsprmzip (Freiburg i
Trad, del editor. «docta ignorantia» des Nicolaus Cusanus ais Antología,
Br. 1956); GAROFALO, Nicola Cusano. Della dotta ignoranza. GÓMEZ,
BIBI.IOGR. GEN.: R. KLEINEN y R. DANZER, Cusanus-Bibliographie traduzione, introd. e commento (Roma 1970); L. MARTÍNEZ
en el V
1920-1961. Forschungsbeitráge der Cusanus - Gesellschaft, her. von Libertad del espíritu en Nicolás de Cusa, en Nicolás de Cusa DI VENTOSA,
R. HAUBST (Mainz 1961) p.95-126; R. DANZER, Casunus - Bibliogra¬ centenario de su muerte (Madrid 1967) p.5-32; E. RIVERA
de
phic. Forsetzung (1961-1964) und Esganzung (Mainz 1964) p.223-237; O. F. M. Cap., Bases para una filosofía de la historia en Nicolás Madrid
W. TRAUT-M. ZACHER, Cusanus-Bibliographie. Fortsetzung (1964-1967) Cusa, en Nicolás de Cusa en el V centenario de su muerte t
( usa
und Nachtrage: Mitt. Forsch. Cusanus - Gesellschaft 6 (1967) 177-202; 1967) p.33-66; ID., El hombre, « mensura rerum » en Nicolás de de
L. J. BATAiLLON-Ch. VON SCHONBORN, Connaissance de Nicolas de Cuse. Pens 21 (1965) 41-63; C. VALVERDE La radicalidad del V centenariopensamiento
Publications récenles: Rev. se. phil. théol. 56 (1972) 63-77; NICOLO CUSA- Nicolás de Cusa y la escolástica, en Nicolás de Cusa en el y cosmos
NO AGLI INIZI DEL MONDO MODERNO. Atti del Congresso intern, in occasio- de su muerte (Madrid 1967) p.90-97; E. COLOMER. Individuo en la
ne del V centenario della morte di Nic. Cusano (Bressanone, 6-10 set. en Nicolás de Cusa: ibid, p.67-87; ID., Modernidad y tradición Congr in-
1964) (Firenze 1970); SYMPOSION DES WISSENSCHAFTLICHEN BEIRATES metafísica del conocimiento de Nicolas de Cusa. Atti del
ternaz. del V Centen. della morte de N. Cusano (Bressanone, 6-10 Ni
set
DER CUSANUS-GESELLSCHAFT am april 1967. Referate und Diskusionen:
Mitt. Forsch. Cusanus-Gesellsch. 6 (1967) 21-74; Nikolaus von Kues in 1964) (Firenze 1970) 273-293; OVERBACH, Der Intuitionshegnfi hei
BLYS-
der Geschichte der Erkenntmsproblems. Akten des Symposions in Trier kolaus Cusanus und seine Auswirkung hei Bruno (Bonn 19221;16J (1972)
von 18-20 okt. 1973, herausg. von R. HAUBST: Mitt. Forsch. Cusan.-Ge- Cusanus the father of structuralism ?: Philos, toddy
sellsch. 7 (1975); EDMOND VANSTEENBERGHE, Le Cardinal Nicolas de
Cues. L'action, la pensée, reimpr. de l’éd. de Paris 1920 (Genéve 1974;
296*305*
Frankfurt a.M. 1963) (bibliogr. p.IX-XVII); ID., Autour de la docte
ignorance: Beitr. Gesch. Phil. Mittelalt., 2-4 (Munster 1915); K. H. VOLK- SOBRE LA DOCTA IGNORANCIA
MANN-SCHLUCK, La filosofía de Nicolás de Cusa, una forma previa de
la metafísica moderna: Rev. Fil. 17 (1958) 438ss.; ID., Nicolaus Cu¬
sanus. Die Philosophic im Übergang vom Miltelalter zur Neuzeit (Frank¬ LIBRO I
furt a.M. 1957); S. DANGELMAYR, Gottesererkenntnis und Gottesbegriff
in den philosophischen schriften des Nikolaus von Kues (Meisenheim CAPíTULO I
am Glan 1969) (bibliogr. p.311-319); esp. p.1-9; 11 nt.22; 204-225
(Nic. de Cusa y Santo Tomás) 296-309; G. SCHNEIDER, Gott-das Nichtan-
dere. Untersuchungen zum metaphysischen Grunde bei Nikolaus von Cómo saber es ignorar
Kues (Münster 1970) (bibliogr. p.174-179); esp. p.1-10; W. SCHWARZ,
Das Problem der Seinsvermittlung bei Nikolaus von Kues (Leiden 1970); un
K. FALSCH, Die Metaphysik des Einen bei Nikolaus von Kues (Leiden 3.542 Observamos que hay en todas las cosas, por
1973) (bibliogr. p.344-348); esp. p.XI-XIII 3-5.288-293; KARL JASPERS, manera po-
Nicolaus Cusanus (München 1964); J. HIRSCHBERGER, Historia de la don divino, un deseo natural de existir de la mejor
Filosofía, versión de L. MARTíNEZ GóMEZ (Madrid 1963) I p.350-360; p 283-305;
3542-3616 P. ROTTA, De docta ignorantia di Nicoló Cusano philosophischen
E. BARTSCH, Die Stellung von Nikolaus Cusanus in der Geschichte der S. DANGEIMAYR, Gotteserkenntnts und Gottesbegriff m den
Schriften des Nikolaus von Kues p.95-126; G. SCHNEIDER, Gott Jas
Nicht-andere
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sible dentro de lo que consiente la condición natural de cada húye toda proporción, es desconocido. Ahora bien, la propor¬
una, y que, con ese fin, obran y tienen los instrumentos apro¬ ción, al incluir a la vez conveniencia y disconveniencia en algo,
piados los seres dotados de capacidad de juzgar innata: ésta no se puede entender sin el número. El número, por tanto,
posibilita el conocimiento para que el apetito no se frustre abarca todo lo que admite proporción. No es tan sólo, pues, el
y pueda alcanzar la quietud allí donde le lleva el peso de su número que se da en el orden de la cuantidad el que genera
propia naturaleza. Si acaso sucediese lo contrario, eso será for¬ una proporción, sino el que se da en todo orden, en todos los
zosamente accidental, como cuando la enfermedad deprava al seres que de cualquier modo, sustancial o accidentalmente, pue¬
gusto, o la opinión a la razón. Por eso decimos que la inte¬ den convenir y diferir. Esa es tal vez la razón por la cual pen¬
ligencia sana y libre que, incansablemente, por un afa'n de bús¬ saba Pitágoras que todo está constituido y es inteligible por
queda innata, desea alcanzar la verdad examinándolo todo, la los números.
conoce como por un abrazo amoroso, ya que no dudamos de
que sea absolutamente verdadero lo que se impone a todo es¬ 3.545 Sin embargo, el precisar las combinaciones en las
píritu sano. cosas corporales y la acertada adaptación de lo conocido a lo
desconocido, sobrepasa a la humana razón, de tal grado, que
3.543 Ahora bien, todos los que investigan juzgan pro¬ a Sócrates le pareció que no sabía más, sino que era un ig¬
porcionalmente de lo incierto por comparación a algo presu¬ norante. Y el sapientísimo Salomón afirmaba que todas las
puesto cierto. Toda investigación es, pues, comparativa usan- cosas son difíciles e inexplicables por el lenguaje, y otro ins-
do como medio la proporción. Cuando el objeto investigado pirado por el Espíritu Santo dice que la sabiduría y la sede
se puede comparar con el presupuesto, por una reducción pro¬ de la inteligencia están ocultas a los ojos de todos los vivien¬
porcional obvia, se hace fácil el juicio apreciativo; pero cuan- tes. Siendo así, como lo afirma también el profundísimo Aris¬
do hay que recurrir a muchos intermediarios, surge la dificul¬ tóteles en su Filosofía primera, al decir que en las cosas que
tad y el trabajo. Eso es cosa bien conocida en matemáticas, en son mas evidentes por naturaleza experimentamos una dificul-
las que las primeras proposiciones se reducen más fácilmente tad semejante a la del buho cuando intenta ver el sol, y, como
a los primeros principios evidentes, mientras que en las poste¬ por otra parte, no puede frustrarse nuestro apetito, deseamos
riores, que no se reducen más que por las anteriores, hay ma- conocer que somos ignorantes. Si lográremos conseguir eso pie-
yor dificultad. namente, alcanzaremos la docta ignorancia.
Pues no hay mayor logro que se pueda seguir en la sabi¬
3.544 Toda investigación, pues, se consuma en una corn- duría a un hombre, aun celosísimo en aprender, que el encon¬
paración, fácil o difícil; por eso, el infinito como tal, que re-
trarse doctísimo en la ignorancia misma que le es propia, y
p.17.20.22; E. HOFFMANN, Vie Vorgeschichte der cusanischen «Coincidentia tan to más lo será cualquiera cuanto más sepa que es ignoran-
oppsitorum » p.144; NIC. COSA, Apologia doctae ignorantiae p.13.18. te. Con ese intento he dedicado mis esfuerzos a escribir unas
3342 J. WENCK, De ignota litteratura p.22.23-25; EDMOND VANSTEENBERGHE .
Le Cardinal Nicolas de Cues p.279; G. VON BREDOW, Der Sinn der Forme! pocas cosas sobre esta docta ignorancia.
« meliori modo quo»: Mitt. Forsch. Cusanus Gesellsch. 6 (1967) 21-30.
3542-3552 DANGELMAYR, O.C., p.19-28. 3545 PóPPEL, o.c., p.13.31; COLOMER, Modernidad y tradición... p.276;
3542-3545 DANGELMAYR, O.C., p.15-17; K. G. POFPEL, Die «docta ignorantia » SCHNEIDER, O.C., p. 22.23.42-53; K. JASPERS, Nicolaus Cusanus p.26; HOFFMANN,
des Nicolaus Cusanus ais Bildungsprinzip p.14-42 33; HIRSCHSBERGER, Historia
da la Filosofía I p.353. o.c.. p.144; K. FALSCH, Die Metaphysik des Binen hei Nikolaus von Kues
p.329.
3543 WENCK, O.C., p.22.27-35; VANSTEENBERGHE, O.C., p.280; SCHNEIDER o c
p.25.58; DANGELMAYR, O.C., p.18.
3544 WENCK, O.C., p.5-16.31; VANSTEENBERGHE, O.C., p.280; E. COLOMER,
Modernidad y tradición en la metafísica del conocimiento de Nicolas de Cusa
p.276.277; ID., Die Erkenntnismetaphysik des Nikolaus von Kues p.208.215;
TH. Me TIGHE, Nicholas of Cusa’s Theory of Science and its metaphysical
.Background p:33-5; DE GANDILLAG). Ouvres' choisies... p.69 nt.5 y .6.
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la cual existe, ya que no puede existir sin la reducción a la que


CAPíTULO II no puede substraerse. Sobre ese máximo, el universo, añadiré
algunas cosas en el segundo libro.
Elucidación preliminar de las cosas que siguen
3.548 En tercer lugar aparecerá un tercer aspecto del má¬
3.546 Habiendo de tratar sobre la ciencia máxima, la de ximo. En efecto, no teniendo el universo subsistencia más que
la ignorancia, estimo necesario el estudiar la naturaleza de la la reducida, en la pluralidad, buscaremos en esa pluralidad al
maximidad misma. máximo único, en el cual el universo subsiste en acto, en gra¬
Llamo máximo a aquello que es lo mayor que se puede en¬ do máximo y perfectísimo como en su fin. Y como este um-
contrar. Ahora bien, la plenitud conviene a un solo ser. Así, la verso se une con el Absoluto, que es el término universal, por-
maximidad coincide con la unidad, que es también entidad. Si que es el fin perfectísimo, que sobrepasa toda nuestra capa-
tal unidad está universalmente libre de toda relación y de toda cidad, trataré algo, en la medida en que El mismo me inspire,
contracción, es evidente que nada se le opone, ya que es la de ese máximo que es a la vez reducido y absoluto que llama¬
maximidad absoluta. Así que, el máximo absoluto es algo úni¬ mos Jesús, siempre bendito.
co, que es todas las cosas; en el cual están todas las cosas, por¬
que es el máximo. Y como no se le opone nada, coincide a la 3.549 Pero para alcanzar el sentido de lo que se dirá, hay
vez con el el mínimo; por eso está en todas las cosas. Y por que elevar el entendimiento sobre la fuerza de las palabras
ser absoluto, es en acto todo posible, no sufriendo ninguna y no adherirse demasiado a las estructuras del lenguaje, que
restricción por las cosas, sino procediendo todas de él. Este no se puede adaptar con precisión a tan grandes misterios in¬
máximo, en el que la fe de todos los pueblos cree firmemente telectuales. Los ejemplos que yo propongo debe usarlos el lec¬
como Dios, trataré en este primer libro de estudiar sin llegar tor de manera trascendente, abandonando lo sensible, para en¬
a comprenderlo, por estar sobre la razón humana, con la guía contrar así vía expedita hasta la simplicidad de la inteligen¬
de aquel que es el solo que habita una luz inaccesible. cia; me he esforzado cuanto he podido por hacer accesible esa
vía a los ingenios corrientes, evitando toda escabrosidad en el
3.547 En segundo lugar, lo mismo que la maximidad ab¬ estilo y poniendo a plena luz la raíz de la docta ignorancia
soluta es la entidad absoluta, por la cual todas las cosas son en la inaccesible precisión de la verdad.
lo que son, así la unidad universal del ser procede de ella, que
se dice máximo por referencia al absoluto, y que, en cuanto
universo, existe de manera reducida; su unidad se halla redu¬ CAPíTULO III
cida en la pluralidad, sin la cual no puede existir. Y aunque Que la verdad exacta es incomprensible
en su unidad universal comprende todas las cosas, de suerte
que todas las cosas que proceden del Absoluto están en él y él 3.550 Puesto que es de por sí evidente que no hay pro¬
en todas, no subsiste, sin embargo, fuera de la pluralidad en porción de lo infinito a lo finito, también es muy claro, como
3546-3549 ROTTA, O.C., p.306-330; SCHNEIDER, O.C., p.87-94; IMP ROTTA O.C p.322
S. I., Dios trascendente e inmanente en Nicolas' de Cusa: Miscelán.G.Comillas
M. VERD,
53 3550 Nic DE CUSA, Apologia doctae ignorantiae p,17ss.27.28ss; WENCK,
o.c., p.4-26.21-27.27.12; DE GANDII.LAC, La philosophic de Nic de Cues p
(1970) 163-195; J. LAI, Nicolas 167,
of Cusa and the finite universe: J. Hist. Phil.
11 (1973) 161-167. VANSTEENBERGHE, O.C., p.280.281.305; SCHNEIDER, O.C., p.24.48.56; HIRSCHBER-
3546 M. DE GANDILLAC, Oeuvres choisies de Nicolas Cues p.68 nt.2; GER, Das Prinzip der Inkommensurabilitat bet Nik. von Kues-
Mitt. Forsh.
ID., La philosophic de Nicolas de Cuse p.147; ROTTA. O.C., de St. SCHNEIDER y otros);
p.307; FALSCH, O.C., Cusan. Gessellsch. p.39-54 (con discusión posterior por COLOMER
p.241.249.331 nt.l; SCHNEIDER, O.C., u.59.64.72; M. L. FUEHRER,
The principle FALSCH O.C., p.172; JASPERS, O.C., p.25; PóPPEL, o.c., p.24.73.75;
of <. contraction in Nicolas of Cusa’s philosophical view of man: Downs. Rev. Modernidad y tradición, p.277-278; Me TIGHE, ox., p 334; R. HAUBST, Nikol.
93 (1975) 289-296. von Kues und die «Analogía entisv p.689; E. RIVERA DE VENTOSA, O.F.M Cap.,
de Cusa
3547 Nic. DE CUSA, Apologia doctae ignorantiae p.14ss 75ss. WENCK, O.C., Bases para una fitosofíá de la historia en Nicolas di Cusa, en Nicolás
p.1-25.26.26-37; SCHNEIDER, O.C. p.87; FALSCH, O.C. p.330 nt.l. en el V centenario de su muerte p.49.
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consecuencia de eso, que donde se encuentra algo que excede los filósofos, por ninguno ha sido descubierto tal como es, y
y algo que es excedido, no se llega al máximo absoluto, ya que cuanto más profundamente doctos fuéremos en esta ignoran¬
ambos, excedente y excedido, son finitos, y el máximo como cia, tanto más nos acercamos a la misma verdad.
tal, en cambio, es infinito. Dado, pues, algo que no sea el
máximo mismo absoluto, es cosa clara que se podrá dar algo
que sea mayor. Y como hallamos que la igualdad es gradual, CAPíTULO IV
de suerte que una cosa es más igual a una determinada que a
otra según las diversas conveniencias y diferencias, genérica, El máximo absoluto es entendido incomprensiblemente;
específica, de lugar, de tiempo y otras parecidas, es evidente con él coincide el mínimo
que no se puede dar con dos o más cosas tan semejantes e igua¬
les, que no puedan ser aún más semejantes hasta el infinito. 3.553 El máximo, mayor que el cual nada puede haber,
De ahí que la medida y lo medido, por muy iguales que sean, siendo simple y absolutamente mayor de lo que puede ser
siempre seguirán diferentes. comprendido por nosotros, por ser la verdad infinita, no es
3.551 Así, pues, el entendimiento finito no puede, por alcanzado por nosotros más que incomprensiblemente. Pues no
medio de la semejanza, llegar a la verdad precisa de las cosas. perteneciendo a aquellos seres suya naturaleza admite algo que
Pues la verdad no admite más o menos, sino que consiste en excede y algo que es excedido, está por encima de todo aque¬
algo indivisible, que es incapaz de medir con precisión toda llo que nosotros podemos concebir: todos los objetos que se
otra cosa que no sea la misma verdad: como el círculo, cuyo perciben por los sentidos, la razón o el entendimiento, difie-
ser consiste en algo indivisible, no puede ser medido por el ren mutuamente entre sí de tal manera, que no existe entre
no-círculo. Por tanto, el entendimiento, que no es la verdad, ellos igualdad exacta. Por tanto, la máxima igualdad, que no
nunca capta la verdad con tal precisión que no pueda ella ser tiene alteridad o diversidad respecto de nada, excede a todo
captada más precisamente hasta el infinito, de suerte que el entendimiento.
entendimiento es a la verdad lo que el polígono es al círculo;. Por lo cual, el máximo absoluto, como es todo lo
3.554
cuanto mayor sea el número de los ángulos en el polígono que puede ser, está completamente en acto, y, así como no
inscrito, tanto éste será más semejante al círculo, pero nunca puede ser mayor, por la misma razón tampoco puede ser me¬
llega a ser igual, aunque se multipliquen hasta el infinito los ñor, ya que es todo lo que puede ser. El mínimo, a su
vez, es
ángulos, a no ser que se resuelva en identidad con el círculo. aquello menor que lo cual no hay nada. Y como el máximo
3.552 Queda, pues, claro que nosotros no sabemos de la es también de esa condición, resulta evidente que el mínimo
realidad más que el que somos conscientes de que es incom¬ coincide con el máximo.
prensible con precisión en lo que es, ya que la verdad es una
DE CUSA, Apologia doctae ignorantiae p.l3ss 28; WENCK,
3553-3563 Nic.
a modo de necesidad absoluta que no puede ser más o menos o.c.,p.9-23 .24.29; DANGELMAYR, OX., p.28-38; VON BREDOW, Die Bedeutung
de lo que es, y nuestro entendimiento, como una posibilidad des «Minimum» in der coincidentia oppositorum, en «Nicoló Gusano-».. . p.357-
366; DE GANDILLAC, La philosophie de Nic. de Cues p.217-228.293.392 nt.64.
de conocerla. 3553-3557 HOFFMANN, Die vorgeschichte der cusanischen «Coincidentia
Por tanto, la esencia de las cosas, que es la verdad de los oppositorum » (Leipzig 1938); M. ALVAREZ GóMEZ, Coincidentia oppositorum
e infinitud, codeterminantes de la idea de Dios según Nicolás de Cusa: La
entes, es inalcanzable en su puridad; investigada por todos Ciudad de Dios 176 (1963) 695ss; COLOMER, Modernidad y tradición... p.282;
FALSCH, o.c., p.172.223.249 y nt.3 260.
WFNCK, O.C.,
3551 DE GANDILLAC, La philosophie de Nicolas de Cues p .167; VANSTEEN¬ 3554 Nic, DE CUSA, Apología doctae ignorantiae... p.9ss 16-
BERGHE, o.c . p.280.281; ROTTA, O.C., p.385; POPPEL, O.C., p.22; SCHNEIDER, p.24-30.29; DE GANDILLAC, La philosophie de Nic. de Cues p.219.220
y nt.3;
o.c., p.21; HOFFMANN, O.C., p.145; HIRSCHBERGER, Historia de la VANSTEENBERGHE, O.C., p.292 y nt.2 293; SCHNEIDER, O.C.. p,77;
FALSCH, O.C.,
p.356; COLOMER, Modernidad y tradición... p.278; Me TICHE, O.C.. filosofía
p.330-
I
p.158; COLOMER Individuo y cosmos en Nicolás de Cusa p.70.
3552 VANSTEENBERGHE, O.C., p.280.281; DANGELMAYR, O.C., p.22.
1106 Nicolas de Cusa Sobre la docta ignorancia 1107

3.555 Esto resultará más claro si nos limitamos a consi¬ extremos contradictorios en su principio, porque nos movemos
derar el máximo y el mínimo en el orden de la cuantidad La en nuestra vida intelectual a través de las cosas que se nos
cuantidad máxima es. en efecto, la más grande, y la mínima, hacen manifiestas por la naturaleza, la cual, a gran distancia de
la más pequeña. Desliguemos de la cuantidad lo máximo y lo esa potencia infinita, se siente incapaz de unir sintéticamente
mínimo, haciendo abstracción por el entendimiento de lo gran¬ los extremos contradictorios, separados entre sí por una dis¬
de y de lo pequeño. Y se verá con claridad que el máximo tancia infinita. Vemos, pues, por encima de todo proceso discur¬
y el mínimo coinciden, pues tan superlativo es el máximo como sivo y de una manera incomprensible, que la absoluta maxi-
el mínimo. Por lo mismo, la cuantidad absoluta no es más midad es infinita, a la cual nada se opone y con la cual
máxima que mínima, ya que en ella el mínimo es el máximo, coincide el mínimo. El máximo y el mínimo, pues, en el sen¬
en el sentido de que coinciden. tido de que en este libro los tomamos, son términos que tras¬
cienden absolutamente toda significación, de suerte que abar-
3.556 Así que las oposiciones tienen lugar tan sólo en
can en su simplicidad absoluta a todas las cosas, más allá de
íos objetos que admiten algo que excede y algo que es exce¬
dido, nunca en el máximo absoluto, que trasciende toda opo¬ toda restricción al orden cuantitativo, sea de masa o de fuerza.
sición. Como el máximo absoluto, pues, es en acto todas las
cosas que pueden ser, excluyendo toda oposición, de tal suerte CAPITULO VI
que el mínimo coincide con el máximo, está asimismo por en¬
cima de toda afirmación y negación. Todo lo que concebimos
El máximo es la necesidad absoluta
que es él, no es más verdad decir que lo es que el negarlo, y
todo lo que concebimos que no es el, no es más verdad negar 3.558 Se ha mostrado en lo que antecede que todas las
que lo es que el afirmarlo. Sino que de tal suerte es esta cosa cosas fuera del máximo uno son respecto de el finitas y limi-
particular que es todas las cosas, y de tal suerte es todas las tadas. Mas lo finito y limitado tiene un término del cual co¬
cosas, que no es ninguna de ellas; y de tal suerte es esto en mienza y un término en el cual acaba. Y como no puede de¬
grado máximo, que lo es también en su grado mínimo. Decir, cirse que el máximo sea mayor que un finito dado y que sea
en efecto: «Dios, que es la misma maximidad absoluta, es finito, avanzando así en progresión infinita, ya que tal pro¬
ceso al infinito y en acto no puede darse donde se da algo que
luz», equivale a decir: «Dios es lo máximo de luz, y, a la vez,
lo mínimo de luz». De otra suerte, la maximidad absoluta no —
excede y algo que es excedido de lo contrario, el máximo se¬
ría de la misma naturaleza que los seres finitos , necesaria¬ —
sería en acto todas las cosas posibles si no fuese infinita y lí¬
mente el máximo es en acto el principio y el fin de todos los
mite de todas y por ninguna de ellas limitable, como tratare-
mos de explicar, con la ayuda divina, en los capítulos si¬ seres finitos.
guientes. 3.559 Además, nada podría existir si el máximo absoluto
3.557 Todo esto trasciende toda capacidad de nuestro no existiese; pues, como todo no máximo es finito, tendrá
también principio, y será necesario que proceda de otro; de lo
entendimiento, que no puede combinar por vía racional los
Individuo y cosmos... p.70.71; ID., Modernidad y tradición... p.282; W. DUPRé,
35554557 COLOMER, Individuo y cosmos... p.70.71. Die Idee einer neuen Logik bei Nikolaus von Kues: Mitt. Forsch. der Cus.
3555 DE GANDILLAC, Oeuvres choisies de Nic. de Cues p 70 nt 7 v 8; In J_a GeselscH . 4 (1964) 357-374; FALSCH, O.C., p.179.180.171. 174-182.219-232.221.255-
philosophic de Nic de Cues p.220; VANSTEENBERGHE, O.C . p.292 y nt.3 293; 260.307-314.
SCHNEIDER, o.c . p.80.81. 3558-3564 M. ALVAREZ GóMEZ, Peculiaridad de la pregunta sobre Dios en
3556 DE GANDILLAC. Oeuvres choisies de Nic. de Cues p.71 nt 9-12 p 72 Nicolás de Cusa: La Ciudad de Dios 177 (1964) 412ss; COLOMER, Individuo
tu.13: ID La philosophic de Nic. de Cues p.220 y nt.15; ROTTA o.c , p 310 y cosmos... p.69. nt.58;
311; SCHNEIDER, O.C., p.78.82.83.84; FALSCH, p.173.180. 3558-3560 DE GANDILLAC, La philosophic de Nic. de Cues p.262 y
3557 V?ENCK, o.c., p.21.22; VANSTEENBERGHE, O.C.. p 282.283 286 287; Srus'Fí- p.285.
DER, o.c., p.9; DE GANDILLAC, La philosophic de Nic de Cues p 406; COLOMER, 3559 VANSTEENBERGHE, O.C., p.290; SCHNEIDER, O.C., p.56.
1108 Nicolas de Cusa 1109
Sobre la docta ignorancia
contrario, si fuese por sí mismo, habría existido cuando no
existía. Por otra parte, no es posible, como lo demuestra la
CAPíTULO XI
regla, el proceso infinito en el orden de los principios y de las
causas. Tiene, pues, que existir el máximo absoluto, sin el
cual nada puede existir. Que las matemáticas nos ayudan mucho en la inteligencia
de diversas cosas divinas
3.560 Además, contraigamos o reduzcamos al máximo al
[orden del] ser y digamos: al máximo ser no se opone nada; 3.564 Todos nuestros más sabios y más santos doctores
por tanto, ni el no ser ni el ser mínimamente. ¿Cómo enton- están de acuerdo en que las cosas visibles son verdaderamente
ces se puede entender que el máximo puede no ser, cuando imágenes de las invisibles, y que el Creador puede ser cono¬
el ser mínimamente es el ser máximamente? Ni tampoco se cido por las creaturas como en un espejo y en enigma. Este
puede entender que algo sea sin el ser. Ahora bien, el ser —
hecho, a saber, que las realidades espirituales de por sí inal¬
absoluto no puede ser otra cosa que el máximo absoluto. Por
ello, nada se puede entender sin el máximo.

canzables para nosotros pueden ser objeto de una explorá¬
ción a base de símbolos, tiene su raíz en lo que hemos dicho
antes, que todas las cosas tienen entre sí una cierta proporción,
3.561 Además, la verdad maxima es el máximo absoluto.
Es, pues, máximamente verdadero que el máximo mismo es oculta e incomprensible para nosotros, de suerte que de todas
o no es, o que es y no es, y que ni es ni no es: no se pueden
ellas resulta un único universo y que en el máximo uno todas
ya decir mas cosas sobre el. Cualquiera de estas proposiciones son el uno mismo.
que se elija como verdadera, tengo conseguido mi intento, Y aunque toda imagen parezca acercarse a la semejanza del
pues ya tengo la verdad maxima, el máximo absoluto. modelo, sin embargo, a excepción de la imagen maxima que
se identifica con el modelo en unidad de naturaleza, no
hay
3.562 Por tanto, aunque por la exposición que acabo de imagen tan semejante o igual al modelo que no pueda ser
hacer quede patente que el nombre de ser o cualquier otro hasta el infinito mas semejante o más igual, como queda claro
nombre no es el nombre exacto del Máximo, que está por por lo que antecede.
encima de todo nombre, sin embargo, es necesario que le com¬
peta el ser en sumo grado y que no pueda ser nombrado por
3.565 Ahora bien: cuando se acomete una investigación
el máximo nombre por encima de todo ser nombrable. a partir de una imagen, es preciso que no haya nada dudoso
encerrado en la imagen que, por la superación de la propor¬
3.563 Por tales razones, expuestas anteriormente, y otras ción que hay en ella, nos va a servir para investigar lo desco¬
parecidas infinitas, la docta ignorancia ve que el máximo ab¬ nocido, ya que la única vía para lo incierto es a través de lo
soluto existe necesariamente, de suerte que es la necesidad presupuesto y cierto. Mas todas las cosas sensibles se hallan
absoluta. Pero ya se ha demostrado que no puede haber más en cierta inestabilidad continua a causa de la potencialidad
que un máximo absoluto. Por lo mismo, es sumamente ver- propia de la materia que hay en ellas. En cambio, las más abs¬
dadero que el máximo es uno. 3564-3566 SETTIGNANI, Velemento matemático applicato alio studio dell in¬
O.C., p.77-90; VANSTEENBERGHE.
finito: Riv. Fil. neosc. (1922) 231ss; JASPERS, der Mathematik bet
3560-3563 VANSTEENBERGHE, O.C., p.258.289. O.C., p.375; N. STULOFF, Die Herkunft der Elemente
3560 DE GANDILLAC, La philosophie de Nic. de Cues p.405 y nt 145; VANS¬ Nikolaus von Kues irn Lichte der neutzeitlichen Wissenschaft: Mitt. Forsch.
y
TEENBERGHE, o.c., p.288; SCHNEIDER,
O.C., p.19; FALSCH, O.C., p.164 248; Co- Cusan. Geselsch. 6 (1967) 55-64 (con discusión posterior por E. PLATZEK
LOMER. Die Erkenntnislehre des Nik. von Kues p.214. otros).
WENCK, o.c.,
3561 SCHNEIDER, O.C., p.60.80; FALSCH, O., p.165; COLOMER, Modernidad y 3564 Nic. DE CUSA, Apologia doctae ignorantiae p.10-19.30;
tradición... p.281. D
Nic. von Kues p.8U nt.41;
3-20 30: DE GANDILLAC, Oeuvres choisies de SCHNEIDER,
3562 G. M. VERD Ser y nombre de Dios en Nicolás de Cusa: Miscelán. Co¬ ID., La philosophie de Nic. de Cues p.205 206;
p.51.52.58.
millas, 52 (1969) 29-59; PóPPEL, O.C., p.78. 3565 DF GANDILLAC, Oeuvres choisies de Nicolas de Cues p.8U nt.42, p.81
VANSTEENBERGHE,
3563 VANSTEENBERGHE, o.c.r p.291. ntd43-46; ID., La philosophic de Nicolas de Cues p 147.205: ; ••.
Y.; -
o.c., p.305.375; HOFFMANN, O.C., p.146.

Sobre la docta ignorancia mi
1110 Nicolás de Cusa
tractas, en las que se considera a las cosas de tal manera que
no se les vacíe completamente de las concomitantes materia CAPíTULO XVI
les, sin las cuales no pueden ser imaginadas, ni están someti¬
Cómo por transposición el Máximo es a todas las cosas lo
que
das del todo a las fluctuaciones de la potencialidad, se presen líneas
tan ante nuestra vista con toda firmeza y certeza, como
la línea máxima es a las
su
cede en los objetos de las matemáticas. Por eso, los sabios bus
carón afanosos en ellas ejemplos para ayudarse con
3.567 Una vez que se ha hecho manifiesto cómo la lí-
ellos en nea infinita es un acto y de manera infinita todo lo
que son
la investigación intelectual de las cosas. Y ninguno entre los
antiguos que fuese tenido como gran filósofo abordó las cues- en potencia las líneas finitas, podemos ahora ver por trans¬
tiones difíciles recurriendo a otro tipo de semejanza que la posición lo mismo en el Máximo simple, cómo, a saber, el
Máximo mismo es en acto en grado sumo todo aquello
que
matemática; hasta tal punto que Boecio, el más erudito de los
romanos, no dudó en afirmar que nadie que no estuviese ejer¬ se halla en la potencia de la simplicidad absoluta.
citado en las matemáticas podría alcanzar la ciencia de las co¬ En efecto, todo lo que es posible, lo es en acto en grado
sas divinas... máximo el Máximo, no a la manera de una realidad posible,
engen¬
sino como siendo ya en grado máximo, como la línea
dra al triangulo, y la línea infinita no es el triángulo en cuan¬
to engendrado por la línea finita, sino más bien el triángulo
CAPíTULG XII infinito en acto que es idéntico con la línea.
Como hay que servirse de los signos matemáticos 3.568 Además, la posibilidad absoluta misma no es en
a este propósito el Máximo otra cosa que el Maximo mismo en acto, como
la línea infinita es la esfera en acto. Lo contrario en el no
3.566 Pero como, por lo anteriormente dicho, consta máximo: en éste la potencia no es acto, como la línea finita
que el máximo absoluto no puede ser ninguno de esos obje¬ no es triangulo. De aquí puede arrancar una especulación de
tos que son conocidos o concebidos por nosotros, de
ahí que, gran porte sobre el Máximo; a saber: cómo es tal, que el
al proponernos investigarlo por vía simbólica, debemos
tras¬ mínimo es en él máximo, de suerte que el Infinito trasciende
cender la simple semejanza. En efecto, siendo toda reali¬ com pletamente toda oposición. De tal principio se
podrían
dad matemática finita, y no pudiendo ser imaginada de otra sacar tantas proposiciones negativas sobre el Máximo cuantas
manera, si queremos servirnos de ejemplos finitos para as¬ se pudiesen escribir o leer; es más: toda la teología a nosotros
cender al máximo absoluto, es necesario, en primer lugar, accesible se deriva de este tan importante principio. Por eso,
considerar las figuras matemáticas finitas con sus propieda¬ aquel máximo escrutador de las cosas divinas, Dionisio Areo-
des y razones; después trasladar adecuadamente esas razo¬ pagita, afirma en su Mystica Teología que San Bartolomé había
nes a las figuras infinitas que sean como ellas; por fin, en com prendido admirablemente la naturaleza de la teología al
tercer lugar, transportar las razones mismas de las figuras in¬ philoso-
3567-3572 DANGELMAYR, Gotteserkenntnis und Gottesbegriff in der
finitas todavía en un esfuerzo mayor de elaboración hasta el phischen Scbriften des Nikolaus von Kues (Hain 1969). WENCK, O. C.,
3567 Nic. DE CUSA, Apologia doctae ignorantiaep.8.5 p.l7ss.31,
Infinito simple, que trasciende toda figuración, y entonces D 29-3431-32.35; DE GANDILLAC. Oeuvres choisies... nt.56; ID., La philoso¬
p.311.376-377;
nuestra ignorancia se percatará de manera incomprensible de phic de Nic de Cues p.206-216.223; VANSTEENBERGHE, O.C.,
DANGEIMAYR, O. C., p.134.216 nt.608.
cómo nosotros, que trabajamos en pleno enigma, lograremos 3568 Nic. DE CUSA, Apologia doctae ignorantiae p.25ss.31;
WENOC, O.C.,
sentir con más exactitud y verdad sobre el Altísimo... 57-58; ID., La philoso
p.1-8.33; DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... p.85 nt. 376-377, FALSH. O.C.,
phie de Nic. de Cues p.206-216; VANSTEENBERGHE O.C p ,

del pensamien¬
p.265; DANGELMAYR, O.C., p.190-191; VALVERDE, La radicalidad
pl56?VXKo.cÿ.»L,n VANSTEENBERGHE' OC
' P 305: WlDER' to de Nicolás de Cusa y la escolástica p. 96.
1112 Nicolas de Cusa
I 1113
Sobre la docta ignorancia
decir que era a la vez máxima y mínima. Pues el que
esto
entiende, entiende todo, y sobrepasa toda investigación creada. Veremos también cómo esa esencia universal es de tal
y ninguna en
Dios, en efecto, que es el Máximo mismo, como dice el suerte cualquier esencia, que es a la vez todas
mismo particular, y que así como la línea infinita es la medida más
Dionisio en el libro De divinis nominibus, no es esto con
exclusión de esto otro, no está aquí más bien que allí. Pues ajustada de todas las líneas, así esa Esencia es la medida per-
con la misma verdad con que es todas las cosas, no es ninguna feotísima de todas las esencias.
de ellas. En efecto, el Máximo, al cual no se opone el mínimo, es
cosas.
necesariamente la medida más adecuada de todas las que

— —
menor, puesto es
3-569 Porque como dice en la conclusión de la Teolo¬ ni mayor, puesto que es mínima, ni
gía Mística , situado sobre toda afirmación, es la causa máxima. Todo lo que es mensurable está comprendido entre
per¬
fecta y singular de todas las cosas, y situado sobre toda nega¬ el máximo y el mínimo. La Esencia infinita es, pues, la me¬
ción, es la excelencia de aquel que está separado de todo dida más adecuada y exacta de todas las esencias.
y trascendiéndolo todo. Por eso concluye en la Carta
a Gayo
que es conocido por encima de toda mente y de
toda inteli¬
gencia. CAPíTULO XXIII
3.570 Y, concordando en esto, dice Rabí Salomón que a la existencia actual de Dios
todos los sabios están unánimes en afirmar que «las ciencias Paso de la esfera infinita
no llegan a conocer al Creador, y que nadie sabe lo
es sino El mismo, y que nuestro conocimiento, en compara¬
que El 3.573 Conviene hacer todavía algunas consideraciones
acerca de la esfera infinita. Encontramos que en la esfera
infi-
ción del suyo, es un no acercarse a su conocimiento; y por máximas, según las
eso el mismo saca esta conclusión: «Alabado sea el Creador, nita convergen en el centro tres líneas
tres dimensiones de longitud, anchura y profundidad. Pero
porque en el conocimiento de su esencia se resume toda circunferencia, en
cia, y la sabiduría viene a ser ignorancia, y la elegancia
cien¬ el centro se confunde con el diámetro y la
de las la esfera infinita, el centro se confunde con dichas tres líneas;
palabras, pura fatuidad». longitud, anchura, profundidad.
es más: el centro es todo eso:
Será, pues, el máximo simplicísima e infinitamente, y toda la
3.571 Esta es la docta ignorancia que estamos buscando;
de ella se ha esforzado Dionisio en demostrar de mil longitud, anchura y profundidad que en él se hallan son el
maneras indivisible. Y como el centro, pre¬
por el mismo principio, si no me engaño, que
el que hemos máximo uno, simplicísimo,
longitud y profundidad, y es su término
enunciado, que es la única que nos lleva a encontrar a Dios. cede a toda anchura, realidad,
y medio, ya que en la esfera infinita son una misma
3.572 Transportemos, pues, la especulación que hacemos, centro, volumen y circunferencia. Y así como la
esfera infi¬
a base de que la infinita curvatura es la rectitud infinita, el Máximo
al nita está totalmente en acto y es simplicísima, así
Máximo, a propósito de su simplicísima e infinitísima esencia; está en acto y es perfectamente simple. Y como la esfera es
entonces aparecerá cómo esa esencia es la simplicísima esencia el acto de la línea del triángulo y del círculo, así Máximo
el
de las esencias de todas las cosas; y cómo todas las actual,
esencias es el acto de todos los seres. Por lo cual, toda existencia
de las cosas que son, fueron o serán, son en acto y toda exis¬
siempre, de él tiene recibido cuanto de actualidad posee, el
y eternamente son en ella ella misma, y así todas las está en acto en
esencias tencia en tanto existe en acto en cuanto
vienen a ser como la Esencia de todas las cosas. es forma de las formas
Infinito mismo. Por eso, el Máximo
y la forma del ser o la entidad máxima actual.
3573 WENCK, o.c., p.32ss.12-17; DE GANDILLAC, Ouvres choisies... p.93
nt.75: p.262 nt.58; FALSCH, O.C., p.234.
P t .74 ; p.94
' Sobre la docta ignorancia
1115

1114 Nicolás de Cusa hacia El. Pero como son


Todos los seres, pues, tienden por igual del fin, algunos
3.574 Fundándose en eso, decía Parmenides, pensando todos
finitos y no pueden participar de otros; como la línea por
muy sutilmente, que Dios es aquel para quien todo ser, sea participan de ese fin por medio
esfera, y el trian¬
el que sea, es todo lo que es. Así como la esfera es la última el círculo llega a ser cambio, por sí
medio del triángulo y círculo,
perfección de todas las figuras que no admite mayor, así el y el círculo, en
gulo, por medio del
Máximo es la perfección perfectísima de todos los seres, de mismo.
suerte que en El lo imperfecto es perfectísimo, como la línea
infinita es esfera, y la curvatura es rectitud, y la composición,
CAPíTULO XXIV
simplicidad, y la diversidad, identidad, y la distinción, unidad
y así en todo lo demás. ¿Cómo, en efecto, podría haber nada
Del nombre de Dios y de la
teología afirmativa
de imperfección donde la imperfección es Perfección finita,
y la posibilidad, acto infinito, y así en todo lo demás? con la ayuda divina, hemos
3.577 Ahora, después que, de ejemplos matemáticos,
3.575 Ahora vemos claramente cómo, puesto que el Mᬠtrabajado por adquirir, sirviéndonosMáximo, tratemos de com-
primer
ximo es como una esfera infinita, él es la única medida sim- un mayor conocimiento del que,
pletarlo investigando cuál es su nombre. Investigación
plicísima y perfectamente adecuada de todo el universo y de veces, será
cuanto existe en él. En él, en efecto, el todo no es mayor si tenemos presente lo que
hemos dicho repetidas
que la parte, como no es mayor la esfera que la línea infinita. fácil de realizar. el máximo absoluto, al
Dios es, pues, la única simplicísima razón de todo el universo. En efecto, es evidente que, siendo le puede convenir propia-
Y así como la esfera se origina después de una infinidad de cual nada se opone, ningún nombre se imponen en virtud de
al¬

figuras circulares, así Dios como la esfera infinita- :s la rue¬
dida simplicísima de todas las circulaciones.
mente. Pues todos los nombres
guna peculiaridad descubierta por
la razón, y que permite dis¬
todas las cosas son uno,
tinguir una cosa de otra. Pero donde
3.576 Toda vida, todo movimiento, toda inteligencia vie¬
ño puede haber
ningún nombre apropiado.
nen de El, existen en El y por El. En El, una revolución de
3.578 Por eso dice con razón
Hermes Trismegisto: «Sien-
la octava esfera no es menor que un número infinito de revolu¬ cosas, no hay nombre
que le
ciones, ya que es el fin de todo movimiento y en El descansa do Dios la totalidad de las con todos los
que llamar a Dios
todo movimiento como en su término. El es, en efecto, reposo sea propio, porque o habría cosas Dios». Por eso, según él,
infinito, en el cual todo movimiento es reposo; y así, el má¬
ximo reposo es la medida de todos los movimientos, como la
máxima rectitud lo es de todas las circunferencias, y la máxima
nombres, o llamar a todas las
el mismo nombre propio
Terpaÿpotujiarov , de cuatro
— que decimos nosotros inefable
letras, y éste es propio en el
alguna relación a las
sentido
creaturas, sino
y

de que no le conviene por


presencia o eternidad, de todos los tiempos.
En El, pues, descansan como en su término todos los
movimientos naturales, y en El se perfecciona toda potencia
absolutamente, por su
se «uno y todo», o mejor,
esencia —debe traducirse e interpretar-
umter).
«todo en unidad» (omnia máxima,
antes la unidad
como en un acto infinito. Y porque El es la entidad de todo Y así nosotros hemos descubierto en unidad, y este término
ser y todo movimiento tiende al ser, el reposo es el movi¬ que viene a ser lo mismo que
todos
miento mismo, siendo término del movimiento, especie, for¬ 3577-3586 DANGELMAYR, O.C., p.188. y nombre Je Dios en
O.C., p.301; VF.RD, Ser o.c.,
ma y acto del ser. 3577-3581 VANSTEENBERGHE, 52 (1969) 29-59; DANGELMAYR.
Nicolás de Cusa : Miscelán. Comillas
3574-3576 DANGELMAYR O.C., p.188. p. 117-126. 11-15.35; PóPPEL, O.C., p.79. ID..
3574 DE GANDILLAC, O.C., p.94 nt.76-77; p.20 3577 WENCK, O.C., p. Oeuvres choisies de Nic. de Cues p.9«i ni.83;
DE GANDILLAC,
3576 RIVERA ne VENTOSA, Bases para una filosofía de la historia en Nico¬ 3578 p.266; VERD, O.C., p.29-59.
lás de Cusa p.46; De GANDII.LAC, Oeuvres choisies de Nic. de Cues p 95 La philosophic de Nic. de Cues
nt.79-80; ID., La philosophie de Nic. de Cues p.222,
1116 Nicolás de Cusa 111/
Sobre la docta ignorancia
de «unidad» parece mas próximo y más adecuado que el de
hecho dista infinitamente del verdadero nombre del
Máximo,
en unidad y unitariamente (uniter). Y por eso dice el profeta
que «en aquel día habrá un solo Dios, y su nombre será que es el Máximo mismo.
úni¬
co». Y en otro pasaje: «Escucha, Israel (esto es: el que ve 3.581 Resulta, pues, de esto claro que los nombres afir-
de
a Dios intelectualmente): tu Dios es único» (Deut 6,4). matívos que atribuimos a Dios, le convienen sólo a costaatri-
disminuirlo infinitamente, ya que tales nombres le son
3.579 Pero unidad no es el nombre de Dios en el sen¬
tido en que nosotros nombramos o entendemos la unidad, buidos según algo que se encuentra en las creaturas.
porque, si Dios sobrepasa toda inteligencia, a Como a Dios, pues, no le puede convenir nada particular,
fortiori sobre¬ distinto, que admita alguna oposición, sino fuerza de una
pasa todo nombre. Los nombres son impuestos por el movi¬
miento (o actividad) de la razón, que es muy inferior a la inte¬ disminución infinita, por eso las afirmaciones sobre él son
«desajustadas», como dice Dionisio. Porque, si se dice que
ligencia, para distinguir las cosas. Pero como la razón no pue- virtud,
de superar los extremos contradictorios, no hay, en conse- El es la verdad, surge la falsedad; si se dice que es la
surge accidente,
surge el vicio; si se dice que es sustancia,
cuencia, ningún nombre al cual no se oponga otro según el
y así en todo lo demás. Pero como El no es una sustancia
movimiento de la razón; y así, según ese movimiento, a la
que no sea todas las cosas y a la que ninguna se oponga, ni es
unidad se opone la pluralidad o multitud. Por lo tanto, a Dios
no conviene la unidad sin más, sino la unidad a la cual no se una verdad que no sea todas las verdades, sin oposición alguna,
no pueden tales nombres convenirle sino fuerza de disminuir-
oponga la alteridad o la pluralidad, o la multitud. Y ése es el
nombre máximo, que envuelve a todos los nombres en su
lo infinitamente. Pues todas las afirmaciones, al poner en él
algo de su propio significado, no pueden convenirle a El, que,
simplicidad unitaria, nombre inefable y por encima de todo
más que algo en particular, lo es todo. Por eso, los nombres
entendimiento. afirmativos, caso de convenirle, no le convienen sino por rela¬
ción a las creaturas; no es que las creaturas sean causa
de
3.580 ¿Quién podrá comprender esa Unidad infinita, que de
que le convengan, pues el Máximo no puede recibir nada
antecede infinitamente a toda oposición, en la que todas las causalidad
cosas están encerradas en la simplicidad de la unidad, fuera las creaturas, sino que le convienen por su infinita
pudo
de toda composición, en la que no existe lo otro o lo diverso, para con las creaturas. Así, Dios, desde toda la eternidad
donde el hombre no se distingue del león, ni el cielo de la crear; porque, si no hubiese podido, no seria la infinita po¬
tierra, y donde, sin embargo, cada una de esas cosas está tencia. Por lo tanto, el nombre de «Creador», aunque le con¬
ella misma, de la manera más auténtica, no en su finitud, sino venga por respecto a las creaturas, sin embargo, le conviene
en esa unidad que las encierra? El que lograse comprender también antes de que existiesen las creaturas, ya que desde
o nombrar tal unidad, que, siendo unidad, es todas las cosas toda la eternidad pudo crear. Y lo mismo hay que decir de la
y, siendo mínimo, es máximo, ése llegaría a conocer el justicia y de los demás nombres afirmativos que atribuimos
nom¬ a Dios por traslación de las creaturas por alguna perfección
bre de Dios. Pero como el nombre de Dios es «Dios», su
nombre no es conocido más que por el entendimiento que significada por esos nombres; si bien todos esos nombres es¬
es el Máximo mismo, y su nombre máximo. Así que, henos tuviesen desde toda la eternidad, aun antes de que nosotros
aquí en la docta ignorancia: aunque «Unidad» parezca se los atribuyésemos, con toda verdad, contenidos en su per¬
el nombre más aproximativo del Máximo, sin embargo, de
ser fección suma y en su nombre infinito, ni más ni menos que
todas las cosas designadas por esos nombres, y de las cuales
3579 VANSTEENBERííIIE, O.C., p.301; DE GANDILLAC, La philosophie los transferimos a Dios...
de Cues p.206 nt.5 p.267; DUPRé, Die de Nic.
von Kues. Mitt. Forsch. Cus. Gesellsch. 4Idee einer neuen Logik bei Nikolaus
(1964) 357-374.
3580 FALSCH, O.C., p.173.252; DE GANDILLAC, Oeuvres cboisies... p.97 3581 POPPEL, o.c., p.79.
nt.86.
1118

__ Nicolas de Cusa

CAPíTULO XXVI
Sobre la teología negativa
3.582 Como el culto de Dios, que ha de ser adorado
espíritu y en verdad, se funda necesariamente en las

mente en su culto por medio de la teología afirmativa,


a Dios como uno y trino, como infinitamente sabio,
en
afirma¬
ciones positivas sobre Dios, toda religión asciende necesaria-
adorando
bueno, luz
inaccesible, vida, verdad, y así sucesivamente, dirigiendo siem¬
pre su culto por la fe, que alcanza con más verdad por la

es todas las cosas en la unidad, y que aquel a quien rinde


docta
ignorancia; es decir, creyendo que ese a quien adora como uno,
culto
las cosas más
Sobre la docta ignorancia

3.585 Por todo esto es manifiesto que, en teología,


negaciones son verdaderas, y las afirmaciones,
sin embargo, las negaciones que remueven del ser
imperfectas, son más verdaderas

maciones; pues es más verdadera la afirmación de


inteligencia y vida, que la que de que es tierra,

la verdad brilla de
nieblas de nuestra
manera incomprensible
ignorancia. Esta es la
en
docta
insuficientes,

el decir que no es vida o inteligencia, y que no es


más que el que no es virtud. Lo contrario sucede en
que
perfectísimo

piedra

medio
las demás,
piedra
como que es más verdadero decir que Dios no es embriaguez

que
o

de
las

cuerpo.

3.586 Todas estas cosas resultan clarísimas de lo que he-


mos dicho antes. De todo ello concluimos que la exactitud
ignorancia
las
y,

que

las afir¬
Dios es

de
ti¬
que
1119

como luz inaccesible, no es luz como esta corporal, a la cual


se oponen las tinieblas, sino una luz simplicísima e infinita,
estábamos buscando; sólo por ella, como hemos explicado, te¬
misma de la
la cual las tinieblas son luz infinita, y que esa misma luz
en nemos acceso, según los grados de la doctrina bondad, a fin
infi¬ ignorancia, al Dios máximo unitrino, de infinita
nita brilla siempre en medio de las tinieblas de nuestra igno- fuer¬
rancia, pero que las tinieblas no la pueden abarcar. Y así, de que podamos alabarle por siempre con todas nuestras
la zas porque se nos muestra incomprensible.
teología negativa es tan necesaria para la afirmativa, que sin
El cual es bendito sobre todas las cosas por los siglos de
ella Dios no sería adorado como Dios infinito, sino como
crea- los siglos.
tura; lo cual es idolatría, que tributa a la imagen lo que sólo
compete a la verdad. Por eso será útil añadir todavía un poco
sobre la teología negativa. LIBRO II
3.583 Nos ha enseñado la sagrada ignorancia que Dios es PRóLOGO
inefable; y ello porque es infinitamente superior a cuanto se
puede nombrar; y esto, a su vez, porque es la verdad suprema. 3.587 Expuesta así la doctrina de la ignorancia sobre la
Y de ésta, con más verdad hablamos removiendo y negando, naturaleza del Máximo con la ayuda de ciertos caracteres sim¬
como hizo ya el gran Dionisio, que no pensó que El fuese ni bólicos, tratemos de investigar, por el mismo método, con la
verdad, ni inteligencia, ni luz, ni cualquier otra cosa que se ayuda de esa naturaleza que de alguna manera resplandece en
pueda decir; en lo que le siguen Rabí Salomón y todos
los las tinieblas, a los seres que, en cuanto son, lo son por ese
sabios. mismo Máximo absoluto.
Pero como lo causado es totalmente por su causa, siendo
3.584 Y, según la teología negativa, no se encuentra en mayor
de por sí nada, y como acompaña lo más cerca y con la
Dios otra cosa que la infinitud. Así que, según ella, Dios no semejanza posible a lo que es su origen y razón, resulta evidente
es cognoscible ni en este siglo, ni en el futuro, ya que toda
que es difícil llegar a conocer la naturaleza de la contracción
creatura es tinieblas en ese orden, por no poder comprender
[causal] si se desconoce su modelo, el absoluto. Conviene, pues,
a la luz infinita, que sólo de sí misma es conocida.
3587 3595 J. HOMMES, Die philosophische Grundlehren des Nikolaús Cu-
1926); SCHNEIDER. O.C.
Vansteenberghe. O.C., p.299-300; FALSCH, p 318-329 sanus iiber Gott und das Verhaltnis zur Welt (Augsburg transcendente e
p.56-57.93 nt. 35. 50.94; ROTTA, O. C.. p.331-367; VERD DIOS
O.C.,
3583 POPPEL, o.c., p.78.
3584 FALSCH, O.C., p.324 nt.2. inmanente en Nicolás de Cusa : Miscelán. Comillas 53 (1970)
163-195.
1120 Nicolás de Cusa Sobre la docta ignorancia 1121

que seamos doctos en una cierta ignorancia por encima de pero el que esa unidad esté fundida con la pluralidad, la dis¬

nuestro conocimiento, para que ya que no captemos la verdad creción con la confusion y la conexión con la discordancia, eso

exacta como es seamos al menos llevados a ver que ella existe,
esa verdad que al presente no somos capaces de comprender.
no lo tiene recibido de Dios, ni de causa alguna positiva, sino
que es algo contingente.
Tal es mi intento en esta parte de mi trabajo. Al cual tu cle¬
mencia juzgue y acepte. 3.589 ¿Quién, pues, podrá comprender la naturaleza de
la creatura haciendo debidamente la síntesis que hay en ella de
la necesidad absoluta, de la cual procede, y de la contingencia,
CAPíTULO II sin la cual no existe? Parece, en efecto, que la creatura en su
ser mismo, que ni es Dios ni la nada, sea en alguna manera
Que el ser de la creatura procede del ser primero de una posterior a Dios y anterior a la nada, entre Dios y la nada,
manera incomprensible como dice un sabio *: «Dios es el opuesto de la nada, y el ser,
el intermedio entre ambos». Y, sin embargo, no puede estar
3.588 Nos ha enseñado la sagrada ignorancia en lo que compuesta del ser y del no-ser. Parece, por lo tanto, que la
precede que nada es de por sí sino el Máximo absoluto, en el creatura ni es ser, porque desciende del Ser, ni no-ser, puesto
cual las expresiones «el ser de por sí», «en sí», «por sí» y que es anterior a la nada; ni tampoco puede estar compuesta
«para sí» vienen a significar lo mismo: el ser del absoluto. de ambos. Pero nuestro entendimiento, que no puede superar
También nos ha enseñado que necesariamente todo lo que es, los términos contradictorios, no llega a captar el ser de la crea-
en el grado en que es, tiene el ser recibido del Absoluto. Por¬ tura por sus procedimientos de división y de composición, si
que, ¿cómo lo que no es de por sí podría ser sino procediendo bien sabe que su ser lo tiene recibido del ser del Máximo. La
del ser eterno? Ahora bien, como el Máximo está exento de creatura no es, pues, inteligible por lo que tiene de ser, toda
toda envidia, no puede comunicar un ser disminuido como tal. vez que el ser de quien procede no es inteligible, de la misma
Por lo tanto, la creatura, que procede del Ser, no tiene todo manera que tampoco el ser del accidente es inteligible si la sus¬
lo que es propio suyo: la corruptibilidad, la divisibilidad, la tancia, en la cual está, no es inteligible.
imperfección, la diversidad, la pluralidad y demás cualidades, Y del mismo modo, la creatura en cuanto tal no puede ser
recibidas del Máximo eterno, indivisible, perfectísimo, indistin¬ una, porque desciende de la unidad, ni muchas, puesto que su
to y uno, ni de ninguna causa positiva. Porque, así como la ser le viene del Uno; ni tampoco es ambas a la vez, sino que
línea infinita es la rectitud infinita, que es causa de todo ser su unidad se encuentra contingentemente en una cierta plura¬
lineal, y la línea curva, en .cuanto línea, procede de la infinita, lidad. Y lo mismo parece que hay que decir de la simplicidad
pero, en cuanto curva, no procede de ella, sino que su curvatura y la composición y los demás pares de opuestos.
es una consecuencia de la finitud —es curva por el hecho de no
ser máxima, pues, si fuese máxima, no sería curva, como se ha 3.590 Mas como la creatura ha sido creada por el ser
mismo del Máximo y en éste el ser, el hacer y el crear son la

demostrado antes , de la misma manera se les viene a las
cosas, porque no pueden ser el Máximo al existir de manera misma realidad, parece entonces que crear Dios no es otra cosa
disminuida, con alteridad, con distinción y otros caracteres de que ser Dios todas las cosas. Si, pues, Dios es todas las cosas,
la misma índole, que, en verdad, no tienen causa. Así que, el 3589-3591 ROTTA, p.c., p.331-332.
ser una la creatura, discreta y ligada al universo, y tanto más
semejante a Dios cuanto más una, eso lo tiene recibido de Dios; 1 3589 DE GANDILLAC, Oeuvres cboisies... p.106 nt.105; ID , La philosohte
de Nicolas de Cues p.396; ROTTA, O.C,, p.336.
3590 Nic DF. CUSA, Apologia doctae ignoranttae p,13ss.l5.1V.33;
o.c,, p.4.23-36; FALSCH, O.C., p.282-285; ROTTA, O.C., p.336; DE
WENCK,
GANDILLAC,
3588 DE GANDILLAC, Oeuvres cboisies... p.104 nt.100-101; p.105 nt 102 104' Oeuvres cboisies... p.106 nt.106.
3588 VANSTEENBERGHE. O.C., p.361; Me TIGHE, O.C., p.328, * HERMES TRISMEGISTUS.

Los Hlosofos medievales 2 36


1122 Nicolas de Cusa H23
Sobre la docta ignorancia

y eso es crear, ¿como se podrá entender que la creatura no


eterna, siendo eterno el ser de Dios, mejor dicho, la misma
sea espejo, si suponemos que éste no sería nada por sí en ni sí
eter¬
nidad? En el grado en que la creatura misma es el ser de Dios, mismo antes o después (de recibir esa imagen).
nadie puede poner en duda que es la eternidad; pero en la 3.593 Tampoco puede entenderse cómo puede Dios ha-
medida en que está sujeta al tiempo, no procede de Dios, que cerse manifiesto a sí mismo a través de las creaturas visibles.
es eterno. ¿Quién podrá, pues, comprender que la creatura Eso no puede verificarse, en efecto, a la manera de nuestro
procede de un ser eterno y que, a la vez, existe temporalmente? entendimiento, que es conocido sólo de Dios y de nosotros;
La creatura, en efecto, no pudo, en su ser mismo, no existir él, cuando se pone a pensar, recibe de algunas imágenes, en la
en la eternidad, ni tampoco pudo existir anteriormente al tiem¬ memoria, una forma de color, de sonido, etc.; él estaba sin
po, puesto que antes del tiempo no había anterioridad alguna; forma ninguna, y recibiendo después otra forma, la de otros
así que existió siempre, desde que pudo existir. signos, de sonidos o de letras, puede comunicarse con los de¬
más. Pues aunque Dios, para dar a conocer su bondad como —
3.591 ¿Quién, por fin, podrá entender que Dios es la
forma del ser (essendi) y que, sin embargo, no se mezcla (o
confunde) con la creatura? En efecto, de una línea infinita y

dicen los autores piadosos , o porque El, la máxima Necesi¬
dad absoluta, creó un mundo que le obedeciese, para que hu¬
de una curva finita no puede resultar ningún compuesto, que biese hombres que le fuesen sumisos, y le temiesen y fuesen
exige cierta proporción. Ahora bien, nadie duda de que entre por El juzgados, o por otra razón; sin embargo, es cosa clara
el Infinito y el finito no puede haber proporción alguna. ¿Cómo, que El ni puede revestir una forma extraña, pues es forma de
pues, puede el entendimiento entender que el ser de una línea todas las formas, ni puede aparecer en signos positivos, pues
curva procede de una recta infinita, que, sin embargo, no la tales signos requerirían en su condición de signos otros en que
informa como forma, sino en cuanto causa y razón? Razón que manifestarse, y así sucesivamente hasta el infinito.
no puede participarla como tomando una parte de ella, ya que 3.594 ¿Quién podría entender como todas las cosas son
es infinita e indivisible, o como la materia participa de la forma, imagen de esa única imagen infinita, que se va diversificando
como, por ejemplo, Sócrates y Platon, de la humanidad; o de manera puramente contingente, como si la creatura fuese
como el todo es participado por las partes, como el universo un Dios fortuito (Deus occasionatus), como el accidente es
occasionata)
por las partes; o como muchos espejos reflejan diversamente un aspecto fortuito en la sustancia ( substantia
)?
el mismo rostro, puesto que la creatura no existe antes del ser y la mujer un aspecto fortuito del hombre (vir occasionatus
( del cual participa ) , al ser él mismo, mientras que el La forma infinita, en efecto, no es recibida sino de un finito,
espejo
sí que es espejo antes de reflejar el rostro. de suerte que toda creatura viene a ser como una infinidad
3.592 ¿Hay alguien que pueda comprender cómo una finita o un Dios creado, de la manera que mejor puede reali-
única forma infinita es diversamente participada por diversas zarse eso; como si hubiese dicho el Creador: «fiat», y no
creaturas, siendo así que el ser de la creatura no puede ser pudiendo ser hecho Dios, que es la eternidad misma, resultó,
más que el reflejo mismo de esa forma, no recibido realmente sin embargo, hecho un ser lo más semejante posible a Dios.
en alguna otra cosa, sino resultando diverso de una manera
3.595 De ello se concluye que toda creatura, como tal,
es perfecta, si bien con respecto a alguna otra puede parecer
puramente contingente? Es como si una obra de arte, que
depende completamente de la idea del artífice, no tuviese otro
menos perfecta. Dios, en efecto, en su bondad, comunica el
ser que el de esa su dependencia, del cual le vendría el ser
y por cuyo influjo sería conservada, como la imagen en su 3593 DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... p.108 nt.109. p.304-360; RIVERA
3594 DE GANDILLAC, O.C., p.109 nt .111; ROTTA, O.C.,
'">91 HIRSCHBERGER Das Prmzip der Inkommensurabilitát hei Nik. von DE VENTOSA, O.C., p.43-44.54. philosophic
j.
Kues p 40 3595 DF, GANDILLAC, Oeuvres choisies... p.109 nt.112; ID., ha
de Nicolas de Cues p.376-394; VANSTEENBERGHE, O.C., p.361-362.
1124 Nicolás de Cusa \nbre la docta ignorancia 1125

ser a todas las cosas según el modo como cada una puede reci¬ superficie y en el cuerpo. Y no hay más que un solo punto,
birlo. Por lo tanto, como Dios comunica sin envidia el ser indi- que no es otra cosa que la unidad infinita misma, ya que este
la
versificado, recibiéndose éste según lo permite la contingencia es el punto que es el límite, la perfección y la totalidad de
de «lo otro» y «del otro modo», todo ser creado reposa en su línea y de la cuantidad, porque la encierra en sí; su primer
perfección, que ha recibido de la liberalidad del ser divino, no desarrollo es la línea, en la cual no se encuentra más que el
deseando ningún otro ser creado como más perfecto, sino aman- punto.
do ante todo ése que ha recibido como un don divino del
Máximo y deseando perfeccionarlo y conservarlo en su inco¬ 3.598 Así también, el reposo es la unidad que envuelve
rruptibilidad. el movimiento, que, si se le mira con sutileza, podría parecer
una serie ordenada de reposos. El movimiento es, pues, el
desarrollo del reposo. Así el «ahora» o el presente envuelve
CAPíTULO III en sí al tiempo. El pasado fue presente, el futuro será presente:
en el tiempo, pues, no se encuentra sino un presente ordenado.
Cómo el Máximo envuelve y desarrolla todas las cosas
de un modo accesible al entendimiento
El pretérito y el futuro son desarrollo del presente: el presente
envuelve en sí a todos los tiempos presentes, y éstos son el
3.596 Nada se puede decir ni pensar de la verdad sujeta desarrollo en serie de aquél, y no se encuentra en ellos más
a investigación que no esté ya contenido en la primera parte que el presente. No se da más que un presente que envuelve
de este libro. Todo lo que concuerde, en efecto, con lo que allí en sí a todos los tiempos; y ese presente es la Unidad misma.
se ha dicho de la primera verdad, será por fuerza verdadero, 3.599 Así, la identidad envuelve a la diversidad, la igual¬
y todo lo que esté en discordancia con ello, necesariamente dad a la desigualdad y la simplicidad a la división o discreción.
falso. Y lo que allí se ha demostrado es que, en el orden de lo Unica es, por lo tanto, la implicación universal: no hay una de
máximo, no puede haber más que uno solo. la sustancia, otra de la cualidad o de la cuantidad, y así sucesi¬
Ahora bien, el Máximo es aquel al cual nada se puede vamente, ya que no existe más que un solo Máximo, con el
oponer, aquello en lo que lo mínimo es lo máximo. La unidad cual coincide el mínimo, en el cual la diversidad envuelta no
infinita, pues, es lo que envuelve todas las cosas: eso es lo se opone a la identidad envolvente. Porque, como el número
que dice el concepto de unidad: que une todas las cosas. Pero precede a la alteridad, así también el punto, que es perfecto,
no es máxima tan sólo en cuanto envuelve todos los números, precede a la magnitud. En efecto, lo perfecto precede siempre
sino en cuanto envuelve todas las cosas; y así como en el nú¬ a lo imperfecto, como el reposo al movimiento, la identidad
mero que desarrolla la unidad no se encuentra más que la uni¬ a la diversidad, la igualdad a la desigualdad, y así sucesivamente,
dad, así en todas las cosas que existen no se encuentra más en todo lo demás que es idéntico a la unidad, que es la eter¬
que el máximo. nidad misma: no puede haber varios eternos. Dios, pues, en¬
3.597 Esa unidad se llama punto por respecto a la cuan- vuelve a todo, en el sentido de que todo está en El; y es el
tidad que desenvuelve esa unidad, ya que en la cuantidad no desarrollo de todo, en el sentido de que está en todo.
se encuentra nada más que el punto. Como, dondequiera que 3.600 Expliquémonos acudiendo a los números. El nú-
se divisa la línea siempre se halla el punto, y lo mismo en la
3598 WENCK, o.c., p.15-17; VANSTEENBERGHE, O.C., p.310; SCHNEIDER, O.C.,

3596-3605 FALSCH, O.C., p.174-176 (bibliogr., p.174 notas);


VANSTEENGERGHE. p.47. p.lll
o.c., p.310; SCHNEIDER, O.C., p.61-65.94-103 nt.59.102; JASPERS,
O.C.; DANGEL- 3599 WENCK, O.C., p.26-30.35; DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... O.C.,
MAYR, o.c., p.96 nt.260; HIRSCHBERGER, Historia de la Filosofía I p.356s. nt.113; p.122 nt.114; VANSTEENBERGHE, O.C., p.310-311.363; SCHNEIDER,
3596 DE GANDILLAC, La philosophic de Nic. de Cues p.261 394: POPPEL. p.103; FALSCH, O.C., p,249.
P-314;
o.c., p.77; K.H. VOLKMANN-SCHLUCK, La filosofía de Nicolás de Cusa, una
for¬ 3600 DE GANDILLAC, O.C., p.112 nt.115-116; VANSTEENBERGHE, O.C.,
ma previa de la metafísica moderna: Rev. Fil. 17 (1958) 48 SCHNEIDER, O.C., p.94.99.
1126 Nicolas de Cusa Sobre la docta ignorancia 1127

mero es el desarrollo de la unidad. Ahora bien, el numero im¬ ni está unido o inmerso en las cosas, pueda desenvolverse a
plica razón (cálculo); y la razón es cosa de la mente; por eso través de la multitud de las cosas. Si se consideran las cosas
los brutos, que no tienen mente, no pueden contar. Así como sin El, son nada, ni más ni menos que el número sin la unidad.
el numero tiene origen en la operación de nuestra mente, por Si se le considera a El sin las cosas, El existe y es algo, y las
la que agrupa muchas cosas singulares en una que les es común, cosas son nada. Si se le considera como está en las cosas, se
asi la pluralidad se origina de la mente divina, en la cual las piensa que las cosas son algo, y que en ese algo existe El; y eso
muchas cosas se hallan sin pluralidad, ya que se hallan envuel¬ es un error, como se vio claramente en el capítulo primero, ya
tas en la unidad. En efecto, al no poder las cosas participar de que el ser de la cosa no llega de por sí a constituir algo distinto,
igual manera la igualdad misma del ser, Dios, en su eternidad, en cuanto es diverso, pues su ser lo tiene del ser (de Dios).
las pensó a una de esta manera, a otra de aquella otra, y de Y si se considera a una cosa como está en Dios, entonces es
ahí se originó la pluralidad, que en El es unidad. Ahora bien, Dios en cuanto unidad.
la pluralidad o el número no tiene otro ser que el que le viene
de la unidad. 3.603 No queda sino decir que la pluralidad de las cosas
se origina de la presencia de Dios en la nada. En efecto, si se
La unidad, pues, sin la cual el número no existiría, se halla
retira a Dios de la creatura, queda nada; si se suprime la sus¬
en la pluralidad; y en eso está el desarrollo de unidad: en que
tancia en el compuesto, no queda ningún accidente, y, por lo
ella lo es todo en la pluralidad. Pero el modo de esa involución
tanto, no queda nada. ¿Cómo puede entender eso nuestro en¬
y desarrollo sobrepasa a nuestro entendimiento. Pues ¿quién
tendimiento? Pues, aunque perezca el accidente desaparecida
podría comprender cómo pueda originarse la pluralidad de la
la sustancia, no por eso el accidente es nada. Pero perece por¬
mente divina, toda vez que el entender en Dios es su misma
que el ser del accidente es estar en (otro ser); y por eso, como
esencia, que es la unidad infinita?
la cuantidad no es sino por el ser de la sustancia, sin embargo,
3.601 Si, siguiendo en la analogía del numero, considera¬ por estar en la sustancia, ésta resulta cuanta por la cuantidad.
mos que este es la multiplicación mental de una unidad común, 3.604 No es ése el caso presente, pues la creatura no está
parecerá como si Dios, que es unidad, estuviese multiplicado de esa manera en Dios. No aporta, en efecto, nada a Dios, como
en las cosas, toda vez que su entender es su ser; y, sin embargo, lo hace el accidente a la sustancia; es mas: tanto aporta el acci¬
entendemos que no es posible que esa unidad, que es infinita dente a la sustancia, que, si bien tiene de ella el ser, la sustan¬
y máxima, se halle multiplicada. ¿Cómo entonces concebir la cia, en consecuencia, no puede existir sin ningún accidente:
pluralidad, cuyo ser procede del uno, sin la multiplicación de la nada de eso se puede decir de Dios.
unidad? ¿O cómo entender que la unidad se multiplique sin
multiplicación? No podra tratarse, desde luego, de algo análogo 3.605 ¿Cómo, entonces, podremos comprender a la crea-
a la multiplicación de una especie única o de un género único tura como tal, que procede de Dios y nada puede, por lo mismo,
en muchas especies o individuos, fuera de los cuales el genero aportarle a El, que es el Máximo? Y si la creatura como tal
o la especie no tienen existencia sino por la abstracción del no llega a tener ni siquiera una entidad como la del accidente,
entendimiento. ¿cómo se entiende que la pluralidad de las cosas se explica por
3603 WENCK, O.C., p. 5-10. 36; VANSTEENBERGHE, O.C., p.312; SCHNEIDER, O.C.,
3.602 Nadie, pues, es capaz de entender cómo Dios, cuya p.131; FALSH, O.C., p.281.
unidad existe no en virtud de la abstracción del entendimiento, 3604 VANSTEENBERGHE, O.C., p.312-313; FALSCH, O.C., p.281.
3605 DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... p .11 5 nt.120; VANSTEENBERGHE,
o.c., p. 311; ROTTA, O.C., p.316.359; FALSCH, O.C., p.287; DANGELMAYR, O.C.,
3601 DE GANDILLAC, O.C., p.113 nt.117; VANSTEENBERGHE, O.C., p.314; p.96 nt.260; P&PPEL, O.C., p.88-102; HIRSCHBERGER, Historia de la Filosofía I
SCHNEIDER, O.C., p.103; COLOMER, Die Erkenntnismetaphysik des Nikola us van p.355.357; COLOMER, Individuo y cosmos... p.72-74; Me TIGHE. Nicholas o/
Kues p.218. Cusa's Theory of Science and its metaphysical Background, en Nicolo Cusano..
3602 DE GANDILLAC. La philosophie de Nimias de Cues p.393. P 322
1128 Nicolas de Cusa Sobre la docta ignorancia 1129

la presencia de Dios en la nada, cuando la nada no tiene entidad 3.607 Pongamos algunos casos concretos para facilitar el
alguna? Se dirá: «Su voluntad es una causa omnipotente, y la camino a la investigación: Dios es la maximiclad absoluta y la
voluntad y la omnipotencia son su ser; toda la teología es unidad absoluta, que precede absolutamente y reduce a la uni¬
circular». Habrá entonces que confesar que ignoramos de todo dad todos los extremos que difieren y que distan, como los
en todo el modo de la implicación y del desenvolvimiento, y que contradictorios, entre los cuales no se da medio. Ella es abso¬
lo único que sabemos es que ignoramos ese modo, aunque sí lutamente lo que son todas las cosas, principio absoluto en todo
sepamos que Dios es la involución y despliegue de todas las y fin y entidad de todas las cosas. En ella todas las cosas, sin
— — —
cosas, y que en cuanto involución están todas las cosas en
El, y n cuanto despliegue es El en cada cosa lo que es esta,
pluralidad, simplicísima e indistintamente son el Máximo abso¬
luto mismo, como la línea infinita es todas las figuras. Así tam¬
como la verdad en la imagen. Es como si un rostro fuese re¬ bién el mundo o el universo es un universo reducido y uno,
producido por una imagen que se multiplicase de por sí en que precede a las realidades reducidas en cuanto que son con¬
muchas de cerca y de lejos (no se trata aquí de distancia local, trarias. El es, de manera reducida, lo que son todas las cosas
sino de una distancia de grados de la verdad del modelo, pues en todo, principio reducido y término reducido de las cosas,
no es posible otra clase de multiplicación): en todas esas imᬠser reducido, infinitud reducida, de suerte que es infinito de
genes multiplicadas y diversificadas aparecería un solo rostro, una manera reducida; en él todas las cosas, sin pluralidad, son
por encima de todo sentido y de toda inteligencia, de manera el máximo reducido mismo, con una simplicidad e indistinción
incomprensible. reducidas, como la línea máxima reducida es, de una manera
reducida, todas las figuras.
CAPITULO IV
3.608 Así que, si se tienen ideas exactas sobre la natura¬
Corno el Universo, máximo solamente reducido, leza de la reducción, todo resulta claro. En efecto, la infinidad
reducida, o la simplicidad o indistinción, son una caída infinita
es la imagen del Absoluto
por reducción respecto del Absoluto, de suerte que el mundo
3.606 Si extendemos ahora, por una sutil consideración, infinito y eterno cae también quedando fuera de toda proporción
lo que se nos ha hecho evidente en las páginas que preceden con la absoluta infinidad y con la eternidad, y lo mismo sucede
gracias a la docta ignorancia, de sólo el conocimiento que tene¬ con el universo uno respecto de la Unidad. Así que la unidad
mos de que cuanto existe, o es el Máximo absoluto, o depende absoluta, por lo tanto, está exenta de toda pluralidad; en cam-
de El, podrán manifestársenos muchas verdades concernientes bio, la unidad reducida, que es la unidad del universo, aunque
al mundo o universo, al que considero como un Máximo redu¬ sea un máximo, sin embargo, como es reducido, no está libre
cido. Como lo reducido o concreto tiene recibido del Máximo de la pluralidad, si bien es un único máximo reducido. Por lo
absoluto cuanto es, ese máximo reducido imita lo más que pue¬ cual, aunque su unidad es máxima, está, sin embargo, reducida
de al Máximo absoluto. Todo lo que hemos ganado, por lo por la pluralidad, como su infinitud por la finitud, su simpli¬
tanto, en el primer libro, de conocimiento sobre el Máximo cidad por la composición, su eternidad por la sucesión, su ne¬
absoluto, concierne de una manera absoluta, sin restricciones, al cesidad por la posibilidad, y así en todo lo demás, como si la
Máximo absoluto, y al reducido de una manera restringida. absoluta necesidad se comunicase sin mezclarse y hallase su
término en su opuesto, que la reduciría. Y como si la blancura
3606-3610 DE GANDILLAC, La philosophic de Nicolás' de Cues p 305 313-314
405 nt.145; VANSTEENBERGHE, O.C., p.31 5-320; Me TIGHE, O.C., p.332-334; 3607 DE GANDILLAC, O.C., p.116 nt.122-123; ID., La philosophie de Nicolas
FUEHRER, O.C., The principle of «contraction in Nicholas of Cusa’s view of de Cues p,387; SCHNEIDER, O.C., p.61; POPPEL, O.C., p.77; Me TIGHE, O.C.,
man: Downs. Rev. 93 (1975) 289-296. P 327.
3606 DE GANDILLAC, Oeuvres choisies ... p.115 nt .121; Me TIGHE O.C 3608 DE GANDILLAC. Oeuvres choisies... p.116 nt.123.125-126; SCHNEIDER,
p.327; SCHNEIDER, O.C., p.91 Individuo y cosmos... p.74
o.c., p.90 nt.53; COLOMER,
1130 Nicolas de Cusa Sobre la docta ignorancia 1131

tuviese un ser absoluto en sí independientemente de la abstrac¬ naturaleza, como pretendieron Avicena y otros filósofos. Sin
ción de nuestro entendimiento, resultando las cosas blancas por _ embargo, como en la idea del artífice el todo, por ejemplo, la
la contracción de ese ser de la blancura en sí, entonces la blan¬ casa, precede a las partes, por ejemplo, las paredes, así decimos
cura hallaría su límite de la no-blancura en los objetos blancos que, puesto que todas las cosas proceden de la idea divina, el
en acto; de suerte que cada objeto sería blanco por la blancura, universo recibió el primero la existencia y después todas las
sin la cual no podría serlo. cosas como consecuencias del universo, y sin las cuales no po-
3.609 De estas reflexiones se pueden sacar varias conclu¬ dría ser universo ni perfecto. Así, pues, así como lo abstracto
siones. En efecto, así como Dios, siendo inmenso, no está ni está en lo concreto, así consideramos nosotros en primer lugar
en el sol ni en la luna, aunque sea en ellos cuanto son, de ma- al Máximo absoluto en el máximo reducido, y después en todas
ñera absoluta, así el universo no está en el sol ni en la luna, las cosas particulares, porque existe de manera absoluta en él,
sino que en ellos es lo que son, de una manera reducida. Y, que es todas las cosas de manera reducida. Dios es, en efecto,
como la quididad absoluta del sol no se distingue de la quididad la quididad absoluta del mundo o universo; y el universo es


absoluta de la luna ya que es Dios mismo, entidad y quididad

absoluta de todas las cosas y la quididad reducida del sol se
esa misma quididad reducida. Reducción implica algo a que se
está reducido, esto o aquello. Dios, pues, que es uno, esta en
un universo único; pero el universo está en todas las cosas de

distingue de la quididad reducida de la luna al contrario de la
quididad absoluta de una cosa, que no es la cosa, la reducida una manera reducida.
Y así se podrá entender como Dios, Unidad simplicísima,

no se distingue de ella , es cosa clara que, siendo el universo
una quididad reducida, y reducida de manera diferente en el existiendo en el universo único, existe por intermedio de el,
sol y en la luna, su identidad se manifiesta en la diversidad, consecuentemente en todas las cosas, y cómo la pluralidad de
como la unidad en la pluralidad. Así que el universo, aunque las cosas está, asimismo, por su intermedio en Dios.
no sea el sol ni la luna, es, sin embargo, sol en el sol y luna en
la luna; Dios, en cambio, no es sol en el sol ni luna en la luna, CAPITULO V
sino el ser mismo del sol y la luna, sin pluralidad ni diversidad.
«Universo» dice universalidad, es decir, unidad de muchos; Todo en todo
por eso, así como la humanidad no es ni Sócrates ni Platón, sino
que es Sócrates en Sócrates y Platón en Platón, así es el uni¬ 3.611 Si se considera con perspicacia lo que llevamos di¬
verso con relación a todas las cosas. cho, no resultará difícil ver que la verdad de aquel dicho de
3.610 Pero como se ha dicho que el universo es tan sólo Anaxágoras «todo está en todo» tiene tal vez fundamentos
un principio reducido, y así máximo, se ve claro cómo, por más profundos que el pensamiento mismo de Anaxágoras. En
simple emanación del máximo reducido a partir del Máximo efecto, es claro, por el primer libro, que Dios está en todas
absoluto, el universo entero empezó a ser. Ahora bien, todos las cosas, como, asimismo, todas las cosas están en El; sabe-
los seres, que son partes del universo, y sin los cuales el uni¬ mos ahora que Dios está en todas las cosas como por media-

verso—por ser reducido no podría ser uno, todo y perfecto,
recibieron la existencia a una con el universo , y no la inteli¬
ción del universo; de ahí resulta que todas las cosas están en
todas y cualquiera en cualquiera. El universo, en efecto, como
gencia en primer lugar, después el alma superior, después la 3611-3615 J. HOMMES, Die philosophiscbe Grundlehren des Nikolaus Cu-
HAUBST, o.c.,
sanus über Gott und das V erháltnis zur Welt (Augsburg 1926);
3609 Nic. DE CUSA, Apologia áoctae ignorantiae p.19.25.33; WENCK, O.C., p.302; SCHNEIDER, O.C., p.32; COLOMER, Individuo y cosmos... p.74-76; HIRSCH-
p.12-15.36; DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... p.118 nt.127; p.119 nt.128; ID., BERGER, Historia de la Filosofía I p. 358.
La philosophic de Nicolas de Cues p.394; VANSTEENBERGHE, O.C., p.320; ROTTA, ID., La
o.c., p.359; SCHNEIDER, O.C., p.90; R. HAUBST, Der Evolutionsgedanke in der
3611 DE GANDILLAC, Oeuvres choisies... p.120 nt.129-131 p.20;
philosophic de Nic. de Cues p.82.
Lusanischen Theologie, en Nicolo Gusano..., p.299-300. 3611 JASPERS, O.C., p.128-129; PóPPEL, O.C., p.70.

i
1132 Nicolás de Cusa Sobre la docta ignorancia 1133

por un orden natural, al ser el más perfecto, precedió a todas decir, el universo, existe en la pluralidad, e, inversamente, la
las cosas, a fin de que cualquiera pudiese estar en cualquiera. pluralidad en la unidad.
Pues en toda creatura el universo es esa creatura misma, y así, Si se considera atentamente, se verá que toda realidad
cualquiera recibe a todas las cosas, de suerte que ellas son en existente en acto está en reposo por el hecho de que en ella
él mismo de una manera reducida. Al no poder ser en acto una todas las cosas son ella misma y porque ella misma es Dios
cosa todas, por estar reducida, las reduce a todas, para que así en Dios. Se ve entonces la admirable unidad de todas las co¬
sean ella. Si todo está en todo, el todo parece preceder a cual¬ sas, su admirable igualdad y la conexión dignísima de toda
quier parte. Por lo tanto, ese todo no es pluralidad, ya que admiración, por la cual todas las cosas están en todas.
la pluralidad no precede a cualquier parte. El todo, por consi¬
guiente, sin pluralidad, precedió por orden natural a cualquier 3.614 Y, por lo mismo, se entiende que la diversidad y
conexión se originan así: como cada cosa no ha podido ser
parte. En definitiva, pues, no se da en cada elemento una
pluralidad en acto, sino que sin pluralidad cada uno en cada —
en acto todas las cosas porque entonces sería Dios, y por
eso cada cosa sería en todas las demás de la manera como
uno de los otros es él mismo.
Ahora bien, el universo no está en las cosas sino
3.612

cada una podría ser y no ha podido existir semejanza abso
luía entre una cosa y otra, como se ha visto más arriba: eso
de una manera reducida, y toda cosa existente en acto reduce dio origen a que la totalidad apareciese en diversos grados,
al universo, de suerte que el universo viene a ser en acto lo como también, a aquel ser que no pudo ser simultáneamente
que ella es. Pero todo lo que existe en acto está en Dios, ya incorruptible, lo hizo existir incorruptiblemente en la sucesión
que Dios es el acto de todo. El acto, por otra parte, es la per¬ temporal, de suerte que todas las cosas sean lo que son, ya
fección y el fin de la potencia. Por lo tanto, estando el uni¬ que no pudieron ser de otra manera y mejor.
verso contraído en todo ser existente en acto, es evidente
que Dios, que está en el universo, está en cualquier ser, y que 3.615 Todas las cosas descansan en cualquiera de ellas,
cualquier ser existente en acto está de una manera inmediata puesto que un grado de ser no podría existir sin otro, como
en Dios, como el universo mismo. Lo mismo, pues, resulta en los miembros del cuerpo cada uno aporta algo a los demás,
decir: «cualquiera está en cualquiera» que decir que Dios, por y cada uno obtiene su perfección gracias a los otros. En efec¬
to, ya que el ojo no puede ser en acto la mano, y los pies y
medio de todo, está en todo, y que todo, por medio de todo,
está en Dios. Para una inteligencia sutil resultan muy claras todos los demás miembros, se contenta el ojo con ser ojo, y
verdades tan profundas de que Dios está en todas las cosas el pie con ser pie; y todos los miembros se ayudan mutuamente
sin diversidad alguna, porque cualquiera está en cualquiera para que cada uno sea lo que es de la mejor manera posible.
y todo esta en Dios, porque todo está en todo. Mas como Y la mano no está en el ojo, ni el pie, sino que en el ojo
el universo está en cualquier parte de manera que esa parte son ojo, en la medida en que el ojo está de una manera
esta en él, el universo es de manera reducida en cualquier
inmediata en el hombre; y así, todos los miembros están en
parte lo que ésta es de manera reducida, y cualquiera parte
el pie en la medida en que el pie está de una manera inme¬
en el universo es el universo mismo— si bien el universo está diata en el hombre, de suerte que, cada miembro está inme¬
en cualquier parte de una manera diversa y cualquier parte en diatamente, gracias a todos los otros, en el hombre, y el hom¬
bre, el todo, gracias a cada miembro está en cualquiera de
él también diversamente •...
3.613

Véase ahora cómo la unidad de todas las cosas, es
ellos, como el todo está en las partes por la presencia de todas
en todas.
3612 WENCK. O C., p.20-29.36; DE GANDILLAC, Oeuvres choisies. p.121 3614 DE GANDILLAC, O.C., p.123 nt.135. ,
a Nicolas
ntl32 3613 DE GANDILLAC. O.C., p.123 nt.U7: A. REY. Introduction
3613 DE GANDILLAC. O.C., p.122 nt.133-134. de Cusa. De la docte ignorance. Trad, de L. MOULINEER (París 1930)

I
1134 Nicolai de Cusa Apología de la docta ignorancia 1133

3.616 Si se considera, pues, que Ja humanidad es como miración de que ese ser infinito es el que resplandece en los
un ser absoluto, sin mezcla y sin reducción, y se para mientes seres comprensibles como en el espejo y en enigma. Acertada-
en el hombre, en el cual está la humanidad misma absoluta de mente ve que no es comprensible por creatura alguna aquella
una manera absoluta, y por el cual resulta humanidad reduci¬ Forma, de la cual es imagen toda creatura, pues ninguna ima¬
da: la humanidad absoluta misma sería Dios, y la humanidad gen puede ser reproducción exacta del modelo, ya que, como
reducida, el universo. Y así como la humanidad absoluta está imagen que es, decae de la realidad del modelo. Por lo tanto,
en el hombre primordialmente, o anteriormente, y por vía de la verdad absoluta no es comprensible.
consecuencia, en cada miembro o en cada parte, y la huma¬
nidad reducida es en el ojo, ojo, corazón en el corazón, y así 3.618 En consecuencia, si hemos de tener algún acceso
en todas las demás, toda en todos, pero reducida, así, en este á ella, eso tendrá lugar por obra de una especie de visión
ejemplo propuesto, hemos encontrado una semejanza del caso incomprensible que se tuviese en un rapto instantáneo, a la
de Dios y del mundo, y un acceso a todas aquellas cuestiones manera como con los ojos corporales miramos sólo por un ins-
que se han tratado en estos dos capítulos y a otras muchas tante, sin poder aguantarlo, el resplandor del sol, no porque
que de ellas se derivan. no tenga máxima visibilidad, ya que su luz se ofrece de por
sí a los ojos, sino porque, por su grado excesivo de luminosi¬
dad, no se le puede mirar de hito en hito.
APOLOGIA DE LA DOCTA IGNORANCIA Análogamente, Dios, que es la verdad misma, objeto del
entendimiento, es inteligible en sumo grado, y, a la vez, es
3.617 ... La verdadera realidad del ejemplar no puede ininteligiblemente en virtud de su inteligibilidad supereminen¬
verse tal cual es en la imagen; pues toda imagen, por serlo, te. Y así, sólo queda como la vía mas apta para transcender
dista de la realidad de su ejemplar. Fundándose en eso, piensa hasta El, la docta ignorancia o la incomprensibilidad compren¬
mi objetante que el Incomprensible no puede ser captado por sible. . .
la operación de transcender [ni aun] incomprensiblemente. Pe¬
3.619 La lógica y la investigación filosófica toda no han
ro el que conoce bien el modo como la imagen reproduce al
llegado todavía a la visión. Por eso va rastreando, como el
ejemplar, transciende la imagen y se eleva de una manera
perro de caza por las huellas, por la experiencia sensible y la
incomprensible a la verdad incomprensible. En efecto, el que
facultad innata de discurrir, el modo de llegar al objeto: así
acierta a ver a toda creatura como imagen de Dios, ve en sí
mismo que, así como el ser de la imagen no tiene de por —
procede todo animal cada uno a su manera , y por eso el —
doctísimo Filón dice que en todos los animales existe la razón,
sí ninguna perfección, así toda la perfección que hay en él le
como refiere el santísimo Jerónimo en su De Mustribus viris.
viene de aquel de quien él es imagen: el ejemplar es la me¬ Eso es lo que hade el hombre por la lógica. Pues, como dice
dida y razón de la imagen. Dios, en efecto, resplandece en Algazel, «la lógica nos es innata, ya que es la facultad racio¬
las creaturas como la realidad del ejemplar en la imagen. nal». Y los animales racionales razonan. El raciocinio inquiere
Aquel que ve, pues, que tan gran variedad de las cosas es
y discurre. El discurso se mueve necesariamente entre el punto
imagen de un único Dios, se dirige, al dejar todas esas imá¬
genes tan variadas, de manera incomprensible al ser incom¬ 3618 HIRSCHBERGER, O.C., p.54; SCHNEIDER, O.C., p.156.
3619-3620 VANSTEENBERGHE, O.C., 284-287; ROTTA, O.C., p.324; FALSCH, O.C.,
prensible. Pues viene a caer en estupor al percatarse con ad- p.174-177.219-260.304-314: DANGELMAYR, O.C., p.78 nt.203; Me TIGHE, O.C..
p.329-330; DUPRé, Die Idee einer neuen Logik bei Nikolaus von Kues: Mitt.
Forsh. Cus. Gesellsch. 4 (1964) 357-374; COLOMER, Modernidad y tradición...
3617-3632 VANSTEENBERGHE, O.C., p.270s. nt.4; ROTTA, O.C., p.229-231 248- p. 7.282-283 nt.45; ID., Individuo y cosmos... p.72; P. WILPERT, Das problem
249.271. der «Coincidentia oppositorum » in der Philosophie des Nikolaus von Kues, en
3617-3618 DE GANDILLAC, La philosophie de Nic. de Cues p.282. Humanismus, Mystik und Kunst in der Welt des Mittelalters (Leiden-Koln
3617 HIRSCHBERGER, Das Prinzipio der Inkommensurabilitat... p.77; RIVE 1953) p.47ss.
RA DE VENTOSA, Bases para una filosofía de la historia en Nicolás de Cusa p,41. p.50.
3619 SCHNEIDER, O.C..
11)6 Nicolas de Cusa Apología de la docta ignorancia 1137

de partida y el de llegada, y a los extremos que se oponen haber comprendido tu impugnador lo que entendías por coin¬
los llamamos contradictorios. Para la razón que discurre, los cidencia de contradictorios. Pues, como ya has oído, te achaca
términos son opuestos y distintos. Así que, en la región (or¬
den) de la razón, los extremos son distintos, como en la defi¬ — —
falsamente que sostienes que la creatura coincide con el
Creador, y contra eso lanza sus ataques.
nición del círculo, que es que los radios son iguales, el centro A lo cual repuso él: Ya he dicho que el hombre animal
no puede coincidir con la circunferencia. no percibe las cosas que atañen al reino de Dios, y si no le
hubiese cegado la pasión, no habría falseado el sentido de lo
3.620 Pero en la región del entendimiento, que ha visto que leyó. Su determinación fue, a lo que parece, impugnar
que el número envuelve a la unidad, y el punto a la línea
aquellos escritos; y, conforme a su intención, ha quedado bien
y el centro al circulo, se llega a captar por la visión mental
evidenciado de falsario tanto en el sentido como en las pala¬
sin discurso la coincidencia de la unidad y de la pluralidad,
bras mismas de la obra. «Es costumbre de los más pertinaces
del punto y de la línea, del centro y del círculo, como has po¬ herejes mutilar las Escrituras», dicen los Padres del sexto sí¬
dido ver en los libros De coniecturis, en los que he explicado nodo.
cómo Dios está por encima mismo de la coincidencia de los
contradictorios, ya que es la oposición de los opuestos, en de¬ 3.624 Uno que ame la verdad negará que tal conclusión
cir de Dionisio. se obtenga del libro de la Docta ignorantia y no admitiría el
sentido que da a las cosas que allí se dicen. Decir que la ima¬
3.621 Una vez, Enrique de Malinas vino a dar en el des¬ gen coincida con el ejemplar y lo causado con la causa, no es
cubrimiento, como escribe en su Speculum divinorum, de que ya un error: es una locura. Pues de que todas las cosas están
en el dominio de lo inteligible coincidían la unidad y la plu¬ en Dios como lo causado en su causa, no se sigue que lo cau¬

——
ralidad, lo que le admiró sobremanera. Pero, como ya te he sado sea la causa aunque, tal como están en la causa, sean
dicho repetidas veces, el que logra ver cómo el entender es la causa misma , como ya has oído repetidas veces a propó¬
a la vez movimiento y reposo del entendimiento, como afirma
sito de la unidad y del número. El número, en efecto, no es
de Dios Agustín en sus Confesiones, se moverá con más fa¬ la unidad, aunque todo número está envuelto en la unidad
cilidad cuando se trate de otros contradictorios. como causado en la causa; lo que nosotros llamamos número
3.622 Una vez dicho esto, me advirtió el maestro que es el despliegue de la virtualidad de la unidad. Y así, el nú-
parase mientes en que la docta ignorancia es como una alta mero, en cuanto envuelto o incluido en la unidad, es la unidad
torre desde la cual podemos ver las cosas desde una mayor misma.
altura. En efecto, desde ella se ve lo que anda buscando si¬ 3.625 Supongo que habrás captado bien mi manera de
guiendo las huellas el que va de acá para allá en la campiña; pensar por lo que ha ido leyendo con tanta diligencia del
y está contemplando al que está allí cuánto se acerca o se libro De dato lutnine. El que trata de investigar el pensa¬
aleja del objeto buscado. Pues de ese modo la docta ignorancia, miento de un autor sobre un punto determinado, debe leer
situada en la alta región del entendimiento, juzga del proceso con atención todos sus escritos y armonizar unas con otras las
discursivo. afirmaciones que en ellos aparezcan. Pues es fácil tarea el en¬

——
3.623 Hechas estas observaciones que creo le habrás contrar en textos mutilados alguna frase que parezca disonar,
oído sin duda alguna sumariamente , añadí yo: no parece pero que, considerada en el contexto general, tiene un sentido
aceptable, de manera parecida a como los animales venenosos,
J623-J626 WENCK, o c, p.19.24-25.28-29; SCHNEIDER, O.C.. p.65-72.84-86 157-
162 166-170; ROTTA, O.C . p.304; HIRSCHBERGER, Historia de la 3624 SCHNEIDER, O.C., p.82.164.
Dt- GANDILLAC. La pbilnsopbie de Nicolás de Cues p.2!6;. Filosofía
I
p.356s
VANSTEEN- 3625-3630 VANSTEENBERGHE, O.C., p.313.
BERGHE, o.c p 314 3625 VANSTEENBERGHE, O.C., p.361; SCHNEIDER, O.C., p.ll.
1138 N¿colas de Cusa Apologia de la docta ignorancia 1139

si se les considera en sí, aislados de todo el universo, parece Leí entonces el texto del adversario que tenía al alcance
que no tienen nada de belleza ni bondad, pero considerados en de la mano, en el cual dice que es falsa la afirmación de que
el conjunto del universo del cual son miembros, manifiestan saber es ignorar, ya que el hábito y la privación son cosas
tener su dosis de belleza y bondad, ya que el universo, que es distintas.
en su totalidad bello, consta del conjunto hermoso de sus
partes.
3.628 Al punto, interrumpiendo la lectura, dijo el maestro.
«Me maravilla cómo un hombre que se tiene por una
3.626 Refiere Santo Tomás en el Contra gentiles, tra¬ notabilidad pueda decir que en los libros De docta ignorantia
tando de una cuestión similar a ésta, que algunos habían to¬ se afirma semejante cosa. Pues, aunque el título del primer
mado pie de algunas expresiones del gran Dionisio para decir capítulo diga problemáticamente Como el saber es ignorar, no
que todas las cosas son Dios, ya que afirma, en su De caelesti afirma con ello que el saber sea ignorar, sino del modo como
hierarchia, que Dios es el ser de todas las cosas; si hubiesen allí se explica; y ese modo consiste en que uno sabe que ig¬
leído todos los opúsculos del mismo Areopagita, habrían en¬ I nora. De esa ciencia de la ignorancia se da en ese capítulo
contrado en el De divinis nominibus la afirmación de que una explicación muy clara, como ya se ha tratado antes sufi¬
Dios es el ser de todas las cosas, de tal suerte, que no es cientemente. El gran Dionisio la llama al principio De divinis
ninguno de ellas en particular, ya que lo causado nunca pue- nominibus suprema y divina, y añade que esa ciencia, por la
de ser elevado a ser de manera igual a su causa. Eso, a mi cual se ignora el ser mismo supersustancíal, trasciende a todo
juicio, no se puede comprender por otra vía que la de la lenguaje y sentimiento, y hay que reservársela a Dios.
docta ignorancia. En efecto: así como Dios está de tal suerte
3.629 Después di lectura a la impugnación que hace a la

en todas partes que no está en ninguna no está ausente de

ningún lugar el que no está en lugar , y está en todo lugar
sin ocupar lugar, como es grande sin tener cuantidad: así
también Dios mismo es todo lugar de manera no local, y todo
parte en que se exhorta a que se abandonen las cosas sensibles
para poder llegar a lo incomprensible, porque eso sería contra
lo que se lee en el libro de la Sabiduría, capítulo 13, a saber,
tiempo intemporalmente, y todo ente no siendo a la manera que el Creador puede ser conocido a partir del magnífico es¬
de ente ( non-enter ), y por eso no es ser alguno de los seres, pectáculo que ofrecen las creaturas.
Tal objeción es vana, dije yo. En efecto, no existiendo pro¬
— —
como no es algún lugar o algún tiempo aunque lo sea todo
en todos , al modo como la mónada lo es todo en todos los porción de la creatura al Creador, ningún ser creado lleva en
números, porque sin ella no puede darse el número, que existe sí especie alguna por la cual se pueda conocer al Creador. Pero,
sólo gracias a ella; y, al ser la mónada todo número, no como partiendo del magnífico espectáculo de belleza que ofrecen las
tal número, sino como por involución, por eso no es ningún creadas, nos elevamos al ser bello infinita e incomprensi¬
número determinado, no es, en efecto, ni el 2 ni el 3. blemente, como, de la obra realizada, al magisterio, aunque la
obra realizada no guarde ninguna proporción con el magiste¬
3.627 A eso añadí yo que, dando de lado a lo superfluo, rio. Y añadí cómo el adversario debía haber sido confundido

disipase cuanto antes las fantasías del adversario cosa fácil de con toda razón por su propio sonrojo, al insistir arguyendo que

hacer , le dijera que se fundan en un falso supuesto: él me
mandó que yo mismo me encargase al menos de refutar lo más
el maestro de la docta ignorancia había repudiado a las creatu¬
ras como si no sirviesen de nada para el conocimiento de Dios,
fácil, consintiéndole a él el ocuparse de los puntos más difíci¬ siendo así que en el último capítulo del libro primero de la
les, en cuanto pudiese. Docta ignorancia puede ver declarado hasta la saciedad que
3626 COLOMER, Modernidad y tradición en la metafísica del conocimiento de
Nicolás de Cusa p.284. 3628 Nic. DE CUSA, De docta ignorantia I 1 (1-4).
De docta ignorantia I 26 (58 59): WENCK, O.C., p.23-
3627 Nic. DE CUSA, De docta ignorantia I 5; De Coniecturis I 7: WENCK, 3629 Nic DE CUSA,
o.c., p.23.33ss. 24.4-7.
1141
Apologia de la docta ignorancia
1140 Nicolas de Cusa
en sumo grado. Y no es
verdad que de la
todo culto de Dios se funda necesariamente en las afirmacio¬ visible también el Máximo se siga ese
nes positivas, aunque la docta ignorancia se reserva el juzgar coincidencia de los opuestos mismosa en saber, la destrucción del
de la verdad de ellas... (p.14-19). «veneno de error y de perfidia», primer principio, como
dice
germen de toda ciencia, o sea, del es, sí, el primero en el orden
3.630 Le leí después el corolario que pone el adversario: el impugnador. Pues ese principio orden del entendimiento
pero no en el
«En la maximídad absoluta, todas las cosas son lo que son, ya de la razón discursiva, arriba.
que es la entidad absoluta, sin la cual nada existe»; añadiendo intuitivo, como ya se ha explicado más
que Eckhart dice asimismo que el ser es Dios, y sacando de ahí Dios es cuanto existe,
la conclusión de que con eso desaparece la subsistencia propia 3.632 Ni tampoco es verdad que, si nada En efecto, Dios,
se siga que no creó todas las cosas
de la
de las cosas en su propio género, a lo cual respondió el maes¬
todo ser existente, al crear desenvolvió
tro: «Se le podría decir al adversario lo que dice San Agustín como envuelve en sí a
todas las cosas a modo
Dios
al alabar a Dios como vena de todos los seres añadiendo: ‘¿Que el cielo y la tierra; es más: por ser
intelectual, pero divina, de ahí
de involución de una manera cosas,
culpa tengo yo si tú no me entiendes?’ Toda vez que llama¬ o desenvuelve todas las
que es también el que desarrolla
mos Dios al creador y decimos que El existe, elevándonos a
y su creador y hacedor, y cuantos
títulos podamos acumular en
la coincidencia, decimos que Dios coincide con el ser. Moisés del gran Dionisio...
llama a Dios formador: «Formó Dios al hombre», etc. Si, pues, esta materia: ésta es la argumentación
p.20-
El es la forma de las formas, El es el que da el ser, aunque CUSA. Ve docta ignorantia II 2ss
(49); WENCK, O.C.,
2632 Nic. DE
la forma de la tierra da el ser a la tierra, y la forma del fuego, 23.29.
al fuego. Ahora bien, la forma que da el ser es Dios, que
forma toda forma. Por consiguiente, así como la imagen
posee una forma que le da el ser eso por lo cual es imagen,
y la forma de la imagen es una forma formada, y lo que tiene
de verdad lo tiene sólo de la forma que es la verdad y el
ejemplar, del mismo modo toda creatura es en Dios lo que es.
Pues allí toda creatura, que es imagen de Dios, está en su
verdad. Pero con ello no desaparece la subsistencia de cada co¬
sa en su propia forma. Y si nuestro hombre fuese amante de
la verdad, debería haber sacado la consecuencia contraria, de
lo que pudo leer expuesto en numerosos pasajes de la Docta
ignorancia explícitamente y con toda claridad.

3.631 A continuación le leí la tercera conclusión, que ase¬


gura haber sacado de la Docta ignorancia, a saber que la
quididad es inalcanzable.
Repuso el maestro: «Aunque a la vez inteligible en sí, co¬
mo objeta él; sin embargo, nunca es entendida en acto, como
sucede en Dios, que es inteligible en sumo grado, y en el sol,
3630 WENCK, o.c., p.26-28.31-35; DE GANDILLAC, La philosophic de Nico¬
lás de Cues p.388 nt.45; SCHNEIDER, O.C., p.161.
2631 WENCK, O.C., p.21.22; VANSTEENBERGHE, O.C., p.283-284; FALSCH, O.C.,
p.295.

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