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UN ENCUENTRO CON JESÚS

P. G. Evangelístico. Marcos 8:22-26


P. E. Persuadir a los oyentes a tener hoy un encuentro con Jesús para tener
su salvación.

INTRODUCCION: En un eclipse total de sol hay la impresión de que la luna


y el sol tienen un encuentro, Parece que la luna y el sol se juntan en el cielo.
Esta impresión se produce porque la luna es cuatrocientas veces más
pequeña que el sol y éste está cuatrocientas veces más lejano que la luna,
de la tierra, por lo que se ven del mismo tamaño, como si tuvieran un
encuentro. Este pasaje nos habla de un encuentro que se produce hace dos
mil años en un lugar llamado Betsaida. Un ciego de quien no sabemos mucho
tiene la experiencia maravillosa de encontrarse con Jesús. Al igual que el
ciego de nuestro pasaje, hay la necesidad de que nosotros tengamos un
encuentro con Jesús.

I.- ¿QUIENES NECESITAN UN ENCUENTRO CON JESÚS?

A. Las personas imposibilitadas: “...y le trajeron...” (v. 22).

En los evangelios Jesús sana por lo menos a siete ciegos. Los


evangelios nos hablan de siete sanidades realizadas por Jesús en personas
que no veían. Las sanidades las hace de una manera diferente. El ciego es
traído a Jesús. En la Biblia notamos que Andrés siempre está trayendo
personas a Jesús. El trae a su hermano Simón a Jesús (Juan 1:40-43).
También trae a un muchacho que tiene unos panes y unos peces. Con ese
alimento, Jesús realiza uno de sus más grandes milagros. Trae también a
unos griegos que estaban interesados en Jesús (Juan 12:22). En la Biblia
encontramos otros casos donde personas con necesidad fueron traídas a
Jesús. Por ejemplo unos niños cuyas madres deseaban que Jesús orara por
ellos, la mujer adultera y aun aquel paralítico llevado por cuatro son traídos
a Jesús. Traer personas a Jesús es en gran parte el ministerio de Pablo (1
Corintios 9:22). La gente independientemente de quien sea, en que condición
se encuentro, o que imposibilidades tenga, debe ser traída a Jesús.

B. Las personas imposibilitadas: “...y le trajeron...” (v. 22).

Un mundo de sombras es el mundo de algunas personas, incapaces de


ver. La incapacidad para ver en el oriente era considerada una gran
maldición. Un persona que no ve es una persona que: (1). No se percata del
peligro al cual está expuesta. (2). Es incapaz de ayudarse a sí misma. (3). No
puede, por si misma, encontrar el camino. La ceguera espiritual es una
maldición que ataca a toda la humanidad: “…en los cuales el dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca
la luz del evangelio de la gloria de Cristo…” (2 Cor. 4:4). Cristo soporta las
tinieblas cuando el cielo esconde su faz, al avergonzarse por lo que está
ocurriendo en el Calvario. Las tinieblas se hacen presentes sobre la tierra.
Cristo las soporta para que nosotros pudiéramos gozar de la luz. La obra de
Dios es llamar a toda persona “...de las tinieblas a su luz admirable...” (1 Ped.
2:9).

II.- ¿COMO TENER UN ENCUENTRO CON JESÚS?

A. Confiando en la dirección de Jesús: “tomando la mano del


ciego, le sacó fuera de la aldea....” (v. 23).

La gente pide a Jesús que : “....le tocase...” (v. 22). Sin embargo Jesús
tiene un plan para cada persona. Jesús da dirección a aquel ladrón que está
suspendido entre el cielo y la tierra, cuando ese ladrón le pide solamente un
recuerdo. Jesús le ofrece el paraíso (Lc. 23:43). Jesús da dirección a
aquella mujer adúltera sorprendida en adulterio, cuyo fin es el ser
apedreada (Juan 81-11), Jesús da dirección a aquellos discípulos que por
temor a la tempestad, sienten que el mar los devora (Mat. 14:27). La
curiosidad de la gente no preocupa a Jesús. La preocupación de Jesús se
centra en el ciego. El ciego que necesita la ayuda de Él. Jesús es el único
capaz de dar nueva dirección a la vida de una persona: “El, temblando y
temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:
Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”. (Hech.
9:6).

B. Confiando en la sabiduría de Jesús: “y escupiendo en sus


ojos....” (v. 23).

En la historia de Naamán, vemos que él concibe su propio método para


sanar de su lepra: “He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en
pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el
lugar, y sanará la lepra”. (2 Reyes 5:9-11). La gente piensa que es más que
suficiente que Jesús toque a aquel ciego. Sin embargo Jesús hace lo que no
esperan: lo saca y usa la saliva. A Jesús no lo detiene, ni la muerte, ni el
mar, ni una pared. Frente a la tumba de Lázaro Jesús saca a Lázaro no solo
de aquella tumba, sino del hades mismo (Jn. 11:43). Los discípulos están en
medio de aquella tormenta siendo azotados por el mar. Nada detiene a
Jesús. Paso a paso sobre aquel mar, realizando un imposible, Jesús se
acerca para decirles: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! (Mateo 14:25).
Jesús ante una pared, dice a las moléculas: ¡¡Ábranse!! Estas no pueden
mantenerse cerradas ante el paso de Jesús. Tienen que ceder. Jesús
traspasa aquella pared y llega al centro mismo de los discípulos diciéndoles:
“Paz a vosotros” (Juan 20:26). Cree en Dios y creerás en milagros. Cree en
el Hijo de Dios y experimentaras un milagro pleno en tu vida. Jesús no solo
hace el diagnóstico sino que también Jesús tiene la cura. Jesús como
humilde carpintero hizo sillas perfectas con aquellas manos perfectas que
tiene. Ese carpintero es el arquitecto mismo del universo que hará una obra
perfecta en tu vida si pones tu confianza en El.

III.- ¿PARA QUE TENER UN ENCUENTRO CON JESÚS?

A. Para experimentar el interés de Jesús: “Luego le puso otra


vez las manos encima...” (v. 25).

El ciego no puede ver a Jesús, pero puede sentir el interés de Jesús.


Cuando Jesús se acerca a tu vida, Él pone su mano poderosa en ella. Las
manos de Jesús las pone sobre los ojos. Eso significa la realidad de que
Jesús se ocupa de aquel ciego. El escupe en los parpados. Eso significa que
no solo se ocupa de él sino que se preocupa de su problema. Jesús se
interesa en personas. 1. Jesús las ama (Marc. 2:16). 2. Las sirve (Marc.
1:34). En la ley encontramos que las deudas se cancelaban en el séptimo año
(Deuteronomio 15:1-6), En Jesús la cancelación de nuestras deudas es
siempre: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9).

B. Para experimentar el poder de Jesús: “...y le hizo que


mirase...” (v. 25).

Hitler tuvo poder. Pero su poder lo utiliza en contra de millones de


personas que son enviadas a los hornos. Jesús es diferente. Él es único
porque usa su poder a favor de los demás. Lo hace con aquella viuda de Naín
que va a sepultar a su único hijo. Jesús se lo devuelve (Luc. 7:12). Lo hace
con aquellos cinco mil, a los cuales alimenta con unos panes y unos peces
(Jn. 6). Beethoven tiene una sinfonía que se llama “La Sinfonía Inconclusa”.
Jesús, su obra la realiza de una manera completa a favor de la persona. Es
lo que hace con este ciego. Hace que vea a los hombres como hombres. Era
capaz de ver a los hombres como árboles que andaban. Cualquiera hubiera
dicho: “Ya de perdido ve a los hombres como árboles”. Lo que Jesús inicia, lo
termina. Un día un pastor visitó a un amigo cristiano que estaba en el lecho
de muerte. Cuando el pastor le preguntó: ¿Cómo se encuentra hoy? El
enfermo respondió: Mi cabeza se encuentra reposando en tres almohadas:
poder infinito, amor infinito y sabiduría infinita . Creer que Jesús murió es
historia. Creer que Jesús murió por mí: es salvación.

CONCLUSION:

Decídete a tener un encuentro con Jesús hoy. No mañana. No la


próxima semana: No el próximo mes. No el próximo año. En esta ocasión
ábrele tu corazón. Decídete a que Jesús venga y llene tu vacío y quite las
cargas de tu vida. Déjame decirte que vas a poder experimentar la
preocupación y el poder de Jesús obrando en tu vida. Tú puedes tener algo
mejor que cualquier religión. Tú puedes en esta ocasión experimentar la
relación con un Jesús que ama y se interesa por ti. Él tiene un plan
maravilloso para tu vida. Invítalo. Dile: “Señor yo quiero que tú vengas a mi
corazón, a mi vida. Quiero tener un encuentro contigo”. Déjame decirte que
el Señor vendrá y realizará en tu vida una gran maravilla como la realiza en
aquel ciego. ¡Ten un encuentro con Jesús hoy en lo más profundo de tu
corazón!

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