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EDICIÓN MAESTROS
Cómo interpretar
la Biblia
2 TRIMESTRE
do
ABRIL - JUNIO 2020
Hola:
¡No descuides
tu estudio diario!
En estos momentos difíciles
queremos compartir contigo la
Lección 7 de la Guía
de adultos - maestro
Recuerda:
Cuando tengas la
oportunidad, adquiere los
materiales de estudio
personal y familiar
con tu pastor o director
de publicaciones
distrital.
#iadpaestacontigo
Lección 7: Para el 16 de mayo de 2020
IDIOMAS, TEXTO
Y CONTEXTO
Sábado 9 de mayo
PARA MEMORIZAR:
“Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová
vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti” (Deut. 31:26).
S
e hablan más de seis mil idiomas en el mundo actualmente. La Biblia
completa se ha traducido a más de seiscientos idiomas, y el Nuevo Tes-
tamento o algunas porciones se tradujeron a más de dos mil quinientos
idiomas también. Esos son muchos idiomas, por cierto. Pero, al mismo tiempo,
todavía es menos de la mitad de los idiomas que se conocen en el mundo.
Se estima que mil quinientos millones de personas no cuentan con la
Biblia completa traducida a su lengua materna. Si bien todavía hay mucho
por hacer, los esfuerzos de las sociedades bíblicas han garantizado que seis
mil millones de personas puedan leer las Escrituras.
Y, ¡qué bendición es estar entre quienes tienen la Biblia en su propio
idioma! A menudo lo damos por sentado, olvidando que muchos no tienen la
Biblia y que, durante siglos en Europa, la Biblia se mantuvo deliberadamente
alejada de las masas. Gracias a la imprenta y la Reforma, eso ya no es así.
Quienes sí tenemos la Biblia seguimos viendo cómo podemos aprender a
estudiar la Palabra, llenos del Espíritu, y conocer al Señor revelado en sus
páginas.
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Lección 7 | Domingo 10 de mayo
Lee Deuteronomio 32:46 y 47. ¿Por qué era tan importante que los hijos
de Israel obedecieran “todas las palabras de esta ley” (Deut. 32:46), la Torá?
¿De qué manera la Palabra de Dios “prolonga” nuestros días? ¿Qué podría
significar eso en nuestro contexto actual?
¿Por qué nunca es “cosa vana” (Deut. 32:47) obedecer la Palabra de Dios y ense-
ñársela también a tus hijos?
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Lunes 11 de mayo | Lección 7
Lee 1 Reyes 3:6; Salmo 57:3; 66:20; 143:8; y Miqueas 7:20. ¿Cómo se extien-
den la misericordia y la bondad de Dios hacia sus seres creados?
Lee Números 6:24 al 26; Job 3:26; Salmo 29:11; Isaías 9:6; y 32:17. En estos
pasajes, ¿qué es la “paz”, o shalom, que se menciona?
Cualquiera que sea el idioma que hablemos y leamos, incluso sin saber el significa-
do original de estas palabras, ¿cómo podemos experimentar la realidad de lo que
significan según nuestro leal saber y entender?
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Lección 7 | Martes 12 de mayo
Lee Génesis 1:26 y 27; e Isaías 6:1 al 3. ¿Qué palabras se repiten en estos
pasajes? ¿Cómo se realzan estas palabras repetidas con diferentes concep-
tos que se presentan a través de la repetición?
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Miércoles 13 de mayo | Lección 7
TEXTOS Y CONTEXTOS
Las palabras en las Escrituras siempre se dan en un contexto. No están
solas. Una palabra tiene su contexto inmediato dentro de una oración, y es
esta unidad la que debe entenderse primero. Luego está el contexto más
amplio de la unidad general en la que aparece la oración. Quizá sea una parte
del pasaje, un capítulo o una serie de capítulos. Es fundamental comprender
lo mejor posible el contexto de las palabras y las oraciones para no arribar
a conclusiones erróneas.
Compara Génesis 1:27 con Génesis 2:7. Luego lee Génesis 2:15 al 23. ¿Cómo
podemos entender, a partir de estos diferentes pasajes y contextos, la defi-
nición de adam, la palabra hebrea para “hombre”?
Ya hemos visto que la repetición del término bara’ en Génesis 1:27 indica
un énfasis en la creación del hombre. Ahora vemos que el hombre se define
dentro del contexto de este versículo como “hombre y mujer”. Esto significa
que el término hebreo adam debe entenderse en este pasaje como una re-
ferencia al género humano, o la humanidad.
Sin embargo, en Génesis 2:7, el mismo término adam se usa para referirse
a la formación de Adán del polvo de la “tierra” (en hebreo adamah, observa
el juego de palabras). Aquí solo se hace referencia al Adán masculino, ya
que la creación de Eva es posterior y de una manera totalmente diferente.
Así, en cada pasaje, incluso dentro del contexto de dos capítulos, vemos una
diferenciación entre la definición de adam como “humanidad” (Gén. 1:27)
y el hombre Adán (Gén. 2:7). Más adelante en las genealogías se confirma
el hecho de que Adán es una persona (Gén. 5:1-5; 1 Crón. 1:1; Luc. 3:38) y en
la alusión a Jesús, quien se convierte en el “segundo Adán” (Rom. 5:12-14).
Así como la palabra Adán aparece en un pasaje específico, así también el
contexto de la creación de Adán y Eva se encuentra en el relato más extenso
de la Creación, como podemos ver en Génesis 1 y 2. Esto es lo que se entiende
por una unidad más grande. La unidad informa al intérprete de temas, ideas
y desarrollos adicionales. A Génesis 2:4 al 25 a veces se lo llama el segundo
relato de la Creación, pero en realidad solo hay una diferencia en el énfasis
(ver la próxima semana). Sin embargo, en ambos relatos se nos muestran
los orígenes definitivos de la humanidad.
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Lección 7 | Jueves 14 de mayo
Lee Génesis 15:1 al 5; y 22:17 y 18. ¿Qué significado tiene para nosotros
que Moisés haya escrito el libro de Génesis?
¿Qué otras grandes verdades aprendemos con el libro de Génesis, que de otra
manera no podríamos conocer? ¿Qué nos enseña esto acerca de la importancia de
la Palabra de Dios para nuestra fe?
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Viernes 15 de mayo | Lección 7
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EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
RESEÑA
Las palabras tienen poder. Pueden despertar a un pueblo de la opresión de
la esclavitud a una vida fiel de liberación. Josué instó al pueblo: “Escogeos hoy
a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estu-
vieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis;
pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Las palabras también pueden
ser devastadoras y usarse para destruir y engañar. Cuando Satanás tentó a Eva
en el Jardín del Edén, insinuó la duda: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?” (Gén. 3:1). Las palabras pueden ser acusatorias y críticas,
y pueden ser relajantes y afables, que traen sanidad al alma.
Dios eligió comunicar la historia de la Creación, la Caída, el plan de redención,
la promesa de restauración y la Segunda Venida al mundo a través de profetas y
escritores. Estos escribieron en hebreo, arameo y griego, idiomas que a menudo
son bastante diferentes de los que aprendimos en la infancia. La Biblia entera ha
sido traducida, por lo menos, a 636 idiomas; y el Nuevo Testamento, a otros 3.223
idiomas o más, por lo que el 95 por ciento de la población de la Tierra puede
leer la Palabra de Dios. En la lección de esta semana, analizaremos cómo interpretar
las palabras, las frases y los relatos de las Escrituras dentro de sus contextos
originales para poder comprender mejor el mensaje de Dios para nosotros hoy.
COMENTARIO
Texto bíblico
Es importante entender que el significado deriva de las partes más pequeñas
del lenguaje, la palabra individual en sí, y se expande al contexto de una oración,
una narración y finalmente un libro. La palabra dabar, en hebreo, es muy rica
semánticamente, ya que puede significar una “palabra”, una “cosa” o incluso una
“profecía”. Por esta razón, es importante estudiar el contexto más amplio de las
palabras y cómo se pueden usar en la Biblia. Las palabras hebreas chesed (mi-
sericordia) y shalom (paz) son ejemplos de las clases de palabras que tienen un
amplio rango semántico y pueden entenderse más profundamente si se estudian
desde todo el contexto de la Escritura. En otros casos, hay enseñanzas bíblicas
(doctrinas) o ideas que se entienden mejor al estudiar un grupo de palabras con
significados similares que juntos brindan una gama completa de interpretación.
Una de esas enseñanzas que se beneficia con un enfoque como este es el con-
cepto bíblico del remanente.
Ilustración
La Iglesia Adventista del Séptimo Día se identifica como la iglesia remanente
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Material auxiliar para el maestro // Lección 7
de la profecía bíblica. Surgió como un movimiento en este tiempo del fin para
proclamar el mensaje de los tres ángeles con claridad. La iglesia remanente proclama
el sábado como el sello que distinguirá a los que guardan los mandamientos y
tienen la fe de Jesús (Apoc. 14:12). Su capacidad para guardar los mandamientos
solo puede venir a través de los méritos y el poder de Cristo, como lo demuestra
su ejemplo para vencer y heredar la corona de la vida (Juan 16:32, 33; 1 Juan
4:4; 5:4, 5; Apoc. 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21). Sin embargo, esta afirmación de ser
el Remanente suena bastante exclusivista y arrogante en nuestro entorno mo-
derno. ¿Cómo podemos saber que Dios tiene un remanente?
La idea de remanente se encuentra en toda la Escritura. Una de las pala-
bras para “remanente” es she’ār, que en sus diversas derivaciones aparece 226
veces en el Antiguo Testamento. La forma nominal she’ār puede designar al
“remanente” de Israel (Isa. 10:20, RVA-2015, NVI), o “su pueblo” (Isa. 11:11, 16;
28:5). En este caso, el texto indica que este es un remanente elegido por Dios.
Isaías 4:2 al 6 y 6:13 describen aún más a un remanente que ha pasado por un
fuego purificador de juicio divino y se presenta como un pueblo santo. Otras
palabras hebreas que describen al remanente también pueden estudiarse e
incluir términos como pālat, mālat, yāthar, sārid y ‘aharît. Estos términos también
deben estudiarse en sus contextos. Cualquiera puede hacer esto con una buena
concordancia. Un estudio de este tipo revela que la Biblia describe el concepto
de “remanente” de varias maneras: (1) El “remanente histórico” es el de Isaías
1:4 al 9, que son los sobrevivientes de una catástrofe; (2) el “remanente fiel” son
los que permanecen fieles a Dios y que cumplen todas las promesas del pueblo
de Dios; y finalmente, (3) el “remanente escatológico” son los que pasan por las
tribulaciones del tiempo del fin y salen victoriosos en el gran día del Señor para
recibir su Reino. En Apocalipsis, el dragón se enfurece con la mujer y hace guerra
“contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos
de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc. 12:17). La rica naturaleza de
cada uno de estos términos en sus contextos se suma a los demás hasta que,
dentro de todo el contexto de la Biblia, el concepto emerge con claridad, y el
que estudia comienza a comprender la totalidad de la idea del “remanente” (ver
G. F. Hasel, Understanding the Living Word of God, pp. 113–116).
Ilustración
Dos descubrimientos o avances en los últimos tiempos nos han ayudado a
comprender el origen de la Biblia. La lengua egipcia, escrita en jeroglíficos, fue
descifrada en 1822 por Jean Champollion. Este descubrimiento reveló los secre-
tos perdidos hace mucho tiempo de una de las civilizaciones más antiguas y nos
permitió comparar los antiguos textos egipcios con el texto bíblico. Surgieron va-
rias contribuciones interesantes con el tiempo: (1) Los egipcios, que regularmente
hacían campaña e intercambios con Canaán, registraron muchos de los lugares
geográficos mencionados en la Biblia. Se encontró mucha correspondencia y
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Lección 7 // Material auxiliar para el maestro
Texto bíblico
Otros conceptos y palabras de la Biblia son completamente únicos. En el
relato de la Creación se da más énfasis a la creación de la humanidad que a
cualquier otro elemento o criatura. La humanidad se coloca en el pináculo de
la Creación. Es la obra del Dios trino cuando proclaman su intención: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen” (Gén. 1:26). El énfasis triple de este versículo en el
verbo bara’, “crear”, reitera la intención de Dios de crear al hombre y a la mujer
de manera única a su imagen y semejanza. El contexto inmediato de Génesis 1
indica que tanto ‘Elohim, “Dios”, en su majestuosa pluralidad como ruach Elohim,
“el Espíritu de Dios”, participan de la obra creadora (Gén. 1:1, 2). Juan 1:1 al 3 deja
en claro que Jesús era el agente de la Creación, porque “en el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con
Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho”. Al permitir que la Escritura en su totalidad se interprete a sí misma,
descubrimos que el “hagamos” de Génesis 1:26 incluía a los tres miembros de la
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Material auxiliar para el maestro // Lección 7
Deidad. Por ende, la humanidad fue creada por una relación para una relación,
a fin de que pudiera “fructifica[r] y multiplica[rse]; llena[r] la tierra” (Gén. 1:28).
Fueron creados para comulgar con Dios en el día de reposo que él creó para
ellos (Gén. 2:1–3; Éxo. 20:8–11). Su propósito para nosotros por toda la eternidad
es que Dios pueda habitar entre su pueblo.
APLICACIÓN A LA VIDA
Entonces, ¿cómo podemos estudiar la Biblia en profundidad sin entender
los idiomas bíblicos originales? Tenemos herramientas disponibles en Internet
como miconcordancia.com y BibleGateway.com, o concordancias impresas, que
son accesibles hoy más que nunca. Podemos estudiar cómo se usan las palabras
dentro de las frases, dentro de los libros y en toda la Biblia. Los fundadores de
nuestra iglesia no tenían todas las herramientas disponibles que tenemos hoy.
Tenían sus Biblias y concordancias. Siguieron cuidadosamente los principios
protestantes de la interpretación bíblica y, bajo la inspiración del Espíritu Santo,
pudieron conocer el plan de salvación de Dios y las verdades enseñadas por los
profetas y por Jesús. A continuación, hay algunas preguntas para debatir que
puedes usar para guiar al grupo:
1. Saber que Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia, ¿cómo nos
ayuda a aceptar las Escrituras como una fuente confiable hoy? Recuérdale a la
clase las palabras de advertencia que Moisés le dio al pueblo al momento de
su muerte (Deut. 32:46, 47). Analicen cómo podemos practicar este principio
con nuestras familias.
2. ¿Qué significa permitir que las Escrituras interpreten las Escrituras? ¿Por
qué es importante entender el significado de lo que dice la Escritura misma en
lugar de introducir nuestras propias ideas a la Escritura?
3. Entender una palabra y su profundidad de significado, ¿cómo nos ayuda a
ver el propósito de Dios para nuestra vida? ¿Qué tipo de poder tienen ciertas pa-
labras en el Antiguo Testamento (por ejemplo: justicia, misericordia o esperanza)?
¿Cómo impactan estas palabras en nuestro conocimiento del carácter de Dios?
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Hasta la
¡ próxima
semana !
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