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Arte Contemporanea

[ANNE CAUQUELIN]

ARTEALAMANO

[Traducción, Mediación y
Síntesis: Prof. Fabiana
Pereira ]
A RT E CONT MPORÂNEA ; UMA
INT RODUCÃO
CAUQUELIN, Anne

(Lectra, traducción y síntesis de contenidos Prof. y Lic.


Fabiana Pereira)

Introducción
Es preciso acercar las consideraciones que Anne
Cauquelin hace en la introducción de su libro, para
contextualizar el capítulo que vamos a presentar. La
autora hace este estudio en 1992, preocupada por el
creciente desconcierto que se ha producido en el
público y en la crítica de arte, frente a las obras del
arte contemporáneo. La pregunta común ¿ esto es
arte? trae aparejada la incertidumbre acerca del valor
socio-cultural e histórico que se dará a eso que
entendemos o llamaremos como objeto o hecho
artístico. El estatuto de objeto de arte, conlleva el
peso del valor económico y simbólico que se le dará y
también enfrenta a los diletantes con la sorpresa de su
falta de preparación para la observación, comprensión
y valoración de una obra con respecto a otra, o
incluso, poder considerarla contemporánea.

Esta confrontación modernidad/contemporaneidad, es


lo que la autora irá desarrollando a lo largo del libro.
Nosotros, hemos seleccionado el capítulo “ El régimen
de la comunicación en el arte contemporáneo” debido
a que resulta de interés para la comprensión de la
producción artística que se desarrolla y circula en
Internet.

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Capítulo II. El régimen de la comunicación en
el arte contemporáneo

Cauquelin organiza su pensamiento disponiendo el


tema entre dos tópicos: el arte moderno y el arte
contemporáneo. Confronta los dos polos analizando
las características que los definen dentro de lo que
denomina el Sistema del Arte como fondo de la
discusión.

En principio, la autora propone o vincula el arte


moderno con el régimen de consumo y el arte
contemporáneo con el régimen de la comunicación.
Asimismo, pretende caracterizar el arte
contemporáneo y el medio en que el circula,
cuestionando ¿ quién es el productor de arte? ¿ Quién
lo comercializa? ¿ Quién colecciona? ¿ Quién define lo
que es o no arte? ¿ Quién lo consume? De esta manera,
propone repensar cómo se está transformando el
campo artístico.

Al referimos a los regímenes del consumo del arte


estamos hablando de una característica del arte
moderno siendo los actores de este sistema: los
artistas, los intermediarios y el público. Así, se
instaura el Sistema del Arte con todos sus actores:
marchands, críticos, curadores, coleccionistas,
conservadores, museos, galerías, los que en principio,
tenían cada uno, sus tareas específicas. El arte
comenzó a ser un producto que necesitaba y debía ser

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consumido. Cauquelin considera un esquema triple
para comprender el mercado de los bienes materiales y
simbólicos en la modernidad: producción-distribución-
consumo.

El cambio de la era industrial a la era tecnológica,


resultó en una inevitable mixtura de los papeles de los
actores. Productor, distribuidor y consumidor ya no
tienen actividades específicas inclusive el mismo
artista puede realizar todas las tareas. La tecnología
que lleva a la era de la comunicación, permite también
la incorporación de otros profesionales al Sistema del
Arte como lo son todos aquellos que generan,
presentan y distribuyen la información.

El régimen de la comunicación en el arte


contemporáneo, proporcionará cambios significativos
e irreversibles en la relación hombre-espacio-tiempo-
consumo y consecuentemente, la relación de todo eso
con el campo del arte, también será afectado. La
autora, asegura que en el mundo de la comunicación,
el producto de interés es la información, por lo tanto,
aquel que la genere también genera el “ valor” del arte.
Cauquelin señala que en los “ hacedores” que trabajan
en red, se ponen en evidencia distintos aspectos como
la noción de red (redes conectadas y metaredes); el
bloqueo o la autonomía; la abundancia o saturación de
la red; la nominación o prevalecencia de la red
(continente) sobre el contenido; y la construcción de
una realidad en segundo grado o simulación.

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La red en términos de comunicación, es un sistema de
relaciones multipolar, donde se conectan entradas y
en donde cada punto de la red, sirve de partida para
otras microredes. A su vez, existen diversos canales
tecnológicos relacionados entre sí como la telefonía y
la inteligencia artificial. La red proporciona una
importante interacción en la relación de los artistas a
nivel internacional, galerías e instituciones culturales,
interacción entre mercados y otras estructuras
vinculadas mundialmente gracias a las veloces redes
de información.

En cuanto al concepto de nominación, se refiere al


nombre que permite una diferencia e identidad,
clasifica y designa una particularidad y es para la
autora, un remedio o solución ante la realidad
abstracta que es la red, en otras palabras, individualiza
los actores y su contenido, que muchas veces se
encuentran indiferenciados en la red. Otro aspecto es
la construcción de una segunda realidad, ya que en la
red, el lenguaje común, no construye la vida cotidiana
sino que hay lenguajes artificiales que producen otros
mundos y por tanto, otras realidades.

Las redes interconectadas se auto-organizan


repercutiendo entre sí, consecuentemente, hay una
pérdida de la referencia del inicio u origen, el destino
y el fin de la información, por lo tanto, ya no hay un
principal autor de la información y esto, repercute en
el arte. El efecto de la comunicación en el mercado del
arte, tiene por ley privilegiar el continente (la red) y
no los actores (el artista y el contenido de la obra o
sea el aspecto intra-artístico). Además, Cauquelin
sostiene que los actores más activos son los
verdaderos productores, ya que pasar una información
en una red de comunicación es también fabricarla. Los

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agentes activos, son los que poseen la mayor cantidad
de información y esta es adquirida rápidamente, por lo
tanto, la red se ha tornado indispensable para el
artista y su obra. La red de comunicación, se
caracteriza por la “ velocidad” de transmisión de
información de un lugar a otro del mundo, generando
la “ anticipación del signo” ya que antes de ser
expuesta, la obra ya circula en la red.

El sistema de hacer visible las obras de arte es propio


de la comunicación, todo se hace público. La velocidad
de transmisión tiene por corolario la ubicuidad, o sea
el estar presente en varios sitios a la vez. En este
sentido, es condición fundamental para el artista
contemporáneo, ser proyectado por la red y estar en
varios lugares del mundo al mismo tiempo y además,
aceptar las reglas de renovación e individualización
(nominación) permanente que requiere este nuevo
sistema de circulación de la información.

Los análisis sociológicos del mercado del arte


describen que hay una renovación permanente de lo s
artistas (éstos cada vez son más jóvenes),
consecuencia del propio sistema, debido a que en el
arte contemporáneo hay una absorción de la
autonomía, propia del mercado del arte moderno, por
la de la comunicación. Si bien, el artista y su obra
necesitan sobresalir, deben vencer la saturación
provocada por la inevitable circularidad. La paradoja
es que la renovación también es una repetición, una
saturación del nombre que lleva a una circularidad
banalizada y una espectacularización sin retorno. Se
instala una especie de desgaste en el artista, quien
deberá procurar estrategias o la realización de diversas
acciones, como pasar a ser curador, gestor, publicista,
etc. de su propia producción. No obstante, dentro de la

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red de comunicación circular, los dest inatarios
también son gestores.

La autora sostiene que la realidad del arte


contemporáneo, se construyó fuera de las cualidades
propias de la obra. Esto es, en la imagen que esta
suscrita dentro de los circuitos de comunicación.
Además, propone dos esquemas de exhibición de la
obra de arte:
• En uno, el arte es un campo específico con actores
individuales. Hay una línea directa entre la producción
y el consumo.
• En el otro el esquema es circular, el circuito y el
lugar de las obras de arte se han reducido; lo que es de
dominio artístico se confunde con la propia sociedad
de comunicación, ya que los mecanismos y la
distribución de valores son idénticos.

Por último, Cauquelin considera que las obras ya no se


dividen entre académicas y de vanguardia, sino que las
obras de arte contemporáneo están o no incluidas en
el circuito del arte.

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