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EL DERECHO EN PANDEMIA.

Bueno, sinceramente este tema es muy extenso, y como tenemos comprendido, el derecho es la
herramienta que va de la mano con el ser humano y su socialización total. Como sabemos,
mediante Decreto Supremo N° 044-2020-PCM, el 15 de marzo de 2020 el Gobierno Peruano
declaró el Estado de Emergencia a nivel nacional y dispuso la medida “aislamiento social
obligatorio” por el brote del COVID-19. Es entonces que queda obvio el impacto en la sociedad
debido a la pandemia, es un hecho que nuestra sociedad peruana afronta y seguirá afrontando
las consecuencias correspondientes. Es por este motivo que desarrollaré los derechos
fundamentales más protagónicos según mi criterio; sin quitarle relevancia e importancia a los no
mencionados. Primero el Derecho a la Salud, en donde hablaré sobre las medidas, precauciones
y tratamiento que tiene nuestro sector salud respecto a los pacientes que responden a positivo las
pruebas, o posibles casos, asimismo explicaré sobre la realidad mental en tiempos actuales de
cuarenta. También destaparé el Derecho a la información, donde tocaré la importancia de una
sociedad culta e informada y cómo el hecho de no contar con este, afecta de manera total a
nuestro país. Para finalizar respecto al tema de derechos fundamentales, desenvolveré el
Derecho al Libre Tránsito, puesto que va de la mano con el Decreto Supremo N° 044-2020-
PCM. Y para finalizar, daré como cierre de este pequeño análisis, mi respectiva opinión,
recomendaciones y reflexión sobre el tema delicado e importante del Coronavirus. Con mucho
gusto espero que sea de su agrado y con gusto espero los comentarios correspondientes.
Simultáneamente a esto, acepto recomendaciones.
-Principalmente tenemos conocimiento que el derecho es una herramienta que va de la mano en
nuestro día a día y tenemos que darnos cuenta que las actividades que en un momento eran
cotidianas, se paralizaron. Cabe recalcar que no solamente nuestras actividades, sino la de todos
por igual.
Tal es el caso del Derecho a la salud, en donde el gobierno ha implementado políticas que no
han sido lo suficiente para batallar, han sido buenas, pero no cuenta con la efectividad que se
buscaba desde un principio. Se sabe que se implementaron las medidas de prevención en los
sectores públicos de salud, en donde te ofrecían información detallada, pero ésta no era
suficiente al momento de ponerlo en práctica. Ahora, a un mes del inicio del aislamiento en
Perú, las comunidades enfrentan más de un problema.
Este es el caso de los pueblos indígenas en la selva. Escasez de productos básicos, falta de
servicios de salud y la ausencia de protocolos para atender a esta población ya de por sí
vulnerable ante cualquier enfermedad, fueron los principales golpes que sufrió parte de la selva
peruana. “Durante las tres primeras semanas de cuarentena hemos insistido para ser visibles
ante el gobierno”, dice Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de
la Selva Peruana (Aidesep). (Mongabai Latam, Yvette Sierra Praeli en 14 abril 2020). A esta
situación, se le agrego la falta de abastecimientos para los pueblos en sectores vulnerables, la
falta de protocolos ante situaciones de pandemia, etc.
Continuando con el sector salud y haciendo relación con el Derecho Penal, no mucho se ha
hablado de los centros penitenciarios, sobre el tratamiento hacia esta nueva coyuntura respecto a
la asistencia médica, el cual pasa por un sistema lento de llegada a todos los peruanos. Puesto
como sabemos las cárceles peruanas se caracterizan por su sobrepoblación y conglomeramiento,
que constituyen las condiciones no solo para la cuna de nuevas formas de criminalidad violenta,
sino también para la propalación, propagación, brotación de enfermedades contagiosas como la
tuberculosis, VIH, entre otras muy peligrosa; pero, hoy en día, especialmente el COVID-19. A
todo eso se ello se suman las precarias condiciones de materiales, de correctas infraestructura y
salubridad, sanidad en las que los internos conviven al interior de los 68 penales de todo nuestro
país. Entonces, es más que claro que las directrices y recomendaciones dadas por la CIDH a los
gobiernos adscritos; en este caso enfocándonos en el gobierno peruano; no es cumplida.
Recomendaciones tales como:
1. Adoptar medidas para enfrentar el hacinamiento de las unidades de privación de la libertad,
incluida la reevaluación de los casos de prisión preventiva con el fin de identificar aquellos que
pueden ser sustituidos por medidas alternativas a la privación de la libertad, dando prioridad a
las poblaciones con mayor riesgo de salud frente a un eventual contagio del COVID-19.  
2. Evaluar de manera prioritaria la posibilidad de otorgar medidas alternativas como la libertad
condicional, arresto domiciliario, o libertad anticipada para personas consideradas en el grupo
de riesgo como personas mayores, personas con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas o
con niños a su cargo y para quienes estén prontas a cumplir condenas.  
3. Adecuar las condiciones de detención de las personas privadas de libertad particularmente en
lo que respecta a alimentación, salud, saneamiento y medidas de cuarentena para impedir el
contagio intramuros del COVID-19. Garantizar en particular que todas las unidades cuenten con
atención médica y proveer especial atención a las poblaciones en particular situación de
vulnerabilidad, incluidas las personas mayores.
4. Establecer protocolos para la garantía de la seguridad y el orden en las unidades de privación
de la libertad, en particular para prevenir actos de violencia relacionados con la pandemia y
respetando los estándares interamericanos en la materia.

A esto agregamos que en diversos centros penitenciarios se dieron motines a raíz de que los
prisioneros no contaban con las necesidades minimas para vivir. Lugares tales como n los
establecimientos penitenciarios del Perú como Río Seco (Piura), Picsi (Chiclayo) y El Milagro
(Trujillo), teniendo como resultado heridos entre trabajadores del INPE e internos, así como
internos fallecidos. El Estado, desde el Ejecutivo y el Poder Judicial han asumido diversas
respuestas que no necesariamente obedecen a una idea común, pues por un lado existen algunas
iniciativas (legislativas y judiciales) orientadas al deshacinamiento, pero por otro, un interés en
no dejar posibilidad a la obtención de libertades.
Pero es aquí que el jurista Cesar Rubio Azabache da dos propuestas de solución
1. En el caso de los internos presos preventivos: La única posibilidad prevista por el código
adjetivo es la cesación de la prisión preventiva (art. 283 del CPP) sujeto a dos
condiciones: i) nuevos elementos de convicción que demuestren que no concurren los motivos
que determinaron su imposición; ii) necesidad de sustitución por la comparecencia; y, iii) las
características personales, el tiempo transcurrido desde la privación de la libertad y el estado de
la causa. En tal sentido, urge una modificatoria legal del artículo 283 del CPP que permita
“excepcionalmente” exceptuar del primer requisito por razones de salubridad generados por la
pandemia, en los casos de presos preventivos que se encuentren dentro de la población de
vulnerabilidad independientemente de la gravedad del delito. El Juez se asegurará de imponer
las restricciones que sean aplicables a cada caso concreto y que garanticen la sujeción al
proceso.

2. En el caso de los sentenciados: Se dan dos casos.


En el primer caso, de los sentenciados por delitos menos graves, se sugiere modificar el Decreto
Legislativo N.º 1459, ampliando la conversión de las penas a los internos a quienes se les haya
impuesto condena hasta 4 años de pena privativa de libertad, a condición del cumplimiento de la
reparación civil.
En el segundo caso, de los sentenciados por delitos graves que pertenecen a la población en
estado de vulnerabilidad  (mayores de 60 años, con enfermedades graves, discapacidad física o
permanente mujeres gestantes, madres de hijos menores de edad) se sugiere la modificación del
Código de Ejecución Penal para facilitar el otorgamiento de beneficios penitenciarios de manera
“excepcional” para quienes estén próximos a cumplir su condena –la ley debe fijar el límite
temporal– y no hayan tenido sanciones administrativas ni procesos pendientes. En ninguno de
estos casos podrán acceder los sentenciados por los delitos de homicidio (en sus modalidades
dolosas), genocidio, delitos de lesa humanidad, violación, etc. 

Relativizándose con el punto anterior, hablo del incremento preocupante de policías nacionales
infectados, fallecidos y hospitalizados en UCI. Puesto que esto es un problema actual, en donde
personal policial está falleciendo en manos del COVID 19. Varios son los casos en donde se
están dando pruebas en comisarías y terminan siendo infectados. Según el diario RPP, daba la
cifra de 46 policías fallecidos por el COVID-19, 360 hospitalizados y 17 en Unidad de
Cuidados Intensivos. ¿Por qué es importante mencionar esto? Puesto que los efectivos policiales
tuvieron que trasladarse a distintos puntos. En donde se les expuso sin las medidas necesarias de
protección a cuidar calles. Hasta el día de hoy, el personal policial está controlando la
movilización de personas a distintos puntos del país.
Finalizando con el sector salud, también tenemos el caso de la violencia doméstica, en donde el
Ministerio correspondiente, explica que el incremento de la violencia y agresión es en base de la
relación de las horas que pasa la familia junto el agresor en casa. Esto es un tema desalentador,
puesto que tenemos más probabilidad en que las victimas pasen por maltrato hasta llegar a la
muerte. Personalmente creo que la violencia es la otra pandemia que viven miles de hogares día
a día, en donde claramente demuestra que el COVID-19 es un factor más grande que se convino
con otra enfermedad de nuestra sociedad. Basándonos en el artículo 5 de la Ley N° 30947 (Ley
de Salud Mental) “Los problemas de salud mental”, comprenden:
 
a. Problemas psicosociales: Dificultad generada por la alteración de estructura dinámica de las
relaciones entre las personas, así como con el ambiente.
b. Trastornos mentales y del comportamiento: Condición mórbida que sobreviene afectando en
intensidades variables el funcionamiento de mente, comportamiento, organismo, personalidad,
interacción social, de forma transitoria o permanente. Los trastornos mentales a que se refiere la
presente ley se encuentran contemplados en la Clasificación Internacional de Enfermedades de
la Organización Mundial de la Salud.
 
En esta coyuntura, víctimas y victimarios que desenvuelven sus relaciones interpersonales
situados en un contexto de violencia, vienen compartiendo lastimosamente el hogar común,
interactuando más cercanamente, paulatinamente en un espacio físico mucho más reducido,
pequeño. Es así que la situación de estrés, ansiedad, angustia y agobio en los agresores, el
confinamiento y aislamiento entre victimario y víctima, la interacción en un espacio menor y la
escasa posibilidad de solicitar ayuda a terceros, han creado mayores condiciones de
vulnerabilidad en las víctimas del contexto de violencia, que incrementan considerablemente el
riesgo en estas, propiciando una repetición crónica y exponencial. Y es que, en efecto, una de
las características del contexto de violencia lo constituye la progresividad de los actos, por lo
que al incrementarse el riesgo por el factor estrés, y la coyuntura anteriormente descrita, es
altamente probable que aquellos casos en los que existía un nivel de bajo riesgo se pase
rápidamente hasta uno de alto riesgo. Por lo que aquellos casos que constituían agresiones
contra la mujer o integrantes del grupo familiar, en este contexto, se convertirán
exponencialmente en feminicidios (art. 108-B del CP) o parricidios (art. 107 del CP).  

Como solución de este problema, la jurista Sofía Rivas La Madrid, da la siguiente propuesta:
Sobre el particular, la Ley Nº 30364 establece la medida de protección de retiro del agresor del
domicilio, contemplada en el artículo 22 inciso 1, por lo que considero que resulta necesario
para los casos que impliquen riesgo medio o alto, orientar a los representantes del Ministerio
Público a solicitar a los juzgados de familia de turno que no hayan dispuesto como medida de
protección el retiro del agresor del domicilio común, la ampliación de las medidas de
protección dictadas, en aras del segundo supuesto del artículo 41 de la Ley, a efecto que
mediante dicha medida se logre que los agresores cumplan su cuarentena en un domicilio
distinto de la víctima. Este punto tiene concordancia con lo señalado en el Decreto Legislativo
1470 del 27 de abril de 2020, en relación a que las medidas de protección durante la emergencia
sanitaria a causa de la COVID-19, deben ser dictadas de forma inmediata. Igualmente, debe
tenerse en cuenta que en su artículo 29 la Ley Nº 30364 establece la posibilidad
de implementación de hogares de refugio temporal para víctimas de violencia familiar, lo cual
resulta necesario para un abordaje de los escenarios descritos y tomado en consideración como
política estatal, lo cual coincide con lo expuesto por el Decreto Legislativo Nº 1470.
-
-Derecho a la Información
Respecto al tema del Derecho a la Información, este es importante en esta clase de situaciones
porque una sociedad culta no se vuelve eufórica ante situaciones nuevas. Hemos llegado a
observar cómo personas peleaban por bolsas de arroz o alimentos de primera necesidad, cómo
personas saqueaban centros comerciales, el caso de la demanda innecesaria de papel,
comerciantes saliendo a vender barbijos de tela sin ninguna pizca de conocimiento,
comerciantes de fruta y verduras yendo a las calles a vender algo a pesar de que las
municipalidades competentes les pedían que esos días no se podía salir. Todo a base de la falta
de comunicación e información. En todos estos actos de los cuales menciono, reinó de manera
brutal la violencia innecesaria a razón del desconocimiento agresivo. Lastimosamente nuestras
autoridades competentes no nos dieron al momento preciso la información necesaria, y la
sociedad en general, se alarmó bastante por algo que no se conocía. Quisiera tomar el
antecedente de los 40 años de lucha y tratamiento respecto al VIH, en donde lo primordial para
someter a dicho virus y mantenerlo. Las autoridades, los gobiernos internacionales y las
organizaciones correspondientes buscaron la manera en llegar a todas las personas y
mantenerlas tranquilas. Tratamientos puede haber varios, incluso dicho virus de
inmunodeficiencia humana duró 4 décadas y aún sigue vigente. Pero lo que hizo que se
tranquilice a la ciudadanía y población en general fue el conocimiento real del virus, fue su
propagación y se desmintieron mitos que lo único que hacían era alarmar y generar miedo en las
personas, a su vez, se le daba un rechazo y discriminación total a las personas que padecían de
esto.
También es importante explicar que el gobierno ha tomado medidas respecto a la identidad de
los pacientes con COVID-19, o de personas que desarrollan aplicaciones para saber
ubicaciones. Una recomendación que da Dilmar Villena, respecto al desarrollo de herramientas
tecnológicas es que tal como lo indica el Poder Judicial y el Ministerio Público, el compartir
información de la salud de otra persona (en este caso, si es positivo con Covid-19) es un acto
ilegal que implica una multa de hasta S/. 215000.00. Por lo tanto, instamos a que, si por algún
motivo se recibe información sobre una persona diagnosticada con el nuevo coronavirus, no lo
compartas. Además de infringir la ley, también estás poniendo en riesgo a la persona y a su
entorno familiar. Al ser este un tema de suma sensibilidad social, se debe tener mucha prudencia
con el manejo de esta información, pues puede darse situaciones en las que compartir
información sobre un paciente pueda llevar a que otras personas quieran atentar contra su
bienestar físico o sicológico y el de su entorno familiar. El compartir información sobre la salud
de una persona no es solo un tema de cumplir la ley, sino también de proteger la integridad
personal de una persona y su entorno. El gobierno fue muy duro con este tema, puesto que se
debe de cuidar los datos personales y datos sensibles de cualquier persona.
-Derecho al libre tránsito.
Concluyendo con el tema de los derechos fundamentales, el Derecho al libre tránsito es algo que
aún no ha sido “combatido” de manera total. Es de nuestro conocimiento que se dispuso la
inmovilización social obligatoria de todas las personas en sus domicilios desde las 20.00 horas
hasta las 05.00 horas del día siguiente, con la excepción del personal estrictamente necesario
que participa en la prestación de los servicios tales como: de abastecimiento de alimentos, salud,
medicinas, la continuidad de los servicios de agua, saneamiento, energía eléctrica, gas,
combustibles, telecomunicaciones, limpieza y recojo de residuos sólidos, servicios funerarios, y
transporte de carga y mercancías y actividades conexas, según lo estipulado por el Ministerio de
Transportes y Comunicaciones. A su vez, se estableció que, durante la vigencia y permanencia
del Estado de Emergencia, queda prohibido el uso de vehículos de naturaleza particular, excepto
los vehículos necesarios para la provisión de los servicios señalados anteriormente. También
podrán circular los vehículos necesarios para el traslado de personas que requieren de una
atención médica urgente o de emergencia. Se añade que, en caso de incumplimiento, la Policía
Nacional o las Fuerzas Armadas están facultadas a retener la licencia de conducir y la tarjeta de
propiedad mientras dure el Estado de Emergencia. Asimismo, se establece que la regulación e
implementación de la permanencia obligatoria de todas las personas en su domicilio y de la
prohibición del uso de vehículos particulares quedan a cargo de la Policía Nacional del Perú y
de las Fuerzas Armadas. 

Conclusiones:
Primera:
Puedo llegar a decir, que nuestro Estado está en un 50/50, porque intenta hacer lo posible, pero
simplemente el pueblo mismo se sabotea y no colabora con la fomentación del uso correcto de
las normas ante esta difícil situación. Estamos en Estado de Emergencia, pero eso no es
sinónimo que todos nuestros derechos fundamentales estén restringidos de manera total. El
mandato de protección de los datos personales se mantiene vigente, por lo que toda estrategia
orientada a combatir la pandemia del nuevo Coronavirus debe ser respetuosa de este derecho.
Hoy, más que nunca, resultan imperativos los procedimientos de anonimizarían o disociación,
así como la elaboración de mapas de contagios que no pongan en peligro a las personas
diagnosticadas con esta enfermedad.
Segunda:
En el Estado de Emergencia Nacional en el que actualmente nos encontramos se restringieron
los derechos fundamentales relativos a la libertad y la seguridad personales, la inviolabilidad del
domicilio, la libertad de reunión y de tránsito en el territorio y la garantía de no de detención sin
orden judicial previa. Respecto a esto nuestra Constitución no habilita a que en Estado de
Emergencia se restrinja el derecho fundamental a la protección de datos personales (artículo 2
inciso 6), por lo que este y sus contenidos desarrollados a través de la Ley N° 29733 se
encuentran plenamente vigentes.
Tercera:
En los últimos años se han declarado cientos de estados de emergencia. A pesar de ello, este es
el primero declarado a nivel nacional en más de 15 años y el primero que restringe derechos y
ser una emergencia sanitaria. Aquí la gravedad y particularidad de la situación han hecho que el
foco recaiga sobre este estado de emergencia y las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo.
En mi opinión, esta declaración es constitucional y convencional, pero por sobre todo necesaria,
el problema se basa cuando nuestros propios ciudadanos no colaboran y simplemente nuestra
sociedad peruana no es apta para un aislamiento, el nivel de informalidad, pobreza y
desinformación son las anclas que aún nos mantienen en casa.

REFERENCIAS
YVETTE SIERRA PRAELI. COVID-19: pueblos indígenas de Perú enfrentan escasez de
alimentos y deficiencias en atención de salud. (2020). Disponible en:
https://es.mongabay.com/2020/04/covid-19-pueblos-indigenas-alimentacion-salud-peru/
CIDH, "La CIDH urge a los Estados a garantizar la salud y la integridad de las personas
privadas de libertad y sus familias frente a la pandemia del COVID-19"(2020). Disponible
en: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/066.asp (Consultado el 14.04.2020). 
CESAR RUBIO AZABACHE. “Problemas y desafíos de las cárceles frente al COVID-19 en el
Perú” (2020). Disponible en: https://laley.pe/art/9579/problemas-y-desafios-de-las-carceles-
frente-al-covid-19-en-el-peru.
DIARIO OFICIAL “EL PERUANO”. LEY Nª 30947. LEY DE SALUD MENTAL. Disponible
en : https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-de-salud-mental-ley-n-30947-1772004-
1/
“El concepto del "contexto de violencia", obtenido desde las ciencias de la psicología, radica en
la dinámica de abuso de poder y sometimiento, lo cual origina un desequilibrio de poder.
Además de ello, son cinco características del contexto de violencia que han sido propuestas por
la suscrita a efecto de identificar el contexto de violencia: la verticalidad, la motivación
destructiva, la ciclicidad, la progresividad y las condiciones de vulnerabilidad”.
Al sustentar sobre la característica de la progresividad, en el artículo “El contexto de violencia y
sus características”. En Gaceta Penal y Procesal Penal. N° 126, Dic. 2019, pp. 42-57, señalé lo
siguiente: 
“[L]a “progresividad”, esto es, la violencia es peligrosa porque se intensifica
progresivamente, tanto en modo como en intensidad. Es este elemento el que justifica que se
hayan criminalizado aquellas lesiones levísimas producidas en este contexto, y que pretende
evitar una conducta escalonada cuyo último eslabón lo constituye el feminicidio.

SOFÍA RIVAS LA MADRID. “La COVID-19 y la otra pandemia: la violencia familiar” (04 de
mayo de 2020). Disponible en https://laley.pe/art/9658/la-covid-19-y-la-otra-pandemia-la-
violencia-familiar.

DILMAR VILLENA. “Enfrentemos al Covid-19 respetando nuestros derechos fundamentales”.


REVISTA JURIDICA HIPERDERECHO. (08 de abril del 2020). Disponible en:
https://hiperderecho.org/2020/04/enfrentemos-al-covid-19-respetando-nuestros-derechos-
fundamentales/

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