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En este contexto la sombra de China —con Uruguay como su aliado latinoamericano y principal
socio exportador— se acerca y desplaza paulatinamente al dilatado acuerdo que Mercosur intenta
establecer con la Unión Europea desde hace 20 años. Las negociaciones comenzaron en el año
2000, se suspendieron en 2004 y se retomaron durante la cumbre UE-América Latina celebrada en
2010. Se esperaba que durante el 2018 se cerrase el acuerdo, pero llegamos a fin de año sin dicho
consenso. En junio de 2018 el Canciller uruguayo Nin Novoa, en las reuniones que se mantuvieron
en Montevideo al respecto, avisó que “están próximos a presenciar un quiebre de las negociaciones
con la UE” y alentó a que Mercosur haga una “repriorización” en su búsqueda de acuerdos de libre
comercio hacia otras regiones como China. Países directamente competidores de Mercosur como
Chile, Costa Rica o Nueva Zelanda ya habrían cerrado acuerdos con China, mientras que la UE abre
diálogos con Australia3.
Bolsonaro, en su reunión con Macri a principios de 2019 reclamó “que se agilizasen los trámites
para que se firme el acuerdo de libre comercio con la UE”, es decir, Argentina y Brasil quieren
apostar por el acuerdo con la UE pero sin cerrarse ninguna puerta. Sin embargo las declaraciones
del mandatario uruguayo Tabaré Vazquez fueron más rotundas "no estamos dispuestos a perder el
tiempo en negociaciones eternas”, dijo refiriendose al tratado con la UE4. Los autores Palkin y
Dulcich hablan ya de China como “el sexto socio del Mercosur” ante el notable descenso de los
1EL OBSERVADOR, Santiago Soravilla.”Flexibilización del Mercosur es una oportunidad para que Uruguay se acerque a China” Nota
publicada en Uruguay al 17 de enero de 2019. [Disponible online https://www.elobservador.com.uy/nota/flexibilizacion-del-mercosur-es-
una-oportunidad-para-que-uruguay-se-acerque-a-china-2019116182140] Consultada 20 de febrero de 2019
2XINHUA (Agencia de Noticias de China). “Brazil, Argentina agree to modernize Mercosur”. Nota publicada en China al 17 enero de
2019. [Disponible online http://www.china.org.cn/world/Off_the_Wire/2019-01/17/content_74381684.htm] Consultada 20 de febrero de
2019
3 EURO EFE. “El Mercosur mira a China ante las dilaciones de la UE”. Nota publicada en Madrid al 18 junio 2018. [Disponible online
http://euroefe.euractiv.es/5875_comercio/5456257_el-mercosur-mira-a-china-ante-las-dilaciones-de-la-ue.html] Consultada 20 de
febrero de 2019
4 CRÓNICAS. Anahí Acevedo. “Bartesaghi: Uruguay no necesita del Mercosur para firmar TLC con China”. Publicado en Uruguay al 17
de agosto. [Disponible online http://www.cronicas.com.uy/portada/barthesaghi-uruguay-no-necesita-del-mercosur-para-firmar-tlc-con-
china/] Consultado 20 de febrero de 2019
intercambios comerciales entre los socios principales —Argentina y Brasil— y el aumento de la
participación china en todos los sectores —excepto el automotriz (Paikin y Dulcich, 2017:395).
La negociación UE-Mercosur, bloques que representan el 27% del PIB mundial y un flujo de
comercio promedio de 135 mil millones de dólares (Español, 2018:10), tiene un elemento clave: la
diferencia de desarrollo relativo entre las regiones. Un acuerdo de estas características sin
condiciones especiales —he ahí donde reside la dificultad en dicho acuerdo y su redacción—
supondría la profundización de asimetrías ya existentes.
El bloque Mercosur deberá redefinir, por lo tanto, su estrategia de inserción internacional para
afrontar los profundos cambios productivos registrados en la última década y los que devienen
del viaraje producido por el juego de poder entre Estados Unidos y China. Sobre todo, el bloque
sudamericano tendrá que ver si su actuación la hará de forma coordinada o unilateral.
ARGENTINA Y BRASIL
La idea de Mercosur se construyó a partir del proceso de integración argentino-brasileño iniciado en
los años 80 con la puesta en marcha de protocolos de cooperación, de complementareidad y de
carácter flexible (Peixoto y Perrota, 2018: 98). Esto fue lo que más tarde inspiraría el Tratado de
Asunción —firmado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay— en 1991 por el que se fundaba el
Mercado Común del Sur con la meta de alcanzar una integración más profunda en torno a las ideas
del regionalismo abierto de los años 90 —a las cuales se están invocando en la actualidad como la
nueva fase del Mercosur.
Desde la creación del Mercosur, Brasil es el destino principal de las exportaciones argentinas, es
decir, un 30% de las mismas. Sin embargo a partir de 2016 esto fue decreciendo y no hacia otros
destinos tradicionales como Estados Unidos o Europa, si no debido a la irrupción de China y otros
mercados emergentes como el sudeste asiático y Rusia (Paikin y Dulcich, 2017:398).
2000 y el 2015 duplicó su participación porcentual como destino, y otros mercados (en porcentajes)
emergentes como el este asiático y Rusia.
Gráficoen1.gran
U), sino que fue reemplazado Principales socios
medida por comerciales
China, argentinos
país que entre el año 1990-2016 Gráfico 2. Principales socios comerciales brasileños 1990-2016
(en porcentajes)
el 2015 duplicó su participación porcentual como destino, y otros mercados (en porcentajes)
ntes como el este asiático y Rusia.
Estados Unidos, puede comenzar a proveérsela desde Mercosur. Las relaciones bilaterales de los
países del Mercosur con China difieren sustancialmente desde el punto de vista político y
económico: desde Uruguay con las que las relaciones son muy buenas hasta Paraguay que continua
teniendo vínculos con Taiwan —única condición paraRevista
lasPerspectivas
relaciones
Revista Perspectivas de Políticas Públicas Vol. 6 Nº 12 (enero-junio 2017) ISSN 1853-9254
comerciales con China.
de Políticas Públicas Vol. 6 Nº 12 (enero-junio 2017) ISSN 1853-9254 | 399
CAMBIO DE PARADIGMA
5 Gráficas extraidas del artículo: PAIKIN, D.; DULCICH, F. (2017). “El sexto socio del Mercosur: un estudio sobre la penetración
importadora china y su impacto en el comercio intrarregional”. Revista Perspectivas de Políticas Públicas, 6(12), 395-414.
podría convertirse en la divisa de reserva internacional” —lo que desplazaría exponencialmente el
poder de la reserva federal de EEUU (Gandásegui, 2015: 132) y materializaría la caída exponencial
de la hegemonía estadounidense.
Con lo cual, siguiendo por estas líneas nos preguntamos cuál será el rol de América Latina en este
realineamiento global. Según Gandásegui, el papel latinoamericano podría ser el de continuar
siendo proveedor de materias como lo ha venido siendo desde hace 500 años, bien podría ganar una
cierta autonomía pero aún así seguir subordinada y dependiente de otras potencias —el autor
asemeja la idea a la figura de los actuales BRICS— o bien podría sucederse un periodo de desorden
y reordenación social. Un nuevo eje reduciría los excedentes mundiales de los que se beneficia la
clase dominante de la región, lo que podría “generar una nueva correlación de fuerzas en el proceso
de acumulación capitalista a escala global” (Gandásegui, 2015: 146).
Sin embargo, en el caso de América Latina “plantear alternativas autónomas supone el peligro de
enfrentarse a la principal potencia del continente, cuyo criterio es que si no puede dominar, entonces
prefiere el caos y la desestabilización” (Pozzi y Nigra, 2013: 420)
Por lo pronto, China está aplicando una difusa inclusión comercial y en materia de cooperación
internacional en el continente. El gigante asiático está aplicando en América Latina “lo aprendido
en su cooperación” con África para institucionalizar y expandir sus vínculos con América Latina
(Adbenur y Marcondes de Souza, 2013: 74). Por lo que un análisis comparativo de esta
expenriencia ayudaría a entender y predecir el rol de los actores participantes de los próximos años
en la región.
LA COOPERACIÓN SUR-SUR
Por ejemplo “en los últimos diez años la inversión china hacia América Latina ha
aumentado y los sectores relacionados se han ampliado. Según las estadísticas del
Ministerio de Comercio de China, de 2003 a 2012, la inversión directa no-financiera
ascendió de 1,04 mil millones de dólares a 10,7 mil millones.” (Rosales y Kuwayama,
2012)
A finales de 2014 la inversión directa de China a América Latina fue 98, 9 mil millones de dólares y
los proyectos contratados en la región 67,6 millones de dólares. China además de estar importando
grandes cantidades de materias primas latinoamericanas está vertiendo grandes sumas de dinero en
proyectos de infraestructura en la región (en 2013 fueron 80 millones de dólares). América Latina
representa casi el 13% de los gastos extranjeros de capital chino (Gandásegui, 2015: 148).
En Argentina, China invirtió diez mil millones de dólares para el mejoramiento de trenes
subterráneos y ferrocarriles nacionales. En Brasil, participó en la fase inicial de la línea ferroviaria
alta velocidad Rio de Janeiro-Sao Paulo, una represa en Belo Monte y en el gaseoducto Gasene. En
Venezuela, con la compra de ocho helicópteros Z-9C/D y un portaviones se establecieron acuerdos
de capacitación como cooperación militar (Adbenur y Marcondes de Souza, 2013: 82). Véase en
estos ejemplos hacia donde encamina sus “inversiones” o “ayudas a la cooperación” China a
diferencia de los donantes del norte que crean la mayoría de los proyectos en torno a educación,
sanidad o derechos humanos. Sólo en 2010, el 90% de las inversiones directas extranjeras chinas en
América Latina fueron destinadas a industrias extractivas —explotación minera, petrolera y de
infraestructura relacionada. Una tendencia habitual de la cooperación china que hace difusa la linea
entre inversiones y asistencia por los donantes Sur-Sur (Abdenur y Marcondes de Souza, 2013: 82)
A pesar del avance chino en materia de inversión y cooperación internacional “los donantes del
Norte y las organizaciones multilaterales siguen siendo los principales proveedores de ayuda para
América Latina” (Adbenur y Marcondes de Souza, 2013: 72). Por orden de montos abonados
serían EEUU, España, Alemania, Canadá, Francia, Noruega, Holanda, Suecia, Suiza y el Reino
Unido; y como multilateral la UE. Y es aquí donde reside otra de las claves en torno al acuerdo
comercial UE-Mercosur del que hablábamos anteriormente: esta ayuda en cooperación podría verse
afectada al tender nuevos puentes con el gigante asiático.
Entre 2005 y 2010 los bancos estatales chinos prestaron 75 mil millones de dólares a la región —
más que otros organismos que tradicionalmente venían haciendolo como el Banco Mundial (BM),
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Exportanciones e Importanciones de los
Estados Unidos (Abdenur y Marcondes de Souza, 2013: 82).
China ha utilizado su provisión de infraestructura para asegurarse el acceso a las materias primas de
los países latinoamericanos. Los países que tienen restringido la compra de tierras por manos
extranjeras (una acción preventiva a los intentos chinos), han adoptado la estrategia de intercambio
de soja o maíz (sobre todo en Brasil y Argentina) por infraestructura agrícola. También existen
determinadas “ayudas condicionadas”, lo cual requiere que los beneficiarios contraten empresas
chinas (esta práctica también la llevaban acabo los donntes del norte). Esta competencia debelita a
los proveedores latinoamericanos de materiales, expertcia, mano de obra local, transferencia de
tecnología y conocimientos (Abdenur y Marcondes de Souza, 2013: 81).
LAS TENSIONES
China ofrece financiamiento abundante y rápido para proyectos de desarrollo en la región. Sin
embargo esta inyección de capital, según los autores Abdenur y Marcondes de Souze, conlleva
cuatro riesgos a tener en cuenta: un cambio de prioridades temáticas, el desplazamiento de
anteriores donantes, exclusión de la sociedad civil y fragmentación regional.
Históricamente la robusta sociedad civil, la cual ha jugado un rol fundamental en la
“democratización” de la región y durante los periodos de ajustes estructurales, quedaría fuera de la
ecuación de la cooperación china. Actualmente ONGs, instituciones de investacion, instituciones
religiosas y sindicatos son relevantes en la implementación y monitoreo de programas sociales de
agencias donantes. Es decir, al llevarse a cabo los tratados y cooperaciones en relaciones de Estado-
Estado deja fuera intermediarios civiles que creaban el entramado social que habitualmente llegaba
a los lugares donde el gobierno no lo hacía.
La cooperación china diverge de la forma de cooperación con donantes del norte (OCDE y la CAD)
por su supuesta neigligencia respecto a temas como la sostenibilidad ambiental, derechos humanos,
y monitoreo y evaluación (Abdenur y Marcondes de Souza, 2013: 81).
BIBLIOGRAFÍA
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Unión Europea y el MERCOSUR: una peligrosa forma de volver al mundo”. Análisis número 28,
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allá de la coyuntura”. Revista Desafíos, Bogotá, Colombia. I Semestre 2018, pp 91-134.
PAIKIN, D.; DULCICH, F. (2017). “El sexto socio del Mercosur: un estudio sobre la penetración
importadora china y su impacto en el comercio intrarregional”. Revista Perspectivas de Políticas
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ROSALES, O.; KUWAYAMA, M. (2012). “China y América Latina y el Caribe, hacia una relación
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De la crisis de 1929 al presidente negro. 2ª ed. Buenos Aires: Ed. Imago Mundi. Cap 5. Pp 411-475.
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http://euroefe.euractiv.es/5875_comercio/5456257_el-mercosur-mira-a-china-ante-las-dilaciones-
de-la-ue.html
CRÓNICAS “Bartesaghi: Uruguay no necesita del Mercosur para firmar TLC con China” por
Anahí Acevedo 17 de agosto http://www.cronicas.com.uy/portada/barthesaghi-uruguay-no-necesita-
del-mercosur-para-firmar-tlc-con-china/