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Carmen de Viboral, 25 de marzo de 2020

Señora Coordinadora y Señores(as) Profesores

Filología Hispánica

Facultad de Comunicaciones – Universidad de Antioquia

Buen día.
Esperamos que se encuentren bien en esta temporada tan compleja, e igualmente sus
seres queridos.

El país, y el mundo, están encarando una situación de evidente incertidumbre y el


aislamiento preventivo es crucial para superar estos tiempos tan difíciles. En vista de esto, y
teniendo en cuenta la decisión de cerrar de manera indefinida todas las sedes e instalaciones
de la Alma Máter, tomada por las directivas de la Universidad de Antioquia el pasado 15 de
marzo, fue expuesta la determinación de continuar adelantando los procesos educativos, que
eran presenciales, de manera virtual.
El lunes 23 de marzo se nos hizo envío de un e-mail desde la dirección de correo de
la Seccional, con una encuesta que, además de parecernos somera, nos pareció injusta pues
solo se inquiría allí si teníamos computadores, si podíamos acceder a una conexión a internet
y si contábamos con dispositivo móvil, haciéndonos dimensionar otra perspectiva de las
consideraciones que la entidad está teniendo sobre las problemáticas que atañen a su
estudiantado.
Pensamos, los estudiantes, que hay que traer a colación los siguientes factores:

 Los cursos están diseñados para desarrollarse tanto teórica como prácticamente, y en
este asunto no habría mayores problemas en nuestra carrera; pero hay que mirar
también que en este ámbito, los debates y el diálogo tanto con profesores y demás
compañeros son de vital importancia. Mencionamos esto debido a la observación de
que hay círculos familiares en los que se encuentran varios estudiantes, tanto de
universidad como de colegio, que cuentan con solo un computador en casa y a quienes
se les insiste en la asistencia a clases virtuales. No solo se presenta un conflicto de
intereses al interior del hogar al haber un cruce de horarios, sino que también atraviesa
obstáculos para la realización de los trabajos que puedan ser asignados.
 En concordancia con el punto anterior, el estado de las casas de algunos de los
estudiantes no presta condiciones aptas para asumir la virtualidad, ya sea por
problemas de electricidad en veredas, por no contar con acceso a internet o una mala
conexión a esta, o carecer de equipos de cómputo. Ante estos problemas, los
estudiantes tenían como única opción el uso de la biblioteca o los centros de
informática dispuestos en el campus. Una cosa es poderse conectar para revisar
correos electrónicos, y otra muy distinta conectarse a una clase virtual y que haya
interferencias en la señal o la videollamada… No queremos, ni nos interesa, y mucho
menos nos conviene, que alguien cancele su semestre por no poder seguir
adecuadamente los contenidos de las materias como sí lo harían siendo presenciales
las lecciones, ni por asuntos que se salen de sus manos.
 De años para acá, también es sabido que ha habido un incremento en los empleos
informales como modo de subsistencia, ante el bache en la consecución de trabajos
con sueldo fijo. El caos que está haciéndose lugar en la actualidad evita que las
personas puedan concentrarse debidamente en sus estudios o pensar siquiera en
asumir la virtualidad, y por consiguiente (y por obvias razones) deban enfocarse en
el bienestar de sus casas, tanto en el mantenimiento de estas o porque incluso son los
directos responsables.
 Por lo anterior, el choque psicológico que pueden estar teniendo muchos estudiantes
por una sensación de angustia, ya sea por el encierro o por alguna patente
vulnerabilidad al interior de la familia, por cuestiones de salud, por falta de
provisiones o por la preocupación que acarrea la imposibilidad del pago de servicios
o arriendo, son alicientes para no ocupar las clases con normalidad. A la amplia
mayoría de personas, toda esta situación nos ha sorprendido, y el cambio de dinámicas
sociales y comerciales muta en la ansiedad por sostener el día a día, incluso más que
la propagación del virus.

Por todo lo expuesto, la Asamblea de Estudiantes de Filología Hispánica de la


Seccional Oriente de la UdeA, después de discutir pacientemente sobre este tema el día
miércoles 25 de marzo de 2020, ha decidido declarar el estado de ASAMBLEA
PERMANENTE, que implica el cese de actividades hasta el próximo miércoles 1 de abril,
día en que se convocará una nueva Asamblea y se reconsiderará el mecanismo de presión.
Las razones para esta determinación son las siguientes:

 No continuar con los cursos virtuales, suspender las clases y no avanzar en


cronograma de actividades, por lo menos hasta que el Estado o la Universidad
garanticen que las condiciones mencionadas puedan ser suplidas, y dejen de ser un
impedimento para el desenvolvimiento adecuado de todos los estudiantes; o hasta que
esta crisis sea superada y podamos, al fin, regresar a los cursos presenciales. No se
trata de cancelar el semestre. Sabemos que hacemos parte de una institución con altos
estándares educativos, y sentimos que este contexto que hoy nos llama disminuye esa
calidad que tenemos como meta.
 Proponemos que en este lapso los docentes realicen asesorías y discusiones varias
desde sus correos a quienes puedan o quieran continuar con estas, cursos o consejos
de metodología de estudio y repaso de temas, que permitan el avance de talleres o
proyectos que incentiven la investigación en la Sede Seccional, en vista de la baja
participación en programas de esta índole. Esto se podría llevar a cabo con el envío
de textos de estudio, y también seguiría fomentando la cercanía entre profesores y
estudiantes. Con esto planteamos que las actividades no se procuren como clases o
reemplazo de ellas, tampoco que haya evaluación o toma de asistencia; pero sí que
los profesores puedan seguir siendo remunerados por las labores que realicen, puesto
que no solo entra aquí la mencionada subsistencia, sino también el mantenernos
despiertos y activos con respecto a los conocimientos de nuestra carrera.
Somos conscientes de las complicaciones que está sorteando la Alma Máter, y los
golpes que se avecinan en materias administrativa, financiera y académica, pero reiteramos
aquello que incluso la misma Universidad nos ha inculcado: lo que afecta a una persona, nos
afecta a todos. Con todo y las mejores intenciones que se evidencian en el claustro de que
hemos sido obligados ser parte, también hay que reconocer la afectación que sufren sectores
más frágiles de la población, y la institución no puede extender las brechas que entorpecen
el crecimiento de sus estudiantes, sino propender por lo contrario. Es triste, pero la
comunicación y la información son derechos que siguen siendo realmente privilegios, y no
todos podemos gozar de estos.
Queremos expresar nuestra preocupación por la dignificación de las vidas de todos, y
no solo de algunos, con la empatía como uno de los pilares centrales que pueden ayudarnos
a sobrellevar esta crisis y a construir una sociedad más idónea. Estamos constantemente
atentos a todo lo que pueda ir sucediendo sobre este asunto, y con la apertura al diálogo que
esto implica, encomendamos a los entes administrativos darnos respuesta.

Cordial y atentamente

Asamblea de Estudiantes de Filología Hispánica, Seccional Oriente

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