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Filología Hispánica
Buen día.
Esperamos que se encuentren bien en esta temporada tan compleja, e igualmente sus
seres queridos.
Los cursos están diseñados para desarrollarse tanto teórica como prácticamente, y en
este asunto no habría mayores problemas en nuestra carrera; pero hay que mirar
también que en este ámbito, los debates y el diálogo tanto con profesores y demás
compañeros son de vital importancia. Mencionamos esto debido a la observación de
que hay círculos familiares en los que se encuentran varios estudiantes, tanto de
universidad como de colegio, que cuentan con solo un computador en casa y a quienes
se les insiste en la asistencia a clases virtuales. No solo se presenta un conflicto de
intereses al interior del hogar al haber un cruce de horarios, sino que también atraviesa
obstáculos para la realización de los trabajos que puedan ser asignados.
En concordancia con el punto anterior, el estado de las casas de algunos de los
estudiantes no presta condiciones aptas para asumir la virtualidad, ya sea por
problemas de electricidad en veredas, por no contar con acceso a internet o una mala
conexión a esta, o carecer de equipos de cómputo. Ante estos problemas, los
estudiantes tenían como única opción el uso de la biblioteca o los centros de
informática dispuestos en el campus. Una cosa es poderse conectar para revisar
correos electrónicos, y otra muy distinta conectarse a una clase virtual y que haya
interferencias en la señal o la videollamada… No queremos, ni nos interesa, y mucho
menos nos conviene, que alguien cancele su semestre por no poder seguir
adecuadamente los contenidos de las materias como sí lo harían siendo presenciales
las lecciones, ni por asuntos que se salen de sus manos.
De años para acá, también es sabido que ha habido un incremento en los empleos
informales como modo de subsistencia, ante el bache en la consecución de trabajos
con sueldo fijo. El caos que está haciéndose lugar en la actualidad evita que las
personas puedan concentrarse debidamente en sus estudios o pensar siquiera en
asumir la virtualidad, y por consiguiente (y por obvias razones) deban enfocarse en
el bienestar de sus casas, tanto en el mantenimiento de estas o porque incluso son los
directos responsables.
Por lo anterior, el choque psicológico que pueden estar teniendo muchos estudiantes
por una sensación de angustia, ya sea por el encierro o por alguna patente
vulnerabilidad al interior de la familia, por cuestiones de salud, por falta de
provisiones o por la preocupación que acarrea la imposibilidad del pago de servicios
o arriendo, son alicientes para no ocupar las clases con normalidad. A la amplia
mayoría de personas, toda esta situación nos ha sorprendido, y el cambio de dinámicas
sociales y comerciales muta en la ansiedad por sostener el día a día, incluso más que
la propagación del virus.
Cordial y atentamente