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Un ídolo es todo aquello que ocupe el lugar de Dios

en nuestras vidas. El libro de Isaías nos presenta


esto de manera impactante. En Isaías 44:9-
20  vemos la insensatez de la idolatría, donde un
hombre va al bosque, tala un árbol, hecha una
mitad al fuego y a la otra mitad le dice “líbrame,
pues tú eres mi dios” (Is. 44:17).  El profeta
lamenta la falta de entendimiento del pueblo, que
“no tienen conocimiento ni inteligencia para decir:
‘He quemado la mitad en el fuego, y también he
cocido pan sobre sus brasas. He asado carne y  la 
he comido; y del resto ¿haré una abominación?
¿Me postraré ante un pedazo de madera?’” (Is.
44:19). ¿Cuál es le veredicto para los idólatras?
“Todos los que dan forma a un ídolo son nada, y
sus cosas más preciadas de nada sirven” (Is.44:9).

En nuestros países es menos común la idolatría a


ídolos tallados. Sin embargo, observa las palabras
con las que Apple define su tan esperado Apple
Watch:

“El objetivo que siempre hemos perseguido ha


sido hacer de la última tecnología algo más
accesible, más útil y, sobre todo, más
personal. El Apple Watch abre una nueva era
en la relación de las personas con la
tecnología. Es el producto más personal de
todos los que hemos creado, porque es el
primero que hemos diseñado para que lo
lleves puesto.  Es más que una
herramienta, es también una extensión
de tu personalidad”.
Aunque solo sean palabras para promocionar un
producto, leer esto me produjo escalofríos. Es que
esta definición me suena más a un ídolo que a un
dispositivo. Algo que más que una herramienta, es
una extensión de lo que yo soy. Y es personal:
existe solo para mí. Si no nos cuidamos, corremos
el peligro de ser como el hombre de Isaías 44 y
poner a nuestros dioses en nuestros bolsillos.

Honrando a Dios con nuestros


dispositivos
De ninguna manera quiero decir que poseer un
iPhone 6 o un Apple Watch (o un Samsung Galaxy
S5) sea pecado. Tampoco quiero decir que el
querer tener uno de estos dispositivos es pecado.
¡No lo es! Como enseñó nuestro Señor, el problema
está en el corazón (Mt.15:18-19). Es por eso que
debemos analizar cuál es el uso que le damos, la
motivación por la que los obtenemos y el lugar que
ocupan en nuestra vida. Entonces, si eres creyente
y estás pensando en adquirir el próximo
dispositivo, aquí hay 7 cosas a tomar en cuenta.

1. Tu relación con Dios es prioridad


¿Cuándo fue la última vez que al levantarte diste
gracias a Dios antes de tomar tu celular? No
permitas que el uso de estos aparatos se
interponga en tu tiempo a solas con tu Señor. ¿Qué
pasaría si te propones no utilizar tu dispositivo
hasta haber tenido una cita con el Señor a través
de la lectura de Su Palabra y la oración?

2. Tu identidad es más que un


dispositivo
Romanos 11:36 nos dice que todo es de Él, por Él y
para Él, y 1 Corintios 6:20 dice que fuimos
comprados por precio. Una vez abrazamos esta
verdad, podemos entender que nada de lo que
tenemos materialmente lo hemos conseguido por
nuestro propio esfuerzo, sino porque Él lo ha
provisto, y que nada de lo que adquirimos es lo
que nos define, sino nuestra identidad en Cristo.
Por esto es de suma importancia el escudriñar las
Escrituras, para que a través de ella Dios nos
revele la suficiencia de Su Palabra, de Su Cruz, de
Su gracia y no seamos removidos.

3. El prójimo va primero que el


próximo
Gracias a la conectividad que nos ofrecen los
dispositivos inteligentes, somos tentados a dejar
de enfocarnos en el prójimo para enfocarnos en el
“próximo”: el próximo dispositivo, el próximo
comentario, la próxima noticia… Con frecuencia
olvidamos que el segundo mayor mandamiento es
amar al prójimo como a nosotros mismos (Mt.
22:39). El prestarle atención al celular o tableta
antes que a nuestro hermano es restarle
importancia a aquel que fue creado a la imagen de
Dios.  La próxima vez que estés rodeado de tus
amistades o familiares, sé intencional; apaga tu
teléfono y disfruta de la koinonía.

4. La reverencia no es opcional
“Hay un tiempo señalado para todo, y hay un
tiempo para cada suceso bajo el cielo”, nos
dice Eclesiastés 3:1. Si bien es cierto que la
tecnología ha venido a ayudarnos, también ha
venido a cambiar nuestros patrones de conducta.
La iglesia es momento de exponer nuestros
corazones ante las verdades reveladas a nuestros
pastores en la Palabra y a través del Espíritu Santo.
A menos que seas un médico que esté en servicio,
hay un 99% de probabilidad de que no necesites
estar atento a tu dispositivo cada 5 minutos. Pídele
al Señor dominio propio; deposita ante Su trono
esa debilidad y verás Su poder transformar esa
área de tu vida.

5. Aprovecha bien el tiempo


Fuimos llamados a anunciar las virtudes de Jesús a
todo lugar (1 P. 2:9). Nuestra misión es predicar el
evangelio a toda criatura (Mt. 28:19-20). ¿Qué
pasaría si contabilizas el tiempo en que te
escondes tras tu móvil en lugares públicos?
Procura de manera intencional ir a esos mismos
lugares sin hacer uso de tu dispositivo, más bien
entablando una conversación con alguien que esté
ahí. Si conviertes esto en un hábito, pasarás más
tiempo cumpliendo con la Gran Comisión e
invirtiendo el tiempo en cosas de valor eterno.

6. Cuídate de la vanagloria
Para muchos, poseer un dispositivo Apple es un
lujo. Les da cierto status porque no todo el mundo
lo puede adquirir. Esto nos lleva a un aspecto muy
importante: la vanagloria. Querer tener o poseer
algo porque “me hace mejor” o “más” que otra
persona sí es pecado. En Romanos 12:3, Pablo nos
dice que no tengamos más alto concepto propio
del que debemos tener. Haz una introspección de
la razón por la que has adquirido tus dispositivos
inteligentes o por qué quieres adquirir el Apple
Watch o iPhone 6 o lo que sea. Si encuentras una
pizca de vanagloria, pídele a Dios que te ayude a
ser humilde de corazón, tal como lo fue nuestro
redentor en su paso por la Tierra (Mt. 11:29).

7. Busquemos una pasión mayor


Cada vez más, los usuarios se confiesan como
fanáticos de sus marcas favoritas. Esto es
particularmente cierto de los usuarios de Apple.
¿Puedes creer que ya hay personas esperando
fuera de la tienda por un dispositivo que no saldrá
hasta la semana que viene? Además del gran costo
que conlleva adquirirlos. Cosas como esta me
hacen pensar en nosotros, los que adoramos al
Dios verdadero. ¿Cuántas veces somos inquietado
para orar en la madrugada? ¿Cuán difícil se nos
hace levantarnos temprano para ir a una reunión
de oración? ¿Cuánto dudamos para ofrendar más
allá de lo que usualmente hacemos?

Aunque estamos hablando de dispositivos


electrónicos, estas son cosas que podemos aplicar
con cualquier ídolo en nuestras vidas. Así que
cuando el Apple Watch, el iPhone 6 o el Samsung
Galaxy S6 estén disponibles en tu país, pregúntale
a Dios si es Su voluntad que los adquieras.
Pregúntale si serán piedra de tropiezo en tu
caminar con Dios. Si puedes, cómpralo, disfrútalo y
búscale un uso que le glorifique (Col. 3:23-24). Que
Dios nos ayude a exponer nuestras vidas a la luz
de Su Palabra. Pidámosle a que nos revele aun los
pecados ocultos que tenemos y en que en su
gracia traiga santidad a cada área de nuestra vida.
Si has fallado en esto, recuerda que aun para
nuestras compras, necesitamos el evangelio.

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