Está en la página 1de 1

LA INDUSTRIA EN EL SIGLO XX

La apertura del siglo XX colombiano con la Guerra de los Mil Días afectó el desempeño del
país en materia económica. El estancamiento en la inversión, la hiperinflación, la
destrucción de parte importante de la infraestructura de transportes, y la depresión del
sector externo como resultado de la intensidad del conflicto en Santander y Cundinamarca,
sumieron la economía colombiana de los albores del nuevo siglo en profunda recesión. Sin
embargo, había tan poca industria entonces, que no pudo ser muy afectada por la guerra.

A principios de siglo era evidente el relativo atraso de la industria colombiana no sólo con
respecto a Inglaterra y Estados Unidos, sino con otros países de la región. Este era el legado
del siglo XIX que, en cuanto a la acumulación de capital en la industria, había sido precario,
En su sentido moderno, industrias manufactureras caracterizadas por la mecanización y
concentración física de los recursos, persiguiendo economías de escala, intensivas en
capital y tecnología, y administradas por diferentes capas gerenciales, eran más bien
escasas.
Colombia, como cualquier país cuyo progreso industrial no se basaba en el desarrollo
autóctono de innovaciones tecnológicas de bienes industriales y de sus procesos de
producción, estaba destinada a importar parte de su industrialización. Dicha transferencia
se veía condicionada por el dinamismo de su sector externo, que definía la capacidad de
pago de las importaciones de maquinaria, equipos e insumos estratégicos de la producción
industrial. Pero no sólo habían sido las experiencias exportadoras colombianas del siglo XIX
muy volátil, sino que gran parte de los ingresos derivados de ellas se dedicaban a
importaciones de bienes de lujo, frustrando así esa transferencia efectiva.
a otra causa residía en el tamaño relativamente pequeño del mercado para productos
manufacturados, fragmentado claramente por economías regionales aisladas por costos de
transporte altísimos; y donde además, la demanda estaba condicionada por un ingreso por
habitante, La fuerza dinamizadora del crecimiento industrial de los años 10 y 20 no fue
entonces resultado de la política proteccionista que había reforzado el general Reyes, ni de
la fiscal del Gobierno de Ospina, sino del despegue de la economía cafetera.
El auge exportador originado en el occidente del país generó varios efectos positivos para
el sector industrial: primero, la atomización de las rentas cafeteras representó un
crecimiento en los ingresos de una clase media emergente que se materializó en una
demanda interna sostenida por artículos de consumo.

También podría gustarte