Partiendo desde el hecho de que la alfabetización constituye un proceso
profundamente social y que con el transcurrir del tiempo dicho término se va complejizando. Podemos decir que no es una adquisición natural, sino el aprendizaje del sistema y las estrategias de uso de un producto natural: la lengua escrita. Por lo tanto el modo de desarrollar la alfabetización tiene que ver con las circunstancias sociales y culturales concretas.
Para garantizar que la distribución del conocimiento sea equitativa y
contribuya a superar desigualdades sociales ésta debe ser acompañada por políticas educativas y pedagógicas adecuadas ya que todo docente sabe que lograr la alfabetización en un niño es darle una herramienta para toda su vida, ya que aquella se inicia en la infancia pero utilizando el término latino es un “Continuum” porque se desarrolla durante toda la vida del ser humano. Todo esto nos lleva a plantearnos si en realidad estamos dando a nuestros alumnos los saberes necesarios para lograr el acceso al propio conocimiento en los distintos campos disciplinarios y así conservarlos, compartirlos y sobretodo transmitirlos.
Un ejemplo claro es cuando se presentan situaciones problemáticas
que se dan a lo largo de la vida escolar o adulta, como por ejemplo cuando el individuo debe seguir aprendiendo otro tipo de alfabetización: la digital o tecnológica. Hoy en día, en esta era en donde el avance tecnológico- cibernético está al alcance de las manos a veces no nos sirve de nada “El saber leer y escribir” necesitamos sí o sí de un mediador o soporte especializado que nos enseñe, nos alfabetice en un campo que es desconocido para nosotros. Es entonces cuando la impotencia y la desazón se apropian del ser humano al cuestionarse cuál fue el rol de la escuela pública, obligatoria y gratuita que no preparó o no prepara al sujeto de aprendizaje con las herramientas pedagógicas acorde a la actualización del contexto social y mundial en que está inserto.
Este panorama mundial está registrado por organizaciones mundiales
que afirman que dos terceras partes de las personas analfabetas son mujeres por lo que agrava las situaciones de privaciones y de subordinación a la que están expuestas muchas de ellas. Ésta situación representa una violación al principio planetario de igualdad entre hombres y mujeres y al derecho fundamental de la educación, reconocida como condición básica.
Si bien el analfabetismo afecta en primer lugar el desarrollo personal y
familiar, también influye en el desarrollo socio-económico y cultural de un país. Ya que las diferencias existentes en la población en cuanto al grado de educación hacen pie a que surjan los grupos excluidos o marginados socialmente ya que al no saber leer ni escribir no conocen los derechos inherentes al ser humano.
La alfabetización es el primer paso en la conquista del derecho a
educarse y a participar en la construcción democrática de un país, dar a un individuo el acceso a la escritura y a la lectura es dotarlo de expresión política que además de ser un activo crucial para vencer la pobreza, mejorar la salud y enfrentarse a los abusos respecto de los derechos humanos.
Una persona sin estudios dispone de menos recursos para protegerse
frente a enfermedades graves o procurar el sustento a su familia ya que sujetos de este tipo obtienen los trabajos más pesados y mal pagados.
Apropiándonos de la frase de Emilia Ferreiro :”Estar alfabetizado para
seguir en el circuito escolar ,no garantiza estar alfabetizado para la vida ciudadana...” Ya que siguiendo con el panorama planteado en la introducción el mundo nos exige un sujeto informatizado, que posea conocimientos complejizados acorde al contexto social en el que vive, sabiendo seleccionar la multiplicidad de información, y además para que pueda ejercer su derecho de lector pleno y no de mero descifrador . Puesto que un país democrático exige ciudadanos alfabetizados, para fomentar el desarrollo cultural y social y así influir en el ámbito económico de un modo productivo.
La idea de democratización está estrechamente asociada a las de
participación individual y social, igualdad de derechos, elección de autoridades y control de poder. La democracia se constituye mediante procesos políticos y sociales pero también a través de procesos educativos. El primer sentido de educación democrática es la que determina una educación para todos, en igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad, a ésta idea se refería Emilia Ferreiro cuando expresa que: “La alfabetización no es un lujo ni una obligación, sino un derecho.”, que debemos respetar.
Concluyendo podemos decir que debemos tomar muy en serio nuestro
rol de alfabetizadores ya que el ser alfabetizado amplía por sí mismo el sentido del propio valor personal que conlleva a mejores armas para adaptarse al cambio en función de un desarrollo social, económico y político.
Además queremos resaltar la idea de que la alfabetización es un
proceso continuo que se da a lo largo de la vida del ser humano, entonces debemos concientizarnos que muchas veces deberemos recurrir a mediadores específicos para que nos vuelvan a alfabetizar en la disciplina que requiramos para no ser parte del grupo de excluidos en los que la sociedad divide a sus habitantes.