La atención por inhalación toxica representa un reto para el personal de urgencias
médicas por el gran número de sustancias que pueden provocar esta toxicidad, este tipo de urgencias no solo requiere de la atención sobre la ventilación del paciente, hay que realizar la evaluación de posibles lesiones ocasionadas en las estructuras anatómicas, sintomatología de la toxicidad, entre otras. Además de un manejo integral de la urgencia por inhalación de tóxicos, existirán casos donde la asistencia de personal de MatPel. Fisiopatología de la inhalación tóxica: La inhalación tóxica consiste en la exposición de sustancias con un grado de solubilidad que permiten que el organismo las inhale, entre estos tóxicos también se incluye el humo dentro de un incendio. Esta inhalación provoca lesiones en las estructuras de la vía aérea alterando el mecanismo de ventilación, existe una clasificación de mecanismos intrínsecos que producen la lesión respiratoria, entre ellos: • Inhalación de humo: frecuente en victimas de incendios donde la combustión es producida por derivados de petróleo (plásticos), la inhalación se ascia con intoxicación y envenenamiento por monóxido de carbono, ocasionando un cuadro grave que pone en riesgo la vida de la víctima. • Gases irritantes: constituye una serie de gases patógenos que al igual que los asfixiantes químicos y físicos, ocasionan lesiones en la mucosa expuesta. En este grupo de gases se incluye e cloro, amoniaco, dióxido de nitrógeno, ozono y fosfógeno, estos aumentan el riesgo de edema agudo del pulmón no cardiogénico. A su vez los gases tienen otra clasificación:
o Solubles en agua: amoniaco; que ocasiona irritación aguda de la vía aérea
superior o Moderadamente solubles en agua: cloro; depende de la concentración y el grado de exposición; van desde tos, sibilancias, estertores y edema pulmonar hasta quemaduras químicas. o Mínimamente soluble en agua; fosgeno; este se caracteriza por tener efecto retrasado de edema pulmonar (Pollak, 2014).
• Asfixiantes físicos: se caracterizan por encarecer el ambiente al producirse la
combustión inicial, como el dióxido de carbono, metano, etano, nitrógeno, entre otros. Estos gases ocasionan el desplazamiento de oxigeno ambiental aumentando el riesgo de hipoxia. Este tipo de asfixia también es conocido como simple, ya que consiste en la interrupción de aporte de oxígeno al ser removido durante la inspiración. Por otro lado, la asfixia celular consiste en la interrupción del aporte de oxígeno a nivel celular. • Asfixiantes químicos: se reconocen fundamentalmente tres de ellos: el monóxido de carbono, el ácido cianhídrico, el que a menudo coexiste con el envenenamiento por monóxido de carbono y por último el ácido sulfhídrico, el cual puede producir tanto lesiones locales en el tracto respiratorio y sistémicas (Riaño). En el caso de un incendio, el contenido de oxigeno inspirado en el aire por el paciente es bajo, ya que durante la combustión el oxígeno existente es consumido. De igual forma existe una mayor cantidad de Dióxido de Carbono, ocasionando que en el organismo ocasiona la saturación en las células, fijándose en el sistema citocromo-oxidasa, ocasionando alteraciones mitocondriales, bloqueando la respiración celular y disfunciones orgánicas en el sistema nervioso y cardiovascular. Manejo y tratamiento: Al tratarse de inhalación de tóxicos el primer paso durante el arribo a la escena es evaluar si esta es segura o si requiere del equipo de MatPel. Es escenarios donde la exposición es masiva o puede poner en riesgo al personal de atención, es necesario retirar del ambiente a la víctima, también debe considerarse la descontaminación, de acuerdo a lo que el equipo de MatPel determine. Una vez que se ha colocado a la víctima en una zona segura, revisar vía aérea si existe compromiso pulmonar sistémico por hipoxia, intoxicación o envenenamiento. El cuadro clínico incluye: disnea, cianosis, disfonía, estridor, sibilancias y tos. De igual forma puede presentar vómito confusión, ataxia, convulsiones hasta coma. Recordemos que, dentro de la evaluación del paciente, no solo debe incluirse la evaluación de los síntomas de la víctima, pueden observarse lesiones en estructuras anatómicas que determinen el manejo de la vía aérea, como en el caso de las quemaduras, donde la intubación y tipo de ventilación se encuentra comprometido. La administración de oxígeno en estos casos es importante, ya que la escases de este es uno de los principales problemas en el organismo. Este debe ser a altas concentraciones y con el dispositivo que favorezca en mayor medida al paciente (considerando nuevamente a pacientes con quemaduras o lesiones en estructuras anatómicas). En algunos casos y de acuerdo al cuadro clínico y diagnóstico del paciente, se encuentra indicada la administración de broncodilatadores y corticoides bajo dirección médica, además del control de intoxicación como anteriormente mencionamos con la administración de oxígeno. En el caso de convulsiones, además de realizar el manejo de la vía aérea y asistencia ventilatoria; esa indicada la administración de Diazepam de forma intravenosa, 5 mg en adultos y 0.1 a 0.33 mg/kg en pacientes pediátricos; diluidos en solución salina al 0.9% a pasar en 30 minutos, bajo dirección médica. La actividad cardiaca debe ser vigilada de forma constante ya que es posible la presencia de arritmias ventriculares o incluso la necesidad de reanimación cardiopulmonar. El monitoreo de signos vitales en este tipo de pacientes es importante para detectar las mejoras o la depresión del paciente.