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"Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos"

Resumen de la primera parte capítulo 39

El cautivo les cuenta que es natural de un pueblo de las montañas de León. Era
uno de tres hermanos. Un día su padre reunió a sus tres hijos para repartirles sus
partes debidas de la hacienda y para pedirle a cada uno que siguiera
un camino diferente: las letras, la mercancía o el servicio al rey. Al cautivo, siendo
el hijo mayor, le tocó esta última opción. Además, sólo aceptó una parte de la
herencia que le correspondía para no dejar a su padre con tan poco dinero. Sus
hermanos siguieron su ejemplo.

El hijo mayor salió de la casa de su padre con rumbo a Alicante donde había  una
nave ginovesa. Eso fue hace 22 años y desde ese entonces no había recibido
noticias de su padre ni de sus tres hermanos.

Tras embarcarse en Alicante y viajar por varias ciudades, comenzó a servir al


duque de Alba y llegó a ser alférez de Diego de Urbina, un famoso capitán de
Guadalajara. Eventualmente lo ascendieron a capitán y combatió en la batalla
naval de Lepanto, en la que la Liga Santa venció a los turcos.* Pese a la victoria
de los cristianos, cayó prisionero y por un par de años estuvo al remo de galeras
enemigas sin esperanza de libertad.

El cautivo también les cuenta de la batalla en la que España perdió La Goleta,


puerto de la ciudad de Túnez, conquistada por Carlos I de España (V de
Alemanía) en 1535 y critica el despilfarro de dinero en la conquista de tierras
ajenas:

Fueron muchos los soldados españoles que se perdieron en esta batalla; algunos
se murieron y otros quedaron cautivos. Entre los presos, figuró don Pedro de
Alguilar, quien además de haber sido alférez en el fuerte, era también un poeta y
escribió dos sonetos a manera de epitafios a la Goleta y al fuerte.

Al nombrar a don Pedro, don Fernando sonríe y le dice al cautivo que ese don
Pedro es su hermano. El cautivo le cuenta que don Pedro logró escaparse, pero
que no ha tenido más noticias de él, y don Fernando le cuenta que ahora su
hermano es un hombre rico, casado y padre de tres hijos. Agrega que sabe de
memoria los sonetos de su hermano y los puede recitar.

*Cervantes también luchó bajo las órdenes del capitán Diego de Urbina y como
soldado raso en Lepanto, batalla en la que perdió la movilidad de su mano
izquierda.

"Donde se prosigue la historia del cautivo"


Resumen primera parte, capítulo 40
Don Fernando recita los dos sonetos que escribió su hermano don Pedro en
la Jornada de Túnez, tras lo que el cautivo sigue con su historia.

Volvió con la armada enemiga a Constantinopla y poco después murió su


amo Uchalí (Uluj Alí), el rey de Argel, quien trataba a sus cautivos con mucha
humanidad. Su nuevo amo, un renegado cruel llamado Azán Agá, lo llevó a Argel,
donde pasaba los días encadenado y encerrado en una prisión donde torturaban a
los cristianos. Aquí, en la historia del cautivo, aparece
la metaficción cuando Cervantes incorpora sus propias experiencias vividas en las
cárceles de Argel.
El cautivo cuenta que las ventanas de la casa de un moro rico daban al patio de la
cárcel y un día en que estaba en el patio vio que por la celosía de la ventana había
una caña con un lienzo atado al final. Alguien detrás de la ventana estaba
moviendo la caña casi como si estuviera haciendo señas para que alguien cogiera
el lienzo. El cautivo lo cogió y adentro encontró unas monedas de oro. Otro día,
por la misma ventana apareció una pequeña cruz hecha de cañas, por lo que
entendieron que una cristiana debía de estar cautiva dentro de esa casa.

Algunos días después, apareció la caña de nuevo y la mano que la sostenía


detrás de la celosía sólo la soltó para el cautivo protagonista de esta historia y no
para sus compañeros que también intentaron cogerla, como las veces pasadas.
Esta vez halló escudos de oro españoles y un papel con un mensaje escrito en
árabe con una cruz grande al final. El cautivo le pidió a un amigo quien entendía el
árabe a que lo tradujera.

El mensaje era de una mujer mora que decía que cuando era niña, su padre tenía
a una esclava cristiana que le enseñó a rezar. Desde que se murió la esclava, ha
visto su aparición dos veces y la esclava le ha dicho que vaya a tierras cristianas a
ver a la Virgen María. Además decía el mensaje: "No sé yo como vaya: muchos
cristianos he visto por esta ventana, y ninguno me ha parecido caballero sino tú.
Yo soy muy hermosa y muchacha, y tengo muchos dineros que llevar conmigo:
mira tú si puedes hacer cómo nos vamos y serás allá mi marido".

El cautivo le respondió que estaría dispuesto a hacer por ella lo que fuera, hasta
morir. Poco después el cautivo se enteró de que la doncella que le mandaba las
notas y el dinero era Zoraida, mujer considerada la más hermosa de la Berbería y
la hija única de Agi Morato, un hombre muy rico.

Zoraida le respondió que le daría dinero suficiente para que él y sus amigos
comprasen su libertad y una barca para escaparse a tierras cristianas. El cautivo
pagó su rescate y la de sus amigos, y le dio el dinero al renegado para comprar la
barca.

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