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LAMENTACIONES Kjv1611 Traducida

Lamentaciones

Lamentaciones 1

1 ¡Cómo la ciudad se sienta solitaria, que estaba llena de pueblo! ¡Cómo ella se ha vuelto como
viuda! Ella que era grande entre las naciones, y princesa entre las provincias, ¡cómo es ella
vuelta tributaria!
2 Ella llora grandemente en la noche, y sus lágrimas están sobre sus mejillas; entre todos sus
amantes ella no tiene ninguno para confortarla; todos sus amigos han tratado traicioneramente
con ella, ellos se volvieron sus enemigos.
3 Judá ha ido a cautividad a causa de aflicción, y a causa de gran servidumbre; ella mora entre
los paganos, ella no halla descanso, todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.
4 Los caminos de Sión hacen luto, porque ninguno viene a las fiestas solemnes; todas sus
puertas están desoladas; sus sacerdotes lamentan, sus vírgenes están afligidas, y ella está en
amargura.
5 Sus adversarios son los jefes, sus enemigos prosperan; porque el Señor la ha afligido por la
multitud de sus transgresiones; sus niños han ido a cautividad delante del enemigo.
6 Y desde la hija de Sión toda su hermosura se apartó; sus princesas son vueltas como ciervas
que no hallan pasto, y ellas han ido sin fuerzas delante del perseguidor.
7 Jerusalén recordó en los días de su aflicción y de sus miserias, todas sus cosas placenteras que
ella tenía en los días de antiguo; cuando su pueblo cayó en la mano del enemigo, y ninguno la
ayudó; los adversarios la vieron, y se burlaron de sus sábados.
8 Jerusalén tuvo pecado gravemente, por lo cual ella es removida; todos los que la honraban la
menosprecian, porque ellos la han visto desnuda; sí ella suspira, y vuelve atrás.
9 Su inmundicia está en sus faldas; ella no recuerda su último fin, por tanto ella descendió
maravillosamente, ella no tuvo confortador. Oh Señor, mira mi aflicción, porque el enemigo se
ha magnificado.
10 El adversario ha esparcido su mano sobre todas sus cosas placenteras; porque ella ha visto
que el pagano entró a su santuario, de los cuales tú mandaste que ellos no debían entrar en tu
congregación.
11 Todo su pueblo lamenta, ellos buscan pan; ellos han dado sus cosas placenteras por alimento
para aliviar el alma; Mira, oh Señor, y considera, porque yo soy tornado vil.

12 ¿Es nada para vosotros, todos vosotros que pasáis al lado? Mirad y ved si hay algún dolor
semejante a mi dolor, que es hecho a mí, con que el Señor me ha afligido en el día de su feroz
enojo.
13 Desde arriba él ha enviado fuego a mis huesos, y prevalece contra ellos; él ha extendido
una red para mis pies, él me ha vuelto atrás, él me ha hecho desolada y desfallezco todo el día.
14 El yugo de mis transgresores está atado por su mano, ellas son entretejidas, y suben sobre
mi cerviz; él ha hecho a mi fuerza fallar, el Señor me ha entregado a sus manos, de las cuales y
no soy capaz de levantarme.

1
LAMENTACIONES Kjv1611 Traducida

15 El Señor ha hollado bajo pie a todos mis hombres poderosos en el medio de mí; él ha
llamado a una asamblea contra mí para quebrantar mis hombres jóvenes; el Señor ha hollado a
la virgen, la hija de Judá, como en un lagar.
16 Por estas cosas yo lloro; mis ojos, mis ojos corren abajo con agua, porque el confortador
que debe aliviar mi alma está lejos de mí; mis hijos están desolados, porque el enemigo
prevaleció.
17 Sión extendió sus manos, y nadie hay para confortarla; el Señor ha mandado concerniente a
Jacob, que sus adversarios deban estar rodeándole; Jerusalén es como una mujer menstruosa
entre ellos.
18 El Señor es justo; porque yo me he rebelado contra su mandamiento. Oíd, yo os ruego,
todos los pueblos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis hombres jóvenes han ido en cautividad.
19 Yo llamé por mis amantes, mas ellos me engañaron; mis sacerdotes y mis ancianos
entregaron el espíritu en la ciudad, mientras ellos buscaban su comida para aliviar sus almas.
20 Mira, oh Señor, porque yo estoy en angustia; mis entrañas son turbadas, mi corazón se
revuelve dentro de mí, porque yo me he rebelado gravemente; de fuera la espada priva, en casa
hay como muerte.
21 Ellos han oído que yo lloraba, nadie hay para confortarme: Todos mis enemigos han oído
de mi problema, ellos están alegres que tú lo hiciste. Tú traerás el día que tú has llamado, y
ellos serán como a mí.
22 Dejad que toda su maldad venga delante de ti; y haz a ellos, como tú has hecho a mí por
todas mis transgresiones; porque mis lamentos son muchos, y mi corazón está desfallecido.

Lamentaciones 2

1 ¡Cómo el Señor ha cubierto a la hija de Sión con una nube en su enojo, y echado abajo desde
el cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no recordó su estrado de sus pies en el día de su
enojo!
2 El Señor ha tragado a todas las habitaciones de Jacob, y no se ha apiadado; él ha derribado
en su ira las fortalezas de la hija de Judá; él los ha traído abajo a la tierra, él ha contaminado el
reino y sus príncipes.
3 Él ha cortado en su furor de enojo a todo el cuerno de Israel; él ha vuelto atrás su mano
derecha de delante del enemigo, y él se encendió contra Jacob como fuego flameante, que
devora alrededor.
4 Él ha doblado su arco como un enemigo, él estuvo con su mano derecha como un adversario,
y mató todos los que eran placenteros al ojo en el tabernáculo de la hija de Sión: Él derramó su
furia como fuego.
5 El Señor fue como un enemigo, él ha tragado a Israel, él ha tragado todos sus palacios, él ha
destruido sus fortalezas, y ha incrementado en la hija de Judá la tristeza y lamentación.
6 Él ha quitado violentamente su tabernáculo, como su fuera de un jardín; él ha destruido sus
lugares de asamblea; el Señor ha hecho a las fiestas solemnes y sábados ser olvidados en Sión,
y ha menospreciado en la indignación de su enojo al rey y al sacerdote.

2
LAMENTACIONES Kjv1611 Traducida

7 El Señor ha desechado su altar, él ha aborrecido su santuario, él ha entregado en la mano del


enemigo los muros de sus palacios; ellos han hecho un ruido en la casa del Señor, como en el
día de una fiesta solemne.
8 Él Señor ha propuesto destruir el muro de la hija de Sión; él ha extendido una línea, él no ha
retraído su mano de destruir; por tanto él hizo al antemuro y al muro lamentar; ellos
languidecen juntos.
9 Sus puertas están hundidas a la tierra, él ha destruido u quebrado sus barras; su rey y sus
príncipes están entre los gentiles, la ley no es más; sus profetas también no hallan visión del
Señor.

10 Los ancianos de la hija de Sión se sientan sobre la tierra, y guardan silencio; ellos han
echado polvo sobre sus cabezas, ellos se ciñeron con ropa de sacos; las vírgenes de Jerusalén
bajaron sus cabezas a la tierra.
11 Mis ojos desfallecen con lágrimas, mis entrañas son agitadas, mi hígado es derramado
sobre la tierra, por la destrucción de la hija de mi pueblo; a causa del desfallecimiento de hijos
y los que mamaban en las calles de la ciudad.
12 Ellos decían a sus madres, ¿dónde está el trigo y el vino? Cuando ellos desfallecían como
los heridos en las calles de la ciudad, cuando su alma era derramada en el seno de sus madres.
13 ¿Qué cosa tomaré yo para testificar por ti? ¿Qué cosa asemejaré yo a ti, oh hija de
Jerusalén? ¿Qué igualaré yo a ti, para que yo pueda confortarte, oh virgen hija de Sión? Porque
tu brecha es grande como el mar; ¿Quién puede sanarte?
14 Tus profetas han sido vanos y cosas necias para ti; y ellos no han descubierto tu iniquidad,
para apartar tu cautividad; mas han sido para ti cargas falsas y causas de destierro.
15 Todos los que pasan baten sus manos a ti, ellos silban y mueven sus cabezas a la hija de
Jerusalén, diciendo: ¿Es ésta la ciudad que los hombres llaman la perfección de hermosura, el
gozo de toda la tierra?
16 Todos tus enemigos han abierto su boca contra ti, ellos silban y rechinan los dientes, ellos
dicen: Nosotros la hemos tragado, ciertamente este es el día que nosotros esperábamos;
nosotros hemos hallado, nosotros lo hemos visto.
17 El Señor ha hecho aquello que él ha imaginado, él ha cumplido su palabra que él había
mandado en los días de antiguo; él ha derribado, y no se ha apiadado: él ha hecho a tu enemigo
regocijarse sobre ti, él ha establecido el cuerno de tus adversarios.

18 Su corazón clamaba al Señor, oh muro de la hija de Sión, dejad que lágrimas corran abajo
como río día y noche; no te des descanso, no dejéis a la manzana de tus ojos cesar.
19 Levántate, clama en la noche, en el principio de las vigilias derrama tu corazón como agua
delante del rostro del Señor; alza tus manos hacia él por la vida de tus hijos jóvenes que
desfallecen por hambre en la superficie de cada calle.

3
LAMENTACIONES Kjv1611 Traducida

20 Mira, oh Señor, y considera a quién tú has hecho esto. ¿Comerán las mujeres su fruto, y los
hijos de un palmo largo? ¿Serán muertos los sacerdotes y los profetas en el santuario del
Señor?
21 El joven y anciano yacen en la tierra en las calles, mis vírgenes y mis hombres jóvenes
están caídos por la espada; tú los has matado en el día de tu enojo, tú has matado, y no te
apiadaste.
22 Tú has llamado como en un día solemne a mis terrores alrededor, así que en el día del enojo
del Señor ninguno escapa ni permanece; aquellos que yo he envuelto y criado, mi enemigo los
ha consumido.

Lamentaciones 3

1 Yo soy el hombre que ha visto aflicción junto a la vara de su ira.


2 Él me ha guiado, y me llevó en tinieblas, mas no en luz.
3 Ciertamente, contra mí el se volvió; él vuelve su mano contra mí todo el día.
4 Mi carne y mi piel él ha hecho envejecer; él ha quebrado mis huesos.
5 Él ha edificado contra mí, y me rodeó con malignidad y trabajo.
6 Él me ha puesto en lugares oscuros, como los que son muertos de antiguo.
7 Él me ha cercado alrededor, para que yo no pueda salir; él ha hecho mi cadena pesada.
8 También cuando yo clamo y grito, él excluye mi oración.
9 Él ha encerrado mis caminos con piedra tajada; él ha hecho mis caminos torcidos.
10 Él era a mí como un oso que acecha, y como un león en lugares secretos.
11 Él ha torcido al lado mis caminos, y me sacó en pedazos; él me ha hecho desolado.
12 Él ha doblado su arco, y me puso como una marca para la flecha.
13 Él ha hecho a las flechas de su aljaba entrar a mis riñones.
14 Yo era un escarnio a todo mi pueblo, y su canción todo el día.
15 Él me ha llenado con amargura, él me ha embriagado con ajenjo.
16 Él ha quebrado también mis dientes con piedras de gravilla, él me ha cubierto con cenizas.
17 Y tú has removido mi alma lejos de paz; yo olvidé la prosperidad.
18 Y yo dije: Mi fortaleza y mi esperanza ha perecido del Señor.
19 Recordando mi aflicción y mi miseria, el ajenjo y la hiel.

20 Mi alma los tiene aún en memoria, y es humillada en mí.


21 Esto yo recuerdo a mi mente, por tanto yo tengo esperanza.
22 Es de las misericordias del Señor que nosotros no somos consumidos, porque sus
compasiones no fallan. Mal 3:6
23 Ellas son nuevas cada mañana; grande es tu fidelidad.
24 El Señor es mi porción, dice mi alma; por tanto yo esperaré en él.
25 El Señor es bueno a los que esperan por él, al alma que le busca. ***
26 Es bueno que un hombre deba ambos, esperar y silenciosamente espere por la salvación
del Señor.

4
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27 Es bueno para un hombre que él lleve el yugo en su juventud.


Sal 94:12, 119:71, Mat 11:29-30
28 Él se sienta solo y guarda silencio, porque él lo ha llevado sobre él.
29 Él pone su boca en el polvo; si así es, puede haber esperanza.
30 Él da su mejilla al que le hiere; él es llenado completo con reproche.
31 Porque el Señor no desechará para siempre.
32 Pero aunque él causa aflicción, también él tendrá compasión conforme a la multitud de sus
misericordias.
33 Porque él no aflige voluntariamente ni congoja a los hijos de los hombres.
34 Para aplastar bajo sus pies a todos los prisioneros de la tierra,
35 Para apartar el derecho del hombre delante del rostro del más alto.
36 Para subvertir al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.
37 ¿Quién es el que dice, y viene a pasar, cuando el Señor no lo manda?
38 ¿De la boca del más alto no procede lo malo y lo bueno? Job 2:10
39 ¿Por qué el hombre viviente se queja, el hombre por el castigo de sus pecados?
40 Dejadnos escudriñar y tratar nuestros caminos, y volver otra vez al Señor.
41 Dejadnos levantar nuestro corazón con nuestras manos a Dios en los cielos.
42 Nosotros hemos transgredido y nos hemos rebelado; tú no has perdonado.
43 Tú has cubierto con enojo, y nos perseguiste, tú has matado, tú no te has apiadado.
44 Tú te has cubierto con una nube, para que nuestra oración no pasase.
45 Tú nos has hecho el desecho y rechazo en el medio de los pueblos.
46 Todos nuestros enemigos han abierto sus bocas contra nosotros.
47 Temor y lazo es venido sobre nosotros, desolación y destrucción.
48 Mis ojos corren abajo con ríos de agua por la destrucción de la hija de mi pueblo.
49 Mis ojos gotean, y no cesan; sin intermisión alguna.
50 Hasta que el Señor mire abajo, y vea desde el cielo.
51 Mis ojos afectan mi corazón a causa de todas las hijas de mi ciudad.
52 Mis enemigos me persiguieron grandemente, como a ave, sin causa.
53 Ellos han cortado mi vida en la mazmorra, y echaron piedra sobre mí.
54 Aguas fluyeron sobre mi cabeza; entonces yo dije: Yo soy cortado.
55 Yo invoqué tu nombre, oh Señor, desde la baja mazmorra.
56 Tú has oído mi voz; no escondas tu oído a mi respiración, a mi clamor.
57 Tú te acercaste en el día que yo te invoqué: Tú dijiste: No temas.
58 Oh Señor, tú has pleiteado las causas de mi alma; tú has redimido mi vida.
59 Oh Señor, tú has visto mi mal; juzga tú mi causa.
60 Tú has visto toda su venganza y todas sus imaginaciones contra mí.
61 Tú has oído su reproche, oh Señor, y todas sus imaginaciones contra mí.
62 Los labios de aquellos que se levantaron contra mí, y su invención contra mí todo el día.
63 Mira su sentar, y su levantarse, yo soy su músico.
64 Paga a ellos una recompensa, oh Señor, conforme a la obra de sus manos.
65 Dadles tristeza de corazón, tu maldición a ellos.
66 Persigue y destrúyelos en enojo desde debajo de los cielos del Señor.

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Lamentaciones 4

1 ¡Cómo es el oro vuelto oscuro! ¡Cómo es el más fino oro cambiado! Las piedras del santuario
son derramadas en el tope de cada calle.
2 Los preciados hijos de Sión, comparables a oro fino, ¡cómo son ellos estimados como vasos
de barro, la obra de las manos del alfarero!
3 Aún los monstruos de mar sacan la teta, ellos amamantan a sus jóvenes; la hija de mi pueblo
es vuelta cruel, como los avestruces en el desierto.
4 La lengua del niño de pecho se pega al techo de su boca por sed; los jóvenes niños piden pan,
y ninguno lo parte a ellos.
5 Los que comían delicadamente son desolados en las calles; los que fueron criados en escarlata
abrazan colinas de estiércol.
6 Porque el castigo de la iniquidad de la hija de mi pueblo es más grande que el castigo del
pecado de Sodoma, que fue derribada en un momento, y sin manos quedaron en ella.
Gen 10:19, 13:13, 19, 2 Pe 2:6, Jud 7, Lev 18:22, 20:13, Deu 23:17, 1 Rey 14:24
7 Sus Nazarenos fueron más puros que la nieve, ellos fueron más blancos que la leche, ellos
fueron más rubicundos en cuerpo que los rubíes, su pulido era de zafiro.
8 Su semblante es más negro que el carbón; ellos no son conocidos en las calles; su piel se pega
a sus huesos, está seca; es vuelta como un palo.
9 Los que son muertos con la espada son mejores que los que son muertos con hambre; porque
éstos languidecen, atravesados por necesidad de los frutos del campo.
10 Las manos de las mujeres piadosas han hervido a sus propios hijos; ellos fueron su comida
en la destrucción de la hija de mi pueblo. Deu 28:56-57, 1 Rey 3:26, 2 Rey 6:28-29, Eze 5:10
11 El Señor ha cumplido su furia; él ha derramado su furor de enojo, y ha encendido un fuego
en Sión, y ha devorado sus fundaciones.
12 Los reyes de la tierra, y todos los habitantes del mundo, no habrían creído que el adversario
y el enemigo habrían entrado en las puertas de Jerusalén.
13 Por los pecados de sus profetas, y las iniquidades de sus sacerdotes, que han derramado la
sangre de los justos en el medio de ella.
14 Ellos han vagado como hombres ciegos en las calles, ellos se contaminaron con sangre, así
que los hombres no podían tocar sus vestiduras.
15 Ellos gritaron a ellos: Apartaos vosotros, es inmundo, apartaos, apartaos, no toquéis; cuando
ellos huyeron lejos y vagaron, ellos dijeron entre los paganos: Ellos nunca más morarán aquí.
16 El enojo del Señor los ha dividido, él nunca más los mirará; ellos no respetaron las personas
de los sacerdotes, ellos no favorecieron a los ancianos.
17 En cuanto a nosotros, nuestros ojos hasta ahora fallaron por nuestra vana ayuda; en nuestra
vigilia nosotros hemos vigilado por una nación que no podía salvarnos.

18 Ellos cazan nuestros pasos, para que nosotros no podamos andar en nuestras calles; nuestro
fin está cercano, nuestros días están cumplidos, porque nuestro fin es venido.
19 Nuestros perseguidores son más rápidos que las águilas del cielo, ellos nos persiguieron
sobre los montes, ellos acecharon por nosotros en el desierto.

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20 El aliento de nuestras narices, el ungido del Señor, fue apresado en sus hoyos, de quien
nosotros dijimos: Bajo su sombra nosotros viviremos entre los paganos.
21 Regocijaos y estad alegres, oh hija de Edom, que moras en la tierra de Uz; la copa también
pasará por medio de ti; tú te embriagarás, y te desnudarás.
22 El castigo de tu iniquidad es cumplido, oh hija de Sión; él nunca más te llevará lejos en
cautividad, él visitará tu iniquidad, oh hija de Edom; él descubrirá tus pecados.

Lamentaciones 5

1 Recuerda, oh Señor, lo que es venido sobre nosotros; considera, y mira nuestro reproche.
2 Nuestra heredad es vuelta a extraños, nuestras casas a forasteros.
3 Nosotros somos huérfanos y sin padre, nuestras madres son como viudas.
4 Nosotros hemos bebido nuestra agua por dinero; nuestra madera es vendida a nosotros.
5 Nuestros cuellos están bajo persecución; nuestro trabajo, y no tenemos descanso.
6 Nosotros hemos dado la mano a los egipcios, y a los asirios, para ser satisfechos con pan.
7 Nuestros padres han pecado, y no son; y nosotros hemos llevado sus iniquidades.
8 Siervos han gobernado sobre nosotros; ninguno hay que nos libre de su mano.
9 Nosotros obtuvimos nuestro pan con el peligro de nuestras vidas a causa de la espada del
desierto.
10 Nuestra piel era negra como un horno a causa de la terrible hambre.
11 Ellos violaron a las mujeres en Sión, y a las vírgenes en las ciudades de Judá.
12 Príncipes son colgados por su mano; los rostros de los ancianos no fueron honrados.
13 Ellos tomaron a los hombres jóvenes a moler, y los hijos cayeron bajo la leña.
14 Los ancianos han cesado de la puerta, los hombres jóvenes de su música.
15 El gozo de nuestro corazón ha cesado; nuestra danza se volvió en luto.

16 La corona se cayó de nuestra cabeza; ¡Ay de nosotros, que nosotros hemos pecado!
17 Por esto nuestro corazón ha desfallecido; por estas cosas nuestros ojos son oscuros.
18 A causa del monte de Sión, que es desolado, las zorras andan sobre él.
19 Tú, oh Señor, permaneces para siempre; tu trono de generación en generación.
20 ¿Por qué tú nos olvidas para siempre, y nos abandonas así largo tiempo?
21 Vuélvenos tú a ti, oh Señor, y nosotros seremos vueltos; renueva nuestros días como de
antiguo.
22 Mas tú nos has rechazado completamente; tú estás muy airado contra nosotros.

El libro de lamentaciones de Jeremías, nos entrega la destrucción de Jerusalén luego de Nabucodonosor (2 Rey 25) y la persecución de los
Judíos. Él les advirtió pero no lo oyeron, y los sufrimientos fueron porque rechazaron las palabras de Dios (2 Rey 17.15, Jer 23:22), y la raíz
del pecado de Judá e Israel es justamente el rechazo de las palabras de Dios (1 Sam 15:26, 2 Rey 17:15, 1 Cr 10:13, Pro 13:13, Isa 30:8-14,
Jer 23:22, Ose 4:6).
El libro tiene una doble aplicación, puesto que históricamente muestra la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, pero proféticamente
es una foto del problema de Jacob (desde el atrapado del cuerpo de Cristo hasta la segunda venida), y si se fijan muchos de los eventos se
van a dar en el futuro (Rev11:1-3, Zac 14:1-2)

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