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Informe Laboral N° 77

DNU 367/20 “Demasiado Poco”


“¿Por qué no Enfermedad profesional?”

Horacio Schick

1. Considerandos. OIT Enfermedad Profesional

Como primera observación merece señalarse que en los considerandos del DNU se
indica que, dado el alcance mundial de la actual pandemia, resulta pertinente destacar que la
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (O.I.T.) ha llevado a cabo un análisis
pormenorizado sobre las disposiciones fundamentales de las normas internacionales del
trabajo pertinentes en el contexto del brote del nuevo coronavirus COVID-19, publicado con
fecha 27 de marzo de 2020, sosteniendo que las patologías contraídas por exposición en el
trabajo a dicho agente patógeno podrían considerarse como enfermedades profesionales, en
razón de lo cual otros países -tales como España, Uruguay y Colombia- han declarado que la
afección producida por la exposición de los trabajadores y las trabajadoras al nuevo
coronavirus, durante la realización de sus tareas laborales, reviste carácter de enfermedad
profesional.
Efectivamente, la Resolución del 23 de marzo de 2020 denominada “Recomendaciones
OIT. Las normas de la OIT y el COVID-19. Disposiciones fundamentales de las normas
internacionales del trabajo pertinentes en el contexto del brote de COVID-19”, entre otras
consideraciones expresa que: La enfermedad del COVID-19 y el trastorno de estrés
postraumático contraídos por exposición en el trabajo, podrían considerarse como
enfermedades profesionales. En la medida en que los trabajadores sufran de estas
afecciones y estén incapacitados para trabajar como resultado de actividades relacionadas
con el trabajo, deberían tener derecho a una indemnización monetaria, a asistencia médica y
a los servicios conexos, según lo establecido en el Convenio sobre las prestaciones en caso de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, 1964 (núm. 121). Los familiares a
cargo (cónyuge e hijos) de la persona que muere por la enfermedad del COVID-19 contraída
en el marco de actividades relacionadas con el trabajo tienen derecho a recibir prestaciones
monetarias o una indemnización, así como una asignación o prestación funeraria.
Y agrega que: Se debería reconocer a determinados agentes biológicos como la causa
de enfermedades profesionales provocadas por la exposición a tales agentes que resulte de
las actividades laborales. Cuando se haya establecido, por medios científicos (o de
conformidad con otros métodos nacionales) la existencia de un vínculo directo entre la
exposición a agentes biológicos que resulte de las actividades laborales y una enfermedad
contraída por los trabajadores, se recomienda reconocer esa enfermedad como enfermedad
profesional a los efectos de la prevención, el registro, la notificación y la indemnización.

2. Nueva categoría de contingencia: Presuntiva enfermedad profesional no listada

En este marco se dicta el DNU 367/20 que en su artículo 1° señala que la enfermedad
COVID-19 ….se considerará presuntivamente una enfermedad de carácter profesional -no
listada- en los términos del apartado 2 inciso b) del artículo 6º de la Ley Nº 24.557, respecto de

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las y los trabajadores dependientes excluidos mediante dispensa legal y con el fin de realizar
actividades declaradas esenciales, del cumplimiento del aislamiento social, preventivo y
obligatorio ordenado por el Decreto N° 297/20 y sus normas complementarias, y mientras se
encuentre vigente la medida de aislamiento dispuesta por esas normativas, o sus eventuales
prórrogas, salvo el supuesto previsto en el artículo 4° del presente decreto.
Por su parte, el apartado 2 incisos b) del Artículo 6 ° de la ley 24557 referido por el
artículo 1° del DNU establece: Serán igualmente consideradas enfermedades profesionales
aquellas otras que, en cada caso concreto, la Comisión Médica Central determine como
provocadas por causa directa e inmediata de la ejecución del trabajo, excluyendo la influencia
de los factores atribuibles al trabajador o ajenos al trabajo. A los efectos de la determinación
de la existencia de estas contingencias, deberán cumplirse las siguientes condiciones. i) El
trabajador o sus derechohabientes deberán iniciar el trámite mediante una petición fundada,
presentada ante la Comisión Médica Jurisdiccional, orientada a demostrar la concurrencia de
los agentes de riesgos, exposición, cuadros clínicos y actividades con eficiencia causal directa
respecto de su dolencia. ii) La Comisión Médica Jurisdiccional sustanciará la petición con la
audiencia del o de los interesados, así como del empleador y la ART; garantizando el debido
proceso, producirá las medidas de prueba necesarias y emitirá resolución debidamente
fundada en peritajes de rigor científico. En ningún caso se reconocerá el carácter de
enfermedad profesional a la que sea consecuencia inmediata, o mediata previsible, de factores
ajenos al trabajo o atribuibles al trabajador, tales como la predisposición o labilidad a contraer
determinada dolencia.2 c) Cuando se invoque la existencia de una enfermedad profesional y la
ART considere que la misma no se encuentra prevista en el listado de enfermedades
profesionales, deberá sustanciarse el procedimiento del inciso 2b. Si la Comisión Médica
Jurisdiccional entendiese que la enfermedad encuadra en los presupuestos definidos en dicho
inciso, lo comunicará a la ART, la que, desde esa oportunidad y hasta tanto se resuelva en
definitiva la situación del trabajador, estará obligada a brindar todas las prestaciones
contempladas en la presente ley. En tal caso, la Comisión Médica Jurisdiccional deberá requerir
de inmediato la intervención de la Comisión Médica Central para que convalide o rectifique
dicha opinión. Si el pronunciamiento de la Comisión Médica Central no convalidase la opinión
de la Comisión Médica Jurisdiccional, la ART cesará en el otorgamiento de las prestaciones a su
cargo. Si la Comisión Médica Central convalidara el pronunciamiento deberá, en su caso,
establecer simultáneamente el porcentaje de incapacidad del trabajador damnificado, a los
efectos del pago de las prestaciones dinerarias que correspondieren. Tal decisión, de alcance
circunscripto al caso individual resuelto, no importará la modificación del listado de
enfermedades profesionales vigente. La Comisión Médica Central deberá expedirse dentro de
los 30 días de recibido el requerimiento de la Comisión Médica Jurisdiccional.
Como puede advertirse el Poder Ejecutivo Nacional dicta un nuevo DNU, sumando más
de 30 en este período, mientras el Congreso, que no se notificó de la existencia del ‘Zoom’ y
otros medios digitales, duerme el sueño de los justos. En este contexto se dicta esta normativa
de excepción cuestionable en diversos aspectos. Por otra parte, no era la esperada por el
mundo jurídico que suponía la inclusión de la pandemia dentro del listado de enfermedades
profesionales, como aconseja la OIT, citada en los considerandos del DNU.
En efecto, nos encontramos, en principio, con la reedición edulcorada del DNU
1278/00 que estableció el laberíntico procedimiento de recurrir a la ART, la CMJ y al dictamen
obligado de la CMC, pero solo para el caso concreto, sin alterar el listado.
Además, como hemos señalado en reiteradas oportunidades, el sistema de las ART y
CCMM (no hay mucha diferencia entre ellas) es refractario a reconocer las enfermedades
laborales: solo verifican un 2% sobre el total de siniestros, cuando es sabido que hay más
enfermedades que accidentes traumáticos. Hay un serio infra registro de enfermedades en
nuestro país.

3. ¿Por qué no Enfermedad Profesional?

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Nada impedía incorporar el Coronavirus como una enfermedad profesional tal como
oportunamente se incorporaron las enfermedades del Chagas y el Hantavirus (Dec.
1167/2003) y más recientemente, mediante el decreto 49/14 se incorporaron la hernia
inguinal directa mixta (excluyendo las indirectas), la hernia crurale, las várices primitivas
bilaterales y la hernia discal Lumbo-Sacra con o sin compromiso radicular que afecte a un solo
segmento columnario.
De modo tal que se llega crear una cuarta categoría de infortunios que permite recibir
la cobertura del régimen de la LRT:

1) Accidentes del trabajo por el hecho o en ocasión del trabajo e in itinere entre el
domicilio del trabajador y el lugar del empleo;
2) Enfermedades profesionales listadas por el sistema a través del decreto 658/96 y sus
dos normas modificatorias;
3) Enfermedades profesionales no listadas cfr. Art. 6° ap. 2 inc. B LRT (según DNU
1278/00): cuando mediante el procedimiento previsto por la norma se demuestre en
el caso concreto que la noxa ha sido provocada por causa directa e inmediata por el
trabajo, excluyendo los factores personales del trabajador o ajenos al trabajo;
4) Enfermedades profesionales no listadas consideradas presuntivamente: se presumen
como consecuencia de actividades esenciales sufridas por trabajadores que debieron
cumplir sus tareas en momentos del “Aislamiento social preventivo y obligatorio” del
Decr. 297/20, mientras dure dicho aislamiento.

Nada obstaba a declarar directamente como enfermedad profesional al Coronavirus.


Predominaron los intereses sectoriales de las Aseguradoras, pues durante un tiempo se hace
cargo de la cobertura el Fondo Fiduciario de Enfermedades Profesionales (cf. Art. 5° DNU
367/00).

4. Cobertura de los trabajadores esenciales

La remisión del artículo 1° del DNU 367/20 al Art. 6° ap. 2 b LRT, significa según esta
normativa que el trabajador o sus derechohabientes deberán iniciar el trámite ante la
Comisión Médica Jurisdiccional con la finalidad de demostrar la enfermedad, el daño y
acreditando el nexo de causalidad directo entre las actividades desarrolladas y la enfermedad.
A posteriori, la CMJ convocará a una audiencia con presencia de los reclamantes, la ART y
el empleador, ordenando instruir las pruebas y emitirá resolución, previa consulta a la
Comisión Médica Central.
Según la norma madre invocada en el artículo 1° no serán resarcibles aquellas
enfermedades que fueren consecuencia inmediata o mediata previsible de factores ajenos al
trabajo o imputables al trabajador. Es decir que el nexo de causalidad es en principio
restrictivo y se torna más laxo en las presunciones para el caso de personal de la salud que el
que prevé el artículo 4° y artículo 3° segundo párrafo del DNU 367/20.
La exigencia tradicional del sistema de la causalidad directa e inmediata con la ejecución
del trabajo (visión monocausalista), elude todos los factores que inciden en el trabajador, en
las relaciones de trabajo, más aún en estos momentos críticos donde los motivos de
contaminación son a veces difíciles de dilucidar, identificar. Este dogmático enfoque
restrictivo, puede llevar a negar prestaciones médicas y dinerarias que correspondan a los
trabajadores expuestos.
El nexo de causalidad es en principio más restrictivo que el previsto por el derecho civil,
que admite la responsabilidad del dañante por las consecuencias inmediatas y por las mediatas
previsibles.

3
Los reguladores han desconocido que el Consejo de Administración de la Oficina
Internacional del Trabajo (OIT) aprobó una nueva lista de enfermedades profesionales en su
reunión de 25 de marzo de 2010.
El nuevo listado aprobado por la OIT incorpora enfermedades profesionales reconocidas
internacionalmente, como son las causadas por agentes químicos, físicos y biológicos, además
de las de origen respiratorio y de la piel, trastornos del sistema osteomuscular y cánceres
profesionales. También se incorporaron los trastornos mentales y del comportamiento.
Además, se prevén puntos abiertos en todas las secciones, que permiten el
reconocimiento del origen profesional de enfermedades que no figuran en el listado, siempre y
cuando se haya acreditado un vínculo entre la exposición a los factores de riesgo que
resultaren de las tareas laborales desempeñadas y las enfermedades contraídas por el
trabajador.
Estos nuevos convenios y protocolos de la OIT han sido ratificados por las leyes 26693, que
aprobó el Convenio OIT 155 y su Anexo, el Protocolo de 2002, sobre Seguridad y Salud de los
Trabajadores y la ley 26.694, sancionadas por el mismo Congreso Nacional en el año 2011, que
aprobó el Convenio OIT sobre el Marco Promocional para la Seguridad y el Trabajo.
El procedimiento laberíntico de llegar hasta la CMC, es aún más intrincado que el
desfavorable de la ley 27348. La experiencia dentro de las CCMM en estos años de vigencia de
la citada ley, es sumamente desalentadora, ya que los mejores derechos son mutilados,
cercenados por los órganos del sistema. Se ha convertido en un “Fuero pro ART”, en el que el
damnificado debe recibir las ‘migajas’ ofrecidas por las Aseguradoras, convalidadas por las
CCMM.
El artículo 1° determina aplicable el DNU a aquellos trabajadores esenciales excluidos del
cumplimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio impuesto por el DNU 297/20
mientras se encuentre vigente la medida de aislamiento o sus prorrogas, salvo lo dispuesto en
el artículo 4° que merece un análisis particular 1.
1
Excepciones:
1. Personal de Salud, Fuerzas de seguridad, Fuerzas Armadas, actividad migratoria, servicio
meteorológico nacional, bomberos y control de tráfico aéreo.
2. Autoridades superiores de los gobiernos nacional, provinciales, municipales y de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires Trabajadores y trabajadoras del sector público nacional, provincial, municipal y de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, convocados para garantizar actividades esenciales requeridas por las
respectivas autoridades.
3. Personal de los servicios de justicia de turno, conforme establezcan las autoridades competentes.
4. Personal diplomático y consular extranjero acreditado ante el gobierno argentino, en el marco de la
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención de Viena de 1963 sobre Relaciones
Consulares y al personal de los organismos internacionales acreditados ante el gobierno argentino, de la
Cruz Roja y Cascos Blancos.
5. Personas que deban asistir a otras con discapacidad; familiares que necesiten asistencia; a personas
mayores; a niños, a niñas y a adolescentes.
6. Personas que deban atender una situación de fuerza mayor.
7. Personas afectadas a la realización de servicios funerarios, entierros y cremaciones. En tal marco, no
se autorizan actividades que signifiquen reunión de personas.
8. Personas afectadas a la atención de comedores escolares, comunitarios y merenderos.
9. Personal que se desempeña en los servicios de comunicación audiovisuales, radiales y gráficos.
10. Personal afectado a obra pública.
11. Supermercados mayoristas y minoristas y comercios minoristas de proximidad. Farmacias.
Ferreterías. Veterinarias. Provisión de garrafas.
12. Industrias de alimentación, su cadena productiva e insumos; de higiene personal y limpieza; de
equipamiento médico, medicamentos, vacunas y otros insumos sanitarios.
13. Actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización agropecuaria y de pesca.
14. Actividades de telecomunicaciones, internet fija y móvil y servicios digitales.
15. Actividades impostergables vinculadas con el comercio exterior.
16. Recolección, transporte y tratamiento de residuos sólidos urbanos, peligrosos y patogénicos.

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La resolución La Resolución 492/2020, del 20 de marzo de 2020 agrega al listado nuevas
actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia, en los términos previstos en el
Decreto N° 297/20.2
Con posterioridad se dictó la Decisión Administrativa 490/2020 de la Jefatura de Gabinete
que amplía el listado a otras nuevas actividades exceptuadas de la cuarentena.3
A esta categoría de trabajadores se considerará que en el caso de contraer la infección del
Covid-19 la misma es presuntivamente una enfermedad no listada en los términos del ya
referido artículo 6.2.b LRT.
La cobertura para los beneficiarios enumerados en el artículo 1° del DNU 367/20 se
extenderá exclusivamente por el plazo que dure la cuarentena, circunstancia que se contradice
con los periodos de latencia del virus y sus consecuencias para el portador, que pueden
extenderse mucho tiempo después de vencido este plazo limitado de tiempo.
En cambio, para los trabajadores de la salud según el artículo 4° del DNU 367/20 la
presunción es más eficiente, se extiende hasta el vencimiento de la emergencia sanitaria
determinada por el Decreto 260/20 más otros sesenta días. El Decreto de Necesidad y
Urgencia Nro. 260/2020 publicado el 12 de marzo del corriente, amplió por el término de un
(1) año la "emergencia sanitaria" sancionada por la ley 27541. Es decir que adicionándole los
60 días estaría venciendo la cobertura el 12 de mayo de 2021.
No se entiende esta diferencia. Si bien el personal de la salud es el más directamente
expuesto al contagio, los demás trabajadores esenciales, de un modo u otro también lo están.

17. Mantenimiento de los servicios básicos (agua, electricidad, gas, comunicaciones, etc.) y atención de
emergencias.
2
Ampliación de excepciones (Res. 492/20):
1. Venta de insumos y materiales de la construcción provistos por corralones.
2. Actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización forestal y minera.
3. Curtiembres, aserraderos y fábricas de productos de madera, fábricas de colchones y fábricas de
maquinaria vial y agrícola.
4. Actividades vinculadas con el comercio exterior: exportaciones de productos ya elaborados e
importaciones esenciales para el funcionamiento de la economía.
5. Exploración, prospección, producción, transformación y comercialización de combustible nuclear.
6. Servicios esenciales de mantenimiento y fumigación.
7. Mutuales y cooperativas de crédito, mediante guardias mínimas de atención, al solo efecto de
garantizar el funcionamiento del sistema de créditos y/o de pagos.
8. Inscripción, identificación y documentación de personas.
9. personas afectadas a las actividades destinadas a la provisión de insumos necesarios para la
realización de servicios funerarios, entierros y cremaciones. (Aclaración de las disposiciones del inciso 14
del artículo 6° del Decreto N° 297/20).
3
Ampliación de excepciones (Dips. Admin. 490/20):
1. Se permite la actividad bancaria con atención al público con turnos previos.
2. Se autorizan salidas breves de personas con discapacidad o con trastorno del espectro autista (TEA)
"en la cercanía a su domicilio".
3Habilitación del trabajo a domicilio de los acompañantes terapéuticos de las personas con
discapacidad.
4. Habilitación de los talleres mecánicos, para la atención de vehículos del transporte público, los
móviles afectados a las fuerzas de seguridad, el sistema sanitario y las personas autorizadas a circular.
5Venta de repuestos, partes y piezas para automotores, motocicletas y bicicletas únicamente bajo la
modalidad de entrega puerta a puerta. En ningún caso podrán realizar atención al público.
6. Fabricación de neumáticos; venta y reparación de los mismos exclusivamente para transporte público,
vehículos de las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas, vehículos afectados a las prestaciones de salud
o al personal con autorización para circular.
7. Venta de artículos de librería e insumos informáticos, exclusivamente bajo la modalidad de entrega a
domicilio. En ningún caso se podrá realizar atención al público.

5
Incluso en el extremo de contagiarse de un compañero de labor: hecho del dependiente en
ocasión del trabajo.
De modo que no parece razonable este doble standard en cuanto a extensión temporal de
la cobertura diferenciada y perjudicial para los trabajadores del artículo 1°.

5. Cobertura de la contingencia

En el artículo 2° del DNU se impone a las ART la obligación de no rechazar las contingencias
del Covid-19 enunciadas en el artículo 1°, pero está exigiendo al damnificado a que presente
junto con la denuncia, el correspondiente diagnóstico emitido “por entidad debidamente
autorizada”.
De la lectura de este artículo 2° pareciera que recién a partir de la presentación de este
certificado, surge el derecho de los damnificados a acceder como beneficiarios de las
prestaciones en especie y dinerarias de la LRT.
Esta disposición no contempla un inconveniente: muy pocas instituciones, por lo menos
hasta el presente, testean la contaminación en las personas, certificando la enfermedad con
retraso. Hasta ahora lo hacía en CABA el Instituto Malbrán y ahora se ha incorporado algún
otro Instituto, pero todos actúan con demora.
De modo que esta obligación que se impone al trabajador tampoco luce razonable. En
todo caso frente a la denuncia debería ser la ART, quien derive a uno de sus prestadores de
salud, a fin de que confirme la enfermedad.

6. La Comisión Médica Central. Un obstáculo innecesario

El Artículo 3°, como decíamos anteriormente al uso del art. 6.2.b de la Ley 24557, impone
la intervención obligada de la CM Central para que, a través de las normas de procedimiento,
que se regularen a posteriori, determine el carácter definitivo de la patología siempre y cuando
exista una relación de causalidad directa e inmediata entre la enfermedad y el trabajo en el
contexto de las excepciones al deber de aislamiento determinado por el DNU 260/20 y
concordantes.
En cuanto a la necesidad de esta imposición de la norma de recurrir a la Comisión Médica
Central (Art. 6 ap. 2. inc. c Ley 24557) podría interpretarse que existe una norma más
favorable. Nos referimos al art. 2° de la Ley 27348, que establece que agotada la CMJ, queda la
instancia judicial en la jurisdicción que intervino la CMJ cualquiera sea la forma que ella
adopte: recurso de apelación en la Justicia Nacional del Trabajo o demanda laboral ordinaria
en las demás provincias que adhirieron al régimen de la ley 27348.
Se trata de dos normas que regulan idénticos institutos, por lo tanto, el artículo 9° de la
LCT permitiría utilizar el régimen más favorable de la Ley 27348, evitando el trámite engorroso
ante la CMC.
No hay que olvidarse que ocurrir ante la CMC es un trámite burocrático innecesario, que
solo demorará el proceso. Además, es un órgano único para todo el país que tiene un notable
congestionamiento de causas.
La remisión a dicha instancia es un mero capricho del redactor del DNU para obstaculizar
el acceso a la reparación, motivado a su vez por la caprichosa adopción del régimen del art.
6.2.b de la Ley 24557, que también pareciera obedecer al objetivo de aligerar las cargas de las
ART. En efecto si hubiera sido declarado como enfermedad profesional ellas deberían soportar
el régimen de prestaciones en especie y dinerarias. Ahora lo soportará por un período en un
100% el Fondo Fiduciario de Enfermedades Profesionales (Art. 5° DNU 360/20).

7. Inversión de la carga de la prueba

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No cabe omitir que el art. 3° segundo párrafo del DNU bajo análisis prescribe la inversión
de la carga de la prueba en la relación de causalidad en el supuesto de existir un número
considerable de infectados por el Covid -19 en actividades desarrolladas en ese contexto por el
damnificado y en un establecimiento determinado en el que tuvieren cercanía o posible
contacto o cuando se demuestren otros hechos reveladores de la probabilidad cierta de que el
contagio haya sido en ocasión del cumplimiento de las tareas desempeñadas en el marco del
artículo 1° del DNU.
Este segundo párrafo equilibra en alguna medida el artículo 1° con el 4°, al admitir una
causalidad más cercana a la realidad cotidiana de la pandemia. El inconveniente es la
recurrencia obligada a la CMC así como el plazo limitado de la cobertura de los trabajadores
esenciales del artículo 1° ya mencionados.
El Artículo 4° del DNU 367/00 determina para los trabajadores de la salud la presunción de
haber contraído el Covid-19 presumiendo el nexo de causalidad directo e inmediato con las
labores desempeñadas. Esta presunción iuris tantum solo puede ser desvirtuada si se
demuestra en el caso concreto la inexistencia de la prestación de labor que da lugar a la
contaminación.
Según el artículo 4° la presunción rige hasta los 60 días posteriores a la finalización de la
declaración de la emergencia sanitaria dispuesta por el DNU 260/20 con otros 60 días más.
El artículo 5° del DNU establece que hasta 60 días después de finalizado el aislamiento
social, preventivo y obligatorio, será a cargo del Fondo Fiduciario de Enfermedades
Profesionales creado por el Decreto 590/96 el financiamiento de las prestaciones otorgadas a
las contingencias mencionadas en el artículo 1° del DNU. Es decir, todos los trabajadores
esenciales enumerados en el Decreto 297/20 y sucesivas resoluciones.
Esto significa que finalizada la llamada ‘Cuarentena’ y pasados 60 días, estará a cargo de
las ART las prestaciones derivadas del Covid-19.
El artículo 6° deja sujeta a la SRT las normas de reglamentación de la actuación ante la
CMC. La solución más equitativa sería eliminar esa instancia, que en la Ley 27348 es
meramente voluntaria.
El artículo 7° determina la aplicación del DNU a las contingencias cuya primera
manifestación se hubiera producido a partir de la vigencia del Decreto 297/20, ocurrido el 19
de marzo de 2020. De modo que la norma frente a la demora en regular las graves situaciones
que atraviesan los trabajadores ante la pandemia, decide su aplicación retroactiva.

8. Fraude en la contratación de personal médico

El caso de los médicos o personal afín, en muchos casos encuadrados como


monotributistas, pseudo autónomos pero que en verdad se hallan vinculados por una relación
laboral, configura un típico escenario de simulaciones ilícitas de contrataciones laborales
encubiertas, como locaciones de servicios o de obra. Esta situación fraudulenta provoca la
carencia de cobertura de estos trabajadores con la pérdida de derechos laborales y de
cobertura de una ART.
En estos supuestos, de darse la circunstancia penosa de contagiarse el Coronavirus se
deberá accionar judicialmente contra los respectivos empleadores para obtener el
reconocimiento de la relación laboral, conjuntamente con el reclamo del otorgamiento de las
prestaciones dinerarias y en especie de la LRT, así como el resarcimiento por el derecho común
de los daños sufridos.

9. Otras vías reparatorias

Por último, frente a las dificultades procesales y las limitaciones que presenta el DNU
360/20 como el propio DNU 1278/00, es el damnificado quien tiene el derecho a recurrir
siempre ante la justicia por la vía de la acción autónoma laboral del artículo 75 de la LCT o por

7
la acción civil fundada en la doctrina del fallo “Silva” de la Corte, a lo cual nos hemos referido
en el Informe Laboral Nro. 76, al cual me remito en razón de la brevedad.

Buenos Aires, 14 de abril de 2020.

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