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A partir del material propuesto anteriormente, les propongo, con la misma

metodología, que continuemos analizando esta segunda parte.


Otros problemas exigen determinar cuál es el anterior y el posterior a un
número, u ordenar de mayor a menor.
¿Cómo y cuándo abordar el análisis del valor posicional?
Durante mucho tiempo el valor posicional fue considerado el punto de partida
para enseñar los números. Se pensaba que era necesario que los niños
pudieran realizar descomposiciones en unidades y decenas, tanto para escribir,
leer y comparar los números como para operar con ellos. Hoy se sabe –y todas
las propuestas mencionadas se apoyan en esta idea– que para los niños es
innecesaria dicha descomposición para poder aprender los números o para
usarlos en diferentes estrategias de cálculo.
Por otra parte, analizar los números en términos de unidades y decenas (por
ejemplo considerar que 34 equivale a 3 d y 4 u) implica la multiplicación (3 x 10
+ 4), o bien la división para entender cuántas decenas hay en 34 (e identificar
que 34:10 tiene cociente 3 y resto 4). Evidentemente para los niños de 1º año
no es posible comprender las operaciones que subyacen a la descomposición
en términos de unidades y decenas. Para no promover ejercicios que los
alumnos no pueden comprender aún, se propone que en lugar de apuntar de
entrada a la descomposición en unidades, decenas y centenas, se favorezca
pensar el 34 como 30 + 4 o como 10+10+10+4. Las descomposiciones aditivas
son más sencillas para los niños y también más próximas a sus propios
recursos.
¿Esto significa que el estudio del valor posicional no es considerado?
Si bien no se propone en términos de unidades, decenas y centenas, ni con
materiales estructurados que intentan representar dichas agrupaciones, será
sin embargo, desde otra perspectiva, objeto de estudio en el primer ciclo.
Cuando los niños de 1º grado ya tienen un cierto dominio de la lectura, la
escritura y el orden de los números hasta 100 ó 150, se les propondrán
problemas que exigen armar y desarmar números en “unos” y “dieces”. El
contexto del dinero favorece la comprensión de estas ideas. Por ejemplo: Si
tengo 3 monedas de $1 y 3 billetes de $10, ¿cuánto dinero tengo?, ¿Cuál es la
menor cantidad de billetes de $10 y monedas de $1 que necesito para formar
$78? El docente también puede proponer problemas que impliquen transformar
cifras de un número. Por ejemplo: Anotar el 66 en el visor de la calculadora.
Con una única resta, hacer que aparezca el 56, luego el 46 y el 36. Otros
problemas proponen sumar diez a un número, analizando cómo se
“transforman” las cifras. Por ejemplo: Tengo 25 figuritas, cada semana me
regalan 10 figuritas. ¿Cuántas tengo después de una semana? ¿Y después de
dos semanas? Esta clase de problemas tiene la intención de que
progresivamente los niños comiencen a “ver” en las escrituras de los números,
información acerca de “unos” y “dieces”.
Entre 2º y 3º grado se propondrán problemas como los siguientes: ¿Cuál es
la menor cantidad de billetes de $1.000, de $100, de $10 y monedas de $1 que
se precisan en un juego para formar $7.958?” Será interesante establecer
relaciones entre el valor posicional y la multiplicación por la unidad seguida de
ceros. Estas relaciones que se presentan a partir del contexto del dinero,
pueden avanzar hacia problemas en otros contextos. Por ejemplo, Hay 345
caramelos. ¿Cuántas bolsitas de 100 caramelos se pueden llenar?; Anotar el
7.345 en la calculadora, ¿qué resta hacer para que pase a 7.305? Se espera
que el trabajo realizado favorezca el reconocimiento de que esa información
puede obtenerse analizando la escritura de los números. En el 2º ciclo, cuando
los niños tengan un mayor dominio de la multiplicación y la división por la
unidad seguida de ceros, del cálculo mental, de las escrituras aritméticas y de
la jerarquía de las operaciones, podrán seguir avanzando con problemas que
les exijan considerar, por ejemplo que 4.321= 4 x 1.000 + 3 x 100 + 2 x 10 + 1,
y que también es equivalente a 43 x 100 + 21 ó a 432 x 10 + 1. Comprender en
profundidad el valor posicional de las cifras en el sistema decimal permitirá
incluso anticipar el resto de dividir 4.321 por 10, por 100, o por 1.000. Es
justamente la complejidad de este conocimiento la razón por la cual dicho
análisis se inicia en el primer ciclo, pero se profundiza en el 2º ciclo.
Bibliografía sobre el aprendizaje y la enseñanza de los números en el primer
ciclo:
• Bartolomé, O.; Fregona, D. Los Números Naturales en el Primer Ciclo.

Reflexión:
Es importante dentro del inicio de los alumnos al conocimiento de las
matemáticas aprender la posición que adquieren los números pero desde una
perspectiva que les permita modificarlos, estudiarlos e interpretarlos. El
docente deberá proponer actividades con elementos que los alumnos conozcan
para que puedan manipularlos y trabajarlos de tal manera que les sea más
sencillo organizar números, descomponerlos y reagruparlos de a cuerdo a las
consignas que se planteen.
El docente es el mejor guía dentro del desarrollo cognitivo de los alumnos,
debe proponer actividades recreativas y que permitan el pensamiento reflexivo
de los alumnos.

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