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El Matrmono Temas de Parejas
El Matrmono Temas de Parejas
Dios exhorta a los matrimonios a traves de su palabra:
Si eres hijo/a de Dios tienes que entender; que la deslealtad dentro del matrimonio no siempre tiene que ver con el simple engaño marital,
sino que su raíz es aun más profunda porque DESCUBRE las actitudes ocultas y la deslealtad del corazón. Veamos lo siguiente
1.- Deslealtad sentimental: La primer deslealtad que se presenta en los matrimonios es la sentimental. Aqui; hay
abandono del corazón, esto es que no hay demostración de amor y cariño en la pareja e hijos. (No están separados físicamente pero
si sentimentalmente)
1.-Hay un abandono de cariño.
2.-Hay abandono de atenciones.
3.-Hay abandono del deber conyugal.
4.-Hay Menosprecio, y hay falta de respeto.
2.- Abandono del pacto: Aquí el pacto se rompe, al grado de que uno de los conjugues se va de la casa. Ya existe
un abandono físico. y las consecuencias son:
1.- No provee para su casa.- (alimento, vestido, educación,)
2.- No provee para su esposa o esposo, (ternura, cariño, amor, protección, cobertura, compañerismo)
3.- No provee para sus hijos. (Amor, alimento, diversión, protección, disciplina,)
3.- Dios reprueba esta deslealtad en las familias. “Porque si alguno no provee para los suyos, y
mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1ª.Tim.5:8)
Afronte los problemas en pareja .- Ante las dificultades, no debemos caer en el abandono de la pareja ni dejar
tampoco que las cosas se solucionen solas. Es importante una actitud activa de ambos y hacer todo lo posible para
salir de esa situación, buscando cuáles son los motivos que la provocan y procurar que no vuelva a ocurrir.
¿Qué es el amor verdadero?
Para que una relación sea sólida debe estar basada en el amor, la pregunta que surge es ¿qué es el amor? ¿Cómo
podemos definirlo? El amor es un compromiso mutuo de amarse, de buscar siempre el bien mayor de la pareja dentro
del matrimonio. Amar es mirar siempre por el cónyuge, de tal manera que estemos dispuestos a hacer todo lo que
conlleve su bienestar, no importando si se recibe o no lo que se busca. Cuando no recibimos lo que queremos dejamos
de amar; sin embargo, el verdadero amor no espera nada a cambio.
El amor es sufrido; tiende a soportar cualquier situación adversa, la sobrelleva pacientemente y con la confianza de
que todo puede cambiar si se persevera. Lleva el agravio en silencio, lo soporta y no se venga, de tal manera que la
relación en vez de destruirse se fortalece.
Es benigno; no busca lo malo ni devuelve mal por mal, al contrario. Si tu pareja te lastima, tú le devuelves un bien; esa
es la forma, universalmente aceptada por la conciencia, de vencer el mal. Lo contrario sería como querer terminar con
la guerra generando más guerras.
No tiene envidia de que su pareja sea feliz y dichosa, al contrario, esa es su meta. Siempre es humilde, ve al cónyuge
como un ser superior a sí mismo, en el sentido de servirlo, amarlo y aceptarlo tal como es.
No hace nada indebido; cuando hacemos cosas incorrectas generamos distanciamientos en la pareja. A veces, son las
quejas silenciosas las que van enfriando esa relación del principio o enamoramiento, el cual mantiene firme al
matrimonio en los primeros años. Pero eso, el enamoramiento debe constituirse en amor puro y limpio, de tal manera
que no haga daño a la pareja; el esposo que ama no buscará sus propios intereses, aunque luchará y se esforzará por
su salud, trabajo y felicidad; sin embargo, siempre pondrá primero a su esposa.
No se irrita; no tiene enojos, explosiones y corajes que causan heridas, distanciamiento, endurecimiento y
desconfianza en la relación. A veces, esto lleva a hablar mal de la pareja delante de los hijos o los amigos. Se
convierte en un rencor almacenado con el tiempo que puede convertirse en odio. De ahí vienen las ‘injusticias’; el
hombre toma venganza lastimando a su esposa o tratándola mal, lo mismo que la mujer con su esposo.
A veces se cometen infidelidades para ‘vengarse’ de los malos tratos o en una búsqueda de afecto y aceptación que no
encuentra en su pareja.
Cuando falta el amor, falta la rectitud. ¡Qué bonita es la sinceridad y las intenciones puras dentro del matrimonio! El
amor siempre tiene una esperanza real de que las cosas van a mejorar, de que tienen solución. Aún aquellas
situaciones que van más allá de nuestra capacidad humana para resolverlas, como una crisis económica, una
enfermedad, un accidente o algo que parezca irreparable; sin embargo, cuando hay esperanza hay alegría interna en
el corazón y ésta produce una sensación de paz, bienestar y confianza. Cuando se pierde esa esperanza se pierde
todo.
1. Dios
2. El amor,
3. El respeto,
4. La confianza
5. La comunicación
6. La fidelidad
7. Y Compromiso
Son importantes pilares del matrimonio. No queremos decir que el matrimonio va a estar exento de dificultades, sino
que al tener a Dios principalmente en sus vidad, asi como amor, confianza mutua, respeto y comunicación, fidelidad y
compromiso, esas dificultades son más fáciles de superar. La armonía no es la ausencia de conflicto, las diferencias
son parte de la vida del matrimonio y debemos aprender cómo salvarlas. Esta oposición significa un conflicto, pero ello
no es sinónimo de pelea y ‘conflicto’ es enfrentar las diferencias de los demás. Toda pareja encierra la posibilidad del
conflicto, porque está integrada por dos personas diferentes..
Aprendiendo a convivir.- En el matrimonio. A veces nos desesperamos porque la pareja no es como nosotros
queremos que sea y entonces nos decepcionamos de ella. Cuando hablo de aprender hablo de que dentro de estos
pilares del matrimonio se puede aprender muchísimo al convivir cada día, en cada experiencia, dolor, momento difícil,
de tensión o angustia.
El conocimiento envanece, el amor edifica, construye, hace sólido el matrimonio. Estando esos pilares presentes
uno va aprendiendo a fomentar la unidad dentro del matrimonio, la toma de decisiones, la intimidad, el conocer a su
pareja, aceptar y amoldarse al carácter del cónyuge para agradarlo en lo que sea correcto.
Muchos de los conflictos matrimoniales no se presentarían si el esposo y la esposa estuvieran conscientes de los límites que deberían establecerse para preservar un
matrimonio saludable.
Dios nos manda a perdonar y bendecir, ¿pero si la agresión continua que hacemos?. Muchas personas que han pasado por crisis en sus matrimonios deciden en
obediencia a Dios perdonar y bendecir a su cónyuge agresor, pero frecuentemente el agresor vuelve a agredir a su cónyuge y reaviva el dolor y la frustración. ¿Que
hacer?
Un agresor(a) es una persona que abusa emocionalmente de su cónyuge, que la lastima, que la ofende constantemente, que la intenta controlar, que la oprime con su
actitud, que la margina de tomar decisiones en el hogar, etc.
I Pedro 3:8-9: En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por
maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición.
Dios nos manda a perdonar hasta 70 veces siete, o sea siempre y además a bendecir a nuestro ofensor. No obstante la decisión de perdonar y bendecir, no obliga al
cónyuge herido a permanecer expuesto a seguir recibiendo el abuso.
Si el agresor no se arrepiente de verdad y se aferra a fortalecer su vida espiritual, va a seguir cayendo en la misma debilidad. Entonces se le debe poner un límite a
esta persona, manteniéndole a distancia y motivándole a que busque la ayuda necesaria para que pueda cambiar su actitud agresiva y abusadora.
La mayoría de personas que tienen esa tendencia abusadora, han vivido experiencias que programaron su mente para reaccionar así y lo que necesitan es ayuda
profesional y espiritual para poder sanar su mente y poder cambiar su programación negativa a una actitud de amor de bondad y fidelidad.
Generalmente ambos cónyuges quedan muy lastimados después de una crisis, y van a necesitar pasar por un proceso de limpieza emocional, sanidad interior e
inteligencia emocional bíblica para poder restaurarse sólidamente y poder volver a la relación con la seguridad de que podrán tener un matrimonio saludable. La
duración de este proceso va a depender de la madurez espiritual de cada cónyuge y de la calidad de la ayuda que puedan conseguir para resolver su situación. La
gran mayoría de casos que buscan la ayuda oportuna y con consejeros calificados consiguen restaurar y fortalecer la relación para siempre.
Bíblicamente el divorcio no procede, pero en algunos de estos casos es necesaria una separación temporal para tratar a ambos por separado en su proceso de
restauración hasta que a criterio de su Pastor y terapeuta ya estén listos para regresar y mantener la nueva actitud de inteligencia emocional bíblica.
Si usted ha experimentado o está experimentando crisis en su matrimonio y algún tipo de abuso emocional o físico, busque ayuda calificada, póngase en contacto con
su Pastor o Líder espiritual para que evalúen su caso y le guíen. Dispóngase a trabajar de inmediato en su caso antes de que llegue a un punto de no retorno!
Para Cristo no hay nada imposible, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte y permanecer conectados espiritualmente al Señor con la guía correcta.