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LAS FINANZAS PUBLICAS

SU ORGANIZACIÓN EN LOS SIGLOS XIX Y XX

La Constitución de 1819 estableció seis ministerios para el despacho de los negocios


públicos: Relaciones Exteriores, Interior, Justicia, Hacienda, Marina y Guerra. En la
Constitución de 1821 se persistió en esta fórmula. El primer ministro de Hacienda fue
Pedro Gual Escandón, quien manejó un sistema de Hacienda caótico, porque Bolívar y
Santander ordenaban gastos y recaudaban tributos para atender a la revolución en medio
de una enorme debilidad institucional.

Por acatamiento a la Constitución de Cúcuta, a finales de 1821 se creó la Tesorería


General de la República, pero sólo hasta 1824 se sistematizó y organizó con una
Dirección de Hacienda y Rentas Nacionales dependiente de la Secretaría de Hacienda,
apoyada con cinco directores especializados. Al mismo tiempo se crearon
administraciones de Hacienda en cada Departamento, regidas por un intendente
responsable de la recaudación y distribución de las rentas públicas en cada región.
También se creó en cada Departamento una Contaduría, Juntas de Hacienda y Tesorería
Departamentales coordinadoras de las tesorerías foráneas o de provincia. Los colectores
de rentas dependían de estos despachos y su sueldo era a destajo, aunque no podían
recibir más de un 6 % del valor total del recaudo obtenido. Igualmente se crearon las
Oficinas de Aduanas y los Resguardos en los puertos en que se juzgó conveniente, como
oficinas independientes de las tesorerías. En materia de Rentas y Monopolios se
mantuvieron los muy españoles del tabaco, la sal, el papel sellado, el quinto de oro y de
plata, los derechos de fundición, los arriendos de minas, las patentes de buques, los
derechos de importación, la alcabala, el aguardientes, los diezmos, los correos, la
venduta, etc. También se reordenaron los distritos de correo y se mantuvo la Casa de
Moneda de Santafé.

Hacia 1840 el sistema de Hacienda Pública ya había sido reformado cuatro veces, pero la
situación era deplorable por lo impreciso y complicado de las disposiciones fiscales, la
dispendiosa recaudación de las contribuciones y la falta de contabilidad y fiscalización de
libros y cuentas. En 1847 hubo una quinta reforma que creó, dentro de la administración
de Hacienda, dieciséis departamentos: hacienda, tesoro, contabilidad general, deuda
nacional, gastos de hacienda y del tesoro, gobierno, interior, relaciones exteriores, justicia,
guerra, marina, obras públicas, agricultura, minas, manufacturas y comercio, instrucción
pública, culto, beneficencia y recompensas. Así surgió una Dirección General del
Presupuesto que rompió totalmente con el sistema colonial, inaugurando por fin una
sistema de hacienda moderno.

En 1863 se crearon varias Secretarías de Estado: de lo Interior y Relaciones Exteriores,


de Guerra y Marina, de Hacienda y Fomento, y de Tesoro y Crédito Nacional.
Administrativamente se separaba pues la hacienda y el tesoro, y hubo Departamentos de
Comercio, de Obras Públicas, de Fomento e Instrucción. Mediante la ley 68 del 4 de julio
de 1866, en la plenitud del periodo radical, se expidió la novena reforma orgánica al
régimen de hacienda nacional, que atendió por primera vez a conceptualizaciones y no
sólo a soluciones de necesidades fortuitas. Permanecería hasta 1886 y estipuló que las
rentas, contribuciones, tierras baldías, y otros bienes de carácter público pertenecían a la
Unión; que la administración activa de la Hacienda se ejerciera por los directores y
recaudadores y la pasiva, por los liquidadores, ordenadores y pagadores; que la
Secretaría de Hacienda fuera independiente del Tesoro y debía manejar los bienes
nacionales, la liquidación de las rentas y su cobranza, la dirección del servicio de correos,
la preparación del presupuesto de rentas de la Unión y los gastos públicos. La misma ley
dejó la Hacienda Nacional en manos de la Tesorería General, junto con las
administraciones principales de Hacienda, Correos, Aduanas y Resguardo, Salinas,
Casas de Moneda y Bienes Desamortizados.

 La Constitución de 1886 y la última de 1991 crearon las condiciones para nuevas
reformas de la administración de hacienda y para el fomento de la riqueza nacional con
base en ministerios como el de Fomento o Desarrollo Económico, el de Hacienda y
Crédito Público y el de Comercio Exterior. La reforma constitucional de 1936 fue la
principal enmienda a la Constitución de 1886 asignando al Estado la función interventora
y directora de la economía nacional. Con las reformas de 1968, el Estado asumió un
carácter más intervensionista, amplió los derechos sociales y económicos de los
ciudadanos y creó nuevos Institutos.

HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO

En junio de 1991, mediante decreto 1642, se fijaron en un solo cuerpo la estructura


orgánica y funciones del Ministerio de Hacienda, del cual el decreto 1643 de la misma
fecha sustrajo la Dirección de Impuestos Nacionales, convirtiéndola en una unidad
administrativa especial. Este tratamiento también fue dado a la Dirección de Aduanas en
1992. Como funciones, se asignaron al Ministerio la dirección y desarrollo de la política
económica y fiscal del Estado, la administración, recaudo y registro contable de los
impuestos, rentas, tasas, servicios y multas nacionales; la planeación, administración y
control del presupuesto general de la Nación, de las empresas industriales y comerciales
del Estado y de las entidades privadas que administran fondos públicos del orden
nacional; la elaboración del proyecto de ley anual de presupuesto --en coordinación con el
Departamento Nacional de Planeación y los demás organismos asignados por la ley--; la
deuda pública, la fijación de las políticas gubernamentales en materia monetaria y de
cambio internacional en asocio con el Banco de la República, y la vigilancia e inspección
administrativa sobre el banco emisor y de las entidades del sector financiero.

FOMENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO

Siguiendo los lineamientos trazados por el Consejo Superior de Política Económica y


Social (Conpes), sus funciones son formular las políticas del gobierno en los ramos de
industria, tecnología, comercio interno, turismo, desarrollo urbano y vivienda social;
suscribir los contratos con las empresas que desarrollen en el país actividades
manufactureras y comerciales. Tiene como organismos adscritos al Inurbe, la
Superintendencia de Industria, Comercio y Sociedades, el Fondo Nacional de Garantías,
Corferias, Instituto de Fomento Industrial (IFI), la Corporación Financiera Popular, la
Corporación Financiera del Transporte y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas, ntre
otros.

 COMERCIO EXTERIOR

A este Ministerio se trasladaron las funciones ejercidas por el de Desarrollo Económico en


materia de comercio exterior, zonas francas y comercio internacional. Así, las entidades
adscritas al sector de comercio exterior ejercerían sus funciones de acuerdo con la
política formulada por este Ministerio y con los lineamientos y políticas trazados por el
Consejo Superior de Comercio Exterior. Desarrolla las funciones del antiguo Incomex
(ahora dedicado al registro de operaciones de comercio exterior) y las de relaciones
comerciales que antes cumplían otros ministerios como el de Desarrollo y de Relaciones
Exteriores. El Banco de Comercio Exterior (Bancoldex), creado también en 1991 y que
sustituyó a Proexpo, es la empresa encargada de financiar al sector exportador bajo la
dirección del Ministerio. Finalmente, el Consejo Superior de Comercio Exterior quedó
encargado de definir las políticas de exportación, importación, aranceles y, en general, de
la reglamentación de los instrumentos de la política comercial. Sus funciones son la
formulación y aplicación de la política del gobierno sobre promoción del sector externo y
las relaciones comerciales de Colombia con el exterior. Tiene a su cargo las zonas
francas industriales y comerciales en distintos lugares del país.

ECONOMÍA Y AGRICULTURA

Como parte de lo que se denominó la "contrarreforma agraria" (ley 100 de 1944) se dio un
giro completo a la ley 200 o de Tierras de 1936 y se gestó el primer Plan Quinquenal de
Fomento Agrícola (ley 5 de 1945). El valor de la nueva legislación radicó en que introdujo
por primera vez los conceptos de planeación, intervencionismo y responsabilidad social y
estatal en el manejo del sector agropecuario. El presidente Mariano Ospina convirtió el
Departamento Nacional de Agricultura, dependiente del polémico y ambiguo Ministerio de
Economía, en un Ministerio de Agricultura y Ganadería (ley 75 de 1947). El gobierno
Lleras Restrepo buscó la participación en la ejecución de los programas agropecuarios
por medio de la organización del campesinado (Ligas y Asociaciones de Usuarios
Campesinos: decreto 755 de 1967) y la reforma de la Ley Agraria para acelerar el cambio
en la estructura de la tenencia de la tierra mediante la ampliación de las facultades del
Instituto de la Reforma Agraria, Incora. Además, mediante el decreto 2420 de 1968 se
reestructuró todo el sector agropecuario y el gobierno reagrupó varios de los numerosos e
ineficientes organismos del Ministerio para obtener eficacia. Otros institutos adscritos han
sido el IFA, el Instituto Zooprofiláctico y las divisiones de cultivos y ganadería del
Ministerio; el Instituto de los Recursos Naturales Renovables Inderena, germen del actual
Ministerio de Medio Ambiente; el Instituto de Mercadeo Agropecuario, Idema, ya liquidado,
y el Servicio Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras, Himat.
Como establecimientos industriales y comerciales ha tenido a Inagrario S.A., Banco
Cafetero, Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero; Empresa Colombiana de Productos
Veterinarios, Vecol; Banco Ganadero y la Corporación Financiera de Fomento
Agropecuario y de Exportaciones, Cofiagro.

MINAS Y ENERGÍA

La Constitución de 1886 afirmó la propiedad de la Nación sobre el suelo y subsuelo del


territorio continental y marítimo. Del Ministerio de Obras Públicas se desgajarían las
funciones del futuro Ministerio de Minas en la medida en que aquél negoció muy recién
creado durante el gobierno de Rafael Reyes los dos primeros contratos de concesión para
exploración, explotación y refinación de petróleo. Otro paso hacia el Ministerio fue la
creación del Servicio Geológico Nacional para la formación de la Carta Geológica del
país. En 1931 se estableció la explotación por concesión de las salinas terrestres y
marítimas.
El régimen de concesiones, adjudicaciones y permisos en minería y petróleos, continuó a
cargo de los ministerios de Obras Públicas, de Comercio e Industria y de Economía
Nacional. En 1940, ante el crecimiento del sector energético y de la economía en general,
fue necesario organizar el Ministerio de Minas y Petróleos (decreto 968 de 1940) que
aglutinara las dispersas actividades estatales en el sector, en un órgano administrativo de
estricta especialidad técnica, jurídica y fiscal. Seguidamente se abrió paso al Consejo
Nacional de Petróleos (1946), a Ecopetrol (1951), a Acerías Paz del Río (1954), al
Instituto de Investigaciones Geológicas y Mineras, Ingeominas (1961), a la Empresa
Colombiana de Esmeraldas ya la Empresa Colombiana de Minas (Ecominas, 1968) y la
Financiera Eléctrica Nacional (1982). Los recursos hidroeléctricos tomaron importancia de
primer orden en sus funciones. Ha tenido como organismos adscritos el Instituto de
Asuntos Nucleares, el Instituto Colombiano de Energía Eléctrica, ICEL, Financiera
Energética Nacional, Carbones de Colombia (Carbocol) e Interconexión Eléctrica, ISA.

 LA PLANEACIÓN Y EL CONPES

El decreto ley 1928 de 1951 creó la primera "Oficina de Planificación" del país como
cuerpo consultivo de la Presidencia de la República. Sus antecedentes se hallan en la
Misión Currie (1949), que planteó la necesidad de una entidad asesora en el manejo de la
economía nacional en materia de ingreso, producción, consumo, empleo, inversiones,
balanza de pagos, moneda, cambio, crédito, política fiscal, financiamiento externo y
asistencia técnica extranjera. El decreto ley 389 de 1952 creó el Consejo Nacional de
Planificación Económica, luego Consejo Nacional de Economía, antecesores del
influyente Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, conformado por el
presidente y los ministros de Relaciones Exteriores, Hacienda, Desarrollo, Agricultura,
Obras Públicas y Trabajo, los gerentes del Banco de la República y de la Federación
Nacional de Cafeteros, y el director del Departamento Nacional de Planeación, DNP. La
Ley 19 de 1958 creó propiamente la versión más próxima a la entidad actual con la
denominación de Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos,
especificando su obligación de asesorar técnicamente la política económica del Estado,
apoyado en estudios e investigaciones sobre la economía nacional, así como su
obligación de elaborar los planes de desarrollo cada cuatro años. El gobierno Lleras
Restrepo lo reestructuró y fortaleció extendiendo su función a sectores antes no tenidos
en cuenta. Adscrito al DNP se creó en 1976 un Fondo Nacional de Proyectos de
Desarrollo, Fonade, encargado de evaluar las solicitudes de financiación de estudios
técnicos. El gobierno López Michelsen adscribió al DNP mediante todas las
Corporaciones Autónomas Regionales (de los valles del Sinú y el San Jorge, Sabana de
Bogotá, Cauca, Quindío, Chocó, Tumaco, Urabá, etc.). Así mismo, en 1974 se
reestructuró el DNP para que ciertamente atendiera la planeación en los sectores social y
ambiental (recursos naturales, salud, trabajo, seguridad social, población y nutrición, etc).

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