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RECESIÓN DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA

MAYRA GÁMEZ

CÓDIGO: 201111062

ANDRÉS FERNANDO PAVA VARGAS

CÓDIGO: 201210420

HELENA TORRES

CÓDIGO: 201111313

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS

ESCUELA DE ECONOMÍA

TUNJA

2015

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RECESIÓN DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA

MAYRA GÁMEZ

ANDRÉS FERNANDO PAVA VARGAS

HELENA TORRES

PROFESOR

OLIVER MARCEL MORA TOSCANO

DOCTOR EN ECONOMÍA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS

ESCUELA DE ECONOMÍA

TUNJA

2015

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TABLA DE CONTENIDO

1.INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 4
2.DATOS GENERALES DE BRASIL ................................................................ 5
3.ANTECEDENTES ........................................................................................... 5
CRISIS HIPERINFLACIONARIA DE FINALES DE LA DÉCADA DE 1980 Y
COMIENZOS DE LA DÉCADA DE 1990...................................................................... 5
CARACTERÍSTICAS DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA DESDE 1990 HASTA 2015 .. 10
CRECIMIENTO SOSTENIDO (1993-2012) ................................................................ 27
4. CONTEXTO ACTUAL ................................................................................. 35
ANÁLISIS SECTORIAL.............................................................................................. 35
SÍNTOMAS DE INFLACIÓN DESDE 2014 ................................................................ 38
CAMBIO DE LA POLÍTICA FISCAL Y MONETARIA .................................................. 39
REDEFINICIÓN DEL BANCO CENTRAL DE BRASIL ............................................... 43
PAPEL DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA EN EL MERCADO INTERNACIONAL ....... 47
DESTAPE DEL ESCÁNDALO PETROBRAS ............................................................. 52
5.CONCLUSIONES ......................................................................................... 54
6.REFERENCIAS ............................................................................................ 56

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1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación contempla lo que actualmente se está


viviendo en Brasil: una recesión en su economía; posición distinta a la que se
venía desarrollando en el país años atrás.

Brasil, en el transcurso de su historia, ha presentado serios inconvenientes de


inestabilidad económica, social y política. Sin embargo, cabe señalar que desde la
aplicación del Plan Real (un plan de estabilización), en 1994, se dio una notoria
estabilización en la economía del país, la cual mejoró simultáneamente, y de un
modo relativo, los aspectos sociales; pues lo característico de un país en vía de
desarrollo es que los problemas económicos, sociales y políticos son persistentes.

Entonces, además de convertirse en una panacea, posiblemente con el Plan Real


se comenzó a reflejar en Brasil un potencial para convertirse en un país
desarrollado (economía emergente), dado que su crecimiento económico empezó
a ser continúo hasta el año 2012; y tal como lo indica la teoría, un crecimiento
económico sostenido es herramienta o medio para llegar al desarrollo. De esta
manera, durante el desarrollo del trabajo se examinarán las políticas empleadas
por los períodos presidenciales de Fernando Henrique Cardoso (de concepción
ortodoxa) y de Luis Inácio Lula da Silva (de concepción heterodoxa).

Empero, a partir del 2012, se dieron indicios a un estancamiento de la economía


brasileña, luego de una temporalidad aproximada de 20 años de éxito, mostrando
así una erosión política del partido oficialista del actual Gobierno Nacional (Partido
de los Trabajadores). Por lo tanto, también en esta investigación se cuestionará lo
que se hecho en la administración presidencial de Dilma Rousseff para llevar a
cabo esta recesión económica, así como el panorama económico mundial.

En este orden de ideas, el trabajo de investigación se ha estructurado en dos


bloques, permitiendo de esta forma comprender los antecedentes y el contexto de
la actual recesión de la séptima economía del mundo y la primera de América
Latina.

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2. DATOS GENERALES DE BRASIL

 Nombre Oficial: República Federativa de Brasil.


2
 Superficie: 8‟515.770 km .
 Población (2014): 206‟077.898 hab.
2
 Densidad: 24,2 hab. /km .
 Capital: Brasilia.
 Idioma oficial: portugués.
 Moneda: Real ($R).
 PIB (2014): US$1‟206.075 millones (Precios constantes; año base 2005).
2‟346.118 millones (Precios Corrientes).
 PIB per cápita: US$ 5.853 (Precios constantes; año base 2005). US$ 11.385
(Precios Corrientes).
 División Política-Administrativa: 26 Estados y un Distrito Federal.
 Día Nacional: 7 de septiembre, Día de la Independencia de la República
Federativa de Brasil (1822).

3. ANTECEDENTES

CRISIS HIPERINFLACIONARIA DE FINALES DE LA DÉCADA DE 1980 Y


COMIENZOS DE LA DÉCADA DE 1990

TASA DE INFLACIÓN DE 1981 A 2014 (IPC)

Fuente: DataBank, Banco Mundial

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AÑO 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

TASA
101,7 100,5 135,0 192,1 226,0 147,1 228,3 629,1 1430,7 2947,7 432,8 951,6 1928,0 2075,9 66,0 15,8 6,9
(%)

AÑO 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

TASA
3,2 4,9 7,0 6,8 8,5 14,7 6,6 6,9 4,2 3,6 5,7 4,9 5,0 6,6 5,4 6,2 6,3
(%)

Como se puede observar en los datos de la tasa de inflación para cada año (a
partir de 1981), entre 1981 y 1994 esta variable estuvo descontrolada dentro de
esta economía brasileña, por lo que se mostró una crisis hiperinflacionaria durante
este período. Luego de este período, la tasa de inflación disminuyó
considerablemente, llegando a un punto de estabilización de la variable; aunque,
cabe resaltar que Brasil es uno de los países con mayor inflación de la región.

Entre las posibles causas de la hiperinflación fueron:

 Incremento en la inestabilidad de la inflación, la cual ya estaba representada en


altas tasas, provocadas principalmente por la Dictadura Militar que estuvo
presente entre 1964 y 19851.
 Fracaso en la mayoría de los planes de estabilización, dado que no fueron
acompañados por políticas de soporte apropiados. Entonces, la repetición de
controles terminó generando los saltos inflacionarios; y por otra parte, el
mismo abuso de controles de precios socavó la resolución del gobierno para
mantener sus metas para las variables nominales.
 Depreciación excesiva en el tipo de cambio, por lo que causó una alta emisión
de la moneda local.

Debido a que la hiperinflación contrarresta gravemente el poder adquisitivo de los


agentes económicos, se llegó el momento de activar las alarmas y emprender la
solución a este trascendental problema económico. Por ese motivo, se
propusieron distintos planes estabilización, siendo tan sólo uno el que tuvo éxito
para acabar la hiperinflación.

1
Se sabe que en una dictadura se crean desórdenes en el sistema económico, social y político.
Desde la perspectiva económica, se estimula un aumento incontrolable en el déficit fiscal, siendo
esto la principal causa de una hiperinflación. Aunada con las perspectivas política y social, se lleva
a cabo la incertidumbre por las persecuciones arbitrarias de este tipo de Gobierno.

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PLANES DE ESTABILIZACIÓN

 Cruzado (febrero de 1986).


 Bresser (junio de 1987).
 Verão (enero de 1989).
 Collor (marzo de 1990).
 Collor II (febrero de 1992).
 Real (julio de 1994).

Los primeros tres planes enunciados se llevaron a cabo durante el Gobierno de


José Sarney (1985-1990), los cuales fueron de corte heterodoxo:

El Plan Cruzado puede considerarse como una combinación de políticas de


combate contra la inflación con crecimiento del PIB y redistribución del ingreso.
Esa experiencia heterodoxa se basó en la reforma monetaria, el congelamiento de
precios y el tipo de cambio nominal, en vez de basarse en políticas monetarias y
fiscales contractivas. Sus resultados fueron muy buenos a corto plazo: la tasa de
inflación se redujo drásticamente y la tasa de crecimiento del PIB se mantuvo en
niveles bastante altos. Empero, la combinación de aumento de la demanda y
congelamiento de la oferta generó racionamiento en el mercado tanto en materia
de productos como monetario, provocando comportamientos especulativos de
todo tipo que redundaría en la erosión progresiva del superávit comercial. En
pocos meses el gobierno abandonó la política de fijación del tipo de cambio, lo que
derivó en un retorno caótico de la inflación. Durante el interregno de estabilidad
artificial y auge del consumo la desigualdad disminuye y como consecuencia la
proporción de pobres alcanza su nivel más bajo de toda la serie: 17%.

Tras la fracasada experiencia del Plan Cruzado, los Planes Bresser y Verão
combinaron elementos como el congelamiento temporal de precios con elementos
de control de la demanda, pero fueron incapaces de poner fin a la voracidad fiscal
del nuevo régimen. La cuenta corriente del balance de pagos se equilibró
rápidamente (a pesar de que el tipo de cambio real no hubiera retornado a los
niveles registrados previamente), mientras que el crecimiento del PIB disminuyó
considerablemente. Dado el aumento del gasto público en un momento en que la
credibilidad del gobierno era particularmente débil, estos planes fueron ineficientes
para controlar la tasa de inflación por mucho tiempo, lo que resultó en una
explosión inflacionaria a fines de 1989 y comienzos de 1990. La combinación de
un aumento sustancial de la desigualdad con la mantención de tasas de
crecimiento agregadas positivas en medio de la inestabilidad del período provocó
un crecimiento continuo, pero hasta cierto punto moderado de la proporción de
pobres que llegó a 21% en el auge hiperinflacionario de las elecciones de 1989.

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Los siguientes dos planes fueron ejecutados en el breve Gobierno de Fernando
Collor de Mello (1990-1992), siendo estos de un corte más o menos ortodoxo:

El Plan Collor fue el que por primera vez en Brasil trató de combinar el objetivo de
estabilización con reformas estructurales. Las principales medidas del frente
antiinflacionario fueron un nuevo congelamiento de precios, la confiscación de
80% de los depósitos del sector financiero privado y la restricción salarial. En la
práctica, el paquete de ajuste estructural se limitó a una reforma comercial
sustancial y a un tímido esfuerzo de privatización. Esta política derivó en la mayor
recesión de la historia brasileña documentada estadísticamente, sumada a una
reducción hasta cierto punto inesperada de la desigualdad del ingreso. Aun así, la
proporción de pobres casi se duplicó respecto a 1986, llegando a 32%.

El Plan Collor II, dado en el último año del gobierno de Collor, combina una nueva
confiscación de las finanzas privadas, una política de gestión de la demanda
privada moderadamente conservadora, el delineamiento de la apertura comercial y
la renegociación de la deuda externa, cuyo resultado fue la caída progresiva de la
tasa de inflación, la no profundización de la recesión y la mayor entrada de
capitales externos especulativos de corto plazo. Los indicadores sociales
mantienen la tendencia anterior de reducción de la desigualdad y aumento de la
pobreza.

Finalmente, el Plan Real fue, como se dijo, el único que resultó exitoso en el
cumplimiento de la eliminación de la hiperinflación. Fue realizado durante el
Gobierno de Itamar Franco (1992-1994), ex vicepresidente de Collor de Mello. A
continuación, se explicará los elementos que contribuyeron a que este plan fuera
un éxito.

PLAN REAL

Fue un plan de estabilización puesto en marcha entre junio de 1993 y julio de


1994. Estuvo ligado a reformas estructurales, como la Apertura Económica, las
privatizaciones y renegociación de la deuda, para reducir la inflación y, en efecto,
estructurar un nuevo marco en la actividad económica del país. Así mismo, estuvo
encargado por el Ministro de Hacienda de la época, Fernando Henrique Cardoso,
quien posteriormente se convirtió en Presidente de la República Federativa de
Brasil, entre 1995 y 2002, tras el buen resultado del plan.

El Plan Real se construyó en tres etapas:

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 Primera Etapa: denominada como Programa de Acción Inmediata, la cual tuvo
como propósito establecer el equilibrio de las cuentas del Gobierno, para así
acabar con la principal causa de la inflación brasileña (el alto déficit fiscal).
 Segunda Etapa: consistió en la creación de un patrón de valor (la URV), cuyo
valor en cruzeiros reales era fijado diariamente por el Banco Central, de
manera de mantenerlo alineado con la cotización del dólar. Progresivamente,
los salarios, contratos, precios y tarifas fueron fijándose en URV.
 Tercera Etapa: la URV fue instituida como moneda, tomando el nombre de
Real a partir del 1 de julio de 1994. Todos los saldos monetarios aún
denominados en cruzeiros reales se convirtieron en reales según la paridad de
ese día (2750 cruzeiros reales = 1 real) y se canjeó a esa tasa la vieja moneda
por la nueva. También se dispuso que la moneda circulante estaría respaldada
por reservas internacionales, y se establecieron fuertes limitaciones a la
posibilidad de indizar precios y contratos según la inflación pasada. La paridad
cambiaria se fijaba en principio en 1 real por dólar, pero se evitaba congelar
por ley el tipo de cambio (“lo que traería evidentes perjuicios al ejercicio
soberano de la política cambiaria”), y se dejaba en manos del Ministerio de
Hacienda los criterios para la futura evolución del real. En la práctica, se
permitió que el real se valorizara desde un principio respecto del dólar, por lo
que la paridad de “uno a uno” no tuvo vigencia efectiva.

Como consecuencias inmediatas tras la eliminación de la hiperinflación fueron:


subida en las tasas de interés, entrada de capitales, apreciación real de la moneda
e incremento de la deuda pública interna; aceleración del crecimiento del PIB y un
rápido deterioro de la balanza comercial, pues la apreciación estimuló a un mayor
nivel de importación; y caída de la pobreza de casi un tercio a cerca de un cuarto
de la población en poco menos de dos años, por el fuerte aumento de los ingresos
reales, sobre todo en los sectores informales y no comerciables y la abrupta
recomposición del valor del salario mínimo en mayo de 1995.

Sin embargo, no hay que olvidarse de las ondas de choques externos. La


estabilidad de precios y el crecimiento del producto se vieron amenazados
últimamente por choques de origen externo. En un comienzo, las entradas de
capital disminuyeron drásticamente por el efecto tequila (crisis mexicana) de
comienzos de 1995, pero los indicadores sociales todavía presentaban mejoras
sustanciales mientras se desarrollaba este primer episodio. No obstante, el nuevo
riesgo dio un colapso del balance de pagos a partir de octubre de 1997 y de
agosto de 1998, sumado a la inestabilidad de los países del este asiático y Rusia,
respectivamente, lo que obligó al gobierno a adoptar una política monetaria
restrictiva, aumentar algunas tasas arancelarias para disminuir el ritmo de
crecimiento de las importaciones y promulgar un paquete con aumentos

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impositivos. Como consecuencia, se redujo sustancialmente el crecimiento del PIB
y en particular la tasa de desempleo se aproxima en 1998 a los dos dígitos, un
nivel inédito en la historia brasileña. Esto provocó la reversión del movimiento de
alivio de la pobreza posterior al Plan Real sumada a un claro deterioro de la
desigualdad del ingreso.

CARACTERÍSTICAS DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA DESDE 1990 HASTA


2015

CONTEXTO ECONÓMICO

El coeficiente de Gini, según los datos de la Encuesta Nacional de Muestra de


Domicilios (Pnad - siglas en portugués) de la Fundación IBGE, disminuyó 5 puntos
porcentuales entre 1998 y 2008. El índice alcanzado en el año 2008, de 0,548,
aún presentaba un alto valor en comparación con los estándares internacionales,
pudiéndose observar con ello las acusadas desigualdades históricas de la
sociedad brasileña que todavía no fueron superadas.

Los hechos que muestran esta desigualdad son innumerables, ilustramos apenas
algunos aspectos como, por ejemplo, la fuerte dispersión regional en los índices
de desarrollo humano. La tendencia convergente del indicador de „renta media de
trabajo‟ en la última década indica que en 2008 las estimaciones realizadas en las
regiones Sureste, Centro-Oeste y Sur eran el doble de las mostradas por la región
Nordeste; diferencia idéntica ocurría entre las rentas medias del trabajo en las
áreas urbana y rural. Ese mismo indicador revelaba que el empleador obtenía

10
unas ganancias tres veces mayores que las que poseían los empleados con
contratos registrados, también definidos como formales, que, a su vez, recibían el
40 por 100 más que aquellos que se encontraban sin registro, informales, y el 20
por 100 más que las obtenidas por los trabajadores por cuenta propia. Los
trabajadores con un nivel educativo superior recibían en promedio tres veces más
que los trabajadores de un nivel educativo medio y cuatro veces más que aquellos
con el ciclo básico completo. Los trabajadores domésticos sin registro se situaban
en la “base de la pirámide” de rendimientos con unas ganancias medias
equivalentes al 10 por 100 de las obtenidas por los empleadores. Con dicha
estructura de rendimientos un cambio redistributivo expresivo dependerá no solo
de la sustentación del crecimiento económico, sino también del mantenimiento de
múltiples intervenciones públicas redistributivas en curso desde el segundo
quinquenio de 1990.

El índice de Gini aplicado a la renta del trabajo domiciliar per cápita tendió a
reducirse, entre 1995 y 2008, disminuyendo desde el año 2001 de forma
continuada, pasando de 0,6 puntos a 0,548 puntos. Dicho proceso fue
consecuencia de múltiples intervenciones públicas complementarias, ejecutadas
en un ambiente de crecimiento económico doméstico y mundial.

Las múltiples interacciones del sector público incidieron en la disminución de los


índices de pobreza y del grado de desigualdad en la distribución de la renta de
trabajo, a la vez que generaron una mayor inserción en el mercado de bienes y
servicios.

En síntesis, el crecimiento económico y la expansión del mercado de trabajo


estuvieron apoyados por intervenciones federales que, respaldadas por acciones
subnacionales y organizaciones de la sociedad civil, promovieron un estándar de
crecimiento real más rápido de los rendimientos del trabajo de los estratos
inferiores de la distribución de renta.

El Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) centró su actuación en dos frentes. En


primer lugar, mantuvo la política activa de salario mínimo contribuyendo a la
elevación real del salario base en la economía, influyendo en el crecimiento real
de las bases salariales de los trabajadores por ramas de actividad en las
negociaciones colectivas, provocando de forma directa el aumento real de las
transferencias monetarias a los ancianos y a las jubilaciones.

En segundo lugar, se mantuvo la financiación de los Servicios de Empleo a través


de los recursos del Fondo de Amparo al Trabajador (FAT), denominados, en

11
Brasil, Programa de Seguro Desempleo (PSD). En la década del 2000, destacó la
ampliación del acceso al seguro por desempleo, el aumento de los recursos
transferidos por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes),
destinados a inversiones en infraestructuras y fusiones de grandes empresas, y el
crecimiento de la oferta de crédito a través de las demás Instituciones Financieras
Oficiales Federales (Proger) dirigido a Pymes y formas asociativas de producción
(Economía Solidaria). De forma agregada, el gobierno expandió las operaciones y
el valor de los préstamos del Programa Nacional de Agricultura Familiar (Pronaf)
en el medio rural. La ampliación y democratización del acceso al crédito -
inversiones y giro- tuvo consecuencias positivas en la creación y el mantenimiento
de los puestos de trabajo.

El seguro por desempleo se encarga de cubrir la falta de ingresos de los


desocupados procedentes del mercado de trabajo formal y otros grupos, como los
domésticos con contratos registrados, los trabajadores de la pesca artesanal, los
trabajadores rescatados del trabajo forzoso y los participantes en bolsas de
cualificación (desempleados en programas de formación profesional). Tres
factores elevaron el número de asegurados en los años 2000: el mayor acceso, la
elevada rotación del mercado de trabajo brasileño y la ampliación de los empleos
en el segmento laboral formal. La expansión del empleo en el mercado de trabajo
formal también elevó el número de beneficiarios del abono salarial -el décimo

12
cuarto del salario para los empleados formales que reciben hasta dos salarios
mínimos.

20 El número de asegurados, según el (El Ministerio de Trabajo y Empleo) MTE,


pasó de US $ 4,915 millones a US $ 7,252 millones (47 por 100) y el montante de
recursos para el pago del seguro por desempleo creció el 154 por 100, de US $
3,41 mil millones en 2002 para US $ 7,35 mil millones en 2008.

El FAT también financió los servicios de intermediación de mano de obra y


programas de valorización social y capacitación profesional. Estas acciones
cuentan con menos recursos, aunque son ofrecidas a través de más de mil
agencias de servicios de empleo distribuidos en todo el territorio nacional.

En el campo de la asistencia social la masificación del (Programa Bolsa Familia)


PBF y del BPC (El Beneficio de Prestación Continuada de Asistencia Social)
afectó a un elevado número de familias y personas en la base de distribución del
ingreso familiar, especialmente en las regiones más pobres del País. Este
programa de asistencia social contribuyó en la disminución del grado de
desigualdad y de los índices de pobreza, provocando la expansión de la demanda
interna (mediante el consumo de los más desfavorecidos).

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Los indicadores del último año y medio muestran un visible debilitamiento de la
economía brasileña, más allá de los resultados positivos de las políticas
redistributivas durante los dos gobiernos de Luiz Inácio da Silva (“Lula”) y la
primera presidencia de Dilma Rousseff. Ambas administraciones fortalecieron el
mercado interno, gracias a políticas activas basadas fundamentalmente en el
incremento del salario mínimo, las transferencias fiscales a los sectores de más
bajos ingresos (vía programas de asistencia directa y de menor presión tributaria
sobre el consumo de bienes manufacturados) y el mayor acceso al crédito
hipotecario y para la compra de bienes durables (especialmente automotores). Su
efecto inicial sobre el crecimiento del PIB real fue significativo. Entre 1999 y 2003
la economía había desacelerado su crecimiento promedio anual al 2,1% (entre
1992 y 1997 había sido el 3,3%). Entre 2004 y 2008 la tasa de crecimiento
promedio anual fue de 4,8%, pero luego de la crisis Subprime descendió a 3,2%
entre 2009 y 2013. El año pasado fue de apenas 0,1% y para este año la
expectativa promedio es de una caída de 1,0% (la mayor del último cuarto de
siglo). De acuerdo con el FMI recién en 2016 el PIB real podría registrar una tasa
de crecimiento positiva (1%). De modo que en el período 2014-2016 el PIB real
registraría un crecimiento promedio anual nulo.

Entre 1980 y 1992 el ingreso por habitante se mantuvo oscilante, comenzando a


retomar un aumento persistente hasta 1997. Luego de cierto estancamiento hasta
2003, se observa a partir de ese año un fuerte crecimiento hasta el año 2013.
Desde el tercer trimestre de ese año el virtual estancamiento en la actividad
económica ha dado lugar a una caída del PIB per cápita que en principio podría
revertirse recién en 2016.

14
La aceleración del crecimiento económico durante la década pasada (básicamente
en el primer gobierno de Lula) se debió a la recuperación de la demanda
agregada, vía mayor inversión pública, y a reformas regulatorias que permitieron
incrementar el ingreso y el consumo de más de la mitad de la población brasileña,
hasta entonces de ingresos medio-bajos, bajos, y en condiciones de extrema
pobreza. El resultado fue un círculo virtuoso de aceleración del crecimiento de la
oferta y demanda agregada, favorecido además por cierta estabilidad jurídica para
los inversores extranjeros, y el mantenimiento de una política fiscal y monetaria
previsibles.
En gran medida esto también se vio favorecido por a) la fuerte mejora de los
términos de intercambio que permitieron batir récords históricos de exportaciones
(no solo de materias primas); b) el fuerte ingreso de capitales, y c) el
mantenimiento de una política monetaria prudente, sin saltos inflacionarios, y con
acumulación permanente de reservas internacionales. Si bien esto permitió contar
con flexibilidad financiera suficiente para contrarrestar el duro impacto de la crisis
Subprime sobre las exportaciones y la producción industrial en el año 2009, el
llamado “modelo progresista” no logró sostener la dinámica expansiva previa.
Desde entonces se observan problemas de eficiencia en la administración pública
y en la provisión de servicios públicos, insuficiencia de obras de infraestructura,
cierta incapacidad para diversificar exportaciones y modernizar las tecnologías de
producción en la industria manufacturera, y creciente escasez de mano de obra

15
calificada. Desde la primera presidencia de Lula se registró una constante
reducción de la tasa de desempleo, que este año se ha visto interrumpida debido
a la recesión que atraviesa la industria manufacturera. Si bien entre 2011 y 2014
se observaron tasas de desempleo en línea con los de la segunda mitad de los
años ‟90, para este año y el próximo se espera que la tasa de desempleo aumente
a niveles superiores al 6% de la Población Económica Activa, aun con una tasa de
crecimiento demográfico en descenso permanente desde los años ‟80.

Después del llamado “milagro” industrial brasileño de los años ‟70, el sector
agropecuario creció más que los demás sectores entre 1980 y 2003. A su vez, y
relativizando la supuesta tendencia a la “reprimarización” de la economía
brasileña, en el período 2003-2014 el crecimiento acumulado del sector
agropecuario fue inferior al de los demás sectores.

16
El
cu
adr
o
anterior muestra que, salvo en el período 1992-2003, la tasa de crecimiento
acumulada de los servicios no fue superada por los demás sectores. El resultado,
que se refleja en el gráfico siguiente, es que a fin de 2014 el nivel del PIB de los
sectores de servicios era casi 7 veces mayor (en términos reales) que el de 1970,
pero el
de los
demás
sector
es
equiva
lía a
menos
de 5
veces
el PIB
que
tenían
en
1970.

17
Desde la primera presidencia de Lula, las familias y empresas contaron con una
recuperación del financiamiento para la adquisición de maquinaria y equipo
productivo, y para compra de inmuebles y de bienes de consumo durable
(principalmente automotores y electrodomésticos). Sin embargo, desde fines de
2013 se ha ido moderando el consumo en los últimos dos años a la par de un
aumento de la presión tributaria de los municipios y gobiernos estaduales. Esto,
sumado a subas de precios de bienes no transables, ha provocado un ajuste en el
gasto de las familias y un descenso de la confianza de los consumidores, la cual
ha caído en 2014 a un nivel inferior al del año 2009, según varias consultoras
privadas. Adicionalmente, la sequía del año pasado también tuvo un impacto
significativo en la persistencia de la dinámica recesiva.
Este contexto, cada vez más desfavorable para las políticas redistributivas de
sesgo expansivo en los últimos 13 años terminó deteriorando los ingresos fiscales
y las cuentas públicas, junto con una persistente presión al alza de precios de
bienes no transables que se viene arrastrando desde el año 2007. Desde una
perspectiva de largo plazo es claro que las reformas fiscales y monetarias del
llamado Plan Real permitieron reubicar a Brasil en un sendero de baja inflación
(aun inferior a la de principios de los ‟80) de manera estable.

18
Si bien entre 1999 y 2002 la inflación parecía tender a escaparse hacia el 15%
anual o aún más, en el primer gobierno de Lula la autoridad monetaria pudo
hacerla converger hacia niveles inferiores al 5% anual. Sin embargo, desde el año
2007 se observa que tiende a superar las metas del Banco Central y a ubicarse
con persistencia por sobre el 5% anual, con un tipo de cambio nominal bastante
estable. De ahí la intención de endurecer progresivamente la emisión monetaria
vía sucesivas subas de la tasa de control monetario (SELIC) desde abril de 2013,
a costa de una suba del costo del crédito, lo cual ha sido más efectivo para enfriar
la demanda agregada y la actividad económica que para reducir la tasa de
inflación.

19
Frente a las dificultades crecientes de estabilizar la tasa de inflación con
operaciones de mercado abierto, el régimen de “inflation targeting” fue
acompañado por una flotación administrada cada vez más flexible que permitió
ajustes ascendentes del tipo de cambio nominal en los últimos dos años, con el fin
de revertir el atraso del tipo de cambio real y su efecto negativo sobre la
competitividad de la industria brasileña. Esto no requirió una fuerte depreciación
del tipo de cambio nominal, dada la observada apreciación del dólar
estadounidense en el exterior y el impacto depresivo sobre los precios de servicios
y bienes no transables del enfriamiento de la demanda interna.

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Con relación al PIB, las importaciones no tienden a bajar sino a estabilizarse entre
el 8% y el 10% del PIB. La relación exportaciones/PIB, a su vez, no muestra una
tendencia creciente sino proclive al estancamiento o a su declinación. Como es de
esperar, el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos también se ha
deteriorado sensiblemente:

21
Este déficit se ha financiado con un significativo ingreso de capitales, favorecido
por la percepción de un bajo nivel de riesgo país. El índice EMBI+ de JP Morgan
para bonos soberanos ha sido casi tan bajo como el de México desde 2006 hasta
el presente. Luego del salto que experimentó durante la crisis Subprime ha tendido
a estabilizarse entre 180 y 300 puntos básicos, comenzando a superar de manera
sistemática los 200 puntos desde mediados de 2013. Sin embargo, se mantiene
en niveles inferiores y menos volátiles que los correspondientes a los títulos de
deuda de Argentina y de Venezuela.

22
Ciertamente, a los desbalances macro se suma una evidente pérdida de
competitividad de la industria manufacturera. Esto requiere en el corto plazo
políticas orientadas a incrementar rápidamente el atraso del tipo de cambio real, y
en el mediano plazo cambios regulatorios, mejoras en la infraestructura y
reducción del “componente burocrático” de los costos de producción y
comercialización. De lo contrario será muy difícil recuperar la dinámica de la
década pasada en materia de exportaciones y de producción de la industria
manufacturera. Los últimos datos, a mayo de este año, del IBGE indican que, a
pesar de una leve recuperación en ese mes (+0,6%), la producción industrial de
los primeros cinco meses de 2015 acumula una caída de 6,9% respecto de igual
períod
o de
2014.

23
La atracción de inversión extranjera directa en la década del noventa estuvo
relacionada con el objetivo de superar los elevados déficits fiscales y con el
proceso de privatización, iniciado en el gobierno de Collor y fuertemente
impulsado en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. En la primera mitad de
los noventa el mayor caudal de IED se dirigió al sector de industria de
transformación, la distribución se modifica a partir de 1996 cuando el sector de
servicios captura el 75% de la IED total que ingresó a Brasil.

El gran acervo de IED hacia el sector servicios predomina en la segunda mitad de


los noventa de la mano de la profundización del proceso de privatización en el
gobierno de Fernando Henrique Cardoso.

Si bien en los 2000 el caudal de IED hacia el sector de servicios es importante, no


alcanza porcentajes tan elevados como en los años anteriores, sino que los flujos
oscilan entre un 40 y 60% aproximadamente. Es notable destacar que los niveles
de IED/PIB obtenidos entre 1998 y 2002 no son alcanzados en los años
posteriores, los cuales se caracterizan por un aumento de los flujos en millones de
dólares –alcanzándose en 2011 un récord dentro de las dos décadas- y por un
aumento de proyectos greenfield.

CONTEXTO POLÍTICO

Las presidencias de Collor de Mello e Itamar Franco son parte de un período


democrático particular desde 1985 a 1994, que Bittencourt y Constantini (2014)
llaman de transición democrática, por ser un período de inestabilidad democrática
y económica. Algunos hitos de esta inestabilidad constituyen la formulación y
adaptación de una nueva Constitución, continuos cambios del Ministro de
Hacienda, continuos planes de estabilización fracasados, etc.

Según Suzigan y Furtado (2010), el desarrollismo y el intervencionismo


característico hasta los años 70 fue perdiendo espacio en la década del 80, las
políticas de estabilización, monetaria y cambiaria dominaron el sector productivo
en los noventa y tornaron inviable la política industrial. La política industrial recién
vuelve a ocupar un espacio en la agenda de política económica en el gobierno de
Lula con el lanzamiento de la PITCE (Política industrial, tecnológica y de comercio
exterior).

Por otro lado, según Corrêa (2007), el gobierno de Fernando Collor de Mello
inaugura el tercer régimen de inversión internacional en Brasil, caracterizado por

24
un proceso de liberalización comercial y financiera. Alteró la política industrial
vigente hasta el momento por medio de las directrices generales de Política
Industrial y de Comercio Exterior (PICE) de 1993, que proponía una inserción
internacional de la economía brasilera basada en el aumento de la competitividad
por la liberalización económica: eliminación de subsidios e incentivos, reducción
de las tarifas de importación, desregulación de mercados, eliminación de
restricciones al capital extranjero, privatizaciones, entre otros. En el mismo sentido
Bonelli (1997) enfatiza que las medidas típicas del targeting industrial (fomento de
sectores específicos) se simplificaron radicalmente desde el primer día del
gobierno de Collor. La tendencia en la década de los noventa fue entonces de un
uso de políticas horizontales en vez de sectoriales.

En el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso se logra abatir la


inflación y estabilizar la economía, a través del llamado Plan Real. El plan real fue
implantado en 1994 en el gobierno de Itamar Franco cuando Fernando Henrique
Cardoso era ministro de hacienda, y continuó su implementación en el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso. Se sustentó en tres pilares: ancla cambiaria,
apertura económica y base monetaria rígida (tasa de interés alta), e implantó una
nueva moneda.

Después de 21 años de dictadura militar, Brasil logra ser una democracia en 1985.
Por lo tanto, ya son tres décadas de una experiencia democrática ininterrumpida, y
las evaluaciones de la misma no podrían ser más notablemente positivas, sobre
todo cuando a fines de los 80 o inicios de los 90, Brasil era descrito como una
democracia precaria, con instituciones disfuncionales y un pobre liderazgo, así
como una aversión a las reformas que tanto necesitaba. Desde una mirada actual
de 2013, estas alarmistas descripciones parecen caducas. Luego de que el Plan
Real terminase con la hiperinflación e iniciase una era de estabilidad, la
democracia brasileña ha hecho significativos avances en el plano
macroeconómico, en el estado de bienestar, en la relación ejecutiva y legislativa, y
en el plano internacional.

La estabilización macroeconómica también fue una preocupación del gobierno de


Lula da Silva, consolidando el equilibrio macroeconómico buscado desde el
gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Los dos períodos de gobierno de Lula
da Silva presentan características y condiciones diferentes: en el primer período
se enfocó en la reducción de la inflación y en la disminución de la deuda externa,
mientras que en el segundo se enfoca en el aumento del crecimiento económico
(en el aumento del empleo y la inversión). Por otra parte, en el segundo período se
adoptaron medidas específicas para reducir los efectos negativos de la crisis
económica internacional iniciada en 2008 (Sader, 2013); “si bien el esquema

25
macroeconómico fundamental no se modificó, la política fiscal fue más laxa y se
lanzó el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), consistente en un
ambicioso conjunto de obras públicas” (Crespo y Ghiabaudi, 2013).

Entre 2000 y 2003 la IED disminuyó, Lula en sus primeros años de gobierno buscó
revertir dicha tendencia. En el mismo sentido, el programa de aceleración del
crecimiento (lanzado en 2007) buscó aumentar la inversión pública y estimular la
inversión privada vía asociación con inversión pública o vía aumento de la
demanda. El papel planificador del Estado fue tomando vigor en estos años, en el
segundo gobierno de Lula el paradigma desarrollista le ganó espacio al paradigma
neoliberal (Iglesias et al., 2014).

Las principales reglamentaciones sobre el capital extranjero son la ley 4131,


conocida como la Ley del Capital Extranjero, de 1962, y el decreto 55762 de 1965.
Si bien dichas reglamentaciones son antiguas han recibido diversas
modificaciones a lo largo de los años y se mantienen vigentes. La modificación
constitucional de 1995 elimina la distinción legal entre capital nacional y extranjero
establecida en 1988, aunque establece que la ley disciplinará con base en el
interés nacional las inversiones de capital extranjero, incentivará las reinversiones
y regulará la remesa de beneficios.

Más aún, con el paso del tiempo, la democracia brasileña ha llegado a ser vista
como excepcional en el plano regional, en tanto que ha logrado evitar algunos de
los más espectaculares males que aquejaban a los países vecinos, como por
ejemplo: déficit fiscal, colapso del sistema de partidos, populismo, secesionismo,
disminución de las libertades políticas, y el reemplazo de los presidentes por
medios dudosamente constitucionales. Hoy en día, Brasil podría ser citado más
probablemente para referirse al crecimiento económico, mejoras en los
indicadores sociales, liderazgo presidencial, y una saludable influencia del “poder
suave” en el escenario internacional; lo anterior se refería a tiempo en que aún no
se mostraba el escándalo de Petrobras.

Dilma ha conservado este modelo básico de coaliciones sobredimensionadas y de


ideologías diversa; Cardoso, por ejemplo, prestó mayor atención a los países
desarrollados, especialmente los Estados Unidos y Europa, donde era muy
conocido como intelectual, mientras que Lula enfatizó las relaciones Sur-Sur y
utilizó la diplomacia presidencial para lograr compromisos con nuevos socios en
Asia, África y el Medio Este. Lula llegó a ser la cara pública de Brasil en la década
pasada: siendo el único jefe de Estado que fue invitado a participar tanto al Foro
Económico Mundial en Davos como al Foro Social Mundial en Porto Alegre
(Scolese y Nossa, 2006: 74-77), y además jugó un importante papel en lograr la

26
sede de los Juegos Olímpicos realizarse en Rio de Janeiro para el 2016. Desde
2011, Dilma enfrenta la dificultad de superar la reputación internacional de dos
experimentados predecesores, quienes en muchos sentidos asumieron la
dirección directa de la política internacional.

En la reelección de Dila después de una elección presidencial reñida, la presidenta


en su segundo mandato anuncia ajustes en la economía brasileña, “Vamos a
demostrar que se pueden hacer ajustes en la economía sin perder los derechos
conquistados” dijo Dilma tras su pase ceremonial; aunque no es fácil gobernar
Brasil en éstos momentos por los resultados de los escándalos de Petrobras sobre
las sospechas de ser una entidad corrupta de desvíos de dinero y sobornos,
añadido a esto; Dilma prometió un paquete de leyes para combatir ésta polémica,
aun así no para de causar grandes efectos en la economía generando la crisis
más grande de la década.

CRECIMIENTO SOSTENIDO (1993-2012)

A mediados de los años noventa en Brasil ha estado implementando y


perfeccionando un modelo económico basado en tres pilares: 1) la no tolerancia
con la inflación, enmarcada en un sistema de metas de inflación; 2) la
responsabilidad fiscal, disminuciones de las tasas de interés; y 3) la flexibilidad
cambiaria.

La aprobación de estas ideas ha permitido que Brasil logre, por un lado, alcanzar
un relativa estabilidad económica y, por el otro, acelerar el crecimiento. Este
modelo económico actuó en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Luis
Inácio Lula da Silva y, y algo en el Gobierno de Dilma Rousseff.

Brasil antes de que se implementara el plan real, estaba en una crisis de la deuda
y la hiperinflación2, inestabilidad político económica e institucional, la cual redujo
considerablemente las tasas de crecimiento del país. A partir de la
3
implementación del plan real (1994) las cosas cambiaron notablemente la

2
El presidente Fernando Henrique Cardoso centró la política económica del gobierno en contener
la inflación e impedir que la economía volviera a la hiperinflación de los años 80. Antes de finales
de 1994 se había prestado muy poca atención a la rápida sobrevaluación de la moneda de Brasil,
fijada en términos nominales, y al empeoramiento de la balanza externa debido a las presiones del
lado de la economía real.
3
El Plan Real, identificado en ocasiones sólo como un plan de estabilización, fue diseñado como
un programa de cambios profundos de la economía y la sociedad brasileñas. Es posible percibir,
en esa evolución, tenga rasgos comunes con otras experiencias de estabilización de precios y
reformas institucionales en la región, en las que se recurrió al control del tipo de cambio y a una
mayor apertura externa para controlar la inflación.

27
inflación comienzo a bajar pasando a tres y dos dígitos y las tasas de crecimiento
comenzaron a incrementarse, debido a las políticas económicas y fiscales que
estaban incluidas dentro del plan real.

El impacto inmediato que tuvo el programa en la reducción de la inflación posibilitó


la elección del entonces ministro de Economía, Fernando Henrique Cardoso, a la
Presidencia del país a finales de aquel año, y desde entonces la economía
empezó a sentir los efectos positivos de la estabilidad de precios, así como a crear
un consenso sobre la importancia de mantener la inflación bajo control.

El Plan Real generó una expansión impresionante de la demanda interna y un


aumento de la producción y las ventas, a pesar de que hubo un auge de las
importaciones.

La economía brasileña iba creciendo a maravillas, pero las crisis que en ese
momento afectaban al mundo entero, las que más influyeron sobre la disminución
del crecimiento que llevaba Brasil fueron las crisis de México: crisis generada por
la falta de reservas, lo que conllevo al país a una deuda externa grande; la crisis
de Argentina, esta crisis de dio por la reducción del PIB real y entro en depresión
económica. La economía argentina se redujo en un 28%; y la crisis la crisis de
Rusia generada por la deuda pública, originada por la crisis de Asia en 1997, por
lo que el escenario de la economía brasileña cambió abruptamente: la cuenta de
capital se tornó negativa mientras que el déficit comercial se profundizó
rápidamente con el aumento de las importaciones.

La política cambiaria de una banda de flotación con límites nominales máximos y


mínimos fijos produjo una devaluación del tipo de cambio nominal del 10 por
ciento, seguido de una consiguiente devaluación provocada por la presión del
mercado. Al mismo tiempo, el gobierno revirtió la política de liberalización
comercial acelerada, utilizando medidas comerciales para frenar las
importaciones, y se hizo el intento de desacelerar la economía para reducir las
presiones inflacionarias y controlar el deterioro de la balanza comercial. 4 Dado el

El período 1994-1995 resultó extraordinariamente exitoso. Se aceleró el crecimiento económico,


mejoraron las condiciones de vida de vastos grupos de la población, se redujo significativamente el
porcentaje de población en situación de pobreza, las cuentas fiscales mostraban, hasta mediados
de 1995, superávit primario y déficits operativos reducidos. La situación de balanza de pagos era
sólida, aumentaban las reservas, se resistió con éxito los efectos de la crisis mexicana y, sobre
todo, se había controlado una de las inflaciones más altas del mundo sin pasar por un período
recesivo.
4
El Informe sobre Comercio y Desarrollo 1995 con respecto a las perspectivas de Brasil, refleja
que Brasilia podría explotar la ventaja de sus tardías "reformas de ajuste estructural", y hasta qué
punto podría utilizar su mayor margen de acción (más que el de las otras grandes economías
regionales) para utilizar medidas comerciales con las que resolver los desequilibrios externos e
internos -para frenar las importaciones y reducir las presiones inflacionarias. Y como en ese

28
deterioro de la economía real de Brasil y la creciente oposición de la industria y el
comercio internos, golpeados por las elevadas tasas reales para contener el valor
de la moneda local, Brasil no pudo resistir y permitió la flotación del real antes que
perder sus reservas.

En Brasil, con la devaluación habría una carga mayor de ajuste fiscal y la


reducción de los déficits fiscales serían una máxima prioridad. La deuda interna de
300.000 millones de dólares de Brasil, unos 60.000 millones estarían indexados al
valor del dólar; debido a la apreciación del dólar frente al real, el costo del pago de
intereses de la deuda interna aumentaría y por tanto el déficit fiscal también lo
haría.

Cabe destacar que, a pesar de que la estabilidad pueda ser un requisito para el
crecimiento económico (como lo ha sido en el caso brasileño), el crecimiento
económico, a su vez, facilita y estimula la estabilidad económica, política e
institucional. Hay, por consiguiente, un claro círculo virtuoso en la relación entre
crecimiento y estabilidad que, precisamente, el caso brasileño apoya y
ejemplifica.5

La conquista de la estabilidad y la aceleración del crecimiento han permitido,


adicionalmente, que Brasil pudiera implementar políticas anti-cíclicas (relajamiento
de la política monetaria y aumentos de los gastos públicos).

FERNANDO HENRIQUE CARDOSO Y SU APORTE AL CRECIMIENTO


ECONÓMICO DE BRASIL

 El Plan Real de combate a la inflación atacó el problema de la inercia


inflacionaria a través de la introducción de una nueva unidad monetaria de
referencia, la inicialmente denominada URV, que luego fue renombrada como
“real” y transformada en la moneda oficial del país. Además de la creación del
real, se implementaron políticas económicas relativamente restrictivas y un tipo
de cambio controlado.
 Logró reducir significativamente y de manera permanente la inflación en Brasil.
Más concretamente, la inflación cayó desde el 2.477% en 1993 hasta el 22%
en 1995 y el 7,4% en el período 1995-2002.
 Respecto a las cuentas externas, su deterioro fue determinado por la fijación
del cambio en niveles muy apreciados (0,84 reales por dólar en 1995, 0,97 en
1996, 1,04 en 1997 y 1,20 en 1998). Si, por un lado, esta política contribuía a

momento la economía de Brasil no estaba dolarizada, cualquier devaluación que se hiciera no


tendría las mismas consecuencias financieras que en Argentina o México.
5
Revista CIDOB d‟afers internacionals, n.º 97-98, (abril 2012), p. 55-66 ISSN 1133-6595 - E-ISSN
2013-035X

29
controlar la inflación, por el otro reducía la competitividad del país e impactaba
negativamente en la cuenta corriente y la deuda externa. Más concretamente,
el déficit en cuenta corriente alcanzó prácticamente el 4,0% del PIB en 1998 y
la deuda externa neta, el 22% del PIB en el mismo año.
 El problema de las cuentas externas comenzó a mejorarse en 1999 cuando se
anuncia la libre fluctuación y las metas inflacionarias.
 El crecimiento del PIB promedió fue apenas un 2,1% durante el gobierno de
Cardozo. Además, el crecimiento del país en ese período sufrió el impacto de
un entorno externo revuelto (en gran parte debido a la crisis en Argentina) y la
incertidumbre relacionada con la posible elección de Lula da Silva como
presidente del país (el riesgo-país medido por el EMBI [Emerging Markets
Bond Index] saltó desde los 732 puntos en marzo de 2002 hasta los 2.062
puntos de promedio en octubre del mismo año). Así, a pesar de los avances, el
país presentaba una estabilidad económica incompleta y echaba en falta un
entorno político institucional más estable que pudiera favorecer el crecimiento
económico.
 Este periodo de gobierno de Cardoso estuvo influenciado negativamente por
los acontecimientos internacionales de las crisis por las cuales pasaban en ese
momento los países Latinoamericanos6. Las crisis que más afectaron a la
economía interna del país brasileño fueron: 1. la crisis de México: en 1995
México vive una crisis debido a la falta de reservas internacionales, lo que llevo
al país a la devaluación del peso mexicano; 2. La crisis de Argentina de 1998 al
2002: esta crisis inicio con la disminución del PIB real y su economía se redujo
en un 28%, aproximadamente; y la crisis de Rusia, esta se da con la crisis de
liquidez de así en 1997.
 Todo esto conllevo a que el plan Real que se implementó para erradicar la
inflación en Brasil no diera los resultados esperados en este periodo.

LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA Y SU APORTE A LA ECONOMÍA BRASILEÑA

El Brasil viene aplicando desde junio de 1999 un marco de objetivos de inflación


para la política monetaria, establecido mediante el Decreto Nº 3.088 de 21 de junio
de 1999. Conforme a dicho marco, los objetivos de inflación anual, medidos en
relación con el Índice Nacional Amplio de Precios al Consumidor (IPCA) son
establecidos por el CMN y son anunciados por el Ministerio de Hacienda. Las

6
El Informe sobre Comercio y Desarrollo 1995 con respecto a las perspectivas de Brasil, refleja
que Brasilia podría explotar la ventaja de sus tardías "reformas de ajuste estructural", y hasta qué
punto podría utilizar su mayor margen de acción (más que el de las otras grandes economías
regionales) para utilizar medidas comerciales con las que resolver los desequilibrios externos e
internos -para frenar las importaciones y reducir las presiones inflacionarias. Y como en ese
momento la economía de Brasil no estaba dolarizada, cualquier devaluación que se hiciera no
tendría las mismas consecuencias financieras que en Argentina o México.

30
decisiones de política monetaria se basan en previsiones de la inflación futura, que
dependen de las distintas trayectorias de los tipos de interés, y la estimación de la
situación actual de la economía y la evolución probable de las variables exógenas.
Según un reciente estudio del FMI, el establecimiento de objetivos en materia de
inflación ha incrementado la respuesta de los niveles de inflación a la política
monetaria.7

 Se mantuvo la estabilidad de precios heredada del Gobierno anterior. El Banco


Central, independiente de presiones políticas, ajustó los tipos de interés de
referencia de la economía al alza después del inicio del Gobierno de Lula da
Silva para controlar las presiones inflacionarias.

 Este gobierno dio la tranquilidad en los mercados financieros (el riesgo-país


bajó desde los 2.062 puntos de octubre hasta 1.039 puntos en el primer mes
del nuevo Gobierno de Lula en enero de 2003 y hasta 490 puntos al final del
primer año del nuevo Gobierno).
 la inflación se moderó: tras alcanzar el 9,3% a finales de 2003, la inflación se
redujo y promedió 5,5% en 2004-2006 y 5,1% en 2007-2010. La caída de la
inflación –así como la credibilidad de la política económica del nuevo
Gobierno– fue apoyada por un control fiscal y por el renovado compromiso con
la solvencia del sector público.
 Se mantuvo la política de generación de fuertes superávits primarios (3,5% del
PIB en los cuatro primeros años y 2,9% en los cuatro años del segundo
mandato de Lula da Silva como presidente). El tercer pilar de la política
macroeconómica, la flexibilidad cambiaria, también se mantuvo.
 La estabilidad doméstica y un entorno global muy positivo, marcado
principalmente por unos precios de las materias primas que apoyaban la
actividad económica, permitieron una aceleración del crecimiento económico
desde el 1,9% en el período 1981-1994 y el 2,3% entre 1995 y 2002 hasta el
4,0% durante los ocho años del Gobierno liderado por Lula da Silva. La
aceleración del crecimiento y la generación de superávits primarios generaron
una reducción de la deuda pública neta desde el 61% del PIB en 2002 hasta el
40% en 2010.
 Referente a las cuentas externas fue también muy positiva en aquellos años.
Más concretamente, la deuda externa neta cayó desde el 33% en 2002 hasta
el -2% en 2010, haciendo que el país pasara de ser deudor a ser acreedor
externo.
 La estabilidad económica, política e institucional estimuló el desarrollo del
mercado de capitales brasileño y la fuerte expansión del crédito. El mercado de

7
FMI (2008c).

31
bonos privados doméstico se ha multiplicado por 12 desde 2002 y ha
alcanzado aproximadamente 508.000 millones de dólares en 2010 (24% del
PIB). El mercado de bonos privados doméstico representa actualmente un
1,8% del total mundial y un 73,6% del total de América Latina en comparación
con el 0,2% y el 61,9%, respectivamente, en 2002.

Con respecto a la expansión del crédito, los préstamos totales al sector privado
crecieron a una velocidad de aproximadamente del 20% al año en los ocho años
del Gobierno de Lula. En proporción del PIB, el stock de crédito saltó del 21% en
2002 al 46%. Esta robusta expansión fue determinada, además de la estabilidad
económica e institucional, por un nivel de partida muy bajo, el sólido crecimiento
de la demanda doméstica, la lenta pero significativa reducción de los tipos de
interés y, finalmente, la implementación de una serie de medidas específicas para
el sector.

En la política fiscal, y teniendo en cuenta las condiciones macroeconómicas


existentes, así como las perspectivas a medio plazo y la dinámica del
endeudamiento. Durante la mayor parte del período 2003-2007, los objetivos se
mantuvieron relativamente estables como parte del PIB; se fijó un objetivo
equivalente al 4,25 por ciento del PIB para el superávit primario del sector público
no financiero consolidado. Para 2007, se fijó un objetivo de 95.900 millones de
reales, el cual, debido a la revisión al alza en el cálculo del PIB, fue equivalente al
3,8 por ciento del PIB. En 2008, el objetivo para el superávit primario se fijó
en 105.100 millones de reales, cifra equivalente al 3,8 por ciento del PIB
proyectado, pero las autoridades indicaron que el Gobierno ahorrará un 0,5 por
ciento del PIB adicional y que el superávit primario alcanzará el 4,3 por ciento del
PIB. El objetivo del superávit primario para 2009 se ha fijado en 118.300 millones
de reales, cifra equivalente al 3,8 por ciento del PIB proyectado.

ANÁLISIS Y CONTEXTURA DE LA CRISIS DEL 2008

Esta crisis tuvo su mayor impacto en los últimos meses de 2008 y fue
particularmente grave en relación al desempeño de la industria, que sufrió por tres
vías. En primer lugar, las exportaciones de productos manufacturados cayeron
sustancialmente durante el último trimestre de ese año, aproximadamente en un
37%. El mayor problema con el que se encontraron los exportadores brasileños
fue una abrupta reducción de las adquisiciones por parte de los países
emergentes, que eran los mayores compradores de su industria, particularmente
especializada en productos de tecnología media. Por ejemplo, Argentina y México
eran los mayores mercados en lo que se refiere a compras de automóviles
nacionales. En segundo lugar, además de la retracción mencionada, tuvo lugar,
como en el resto del mundo, un colapso de la financiación en dólares de las

32
exportaciones. La restricción del crédito alcanzó igualmente a las operaciones
destinadas al mercado interno. Durante los meses anteriores a la crisis, muchas
compañías habían obtenido crédito mediante operaciones en reales, pero con
derivativos cambiales.

Como el real se desvalorizó más de un 30% en los últimos meses de 2008, estas
empresas se vieron muy perjudicadas y muchas llegaron a la insolvencia. Al igual
que en otros mercados y países, la mayoría de las compañías no imaginaba la
dimensión de los riesgos que implicaba el uso de derivados. Así pues, la caída de
las exportaciones y el recorte del crédito hizo que las empresas tuvieran que
reducir sus operaciones y utilizar una política especialmente agresiva de reducción
de existencias, aun a costa de pérdidas financieras. En muchos casos,
especialmente el de materias primas como fertilizantes, por ejemplo, compras
realizadas antes de la crisis llegaron a Brasil cuando las cotizaciones se habían
reducido de forma acentuada. En estos casos, la liquidación de existencias tuvo
que realizarse con enormes pérdidas. Con el flujo de caja fuertemente negativo,
gran cantidad de empresas redujeron bruscamente sus niveles de producción y
cancelaron o postergaron proyectos de inversiones. La cartera de pedidos de la
industria de bienes de capital se encogió bruscamente. El resultado fue una caída
en la producción industrial del 21% entre octubre y diciembre de 2008, que sólo
comenzó a recuperarse algunos meses después. Para evaluar lo profundo que fue
el descenso, se puede mencionar que, con toda la recuperación de la economía
brasileña a partir del segundo trimestre de 2009, se mantiene la previsión de un
desempeño negativo de la industria para el año en su conjunto estimado en un -
7,7%.

33
Los anteriores gráficos nos dicen que la economía brasileña antes de la
implementación del plan Real era una economía donde el crecimiento del PIB era
muy bajo, tal y como lo muestra la figura. El comportamiento de las tasas de
interés a mediados del 2004, eran altas una de las más altas del mundo, debido a
que el presidente Lula Da Silva implemento la política de comprar dólares y esto
conllevo a que el país mantuviera unas tasas de interés altas, por ende contara
con atracción de inversión internacional, como en el periodo de Lula el país se
catalanizo internacionalmente, este paso de ser deudor a ser acreedor, por lo que
manejaba una facilidad para realizar negocios internacionales.

Aunque, desde el último examen del Brasil se han hecho avances en lo que
respecta a la reducción de los diferenciales de tipos de interés, éstos siguen
siendo muy pronunciados. En julio de 2008, el tipo de interés activo era, en
promedio, del 39,4 por ciento, en tanto que el tipo pasivo era, en promedio, del
13,8 por ciento, lo que implica un diferencial del 25,6 por ciento; este porcentaje
representa una reducción con respecto al 40,5 por ciento registrado en febrero de
2004.8 El Banco Central considera que los factores que determinan los altos
diferenciales son la tasa de incumplimiento, que sigue siendo grande, los elevados
márgenes de utilidades de los bancos y los altos costos administrativos, así como
la falta de competencia y transparencia en el mercado.

8
Información en línea del Banco Central. Consultada en: http://www.bcb.gov.br/ftp/
NotaEcon/NI200808 pmi.zip.

34
4. CONTEXTO ACTUAL

ANÁLISIS SECTORIAL

En esta sección sólo se analizarán los sectores que producen bienes tangibles, es
decir, el primario y el secundario, debido a que éstos son los promotores de la
riqueza real o tangible.

PERFIL DEL SECTOR PRIMARIO

 Posee el 22% de las tierras cultivables del planeta, donde destina a la


agricultura 64 millones de hectáreas.
 Es el mayor productor de café, zumo de naranja, azúcar y soja.

35
 Otros cultivos de relevancia son el maíz, el tabaco, las frutas tropicales, el trigo,
el cacao y el arroz.
 Es el segundo mayor productor mundial de carne de vacuno, el tercero de
carne de pollo y el primer exportador mundial de estos últimos productos.
 El sector pesquero está poco desarrollado, a pesar de contar con 7.408 Km. de
litoral y el 12% del agua dulce del planeta.

PERFIL SECTOR SECUNDARIO

 Es el noveno productor mundial de acero y el primero de América Latina, con


un 88% de la producción total del continente.
 La industria automotriz representa el 21% del PIB industrial y el 5% de PIB
total.
 La industria agroalimentaria y la textil representan aproximadamente un 9,5% y
un 3% del PIB, respectivamente
 En lo referente a la industria minera, es el primer exportador mundial de
mineral de hierro y de niobio, y uno de los mayores productores de estaño,
bauxita, magnesio, manganeso, talco, y oro, entre otros.
 Con respecto a la industria energética, cuenta el cuarto mayor potencial de
generación hidráulica de energía, y es el segundo país en el uso de Pequeñas
Centrales Hidroeléctricas (PCH).
 Es el undécimo país con mayor producción de petróleo a nivel mundial, el
cuarto a nivel continental, y el segundo de Latinoamérica.
 Es el 34° productor de gas natural a nivel mundial.
 Otras industrias a destacar en el panorama industrial brasileño son las de
construcción, industria papelera, química, naval y aeronáutica.

PARTICIPACIÓN DE LOS SECTORES ECONÓMICOS DENTRO DEL PIB

36
Fuente: DataBank, Banco Mundial

AÑO/SECTOR 2009 2010 2011 2012 2013 2014

PRIMARIO 5,3 4,9 5,1 5,3 5,6 5,6

SECUNDARIO 25,7 27,4 27,2 25,4 24,4 23,4

TERCIARIO 69,1 67,8 67,7 69,4 70,0 71,0

Esta tendencia contempla el comportamiento de la economía mundial, donde el


sector terciario tiene preeminencia sobre la participación del PIB. Sin embargo, la
desventaja del sector es que no genera valor agregado y, además, es muy exiguo
lo que promueve para la riqueza real o tangible.

PANORAMA ACTUAL DE LOS SECTORES ECONÓMICOS

Durante el primer semestre de 2015 se dio una caída acumulada en la economía


del 2,1%. Como contribución del resultado estuvo la reducción del 1,9% del
Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre frente al primer trimestre de
este año.

Se presentó una caída en todos los sectores con respecto al primer trimestre:
industria (4,3%); agropecuaria (2,7%); servicios (0,7%).

37
Las actividades industriales con mayor desaceleración fueron: construcción (8,4%)
e industria de transformación (3,7%). En su conjunto, representan el 75% de la
producción industrial brasileña.

Dentro del sector servicios baja en el comercio (3,3%); Transporte, almacenaje y


correo (2%); servicios de información (1,3%). Los servicios de administración,
salud y educación pública marcaron la mayor alza (1,9%).

En conclusión, el sector más afectado con la recesión que está aconteciendo en la


economía brasileña es el industrial o secundario, es decir, el principal precursor
del valor agregado y del potencial para logra un mayor desarrollo en el país.

COMPARACIÓN 2014-2015 (2° TRIMESTRE)

 El sector agropecuario fue el único que marcó un alza (1,8%). El buen


desempeño de algunos productos de cultivo y el aumento de la productividad
fueron factores que contribuyeron al resultado: incremento en la soja (11,9%),
en el maíz (5,2%) y en el arroz (4,4%).
 La caída de la industria llegó al 5,2%, reforzada por la industria manufacturera,
que retrocedió el 8,3%.
 El sector de servicios mostró una baja 1,4%, presionado por el desempeño
negativo del 7,2% en el comercio al mayor y minorista.
 Las exportaciones de bienes y servicios aumentaron el 7,5% y las
importaciones retrocedieron el 11,7%, a raíz de una depreciación del 38% en la
moneda brasileña.

SÍNTOMAS DE INFLACIÓN DESDE 2014

La clave de la economía detrás de la crisis desde el 2013 se mostró en las


continuas manifestaciones violentas en las calles brasileñas en contra del mundial,
las denuncias por corrupción y el gasto para el 2014 fueron los principales factores
del estancamiento de la economía generando problemas de competitividad.

La economía brasileña presentó en 2014 un bajo crecimiento. La variación del PIB


proyectada es del 0,2%, en un cuadro de dificultades relacionadas con la crisis
internacional y el menor espacio para implementar políticas anticíclicas. La
inflación se mostró resistente y se mantuvo cerca del 6,5% anual. En el sector
externo, el valor de las exportaciones hasta octubre cayó un 4,2% en relación con
el registrado en el mismo período de 2013 y el déficit en cuenta corriente hasta
ese mismo mes se incrementó a un 3,7% del PIB, llegando a un monto de 70.700

38
millones de dólares. Además, en las cuentas fiscales, el resultado primario del
sector público hasta octubre fue deficitario en un 0,27% del PIB, principalmente
debido a que el crecimiento de los ingresos del gobierno federal fue menor que el
aumento de los gastos. Sin embargo, la tasa de desempleo continuó
disminuyendo y alcanzó en octubre su menor nivel medio, del 4,9%, desde el inicio
de la actual serie, en 2002.

CAMBIO DE LA POLÍTICA FISCAL Y MONETARIA

El bajo desempeño de la economía Brasileña se tradujo en cierta incertidumbre


respecto del cauce que seguiría la política económica.

En materia de la política fiscal, se observó que el crecimiento de la recaudación


del gobierno federal, del 7,0% nominal acumulado hasta octubre de 2014, en
relación con el mismo período de 2013, fue menor que el aumento de los gastos,
del 12,6%, hecho que impactó en el resultado primario acumulado del sector
público, incluidos los gobiernos subnacionales y las empresas estatales,
generando un déficit del 0,27% del PIB.

Esa evolución redundó en la imposibilidad de alcanzar el superávit primario


programado del 1,9% del PIB, lo que condujo al gobierno a realizar ajustes
aprobados por el Congreso para deducir de su cálculo los gastos en inversiones y
parte del gasto tributario, debido a las menores contribuciones patronales a la
previsión social.

Ese ajuste correspondió prácticamente a


un monto equivalente al 1,8% del PIB.
Frente a esa tendencia, resultó evidente
que se deberá realizar una nueva
programación fiscal para ajustar gastos e
ingresos a fin de volver a generar un
superávit primario significativo.

Los ingresos del gobierno federal fueron


afectados por la baja del nivel de
actividad, en especial los provenientes de
impuestos y contribuciones sobre ventas
y ganancias de las empresas. La recaudación de la Contribución para el
financiamiento de la seguridad social (COFINS) cayó un 3,1% en términos reales
hasta octubre de 2014, respecto del mismo período de 2013, en tanto que la

39
recaudación derivada del impuesto adicional sobre ganancias (impuesto a la renta
de las personas jurídicas (IRPJ) y contribución social sobre la ganancia neta
(CSLL)) disminuyó un 3,2% en términos reales.

Sin embargo, el gasto tributario por exenciones o modificación de alícuotas


alcanzó hasta octubre de 2014 un monto de 84.400 millones de reales, lo que
representa un incremento del 34,3% en términos reales, y fue equivalente a casi el
8,9% de los ingresos totales, en tanto que en el mismo período de 2013 llegaba al
6,6% de los ingresos totales.

En los gastos del gobierno federal se mantuvo el esfuerzo anticíclico, mediante la


expansión de los gastos sociales y la inversión pública. Hasta octubre de 2014, los
gastos en salud, educación y desarrollo social, en que se incluyen los programas
de transferencia de ingresos como el programa Bolsa Familia, aumentaron más
del 11% en términos reales. A su vez, los desembolsos por el Programa de
Aceleración del Crecimiento (PAC) se incrementaron cerca del 34% en términos
reales, alcanzando un monto de 51.500 millones de reales hasta octubre de 2014.
De este modo, la deuda neta del sector público se elevó desde un 33,6% del PIB
en diciembre de 2013 a un 36,1% del PIB en octubre de 2014.

La política monetaria se orientó a controlar la inflación, debido a que durante


2014 se aproximó al límite superior del rango de la meta, del 6,5% anual, dado
que la meta es del 4,5% anual, con un margen de 2 puntos porcentuales hacia
arriba o hacia abajo. A lo largo del año, el banco central continuó subiendo la tasa
de interés básica SELIC, que en enero era de un 10% anual, en abril aumentó a
un 11% y en octubre, después de las elecciones presidenciales, fue incrementada
a un 11,75%. Las tasas de interés para el crédito subieron y la tasa de interés
promedio sobre préstamos alcanzó más del 21% anual, en tanto que a fines de
2012 era del 18%. A la vez, se produjo una expansión de los préstamos bancarios
del 7,8% en los primeros diez meses de 2014, menor que la registrada en el
mismo período de 2013, que fue del 10,7%. Se destaca la participación de los
bancos públicos en el mantenimiento de la expansión del crédito, por cuanto hasta
octubre de 2014 aumentaron sus créditos un 12,4%, en tanto que los bancos
privados nacionales y extranjeros expandieron sus operaciones solo un 2,9%, en
términos nominales. Con ello, la participación de los bancos públicos en el crédito
total se incrementó del 51,2% a fines de 2013 al 53,4% en octubre de 2014.

El banco central mantuvo la política cambiaria iniciada en agosto de 2013, de


ofertar contratos de canje de títulos (swaps) en los mercados de futuros, para
brindar una forma de protección ante la volatilidad del tipo de cambio. Hacia
finales de octubre, esos contratos acumulaban un monto de 102.900 millones de
dólares. Se debe destacar que son contratos pagaderos en moneda local, de

40
modo que no se requiere el desembolso de divisas en forma inmediata. Sin
embargo, se continuó observando cierta volatilidad del tipo de cambio, que desde
2,34 reales por dólar a comienzos de 2014 se redujo a 2,20 reales por dólar en
junio y luego, en noviembre, alcanzó casi 2,60 reales por dólar.

En el sector externo, se mantuvo una evolución similar a la de 2013. Se produjo un


estancamiento del comercio exterior, tanto de las exportaciones como de las
importaciones, cuyos montos hasta octubre presentaron variaciones negativas de
la misma magnitud, un 4,2%, de modo que el balance comercial registró un déficit
de 1.900 millones de dólares hasta ese mes.

Los balances de servicios y de rentas mostraron déficits similares a los del mismo
período de 2013, de cerca de 40.000 millones de dólares y 30.000 millones de
dólares, respectivamente, lo que se tradujo en un déficit en cuenta corriente de
70.700 millones de dólares acumulados hasta octubre. Entre las exportaciones de
los principales grupos de productos, solamente las de productos básicos crecieron
en el período comprendido entre enero y octubre de 2014, respecto del mismo
período de 2013; su monto exportado se incrementó un 0,5% y representó el
49,5% del total de las exportaciones.

Ese resultado se debió al incremento de las exportaciones de petróleo (40,8%),


café (25,6%) y carne bovina (11,0%), que compensó la disminución de las ventas
de minerales de hierro (-41,3%) y soja en grano (-55,6%). Entre los productos
industrializados, se destaca la caída del 10,1% de las ventas de manufacturas y
del 3,8% de las ventas de productos semimanufacturados. La venta al exterior de
automóviles disminuyó un 40,9%, la de piezas para automóviles un 24,3% y la de
aviones un 8,8%. Entre los productos semimanufacturados, si bien las
exportaciones de productos de hierro y acero crecieron cerca de un 15,1%, se
anotaron caídas de las ventas de aluminio (-22,7%) y de aceite de soja en bruto (-
17,8%).

Las compras brasileñas en el exterior se redujeron en todas las principales


categorías entre enero y octubre de 2014: las de bienes de capital disminuyeron
un 6,4%, las de materias primas un 2,1%, las de bienes de consumo un 4,1% y las
de combustibles un 3,7%. En el caso de los automóviles, las importaciones de los
diez primeros meses de 2014 fueron un 15,5% menor que las del mismo período
de 2013.

En cuanto a los mercados de exportación y los países de origen de las


importaciones, se observó una reducción significativa del flujo de comercio
brasileño en el MERCOSUR, que fue del 13,7% en el caso de las exportaciones y
del 10,9% en el caso de las importaciones; en particular, el flujo comercial con la

41
Argentina entre enero y octubre de 2014 fue un 21,8% menor que el del mismo
período de 2013. Con China, principal destino de las exportaciones, se anotó una
caída de las ventas brasileñas de un 6,8%, en tanto que las importaciones se
estancaron y mostraron una variación de solo un 0,5%.

Entre los países a los que el Brasil incrementó sus ventas están los Estados
Unidos (8,3%) y Chile (15,2%), como resultado del incremento de los envíos de
petróleo y otros combustibles.

Para financiar el déficit en cuenta corriente del 3,7% del PIB, el flujo de capitales
se incrementó, debido al mayor ingreso de préstamos y bonos, en cerca de 38.500
millones de dólares hasta octubre, dado que la inversión directa se mantuvo en los
mismos niveles de 2013, alrededor de los 52.000 millones de dólares, en el
período comprendido entre enero y octubre de 2014. Las reservas internacionales
se incrementaron en 20.500 millones de dólares, alcanzando un monto de 375.800
millones de dólares. En 2014, la evolución del nivel de actividad se mostró volátil.
En los dos primeros trimestres del año se registraron tasas de variación negativas,
del -0,15% y el -0,59%, y en el tercer trimestre se produjo una mínima variación
positiva, del 0,1%, de modo que se acumuló un crecimiento de solo un 0,2% hasta
septiembre de 2014, en comparación con el mismo período de 2013.

Por el lado de la demanda, la inversión cayó de forma significativa y presentó una


variación acumulada hasta el tercer trimestre de 2014 del -7,9%. A su vez, el
consumo de las familias, que ha sido uno de los principales factores de
crecimiento de la economía, mostró una variación acumulada del 1,2% en los tres
primeros trimestres de 2014 en relación con el mismo período de 2013, cuando el
crecimiento era del 2,6%.

El consumo del gobierno se mantuvo en expansión y su variación en los tres


primeros trimestres fue del 2,0%. Por el lado de la oferta, la actividad de la
industria se contrajo en forma significativa: presentó una caída a lo largo de cuatro
trimestres seguidos, hasta el segundo trimestre de 2014, y luego un crecimiento
del 1,7% en el tercer trimestre, acumulando una disminución del 1,4% en el año
hasta septiembre.

Se destacan el menor nivel de producción de la industria manufacturera (-3,3%) y


de la construcción (-5,1%), hasta septiembre de 2014. Las excepciones fueron la
minería y exploración de petróleo, cuya actividad aumentó un 7,3%, y el sector
agropecuario, que mantuvo un aumento del 0,9%, a pesar del impacto que tuvo la
sequía en varias regiones del país. La inflación, medida por la variación del índice
de precios al consumidor, permaneció resistente y registró variaciones en 12
meses próximas al 6,5% o mayores que ese porcentaje, que es el límite superior

42
de la meta. En octubre de 2014, la tasa en 12 meses fue del 6,6%. Esa resistencia
se debió a que todos los principales grupos de precios mantuvieron variaciones
semejantes, del 6,3% en 12 meses hasta octubre en el caso de los bienes
transables y del 7,5% en el caso de los no transables. Además, los precios
establecidos o monitoreados por el gobierno, como los de la energía y los
combustibles, que en 2013 tuvieron una variación de solo un 1,5%, hasta octubre
de 2014 ya registraban un alza del 5,12%. Ese incremento se debe principalmente
a aumentos del precio de la energía eléctrica en varios estados, a tasas superiores
al 15%, como resultado del mayor uso de energía generada por termoeléctricas, a
causa de la sequía que se ha producido en varias regiones del Brasil.

Sin embargo, se observa también que los mayores precios al consumidor


corresponden a márgenes de ganancia más altos, dado que los índices de precios
al por mayor tuvieron variaciones en 12 meses hasta octubre de solo un 1,3% en
los casos del índice general, de los productos industriales y de los productos
agrícolas.

A pesar del bajo dinamismo del crecimiento, la tasa de desempleo continuó


disminuyendo y alcanzó en octubre un nivel medio del 4,9%, el menor desde el
inicio de la actual serie, en 2002. De enero a octubre de 2014 la generación de
empleo fue de 912.000 nuevos puestos, en tanto que el ingreso de las personas
ocupadas exhibió un aumento real del 3,0% en el período comprendido entre
enero y septiembre, en relación con el mismo período de 2013, aunque con
crecimientos cada vez menores.

REDEFINICIÓN DEL BANCO CENTRAL DE BRASIL

El Banco Central de Brasil es un banco dependiente al Ministerio de Hacienda, el


cual está encabezado por el Sr. Alexandre Tombini, presidente del Banco Central
de Brasil.

El buen funcionamiento es esencial para la estabilidad y la condición necesarias


para salvaguardar los canales de transmisión de la política monetaria financiera.
Cualquier infraestructura de los mercados financieros para trabajar está sujeta a
la autorización y supervisión de la autoridad monetaria.

El sistema de solución en el que el volumen o naturaleza del negocio puede


suponer un riesgo para la estabilidad y el funcionamiento normal del sistema
financiero. Los bancos centrales públicos como es el caso de Brasil, operan
prácticamente del mismo modo que los privados, especialmente en relación a la

43
emisión de moneda que, por medio de artificios legales, es un monopolio privado
en casi todo el mundo.

El caso brasileño es peculiar, pues mismo el banco central siendo público


(diferentemente de los países desarrollados donde ellos de praxis son privados), el
actúa como un banco privado, pues detiene el monopolio de la emisión de moneda
y también el monopolio sobre el derecho de control de las políticas económicas,
sobre todo lo que dice respecto del establecimiento de la tasa de interés. A
medida que la política económica brasileña básicamente está dirigida
principalmente a la “lucha contra la inflación”, en lo cual se utiliza como principal
instrumento la tasa de interés a las autoridades del Banco Central de Brasil,
adquieren bastante poder de ganga ya que ellos detienen el monopolio sobre el
control de la tasa de interés.

Las funciones del BCB, son:

Controlar la estabilidad del poder adquisitivo del dinero y de la solidez del sistema
financiero.
Asegurar que la infraestructura y de pago arreglos operados en Brasil se
administran de manera compatible con los objetivos de interés público, el
mantenimiento de la estabilidad financiera y la reducción del riesgo sistémico.
Definir cuáles son los sistemas de liquidación de importancia sistémica.
BCB también actúa como proveedor de servicios de pago y en ese papel que
opera el Sistema de Reservas de Transferencia - STR y el Sistema Especial de
Liquidación y Custodia - SELIC, respectivamente, un sistema de transferencia de
fondos y la liquidación operaciones con títulos públicos.

ANÁLISIS DE LOS INDICADORES ECONOMICOS.

Los mercados transables aumentaron


0,37% pasando de 7,17% en el 2014 a
7,48% a septiembre de 2015.

Los mercados no transables aumentaron


0,92% pasando de 7,46% en el 2014 a
8,38% a septiembre de 2015.

Alimentos y bebidas aumentaron 1,83%


pasando de 8,21% en el 2014 a 10,4% a
septiembre de 2015.

44
El sector de servicios tuvo una disminución pasando de 8,59% 2014 a 8,13% a
septiembre del presente año.

La inflación subyacente (no tiene en cuenta ni los precios de los energéticos ni los
alimentos), tuvo un aumento del 0,17% con referencia del año 2014. Y la anual,
fue de 7,82%.

La inflación real para


septiembre fue de 0,54% en
general aumento 32 puntos,
en el mes de agosto, por lo
que en septiembre 2015 la
inflación alcanzó un 9,49%
aproximadamente.

Las altas tasas de inflación crean distorsiones que conducen a un aumento de los
riesgos y deprimir la inversión. Altas tasas de inflación restan el poder adquisitivo
de los salarios y las transferencias, con repercusiones negativas en la confianza y
el consumo de los hogares.

Los indicadores muestran que las tasas de crecimiento y el PIB demuestran y


confirman que el ritmo de la actividad doméstica de este año será disminuido
según su potencial. La inversión ha sido retirada, influenciada principalmente por
la ocurrencia de estos eventos, y el consumo privado también contratado, de
acuerdo con los datos de crédito, el empleo y los ingresos.

El gasto del consumidor tiende a ser influenciado por factores tales como el
empleo, los ingresos y el crédito. La prestación de servicios públicos y la
expansión de la renta agraria, entre otros, tienden a favorecer las inversiones.

45
El incremento de los precios al por mayor se da por los incrementos en los
productos básicos agrícolas y los productos básicos industriales, manteniendo una
variación anual de 15,66% y de 7,62% respectivamente.

El índice de actividad
económica del Banco Central
de Brasil, tuvo una
disminución en sus
actividades del 4,47%con
respecto al año anterior.

El índice de gerentes de
compras tuvo fue el único
que aumento teniendo en
cuenta los promedios del año
inmediatamente anterior,

El índice de confianza industrial y del consumidor tuvo una fuerte caída de -2,4%,
al igual que el índice de servicios de confianza que para este año respecto al
anterior tuvo una caída del -8,4%.

46
Este sector lo que ha transcurrido del año es el más afectados por la crisis que
está viviendo Brasil en estos momentos. Con respecto al año 2014 el sector
industrial cayó su productividad en un -5,7%.

Los ítems que componen este sector tuvieron las siguientes variaciones:

Los ingresos reales: aumentaron un 0,7% con relación al año pasado.


El PMI (organización dedicada a la dirección de proyectos), paso de 45,8% a
47,0%.
Los bienes de capital disminuyeron en un -7,6%.
Los bienes de consumo duradero bajaron en un -4,0%.
Bienes durables y semi-durables tuvieron una caída del -0,3%.
Y los bienes intermedios tuvieron un incremento del 0,2%.

PAPEL DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA EN EL MERCADO INTERNACIONAL

Brasil tiene acuerdos comerciales con los siguientes países: Antigua y Barbuda,
Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Costa
Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Unidos, Granada, Guatemala, Guyana,
Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
Dominicana, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas,
Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela, Estados Unidos, entre otros.

47
La contribución de la demanda interna al crecimiento del PIB ha sido significativa,
sobre todo a partir de 2006. Desde 2004, el crecimiento del consumo privado
supera el crecimiento del PIB, sostenido por los mayores salarios y la facilitación
del acceso al crédito. La parte del gasto de consumo en el PIB viene creciendo
desde 2004, y en 2007 representó el 60,9 por ciento del PIB. Tras un período de
debilidad en 2003, la formación bruta de capital fijo se fortaleció en 2004, a medida
que decrecían los tipos de interés, mejoraban las condiciones del crédito y las
expectativas sobre la economía, y se incrementaba el consumo privado. La
participación de la formación bruta de capital fijo en el PIB aumentó en
consecuencia, en tanto que la relación ahorro/PIB se mantuvo relativamente
estable. A continuación se relaciona algunas variaciones de la economía
brasileña.

Fuente: OMC, sobre la base de información facilitada por el Banco Central del Brasil y por el IBGE

Durante el período 2003-2007, el Brasil registró unos superávit por cuenta


corriente de la balanza de pagos, en contraste con el reiterado déficit indicados en
su anterior Examen. Sin embargo, tras alcanzar el 1,8 por ciento del PIB en 2004,
el superávit comenzó a disminuir hasta llegar a sólo el 0,1 por ciento del PIB en
2007 (cuadro I.5). La balanza de las transacciones corrientes se siguió
deteriorando durante el primer semestre de 2008, hasta registrar un déficit
de 17.000 millones de dólares EE.UU. Dicho déficit se debió al constante

48
incremento en la importación de bienes y servicios, no compensado por el
correspondiente aumento en las exportaciones9.

Fuentes: Central Bank of Brazil. Disponible en: http://www.bcb.gov.br10

La deuda externa total del Brasil disminuyó marcadamente entre 2003 y 2005,
pero a partir de entonces comenzó a crecer de nuevo, aunque moderadamente.
Sin embargo, la mayor parte de la nueva deuda consiste en deudas del sector
privado; la parte de la deuda externa correspondiente al sector público ha
disminuido, de más de la mitad del total a un tercio. El valor en reales de la deuda
externa total ha seguido disminuyendo, debido a la apreciación de la moneda
brasileña con respecto al dólar estadounidense. Como reflejo de la apreciación

9
En un reciente estudio del FMI, se determinó que el tipo cambiario tiene importantes efectos en la
desinflación (FMI, 2008c). (WT/TPR/M/155).
10
Las cifras reflejan el país de donde proviene la inversión, que, en muchos casos, es efectuada
por compañías de otros países, sobre todo empresas de cartera con participaciones cruzadas
registradas, por ejemplo, en las Islas Caimán, Bermudas o Luxemburgo.

49
del real y del consiguiente incremento en el valor nominal del PIB expresado en
dólares de los Estados Unidos, la relación proporcional entre la deuda externa y el
PIB disminuyó abruptamente del 38,8 por ciento en 2003 al 14,7 por ciento
en 2007, y a aproximadamente el 14,1 por ciento en el primer semestre de 2008.
La reducción de la deuda y el significativo aumento de las exportaciones también
han permitido que la relación entre el servicio de la deuda y las exportaciones de
bienes y servicios descendiera considerablemente, del 63,4 por ciento en 2003 al
28,2 por ciento en 2007.

Las exportaciones a China se incrementaron a una tasa media anual del 24 por
ciento entre 2003 y 2007, pero su participación en el total de las exportaciones
aumentó en solamente 0,5 puntos porcentuales. Las exportaciones del Brasil a
África crecieron de 2.900 a 8.600 millones de dólares EE.UU.

El valor, la inversión en servicios representó más de la mitad de la IED total


durante el período 2003-2007 y ascendió a 57.500 millones de dólares EE.UU.,
frente a 43.500 millones de dólares EE.UU. correspondientes a la industria
manufacturera y 11.000 millones de dólares EE.UU. de las actividades primarias
Las entradas de inversiones fueron particularmente fuertes en los sectores de los
servicios financieros, el comercio, y la electricidad, el gas y el agua. La
participación de las actividades industriales en la inversión total ha declinado
del 80 por ciento en 2000 al 39 por ciento en el período 2003-2007. Las
inversiones en el sector industrial se centraron sobre todo en el subsector de los
alimentos y las bebidas, así como en la metalurgia básica.

Las cuentas nacionales de Brasil


reflejan el decrecimiento que
está viviendo la economía
brasileña. Esta está creciendo
menos de lo previsto para el
2015.

El crecimiento del PIB ha tenido


una variación significativa desde
el 2011 hasta el 2015, como se
puede observar en el cuadro.

50
El socio comercial más fuerte y las exportaciones de Brasil van más encaminados
hacia la unión europea, pero las importaciones son mayores que las
exportaciones.

Brasil cuenta con un superávit comercial, debido a que las importaciones han
tenido un descenso mayor a las exportaciones. El superávit comercial alcanza los
6,9 mil millones de dólares.

Las exportaciones cayeron en un 17,7% a septiembre de 2015 el monto de las


exportaciones fue de 196,0 mil millones de dólares.
Las importaciones cayeron en un 19,5%, y a septiembre de este año fueron de
189,0 mil millones de dólares.

Actualmente Brasil cuenta con un déficit por cuenta corriente y es de 84,5 mil
millones de dólares, un 4,3% del PIB relacionado con el año anterior.
La inversión directa aumento a 73,6 mil millones de dólares, un 3,8% del PIB.

51
DESTAPE DEL ESCÁNDALO PETROBRAS

Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) es una empresa petrolera brasileña de


carácter mixta, con propiedad mayoritaria del Estado y participación extranjera
privada. Después de haber sido un motivo de orgullo nacional y un valioso activo
electoral del oficialismo, actualmente se encuentra envuelta en serios escándalos
de corrupción, dando lugar así a una creciente fuente de dificultades y polémicas
para el Gobierno de Dilma Rousseff. Así que, quizá se puede enjuiciar que dichos
escándalos de la compañía son factores explicativos a la difícil situación
económica que atraviesa el país.

La corrupción de la empresa se ha destapado recientemente, pero esta


circunstancia es resultado de un acumulado de hechos con ausente transparencia,
que surgieron en el pasado:

 A partir del año 2004, un pequeño número de altos funcionarios de Petrobras


coludieron con un cártel de empresas para hacer sobrecargos a la compañía
petrolera por contratos de construcción y servicios. Los sobornos equivalían a
3% del valor líquido de contratos que la compañía estatal firmaba con esas
empresas, y estos sobreprecios eran traspasados en su mayoría al Partido de
los Trabajadores (PT); también una parte el Partido Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB) y el Partido Progresista (PP).
 En el 2006, Petrobras realizó una compra irregular de una refinería en
Pasadena, Estados Unidos. Astra Oil, la anterior empresa belga dueña de la
refinería, en el año anterior la había comprado por 42,5 millones de dólares y,
después, vendió la mitad de la refinería a Petrobras por 360 millones de
dólares. Al año siguiente, es decir, en el 2007, Astra Oil pidió en los tribunales
que Petrobras ejerciera su derecho de compra de la mitad restante, por lo que
comienza la disputa entre las dos empresas hasta el año 2012; dado que la
crisis económica que estalló en el 2008 a nivel mundial no incentivó a que
Petrobras ejerciera la compra de la otra mitad de la refinería. Como
consecuencia, una vez culminada la disputa, la Corte Internacional de Arbitraje
determinó que Petrobras pagara 820,5 millones de dólares más (1,19 billones
de reales), incluyendo los honorarios de los abogados de la parte vencedora; lo
que significó una gran pérdida de recursos públicos del país.
 En febrero de 2014 se dio a conocer el soborno que habría pagado la
multinacional holandesa SBM Offshore, que alquila barcos-plataformas a las
empresas del sector petrolero, una suma aproximada de 140 millones de
dólares a funcionarios de la empresa.

52
Bajo estos sucesos, en efecto, se permitió el desmantelamiento a un grupo
acusado de lavar más de 10 billones de reales (10.000 millones de dólares) en
gasolineras de la empresa en siete estados del país, a través de un operativo
denominado Operação Lava Jato (Operación Lava coches). Estos recursos ilícitos
se estaban usando en crímenes de tráfico internacional de drogas, corrupción de
funcionarios públicos, evasión fiscal, extracción y contrabando de piedras
preciosas, entre otros actos criminales.

Tras el operativo, en marzo de 2014 se capturó al ex director de Refinación y


Abastecimiento, Paulo Roberto Costa, y al lavador de dinero, Alberto Yousseff,
por supuesta participación en un caso de lavado de dinero. De aquí en adelante,
se han delatado varios funcionarios de la estatal y empresarios por haber
participado en dicha maniobra ilegal.

Entonces, ¿qué se puede pensar del partido oficial que ha estado en el Gobierno
Nacional desde el 2003? ¿Cómo es posible que la actual presidenta del país,
Dilma Rousseff, durante su cargo como Presidenta del Consejo Administrativo de
la estatal, por haber sido Ministra de Minas y Energía, no haya tomado con
responsabilidad cartas sobre los actos de corrupción presentados anteriormente?
Esto es lo que ha puesto entredicho la gestión del Partido de los Trabajadores; es
decir, lo que ha hecho con la mano (políticas de inclusión social junto con
crecimiento económico sostenido) se ha borrado con el codo (actos de
corrupción).

Además, Petrobras no es cualquier empresa: cuenta con 86000 empleados, refina


el 98% de la gasolina que se consume en Brasil, comercia con cerca de 20000
empresas que le surten de todo tipo de productos, es responsable de un décima
parte de todas las inversiones que se acometen en Brasil y es considerada hoy
como la más endeuda entre todas las grandes petroleras. Por lo tanto, en este
orden de ideas, nada fácil es la situación que afronta Petrobras, sumada la caída
internacional del precio del petróleo; y es por esta razón, que el destape del
escándalo Petrobras sea un posible promotor de la recesión económica en Brasil.

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5. CONCLUSIONES

 Viendo en contraste el avance como resultado de diversas políticas y el éxito


que deja un mandato llamado “nueva izquierda” para los periodos de Lula Da
Silva, es claro identificar que aunque la inflación causaba grandes problemas
económicos, controlarla no representaba la panacea a las necesidades
sociales de una economía tan grande; se necesitaba dotar de oportunidades e
incluir a los pobres en la economía.
 Es sorprendente como los periodos de un presidente de izquierda con
progresivas ideas, que creó programas para combatir la desigualdad y la
pobreza da como resultado un incremento en la demanda interna, sumando a
esto que Brasil tiene una agroindustria que le permitió competir fuertemente
ganando mercado internacional; es así como Lula Da Silva gana la mayor
aprobación de su población.
 Después de recibir una de las economías más grandes hoy en su segundo
mandato Dilma Rousseff, apoyada inicialmente por el ex presidente Lula Da
Silva, se enfrenta con grandes problemas, los escándalos de corrupción, la
inflación elevada y el déficit fiscal son barreras que aquejan la economía.
 Es de recalcar que Rousseff en su segundo periodo mostro las intenciones de
hacer modificaciones económicas que suponían no impedir el avance
heredado del ex presidente; y como lo evidencian los resultados no han sido
los mismos que se prometió.
 El país suramericano más grande, el quinto país más poblado ha demostrado
que usando las fortalezas de los partidos y generando inclusión económica en
la sociedad se puede orientar un país al desarrollo y crecimiento; es para los
países suramericanos en vía de desarrollo un ejemplo y reflexión tanto de la
cantidad de errores y aciertos que tuvo la economía Brasileña durante las
últimas dos décadas.
 El segundo mandato de Dilma impone leyes, ataques importantes que van
encaminados a un amento del trabajo, en parte a la población más vulnerable
“leyes de tercerización, eliminación del subsidio de desocupación.” Esto va
encaminado transformar la tercerización de empleos (servicios de limpieza,
seguridad….). Cuando empieza el gobierno de Lula Da Silva era 4´000.000 de
tercerizados, ahora son casi 13´000.000 de los 10´000.000 de empleos
creados por el lulismo 90% son entre 1 y 2 SMMV, aproximadamente son 20
millones de personas que entran y salen del mercado laboral.
 El gobierno de Dilma está implementando un paquete de ajustes para mejorar
el crecimiento económico de Brasil hoy día y reducir los impactos de la crisis
que se está viviendo, estas cuales son: Ajustes en la política económica y
reformas laborales. Las políticas laborales: el objetivo es sacar algunos

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derechos de los trabajadores más precarios del país para mejorar lo que en
Brasil se conoce como “cuesto país” que es la competitividad de la burguesía
Brasilera, esto es obreros más baratos para competir con argentina, México y
la China.
 Los incrementos de las tasas de interés internas se hace con el objetivo de
tener atractivo al capital extranjero que hoy está en fuga, debido a todos las
problemáticas que cuenta el país, esto profundizara la dinámica de la
economía generando un aumento importante del desempleo que será más
aguda la industria y también se genera una devaluación del poder de compra
atreves de la dificultad del crédito como también de la inflación.

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6. REFERENCIAS

Agencia Brasil (2015). Economía brasileña acumula caída del 2,1% en 2015.
Extraído de: http://agenciabrasil.ebc.com.br/es/economia/noticia/2015-
08/economia-brasilena-acumula-caida-del-21-en-2015

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edades de grupos. Disponible en: http://bi.mte.gov.br/scripts10/dardoweb.cgi

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56
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