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El Enfoque de Marco Lógico (EML) y el Problema

Social como Punto de Partida de los Proyectos

Unidad

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Unidad 3

Monitoreo y Evaluación de Proyectos


Índice

3.1. Introducción 03
3.2. Los proyectos como herramientas clave de desarrollo 04
3.3. ¿Qué es un problema social? 10
3.4. ¿Cómo se diagnostica un problema social? 11
3.5. ¿Cuál es la población afectada por el problema social? 12
3.6. ¿Cuáles son los actores involucrados? 14
3.7. ¿Cómo se realiza el Análisis de Actores involucrados? 15
3.8. ¿Qué es un árbol de problemas y cómo se construye? 17
3.9. ¿Qué es un árbol de objetivos y cómo se construye? 21
¿Qué aprendimos en esta unidad? 23

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Unidad 3

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Introducción

En la Unidad 1 se internalizaron los conceptos y prácticas sobre la generación de valor público y sobre
el enfoque de gestión por resultados. En la Unidad 2 se avanzó en el aprendizaje sobre monitoreo y
evaluación. En la presente Unidad entraremos de lleno en el objeto de trabajo de los participantes
de este curso: la intervención por medio de proyectos (o programas), que es lo que realiza cualquier
entidad pública o no gubernamental.
Un proyecto tiene vida en la medida que exista un problema que aqueja a una población determinada,
cuyo origen se debe a un conjunto de causas las que además de provocar el problema generan otros
efectos sobre la población involucrada. Por otra parte, el problema involucra un conjunto de actores
con diferentes intereses y posiciones respecto al proyecto, lo que hace necesario conocer esta realidad
para que la intervención no genere efectos contrarios a los esperados. Un proyecto no puede diseñarse
en un escritorio ya que la dinámica social y económica determina tanto la forma como los objetivos de
dicho proyecto.
Estos son los temas que se tratarán en esta Unidad, temas que integrarán una mirada técnica pero
también social, lo que hace más complejo su abordaje.

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Los proyectos como herramientas clave de desarrollo

Actualmente, gran parte de las políticas públicas


en materias sociales, así como el trabajo por
el desarrollo de los organismos públicos, no
gubernamentales e internacionales, se concreta de
manera importante a través de múltiples iniciativas
estructuradas en torno a los “proyectos” como
unidades principales de intervención.
Los proyectos, en sus diferentes tamaños,
calidades y variedades, han pasado a ser una
pieza clave en la implementación de las políticas y
estrategias de desarrollo social y superación de la
pobreza, fuertemente estimulados por la creación
y ampliación de numerosos fondos y programas concursables o licitables como forma privilegiada de
asignación de recursos, tanto públicos como privados.
En una sociedad en la que los problemas del desempleo, la pobreza, la exclusión y la inseguridad
alimentaria exigen políticas sociales eficaces y una administración eficiente, los proyectos (sociales)
ocupan un lugar estratégico. En este escenario se está generalizando la convicción de que se debe
estructurar el desempeño de las funciones estatales en estos términos.
A través de proyectos se accede al financiamiento, se adjudican responsabilidades institucionales y
se distribuyen acciones entre distintos niveles de gobierno. Son medios por los que puede intentarse
una transformación de las modalidades de gestión: permiten establecer el marco para la fijación de
prioridades e instalar sistemas de seguimiento y evaluación. Posibilitan el despliegue de una mayor
capacidad de análisis y de la participación social para la asignación, distribución y utilización de
recursos, así como una mejor determinación de sus impactos redistributivos y sobre los destinatarios.
Sin embargo, este enfoque también tiene sus limitantes por las características de las políticas públicas
y el propio ciclo de formulación, ejecución y evaluación de éstas, ya que este enfoque de proyectos
hace que las acciones no siempre tengan la flexibilidad adecuadas a las necesidades cambiantes de las
políticas, y una duración de los proyectos no siempre ajustada al ciclo de las políticas públicas frente a
enfoques más integrales como el de programa.
La experiencia de los últimos años muestra que en una parte significativa de los proyectos que se
han implementado, no se han hecho estudios de impacto que muestren como éstos han contribuido
efectivamente a generar nuevas oportunidades y capacidades de desarrollo en las personas
y comunidades hacia las cuales han estado dirigidas. Así planteado, muchos de los proyectos,
por su cobertura, estructura, diseño y recursos, no han podido desarrollar acciones efectivas,
eficientes y sostenibles en el tiempo, capaces de impulsar procesos sistemáticos de superación de
la pobreza y mejoramiento de la calidad de vida, con la participación creciente de los destinatarios.

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De manera importante, los proyectos se han concentrado en la obtención y generación de numerosos
productos, expresados fundamentalmente en bienes y servicios puestos a disposición de los así
llamados “beneficiarios”. Sin embargo, la capacidad de dichos productos de generar efectos o
impactos, entendidos como cambios relevantes y sostenibles en el tiempo en las condiciones de
bienestar de las personas y comunidades destinatarias, ya sea en el presente y/o en el futuro, ha sido
más bien restringida. Es decir, ha existido una orientación de tipo “productivista” o “eficientista” en el
trabajo con proyectos por parte de los organismos públicos y no gubernamentales, que ha relevado la
obtención de productos por sobre la generación de impactos. Esto obedece a una mirada del sistema
de asignación de recursos desde el nivel público, que define hasta el presupuesto nacional de manera
anual, lo que evidentemente imposibilita la generación de procesos de cambio que en lo social no
ocurren en un año.
A pesar de que las entidades públicas y organizaciones de la sociedad civil, así como los organismos
de cooperación internacional han desarrollado sistemas y prácticas de evaluación de gran alcance y
profundidad, incluyendo sofisticados métodos computacionales aplicados a la gestión y administración
de los proyectos, existe un escaso registro de datos ex - post que permita evaluar efectivamente los
impactos que éstos tuvieron, tanto cuantitativos como cualitativos. Ello implica que normalmente
existen pocos datos disponibles con los cuales llevar a cabo buenas evaluaciones de impacto o ex - post.
En la medida que los “proyectos” están aquí para quedarse, se deben centrar los esfuerzos en la
generación y evaluación de impactos que contribuyan a la sostenibilidad de los beneficios para las
comunidades y permitan acumular energías para levantar propuestas de programas y políticas sociales
desde la sociedad civil, para lo cual se requiere desarrollar una cultura de diseño y evaluación orientada
al logro de impactos. Esta realidad es consustancial al “sistema de proyectos”, toda vez que no asigna
recursos para el seguimiento y evaluaciones ex - post, a la vez que normalmente los proyectos no
tienen entre sus sentidos estratégicos aportar a la (re)definición de las políticas públicas.
Otro problema sustantivo y que contribuye a explicar de manera importante el escaso impacto que han
tenido muchos de los proyectos de desarrollo, corresponde a la insuficiente o inadecuada participación
de los destinatarios y actores vinculados al proyecto, medido por su capacidad efectiva de resolver
alguna problemática relevante socialmente identificada. En parte, ello se debe a que las metodologías
prevalecientes en el diseño, gestión y evaluación, tanto en el ámbito público como no gubernamental
e internacional tienden a incorporar la participación como un requisito instrumental y no como un
elemento transversal y sustantivo durante todo el ciclo de los proyectos.
Una lección importante de la práctica acumulada en
los proyectos de desarrollo ha sido que la participación
efectiva de las personas y comunidades destinatarias debe
traducirse en el fortalecimiento del denominado “capital
social”, referido a las normas, instituciones y organizaciones
que promueven la confianza y la cooperación entre las
personas, en las comunidades y en la sociedad en su
conjunto.
Desde el punto de vista del diseño y gestión de proyectos
en los diferentes ámbitos del desarrollo, el desafío consiste
en la creación y fortalecimiento del capital social como
requisito clave para asegurar la obtención de impactos
relevantes y perdurables en el tiempo. Ello debe formar
parte esencial de la filosofía e implementación de los proyectos, actuando como un criterio transversal
a lo largo de todo el ciclo de las iniciativas que se emprendan.
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Proyectos Sociales
La expresión “proyecto social” requiere una precisión. Por tal se puede entender a un conjunto de
promesas y compromisos de acción orientados hacia un fin y, más específicamente, a previsiones de
comportamientos deliberados “transferencias, intervenciones o tratamientos” que tienen por propósito
provocar impactos sobre individuos o grupos denominados también población-objetivo, grupo-meta
o beneficiarios, y que comprenden una determinada asignación de recursos y responsabilidades. Su
propósito es satisfacer necesidades básicas, construir capacidades, modificar condiciones de vida o
introducir cambios en los comportamientos, en los valores o en las actitudes que los sustentan.
Los proyectos sociales no constituyen un universo homogéneo de acciones. Consisten en una prestación,
un servicio o una intervención en una situación social: ésta puede ser una vacuna, un paquete
alimentario, un servicio médico asistencial, una actividad de educación o capacitación, una obra de
saneamiento, la construcción de viviendas, la organización comunitaria, el apoyo a un emprendimiento
productivo o la entrega de un subsidio. Cada una de esas acciones requiere un diferente grado de
movilización de valores, actitudes y comportamientos por parte, tanto del encargado de su ejecución
como del destinatario de la acción.
En particular, los proyectos sociales:
• A. Constituyen expresiones de las políticas selectivas que atienden a las heterogeneidades
sociales y que procuran la construcción de capacidades
• B. Tienen atributos que les permiten responder en mayor medida a los criterios de focalización
fundados en la necesidad de introducir una mejor orientación al gasto social, en particular
privilegiando a categorías de ciudadanos por sus condiciones de riesgo o carencias
• C. Se prestan al financiamiento compartido, con aportes de la cooperación técnica y financiera
internacional
• D. Brindan la posibilidad de mayor coordinación y concertación en las acciones desplegadas por
distintos niveles de gobierno
• E. Permiten articular las contribuciones estatales con los recursos de las organizaciones
comunitarias y no gubernamentales
• F. Se constituyen en el marco para la provisión de bienes públicos desde el sector privado
• G. Tienen un horizonte temporal determinado, lo que los convierte en mecanismos de
notable flexibilidad para atender circunstancias precisas, como las emergencias sociales o la
construcción de redes de contención en situaciones de cambio estructural profundo
• H. La definición de sus objetivos y metas permite una mejor constatación de resultados e
impactos

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Pueden construirse diversas tipologías de los proyectos apelando a distintos criterios, algunas de las
cuales podrían ser:

No obstante, con el propósito de hacer más explícitas algunas de las cuestiones de relevancia para
quienes participan en distintas instancias de diseño, desarrollo y evaluación de estos proyectos,
parece conveniente utilizar otras dimensiones cuyo interés está fundado en su capacidad para extraer
conclusiones significativas referidas a los modelos de organización y gestión y, además, para derivar
consecuencias operacionales sobre el papel de los funcionarios y técnicos.
Desde un enfoque de trabajo orientado hacia la consecución de impactos por sobre los productos,
resulta inevitable, como se ha comentado, plantearse el desafío de pasar de los “proyectos” a los
“programas” como estrategias preferentes de intervención, a fin de asegurar acciones debidamente
articuladas, complementarias y sinérgicas que puedan desarrollar procesos sistemáticos de cambio
y mejoramiento en la calidad de vida que adecuen más al ciclo de las políticas públicas y duración
de estos procesos. Dichos “programas” pueden estructurarse territorialmente y/o según grupos de
destinatarios, debiendo operar como redes de proyectos e iniciativas basadas en la asociatividad y
cooperación público-privada.
Desde el punto de vista de los organismos públicos y de la sociedad civil que trabajan en el ámbito
social, estos “programas” deben basarse primeramente en la sistematización de sus experiencias y la
articulación de masas críticas de pensamiento y propuesta (redes de proyectos) y asegurar una adecuada
duración en el tiempo. En tal sentido, el desafío de pasar desde los “proyectos” a los “programas” debe
ser abordado por las propias instituciones, a través de la elaboración de plataformas de intervención
basadas en la cooperación inter- institucional, que puedan ser presentadas y negociadas con las
principales fuentes de financiamiento.
En este contexto, resulta fundamental crear una nueva cultura de trabajo orientada a la construcción
de alianzas estratégicas entre actores públicos y privados, que pueda traducirse en la ampliación
de la cobertura y calidad de la gestión social, contribuyendo efectivamente y de manera decisiva a
la sostenibilidad e impacto de las acciones e inversiones realizadas. Para estos efectos, se requiere
de niveles adecuados y en muchos casos crecientes, de especialización temática y metodológica,
junto al desarrollo de nuevas competencias para el análisis de escenarios, la comunicación-difusión
efectiva y creación de redes de trabajo, la aplicación práctica del enfoque transversales como género, 07
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pueblos indígenas y tribales y sostenibilidad ambiental y el liderazgo público en temas claves del
desarrollo social.
En este contexto, el Enfoque de Marco Lógico (EML) que comenzaremos a aplicar en sus distintas etapas
a partir de la presente Unidad, es una metodología creada para facilitar el proceso de conceptualización,
diseño, ejecución y evaluación de los proyectos o programas. Su énfasis está centrado en la orientación
por objetivos, la orientación hacia resultados definidos en función de los destinatarios, y en facilitar la
participación y la comunicación entre las partes interesadas (stakeholders).
El EML no es la panacea, sino más bien debe utilizarse de forma complementaria a otras herramientas
de diseño y evaluación de los proyectos o programas como la evaluación socioeconómica y el análisis
beneficio/costo para asegurar un diseño efectivo de las intervenciones.
Puede utilizarse en todas las etapas de los proyectos o programas en los siguientes términos:

El punto de partida de la concepción de un proyecto en el EML es que éste siempre debe ser entendido
como la “mejor respuesta posible, de acuerdo a las restricciones existentes, frente a un problema/
oportunidad relevante que ha sido claramente identificada en términos sociales”. Ello implica que si
no existe un problema/oportunidad relevante, adecuadamente identificada por una comunidad, no se
justifica la existencia del proyecto.
En este sentido, el EML tiene como propósito fundamental asegurar la consistencia y coherencia del
proyecto desde un punto de vista lógico, conceptual y operativo, correspondiendo a una metodología
complementaria al proceso habitual de formulación y evaluación económico-social anteriores a la
ejecución del proyecto.

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Entendiendo que un proyecto siempre corresponde a un modelo de solución de problemas, la aplicación
del EML al ciclo de los proyectos considera las siguientes fases :
1. Análisis de involucrados/actores (análisis de situación)
2. Identificación y definición del problema (análisis de situación)
3. Generación de soluciones y selección de alternativas (análisis de situación)
4. Diseño propiamente tal del proyecto seleccionado (lógica de intervención y de medición))
5. Organización de actividades y recursos
6. Ejecución del proyecto
7. Monitoreo y evaluación de la ejecución
8. Evaluación ex-post y de impacto
En esta Unidad desarrollaremos las fases 1 a 3 del EML, base para la elaboración de la Matriz de Marco
Lógico (MML) de un Proyecto en las siguientes Unidades del Curso.

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Las fases 1 a 5 corresponden a la etapa de formulación o preparación del proyecto.
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¿Qué es un problema social?

Primero se aclarará qué se entiende por problema social, para que todos, participantes e instructores,
conversemos en el mismo lenguaje.
De acuerdo a Fuller y otros1, un problema social es “una condición que se establece como tal por
un número considerable de personas como una desviación de las normas sociales habituales”. Por
otra parte Sullivan y otros2 señalan que “existe un problema social cuando un grupo de influencia es
consciente de una condición social que afecta sus valores, y que puede ser remediada mediante una
acción colectiva”. Resumiendo se puede decir que:

Como se puede observar no existe la total “objetividad” en la definición de un problema social, ya


que es posible que para un segmento de la sociedad un determinado problema existe mientras que
para otro, no es problema o simplemente no es relevante. Por ejemplo: el aborto terapéutico, donde
se interrumpe la vida del feto para proteger la vida de la madre, es aceptado en gran parte de las
sociedades, pero existen grupos de influencia pública que consideran que no es posible atentar contra
la vida tanto del feto como de la madre. Estas posiciones implican dos miradas totalmente opuestas
del problema: La primera la interrupción del embarazo, la segunda no, y ésta disyuntiva puede dar
origen a políticas públicas distintas.
Existen otros ejemplos menos radicales, como es el caso del problema “existe población carente de
un lugar digno para vivir”. Es probable que diferentes grupos coincidan con la existencia del problema
pero unos lo consideran prioritario y otros no tanto ya que existen otras prioridades tan importantes
como el problema señalado. Esta situación es la más real y es la que normalmente se da cuando se
hace la discusión del presupuesto nacional: frente a recursos escasos, ¿dónde se colocan para tener
mayor efectividad en consideración a la mirada valórica de los grupos de influencia?.
A partir de la experiencia pública, los problemas sociales más comunescon sus respectivos
ejemplos son:

10
1.- Fuller, R.C. y Myers, R. (1941a). The natural history of a social problem. American Sociological Review, 6, 320-328.
2.- Sullivan, T., Thompson, K., Wright, R., Gross, G. y Spady, D. (1980). Social problems: Divergent perspectives.
New York: John Wiley and Sons.
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¿Cómo se diagnostica un problema social?

Una vez resuelto si la situación analizada es un problema social y hay acuerdo con enfrentarlo mediante
la intervención pública, entonces se requiere hacer un análisis en profundidad para determinar cuales
son las características del problema. Para esto se debe realizar una observación empírica (a partir de
la experiencia) mediante un análisis científico técnico, ya que no se puede fundamentar el problema
sobre suposiciones o creencias. Conceptualmente, los valores que alcanzan los indicadores de la
“variable problema” al momento de su identificación corresponden a la línea base del plan, programa
o proyecto que se implementará.
Desde un punto de vista de la práctica, la definición del problema se sustentará fundamentalmente
en la experiencia de los actores involucrados. Así un funcionario público que ha trabajado en el tema,
tiene una percepción de que la situación analizada es un problema, a partir de las vivencias, de las
estadísticas revisadas y de la comparación con otras realidades donde no se presenta el problema
social. Por lo tanto, la experiencia indica que normalmente no se equivocan en detectar cual es el
problema, pero si se equivocan en la descripción, al confundir el problema social con la ausencia de
cobertura o falta de entrega de un servicio específico. A continuación se indican algunos ejemplos:

Circunscribir el problema social solamente a la gestión, calidad o cantidad de la oferta existente limita
el campo de intervención y la posibilidad de alcanzar los objetivos perseguidos. Hay que pensar el
¿porque ocurre el problema? y la explicación puede estar en elementos objetivos y subjetivos.
Lo recomendable es que se realice un trabajo grupal con los actores involucrados para definir el problema
social, donde se deben preguntar ¿quién es la población objetivo?, ¿Cuáles son los involucrados en el
problema? Y ¿cómo les afecta el problema definido?, temas que se revisan a continuación.

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¿Cuál es la población afectada por el problema social?

La definición de una población es una construcción abstracta que realizamos los seres humanos para
planificar mejor la intervención pública. La definimos señalando límites a partir de las características
que se quieren relevar y que son parte del origen del problema social.
Es así como definimos como problema social, por ejemplo, “Pobladores en situación de pobreza y sin
casa”, definición que correspondería a la población objetivo ya que tienen un determinado problema
(pobres) y una condición adicional (sin casa) que opera como “filtro” ya que no se cuenta con todos los
recursos necesarios para enfrentar la condición de pobreza que tiene diversas y complejas dimensiones
(sin casa, hacinamiento, empleo precarios, bajo nivel educacional, etc.).
De esta población objetivo se desprenden otras dos categorías, como son i) Población Atendida, o
sea, están recibiendo los bienes y servicios que entrega el Estado y ii) Población en Espera, que es la
población que recibirá los bienes y servicios dentro del período de vigencia del plan o programa.
Por otra parte, ¿cómo se originó, la Población objetivo?. Para llegar a ésta definición, conceptualmente
se definió a la población que tenía un determinado problema, en este caso pobladores en situación
de pobreza, a la que se le denomina Población potencial, ya que dentro de este universo se toma una
parte que cumple con otras condiciones (sin casa) para definir la población objetivo.
Y finalmente la población potencial se define a partir de una población de referencia que corresponde al
universo desde el cual se define la población potencial y la población objetivo. En el siguiente diagrama
se observan los conceptos antes explicados con algunos ejemplos:

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Definiendo adecuadamente estos conceptos de población se puede saber si se está atendiendo a
los que efectivamente requieren apoyo del Estado y si se están focalizando eficazmente los recursos
disponibles. La población objetivo bien definida corresponde al principal actor involucrado en la política
pública, pero existen otros actores que también influyen en la entrega de los bienes y servicios que
realiza el Estado, como se indica a continuación.

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¿Cuáles son los actores involucrados?

Conocer a los actores involucrados es muy relevante para la implementación o un plan o programa, ya
que ellos intervienen directa e indirectamente en el proceso de la entrega de los bienes y servicios y
influyen en el grado de obtención del logro esperado por la política pública.
Estos actores no son anodinos, tienen opinión y posición frente a un proyecto. Es así como frente a
la construcción de una central hidroeléctrica habrán actores que decididamente apoyan el proyecto,
habrán otros que se oponen, muchos estarán indiferentes ya que no les influye en su vida cotidiana
en el corto o mediano plazo y estarán los beneficiarios directos de la electricidad como pueden ser las
empresas, las ciudades, las residencias y por supuesto los accionistas (públicos o privados) de la central
hidroeléctrica. Si no se hace un análisis adecuado y oportuno de los actores involucrados el proyecto
y se toman las medidas de mitigación de daños o no se socializan las ventajas del proyecto, puede
fracasar más allá de ser una alternativa viable técnica y ambientalmente. A continuación se señalan
algunos de los tipos de actores que se pueden encontrar en un proyecto:

Tipo de Actor Relación con la intervención


Los beneficiarios(ias) del proyecto, Interesados en que el proyecto se ejecute
directos e indirectos

Los perjudicados directa o Se opondrán a su ejecución


indirectamente por el proyecto
(víctimas del proyecto)
La comunidad de la zona en que se Su apoyo u oposición dependerá del tipo de proyecto y sus
localizará el proyecto expectativas o aprensiones
El promotor(a) del proyecto (persona Debería ser por definición el principal impulsor de la
o entidad) ejecución del proyecto (lo cual no siempre es cierto)
El financista del proyecto (persona o Su principal interés será que los recursos se inviertan
entidad) bien y, si se trata de un crédito, que éste sea recuperado
oportunamente
Las autoridades de gobierno, ya sean Su posición y rol respecto al proyecto dependerá de la
comunales, provinciales, regionales o función que desempeñen
nacionales
Grupos ecologistas Se opondrán a cualquier proyecto que impacte
negativamente en el medio y apoyaran aquellos que
protegen o mejoran el ambiente
Grupos étnicos Interesados en defender sus derechos y su cultura o en
buscar compensaciones por abusos pasados o discriminación
actual
Organizaciones no gubernamentales Su posición dependerá de su misión institucional
(ONG)
Empresas proveedoras de insumos del Su posición dependerá de las oportunidades o amenazas
proyecto o usuarias de los bienes o que ofrezca el proyecto
servicios que este producirá
Distintas iglesias o grupos religiosos Pueden sentirse afectados materialmente o doctrinariamente
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¿Cómo se realiza el Análisis de Actores involucrados?

En la realidad se pueden encontrar muchas variantes para realizar un análisis de involucrados. En esta
oportunidad el análisis se ha simplificado a los 5 pasos siguientes:

1. Identificar a los actores y su importancia. Consiste en identificar las instituciones o individuos


relevantes que podrían afectar, o ser afectados por la misma intervención propuesta. Su
importancia se podrá evaluar a partir de su relevancia numérica, su capacidad técnica, su
posición social y por sus recursos y mandatos (legales o informales) Preguntas relevantes
pueden ser: ¿Quién se beneficia?, ¿Quién puede resultar beneficiado?, ¿Cuáles son los grupos
vulnerables?, ¿Quién pueden apoyar u oponerse?, ¿Cuáles son las relaciones entre involucrados?

Resultado de este paso: i) listado de instituciones, grupos o personas relevantes para el


proyecto o programa. Importancia, calificado en alta, media o baja
2. Evaluar sus intereses, preocupaciones y expectativas. A partir de su rol, determinar qué
esperan del proyecto y su intervención. Por ejemplo una Junta de Vecinos que se preocupa
de los problemas de habitabilidad y convivencia en un barrio de la ciudad estará interesada
en la posibilidad de construcción de una plaza pública. Preguntas relevantes pueden
ser: ¿Cuáles son las expectativas con respecto al proyecto?, ¿Cuáles son los probables
beneficios que pueden recibir?, ¿Qué recursos podrían ser movilizados por los involucrados?,
¿Cuáles son los intereses que podrían entrar en conflicto con las metas del proyecto?.

Resultado de este paso: Para cada actor involucrado i) indicar la o las características que
definen su interés, y ii) caracterizar su actitud como de cooperación, de conflicto u oposición o
indiferentes al proyecto o programa.
3. Evaluar la influencia y la fuerza de los involucrados. Se entenderá por influencia al poder
que los involucrados tienen sobre un proyecto. Por ejemplo se requiere averiguar cual es la
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relación con los actores sociales y políticos que puedan influir en el proyecto o programa.
Se entiende por fuerza al grado de dependencia que existe entre la participación activa
de un grupo determinado de involucrados y el logro de los objetivos del proyecto. Es
importante analizar la capacidad para movilizar personas, grupo y recursos estratégicos
(influyentes) en torno al proyecto, ya sea para apoyarlo o rechazarlo. Tanto influencia como
fuerza se calificarán en Mucha=3, regular= 2 y Poca=1; la influencia puede ser negativa
o positiva, si es negativa la calificación llevará el signo (-), si es positiva llevará el signo (+)

Resultado de este paso: i) Determinar para cada actor o grupo actores su influencia y fuerza con
su calificación respectiva
4. Sistematización de la información obtenida de los involucrados. La información obtenida con
los pasos anteriores se sistematiza en el siguiente instrumento:
5. Diseñar una estrategia hacia los involucrados. Para el diseño se requiere saber
cuál será la actitud de los involucrados y de acuerdo a eso definir la estrategia de
los impulsores del proyecto. Los escenarios posibles pueden ser los siguientes:

Actores Beneficiados Actores perjudicados (opositores)


Líneas de Acción MOVILIZACIÓN en apoyo al NEUTRALIZAR mediante la movilización y
proyecto argumentación en contra del proyecto
DEFENSA que es actitud NEGOCIAR cuando la correlación de
de resistencia antes los fuerzas sea negativa respecto de los
opositores opositores al proyecto
NEGOCIACIÓN pensando en REFORMAR buscando cambiar el proyecto
perder solo una parte de los original
beneficios que les entrega el
proyecto

Lo normal es que se presenten los siguientes escenarios, con los


cuales se deben tomar decisiones por parte del ejecutor del proyecto.

Escenarios Estrategia
Gran influencia Deben ser involucrados en todos proceso para asegurar el apoyo al proyecto
y fuerza
Gran influencia No constituyen un grupo objetivo del proyecto pero pueden oponerse a la
pero poca intervención; por lo tanto, ellos necesitarán estar debidamente informados
fuerza y que sus puntos de vista sean considerados para evitar conflictos
Poca influencia Necesitan de esfuerzos especiales para asegurar que sus necesidades sean
y mucha fuerza satisfechas y que su participación sea significativa
Poca influencia Son los más difíciles de abordar. No requieren de estrategias especiales de
y poca fuerza participación (más allá de las estrategias de información compartidas con el
público en general)

Como conclusión se puede decir que tener claridad sobre quien es la población objetivo y sobre
los actores y sus alternativas de reacción frente a un proyecto o programa es vital para viabilizar
su implementación.

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¿Qué es un árbol de problemas y cómo se construye?

Hasta el momento se ha analizado el problema social, la población objetivo que sufre las consecuencias
del problema y los actores involucrados en el problema y su resolución. Ahora, se revisarán las causas
y efectos de un problema, utilizando la construcción de un árbol de problemas.
Un problema social tiene un conjunto de causas que son aquellos hechos que se consideran como
fundamento u origen del problema. Asimismo un efecto es aquello que sigue como respuesta a una
causa. Como se observa en el siguiente cuadro, la realidad es un gran mapa de relaciones causa -
efecto, pero cuando se elige el hecho que se define como problema, o sea, una parte de esa realidad,
las causas y efectos se circunscriben al problema social que se quiere analizar y no a todas las posibles
causas que podrían influir en el problema. De esta forma se construye un “modelo” con menor cantidad
de variables que pueden ser manejadas por la institucionalidad y lograr los cambios deseados.

No debe olvidar nunca que el árbol de problemas es un instrumento para “ayudar a pensar” y mejor
si se hace colectivamente con los actores involucrados, por lo tanto, es posible que se puedan escapar
hechos de la realidad que pueden ser importante para entender el problema.
Por motivos de aprendizaje, no se utilizará como ejemplo un problema de riego, infraestructura o de
tecnología agropecuaria, sino uno educacional que está más lejano a la realidad laboral de los alumnos,
pero que de alguna forma lo han vivido en términos personales o familiares. Ya habrá tiempo para
construir un árbol con los proyectos que ustedes normalmente trabajan.
Para construir el árbol de problemas, en términos pedagógicos es bueno separar en árbol de efectos
y árbol de causas. Conviene partir construyendo el árbol de efectos ya que posteriormente la mirada
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Unidad 3

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de las causas tiene relación con los efectos detectados, y esto hace acotar las causas que explican el
problema.
La construcción del árbol de efectos parte con indicar el problema, el que es redactado en forma
negativa, indicando la población objetivo o específicamente el sujeto + el problema que los aqueja.
Algunos ejemplos de sujetos:

No son sujetos Son sujetos


Los árboles Productores
El bosque nativo Ciudadanos
Los cursos de aguas Pobladores
Los ecosistemas Niñas(os) y adolescentes
La infraestructura El país (constituidos por ciudadanos)

Es importante colocar el sujeto porque así nunca se olvidará saber de quien se trata y a quien hay que
medir para saber si se ha logrado el objetivo del proyecto.
Una vez redactado el problema se definen los efectos directos del problema y luego se definen los
efectos de los efectos directos, como se indica en la figura siguiente. Una vez colocados en los casilleros
los efectos se hace una revisión de la cadena causa efecto preguntando si éste problema genera este
efecto ¿ y este efecto es causa del “efecto de 2º nivel”? y este efecto de 2ª nivel es causa del efecto de
3er nivel?. Luego se analiza al revés, el efecto de 3er nivel es producto del efecto de 2º nivel?, el efecto
de 2º nivel es producto del efecto y este efecto es producto del problema social existente?. De esta
forma se determinará si el árbol de efectos es consistente.

Normalmente se usan tres niveles de efectos pero pueden ser más o menos. Cuando el equipo que
elabora el árbol tiene mucha experiencia en el tema es probable que se describan muchos niveles de
efecto. Este trabajo que parece simple puede durar varias horas ya que el equipo que discute es natural
que tenga distintas visiones de lo que provoca el problema.
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Unidad 3

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Terminado el árbol de efectos se elabora el árbol de causas con la misma lógica que el árbol de efectos.
Primero de definen las causas directas del problema y luego las causas de las causas directas del
problema. Y así sucesivamente hasta agotar las causas que el equipo de trabajo considera relevante.
Terminada la definición de las causas se realiza el análisis de consistencia que permite saber si una
causa de 3er nivel genera el efecto indicado en la causa de 2º nivel y si este último genera el efecto
directo que define el problema. Luego se hace el análisis de consistencia hacia abajo como se indica en
las flechas punteadas de la izquierda de la figura siguiente:

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Terminado el análisis se procede a juntar ambos árboles para obtener el árbol de problemas como se
observa en la siguiente figura:

Terminado el árbol de problemas y habiendo logrado el consenso y convencimiento del equipo


de trabajo sobre las relaciones causa-efecto del problema, entonces se habrá avanzado mucho en
la formulación de un futuro proyecto ya que la experiencia indica que si no se ha definido bien el
problema, el proyecto necesariamente presentará fallas y no contará con el total apoyo de los actores
clave.

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¿Qué es un árbol de objetivos y cómo se construye?

Una vez terminado el árbol de problemas se tienen todos los insumos para elaborar el árbol de
objetivos, que corresponde a la situación deseada respecto a la solución del problema y la solución
de las causas y efectos, o sea, el árbol de objetivos es la “felicidad misma!!!”, todo se ha solucionado,
todo lo negativo se volvió positivo. A partir de esa imagen de felicidad, se analiza lo que efectivamente
se te puede lograr con la intervención pública a partir de la realidad institucional y de las capacidades
técnicas y económicas con que se cuentan. En la siguiente figura como el problema se ha transformado
en solución, las causas en medios para lograr la solución y los efectos en fines a los cuales contribuirá
la solución.

¿Qué es el análisis de alternativas?


El análisis de alternativas permite saber cuál es la mejor forma de enfrentar la solución en términos
de costos, aceptabilidad de la población, de dominio técnico, de capacidad institucional y de impacto
ambiental del posible proyecto. Una alternativa se construye a partir del análisis de los medios, o
sea, de los bienes y servicios o de las acciones que se deben desarrollar para obtener la solución
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Unidad 3

Monitoreo y Evaluación de Proyectos


deseada. Normalmente los medios con complementarios entre si, o sea, si es posible implementar
conjuntamente:

Entonces será posible lograr la solución. En otros casos además de bienes/servicios/acciones


complementarias existen sustitutos, o sea, dos bienes/servicios/acciones que cumplen similar función
y por lo tanto si se implementa uno u otro aportará lo mismo, luego debe optarse por uno de ellos. En
este caso si los recursos disponibles son limitados se tendría que optar entre “nueva infraestructura
educacional” y “mejoramiento de equipamiento de aulas” constituyéndose en opción válida ésta
última ya que en el corto plazo se podría avanzar en el mejoramiento de la calidad educativa, como se
puede observar en la siguiente figura. Si existieran los recursos claramente serían complementarias.

Por otra parte, hay que analizar si la institucionalidad responsable de realizar tiene todas las
capacidades y atribuciones legales para realizar la intervención. En este caso, es muy probable que
no se tenga atribuciones directas - pero si indirectas - para intervenir en la formación universitaria,
buscando cambiar el curriculum de formación de los profesores, por lo tanto, las acciones a desarrollar
en ese ámbito irán por actividades de articulación, de diagnóstico, de propuestas, que contribuyan a
las entidades universitarias a que tomen decisiones curriculares.

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Unidad 3

Monitoreo y Evaluación de Proyectos


¿Qué aprendimos en esta Unidad?

• Se discutió sobre la definición de un problema social.


• Se conoció la forma de definir la población objetivo de una intervención.
• Se revisó y ejercitó el análisis de actores involucrados.
• Se aprendió a definir causas y efectos de un problema dado, mediante el árbol de problemas.
• Se aprendió a definir los medios y fines de un objetivo dado, mediante el árbol de objetivos.
• Se revisó cómo se hace el análisis de alternativas.
• Finalmente se relacionaron todos los conceptos revisados con un diagrama integrador.

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