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Miguel Ayuso
La constitución
cristiana de
los Estados
r
Ediciones Scire
Colección D e Regno
n° 4
MIGUEL AYUSO
^ LA CONSTITUCIÓN CRISTIANA
DE LOS ESTADOS
Colección De Regno
4
Ediciones Scire
,·%/ Barcelona 2008
Ediciones Scire, S.L.
Barcelona, 2008.
Colección De Regno, n9 4
Director: M iguel Ayuso
ISBN: 978-84-936642-1-3
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LA CONSTITUCIÓN CRISTIANA
DE LOS ESTADOS
MIGUEL AYUSO
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Para Estanislao Cantero
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i L.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 11
CAPÍTULO 1
Religión y sociedad 17
CAPÍTULO 2
¿Existe una doctrina política católica? 37
CAPÍTULO 3
¿Ha variado la doctrina política católica? 55
CAPÍTULO 4
El problema del Estado católico 81
CAPÍTULO 5
Iglesia-Estado en España:
la singularidad del caso español 105
CONCLUSIÓN
Del laicismo a la laicidad 117
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I
INTRODUCCIÓN
i
14 La constitución cristiana de los Estados
Μ
CAPÍTULO 1
RELIGION Y SOCIEDAD
1. Introducción.
2 Eric Voegelin, The new Science o f Politics, Chicago, 1952, cap. III.
3 YVilmoore Kendall, Contra mundum, Nueva Rochele, 1971, pâgs.
149 y ss.
4 Wilmoore Kendall-Frederick D. Wilhelmsen, Cicero and the Politics
o f Public Orthodoxy, Pamplona, 1965.
!
Miguel Ayuso 19
6 Charles Péguy, Morceaux choisis: Poésie, 68* ed., París, 1927, págs.
176 y ss. Esta es la versión castellana de José Luis Martín Descalzo y
José Jiménez Lozano, en Charles Péguy, Palabras cristianas, 5* ed.,
Salamanca, 1982, págs. 132-133: "Lo sobrenatural es a la vez camal, /y
el árbol de la Gracia arraiga en lo profundo, / y penetra en el suelo
hasta llegar al fondo / y el árbol de la raza es él mismo etemal. Y la
eternidad misma está en lo temporal /y el árbol de la Gracia arraiga en
lo profundo /y penetra en el suelo hasta llegar al fondo / y en verdad
es el tiempo un tiempo intemporal. Y el árbol de la grada y la naturaleza
/ han ligado sus troncos con nudos tan solemnes, / han confundido
tanto sus destinos fraternos / que el mismo jugo tienen y la misma
estatura (...). "Es el mismo destino el que en ambos se juega, /es ya la
misma muerte la que en los dos se muere / idéntico es el miedo de las
dos agonías /y la misma bonanza que hay en los dos puertos (...). Y el
árbol de la Grada y la naturaleza / se han atado los dos con nudos
fraternales, / y ya son los dos casco, los dos arboladura, / y ya son los
dos alma y son los dos camales. "Y son los dos creados y los dos
Miguel A yuso 21
criaturas / y los dos son bajeles por el mismo océano, / y los dos están
armados con la misma armadura / y los dos son cunas sobre la misma
nada (...). Y no morirá el uno sin que el otro no muera, / ni saldrá a
flote el uno sin que el otro se salve, / ni llegará uno de ellos a la orilla
suprema / sin que realice el otro idéntico viaje".
7 Juan Antonio Widow, op. cit., pág. 63.
* Louis Salieron, "Cristianismo y política", Verbo (Madrid) n9 99 (1971),
págs. 895 y ss.9
I
10 Alvaro d'Ors, Ensayos de teoría -política, Pamplona, 1979, págs. 193
j y ss.
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Miguel Ayuso 23
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32 La constitución cristiana de los Estados
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CAPÍTULO 2
1. Introducción.
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ser una h o rrible realid ad " . B atalla contra el
totalitarismo, llamado aquí socialización, antes de que
la mala intención o la ignorancia trocase el uso del
lenguaje , en defensa de la dignidad de la persona y del
bien común.
Miguel Ayuso 43
!
44 La constitución cristiana de los Estados
sobre él. Ya que sobre una parte del mismo, aunque bajo
un ángulo de consideración diferente, se desenvuelve
la jurisdicción de la comunidad política. La Iglesia, a
mentido, se abstendrá de ejercer en amplias zonas de
la franja prudencial el derecho que le asiste. Pero tal
comportamiento no lo disminuye un ápice. Como sería
error grueso concluir de esta su abstención que los
asuntos sobre los que la Iglesia no ha hablado —y
probablem ente no hable n u n ca — son de orden
específica y únicamente técnico. Pues no es cierto que
las opciones sobre cuestiones respecto de las que la
Iglesia no se ha pronunciado, por tanto no sujetas a
prohibición doctrinal ni dependientes de decisión
pastoral de la jerarquía apostólica, son todas iguales en
valor morad.
1. Introducción.
3. La crisis postconciliar.
Un nuevo esquema ha brotado en estas circunstancias
presididas por el desarrollo del proceso secularizador
y por su admisión como irreversible en muchos círculos
eclesiales. Sus caracteres vienen im puestos por el
designio a que sirven: evitar que a la separación entre
la Iglesia y el Estado —consumada y aceptada, por lo
mismo no combatida en’adelante— siga la separación
entre el cristianismo y la sociedad23. Y su debilidad,
como habrá ocasión de detallar más adelante, está en la
repercusión social de lo político, ya exam inada,
multiplicada además en el Estado moderno, entre otros
muchos factores, merced al dominio de los medios de
comunicación.
I
CAPÍTULO 4
l.Introducción.
19
Id., "Para sobrenaturalizarlo todo: entrega al amor misericordioso
del Corazón de Jesús", Cristiandad (Barcelona) na (1984).
92 La constitución cristiana de los Estados
!
, la democracia, sentando en cambio en la primera que
"la justicia es el objeto y, por tanto, también la medida
intrínseca de toda política", mientras que en la segunda
! afirma que "el tesoro moral de la humanidad no está
| disponible".
L
96 La constitución cristiana de los Estados
28
Eric Voegelin, New Science ofPolitics, Chicago, 1952, capítulo I.
29
Cfr. Alvaro d'Ors, "Teología política: una revisión, del problema",
Revista de Estudios Políticos (Madrid) n5 205 (1976), págs. 41-79; Id., "El
correcto canonista. A propósito de los escritos reunidos de Hans
Barion", Verbo (Madrid) n» 241-242 (1986), págs. 223-233; Id., "Libertad
religiosa y libertad política", en Miguel Ayuso (editor), XIV Centenario
del III Concilio de Toledo. Iglesia-Estado: ¿dónde estamos hoy?, págs. 47-50.
98 La constitución cristiana de los Estados
36
Leopoldo Eulogio Palacios, La prudencia política, Madrid, 1978.
Ì
Miguel Ayuso 101
37
del orden político que debe llevar a reconocer como
constitu tiv o interno de la sociedad civ il su
subordinación a la ley moral y su dimensión religiosa.
Y esto no es algo meramente facultativo para los
católicos: "En una sociedad de católicos, en virtud de la
unidad de conciencia del ciudadano, eso importa ya una
referencia a la Doctrina de la Iglesia. Los ciudadanos
están obligados en conciencia a trabajar para que la
sociedad asuma su deber. Si lo que es su deber la
sociedad lo inscribe en su ley fundamental (según
corresponde a un estado de derecho) ya tenemos el
núcleo de lo que se llama confesionalidad " .
39
Ibid.
Miguel Ayuso 103
40
Cfr. Rafael Gómez Pérez, La minoría cristiana, Madrid, 1976, pág.
12. He sometido a crítica alguna de las tesis de Gómez Pérez en mi
artículo, antes citado, "¿Cristiandad nueva o secularismo irreversible"
y en este mismo libro.
41
Charles Maurras, Romantisme et Révolution, París, 1922, pág. 35;
Id., Etang de Berre, París, 1915, pág. 308.
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I
CAPÍTULO V
1. Presentación.
2 Jaime Baimes, Escritos políticos, tomo III (volumen XXV de las Obras
completas), Barcelona, 1926, pág. 241.
5 Miguel Ayuso, "Alvaro d'Ors y el tradicionalismo. A propósito de
una polémica final", Anales de la Fundación Francisco Elias de Tejada
(Madrid) ns 10 (2004), págs. 183 y ss.
Miguel Ayuso 107
Madrid, 1964.
5 Pierre Gaxotte, "La buena república", Acción española (Madrid), na
34 (1933). no escapará probablemente al lector que, hoy, se puede
cambiar sin dificultad la palabra república por la de democracia, sin
que escape el sentido de la afirmación.
6 Cfr. el interesante artículo de Estanislao Cantero, "Los católicos y
la adhesión a la República. El equivoco de un pretendido ralliement
español”, Iglesia-Mundo (Madrid) n° 323-324 (1986), págs.13-16. Número
110 La constitución cristiana de los Estados
1. D e n o m in ib u s n o n e s t d is p u ta n d u m ? o R es
d e n o m in a t u r a p o t i o r i?
2. Al principio... N o n e s t p o t e s t a s n is i a D e o .
15
Jean Madiran, L 'hérésie du XX siècle, cit., pág. 299.
124 La constitución cristiana de los Estados
AGOSTINO, C. F. D ', 98
AYUSO, M„ 13,25, 27, 28, 30, 31, 32, 39, 62, 69, 82, 86, 88, 97, 98,
99, 101, 103, 106, 112, 114, 116, 1 18,122
CALVEZ, J.-Y., 41
CAMUS, A., 92
CANALS, F., 14, 21, 24, 33, 35, 44, 77, 79, 89, 90, 91, 92, 98, 112,
114, 118, 124
CANTERO, E„ 49, 5 2 ,1 0 9
CASTELLANI, L , 21
CASTELLANO, D., 28, 39, 52, 87, 88, 98, 99, 111, 1 1 9,122
CICERÓN, 18
COMPOSTA, D „ 98
CONSTANTINO, 21, 22
CORTE, M. de, 47, 73, 87
CRÉTINEAU-JOLY, J„ 29 ’
CHESTERTON, G. K„ 69
CHIRON, Y , 31
FACEY, P. W„ 38
FERNÀNDEZ DE LA M ORA, G„ 28, 52
GAMBRA, A., 30
GAMBRA, R., 11, 14, 39, 42, 51, 53, 86, 87, 92, 110, 111
GA RCÌA LOPEZ, J„ 19
GAXOTTE, R, 109
G EFFR È, C , 59
G IL-RO BLES, J. M ., 110
GILSON, E ., 64
G O M A, I., 109
G Ó M EZ P É R E Z , R-, 6 1 ,1 0 3
G O N Z A L E Z M A R TIN , M ., 112
GREGORIO XVI, 2 9 ,4 2
G U ER R A C A M PO S, J., 74, 84, 95, 99, 101, 1 0 2 ,1 1 2 ,1 1 3 ,1 1 8 , 125
GURVITCH , G., 38
G U TIÉR R EZ G A RC IA , J. L., 57
H A RR ISO N , B., 95
H E R R E R A O RIA , A ., 14
IG A R TU A , J., 88
JIM EN EZ L O Z A N O , J., 20
JO SSUA, J. P., 59-61
JU A N XXIII, 70, 94
JU A N PA BLO Π, 37, 42, 69, 72, 75, 94, 113, 125
K E N D A L L , W., 18, 96
K ESSED JIA N , B., 126.
LA M M EN A IS, F. de, 29
LEFÈ V B R E , M ., 73
L EÓ N XIII, 33, 42, 51, 89, 92, 9 3 ,1 2 1
LIRA, O ., 21
L Ó P E Z M A R T IN EZ , N ., 110
L U C IE N , B., 95
M A D IR A N , J., 23, 24, 26, 27, 32, 42, 4 6 , 5 1 , 52, 68, 73, 79, 88, 116,
118, 121, 123, 125
M A L R A U X , A ., 26
M ARITAIN, J„ 51, 62, 76, 82
M A R R O U , H. I., 65
M A R TÍN D ESC A LZ O , J. L., 20
MASSIS, H ., 64
M A U R R A S, C h., 62, 76, 103
M E N É N D E Z PELA YO , M ., 83
M E N É N D E Z REIG A D A , I., 110
M ILLA N P U E L L E S , A ., 44
M IN G U IJÓ N , S., 11
M O L N A R , Th., 26, 65, 8 6 ,1 2 1
i
M U N , A. de., 26
M U Ñ O Z , J., 93
N A N TES, G. de, 72
N A PO LE Ó N , 82
NEG RO , D„ 120
N O CE, A . del, 117
N O V EN TA , G., 117
RAM IÉRE, H ., 88
RA M ÍREZ, S., 47
R EN A N , E„ 5 0, 86
RODRÍG U EZ AISA, M . L„ 110
RO D RÍG U EZ, F„ 38
R O D RÍG U EZ, V., 52
TEM IÑ O , Á ., 112
TEODOSIO, 22
TH IBO N , G„ 64
TIM A SH EFF, N . S., 38
TÖ N N IES, F„ 87, 96
TORRAS I BAGES, J., 90
VALÉRY, R, 65
V A LLET D E GO YTISO LO , J„ 25, 52, 67, 69, 75, 76
V Á Z Q U E Z DE PR A D A , A ., 47
V EGA S LA TA PIE, E., 14, 9 2 ,1 1 0 , 111
VERISSIMO SERRÄO, J., 2 8 ,1 2 2
V O EG ELIN , E., 18, 96, 97
W IDOW , J. A ., 17, 21
W IL H E L M SE N , F. D ., 18, 22, 9 6 ,1 2 0
C O L E C C IÓ N D E REGNO
D i r e c t o r . M ig u e l A y u s o
N fi 1
L a n a tu r a le z a d e la P o lític a
D a n il o C a s te lla n o
N Q2
L o s s a b e r e s p o lític o s
(C ie n c ia , F ilo s o fía y T e o lo g ía P o lític a s )
F r e d e r i c k D . W il h e l m s e n
N Q3
P o d e r y lib e r ta d . U n a v is ió n d e s d e
el tr a d ic io n a lis m o h is p á n ic o
F r a n c i s c o E lia s d e T e ja d a
Na4
L a c o n s titu c ió n c r is tia n a d e lo s E s ta d o s
M ig u e l A y u so