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Casa Poli
Casa Poli
Era difícil resistir la tentación de alcanzar el Intervenir un paisaje idílico. Perturbarlo. Esta es La situación apartada de la obra condicionó nuestra
78 borde, de sentir la caída, estando frente a un una condición que parecía inevitable. Siempre operación; trabajar con tecnología arcaica y mano
acantilado. Teníamos una sensación de vértigo recordamos las sanciones de Loos (Loos, 1910). de obra carente de especialización. Abordar la
un poco morbosa. Retirada del borde, según Las llevamos a cuestas. Por eso estoy de acuerdo construcción desde esta realidad precaria, tan
advertencia estructural, confinamos la operación con Pezo cuando dice que “esta nueva construcción imperfecta como inacabada, o desde el horno
en una pieza compacta que ocupa el único sitio no podría ser menos que una severa figura a medio de ladrillos y el peón para usar las imágenes de
menos escarpado. Aquello nos obligaba a elevar trabar entre la tierra y el mar. Una suerte de Martínez Estrada, más que una apología del menor
el suelo hasta recuperar al menos dos cosas: una refutación de los contemporáneos discursos que diluyen esfuerzo, suponía una denuncia de un estado de
era la sensación de un podio natural rodeado de la distinción entre natural y artificial”. cosas (Martínez Estrada, 1942).
nada y la otra era esa lectura morbosa y en primer Una serie de relaciones de continuidad dejan La casa se construiría en siete meses. Uno para
plano al pie del acantilado. percibir una relativa temporalidad, una presencia tareas de instalaciones previas y seis meses para los
Si en vez de techo decidimos dejar una terraza simultánea, entre los diferentes espacios seis estratos de vaciado de hormigón. Que la casa se
que ocuparía toda su superficie, el interior debía interiores. Casi como en un cuadro cubista, tal haya construido en más de un año y medio, además
moldearse de acuerdo a condiciones puntuales: su como dijera Rowe, las piezas se transparentan de un pésimo negocio, es una confirmación de
base es una plataforma quebrada en tres niveles fenomenológicamente. El interior fluye nuestras primeras sospechas.
que bajan con la topografía; el vacío de triple continuamente hasta sus limitantes perimetrales, Los camiones descargaban a 150 m de la faena, en una
altura que ocupa la plataforma más baja (orientado transversal, sagital y verticalmente. Es una cota 30 m más alta. Todos los materiales se bajaron
al noroeste) pretende contener la dimensión masa vaciada. La percepción de la totalidad del a pie. La mezcla se hizo con dos pequeñas betoneras
vertical del acantilado, acusando la experiencia espacio interior, más que recinto, se presenta y se trasladaba en cuatro carretillas. El agua se sacaba
aérea del mar; las dos habitaciones del segundo como un campo continuo, un paisaje interior. de un pozo que gracias a los bomberos pudo ser
piso se desplazan (en sentido este - oeste) para Este paisaje interior se alterna y complementa recargado un par de veces durante el verano.
conseguir condiciones visuales equivalentes. con la presencia del paisaje natural exterior. Durante la construcción trabajaron más de 30 personas,
Dado que el programa debía alternar un La luz natural distorsiona, segrega, invierte, el entre carpinteros, enfierradores y jornales. Aunque
centro cultural con una casa de vacaciones, nos contrapunto visual que hay entre un paisaje y nunca más de 6 a la vez. Muchos interrumpían sus
enfrentamos ante una vocación contradictoria: otro. A pesar de la robustez de sus estructuras, contratos para dedicarse a su labores de labrado
mediar entre una dimensión muy pública y otra la sensación de levedad e ingravidez del espacio o pesca artesanal. Ninguno leía planos.
más íntima e informal. O sea, a hacer algo medio percibido es ostensible. Terminada la obra gruesa la casa se veía igual que
monumental y medio doméstico, sin que una Sin duda la obra obliga a un movimiento ahora. Casi no tiene terminaciones. Un par de
calidad le pesara a la otra. ritualizado. La disposición de circulaciones detalles de ventanas, que todavía estamos tratando
Por ello, decidimos no nombrar los recintos por dentro del espesor habitable establece, de ajustar. Usamos las mismas tablas maltratadas
sus funciones y más bien dejarlos sin nombre imperativamente, la ocupación del perímetro, de los moldajes para revestir los muros interiores
y sin función, como meras salas más o menos de los límites de este confinamiento. Con ello que tienen contacto con el exterior. También para
interconectadas, para luego llevar todo el estamos forzados insistentemente a mirar hacia construir unas correderas que sirven como puertas
programa de servicio hacia el perímetro, hacia afuera, a dejar de ver la propia obra, a evadirnos de clósets y postigos que cubren las ventanas cuando
un muro exageradamente grueso, un espesor del interior, a deshabitar la arquitectura. Aquí la la casa se abandona.
habitable, que actuaría como fuelle. obra desaparece, se niega a sí misma, se desborda En los muros de hormigón quedaron las huellas
Dentro de este perímetro vaciado quedan la cocina, su medida antropométrica en la extensión de las tablas de moldajes; los leves desaplomes,
las circulaciones verticales, los baños, armarios y de los acantilados. Como en todo ritual, se descalces y descuadres no dejan de cristalizar algo
una serie de balcones interiores. Eventualmente, establece una relación forzada, repetitiva, tensa, de nuestro drama por salir del paso. Esto no dista
todos los muebles y objetos domésticos pueden controlada. En esta correspondencia repetitiva mucho de aquella definición que hace Gyhka del
guardarse dentro de este perímetro, liberando el es en donde deberíamos encontrar el verdadero paisaje; una huella cicatrizada de un conflicto de
espacio para múltiples actividades. programa arquitectónico de la obra. fuerzas naturales (Gyhka, 1950).
Mauricio Pezo, arquitecto Eduardo Meissner, Sofía von Ellrichshausen,
Centro Cultural Casa Poli arquitecta, como constructora
Fotografía: C. Palma
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Fotografías: C. Palma
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Fotografía: C. Palma
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Fotografía: PvE
Planta emplazamiento
D C
A A
B B
D C
AA BB CC DD
2
3
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1 Muro hormigón armado
e= 15 cm sg. cálculo, con aditivo
hidrófugo y sello interior
7 2 Vidrio termopanel (hoja batiente
100 x 200 cm) 8 + 10 + 6,
fijación silicona estructural
3 Ángulo aluminio electropintado negro
25 x 25 x 2 mm, remache pop
4 Marco tubular aluminio
electropintado negro 25 x 75 x 2 mm
5 Marco postigo corredera pino en
bruto, 1 x 4” pintado látex blanco
6 Entablado pino en bruto (moldaje
reciclado) 1 x 4” pintado látex blanco
7 Hoja batiente perfil tubular aluminio
Isométrica AA E / 1:500 Detalle ventana batiente 200 x 200 cm electropintado negro 25 x 50 x 2 mm
Casa Poli Proyecto eléctrico Alberto Silva, Claudio Mora, PvE arquitectos
Arquitectos Mauricio Pezo, Sofía von Ellrichshausen – Materialidad hormigón armado, madera de pino reciclada,
PvE arquitectos aluminio electropintado, vidrio termopanel
Ubicación Calle Rapa Nui 1, Península de Coliumo, Tomé, Chile Presupuesto 13 UF/ m2 (US$ 379/ m2)
Cliente Centro Cultural Casa Poli Superficie terreno 10.000 m2
Cálculo estructural Cecilia Poblete Superficie construida 180 m2
Construcción PvE arquitectos Año proyecto 2002 - 2003
Carpinteros César Manríquez, Roberto Ulloa, Andrés Reyes Año construcción 2003 - 2005
Ayudantes Gumercindo Moscoso, Mauricio Cortés, Miguel Cortés Fotografía Ana Crovetto (construcción), PvE arquitectos,
Instalaciones sanitarias PvE arquitectos Cristóbal Palma