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Derecho Procesal Penal I – 1era unidad.

Texto reproducido conforme a la bibliografía, con fines estrictamente académicos


Abog. Laura Ortiz Diaz.

Derecho Procesal Penal.

Definición:

El Derecho Procesal Penal es el conjunto de reglas jurídicas, plasmadas en el Código Procesal Penal,
dichas reglas regulan la actuación de las partes que intervienen en un proceso (juez, fiscal abogados, …)
desde su inicio hasta su conclusión, es decir hasta la emisión de una sentencia firme y consentida, sea
condenatoria (imposición de una pena) o absolutoria.

El Estado, a través del proceso penal sustancia la norma adjetiva (CP) con la finalidad de dar
cumplimiento a lo normado en el CP (la imposición de la pena, como consecuencia de la acción típica) y de
esta forma ejerce control social, de esta forma los seres humanos podemos convivir con nuestros
semejantes de manera pacífica, ya que por nuestra naturaleza necesitamos de reglas de convivencia; Las
reglas de convivencia que impone el Estado son de obligatorio cumplimiento. Y, es el Estado quien obliga
su cumplimiento, a través de la potestad que la misma sociedad de otorga mediante el pacto social.

En materia procesal penal, para llegar determinar una sanción o a una medida de seguridad se
pone en marcha un proceso penal que inicia al conocimiento de la noticia criminal, la autoridad
competente y los demás sujetos pertinentes deberán de seguir un “camino”, que se encuentra dividido en
tres etapas (las 3 etapas del proceso penal).

Cabe mencionar que la autoridad competente (fiscal) podrá tomar conocimiento de la noticia
criminal, por medio de los medios de comunicación social (radio, televisión, periódicos, etc.); Por
denuncia de parte: verbal, escrita, derivada de funcionario público o entidad pública (Juez, Policía,
SUNAT, etc.); Recibidas por la página web del Ministerio Público en http://www.mpfn.
gob.pe/denuncias.php#, vía telefónica o por correo electrónico; Flagrancia: detención policial o
arresto ciudadano.

Las etapas del proceso penal están orientadas a conseguir la decisión del juzgador respecto de la aplicación
de una pena o la absolución del imputado.

Fuentes del DPP

La palabra “fuente” deriva del latín “frontis”, que significa ‘provenir’, ‘derramar’, ‘brotar’, ‘emerger’.
Fuente es el origen de algo. El vocablo fuente se refiere al manantial de agua, en sentido figurado significa
aquello que es principio fundamental u origen de algo, y en materia jurídica fuente es la serie de actos
creadores del Derecho en general.; En otros términos las disposiciones o reglas usadas en la antigüedad
que pueden citarse válidamente en el proceso, para fundar un acto de procedimiento, se conocen con la
denominación de fuentes del Derecho Procesal.

Antecedentes

Indudablemente los pueblos antiguos como los egipcios y los hebreos, han conocido reglas
empíricas para administrar justicia y que la practicaban teniendo en cuenta las costumbres y aún
las ideas religiosas; Estas referencias solo tienen valor histórico, porque el proceso moderno tiene
orígenes en los procesos romanos y germánicos, cuya influencia es innegable. Esta es la razón para
estudiar estos últimos sin negar que todos constituyan verdaderas fuentes del Derecho Procesal.
(tarea)

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Derecho Procesal Penal I – 1era unidad.
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Abog. Laura Ortiz Diaz.

Las fuentes del Derecho Procesal:

Las fuentes del derecho procesal y del derecho en general, involucran factores sociales que
condicionan el surgimiento y el desenvolvimiento de las normas jurídicas entendidas como parte de la
normatividad general y como manifestación del control social. Debe analizarse la época, los pueblos, su
particular desarrollo y las relaciones de poder que determinan el establecimiento, mantenimiento y
evolución de un orden jurídico. “Fuentes del derecho procesal penal serán aquellos preceptos que
estructuran el funcionamiento, operadores y órganos que realizan el derecho penal de un Estado en una
época” y según la doctrina clásica tenemos:

1. La legislación,
2. tratados Internacionales,
3. La jurisprudencia,
4. La costumbre,
5. La doctrina procesal.

Legislación. Es el conjunto de disposiciones que tienen contenido legal, en el caso del proceso penal
tenemos el código procesal penal, antiguamente el código de procedimientos penales; Así mismo tenemos
normas especiales para los casos de delitos de mayor magnitud en la vulneración al bien jurídico como por
ejm. En el caso de los delitos contra el medio ambiente.

La ley procesal pertenece al Derecho Público, en tanto regula una actividad pública. Sin embargo,
muchas de ellas son solo leyes dispositivas. Aquí encontramos las leyes dispositivas que su incumplimiento
puede ser subsanado y las leyes impositivas que exigen un cumplimiento obligatorio.

Jurisprudencia. (Latín: “jus”, derecho y “prudentia”: declarar o decir el derecho). Conjunto de


sentencias uniformes y concordantes emitidas por el tribunal más alto; La jurisprudencia tiene su origen
por los Recursos de Nulidad que se interponen por errores “in procedendo” y en el Recurso De Casación
que se interpone por errores por “errores in judicando” (error en la aplicación del derecho sustantivo.)

La jurisprudencia es el resultado que nos brindan las instituciones jurídicas judiciales mediante de múltiples
pronunciamientos basados en la experiencia, por lo que podemos reafirmar que el carácter de fuente que
presenta y que ha ampliado su visión actuando como referente normativo en para la emisión de sentencias,
y para el estudio del derecho. La jurisprudencia es reconocida por la doctrina en general del derecho, hablar
de ella, es referirse a los antecedentes que adhieren un criterio, sobre la aplicación de un caso concreto,
ya que ésta tiene carácter interpretativo de la ley.

Costumbre. Es una forma inicial del Derecho Consuetudinario que consiste en la repetición
constante- continuada de un acto que con el paso del tiempo se vuelve obligatoria y por necesidad, esta se
da con el consentimiento colectivo y apoyo del poder político, llega a tener fuerza de ley. El Código de las
Siete Partidas (español) definió la costumbre literalmente como: “el derecho o fuero que no es escrito, el
cual han usado los hombres luengo tiempo, ayudándose de él en las cosas y en las razones por que lo
hicieron”.

Entonces podemos preguntarnos: ¿Que es el Derecho Consuetudinario? Y como respuesta tenemos que
es el conjunto de principios, valores y normas de carácter jurídico no codificadas que regulan las relaciones
humanas de una sociedad cuya observancia es impuesta de manera coercitiva por la costumbre, estas
reglas contienen valores aceptados por el resto de la sociedad en la que se aplica.

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Doctrina procesal. Conjunto sistemático de estudios realizados por tratadistas del Derecho
Procesal; Se exige en Derecho Procesal que la doctrina sea mayoritaria, es decir se exige que la doctrina
sea uniforme y de mayor aceptación, la doctrina a su vez, recoge los antecedentes emanados de los
tribunales producto del pronunciamiento cuando se haya recurrido en nulidad o casación.

La doctrina es considerada fuente indirecta en el sentido de que sirve para la interpretación de la ley
procesal. Es muy importante en aquellos casos que es necesario modificar o complementar la ley procesal,
ya sea debido a vacíos que pudieran presentarse, no tiene efecto práctico, porque este le corresponde a
los juzgadores.

Derecho Procesal Penal - Norma Procesal:

Nuestro Código Procesal Penal, cuya razón de ser es la sustanciación de la norma adjetiva para el
cumplimiento de la imposición o absolución de una sanción penal al sujeto que haya incurrido en la
comisión de un hecho delictivo; La presente asignatura tiene por objeto el análisis del texto legal, lo que se
verá conforme al avance silábico; Sin embargo debemos de tener presente que las normas que emanan del
código procesal penal son las que regulan el proceso penal desde su inicio hasta el final.

Sistemas Procesales:

En la evolución histórica del derecho proceso penal se han dado diferentes modelos de sistemas
procesales, cuyas características se sustentan en concepciones ideológicas, religiosas y sociales vigentes
cuando estos modelos surgieron.

Sistema acusatorio:

El sistema procesal acusatorio tiene como elemento esencial, la separación de las funciones de
acusar y juzgar y comprende además la distinción entre los responsables por la función jurisdiccional y
aquellos encargados por la postulación, así como también el papel del órgano de la acusación con la
consecuente ausencia de cualquier poder sobre el imputado.
La unión de acusación y juicio compromete, sin duda, la imparcialidad de lo segundo y, por su turno,
frecuentemente la publicidad y la oralidad del proceso. La carencia de estas garantías “debilita todas las
demás, y en particular las garantías procesales de la presunción de inocencia del imputado antes de la
condena, de la carga acusatoria de la prueba y del contradictorio con la defensa”

Sistema inquisitivo

Ana Calderón Sumarriva afirma que “el sistema inquisitivo aparece con los regímenes monárquicos,
se perfecciona con el derecho canónico inquisitio ex officio y se materializa en las legislaciones europeas de
los siglos XVI, XVII y XVIII.” Asimismo refiere que “el sistema inquisitivo, en contrapartida al sistema
acusatorio puro, se fundamenta en que es derecho-deber del Estado promover la represión de los delitos, la
cual no puede ser encomendada ni delegada a los particulares: inquisitio est magis favorabilis ad
reprimendum delicta quam accusatio (la inquisición es más favorable que la acusación para reprimir
delitos). Según este sistema, las funciones de acusación y decisión están en manos de la persona del Juez.
El proceso se desarrolla de acuerdo con los principios de la escritura y el secreto.”
Y citando a Julio Maier señala que “el objetivo fundamental del procedimiento era averiguar la verdad, sin
reparar que los medios eran humillantes para el acusado. La tortura fue considerada como el medio idóneo
para obtener la confesión del acusado”.

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Justamente por su innegable carácter despótico, Montero Aroca llega a no aceptarlo como verdadero
proceso, al afirmar que el denominado proceso inquisitivo no fue y, obviamente no puede ser, un
verdadero proceso. Si este se identifica como actus trium personarum, en el que ante un tercero imparcial
dos partes parciales, situadas en pie de igualdad y con plena contradicción, y plantean un conflicto para
que aquel lo solucione actuando el derecho objetivo, algunos de los caracteres que hemos indicado como
propios del sistema inquisitivo llevan indudablemente a la conclusión que ese sistema no puede permitir la
existencia de un verdadero proceso.[11]

Sistema mixto

Pepe Melgarejo Barreto refiere que “este sistema aparece con el advenimiento del iluminismo, la
revolución francesa (1789) y del Estado moderno. Se estructuró el proceso en dos etapas: la fase de la
instrucción, inspirada en el sistema inquisitivo por ser escrita y secreta, y la fase del juicio oral con marcado
acento acusatorio, basado en la contradicción, oralidad y publicidad.”
Ana Calderón Sumarriva citando a Leone considera que “este sistema trata de armonizar dos exigencias
aparentemente opuestas: a) Que ningún culpable escape del castigo; b) Que nadie sea sometido a pena si
no se demuestra su responsabilidad, y solamente en los límites de ella”. Asimismo refiere que “la
persecución penal es encomendada a un órgano del Estado: el Ministerio Publico, mientras que la
instrucción (la investigación del hecho, la selección y valoración de la prueba) corresponde al órgano
jurisdiccional. Asimismo, el imputado es sujeto de derechos y se le otorga las garantías de un debido
proceso.”

Sistema peruano

En palabras de Caro Coria “el proceso penal peruano está revestido de diversas garantías de
reconocimiento constitucional en nuestra Carta Magna de 1993 (desarrolladas con más detalle en el
reciente proyecto de reforma del Código Procesal de mayo de 2004) que buscan no sólo otorgar al
procesado un marco se seguridad jurídica, sino en última instancia mantener un equilibrio entre la
búsqueda de la verdad material y los derechos fundamentales del imputado, los cuales constituyen un
límite al poder punitivo estatal, cuya protección y respeto no pueden ser ajenos a una justicia penal
contemporánea”.
Según Melgarejo Barreto considera al modelo adversarial como “un sistema procesal penal propio del
angloamericano (características en parte del NCPP). Se basa en la igualdad de derechos y oportunidades
que tienen los litigantes (solo las partes). Estriba del principio de igualdad de armas por un lado, el acusador
(fiscal) quien persigue penalmente (se incluye también al actor civil, quien pretende la reparación civil), y
por otro lado, el imputado quien resiste y contradice la acusación, ejerciendo su derecho a la defensa (se
incluye también al tercero civil responsable -si lo hubiera- con relación a la reparación civil). Serán sólo
ellos, quienes tendrán que tratar de probar sus pretensiones”. Asimismo refiere que “el juez neutral no
interviene para nada, en la aportación de pruebas, se limita a dirimir y decidir, ejerce la función de fallo
fundado única y exclusivamente por las actuaciones y medios de pruebas efectuadas por los actores
procesales intervinientes.”
Justicia penal:
Gino Costa – El comercio. (Artículo para análisis)

No hay seguridad ciudadana sin una justicia penal eficaz y oportuna. Si fracasa la prevención, es preciso
investigar el delito para dar con sus autores y someterlos a la justicia. A esta, le corresponde imponerles una
sanción, que represente no solo un castigo para los infractores, sino también una advertencia para

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potenciales transgresores. Cuando la justicia penal no existe o funciona mal, impera la impunidad, que
alienta el delito.

Es lo que ocurre en el Perú, donde una fracción muy pequeña de las infracciones es efectivamente castigada.
Según el INEI, solo el 14% se denuncia y, de ellas, no más de una décima parte son sancionadas. Por ello,
según el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el 92% de limeños cree que la justicia no castiga
correctamente y el 98% opina que no es expedita. Esto explica que ocupemos el último lugar en satisfacción
con la justicia en el ránking continental del Barómetro de las Américas.

Es, pues, urgente remediar esta situación, lo que obliga a involucrar a todos los actores judiciales
concernidos, a la sociedad civil y a los partidos políticos en un acuerdo nacional por la justicia. Tres de los
aspectos más importantes del acuerdo son los siguientes:

Primero, descentralizar la justicia penal y adecuarla al Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana


(Sinasec) para garantizar su presencia en los principales distritos del país y permitir su rápida e
inmediata acción. Los juzgados de flagrancia son un ejemplo por seguir, pero se debe revisar la
legislación para evitar la desproporción de penas y favorecer medidas alternativas como la multa,
los trabajos comunitarios u otras. De lo contrario, las cárceles seguirán siendo universidades del
crimen y, al paso que vamos, estallarán.En relación con los adolescentes, la justicia restaurativa,
aplicable a infracciones no graves y no violentas, ha demostrado dar muy buenos resultados y ser
mucho más barata que el encierro. Su extensión a la justicia penal de adultos debe ser evaluada.

Segundo, implementar la Sala Penal Nacional, para procesar y sentenciar a los integrantes de
estructuras dedicadas al narcotráfico, las extorsiones, el sicariato y otras formas de delito complejo.
Mientras que la descentralización de la justicia penal debería ayudar a reducir el delito callejero y
las altas tasas de victimización por delincuencia que nos caracteriza, el fortalecimiento centralizado
del sistema contra el crimen organizado debería permitir frenar el crimen violento y su penetración
en el sistema institucional.

Tercero, reformar el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), encargado de seleccionar, evaluar,


investigar y sancionar a jueces y fiscales. La actual configuración constitucional del CNM ha hecho
de él un mercado de intereses, no ha impedido la influencia política, ni lo ha blindado de la
corrupción.

La reforma del sistema de justicia es una prioridad para el desarrollo institucional del país. Debe serlo
también para el próximo gobierno, al que le corresponde comprometer a jueces y fiscales, así como a la
sociedad civil, en esta impostergable tarea.

Principios del Proceso Penal en el CPP:


La justicia penal.- El art. I del TP que sostiene “La Justicia Penal...se imparte con imparcialidad por
los órganos jurisdiccionales competentes...”, concuerda con el art.IV, “el Ministerio Público es titular del
ejercicio público de la acción penal en los delitos y tiene el deber de la carga de la prueba, asume la
conducción de la investigación desde su inicio”. El Código establece con claridad que lo más importante del
modelo, es la garantía de que nadie puede ser penado sin juicio, lo que convierte al juicio oral en un derecho

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de todas las personas, de tal modo que se puede afirmar desde la vertiente de los derechos humanos, que
existe un derecho a un juicio oral.
La regulación de la gratuidad de la justicia penal es una garantía que el ordenamiento dispone a fin
de no privar a los sujetos de tener acceso a la justicia, y a su vez a que se les imponga una sentencia
(castigo) de manera imparcial por el juez, aunado a ello la ley prevé la sustanciación del proceso en un
plazo cuya duración sea razonable, entendiéndose ello el evitar atrasos injustificados que causen perjuicios
para resolver la acusación. Uno no puede ser procesado toda la vida, causándole tal situación una sensación
de inseguridad permanente. Como dice el refrán "Una justicia que tarda no es justicia"
La oralidad permitirá el debate de las posiciones adoptadas por las partes involucradas, el proceso penal
es público salvo excepciones expresamente establecidas por razones de protección a la parte perjudicada.
Las partes se enfrentan en igualdad de armas que les permitirán contradecir lo argumentado por el
contrario. Se trata de una garantía judicial, por medio del cual las partes puedan enfrentarse en igualdad
de condiciones y con las mismas oportunidades para poder ejecutar su defensa, presentar pruebas y
argumentar durante las audiencias, y demás actuaciones procesales. La igualdad de armas tiene por objeto
que no se produzca un estado de indefensión del acusado que pueda acarrear una sentencia condenatoria
y es por ello que también se regula la pluralidad de instancias.
La justicia penal que prevé nuestro ordenamiento es garantista y dentro de las principales garantías
tenemos:
• Separación clara de funciones ente el Ministerio Publico y el órgano jurisdiccional.
• Prevalencia de la oralidad, que permite la generación del debate de posiciones entre los sujetos
involucrados. Igualdad de ramas, publicidad, contradicción, inmediación, congruencia, entre otros.
• Existen tres etapas a cargo de dos jueces distintos, siendo el juez penal el encargado de resolver de
manera objetiva el caso que llegue a sus manos y ser el director del juicio oral.
Es decir con este nuevo código se busca que el cumplimiento del debido proceso, la protección de los
derechos del acusado desde el inicio hasta el final, y que aquellos en cargados de la acción penal (fiscal) y
de la resolución (juez) cumplan con sus roles y no se atribuyan facultades del otro o interrumpan de manera
innecesaria, dejándose atrás esa concentración de poder que tantos daños y perjuicios ha causado.
Presunción de inocencia.- El artículo 2, inciso 24, literal e de la Constitución Política del Estado,
reconoce la presunción de inocencia, principio que además constituye derecho fundamental que tiene
toda persona, la cual se ejerce desde el inicio de un proceso hasta su conclusión, este quiere decir que la
persona sindicada por la comisión de un hecho punible, es y será tratada como inocente hasta que se
demuestre lo contrario mediante una sentencia emitida por el juez de juzgamiento que debe de quedar
firme y consentida.
Esta garantía constitucional comprende todo ámbito jurisdiccional en que pueda atribuirse un delito a una
persona, lo cual implica todo aquello que pueda importar un trato de culpable: despido de trabajo,
separación, publicidad en los medios, etc.
La presunción de inocencia es un derecho que asiste a la persona desde que nace, hasta que mediante
sentencia se diga lo contrario, este derecho se sustenta en la protección de la dignidad del ser humano;
constituye uno de los pilares del proceso penal acusatorio y por lo tanto constituye también el límite que
tiene el poder punitivo del Estado, quien no podrá sancionar a una persona mientras la presunción de
inocencia que lo protege no sea desvirtuada en su totalidad, lo que significa que en caso de duda sobre la
inocencia de un imputado el Estado no podrá sancionarlo.

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Este derecho no es absoluto, se trata de una presunción IURIS TANTUM la cual admite prueba en contrario,
la misma que corre por cuenta del titular de la acción penal.
Interdicción de la persecución penal múltiple.- Este principio establece un límite al Estado a fin de
que no pueda hacer uso abusivo de su poder en contra de algún sujeto (persona) acusándolo de la comisión
del mismo hecho cuantas veces lo considere pertinente, la persona entonces sólo podrá ser perseguida
una sola vez por un mismo hecho.
El ne bis in idem no solo comporta la prohibición de una persecución subsiguiente, es decir, cuando la
imputación ya ha sido materia de un pronunciamiento final por parte del órgano jurisdiccional
correspondiente, sino que también se encuentra referido a la prohibición de una persecución paralela, es
decir, que la persona sea perseguida al mismo tiempo en dos procesos diferentes.
Si se realizó un proceso donde el fiscal busco demostrar la culpabilidad del sujeto y no pudo lograrlo, siendo
considerado inocente. Este no puede volver ser procesado por el mismo hecho, con las mismas pruebas,
ya que hubo un momento en el cual se resolvió dicha situación. El ser humano tiene derecho a desarrollarse
plenamente, en armonía con la sociedad, libre de ansiedad y angustia. Aquí se hable del famoso "NE BIS IN
ÍDEM"
Titular de la acción penal.- De acuerdo al Artículo IV, del Título Preliminar del NCPP y el Art.60, quien
es titular de la acción penal es el Ministerio Publico. Se trata de un organismo constitucional autónomo
creado por la Constitución de 1979, y que tiene por misión velar por los intereses públicos tutelados por la
ley y perseguir el delito, defendiendo de esa forma la estructura social que conocemos como sociedad. Es
el quien por reconocimiento constitucional investiga los hechos ocurridos, actuando objetivamente para
determinar si la persona o personas a quienes se les atribuye la comisión de un delito o falta son los
responsables o no y en base a ello solicitar al órgano jurisdiccional ordenar a todas los actores (cuyos
derechos, deberes, y obligaciones están establecidos por la ley) apersonarse al proceso y poder resolver el
caso con la condena o absolución.
La acción es un Poder Jurídico, la cual ha sido otorgada en forma exclusiva al Ministerio Publico para que
lo ejecute a través de sus representantes (fiscales) ya sea actuando de oficio o a pedido de parte. Este
poder jurídico reconocido constitucionalmente tiene como fin solicitar al órgano jurisdiccional
pronunciarse sobre un hecho transgresor de la ley, sustentándose en pruebas que le otorguen certeza al
juez de que el hecho se cometió por determinada persona, en determinada circunstancia y por ello merece
se le aplique la pena respectiva señalado por el tipo penal.
Esta actividad se encuentra regulado por lo que nosotros conocemos como Derecho Procesal Penal, en el
cual se debe se cumplir una serie de actos coordinados en forma lógica que guiaran a todas las partes que
intervienen en el proceso a poder sustentar su teoría de cómo sucedieron los hechos, poder presentar o
cuestionar medios probatorios, el respeto de principios, garantías o derechos, cumplimiento
de funciones establecidas por la ley para las partes, y sobre todo la imparcialidad del juez. Es el Ministerio
publico el titular de la acción Penal, y es el quien tiene el deber de la carga de la prueba, realizar la
investigación desde que tiene conocimiento del hecho, y en base a ello formular su teoría del caso. Siendo
este último sustentado ante el juez y que, al mismo tiempo, permite a la parte acusada junto con su
abogado elaborar también su propia teoría para explicar cómo sucedieron los hechos, respetándose así su
derecho de defensa y otros derechos fundamentales o principios garantizados en el proceso penal.
Entonces podemos entender que hay una clara separación de roles entre el Ministerio Publico y el órgano
jurisdiccional, cumpliendo cada uno determinadas funciones de modo que las actividades que se deben de
llevar a cabo durante el proceso no sean realizadas solo por uno de ellos y se atente de esta forma (en el
caso del juez) contra la imparcialidad y objetividad que debe existir para llegar a establecer la verdad de los

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hechos e impartir la justicia correspondiente. Es el Fiscal quien dirige la investigación y decide en base a los
elementos recaudados el delito por el cual acusara, formulando su teoría del caso, mientras que el juez
penal (etapa de juzgamiento) se encargara de evaluar la teoría presentada por el fiscal y el de la parte
acusada.
El Ministerio publico actúa de manera independiente y autónoma (Art.128 Constitución) frente a otros
órganos o poderes del estado y también que los fiscales desempeñan sus funciones dentro de las facultades
previstas por la norma y su jerarquía.
Competencia judicial.- La administración de justicia está a cargo del juez que goza de libertad de
criterio y conciencia para poder emitir sentencia, es el quien aplica el derecho. Su función la ejerce en
forma independiente es decir que no recae sobre él, influencias de tipo público o privado y por otro lado
la imparcialidad referente al desinterés del juez en el resultado del proceso. Esta imparcialidad puede ser
subjetiva y la objetiva que garantiza al justiciable ser juzgado en base a lo establecido por la ley.
La imparcialidad del juez penal es vital para resolver el caso. En el Nuevo Código Procesal Penal hay dos
jueces: El de Investigación preparatoria y el de juzgamiento.
El juez de investigación preparatoria tiene la función de controlar el plazo de investigación otorgada al
fiscal, emitir auto de sobreseimiento, dirigir audiencias, procedencia de diligencias preliminares, entre
otros.
El Juez Penal será quien conozca la causa, dirige el juicio oral, y emita la sentencia correspondiente. Puede
ser colegiado o Unipersonal.
La etapa intermedia y la de juzgamiento están a cargo de dos jueces distintos, cada uno con funciones
distintas. Además, es necesario recordar que las resoluciones emitidas por el órgano jurisdiccional deben
de ser motivadas y escritas, y que estas señalarán las penas o medidas de seguridad (peligrosidad del sujeto)
reconocidas por la ley.
Legalidad de las medidas limitativas de derechos.- Relacionado con el articulo2, inc. 24, literal d, y
el artículo 139, inc.10 de la Constitución por el cual debe ser señalado en forma clara, precisa y por escrito
aquellos derechos que constituyen un delito. Las resoluciones emitidas deben gozar de motivación, la cual
se debe sustentar en elementos que crean convicción de haberse realizado, y cuya responsabilidad está
vinculada con esa persona.
Vigencia e interpretación de la Ley procesal penal.- La ley vigente en el momento de la comisión del
delito es la que se aplica, no obstante si se promulga una ley posterior a este hecho y resultara beneficiosa
al imputado, ésta será aplicada. Cada delito es único y se resuelve de manera distinta ya que los elementos,
personas y razonamientos utilizados darán como resultado un fallo en tal o cual sentido. De modo que no
se puede aplicar la analogía. Por lo que si en el caso se presente una situación similar y anteriormente el
caso parecido se resolvió condenando a una pena privativa de libertad, este nuevo caso similar podría
correr con la misma suerte. Por esa razón el derecho, prohíbe la analogía.
Rige como regla el “principio de la aplicación inmediata”, por el cual deberá aplicarse la ley procesal
vigente al momento del acto procesal, lo que implica que podrá aplicarse incluso al proceso en trámite.
Esta regla no se aplicará y seguirá aplicándose la ley procesal anterior a “los medios impugnatorios
ya interpuestos, los actos procesales con principio de ejecución y los plazos que hubieran empezado”.
Se garantiza la aplicación retroactiva de la norma procesal, siempre que esté referida a derechos
individuales, pudiendo aplicarse incluso para actos procesales ya concluidos si fuere posible.

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Legitimidad de la prueba.- Los medios probatorios están destinados a convencer al juez sobre la
veracidad del hecho y a la vez respaldar la posición adoptada en el proceso. Esta debe ser conducente, útil,
idónea, necesaria. No obstante las pruebas pueden ser obtenidas empleando elementos o actos que la ley
prohíbe, la prueba tiene por finalidad: sustentar la posición de la parte que la ofrece y con ello crear
convicción en el Juez.
Éstas deberán ser obtenidas de manera legítima y admitidas para que sean actuadas en el proceso penal.
Sin embargo se pueden presentar casos en los que la prueba adolezca de licitud como la prueba ilícita o
prueba prohibida, llamándoseles así en razón de haber sido obtenidas mediante la violación de derechos
constitucionales, recibiendo el mismo tratamiento la prueba que se deriva de ella primera (prueba ilícita –
prohibida) por considerarse lo que la doctrina llama “fruto del árbol envenenado”. Otro concepto diferente
es el de la prueba irregular, defectuosa o incompleta, que se da mediante la inobservancia de formalidades
(violación de regla procesal). No se puede pretender aplicar la ley penal a costa de la violación de las normas
constitucionales para la obtención de la prueba.
Sin embargo la doctrina de la buena fe señala que se admite la posibilidad de valorar prueba obtenida con
violación a derechos constitucionales, siempre que se haya realizado sin intención, por error o ignorancia.
Así también se ha reconocido que la prueba ilegal puede ser utilizada a favor del imputado, porque si
“...bien es razonable absolver a quien tiene la conciencia de ser culpable, cuando esa culpabilidad se
acreditó ilegítimamente... repugna condenar a quien se sabe inocente, con aquel mismo argumento”. Por
ejemplo, el caso de la absolución apoyada en la confesión bajo tormento (tortura).
Derecho de defensa.- Está relacionado con el artículo 2, inciso 24, literal f, y el artículo 139, incisos
14 y 15. Toda persona tiene derecho a contar con un abogado desde que conoce la acusación en su contra,
de contradecir a la otra parte, de presentar las pruebas, que exista igualdad de oportunidades en el
proceso.
El derecho de ofrecer medios probatorios pertinentes, conducentes y útiles (Art.352, Inc. 5 NCPP) para
sustentar su posición y causar en el juez la certeza correspondiente sobre los hechos y un mejor
entendimiento del caso. Este derecho guarda relación con el objeto del proceso en cuanto a la posición de
las partes, esto es crear certeza jurídica respecto de mi teoría del caso, el derecho a defensa es útil porque
contribuye a resolver el caso. La culpabilidad es tarea del fiscal. Dependerá de la persona decidir
voluntariamente el reconocimiento del hecho. Por otra parte, el respeto de la dignidad del acusado debe
estar presente desde el comienzo hasta el final del proceso, gozando de las garantías del derecho a defensa.
Esta garantía se extiende también al uso en plena igualdad de todos los medios de prueba, a ejercer la
defensa por sí o a través de su Abogado defensor. El ejercicio de la defensa en plena igualdad, obliga a
fortalecer la Defensa de Oficio, a fin de que pueda competir en igualdad de condiciones con la Fiscalía.
Opera con la mera imputación de la comisión de un ilícito penal. Nace desde que es citada o detenida por
la autoridad.
El derecho a defensa se expresa en el derecho de contradicción, en el que ambas partes, acusadora y
acusada, tienen la posibilidad efectiva de comparecer o acceder a la jurisdicción a fin de hacer valer sus
respectivas pretensiones, mediante la introducción de los hechos que las fundamentan y su
correspondiente práctica de prueba, así como cuando se le reconoce al acusado su derecho a ser oído
previo a la imposición de una pena.
Prevalencia de las normas del TP del CPP.- Existe una prevalencia del título preliminar, la cual se
ejercerá en armonía con los demás artículos señalados. Si se produjera alguna contradicción o modificación
de otras leyes, el título preliminar y la Constitución estarán por encima de ellos.

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