Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
QUÉ ES EL ESTRÉS
Es un estado de tensión que se presenta cuando
creemos que peligran nuestra salud o nuestra
integridad o cuando existe un desequilibrio entre las
exigencias ambientales, biológicas o psicológicas y
nuestra capacidad para responder ante ellas. Estas
situaciones requieren una modificación o una
adaptación para afrontarlas.
El estrés ocurre cuando percibimos una situación
como amenazante, emocionalmente perturbadora o
inquietante y siempre que hay un desequilibrio entre
las demandas que se nos presentan y nuestra
capacidad para resolverlas.
CÓMO SE ADAPTA EL ORGANISMO AL DESEQUILIBRIO
El estrés se caracteriza por la manifestación de
reacciones físicas con las que el organismo se adapta
a los cambios y a los estímulos. Estas reacciones
ponen a la persona en estado de alerta y la ayudan a
afrontar la situación que le causo el trastorno.
Nuestro organismo está preparado para soportar
cierto grado de estrés. De hecho, un poco de estrés es
positivo cuando, por ejemplo, sentimos una ligera
aprensión antes de una entrevista de trabajo, o si nos
ponemos en guardia ante una situación peligrosa;
pero si las circunstancias estresantes llegan a un
punto en que parece imposible controlarlas o
persisten más tiempo del que puede tolerar, entonces
surgen los problemas.
Con el objeto de equilibrar nuestros deseos y nuestra
realidad y para controlar cualquier situación,
necesitamos adaptarnos al estrés, no sólo cuando se
manifiesta en forma de crisis, sino también cuando se
presenta con las de pequeñas exigencias cotidianas o
demandas del medio ambiente.
CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS FÍSICOS
Son muy variados y generalmente no se presentan en
forma aislada. Algunos de ellos son:
- Agotamiento
- Aumento o pérdida de peso
- Aumento del ritmo cardiaco
- Cambios en el apetito
- Cansancio
- Debilitamiento del sistema inmunitario
- Dificultad para dormir, tanto para iniciar el sueño
como somnolencia excesiva
- Estrangulamiento de la voz
- Inquietud
- Jaquecas, migrañas
- Manos y pies fríos
- Mareos
- Nauseas
- Palpitaciones
- Respiración irregular
- Sensación de tener la boca seca
- Sofocamiento
- Sudoración excesiva
- Tensión muscular (dolor en el cuello y la espalda)
Técnica 2
Autorreflexión. Lleve un diario de las presiones a las
que se ve sometido durante el día. Después revise las
situaciones que pueden ser estresantes y plantéese:
¿Qué me impide sentirme muy bien hoy? Esta
pregunta le dará una perspectiva distinta de cómo
controlar la tensión y mejorar su posición psicológica
para el cambio.
Reconstruya situaciones tensas o desagradables.
Piense en un caso reciente de pesar o de congoja
escriba tres formas en las que todo iría mejor y tres
formas en que hubiera sido peor. Después piense en
una manera de resolverlo; si le cuesta trabajo, piense
en alguien que maneja bien la tensión en situaciones
críticas e imagine qué habría hecho esa persona o
cómo reaccionaría. Esto lo ayudará a ver que después
de todo el acontecimiento no fue tan malo, y, además,
le reafirma que usted puede pensar en mejores
formas de hacerle frente.
Deje de temer a los cambios.