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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE MÉXICO INTEGRANTES:

Balboa Juárez Frida Fernanda


Celis Flórez Karen Julie
Cruz Galindo Israel
Jiménez Domínguez Fernanda
Pacheco González Luz Elena
Ruiz Ruiz Alfonsina Quetzal
Sánchez Ramos Hernán Alonso

AVANCE DE INVESTIGACIÓN: TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

El presente texto pretende, en su concepción, ser un reporte que conste del trabajo
académico que hemos adquirido a través del curso, pero a la vez en él, más que las
primicias y los supuestos conceptuales de los que se partió para la investigación, se muestra
el avance de ésta; así como el método de investigación elegido. Hemos procurado redactar
un avance conciso, de extensión breve y que se enfoque únicamente a lo que nos atañe. Así
pues, el mismo se dividirá según se muestra en el siguiente esquema:

1) Aspectos del proyecto.


 Objetivo.
 Método de trabajo.
2) Contenido de la investigación.
 Antecedentes y causas.
 Aspectos socioeconómicos y culturales
3) Primeras conclusiones.
1.- ASPECTOS DEL PROYECTO.

El objetivo apuntará hacia presentar un panorama general historiográfico sobre el


proceso socioeconómico denominado Tercera Revolución Industrial. El método de trabajo
elegido consiste en la distribución en fragmentos de las labores de investigación para cada
uno de los integrantes del equipo, siguiendo la línea de subtemas requeridos. Las fuentes
que se han consultado para dar comienzo a la recopilación y síntesis de la información son,
en su mayoría, de procedencia digital —hemos utilizado únicamente fuentes fidedignas,
que se encuentran respaldadas por instituciones académicas, como lo son las bases de datos
especializadas en el área de Ciencias Sociales y Humanidades, tales como Jstorage y
Digitalia, pues en ellas se proporciona acceso a contenidos con mayor facilidad y que
cualquiera de los elementos del equipo puede consultar— además, nos hemos apoyado en
bibliografía física que abarca los aspectos generales dentro de la delimitación que solicita
un estudio sobre la Revolución asignada.

2.– CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN.

Antecedentes y causas.

Es gracias a los procesos de Revolución Industrial, que han sucedido a lo largo de la


historia de la humanidad, que ésta ha alcanzado el desarrollo tecnológico que actualmente
poseemos. Los lindes cronológicos que enmarcan a la Tercera Revolución Industrial son un
tanto difusos principalmente porque en plena libertad de teoría los distintos historiadores
poseen diferentes posturas que corresponden a su anexión a distintas escuelas y corrientes.
No obstante, basándonos en los juicios surgidos de la escuela de Marc Bloch, no nos parece
precipitado determinar que los procesos de larga duración no son lineales ni consecutivos,
en esta medida, los fenómenos históricos pueden tener diferentes causalidades que, a su
vez, se pueden remontar a épocas pasadas. El peligro de caer en la polarización en
ocasiones nos hace juzgar como equivocado un acontecimiento y relegamos la posibilidad
de extraer una enseñanza del pasado. Por lo tanto, en este trabajo abordaremos el fenómeno
de la Tercera Revolución Industrial ubicándola a partir de finales del siglo XIX hasta la
segunda mitad del siglo XX.
Para el siglo XIX se había incrementado el rendimiento del trabajo y el costo de
producción, aparecían las grandes empresas gracias a la movilización de capitales, metales
como el hierro seguían siendo de mayor movilización, los transportes habían bajado su
costo y gracias a esto los comercios ampliaron su plan de acción; hubo un gran crecimiento
en consecuencia a la gran facilidad de movilidad. Los países que surgían en el plano
industrial apoyaban a sus empresas en las nuevas tecnologías, naciones como Alemania,
Italia, Estados Unidos y en parte Japón, serían en gran medida los que predominaran en esta
etapa industrial, en tanto que otras como Reino Unido, Bélgica y Francia tuvieron más
dificultades para adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas en su amplia pero
envejecida estructura industrial. Por otro lado, el devenir acelerado de la energía eléctrica
aceleró, a su vez, el de la causa que nos interesa: la tecnología.

A continuación, ubicándonos ya en el siglo XX, la Revolución Industrial incorpora


elementos tecnológicos determinantes a la sociedad, solo en un punto comparable con lo
sucedido en la Primera Revolución Industrial con la máquina de vapor. Debido a lo
anterior, creemos en un proceso de continuidad en donde las anteriores revoluciones
industriales han influido a la nuestra. El contexto político-económico de la posguerra en
donde las potencias mundiales, en su afán de continuar con su hegemonía mundial,
monopolizaron el desarrollo tecnológico, armamentista y de abastecimiento a su favor, dio
lugar a la Tercera Revolución Industrial, donde éstas también dominaron el panorama.

Aspectos socioeconómicos y culturales.

En el escenario económico, se puede pensar en cómo las potencias en la mitad del


siglo XX, en el contexto de la Posguerra y la Guerra Fría, luchaban por dividir y
«adjudicarse» el mundo. Aquí, se puede fijar un punto de partida para comprender el
conflicto de intereses geopolíticos y económicos que tendrían Estados Unidos y Rusia. Los
rusos se encontraban bajo el temor de que su adversario norteamericano se expandiera
sobre Alemania y otros países de Europa, prolongando así su hegemonía antagónicamente
capitalista. Por otro lado, Estados Unidos se inquietaba ante la posibilidad de que los rusos
continuaran extiendo su ideología comunista y se aprovechasen de la debilidad alemana tras
la Segunda Guerra Mundial.
Ante este escenario, las potencias que quedaron sólidas tras las grandes guerras
comenzaron un enfrentamiento por la supremacía económica y militar a nivel global.
Estados Unidos con sus préstamos y créditos a los países europeos con endeudamientos y
avances tecnológicos adquiere una ventaja sobre Rusia, lo que significa un financiamiento
sólido para el desarrollo de nuevas tecnologías. Una vez que Estados Unidos logra
posicionarse con ventaja en relación con lo que era la hegemonía europea, comienza una
carrera ambiciosa hacia el desarrollo de su ideología nacional desde su concepción como
país, es decir, el desarrollo del capitalismo, la posterior globalización y desarrollo de ideas
mercantiles que fueran de la mano con el consumo masivo.

En consecuencia, el desarrollo de la tecnología consumista, el avance de las


comunicaciones y la aplicación de nuevas fuentes de energía se debe a que el precio y costo
de las energías tradicionales se hacía insostenible y se buscaron formas más económicas de
abastecer las demandas sociales, aunque éstas fueran ecológicamente más dañinas. En la
actualidad tenemos consumismo generalizado, nuevas formas de comunicación y transporte
y flujo dinámico de la información. Los efectos observables y más recientes de esta Tercera
Revolución Industrial son la ruptura entre las nuevas tecnologías y el trabajo: la mano de
obra clásica ha ido desapareciendo y es comúnmente reemplazada por otras más
innovadoras. Esta revolución puede entenderse también como un fenómeno compuesto de
varias etapas debido a que se extiende a lo largo del siglo XX, un periodo de transición
entre un mundo bélico y de reconfiguración territorial.

Dentro de los aspectos económicos es importante hablar sobre la brecha de


desigualdad entre países, debido a que las potencias, enfocadas en desarrollar su poder
industrial, han ejercido un poder de dominación y expansionismo sobre las naciones
subdesarrolladas, aquéllas que padecen de una economía dependiente. Derivan éstos en otro
tipo de dificultades, como las ecológicas, que son consecuencia de la rapaz explotación de
los recursos naturales, (degradación del suelo, el impacto ambiental y la explotación de los
recursos de los países subdesarrollados).

La única forma de superar estas vicisitudes históricas es comenzar a apropiarse y


valorar la producción nacional dentro de un sistema que sea económicamente rentable y
que esté protegido de las economías extranjeras. Para comenzar a superar esa dependencia
es necesario crear, dentro de las naciones dependientes, una industria nacional, para que
este desarrollo industrial posibilite el desprendimiento paulatino de las potencias extrajeras.
Si bien, es complicado lograrlo en su totalidad, el objetivo inmediato es que lograr que no
sigan siendo totalmente dependientes. Es preciso que las economías de todos los países
tengan un desarrollo industrial nacional, como forma de autosuficiencia económica
necesaria para que puedan ser más independientes económicamente y para ayudar también
a proteger los estados y sus recursos de los intereses imperialistas.

BIBLIOGRAFÍA:

Fuentes, Juan Francisco y Emilio La Parra López (2007). El arranque del siglo.
Imperialismo y apogeo en Europa (1890-1913) en Historia Universal del siglo XX. De la
primera Guerra Mundial al ataque de las torres gemelas. Síntesis. Madrid, pp. 13-69.

Gordon, Robert. (1999) ¿Crecimiento económico de EE. UU. Desde 1870: una gran ola?,
The American Economic Review.

Gordon, Robert (1999). ¿La nueva economía ha reducido la desaceleración de la


productividad? Disponible en:
http://facultyweb.at.nwu.edu/education/gordon/researchhome.htm

Ominami, Carlos (1986). América Latina y La Tercera Revolución Industrial. Instituto de


Estudios Internacionales Universidad de Chile, pp. 407-419. Disponible en:
https://www.jstor.org/stable/41391219

Parra, Manuel (2004). Las Industrias, siglos XVI al XX. Colección Historia Económica de
México, UNAM, México.

Rifkin, Jeremy (2011). La Tercera Revolución Industrial, trad. de Albino Santos Mosquera,
España, Paidós, 397 pp.

Thurow, L. (2000). Construir Riqueza. Las nuevas reglas para individuos, empresas y
naciones en una economía basada en el conocimiento, Javier Vergara, Buenos Aires.

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