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UNIVERSIDAD WESTHILL

Facultad de medicina
Rico Elizarraras Rodrigo
Adicciones:
MDMA (Éxtasis)

ANTECEDENTES

El 3,4 metilendioximetanfetamina o MDMA, conocido comunmente como éxtasis,


es un derivado anfetamínico cuya estructura química está relacionada, además de
con la anfetamina, con el alucinógeno mescalina, así como con los
neurotransmisores monoaminérgicos. Este psicoestimulante se consume
normalmente por vía oral, en forma de tabletas de distintas presentaciones que
atraen la atención del consumidor.  El éxtasis es considerado como una de las
drogas de mayor popularidad en Europa y su consumo se produce habitualmente
entre adolescentes y adultos jóvenes.

Es necesario tener un antecedente de ¿dónde surge esta sustancia? El MDMA fue


creado por una empresa farmacéutica alemana en 1912. Inicialmente conocida
como metilsafrilaminico, se la concibió como un compuesto original para sintetizar
medicamentos que controlan hemorragias, no para controlar el apetito como se
menciona incorrectamente con frecuencia. Sin embargo en la década de los
setenta fue ampliamente utilizado en el ambito psiquiatrico, a pesar de que en ese
entonces no había recibido la aprobación de la FDA para su uso en seres
humanos. Muchos especialistas opinaron que mejoraba la comunicación durante
la consulta y permitía que los pacientes manifestaran sus preocupaciones con
nuevas perspectivas.

Fue hasta 1985 cuando la DEA instituyó una veda de emergencia del MDMA y la
colocó en la lista de drogas del Anexo I, que se definen como sustancias sin uso
médico aceptado hasta el momento y con un alto potencial de abuso. El MDMA ha
permanecido catalogada como sustancia del Anexo I hasta el día de hoy, con la
excepción de un breve período entre 1987 y 1988.

En la actualidad se continúan realizando ensayos clínicos para determinar si el


MDMA tiene potencial terapéutico para el tratamiento del trastorno por estrés
postraumático y la ansiedad en adultos autistas y en pacientes con enfermedades
terminales, como el cáncer.  
MECANISMO DE ACCIÓN DEL MDMA

El MDMA afecta el cerebro al aumentar la actividad de al menos tres


neurotransmisores: serotonina, dopamina y norepinefrina. Al igual que otras
anfetaminas, el MDMA aumenta la liberación de estas catecolaminas, así como el
bloquea su recaptura, lo que produce niveles más altos de estos
neurotransmisores en la hendidura sináptica.

Como mencionamos anteriormente el MDMA genera liberación masiva de


serotonina y norepinefrina/noradrenalina a comparación con la liberación de
dopamina en el núcleo acumbens y el sistema mesolímbico. La serotonina cumple
una función importante en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el dolor, el
apetito y otros comportamientos. La liberación excesiva de serotonina que genera
el MDMA es la causa probable de la estimulación del estado de ánimo que
experimenta quien consume la droga. Sin embargo, al liberar grandes cantidades
de serotonina, el MDMA hace que el cerebro quede significativamente privado de
este neurotransmisor importante, lo que contribuye a los efectos psicológicos
negativos que la persona puede experimentar durante varios días de consumir
MDMA.

En estudios con imágenes del cerebro tomadas por tomografía por emisión de
positrones (PET) de personas que han dejado de consumir MDMA se ha
observado una disminución de la actividad cerebral en estado de reposo en las
cortezas prefrontal, parietal y temporal medial, al igual que en la amígdala
cerebral, el cíngulo y el hipocampo (sistema límbico). Estas son áreas del cerebro
que participan en la formación y el proceso de funciones mentales superiores
como son; memoria, aprendizaje y emociones.

En este mismo estudio, las imágenes por PET también mostraron que una dosis
baja de MDMA aumentó el flujo de sangre cerebral en la corteza frontal
ventromedial, en la corteza occipital y en el cerebelo y el lóbulo temporal inferior.
Dicha dosis redujo la circulación de sangre cerebral en la corteza motora y
somatosensorial, la amígdala, la corteza del cíngulo, la ínsula y el tálamo. Esto
podría interpretarse como un efecto positivo del consumo a dosis bajas de MDMA,
sin embargo, son pocos los estudios de imágenes que han analizado los efectos
del cosumo moderado de MDMA en el cerebro humano, y los resultados que han
sido publicados son contradictorios debido a variaciones en la metodología de
estos estudios.
CONSUMO EN CONJUNTO CON OTRAS SUSTANCIAS.

El uso combinado de diversas sustancias psicoactivas es una práctica común en


la actualidad, donde el alcohol, el cannabis, la cocaína y otro tipo de anfetaminas
se consumen habitualmente junto al éxtasis. En general, el policonsumo es una
práctica recurrente en los usuarios de la MDMA que, en comparación con sujetos
que no emplean esta droga, utilizan con mayor frecuencia otras sustancias como
el cannabis o la cocaína.  En España, entre los estudiantes de enseñanzas
secundarias (14 a 18 años de edad) que han consumido éxtasis en el último año,
se ha descrito que el 75,5 % han consumido también cocaína; mientras que entre
los consumidores anuales de cocaína, el 44,3 % también han consumido éxtasis.
Retomando la idea de la dosificación moderada de MDMA, la cual fue observada
en roedores, en donde se suprimió el sistema conocido como Condicionamiento
de la Preferencia de Lugar o CPL (situaciones que aumentan el apetito por
sutancias adictivas) inducido por la cocaína. Sin embargo, estos resultados indican
que los efectos conductuales y neuroquímicos de la MDMA y la cocaína
observados de forma individual, se alteran dramáticamente cuando se administran
ambas drogas al mismo tiempo, produciéndose un antagonismo que sólo se
revierte a dosis altas. Es posible que el uso frecuente, o de grandes cantidades de
MDMA, potencie los efectos de la cocaína, quizás mediante un descenso de los
niveles de serotonina y un posterior aumento de los niveles de dopamina.
Resultados comparables han sido obtenidos con el agonista cannabinoide WIN 55.
Cuando este cannabinoide se administra junto a dosis no efectivas de MDMA se
observa CPL, y se incrementa igualmente la vulnerabilidad de esta preferencia al
consumo al éxtasis.
ADICCIÓN AL MDMA
Hasta el momento podemos decir que el MDMA es una sustancia que al igual que
la mayoría de las sustancias psicoactivas, promueve la liberación de
catecolaminas, así como la inhibición de la recaptura, lo que aumenta su
concentración en el espacio sináptico, promueviendo una respuesta simpática y de
recompensa. Sin embargo, si comparamos la capacidad de autoadministración o
necesidad de consumir la misma, no llega a ser tan potente como la cocaína, es
por esto que las dosis que se administran son muy altas para activar el sistema de
recompensa. Existen ciertos estudios donde se analiza la dosificación moderada
de esta droga, en los cuales se observaron beneficios a corto plazo en las
funciones mentales superiores, aunque cabe mencionar que no ha sido posible
comprobar la premisa anterior. Asimismos se han observado interacciones con
otras sustancias que potencían el efecto de la misma si son administrados al
mismo tiempo. Un ejemplo claro es la cocaína.

PSICOTERÁPIA ASISTIDA CON MDMA


Durante estos años se decidió desarrollar optimas condiciones psico-ambientales
para el uso clínico de sesiones asistidas de MDMA. En un estudio donde se
administró una dosis de 125mg de MDMA a 166 personas, demostró que el
64%de ellos encontraon un ambiente de consumo controlado que los hizo sentir a
salvo, cabe mencionar que se realizó en un ambiente clínico.
Recientemente se observó que las sesiones terapéuticas de MDMA combinadas
con una terápia combinada de comportamiento cognitivo para parejas, en las
cuales una de las dos personas padece de Trastorno por Estrés Post-Traumático y
es sometída a un tratamiento previo de MDMA a dosis bajas, lo que estimula lo
suficiente al paciente para que cuente su experiencia. El fármaco parece catalizar
la habilidad del paciente para “sanar”. Mientras tanto los terapéutas tienen como
objetivo crear un ambiente de seguridad y desarrollar un lazo de confianza con el
paciente y así explorar los problemas del paciente. Es importante realizar
mediciones de tensión arterial y temperatura durante la terápia.
Así como las sesiones de terápia asistida con MDMA, las terápias no
farmacológicas previas son esenciales como preparación antes del consumo de la
droga y subsecuente integración de material emergente después de las sesiones
con la droga. Sin una adecuada terápia antes y después del consumo de MDMA,
es menos probable obtener efectos beneficos. En palabras del autor Mithoefer M.
(2018) “Nuestra observación durante la segunda fase clínica se basó en la
importancia de la preparación y las visitas de seguimiento, cruciales por la
naturaleza de este proceso terapéutico, puede incrementar los síntomas después
de la sesión farmacológica, y sin un apoyo correcto, esto llevar a una deterioro del
estado mental y riesgo de suicidio. Con un apoyo adecudo, estos retos pueden
ser utiles como parte de la trayectoria de sanamiento y no como un efecto
adverso”.

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