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del álgebra
Al-Juarismi
MÁTEMÁTICASnU^ J W-V
O V¿ÍU
El nacimiento
del álgebra
Al-Juarismi
RBA
Sumario
introducción — ...—...
© 2016, Carlos Dorce Polo por el texto capítulo 1 Los orígenes de la ciencia árabe
© 2017, RBA Coleccionables, S.A.
capítulo 2 La aritxnétíca de ai-Juarismi .......
Realización: EDITEC
Diseño cubierta: Lloreng Martí capítulo3 EI Álgebra de al-Juarismi ..
Diseño interior Luz de la Mora
Infograffas: Joan Pejoan capítulo 4 La obra astronómica.........135
Fotografías: Archivo RBA: 26a, 26a, 26b, 26c, 30, 32,47a, 47c, 50,
93b, 93c, 97,123,147a, 147b, 147c, 153; Adani Carr: 29; Digital LECTURAS RECOMENDADAS .............._155
Bodleian: 93a; Getty Irnages: 25b, 87; Peter van der Sluüs: 45;
WaipFIyglit: 47b.
ÍNDICE................ 157
8 INTROOUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 9
a ver una luz de sabiduría. Egipcios, babüonios y griegos habían
sabido resolver la ecuación de segundo grado, pero el talento ma-
temátíco de al-Juarismi iba a demostrar geométricamente aqueUos
procedimientos que habían ido sido utilizados sin más explicación
que una fórmula dada ¿Qué número elevado al cuadrado más 39
unidades era igual a ese mismo número multiplicado por 10? Al- Ca. 780 Al-Juarismi nace en la región de la
«.1080 E1 cadí Sa'id de Toledo lidera a un
Jorasmia.
Juarismi observó que los miembros de la ecuación podían ser in- gntpo de astrónomos, entre los que
terpretados como las áreas de ciertos cuadrados y rectángulos y, 813 E1 califa ai-Mámun fimda la Casa de
a«staca Azarquiel, y compilan las
siguiendo las igualdades establecidas por Euclides, les podía dar Tablos de Tolecio, las cuales copian
la Sabiduría, en la que al-Juarismi
algunas de las tablas del Smdhind.
solución en términos de sus lados. ¡Fantástico! Al-Juarismi fue trabajará el resto de su vida.
capaz de devolver a los Elementos su merecido esplendor con su «. 1116 Pedro Alfonso traduce el Sindhind.
ca. 820 Escribe su Álgebra..
aplicación a la resolución de las ecuaciones cuadráticas. Como
premio, el título de su libro ÁLgebra iba a quedar registrado para 1138 En Siciiia se acuñan las primeras
828 Se funda el observalorio de
monedas de la historia con las cifras
siempre en los manuaies matemáticos. ¡Y no solo eso! Con todo, Shammasiya en Bagdad.
indoarábigas en lugar de las romanas.
su nombre iba a dar pie a la palabra «algoritmo», sin el cual La
ciencia informática no sabría operar. 833 Muere al-Ma’mun. AJ-Juarismi termina
H45 Robert de Chester traduce el Algebra
su revisión de la Geofftrtfía ptolentaica
Finalmente, también se fijó en las obras de Ptolomeo y, al igual en Segovia. Poco más tarde. Gerardo
que rehizo su Geografía, decidió que el ALmagesto y las Tablas de Cremona la traduce en Toledo.
ca. 850 Muere probablemente en Bagdad.
manimles debían ser actualizados. Pero, ¿cómo? Ptolomeo había
1202 Flbonaoci escrihe su Liber abací
copiado los modelos geométricos de Hiparco de Rodas que expli- 952 Al-Uqlidifiá amplía el sistema posicional
y popuJariza en Italia las cifras
caban los movimientos planetarios, pero esos no eran los únicos en base 10 a los decimales de un
indoarábigas, el sistema de
número.
métodos vigentes en aquel momento. También, desde la India, ha- numeración posicional decimal y el
bían Ilegado Ias modificaciones realizadas por sus astrónomos y álgebra de al- Juarisnü.
976 Vigila compila el Codex vigilanus,
al-Juarismi las adaptó al árabe y a la ciudad de Bagdad. Luego, la que aJberga laprimera representación
ca. 1230 Alexander de Viiladei escribe el
expansión deí islam hizo el resto. Sus tablas astronómicas llegaron latina de las cifras indoarábigas.
Carmen de aigorismo, y Johannes de
a la península Ibérica y, desde allí, a toda Europa, de modo que, Sacrobosco, el Algurismus vulgaris;
ca. 980 Gerberto de Aurillac, futiux» papa
una vez más, el nombre de al-Juarismi estuvo presente en los es- gracias a ello, las cifras 'indoarábigas
Süvestre H, escribe el Regulae de
critorios de los grandes escribas y astrólogos medievales. y el sistema de numeración posicional
numerorum abaei rationibus, en
sc implantan en Europa.
Siempre nos podrá quedar la duda sobre qué hubiese pasado el cual recoge un ábaco para el que
si a al-Juarismi le hubiera tocado traducir la Aritmética de Dio- utiliza las cifras indoarábigas. 1263-1272 Se compilan las Tablas aifonsíes,
fanto, las Cónicas de Apolonio o cualquiera de las obras de Arquí- patrocinadas por Alfonso X el Sabio,
ca.lOOO Maslama al-M^jriti escribe su
medes. ¿Qué hubiese visto en ellas que nadie vio antes? ¿Qué apli- que sustituiran a las Tablas de
recenslón del Sindhind de Toledo en la Europa medieval
caciones les hubiese dado? Quizá algún día la arqueología dé a luz
al-Juarismi.
otra obra suya, actualmente perdida, que haya pasado desaperci-
1381 Pedro el Ceremonioso patrorinalas
bida y conozcamos un poco más de una mente tan privilegiada *• X|' Adelardo de Bath o Juan de Sevilla Tablas de Barceiona, escritas por
dentro de la historia de las matemáticas. traducen del árabe al lalúi el Corsuno, Gilbert y Dalntau Ses Planes,
Algoiismi de numero Indorum. siguiendo la tradición 'india de aWuarismL
INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN n
CAPfTULO 1
Los orígenes
de la ciencia árabe
distintas culturas y la ciudad se convirtló en el motor intelect ^ más se vio favorecida por esta serie abrum^
de una civilización que no tenía ni dos siglos de historia. Toda est fue la medicina. Diversas fuentes árabes IST* ^ ^^ciones
transformación culminó de forma definitivacon el mecenazgo d 1
de Las ciencias {Fihrist. aFUlum) del hisa C°m° el cWUoqo
califa ai-Ma’mun (del 813 ai 833), a quien se atribuye la fundació^ Ishaq al-Nadim (m. ca. 995) o la Historia 2?* Muharn*nad ibn
de la institución en sí misma. n redactada por al-Qifti (ca. 1170-1248) atest S hoi7lbres sabios
Para entender la razón de todos estos patrocinios culturale que suscitaron las obras de Galeno, Hipócr^ t8™ *****
lo reproducidas que fueron en Bagdad p„, 7 y Dl0scórides v
hay que tener en cuenta que, desde tiempos de los primeros abaS
síes, hubo una necesidad de reafirmación de la identidad dentro
de las distintas cortes que se fueron sucediendo. De este modo
835), —— *—w—w oj-íyici xnun, quien • v—■
una de las formas en las que la élit.e privüegiada podía distingu^’
sirio más de cuarenta obras médicas y comnüó ° deI 31
se del resto del pueblo era la de demostrar una mayor cuitura v
pedia médica, füosófica y biológica tihünHo r -tUna eíl«cIo-
refinamiento, un nivel de educación superiory unos hábitos inal
Otro nombre que merece especial atención es ^08'
canzabJes para la mayoría de la población. Así, hasta la muerte del
Ishaq (m. 876), a quien debemos las traduccion^, fUnayn ibn
califa al-Amin, en el año 813, las primeras muestras de mecenazgo
Elementos de Euclides, de la República de Plarón, de ,0S
se centraron en Ia música y la poesía. Estas dos disciplinas estaban
de Aristóteles, además de una larga lista de cas’ ° y dG ^ Física
muy presentes en la sociedad preislámica del siglo vr y servían para
obrasmédicasy farmacológicas. Suproliflca
consolidar el poder de los distintos jefes tribales. Con la Uegada
catapultó a ser nombrado jefe de la escuela de rm^ ,0
del islam, los gobemant.es heredaron el interés por las epopeyas Casa de la Sabiduria. iraductores de la
y gestas que los convertían en grandes figuras de la historia, por
De las otras ciencias que se desarrollaron en la Casa a». =
los relatos que alababan la hermosura de sus miyeres o por las
biduria, la astrononu'a fue la que captó la atención preCnte Ít
aventuras de sus batallas ganadas. Era habitual que los califas
riaductores. Se dice que el mismo Harun ai-Rashid em det outa ^
patrocinaran este tipo de espectáculos en saiones donde toda la
deque sus astronomosy astrólogosno tenran suficienZoZ
corte estaba presente, con el deseo de que su poder y legitimidad
mrentos de geometna como para estar a la aitura de la eZS,
quedaran del todo reafirmados. En esta línea, la líriea se convirtió uuciaday esto pudo ser el detonante de que se priorizara la”
rápidamente en el discurso oficial de esta élite privüegiada.
La llegada de al-Ma’mun al poder tras una dura guerra civil sig- ' P°u de 0traS rauchas' De modo, Haxun
al-Raslud pago embqjadas a BEancio para comprar los Elemmtos de
nificó un borrón y cuenta nueva en la antigua corte de su hermano. uclides y el TetrabMos y el Almagesto de Ptolomeo. Una primera
Al-Ma’mun decidió rodearse de un nuevo grupo de cortesanos y de tóaduccion de esta úlüma obra fue reaiizada por Yaliya ibn JaUd ibn
un nuevo estüo de gobiemo en el que la música y la poesía no eran Barmak en Gundeshapur a principios del siglo ut, aunque parece
suficientes para cantar sus virtudes. Con su idea de renovación, que era muy rudirnentana y no satisfizo las expectativas. Alrededor
agrupó a personajes que aún no habfan pisado Bagdad, en muchos e año 828, H^ijaj ibn Matlar volvió a traducir el Almagesto y su
de los casos, dejando así muy claro que con él empezaba ima nueva versión se convirtió en el manual astronómico de referencia, tanto
etapa Todos eran musulmanes y todos conocían el árabe, y su nue- en Ja Casa de la Sabiduría como en el resto del irnrndo árabe. Tam-
vo signo de identidad iba a ser distinto del que imperaba en épocas íén hay que señalar la traducción que se hizo del Sindhind indio,
anteriores: la ciencia y las traducciones se convertirían en el nuevo cuya llegada a Bagdad se suele situar hacia el año 775. La razón de
símbolo del califato. En consecuencia, una de las ciencias que su mención es que, pese a que en tiempos de al-Mansur ya se había
traducido al árabe, la versión realizada en la Casa de la Sabiduría de la Sabiduría era la traducción e interpretación de las obras grie-
corrió a cargo de al-Juarismi.
gas, indias, sirias y persas que iban llegando a las estanterías de sus
bibliotecas. Mientras tanto, los astrónomos del observatorio debían
incorporar todos estos conocimientos a la compilación de unas ta-
LA ACTIVIDAD ASTRONÓMICA EN EL CALIFATO
blas astronómicas válidas para la ciudad de Bagdad y el siglo dl Por
DE AL-MA’MUN
lo tanto, si bien no se puede afirmar con seguridad que el observa-
torio de Shammasiya formara parte del complejo de la Casa de la
Otra de las instituciones patrocinadas por al-Ma’mun, que influyó
Sabiduría, está claro que tanto los traductores como los astronomos
determinantemente en los inicios de la hegemonía árabe medieval,
y ^f^ólogos debieron de acceder libremente a ambas instituciones.
fue el observatorio de Shammasiya, en Bagdad, que tenía que ser
El nuevo observatorio fue ñrndado en 828 y se nombró a Sa-
e complemento perfecto a la actividad traductora de la Casa de la
nad ibn Ah para que construyera los instrumentos astronómicos
í uría. Como se ha dicho, el objetivo de los escribas en la Casa
y supervisara las observaciones que ailí se iban a realizar. Además
22
LOS ORÍGENES DE LA CIENCW, ÁRABE
23
LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE
scssíc «»* r •*«»'
• ConaA entre los ctentíficos que formaron parte de su
ibn Said alJawhari (m. ca. 860); todos ellos eran autores de im.
nortantes tratados matemáticos y astronormcos. Ademas, vale la
‘'O’OajBERJOR
R»pr«ienfac(ón
un* llbrwl.
^ ,fnp«rlo aba,)
•"“'«edkhSn
nena señalar que, pese a que al-Juarismi estuvo siempre ligado a ÍPSQWrtai
hlstorlas) rii
la Casa de la Sabiduría, en la que desempeno algun tipo de carg0 a*-Har(rl aat#d»
de administrativo o de bibliotecario, también participó en ias pri- «1237.
^OTOWEfiiO^
meras observaciones realizadas en Shammasiya. uTa<l«lss
Tras la muerte de Yahya ibn Abi Mansur, al-Ma'nmn vi^jó a Publicaciones ms$
Impartantes aa k>i
Damasco y ordenó la construcción de un nuevo observatorio, el bwmanos Banu
Musa es su Llbro
de Qasiyun, para el que escogió como director a Jafid ibn Abd al- dfSPMlttvaf
lngen¡Q S0Ji
Mafik ai-Marwazi. E1 cafifa le ordenó la construcción de nuevos Wsta sobre
instrumentos astronómicos que mejoraran los de Yahya ibn Abi miquinas
SUtomáDcas
Mansur, de modo que el observatorio de Qasiyun pasó a ser la y dlspositlvo*
mecinlcos,
nueva referencia en el cafifato. La nueva actividad astronómica En la imagw.
nació con el propósito de dedicar un año a observar diariamente «toblepásina
Interior de la obr»,
el Sol y la Luna Esta actividad se llevó a cabo entre 831 y 832, y publicada
•n 8SO por los
pese a que Bagdad debía continuarla, la muerte del cafifa en 833 Ues hermanos que
tenninó con las previsiones planteadas en un inicio. Hegaron a trabajar
en la Casa de la
Del equipamiento y los instrumentos con los que contaron Sabíduría.
25
24 LOS ORÍGENES DE LA CIÉNCIA ÁRABE LOS ORfGENES DE LA CIENCIA ARABE
uos hermanos banu musa
aritméticas de cálculo. De este modo, si Arquímedes afirmó que período, inlciaron sus observaciones astronómicas desde su propia
el volumen de una esfera es el cuádruple del volumen de un cono casa locaJizada al lado de la Puerta aJ-Taq de Bagdad, a orillas del
cuyas base y altura son iguales al círculo máximo de la esfera y el río Tigris. AI-Mutasim trasladó la capital a Samarra, algo más al
radio, respectivamente, los Banu Musa calcuiaron de manera directa norte de Bagdad, y en tiempos de su hyo aJ-MutawakJdJ (del 847
que el volumen de la esfera es iguaJ a un tercio del radio multiplica- al 861), este les regaló una casa aJ lado de su palacio califaL Desde
do por su superficie (V = % xr3). Otra novedad aportada por estos su elevada posición, los hermanos se convirtieron en mecenas de
tres hermanos fue el uso de curvas e instrumentos mecánicos para astrónomos y traductores entre los que destacaron Hunayn ibn
resolver ciertos problemas, como la trisección del ángulo (proble- Ishaq y Thabit ibn Qurra (836-901). Ellos, por su parte, siguieron
ma clásico sobre el que Ahmad escribió un tratado específico) o reaJizando observaciones astronómicas hasta, como mínimo, ei
la determinación de dos medias proporcionales a dos segmentos año 870, compilaron un canon astronómico y dirigieron medidas
dados, problema que equivaie a resolver la duplicación del cubo. geodésicas en Sinyar y en Kufa Además, su obra astronómica tam-
bién fue muy destacada; recogía diversos temas: la construcción de
La relación de los Banu Musa con la familia califal continuó
astrolabios, determinaciones de ciertas coordenadas y parámetros,
siendo buena tras la muerte de al-Ma’mun y el ascenso aJ trono de
su hermanastro aJ-Mutasim (califa entre los años 833 y 842). En ese y el análisis y crítica del sistema ptolemaico.
33
LOS ORÍGENES OE LA ClENCIA ÁRABE
32 LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE
CAPfTULO 2
7SM de aj-Hadi (del 785 al 786) o de Harun al-Rashid. Sm duda
atoma. esta fue una obra de referencia dentro del crnculo cientffico
ZTrasa de la Sabiduría y sirnó de base a olros muchos tratados
similares que elaboraron los matemáücos árabes de ios siglos K
V x Este libro podría coincidir con el Libro de la adimón y la
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMl
„ ^ giiHtituían por un cono también de barro. ontras que la lateral se correspondía con el 10 Pnr u *
'■."^presenmdos son e. 24 y el .58. A| ,mt^°de '*
el año 3200 a.C„ un «criba sumerio decidió ^
^cifras escriWS que se conservan en tablUlas cockia, de "^jTeO. *tratadel nÜmer° 24Ü(U58= 1408; aumW,e
f lftro nosicionfll p<Ktna luu-er variar e| valor de lasSras ,!Tn''la
COn Ulsmu<^as ^ ser24 ■ 6°"+38- S0.24 • «t1+58(»>. *■ *“*■«
por un cálamo ciümlrico .crmmar o en punta por uno de
^guiendo con los sLstemas aditivos de numeraciñn en el
T^OS Kn CSIC primer sistema esr nto de la hrstona se repre.
t¡»uo Efópto “ desarrollo ,u,a numeración basada en e¡fras ¡e„;
sentaron las rifras 1. 10. «0. «*». ^|<lp 0'«“ < ada ghlica-s <|Ue represeri.aban 1. 10. 10*. 10-, 10'. 10-y 10» mR„ra 3).
XZo se escribía a partir de la repeünón <le las rmsmas. El , „
,, unúlad se sin,bobzal>a mediame ,u, p,siueft0 trazo verUeal- ia
coriespondía con una peqtteña muesca «ridruda en la an-IIU, Ini,.n.
L,.,.,uv m.sliante ,ma espeoe d<> l J mvenkla; b, centena, medumte
trfisoiie el 10 era la marca del manRo cilmdnco del ralamo (fÍK.,1-.. 1
um,<>spirid. el I Oriri. con iuu< flor de loto; el ÍO(KK), eon undedo;el
P ‘ epresenlar e,se hacía una muesca mayor <|.ie la
lOt/UOO. Cf»i» tina r¡um o rciuu*iu\jo, y Uniilmente, un honibre ado-
v el «00 era una combinación de un 00 con un 10 ...
rajul«' *d re|*r«'M*nlaba el tniUón.
Piira ei 3600 se marcaba un círcuio mayor que el M) y para el :Ui,KK)
l on ei liwnpo, l«ri «*mtiUls dcsarrollaron la escrltura jeroglí-
se combinaba im 36U0 con un 10 «rabado en su interi»»r.
fl,-a lu*4 W u eM-ntura hu-ratica y aparederon nuevas fomrns pHra
Si se quería e»’ríbir el número 167, se tenia en cuenta la »k»ui|.
i,„ numerrr». d«- n»-lo «iuc se < rcaron símbolos específicos puru
dad l67®2-60+4-10+7 y, por lo tanto, se represenlalvun ¿ ntrd!i
I ; j 4 . 10.3) Jl>. 40.... 100.200, ;UK). 400...
60,4 cifras 10 y 7 cifras 1. |3 Msifina «U* n«»iiK*riü »«»n miis aniupio di» la anliKua («recia fue
tJ4W. m* .•«*!»*- **coroo -h»T«Mli;uK»«. di'bidoaque fueel hLstoriador
H«t«mIuuk» i MiO*» n-ra) **• qu«* <k*sí nbió por priniera vez una serie
j*. \uiuras uUluarfae» i*ara «*M nl»ir los immeros cardinales, Kn
DISTINTOS SISTEMAS DE NUMERACIÓN ANTIGUOS
sisifiiu». c**la *ii»iit«MlLsijnio <k* la unidud se corres|»ondía con
L, («runera k'tra <k*l iuuinto qut» n‘pr«*sental»a.
Hacia el año 2000 a.C., los mesopotámicos d€»eidier<»n simpliflcar
su sLstema ai’caico y pasar a la escritura cuneiAim»**. en la • ,»!•* I**
ílr/ Uk j
números también se simpliflcaron al bosarae tan solo en la «*xisten* R»cri*s«m»ció«
d*l númvro
cia de las cifras l y 10. Conservando la anti^ua IxLse 00. los es» nln» 24,58 *n ci+M
niesopotámicos ideiuon una especie de sLstema sc-mqHisu ionaJ. en curi*i«orm#l
él. las cifras teiüan distinto valor dep<'n<iien<lo de la i>« *sick »n que »hii- r*ota* i
R*0<*MiiUCMri
paban. Por ejemplo, en la figura 2 se aprecian inicialineitie »los upoe Ó* '•> Cl*M
•9PCIM
de muescas. La muesca vertical es la que servia |Kira represenlar el
Hl«« wiiUiliXi
á» lU C>»rM
KCÜMI
m^tepocánxM
58 iA Of A4.-AJAH»SM1
s giSTE^AS DE NUMERACIÓN EN BASE 20
40 LA ARITMÉTtCA DE AL-JUARISMI
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
20 en inglés anüguo y el mismo Wiiliam Shakespeare la utüi2ó
distintas ocasiones en sus grandes obras. En danés, el número 50
se denonúna halvtreds, como abrexiatura de halvtredje-sinds^hive
que significa el cálcuio 3-20-VÍ20, y aigo parecido ocurre COn e¡
70 y el 90. También el 80 se denomina^rs, defirsi ndstyve (4.20)
US
5=E 50 = N 500 = 4> Escribe el número 142 857143 y multiplícalo por 7 y luego di que es
6=5 60 = Z 600 = X el collar real.
7-Z De forma similar, 37037037 se multiplica por 3. Encuen&a el resultado
70 = 0 700 = ‘P
que se obtiene de multiplicar este producto otra vez para obtener múl-
8 = H 80 = n 800 = Í2
tiplos del mismo con un 1 como el primero y un 9 corno el úldmo.
9=6 90 = 9 900 = > Las cifras 7, 0, 2, 2, 5 y 1 se escriben partiendo de las unidades; en-
tonces este número multiplicado por 73 también se podrá denonünar
Las lenguas que adoptaron el alfabeto griego como base, tales collar.
como el copto, el georgiano, el latín o el gótico, también tomaron
el valor numérico de sus letras. La misma influencia se traspasó Los resultados respectivos de estos tres cálculos son
al alfabeto árabe ya desde el siglo vn, probablemente a causa de 1000000001,111 111111 y 11111111,yestetipodenúmerospone
42 LA ARITMÉTICA OE AL-JUARISMI 43
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LOS QUIPUS
CadHeterrn¡nada contabilidad expresada en
Desde tiempos de los antiguos griegos, como mínimo. los nudos han acompañado a upa Tlcimal. Si. por ejemplo, se quiere repre-
\a humanidad como sistema de cómputo. Herodoto (s.glo v a.C.) cuenta que el rey baSf rel número 1527. el quipucamayoc agru-
Darfo I de Persia (del 522 al 486 a.C.) confió la defensa de un puente a unos soldados sent3 siete nudos en la parte baja del primer
qriegos aliados. É1 siguió su expedición y les dejo una correa con 60 nudos con |a paba . dos más encima de los siete anteriores
orden de ir deshaciendo un nudo cada día. Si al deshacer el ultimo nudo Dario no C°representar las decenas. Dejando una dis-
habfa vuelto, entonces los soldados podían abandonar el puente y volver a sus casas. para¡ ¡gual a la que había entre unidades y
Un sistema similar de anudado se utilizaba en la antigua China según el Ubro de las ta nas. agrupaba cinco nudos encima de las
transformaciones (Yi Ching). escrito hacia el año 1000 a.C., en el que se relata que los deCenaS y. finalmente, un nudo cerraba la
hombres «eran gobernados mediante el sistema de cuerdas con nudos». En la tradi. dece propuesta. Una vez reallzado esto, po-
ción judia. los hombres deben llevar un chal llamado tsitsit para su plegaria matutina, 2*® cpauir con otra cuenta en el siguiente
que tiene unos ribetes entre los cuales se anudan los cuatro cordones de los extremos
en un total de 26 nudos (ya que 26 es el valor que tienen las cuatro letras del nombre Pste sistema aún se utiliza en las montañas
de Vahveh: n = 5.1 = 6, n=5. ' = 10). Romanos. palestinos. árabes, y en definitiva. muchos dinas de Bolivia y Perú. En el siglo xtx, los
puebios vieron en las cuerdas un recurso fácil con el que retener sus cálculos. Sin nastores peruanos llevaban consigo un quipu
embargo, los pueblos precolombinos son los que nos han enseñado mayor constan- orovisto de cuerdas blancas y verdes para
cia de su uso. a través de los diversos restos arqueológicos encontrados y los testigos contabilizar el ganado ovino y el bovino, res-
directos españoles del siglo xvi. pectivamente. Dentro de las cuerdas blancas.
Quipu es una palabra inca que signiflca «nudo» y no es nada más que una cuerda la primera servía para contar carneros, la se-
gruesa principal en la que se anudan cuerdas más finas, de colores distmtos. agru- gunda para contar corderos, la tercera para las
padas en manojos. En el Imperio inca. la administración central disponia que en cada cabras. la cuarta para los cabritos... En las ver-
aldea debia trabajar un quipucamayoc («guardián del nudo») que se encargase de des. la primera contaba toros; la segunda, va- Imagen d* un qulpu confactíonado »rt P«iú
la confección de los quipus. Este administrador se encargaba de la supervislón de cas lecheras. etc.
los inventarios y los censos que luego se enviaban a la capital. A pesar de que las Hoy en di'a se hace uso (aunque cada vez me-
cuentas debian realizarse de memoria o con los dedos de las manos y de los pies, nos) de un segundo sistema basado en el chimpu, que consiste en un manojo de cuer-
los quipus servían de ayuda para registrar los resultados de los diversos cálculos das anudadas por uno de sus extremos. Los pastores bolivianos y peruanos anudan
planteados para calendarios, estadísticas, contabilidades, etc. Cada quipu era dís- los números de sus cuentas agrupando, dentro del nudo, tantas cuerdas como orden
tinto a otro en lo que respecta a su significado y para ello, los Incas utilizaban cor- decimal tenga la cifra dentro del número. Por ejemplo, para expresar el número 7825
deles de colores que representaban distintas cosas. el amarillo se utilizaba para = 7 101+8 • 10J + 2 • 10' + 5 • 10°, se agrupan siete nudos en la parte superior del manojo,
contar piezas de oro; e! rojo, para víctimas de guerra; el blanco. para el dinero ... abarcando cuatro cuerdas; ocho más debajo de los siete anteriores, abarcando tres
aunque podian tener más signiflcados. También el tipo de nudo adquiria diferentes cuerdas; dos más equidistantes, abarcando dos cuerdas y, finalmente, cinconudos
significados. més en una sola cuerda.
de manifiesto el interés que tenía Mahavira en las fonnas y propie- E1 cero era de uso común ert las matemáticas indias del siglo h
dades numérieas. Además, hay que tener en cuenta que la aparicion y aún es posible retroceder más en el tiernpo para encontrar a Ji-
de los mimeros palindrómicos, es decir, de los números que se nabhadra Gani (siglo vi), quien expresó el numero 224400000000
leen igual tanto del derecho como del revés, solo es posible en un coitvo «veintidós y cuarenta y cuatro y ocho ceros».
sistema de numeración posicional. Para el número 12345654321, E1 uso del sistema posicional no se limitó al ámbito estricta-
Mahavira se refirió a él como la cantidad «que empieza con un 1 y mente matemático, sino que estuvo presente en la vida cotidiana
temiina con un 6, y después disminuye gradualmente». dGsde, como mínimo, el siglo vl se conserva una carta de donacion
48 LA ARftMÉTICA OE AL-JUARISMI
49
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
E-e nue« Algorúmi de »»mm> W,™m fu,- «Mi,a«|«, , ,nlpozam« a 'a der«ha ripl ^ritor y ponomos .
lltínr. uii 3D ™la SPgunda a la mtuif'rda dol que w ha en P^er
!X*. p°re* MllassanT (1821 1884 >«
ol Uberalgorism, d,pn,rtn-aan,mPlr,re. ' !a lercera, cada número on su posieién, ea decir faZ*!’ 300
fLe mamw-riw do la l nhvisklad de < ambndge ompiPte Cotl .„ posieión de las unidades. que es la pránera, las decenasenf“ ™
,«„ .Dini AlKoriani*- tms ol qno áex-nbv ol snaoma <io numomn,m de las decenas. que es la segunda. las centeaaa en la " ^
nosk'KHuU comonzando con las nvn-xo ciffas indias 1.2,3.4.5. (i, 7 las eentenas. que es la rárcera Y la representadón es la stguieat
¿v 9 que ár.en para oxpiesar las umdados. Para roproseniar ias
doconas. ias mismas cifras colocadas a la izquiorda de las unidados Píira ver hasta qué punto el nuevo sistema indio eia melor
jndican 10.20.30... y k> mismo «’uno con las eentenas, imidados de oualqtáer otro hasta ™tonces, akluansmi utilizó la lepiesentión^
nuL etc. Es docir. para escribir el munero 32o: 1SÜ703061492863 (srn utilizar los puntos separadores), que se dtó
KBU AL-RAVHAN MUHAMMAD AL-BIRUNI (973-1048) que peseis un gran sextante con el que Se dedicaba a estudiar los tránsitos del
po, el meridiano. Entre ambos. corng,eron los errores en los datos obse^'^
Al-9injn.es unodelosmarematicosyastrono- ■ que se habfan cometido anteriormente. vacionates
mcs musoimanes mas proilf.cos Oe la .•'istona Su ■ J
n* ' ‘ Al-Biruni anotó una observación de un eclipse de Luna en mayo de 997 oue in
trabaio abarca cas. 150 tratados con un tota> de U ’ff -.-f m , " en Kath. Esta observación estaba pactada con Abu al-Wafa al-Buzyani (940 qqa?
mas de 13000 oágmas en lo aue constituye una K. ’’ quien, habiendo realizado la misma observación desde Bagdad, pretendia determin¿
de las otxas mds importantes dentro de ia ivsto- ^ ladiferencia de longitud terrestre entre ambas ciudades. También. las dedicatorias de
na de la oenca medieval En el amtHto matema- V
sus libros indican sus conexiones con otros patrones y mecenas. Asi. una de las obras
tco. ai-B.run, hizocantnouciones med'tas como B/
de esa etapa está dedicada a ibn Rustam, gobernador de Guilán (a orillas del mar
ei uso de la .nterpoiac.on cuadratica Dara aproKi- r:' ■ *1 ,, 'y ,
Caspio), Los contactos de esta provincia con la vecina y poderosa Gorgán leabrieron
mar vaiores »ntermed.os de tabias tngonometn- p éf
las puertas de esta región y de su gobernador Qabus. a quien dedicó su Cronotogía
cas. c«rtas sumas oe senes rvumencas o su ana- fc ff • ■ a;■ *
Al-Biruni se desplazó a Gorgán, donde siguió trabajando como astrólogo disciplina
l»sis de >os números irraoonaies Por otro lado. B j *"
dentro de la que, antes del año 1004. ya habia escrito tres tratados. También hab.a
escnbó sobre las construcctones geometncas L
redactado un tratado sobre el sistema de numeración posicional decimal, uno de
con regia y compas. proyecciones estereograh- 1
astronomía, otro sobre el astrolabio y dos de historia.
cas, trigonometria plana y esfenca, secoones I. f 'v \
En la primavera de 1004 volvió a la Jorasmia. donde Ali ibn Ma'mun había ascendido
cómcas. antmetica y áigebra. L -
al trono y se reencontró con su maestro Abu Nasr Mansur. Su trabajo y reconocido
Naodo en un peaueho puebio cerca de Kath. en
ia región de la Jorasmia. sus pnmeros ahos de i ■ ■iJTi?'1'»" — ta ento ueron recompensados e incluso se le permitió construir un instrumento para
vioa estuvieron ligados tanto a Kath como a la hacer mediciones precisas de los tránsitos del Sol por el meridiano.
ciudad de ürgench y a sus estudios bajo la tuteia vontacto de al-Biruni con la India se produjo tras la invasíón de la Jorasmia de
dei matemático y astrónomo Abu Nasr Mansur (ca. 970-ca 1036;. prínope de la fa- atad™0 ^a2n' en Pr°t>ablemente. al-Biruni fue prisionero y su vida se vio
milia gobemante de la Jorasmia Asi. sus pnmeros trabaios se desarrollaron bajo el nofT)9 3 3 vo*untac* ^el nuevo gobernante. Pese a ello, al-Biruni trabajó como astró-
mecenazgo reai, hasta que en 995 un goloe de estado deposo a los Banu Iraq y tuvo Asi fu ^ astrol°90 en la oorte y acompañó a Mahmud en sus expediciones a la India.
que huir de Bujara. historf C,°mo lle9¿* a ^o^P'iar su Hístoria de la India. en la que estudió la geograffa,
Privado de las facihdades de su juventud y siendo ya un astrónomo competente que pais ve °n^Ua' *lteratura- filosofía, medicina, religión. astronomia y mateméticas del
habia escrito diversas obras. Payy (cerca de la actual Teberán; fue su siguiente cJes- No Mas'^d La muerte de Mahmud terminó con su reclusión y, bajo el mandato de su
tino. Allí coincidió con Abu Muhammad al-Juyandi (ca. 940-ca 1000). un astrónumo su vida VU* ' ^desPues de su nieto Mawdud, parece que pudo disponer libremente de
ra ajo, aunque el nuevo mecenazgo lo siguió atando a la corte gaznávida.
LA ARlTMÉTiCA OE AC-JUARISMI
LA AR/TMÉTICA DE AL-JUARISMI
SesigueconlaciJradelascer.tenasycomon
[...] un mll de miles de mües de imles de miles en cinco veces, [ i
4 ei 6 dei 0, se toma una unidad del 9 y se nmiSble «s-
cien mil de miles de miles de miles de miles en cuatro vecés [ \
que se pone en iugar del 0. Además, se cambia ^9
y ochenta miles de miles de miles de mües en cuatro veces [...^ ^
ya que ha perdido una urüdad parapoder restarel T 8'
setecientos mües de miles de nüles en tres veces [...], y tres mU de
miíes de miles en tres veces [...], y cincuenta y un mil de nüles er,
8 4 2 5
dos veces, y cuatrodentos rrnl, y noventa y dos nñl, y ochocientos
3 6 0 4
sesenta y tres.
2 3 2 6
9 0 2 5
2 1 4
3 6 0 4
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
52 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARíSMI
Aunque no hay una representación explíoita hasta el 4 9 6 4 8
flnal, el algoritmo propuesto es el síguieme:
2 1 4
1 1
4 6 4 6 8 — 1 4 0 6 8
3 2 4 3 2 4
4. Se repiten los mismos pasos: se desplaza el 214 hacia la de-
recha y se multipüca por 2, dando 428 como resultado. Una
2. Se desplaza el divisor una cifra hacia la derecha. E14 de las
vez eliminado el 2 que ya se ha multiplicado, estc producto
uttidades queda deb^jo del 6 de las decenas del dividendo.
se suma a149220 y se obtiene:
Se diride 1406 entre 324, cuyo resultado es 4 y resto igual
54 LA ARtTMÉTICA OE AL-JUARISMI
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 55
„5U,tadoS. Así. como 2 grados y 45 mmutos son l65 m
a 110. E14 se coloca encima del 6 y se sustituye el 1406
Por l°s rados, 10 n™11103 y 30 «gundos son 11430 sen,,!. u‘
el resto 110: t09'y 3,n es igual a 1885 950 tercios, que equlvalen a s^°S’
PcodUCs 5?segundosy30tercios:
1 4 3
- 110 8
3 2 4
E1 ejemplo general consiste en multiplicar 2 grados y 45 minu‘ Llegados a este punto del razonamiento, la disposición de los
tos por 3 grados 10 minutos y 30 segundos. E1 algoritmo transíornia Júmeros de Juan de Sevilla da una idea clara de los pasos que se
han seguir;
cada uno de los números a su fracción más pequeña, y multipü^3
57
56 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
En este caso, la división de fracciones se dispone en un es-
„uema siniilar y parte de la conversión del dividendo y el divisor
¡ fr3fCiones con el mismo denommador, tras lo cual se divide el
numerador de la primera entre el numerador de Ia segunda, y se
Recuperando el ejemplo
».
22
28+a
22
58 LA ARITMéTICA DE AL-JUARISMI
S9
LA ARITMÉTICA OE AL-JUARISMI
cALCULODELARAfZCüADRADA c, método es parecido cuando se apDca a las fracc
e¿es, con la puntuaiización deque el resuftadoesrj^
aí íuarismi continúa con el cálculo de la raíz cuadrada, qUe 2ebU más pequena sea la fracción: cxact°
cuant°
pUfca con siguiendo el siguiente algoritmo: ejer«'
S1 tü buscas la raíz de 120 mmutos, redúcelo a lo9 9
1 Separa las ciíras del 5625 en grupos de dos y empie2a obtendrús 7200, y si reduces estos segundos a cuartos o a 30°1
‘ cáJcuio con la raíz cuadrada del grupo que ha quedado f resultado será más exacto. Entonces, nosotros extraemos la raíz de
izquierda, es decir, el 56. A1 no tener raíz cuadrada 7200 segundos para hacer 84 minutos y una fracción, que, reducida
escribe 7 debajo del 6, yaque T2=49s56 y 82=64>5g. ^ en entero, se obtiene una unidad y 24 minutos.
4. Ahora busca una cifra tal que, puesta detrás del 14 y mul- V3 666 _ 60_] + 21
tiplicando el número de tres cifras que se obtiene por esa
39 ~39~ 39'
misma cifra, dé 725. Es decir, determina una cifra x tal que
«Magister A.» y Juan de Sevilla también añaden que, si se
(140+j?)-#=725. En este caso, x-5, yaque 145-5 =725:
quiere obtener mejores resultados, lo único que hay que hacer es
afíadir parejas de ceros a la derecha del número, y lo aplican al
7 2 5 cálculo de V2:
14 5
VícPa '2 000 000 ^ 1414
~lo>r~' 1000 ~1000
5. Por lo tanto, la raíz cuadrada buscada es 75.
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LA ARTTMÉTICA DE AL-JUARiSMI
Según Abu Mansur ibn ai-Tahir al-Bagdadi (ca. 980.10371 «xagesixnal, mediante el abyad. En este senódo. en el „ ■
su CumpUmiento del cülcuto, al-Juarismi también calcuióJ^ m® Ae aritmética arabe que ha llegado hasta n L
Pmner
cuadradas através de un método de aproximación equivaie^ 0*® _ Libro de Las secciones sobre La aritmética * ya
la fórmula actual: SSÍScibió en Damasco en ei ario 952, se iTplT,-'
Inténtico sistema decimal. La obra empieza con la T
de ias nueve cifras (que escribe conuna línea oncíJZT
¿L siguen los algoritmos de las cuatro operaciones básiT
Esta regla, que también tíene su origen en las matemáticas '¿¿o con fracciones ordinanas y con fracdones sexages^
indias, fue ampliamente reproducida en los tratados de aritmética lextracción de las ratces cuadrada y cubica de números enteS
árabes en toda la Edad Media, aunque sufrió diversas modificacio- ydefracciones...
nes quepretendieron mejorarla Abu al-Hasan al-Uqlidisi (ca. 920. y Pero el avance se produce en el momento en el que al-Uqüdisi
ca. 980), por ejemplo, la incluyó en su Libro de Las secciones sobre expüca cómo dividir un número por la mitad. En principio, si por
la aritmética india, escrito en el año 952, pero con la variación: ejeniplo se quiere calcular Ia mitad de 19, mediante la aritmética
india el resultado es igual a 9+^, que se representaría con la
fracción (sin la línea) escnta deb^jo del 9, tal como lo escribía
alJuarismi. Otro método para dividir ei 19 entre 2 es recurrir a las
fiacciones sexagesimales, cuyo resultado sería 9 y 30 minutos, que
Esta también la incluyó ibn al-Banna’ al-Marrakushi (1256- se representaban con el 30 escrito debajo del 9. Pero al-Uqlidisi se
1321) en su Compendio del cálculo. Por otro lado, Abu al-Hasan dio cuenta de algo que ni los indios ni los primeros matemáticos
ibn Ali al-Qalasadi (1412-1486) propuso: musulmanes de Bagdad habían tenido en cuenta:
r-t-l
En lo que se ha dibiyado en el prmcipio de Ios números, la mitad de
2(a +1)
uno en cualquier posición es 5 delante de éJ [Hay que tmerenmm-
ta que em. árabe se escribe de derecha a izquierda). Por io tanto, si
dividimos por la mitad cualquier número impar, pondrertios la mitad
LA TRANSMISIÓN DEL SISTEMA DE NUMERACIÓN
como un 5 delante de él, y la posición de las unidades marcada por
INDOARÁBIGO
elSÍRno sobre ella, para denotar el lugar. La posición de las unidades
se convierte en las decenas de lo que está delante de eüa
Tras la introducción del sistema posicional decimal indio en Bag-
Por ejemplo, queremos dividir el 19 por la mitad. Decimos: una mitad
dad, el mundo árabe vivió una proliferación de textos dedicados
de 9 es cuatro y medio; ponemos la mitad como un 5 delante del 4;
a esta innovación. Sin embargo, la nueva aritmética india tuvo
después, dividiinos el 10 por la mitad. Marcamos la posición de las
que coexistir con ei cálculo con los dedos, que los árabes habi^
unidades. Se obtiene 95.
heredado de la tradición bizantina. También se escribieron diver-
sas obras sobre esta manera de calcular. La implantación de las
nuevas cifras debió de ser progresiva y los propios matemáticos y pues> este fue el primer uso histórico de los decimales y
astrónomos solo las utilizaban para expresar números enteros, ya sí qUe ^ no tograron un gran alcance en un primer momento,
que las fracciones se siguieron expresando con su antiguo sisto* bes Post .ÍC*eron eco eH°s algunos de ios matemáticos ára-
enores. Se encuentran ejemplos en Ias obras del citado
62
ARITMÉTICA DE AL-JUARI5MI
63
LA ARITMÉTICA D£ AL-JUARISMI
al-Bagdadi, quien escribió 08 0217 par
o de al-Samaw'al aJ-Magribi (ca. 1130-^^^a]
„ de !os compartimentos servíaparaindicar unaposición
el cálculo de raíces cuadradas. Ya en elt l,l80>» qu^N^b
C^aUn! v por lo tanto, los números quedaban eacritos según el
bizantino aparece la representación ISSik ...mética y. ^ de nomeración. Es muy difícü saber s¡ .
•ci ema a* — --sabersi esw
estetxatado
153,6 y 16,25, respectivamente, y Jamshid¡ S ocado desapercibido en condiciones normales
multiplicaba números decimales en Sarn ^Uca. ^ieSeooQ Gerberto fue nombrado papa de la IgJesia catóíica
cemos nosotros en la actualidad. <wiarcaucia tal c el ombre de Silvestre H, y todo su legado obtuvo una gran
Otro de los tratados más importantes ^ ^( con el 11. Bn seguida, el Regulae de numeronim abaci ratio-
meración posicional fue el titulado re,eV^' objeto de un comentario a cargo de Herigerus de Lob-
de Kushyar ibn Labban (971-1029), el cual s °S nibVS j007). y de 1103 edición del francés Abón de Fleury (ca.
los manuales imprescindibles dentro del m* beS W) Además, el ábaco fue descrito en otras obras como el
a Jione de Lorenzo de Amalfi (m. 1049), el Regulae, quali-
los casos anteriores, Kushyar presenta las nu ° ^
De iitiplioationesfiant in abbaco de Hermann de Reichenau
ff» v» A y ** y Presenta el cero como el
poner cuando no hay cifra (al Juarismi no l0 había°H° qUe S ^itl054) ° el Regule abaCÍ de Ade]ard0 de Bath- °tras muchas
(1° n redactadas a lo largo de ios siglos xi, xn y xrn en Bélgica,
mente). De hecho, utilizó la palabra árabe sifr
Sicia, Italia y Alemania.
«vacío» y que proviene de la traducción de la
En la península Ibénca, por su parte, el judío Abraham ben
En la Europa latina medieval, la península describió las cifras indoarábigas en su Libro de la unidad, y
de las principales vías de transmisión del nuevo el Libro del número expuso el sistema posicional.
meración, ya que las traducciones más importantesderhl^ Otra de las obras que incidió de manera determinante en el
al-Juarismi al latín se hicieron allí. Un dato importantea^en^ uso extensivo de las cifras indoarábigas en los mercados y comer-
cuenta es que la primera representación de las eiíras indoar¿ cios fue el Liber abaci (1202, reescrito en 1228) de Leonardo de
gas que se conserva está contenida en el Codex vigUUm,uq pisa, más conocido con el sobrenombre de Fibonacci (ca. 1180-ca.
compilación de documentos anteriores escrita en elaiio976por¿ 1250). Fibonacci pasó su infancia en la localidad argelina de Bugía,
monje Vigila, en el monasterio de San Martín de AlbeldaOnai donde muchos de los maestros andalusíes llegaron huyendo de la
las figuras importantes de este proceso de transmisiónfue!a« cruzada cristiana en la península Ibérica. Su padre, un rico merca-
francés Gerberto de Aurillac (ca. 945-1003), quien viajóate derpisano, decidió ponerle un profesor local, con Io que el joven
lona en el 967 para pasar tres años en la corte del condeBoMf Leonardo enseguida aprendió el nuevo sistema de numeración.
(del 947 al 992). Durante esta estancia, Gerbertodebiódew Tras viajarpor Egipto, Siria, Grecia, Siciliay la Provenza, Fibonacci
por tierras musulmanas y entró en contactó con lasmatemica se estableció en su Pisa natal, donde redactó esta introducción de
las cifras indoarábigas:
y la astronomía árabes. Probablemente, debió de quedai W
sionado por la sabiduría de los vecinos andalusiesy,«‘»
Las nueve figuras indias son:
vuelta en Reims, pidió a sus contactos catalanes ^
obras sobre estas materias traducidas al latin- nnJRer^t
987654321
mación recibida, Gerberto redactó una Regu
abaci ratiombu¿ hacia el año 980, obra en ametai en el -on estas nueve figuras y con el signo 0 que los árabes denominan
nuevo tipo de ábaco de 27 compariimentos grat^ zephirum, cualquier número puede ser escrito como demostraré.
depositaban fichas con las nueve cifras m
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 65
LA AR(TMÉTiCA OE AL-JUARISMI
Un número es U suma de uiüdades [...] y mediante su 5um .edo también se convirtió en el pretexto de h
números se incrementan sin fln. En primer lugar, se componen &te ^ia para obligar a sus übreros a escribir I09 nro 6rsidad
1#8 unidades aflueflos números entre el uno y el diea. En segu„ÍD de ceros- no se podía permitír que los ceros *Sin uti-
de Ias decenas se componen los números que van desde el $ ' ü por añadirles trazos de más arriba o abal0 p” V>rtier®
hasta el cien [...}• La pnmera posición de la escritura de los númer^ - ,0S mercados también viene corroboradapor su^élT
empieza en la derecha. La segunda sigue a la primera hacia la £ 0 htdos de distintas monedas de curso legal, que w los
quierda La tercera sigue a la segunda Y así, la figura qUe ^ Vjm sin tener en cuenta la numeración romana a! '"
en la primera posición se representa a sí misma (...) y las nueve fi U38.el reinad0 de R°ger ° de SicUia Wel IIOb'^SÍ
guras que hay en la segunda posición representan tantos dieces ^iieron los pnmeros numerales mdoarábigos sobre una i
como unidades en la primera posición; es decir, si la figura del un0 S. POCO después, los árabes se pusieron ai día utiii^ Z
ocupa la segunda posición, esto significa diez; si la figura es un dos, mptas cifras (1217) y, postenormente, también los turcos (13Sf
veinte. L progresiva implantación del sistema en las monedas <¿2
Lraate d Renacinuento y su deflmtiva adopción por los djsün.
La palabra zephirum se mantuvo entre los matemáticos italia- tos gobiemos, cuando la ciudad de Colonia en Alemania, Austria.
nos del Renacimiento y se convirtió en «zefiro», «zeuero», «zefro» Franciay Países Bajos, en elsiglo xv, y EscociaeInglaterraend
y finalmente, «zero» a través del dialecto veneciano a mediados ^dieronelpasodefinitivo.
del siglo xiv. Por otro lado, la misma palabra se transformó en la ’ Ahora bien, sin restarle la importancia que merece el Liber
«sifra» o «cyfra» de los manuscritos latinos del siglo xtii que, pos- abaci, otras dos obras fueron las que, definitivamente, introduje-
teriormente, pasó a los distintos idiomas como chiffre en francés, ron las cifras indoarábigas en Europa: el Carmen de algorismo de
dpher en inglés, zijferen alemán o «cifra» en casteüano. Alexander de Villadei (ca. 1175-ca. 1240) y el Algorismus vulgaris
E1 Liber abaci influyó mucho en los tratados de aritmética que (ca. 1230) de Johannes de Sacrobosco (ca. 1195-ca. 1256). Ambos
se escribieron posteriormente, ya que Fibonacci ofreció una larga libros fueron referencia en las primeras universidades europeas
serie de ejemplos de resoiuciones de problemas que comercian- y, a partir de ellas, se escribieron otros muchos textos sobre
tes, mercaderes y banqueros no podían obviar: anclados con sus aritmética. Alexander de Viüadei fue director de una importante
cifras romanas, el nuevo sistema les iba a facüitar mucho su vida escuela en París en el año 1209 y, a través de su introducción en
cotidiana. De este modo, tras los algoritmos de las operaciones verso del sistema indoarábigo, sus alumnos continuaron con la
básicas, Fibonacci explicó cómo resolver reglas de tres simples transmisión de su conocimiento. Los dos primeros versos del
y compuestas, cálculo con fracciones y resoluciones de ecuacio- Carmen dicen:
nes, y todo eüo usando los nuevos números importados del norte
de África. Una prueba del éxito del Liber abaci es el manuscrito Se da el nombre de algorismus [algoritmo] a este arte actual por el
anónimo escrito alrededor del año 1289 en el dialecto de la región que utilizamos las figuras mdias en un número igual a dos veces
itaiiana de Umbría, que explica el sistema posicional basándose cinco.
en la obra del pisano.
En Italia, el camino iniciado por Fibonacci no siempre fue el fr ^ar7nen traducido a diversos idiomas, como el inglés,
fácil y, por ejemplo, en 1299 el gobíemo de Florencia aprobó e s 0 e* islandés, pero pronto fue superado por la popula-
Statuto deWArte di Cambio, por el que se prohibieron las cifras ,e A^orrstri-us vulgaris, que se enseñaba en las clases que
árabes por temor a que sirvieran para estafar a Ios comerciantes- osco ^Partía en París y Oxford. Sacrobosco explica que la
LA AR1TMÉTICA DE AL-JUARISMI 67
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
palabra «aJgorismo» proviene del nombre de su inventor «ai - „tro tratado muy similar a este, pero en casteii^ ,
y atribuye a los árabes su invención, olvidándose de l0s Pi0 también trata los quebrados, las reelas ° (148e). la
Esta idea también fue ampüamente transmitida a lo larg0 d , ' SSas de falsa posición, las mezclas y aieaciones de
siglos, e incluso en los importantes comentarios que se escribi* °* j^ebió influenciar en los ambientes comercial’I tc^9Í°-
sobre e\ Algorismus vulgaris, como el de Pietro de Dacia ^
hpI siglc
siglo xiv, nunca se corrigió esta omisión. Hasta la Uegada ^ fin alemán, el Libro de aritmética (Rechenbuch) VeiPi,
primeros tratados de aritmética comercial impresos, el Alg0 °S
mus vulgaris fue la gran referencia de la ciencia de los nú^e^
en toda Europa, como muestra el simple hecho de que era üb^ {néticas pioneras. Sin embargo, las expUcaciones de los dos UbTot
de texto obligatorio para cualquier estudiante de medicina de b antcriores eran muy precisas y escuetas; además, Wagner no Z
Universidad de Bolonia, o de que en la Facultad de Artes de Viena, w autor muy didactico, con lo que muchas veces sus textos son
un alumno tuvo que examinarse de su contenido en el año 1389 poco claros. Por lo tanto, es muy probable que ambas obras sirvie-
para obtener su grado. ran como complemento de las clases de aritmética comercial que
La definitiva implantación del sistema de numeración posicio- Wagner impartfa en Núremberg. A1 año siguiente, Pietro Borghi
nal decimal llegó con la invención de la imprenta. E1 primer libro pubücó su Arithmetica (Venecia, 1484), que fue el incunable arit-
de aritmética impreso en Europa fue el anónimo Arte dell'abaco, mético más popular de su tiempo a tenor de la multitud de edicio-
publicado en Treviso en el año 1478. Escrito en dialecto veneciano, nes posteriores que se han conservado (algunas con el nombre de
su autor quería popularizar los nuevos algoritmos, aplicándolos a Libro del abacho). Escrita en dialecto veneciano, su inclusión de
los problemas comerciales. De algún modo, esta obra recogió la las monedas de Treviso, Padua, Florencia, París, Zaragoza o Sofía,
tradición italiana, que empezó con el Liber abaci y que dio multi- entre otras, deja muy clara la intención del autor de enseñar a los
tud de manuales «de ábaco» que se estudiaban en las escuelas de prósperos comerciantes venecianos cuáles eran los beneficios de
ábaco, todos ellos fundamentados en las cifras indoarábigas. Los dejar atrás la numeración romana.
siglos xv y xvi dieron lugar a muchas primeras aritméticas en las Lejos de este mundo comercial, Johannes Widman (ca. 1460-
distintas lenguas vemáculas europeas y, con todas ellas, se instau- ca 1500) fue profesor de matemáticas en la Universidad de Leipzig
ró definitivamente el sistema de numeración posicional decimal en ytambién un prolífico autor de obras aritméticas comerciales. La
Europa. A partir de ese momento, los libros de aritmética pasaron primera de ellas, publicada con el título Cálculo ágit y ordena-
a hablar de las cifras romanas como de cosas antiguas. que si bien o en todos los oficios (Behende und hübsche Rechenung auff
aún estaban presentes, pertenecían más al pasado que al presente. RavffmarischQfft') fue una obra matemática rigurosa de la
E1 Arte delVabaco sigue el esquema general que anteriormente
1489 ^^011 a P^licarse cinco ediciones, desde la primera, en
trazó el Liber abaco, el Carmen de algorismo o el Algorismvs > y hasta el año 1526. Además, su éxito sirvió para que en
vulgaris e incluye capítulos dedicados a la numeración, las cuatro ania y en el resto del mundo se conocieran los símbolos que
operaciones básicas, la regla de tres y aplicaciones a problemas
sustr • eC^° que a servir para indicar los aumentos y las
mercantiles.
mercancías de un inventario: los actuales + y -
Tras el Arte deU’abaco, el siguiente tratado aritmético pubü
linealis (u^ ^idman Que cabe mencionar fueron Algorithmus
cado en Europa fue la Suma de la art de arismetica (Barcelon^
nutiaru ^^or^^miLS integrorum (1490), Algontkmus mi-
1482) del catalán Francesc Santcliment. Santcliment fue pro eS
carum (^^a^uw (1495) y Algorithmus minutiarumphysi-
en Barcelona y, probablemente, también en Zaragoza, donde co
68 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
69
LA ARJTMÉTICA D€ AL-JUARISMI
Las obras de Borghi y de Widman no encontraron riv .flner texto matemáüco en el que se encuentran la„
Itaüa ni en Alemania, respecüvamente, hasta la llegada de ** esd nSlón», «billón», «tnüon», etc., Paranombrar
más exitosas que las eclipsaron por completo y marcaron ***
nueva época. En Italia, pese a la publicación del De artthrrJr'* 1,68 51» Uegada de‘ SÍg'° laS grandes »aciones emer°S’
, ° a su disposición la base 10 y el sistema de nurn»- opeas
(Florencia, 1491) de Philippo Calandri, las cifras indoarábigas %° los Cuales pasaron a ser indiscuübles tanto en lnTiT P°SÍ'
sistema de numeración posicional decimal quedaron establecid^ como también en ios inventanSS^
de manera definitiva tras la publicación de laSumma de arith °S imentos mercantUes. Así pues lanumeración rom Jas e “
tica, geometria, proportioni et proportionalitá (Venecia, 1494Ñ igada a convertirse en una minuscula sección de los Ubros de
de Luca Paciolí (ca. 1446-1517). La Summa es un completíSim íftiisMria de las matemáücas y a desempeñar un pequefto pape,
tratado de matemáticas escrito como libro de texto para las múi protagonista en los relojes y las fachadas de algunos ediflcios
tiples clases que impartó Pacioli en las distintas universidades renacentistas.
italianas en las que trabajó. Nunca antes se había publicado en
Europa una enciclopedia matemática similar, de modo que, sin
pensarlo, Pacioli creó la que sería la obra matemática de referen-
cia del siglo xvi. Un dato que confirma este privilegio se encuentra LA EVOLUCIÓN de las palabras cero, cifra
en la figura de Gerolamo Cardano (1501-1576), profesor en Milán ALGORITMO y guarismo
y protagonista de la polémica batalla por la prioridad de la resolu-
ción de la ecuación cúbica. Cardano, en 1539, publicó el Practica Expuesta la evolución de la numeración indoarábiga desde el AL-
arithmetice et mesurandi singularis con el único propósito de gvrismi de numero Indorum de al-Juarismi hasta el siglo xvi, vale
sustituir a la Summa como libro de referencia en las aulas mila- la pena ver cuál ha sido la evolución de ciertos términos que en la
nesas. E1 Behende de Widman, por su parte, vivió su ocaso con la actualidad utilizamos de manera natural en nuestra lengua Como
publicación del Cálculo con Líneas (Rechnung auff der linihen), uno se puede imaginar, las palabras en cuestión son «algoritmo»,
en 1518, y del Cálculo con líneas y resortes (Rechnung auff der «guarismo», «cero» y «cifra»; de algunas de ellas ya se ha hecho
linihen und Fedem) en 1522, de Adam Ries (1492-1559). En la alguna referencia en apartados anteriores.
primera, este director de escuela describió el cálculo numérico
que se podía hacer con un cierto tipo de ábaco, mientras que en
la segunda, la cual llegó a más de 115 ediciones en el siglo xvi, LAS PALABRAS «CERO» Y «CIFRA»
introdiyo los numerales indoarábigos.
Este repaso no puede terminar de ninguna manera sin pasar Como se ha dicho ya, ambas palabras provienen del árabe sifr
por otros países como Francia, donde Frances Pellos publicó en
1/aEn S*?ru^ca’ <<vacio»> traducción directa de Ia india sun-
provenzal La art de arithmetica et semblantment de ieumetna
histo ^ ^^onacc* *a tradqjo como zephirum y ahí empezó la
dich ho nominatus Compendion de lo abaco (1492). Otra de las
lengu ^ ^ ^enorrnnacion tanto del cero como de la cifra en las
grandes obras aritméticas de referencia, esta vez en francés, e
emfc>ar£°> antes de la redacción del Liber
Triparty en la scienee des nombres de Nicolas Chuquet (ca '
80 refiriQ al ^ ^011 escribió un Liber de abaco (ca 1100) donde
ca 1500). Chuquet no llegó nunca a publicarla, pero la °hra■ ®
del ^ com° sipos, que era el nombre que recibía la pieza
conocida a través de L’arismetique nouveüement composée (
^rberf00 ^Ue ^eva^a es^ cifira y que ya había sido utilizado por
de su alumno Estierme de la Roche (ca 1470-ca. 1530). La TriP0, 110 en el año 983:
70 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
71
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
jTiscribitwr in vliimo ordine etjmra .©. sipos rumine, ^
numerum nuüum signitet, Umtum ad alia quaedam utüís ’ ** \pas ta pourrons appeüer vn JRien. weuant zerx¡,
sequentibus declarabitur. 'Ul ln-
De rodos modos, como ya se ha indicado anterionnente fil
Otro de Ios nombres que se dio al 0 fue el de «círculo» 0 ■ ,0S términos «cero»> y «cifra» denvados del zephirurn
plemente «rueda», como hizo Abraham ben Ezra en Su Lib*J 10 losqueseimpusieronentodoslosidiomas.En
la unidad, donde se utilizó la palabra galgal que si ^
sS¡Sutmzó ~ rFco,después' g
Lzo10 Uamó feuero (1370). En la pnmera edición del Libro Z
«rueda» literaimente (también usó sifra [kisd]). Esta idea circuw
del 0 continuó en muchas de las obras aritméticas del sigi0 ^ ZZ de Borghi, su nombre es^firo, ouero nuüa, y después “
como el comentario de Jodocus Clichtoveus (ca. 1470-1543) a u “Ibiado por zefi.ro, ouero nulkr y por zero, ouero nuUa en Z
Aritmética de Boecio, donde leemos «nota aut circularis» 0 ^ ^ectívas ediciones de 1488 y 1540. Philippo Calandri también
cularis nota», y «figura circularis», o el De arte supputandi libri usó zero en su De aritlmwHca y parece que a mediados del s¡g)0 xv,
quattuor (1522) de Cuthbert Tunstall (ca. 1475-1559). ya había un ampho consenso sobre su nombre, tal como corroboró
Otra denominación que tuvo el 0 fue la de «teca» y Pietro de pierre de Savonne en su Arithmetique de 1563:
Dacia creía que la razón era porque ese era el nombre que tenía
la forma O de ia marca del hierro circular al rojo vivo con el que S'apeUe nuUe & enlre marchants zero.
se grababaa los ladrones en la mejilla o en la frente. Otra versión
de este nombre proviene de la similitud con la primera letra de la No obstante, la palabra «cifra» como nombre del 0 aún estába
palabra griega theca (0HKH), que se utilizaba para denominarel vigente en este siglo xvi y nos encontramos, por ejemplo, que Gas-
hueco vacío en un ábaco y que, evidentemente, se podía relacionar par de Texada, en su Summa de arithmetica practwa y de todas
con la ficha del 0 en el ábaco de Gerberto. Esta tradición llegó tara- las mercaderías con la Horden d.e contadores (1546) habla de las
bién hasta el siglo xvi, y Niccoló Fontana (ca 1499-1557) escribió «nueve letras y un cero o cifra». En el siglo xiv, Maximos Planudes
en su póstuma Tutte Vopere d'arithmetica (1592): había traducido al griego el cero como tzifra (Ttí4>pa).
Es difícil saber en qué momento la palabra «cifra» adoptó
[...] si chiama da alcuni tecca, da alcuni circolo, da altri cijra, da su significado final y se separó del «cero», ya que incluso Carl
altri zero, & da aicuni altri nulla. Fricdrich Gauss (1777-1855) aún la utilizó en sus Disquisitiones
arithmeticae para referirse justamente al 0. Así, mientras que en
Este último nulla, relacionado con su valor y cuyo paso al castellano se utiliza la expresión «ser un cero a la izquierda» para
francés y al español ya hemos visto, también fue otra de las deno- mdiear el poco valor de alguien, en la Francia de los siglos xm y
núnaciones que tuvieron éxito. Johannes Buteo (1492-ca. 1570) le ™ se hablaba de cyfre d’angorisme. También en el siglo xm se en-
asignó el símbolo 0 (1559) para denotar la idea de corúunto vacío, entra este significado en un poema escrito por el francés Gautier
aunque también admitió la 6 para distinguirlo de ia letra griega Qe Comcy (1178-1236):
omicrón. En L’arismetique nouveUement composée de De la
che, el 0 también se denomina nuU y lo mismo ocurre en la mayo03 na bestía con cuernos, una oveja,
de tratados aritméticos alemanes del siglo xvi. Por lo tanto, no son
^cifiadelalgoñtmo,
extrañas las palabras que Jacques Peletier (1517-1582) escribio en
s ^ moqje, que en el día festivo
su L arithmetigue, refiriéndose al 0 como rien, o sea, nada:
Ce ebra Ia Madre Santa.
72
t-A ARITMÉT'CA DE AL-JUARISMI
73
LA ARlTMÉnCA D£ AL-JUAR»SMI
LA aparición de las fracciones decimales en europa Rudolff OO fue comprendido
No o^5?no apareció la obra que cam-
Como en el mundo árabe. el sistema de numeración posicional decimal solo se jnt ytiasía '^oria- Bldecimal (.De Thiende).
duio para escribir números enteros, mientras que los decimales siguieron siendo
asignatura pendiente que se cubria con el uso de las fracciones. De esta ma “na
t><aria'a inco Simon Stevin (ca. 1548-
de'flafn ai fue traducida al francés bajo w 1 • r7Trrt
durante el siglo xv. aún se podían ver expresiones como nera. 1620). la^Disme- El propósito del traba- rr
cómo todos los cálcuíos
-« 1 t
jo ^ ios comercios pueden ser rea-
ajehay o^lo mediante números enteros ^ 1 *» 4
4 sS *
« *
4 —
ei Cálculo ágil y ordenado en todos los ofícios (1489) de Johannes Widman |izad°s 5 da de os fracciones» y la idea 1 *
_173925141 fue la de considerar cada cifra como la déclma parte de la cív .
pnn2ítamente superior. De este modo. Stevin consideró que tnt de 0rden
2¡¡Ss debian ir acompañados del símbolo ®. que
en la Aritmética 0571) de Jean Trenchant. 601[, número 364 se debia convertir en el 364®, A partir de aouí iia p0r,eiem-
Un primer paso hacia el uso extensivo de las fracciones decimales es el mostrado en ^'décima parte de la unidad: «segunda», a la décima parte de la mó wpr,rnera>>
las tablas de raíces cuadradas del Cálculo con lineas y resortes (1522) de Adam R¡es * «ivamente. A cada una de ellas asoció los símbolos ®, ripecti^lt; y,Js[
en las que utilizando la regla cismplo. si se aueria representar el número 0,3759. Stevin escribla 3®7™5®9®°v
pasaba a considerarlo como un «numero decimal». y
£7decimal continuaba con los algoritmos de las cuatro operaciones básicas v U
cación de los nuevos dec.males a cálculos tipicos de los mercados; sin embaran
se obtienen unos resultados correspondientes a 103Va y, por lo tanto. tres cifras sistema no terminó de calar entre los matemáticos. Johannes Kepler (1571 i6?m
decimales para cada raiz cuadrada. Trenchant también optó por esta manera de ejemplo, en 1616 ya consideraba las fracciones decimales. pero utilizó una
proceder y )o mismo ocurrió con el holandés Willem Bartjens (1569-1638), quien en paréntesis para separar la parte entera de la decimal. A £££&"
1591 fundó una escuela en Ámsterdam. Este tipo de recursos fue muy habitual para
johann H. Beyer (1563-1625) le escribió una carta el mismo año en la que^ez^
expresar los decimales de las funciones trigonométncas y todos los matemáticos
nuevacoma con la notac.on sexagesimal heredada de los tratados aritméticos ante
buscaron la manera de dejar atrás las fracciones para disponer de un sistema más ágil
nores. Deeste modo. en lugar de escrlbir 314.159265, escribió 314 V5"9"'2»“
y útil. Uno de estos casos es el de Pellos, quien en su obra de 1492 utilizó por prime-
ra vez el punto decimal en un tratado impreso (ver imagen). En los escritos medie-
vales los números solían ir rodeados de un punto, antes y después de escribirlos, pero
es con Frances Pellos que el punto se convirtió en la separación natural entre enteros
y decimales. Hubo otros matemáticos, como Christoff Rudolff (1499-1545) o Gerola- nerai Pn ia c
* ■* - “K Es¡ssss¡rí
3 es' °n comas Y P^ntos según la voluntad de los autores. En qe-
mo Cardano, que con el mismo objetivo utilizaron una barra separadora en sus obras
que en Inglate^s? ütllizómás 1?°^ COrT1° SÍgno de seParac‘ón. mientras
en lugar del punto, De hecho, Rudolff puede ser considerado uno de ios inventores paralelo en los mercado* w k punto- el sistema decimal se fue imponiendo en
reales de las fracciones decimales, ya que en 1530 utilizó su barra del mismo modo
fepresentar los decimales^UnTdp0^^'^6^'^^35 maneras poco ortod^as Para
en el que se haría en la actualidad, al resolver un problema sobre interés compuesto. ^loxa y convirtió los nL U de ®llas ,n,aó su andadura en los Estados Unidos del
onvirtió los prec.os en dólares. como 15.65, en expresiones del tipo 15».
LA ARfTMÉTICA OE AL-JUARISMI
LA ARfTMÉTICA OE Al-JUAfilSMI
tr. desconoomiemo ue ai^uansrru se puede aprertar
las palabras «ALGORITMO»
L en PaIabras exP'?estas P™ el "Z,?on ***
c'l \eróniino de Santa Cru2 en su Dorado cont, J^enciano
EI vocablo «algoritmo» proviene directamente del nombre h
protagonista de este Ubro: al-Juarismi. Como se ha visto Con ^ aaue:
terioridad, las primeras traducciones latinas del siglo xn hicie^'
u práctíca aritmética, como aflrma Juan de Sacrobosco „
referencia explícita al nombre del autor (Algorismi de nuy^
compendiosa en lur de un Fiiésofo, Uamado Algo,, por
ro Indorwm, Liber algorismi de practica arismetrice y iib '
fueUamada el «uarismo. Ousa
ysagogamm alchorismi in artem astronomicam a magisZ
A. compositus)y hecho que se repite en las exitosas Carmen ¿
algorismo y Algorismus vulgaris del siglo xrn, y el manuscnt0 jyo permitió que aparecieran teorías iántásticas del orieeu a
de Cambridge empieza su texto con «Dixit Algorizmi». El Algo. |apalabra «aigoritmo»: Iadenvaaón dei nombre de unmatemátíco
rismus vulgaris fue muy editado y comentado (algunas veceSa ado ^0105’ ° del 41801 de Casü11* También se dijo
través del título De arte numerandi) y en el siglo xvi se convirtió aUe el término en cuestión podra sigmflcar «inducción a los núm*.
en el tratado de referencia que enseñaba las cifras indoarábigas ros», ya que algos Significa «mducción» y rimus provendria del
y las operaciones con ellas. Es probable que Sacrobosco ya no arithmos griego. Una vanante de esta idea conservó el arilhmos
fuera muy consciente del significado real de la palabra «algorit- gnego y lo añadió a ares, que significa «virtud». Otra teoría lo hizo
mo» ya que, si bien todos los títulos citados pueden perfecta- derivar de la palabra griega algo, que significa «arena blanea», ya
mente traducirse por el nombre de al-Juarismi, Algorismus vul- que las primeras operaciones con las nuevas cifras se realizaban
garis se traduce literalmente por «Algoritmo común». Además, sobre arena.
Sacrobosco especifica que hay nueve especies del «arte de al- Así, la palabra «algoritmo» olvidó su origen y se asoció úni-
gorismo» (numeración, adición, sustracción, división por la mi- camente a las reglas de cálculo con las nuevas cifras. Prueba de
tad, duplicación, producto, división, progresiones y extracción eüo es que cuando el filósofo y matemático alemán Gottfried Wil-
de raíces) a las que se refiere como «especies del algorismo». helm Leibniz (1646-1716) publicó su Nuevo método en 1684, no
Con todo, no es difícil que un lector desconocedor de su origen dudó en referirse a sus reglas como «Algorithmo» del cálculo
(recordemos que Sacrobosco atribuye su origen a Algus) empeza- «diferencial».
ra a olvidar rápidamente el nombre real del matemáüco musulmán Con todo, no fue hasta el año 1747 que el VoUstandiges Mathe-
y asociara el «algorísmo» a las distintas reglas de cálculo que mtisches Lexicon, uno de los primeros diccionarios alemanes de
se podían realizar con los nuevos numerales. De este modo, matemáticas, definió formalmente Ia palabra «algoritmo»:
ya en el siglo xrv se conservan testigos de esta corrupción e
nombre de aJ-Juarismi derivada del algorisme francés, como, por este concepto se dan ias nociones de los cuatro típos de cálcu-
ejemplo, en el Libro de la Duquesa (ca. 1369) de Chaucer, en ,0 ^d^ético, suma, producto, resta y división.
que se lee:
ciarse Paitir si^° Xüí*Ia palabra «algoritmo» empezó a aso-
Aunque Algus, el noble contador, imiovad iterativas como el algoritmo de Euclides y, con la
había fijado el cómputo del encuentro tación .°ra Pe£acla de los ordenadores y la ciencia de la compu-
y contó con sus diez numerales, deSüSp- en§u3jes de programación la adoptaron como base
ya que con esos numerales todo es contado [•■■]■
76 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 77
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LA PALABRA «GUARISMO»
[...] las docenas van señaladas por cifra de cuenta guarismo [—]•
78 IA ARíTMÉ-nCA OE AL-JUARISMI
CAPÍTULO 3
El Álgebra de al-JUarKnii
2a
De esta manera, si el resultado del radicando de la raíz cua-
orada, Uamado «discriminante» y representado por A=b2 - 4ac, es
Positivo, entonces la ecuación üene dos soluciones. En cambio, si
núíner^0^'i^ ecuaci<-*n no ^ene solución ya que no existe ningún
negativo^ s Sea so^uc^n de 11113 Ta*z cuadrada de radicando
solución ^ ^ ^01™^1311^ es cero, la ecuación tiene una única
EL ÁLGEBPA OE AL-JUARISMI
de una ecuación eran las positivas y estaban relacionadas c
blemas reales de la vida cotidiana, °n
sia;=2, entonces
84 ELÁLGEBRA DE AL-JUARlSMI
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
. de la base por su altura. No obstante, el área del cirr,,
EL PAPIRO DE RHIND . ia m'tad . 5ecreto» ya Que, al no conocer la existencia dp ? ° sí ^ escon^
Í ¡dear una regla cuyo resultado da ™
El papiro de Rhind es el texto matemático egipcio más Importante que ha
hasta nuestros días. En el año 1855, Alexander Rh.nd (1833-1863). un joven afe°
íir‘>l'caPl A-*r2- La regla consl5te en e»raer una novena sprox'mad6ñ
l »c°nin v multipl'car el resultado por sl m|5mo. Es dec¡r> Parte de| d¡ém^n
escocés, desembarcó en Luxor buscando un chma más propicio para Su d«S 0
circU,° y
salud. Con el tiempo. se interesó por la arqueología y empezó a participar 'nCdQda
cavaciones en la necrópolis de Tebas. La Nstona explica que Rhind compr¿ £
serie de documentos rescatados del templo funerano de Ramsés II a un operal ?
ta excavación y... ¿quién le iba a decir a Rhind que estaba delante del documem
matemático eg'PCio más importante hallado hasta el momento? Actualmente _ pI radio aei —- ■ - — — aMroximación **>/ ,CA,n
& pnmeros valores que tomú el número , en la historía8'',6049382-
conserva en el Museo Británico de Londres y sus casi 5,5 m de longitud POr 30'Se
de ancho contlenen...
W "n0„L problemas que se recogen en el papiro de Rhind son los a„. ,
jfpsrtos alimentos, que era una medlda de calidad de los produ^ Ula" sl
La introduccíón en el conocimiento de todas las cosas reales y de todos los os-
curos secretos. Este libro fue copiado en el año 33. en el cuarto mes de la estación u _ número de piezas del productn
de las inundaciones. bajo la majestad del Rey del Alto y Bajo Egipto Apofisi P ~ cantidad de producto *
[s. xvii a.C]. dotado de vida. siguiendo los escritos antiguos de la época del Rey
del Alto y Bajo Egipto Amenemhat III [s. xix a.C.].
También hay pro-
Asimismo, su autor firmó para la posteridad que fue «Ahmes quien copió el escrito». blemas sobre pro-
El papiro contiene 87 problemas matemáticos y sus correspondientes resoluciones gresiones geomé-
en escritura hierática, ademés de una tabla de descomposiciones de fracciones de tricas, el cálculo de
numerador igual a 2 en suma de fracciones de numerador igual a 1: la pendiente de las
caras de una pirá-
mide... y todos
5 3 15 el'os resueltos con
reglas muy intuiti-
2.1+-1.„. vas que dejan
7 4 28
al descubierto los
Además de los problemas algebraicos, el papiro de Rhind muestra cómo los antiguos razonamientos de
eglpcios calculaban áreas y volúmenes de figuras planas y del espaclo, respectiva- las mateméticas
mente. E! área de un rectángulo, por ejemplo, se calculaba mediante la conocida egipcias del m mile-
regla de la base por altura, como en la actualidad. Igualmente, el área del triángulo nioa.C.
ZLÁLGEBBA DE AL-JUARISMI
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARlSM*
, sín el descubnmiento de ios números negativn.
sido imPoslb,e simpbflcar la resolución de * “biese
(los antiguos egipcios solo consideraban las fracciones d 0 conlaactualfórmula, ecnación
rador igual a 1 y la 2/3). e n^e-
r -b±yfb2 ~4ac
E1 método de suponer una solución conocida se identiü
2a
el nombre de «regla de la falsa posición» y fue, sin duda, u^aC°n
digma del álgebra no simbólica en todas las épocas y civiüzaciPai^ En su utilización, los coeficientesa,bycpueden serr. .
incluida la mesopotámica Sin embargo, los escribas de la anti*** positivos como negativos. Entonces, ¿cómo se dZZT
Babilonia dieron un paso más y fueron capaces de resolver una ecuación simiiar en un mundo sin números neJZT
mas de ecuaciones lineales del tipo Si ia ecuación fiiese, por ejemplo, ^+.'ic_15=0
ar+2/»1800 16, sumando ai segundo miembro, se obtendría&í+soa;- h
Ia cual tiene todos los coeficientes positivos. Del
r-r-500 mo modo, 2z?-30x +15=0 se convierte en 2a?+15=3(b.
-2r430r+15=0 en 3to+15=2a?. Porlo tanto, un malemáü
E1 algoritmo de resolución consistió en la introducción de una co sin números negativos estaba obligado a aprenderse tres
nueva variable equivalente a z- X~y/¿-Como ^+^ = 900, se tie reglas de resolución:
nequear=900+«e^=900-2: y, sustiüuyendo en lasegundaecuación;
ax +bx-c -b±\Jb2+iac
ar-1200
|(900+z) - i(900 - z) - 500 => z « 300 => \X
3 2 y * 600.
ax2+c-bx=>x-
En la antigua Mesopotamia también se resolvieron ecuaciones 2a
de segundo grado y, pese a que no se han encontrado fómiulas de
resolución como las actuales, todos los escribas seguían las mis-
mas reglas. Por ejemplo, en una tablilla de arcilla que se consern ax2-bx+c=>x-^b!+4ac.
2a
en el Museo Británico:
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARI5MI
ax2 - bx+c g^eselcuadradodel. +c
2a
90
ElÁLG£8RA DE Ai-JUARISMI
91
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
resolución de las ecuaciones cúbicas no se produjo h
Media en el mundo árabe, y hasta el Renacimiento en e* ^ E(lad
dental. En una tabliUa de arcilla de esta época aparece Jf0l)a °ccj.
equivalente a la resolución del sistema de ecuaciones- Pr°bler^
xyz+xy^l
y * fx =>x* 7^
48'
z-l2x
x xP+x1
* > .j . „ j
1 13+12=1 +1=2 ji_i- ^-c^_l_» L giT>wj>lu,^g •
2 23+22=8+4 = 12
3 3s+32=27+9=36
4 43+4a=64 +16=80
5 53+62= 125 + 25= 160
6 e^+6^216 + 36^252
u3 + u2~ —-12n=252.
48
92
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI
93
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMt
x+y+z+t- 9900
duda, en un momento trascendente en la hjstoria de la Cien .
Probablemente, el sistema de numeración sexagesimal babilj’1 y-x-~x
el cual permitía rápidos y ágües cáiculos, fue uno de los detonaT'
z-(x+y). 300
que impulsó a que la matemática babüómca diera un paSo qu„7
fue recuperado hasta el siglo xn. í-(ar+2/+s).3oo
■(Bb* .(i.i)n.,)
X+Y-s2
Además de este tipo de problemas sobre triángulos rectán-
gulos, los griegos también resolvieron ecuaciones y sistemas de W + Z = T(n+1)
ecuaciones del tipo
94 DE AL-JUARISHI
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI a ÁLGEBRA
En este planteamiento, Xyxson el número de bueyes v x,2226* K = 1602* Z,imk w ^
blancas, respectivamente; Yey,eI de bueyes y vacas negra ^
602/c)
z, el de bueyes y vacas moteadas; y W y w, el de bueyes y J.2y
amarülas. E1 problema original de Arquímedes debió acabarse^^
y se cree que, posteriormente, se añadieron las dos condici ^ «- 2Ó^+1 B80k'>
siguientes, donde sy nson dos números por determinar.
medes resolvió su sistema por el método de sustitución y tetm
Z~^W+89U)
encontrando que 891Z- 1580W, con lo que la menor soluCjQ ^
13,
problema es Z= 1580 y W= 891. Si se sustituye en el resto de vJJ
W~42 (x+2226k)
bles, el resultado final depende de un cierto valor mdetermin&fot
96 EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI
97
elAlgesímdeal-juarismi
Para conseguir una solución que no sea fraceionaria, y 60-9 51 1
el resultado son cabezas de ganado, es necesario que k se ^ —¡r-r-8+i: £+ra-ij+¿
062
múltíplo de 4657 y, por lo tanto, k=4657K, donde K es otro cf ^
60-16 44 1
número entero indeterminado. Con todo, el total de anfrnaiJe,to
campaban por Sicilia era de 50389 082ÜT. Solo como dato s^e ~8~'T"5+2! *+ra»9+i
2’
tienen en cuenta las siguientes dos condiciones, el resultadó
no puede tener menos de 206500 cifras, con lo que se reafirrrui niofanto eligió el caso m=3y calculó (U+I| -(s+Ií.eo
esta idea no estaba en la cabeza de Arquímedes. que 3Unque hubiese podido calcular mfinitud íle
Con Diofanto, las ecuaciones indeterminadas iniciaron su “ por disttntas fraccrones. Por esta razón, este üpo de nro-
dadura oficial (por ello se las conoce también como «ecuaciones “Las son indeterminados, ya que tienen infinitas soluciones
diofántícas»). Por ejemplo: ¿Existen dos números tales cuya dife. dependiendo de un cierto valor, en este caso m. En esta línea,
rencia, elevados al cuadrado, sea 60? Diofanto resolvió multitud de problemas cuadráticos, cúbicos...,
Una primera manera de proceder seria ir probando con di. todos ellos con valores indeterminados en sus sohiciones. Todos
versos números y ver hasta qué punto es posible haliar una res- estos problemas fueron muy conocidos en el mundo árabe y, por
puesta afirmativa- 12=1,22=4, 32=9, 42 = 16, 52=25, 62=36,7^=49 ejemplo, el egipcio Abu Kamil (ca. 880) se dedicó a investigar
82=64, 92 = 81... Es evidente que 82-22 = 64-4 = 60. Sin embargo* para qué valores del número x la ecuación -£*+2bx+c es igual a
¿hay más parejas que cumplan 'esta propiedad? Diofanto planteó un número al cuadrado.
que el menor de los dos números sea una cantidad desconocida, a Por lo que respecta a las ecuaciones cuadrátícas propiamen-
la que llamaremos x, mientras que el mayor es x+m, donde m es te dichas. su resolución detaUada debió de quedar en uno de los
la diferencia entre ambos. Por lo tanto, libros que no se han conservado, aunque a partir de las explicacio-
nes dadas en el prefacio de la Aritmética, se puede deducir que
(x+m)2-x2 =6 0, Diofanto también trabgjaba con tres reglas básicas:
x*+m2 + 2xm-x2 -60,
ax* + bx-c=>x-~tb+'lA?.+™i
Wiz+2ara-60, a
60-ra2
x =-. 2 . ife + \/l62 —qc
2m ax +c-bx=>x-~——-,
a
Ahora, dando distintos valores a la diferencia ra se pueden ir 2 . ^b+^\b~+ax
obteniendo distintas parejas cuya diferencia de cuadrados es 60: ax ~bx+c=>x»2——-.
100 101
EL ÁLGE8RA DE AL-JÜARISMI
EL Algebra DE AL-JUARISM.
La cuadrótica: las cantidades absolutas muJtiplicadas por Cu 4a (ojr2 + 6ar) - 4ac 4o V+4air , ^
ces el coeficiente del cuadrado de la incógnita son üicreme ^
por el cuadrado del coeficiente del medio; la raíz cuadrada del'^38
ia'V +4abx+b* - 4ac+62 => (2a*+i>)’_4(M+6¡
tado es disminuida por el coeficiente del medio y di\idida po^ 2ax+b-y¡4ac+bz
veces el coeficiente del cuadrado de la incógnita, y ese es el vai^ 08
laincógnita.
La segunda es:
un dato interesante que también se ha de meneionar « m
EU término absoluto multipücado por el coeficiente del cuadrado de en |a India del siglo «, Mahavira fue el primer matemátieo « Z
la incógnita es incrementado por el cuadrado de la mitad del coefi * cuenta de que las ecuaciones del tipo o^-x+c=otenían“^
ciente de la incógnita: Ia raíz cuadrada del resultado es disminuida ¡oluciones. Los estudios aJgebrmcos de Mahavira fueron muy
por la mitad del coeficiente de la incógnita y dividida por el coefi- tacadosy planteó ecuaciones con radicales como x-pj¡¿mr
ciente dei cuadrado de la incógnita, y ese es el vaior de la incógnita. equivalentes a la cuadrática, cuya solución viene dada por
Es decir,
p+Ja* + —
x-Q V Q
ax2 +bx-c=>x
Por lo tanto,
x [x* + x3 + x2 +1) -1364.
ax2+bx=c,
con el 4 e iteró el algoritmo:
Por otro lado, la muqabala u «oposición» (también <<re£^ La primera de ellas se resuelve mediante la regla subyacente
ción»), es la encargada de reducir la ecuación, simplificanJo (aKJuarismi n0 considera posible la soluciónr=U
términos homólogos: 4oc2=8+5x. Poco las soluciones negativas):
deaL.juarismi
Un cuadrado es iguai a cinco veces la rafe, entonces \a ra¿ bre estó treinta y nueve y da sesente y cuaóo, M|cuja5larah
drado es cínco y el cuadrado es vemücmco, que, efectivarn^
£* » 0ch0’y 16 reStóS U mtaa deI«e ^2 2
cxnco veces la raíz.
tsdecir, --
Además, siempre que el coeficiente del cuadrado no sea \ h
que redurirlo. A1 Juarismi pone el ejemplo de^x^ 4r, que ^ X>+1to“39=>x = y(y) +39-y-J64-5.8-6,3.
te en **= iar. cuyo resultado esar= 12, y también &,■*=lfe. que w'
vierte enx*=2x, * resultadotr=2. Evidentemente, y comoSepuJl'
observar, al Juarismi no usa rnngún tipo de álgebra simbólica y J
Ijrnjta a describir tódos los procesos y eálculos a lo iargo de su Ubro +í-|.
Pararesolveríf=g, al-Juarismi concluye quex-^y^
los ejemplos: Juarismi también plantea el caso en el que Ios cuadradoa
tjenen coeficiente y, como antes, reduce las ecuaciones al caso
anterior
xz = 9 x = \¡9 «= 3,
2xz + 10:r - 48 => a:2+5ar - 24 => a; - 3,
5x2 - 80=>ar2- — »16=>a7 = %/Í6 -4,
5
—x2 +5x — 28 x2 + lOar» 66 => x ■ 4.
—x2 =18=> x2 x — >/36 = 6. 2
2
La resolución de los «cuadrados más nümerosigual araíces»
essimilar
Finalmente, la ecuación px= q tiene como resultado x »
V ¿Cuál es el cuadrado que cuando sumas sobre él veintiún dirhams
Tras estas tres primeras reglas, al-Juarismí aborda la resolu- da lugar todo ello a diez de las raíces de dicho cuadrado? Lasolución
dón de Ias ecuaciones cuadráticas, que incoiporan tanto números, está en dividir por dos las raíces, y resulta cinco, lo multiplicas por
como raíces y cuadrados: sí mismo y da veinticinco, restas el veintiuno que está con el cuadra-
do y da cuatro, calculas su raíz cuadrada y da dos, y lo restas de la
Cuadrados más raíces, igual a números x?+px=q. mitrad del número de raíces y da tres.
x2+21-10x=>x-™~J^J -21-6-J4-5-2-3.
De este modo:
En general,
¿Qué cuadrado más diez raíces es igual a treinta y nueve dirhaius? 1-1 |
La solución está en dividir por dos el nümero de raíces, y en este cas0
resuita ser cinco, lo multiplicas por sí mismo y es veinticincu,SUiriaS
106
107
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI EL ÁLGEBRA 06 AL-JUARlSMI
imeros. No es exir*.er.iunces. que a |0 |arqod». i
LIBRO II DE LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES
*c*oS ltí.oneS como «el rectángulo comprendido por »£,e™wft.sse 6n_
El libro II de los Etementos es un texto corto que cont.ene tan solo 14 proDo. . **%**'” o «el cuedrado» s¡ es.os dos números son
de d° 13 la proposición 5, Eucl.des completa el cuadr^9^^
COn sus correspondientes demostrac.ones. las cuales son un ejemplo de cn '°nes
razonamientos griegos eran suficientes para aclarar diversos conceptos '°s V^ofsegmento OR. le queda dibujado el cuadrsdo A/QffOdeS^'31'0"'''
zand oi cuadrado de la recta que esta entre los puntos de ¿ l °b=QR^0 es
Un ejemplo de ello se aprecia claramente en la proposición 5. cuyo enunc.ado^COi
deC'r,E¿iides afirma que AMOD + NQRO es igua, a, cuadrado'CQ^ ** Pf0pos¡-
Si se corta una línea recta en segmentos iguales y desiguales. el rectánguln ** Ls (P al rectángulo CNOD (base igual a b y altura ¡gua| a f í?' En 6fecto-
prendidoentrelossegmentosdesigualesdela recta entera.juntoconelcuad0m' ^ZsP (de base a-by altura b), se observa qUe ambos son inf’f ' al rectá"-
de la recta que está entre los puntos de sección, es igual al cuadrado de la ^Sáogila inicial AMOD es divislble entre los rectángulos 4MNc v
ir os es igual al rectángulo CNPB, ya que C es el punto medTdeutf Primer°
Para demostrar este enunciado. Euclides parte de un segmento AB en el que señ d<? Ls que © = ®- Por lo tanto- el rectángulo AMOD es igual a la *"toAe-
un punto C. que lo divide en dos partes iguales. y otro punto D. que lo hace en d af cuadrado NQ*0, d». en efecto. el cuadradJ CoU CN°RSB'
partes desiguales. Entonces. construye el «rectángulo comprendido entre los % P¿.¿qué demostró exactamente Euclides? Como se ha dlcho. e. rectánguloAMOd
mentos desiguales de la recta entera». es decir, el rectángulo AMOD. En efecto69 ñ1 base a*b V a,tura '9oa' a a~b>de manera que su área es igualalprodLof^
llamamos a=AC=CB y d-CD. el rectángulo trazado tiene una base dea+b=ADy un* Zb)B área del cuadrado A/0/?0 es b> y la del cuadrado CQSBesrffJí
altura de a-b=AM=DO=BP=DB, quedando trazado también el cuadrado DOPB. Dd(-a ¡a+«Ca-W+£>2iraa °- equivalentemente, nuestra actual igualdad notable:
Euclides, los números tenían una correspondencia intrínseca con longitudes deseg-
mentos. de manera que dos números sumados era calcular la longltud de un nuevo (a+PXa-b)^-#.
segmento compuesto por los dos que se suman. Análogamente. dos números multi-
plicados se correspondian con el área de un rectángulo. cuyas base y altura medían Además de esta proposición 5, hay nueve proposiciones más que recogen combina-
cionesy sumas de rectángUlos y cuadrados construidos apropladamente. Estas son:
Proposición 1: a(b+c+d+...')=ab+ac+ad+...
Proposición 2: (a+b)2=(a +b)a + (a +b)b
Proposición 3: (a + ó)a - ab+a3
Proposición 4: (a+b)2=a7+b*+2ab
© Proposición 6: (.2a+b)b+a2=(.a+by
Proposición 7: (a+b)7+a2=2(.a+b)a+b7
Proposición 8: 4(a+ó)a +b?=[(a+ó)+a]7
O
Proposición 9: a2 + b2 - 2 (^J + (^ -
Y si quieres, sumas la raíz cuadrada sobre la mitad del número de También especifica el núniero de soluciones que puede tener
raíce9 y da siete (...] ecuación cuadrática de este segundo tipo:
D£ AL-JUARRlMl
Y has de saber que si al dividir por dos el número de raíces y DE la ECUACIÓN X2+-PX=Q
plicarlo por sí mismo da lugar a un número menor que el de
que están con el cuadrado, entonces el problema es imposibl irúcia la justificación geométrica de la u
es iguaJ al número de los dirhams, entonces la raíz del cuadrado ^ = 39 partiendo de un cuadrado de lado descon^6" *
igual a la mitad del número de raíces, sin sumar ni restar nada. ^ al número de raíces de la ecuación propuesta& ” ““
es 1 lengnaje algebraico actual, cada lado del cuadnL„ mÍ!®'
Finalmente: en 6' l0 Snto. e) área de dicho cuadrado es igua¡T^fi " d¡1
>'1? ecuación a?+lto=39, hay que ■£¡r'
Tres raíces más cuatro es igual a un cuadrado. La solución consis- obK„er el primer término propuesto. con lo que la cuestión^
te en dividir por dos el número de raíces, y resulta uno más *** % plantearse es cómo representamos este lOx Como el £
medio, lo multiplicas por sí mismo y es dos más un cuarto siunas ! w rectángulo es rgual al producto de su base por la altura. 10r
a esto el cuatro y da seis más un cuarto, calculas la raíz cúadrada Ide corresponderse con el área de un rectángulo de base igual
y es dos más un medio, le surnas la mitad del número de raíces y es 3 !0 onidades y altura igual a x (figura 2).
cuatro (...) Al-Juarismi divide el rectángulo de área lOa: en cuatro rectán-
gulos iguales de base igual a 2,5 unidades y altura igual az, y los
recoloca airededor del cuadrado x? (figura 3).
3x+4-x2 => X - >/^26+1,5-2,5+1,5.4, Consecuentemente, la figura representada sigue teniendo un
2) 2
áreaigual a
#2+-4-2,5a;=:r2-i-10:r.
uo
EL Algebra de al-juarismi
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
, roristruy0 un cuadrado de lado *, cuya ^
FIC5.4 1 fp aftade cuatro rectangulos base igual a % v ®
FI6.3 % |,teniendo unafigurade áreaigual a
„ °rompleta el cuadrad0 con '09 cuatro aL'*,
> -“rf"" y-*, ?M, ^
25-(<D + @) = (5-ar)2,
25-21 =
4 = (5-a?)2,
V? - 5- a:=í*5-a:-2=&a7-3.
H4 DE AL-JUARlSMí
BlÁLGegRA DE AL-JUARISMI EL ÁLG£BRA
Esta demostración geométrica está en la línea del 1 adas a las 1,5 unidades
los Elementos de Eudides, donde el griego se dedica a • • 11 cubren Ia totalidad
do áreas de distintas figuras para conseguir justilicar ej^ 1§UaJan- qUe Ao desconocido x. Es de-
equivalentes a nuestras (a+b) (ar-b) = a2~ 62, (a+&)2_a2^2es*°nes del‘núde2,5+L5=4uiüdades.
De hecho, al-Juarismi sigue los razonamientos euclídeo & '2ab - ^ Una vez más, el procedi-
terminar también que la solución buscada no solo es e*** dek . o de al-Juarismi para la
sinotambiéna;=5+2=7. " '2^ ^olüción de la ecuación
Por lo tanto, reS -x2 equivale a la regla
pX+Q~
x2 + q-px=>x =
# = ](—) +Q + ~,
P+<1'X V\2 ) 2
RESOLUCIÓN DE LA ECUACIÓN PX + Q = X2
3x+4-*2=**-J(¿ +4+2=4,
Por último, la resolución de la ecuación Sx+4 ^x2 parte del cu
do oc2 de lado desconocido x, el cual se ve dividido en un rectán i
de base 3 unidades y altura x (cuya área es 3x) y otro de área ÁLGEBRA POLINÓMICA
a4 unidades cuadradas (figura 9).
Si dividimos la altura de 3 unidades por la mitad, se forma Una vez determinadas las resoluciones de las seis ecuaciones cua-
el cuadrado © (figura 10), cuya área es igual a 1,52= 2,26 unida- dráticas generales posibles, al-Juarismi contmúa con las reglas de
des cuadradas; aprovechándolo, formamos un segundo cuadrado cálculo algebraico que le han de Ilevar a ellas a través de su álgebra
con las regiones ©, @ y de modo ysu muqabala:
que el área de 4 unidades cuadradas
queda dividida en los rectángulos (D (a + b)(c + d) = ac+bc+ad+bd,
y ®. En esta situación, nótese que ¡
(a-b)-(c-d) = ac~bc-ad+bd,
los rectángulos © y © son iguales,
ya que por construcción de los cua- (a + b)-(c-d) = ac-ad+bc-bd.
drados, la base de <2> es igual a la
altura de ® y, por otro lado, lo mis- Al-Juarismi da numerosos ejemplos que ilustran todos Ios
mo ocurre con la base de ©, que es cálculos:
igual a la altura de ©. Entonces,
(10 -#)• 10 = 100- 10r,
© + © + <D = © + (® + ®)= (10 + ar)-10 = 100+10or,
= l,52+4 = 6,25.
(10+a:) • (10+a;) = 100 + lOar+lOar+a;2 = 100+20r+r2,
r¡6
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISM» aA6fawDeal-juarism»
Evidentemente, todas estas expresiones no us .deraás, eabeseñalar que a],IUarisrmtambiéu .
simbólica y al-Juarismi se limita a describirlas COn d ^ - grado supenor, eomo ar>=a*2 *°n Plantea
es transfr. ®
puede seguir planteando los primeros problemas res í^6' “^onnabie,
JeU0#*>TesueltaB-
diante ecuaciones de segundo grado: u^es ^
Divides diez en dos partes, y multiplicas una de las do tAS trANSACCIONES comerciales Y u GEOMETRIa
otra. Después multiplicas una de ellas por sí misma, v ***
resultado de esta multiplicación por sí misma es iguaj a ^ qUe ^ ,, sección teórica del libro, aUuarismi aña,i„
el producto de una de las partes por la otra. CUa&o vec^ fJci¡io a los problemas resolubles mediante las rcgfe^0
EL ÁLGEBñA DE AL-JIJARISMI
EL ÁLGF-BRA DE AL--
INSCRIPCIÓN DE UN CUADRADO DE UN TRIÁNGULO DADO
^'2*2
Al-Juarismi plantea la determlnación de 2 '
tos de Euciides (triángulos, cuadriláteros, círculo...) y el cálculo desu Un hombre muere y deja dos hijos y diez dirhams de capital y una
área, y también de figuras en el espacio y su volumen. La aplicación deuda de diez dirhams a uno de sus hyos, y lega a un amigo un quin-
del álgebra se inicia con un problema que plantea calcular el pie de to del capital más un dirham.
la altura de un triángulo de lados iguales a 13,14 y 15 unidadcs, sigue
con la descripción de ciertas áreas y volúmenes y temiina con la Si el hijo hubiese pagado la deuda antes de morir el hombre,
determinación de un cuadrado inscrito en un triángulo dado. eiíte hubiera dejado 20 dirhams, de los cuales su amigo hubiese
cobrado 2% + l-5 dirhams. Los 15dirhamsrestantessedeberían
repartir a partes iguales entre sus dos hjjos, con lo que cada uno
EL LIBRO DE LOS TESTAMENTOS de eUos hubiese cobrado 7,5 dirhams. Sin embargo, según la ley
jsíámica, si el padre muere y uno de sus hyos le debe más dinero
Un capítulo sobre dinero y préstamos da paso a la última part6 dGl.que le correspondería por herencia, se considera que esta parte
del libro (bastante extensa), y en él, al-Juarismi pone a prueba el T* ^cluida dentro de la deuda y que el resto es un regalo del padre.
álgebra repartiendo herencias. Por ejemplo: °r ejemPl°, si un padre tiene tres hüos y les deja 15 dirhams y una
122 123
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI EL ÁLGSBRA DE AL-JUARtSM*
ma parte, y completas el capitai sumando sobre él
„ ,v0tUC.6N DEL ALGE.DA EN EL MUnm ^
piicado por quince entre cuarenta y uno. MuitiPuc ° •
del legado, que son veinte, por cuarenta y uno, y ^ ^ PQt^
•.nte inatemático árabe que dedicó parte d. « ,
veinte. Le sumas eso mismo multiplicado por quin^ ^cier^
p sigte el egipcio Abu Kamii, entre mediados ¿ J*" 31 *
y uno y el total es mil ciento veinte partes. E1 heredeV^ CUarenta
t*?' dei x. E1 mi.srno reconoció que, en el más de un i, y ^
más un séptimo recibe [...) trescientas partes, y q^0 de ^ octa^
de alJuarismi, no habíahabido n®gunaobra£b^
veinte paites para repartir entre los herederos. ** ^Ípudierasuperar:
que 1° P
De lo explicado, se deduce que al-Juarismi divid He estudiado con gran atención los escritos de los matemáCcE-
ble herencia C=2Qx en 20 porciones iguales de la. ^13 p0si' núnando sus afirmaciones, y escrutando 10 que dicen en sos obra&,
20a: ( 20x _ gOOx quesePara he observado que el libro de Muhammad ibn Musa akluarámi conó
8 7 56 cido como Alffebra es superior en la precisión de sus pnnapios y h
exactitud de sus argumentaeiones. Por lo tanto, nos conesponde a
para el hombre, quedando por repartir 820jy¿a de ias 1120a/
nosotros, la comunidad de los matemáücos.reconocersuprioridad
totales. Por lo tanto, si la herencia está dividida en 1120 % y admitir su conocimiento y su superioridad, ya que con la redacción
totales, el amigo de la madre se lleva 300, quedando 820 de su libro sobre el álgebra fue el iniciador y descubridor de sua
marido, elhqoylas dos Mjas. Acorde con la ley isiámica, el JSÍ principios, mediante los cuales Dios nos ha dado acceso a todo lo
debe recibir un cuarto de lo que queda, con lo que recibe 205x/ que permanecía oscuro, ha puesto a nuestro alcance lo que estaba
205 partes y, de las 61% restantes, las tres hqas deben JX en la oscuridad, ha facilitado todo lo que era arduo, y ha elucidado
se los dos tercios: cada una de ellas recibe 410a/ F\ní>\montD todo lo que era incierto.
elhüo recibe 205^, 0 205 partes. /l68'
EI Álgebra de Abu Kamil es una obra dirigida a un público
«Al-Ma’mun [...] me ha encargado que escriba un breve libro experto en matemáticas y, pese a que es indudable el legado de
sobre el cálculo del álgebra, de modo que contenga lo más al-Juarismi, su autor propone que este texto no solo es necesano,
importante y delicado del cálculo que ios hombres aplican a sino que es superior al de su predecesor. De este modo, Abu Kamil
sns necesidades, herencias, testamentos, paiticiones y negocios, dividió su tratado en cinco partes. En la primera de ellas trata el
cálculo algebraico y la resolución de las seis ecuaciones canónicas,
y en l0íl0 lo tratan entre ellos en la medida de la tierra,
convirtiendo la segunda parte en un libro de problemas resolubles
excavación de canales, construcciones y otras muchas cosas.»
mediante ecuaciones de primer y segundo grado. La tercera parte
— AWuaribui,
introduce las ecuaciones con números irracionales, lacuartaabor
úa cuestiones relacionadas con polígonos y, finalmente, la quinta
Al-Juarismi resuelve multitud de problemas similares en los
Presenta ciertos problemas indeterminados.
^ie mvolucra dotes de boda, esposos con enfermedades termina-
Aunque las demostraciones geométricas de las seis
ha d6S,C aV°S ’ ^ a loclos cllos va dando justa respuesta Como se 0es can°nicas también parten de ciertas proposiciones e
. . C el ^1)ro hie un auténtico éxito y muchas obras posteñores f de Ios Eiementos de Euclides, son sensiblemente dis
ur_-como referencia, ya como manual simplemente aíg^ X Planteadas por al-Juarismi; la revolución del Alge ^
ya exto necesario en los juicios del día a día. ^ega con el planteamiento de nuevas ecuacion
124
EL álge^a OE al-juarismi peau-juawsm'
^u , sobre ¿ álgetrm y Ux muqabnla empi^^, „
Por ejemplo, Abu Kamii busca dos núnieros x e y (Con AíW, !s monomioss, xi,x>...y también dej/ 1/ y d*-
talesque:
sistemático de los posibles product^'X^C
l'Íga » oonclusión de que se cuxnplen Us igual¿
AlKjrJ 111 ii
Jf’ 4**1*.
xNunca ames un número irracional había resultado de una Cabe decir que todo este tipo de raíces habían sido estudia-
ecuación, con k> que este paso les dio la importancia que se mere- das anteriormente por el matemático persa al-Mahani (ca. 820-
dan dentro de ias matemaücas. Otro ejemplo de este nuevo uso ca. 880) v por Abu Kamil. E1 primero había planteado que para
lo encontramos en la ecuación calcular yja + y/b, se tenía que resolver el sistema de ecuaciones
formado por x+y=a y 4xy - b, de modo que, entonces, se obuene
^ja+JE •yfx + yfy • Abu Kamil, por su parte, vio que el plantea-
nviento debía partir de las fórmulas de los cuadrados de ia suma
ydiferencia de binomios. Por ejemplo, para calcuiar J13 ->/8 ,_se
cuya solución es debía considerar el desarrollo (a-b)~ -o'+¿>‘-2o¿) confl*>/l^
y h-V8. Por lo tanto,
126
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARlSMI ELM sfflWDÉM-JUAH»*
OMAR JAYYAM (1048-7131)
Los indtos tienen sus propios métodos para extraer los lados de los cuadrados
V ,os cubos basados en sus estudios de un pequeño número de casos, que esel
conocimiento de los cuadrados de las nueve cifras, que son los cuadrados de I,
2, 3 y el resto, y de su producto de los unos por los otros, que es el producto de Sustituyendo d por su valor y recolocando los términos de la ecuaoón. Jayyam
2 por 3, y así sucesivamente. He escrito un libro para demostrar Ia validez de obtiene:
todos estos métodos y enseñar que llevan a la solución deseada. y los he com-
plementado encontrando las ralces cuartas. quintas y sextas y tan grandes como
sean. Esto no lo ha hecho nadie antes de mf. y estas demostraciones son solo r~xl+qx.
algebraicas, fundamentadas en las partes algebraicas del libro de los Elementos.
Por lo tanto. el punto de intersección P(xy) cumple la ecuación propuesta.
131
EL Algebra de al-joarismi EL ÁLGEBRA OE AL-JUARiSMf
730
En la actualidad, el Liber mahameleth es la obra qUe
saber el estado en el que se encontraba la aritmétic^°rpeixi,k
APAR'CIÓN DEL ÁLGEBRA S'MBÓL,CA
en la España musulmana de principios del siglo xn ^ebi*
lectura nos remite al Álgebra de Abu Kamil en divere prtlne^ hp las reglas de falsa posición, la Aritmética de Diofantn 0i a,
Por lo tanto, las demostraciones geométricas basadas^ °Casiones- De d rismi etc., los distintos matemáticos de (a historia J ’ iA/geórd *
+**%£ de SUS distintos textos a las necesiOades d?süfWan<ÍOIas
de los Elementos de Euclides son la base de la resol^ - ^011
e’'Pü'enc¡as didácticas del momento. De este modo. el lenguaie m ? V 3 'S!
ecuación cuadrática. Se tratan, por ejemplo, DrohlPm*oUC10n de ,a ^tolucionando paralelamente a las distintas teorias que se desa,™lf ñ
tesaecuacionesdeltipo x+9%-34 o,^+93=34r c.,lv!<ÍUI,Valen* un momento en que fue impos.ble mantener las largas fraSK r
pasa por el cálculo ’ ^^ción nue servian para resolver un problema algebraico. En el mundo árabe f
2Lpk>. al-Qalasad¡ fue uno de los pnmeros matemátlcos que modefniób
ohra algebraica de su época con ia mtroducción de un cierto simbolismo
Algunas de sus novedades fueron:
letra shin, inicial de la palabra árabe shay' («cosa») para designar la incóg-
nita de una ecuación.
Otro de los caminos mediante el cual el álgebra se introdujo 0. (etra mim. inicial de la palabra árabe mal, que era la que al-Juarismi utilizó
en la Europa medieval fue el citado Liber abaci de Fibonacci, cuyo para designar x2.
J- tetra lam. final de la palabra ya'dii («es igual») para designar el signo =.
último capítulo trata sobre las «reglas geométricas y los probíemas ♦ ' letra jim, inicial de la palabra jidr («raiz») para designar la raíz cuadrada
del álgebra y la mvqabala». Fibonacci presenta Ias seis formas ca- y. letra waw. inicial de la palabra wa («y») para designar la suma.
nónicas y aplica su resolución a numerosos ejemplos y problemas.
En Europa, fue Nicolas Chuquet uno de los primeros matemátlcos que intro-
E1 pisano conoda perfectamente el Álgebra de ai-Juarismi, así como
dujo el átgebra simbólica. üsó p y m para designar nuestros actua/es + y
los Elementos de Euclides y la Aritmética de Diofanto, entre otras respectivamente. y los polinomios se redujeron a los coeficientes y losexpo-
muchas obras importantes, con lo que su dominio del álgebra a nentes. Por ejemplo. para expresar 2x*+6x, Chuquet hubiese escrito.2. p.6..
principios del siglo xm lo convierte en la figura latina más importante En Italia, la Summa de arithmetica, geometrica, proprtionietproportionalita
de Luca Pacioli también dio los primeros pasos hacia nuestra álgebra actual.
del momento. Un ejemplo más: en una carta que envió al «Maestro con la introducción de unas abreviaturas con las cuales podia mar)e,ar ^
Teodoro» en 1225, propuso la construcción de un pentágono equilá- ecuaciones de una manera más simple. Además de los p y rñ. empez a
tero dentro de un triánguio isósceles de lados 10,10 y 12 unidades, rirse a la «cosa» como co.. al «censo» (o cuadrado de la cosa)como e ‘
que le condqjo ala resolución de la ecuación «cubo de la cosa» como cu. De este modo. (as ecuaciones emP® an¡tas
recerse a su actual forma. aunque esta manera de expresar . ? tra.
estuvo presente. verdaderamente, a partir del siglo xvif. or a ¡as dis.
:r2 + 36-ar« 182^, dición alemana introdujo signos específicos inéditos para 0escartes
7 7 tintas potencias de la incógnita, y no fue hasta la Heg ra con-
(1596-1650) y su Géométrie (1637) que aparecieron lax, iay y
la cual solucionó utllizando las fórmulas habituales.
vertirse en las letras referentes del álgebra.
A lo largo de los siglos xm y xiv, el álgebra y, en concreto,
la resolución de la ecuación cuadrática aparecieron en distintos
manuscritos, pero no fue hasta la llegada de la imprenta y la
finitiva consolidación del álgebra simbólica cuando la obra
al-Juarismi fue universalmente conocida Se sabe, por ejempl°> que !e ^Pzig. Nicolas Chuquet, en su Tnparty ^^Íticas, y
Joharmes Widman disponía de una copia manuscrita del Álgebra e i^es¡se dedicó a resolver algunas ecuaeionesc ^
al-Juarismi, que utilizaba para preparar sus ciases en la Lniver91 en lo hizo Luca Pacioli en su Surrvma de anth
DEAL-JUARISMI
132 el Algebra de al-juarismi elálgesra
CAPÍTULO 4
metrica, proprtioni etproportionalita. E1 siguiente
la resolución de ecuaciones lo dio Scipione del FerroTiT r**0 etl
quien ofreció una fórmula general para la resolución de b ''*^6),
de tercer grado. Esta nueva regla fue todo un misterio heCUaciór»
Niccoió Fontana, también conocido por el apodo de Tart ^ que
1499-1557), le comunicó a Cardano el famoso poema
vio la luz uno de los secretos mejor guardados hasta el ^
La obra astronómica
Quando chel cubo con le cose appresso
Se aqquaglia ’a qualche numero discreto
Trouan duo altri differenti in esso
Dapoi terrai questo per consueto
Che’llor productto sempre sia equaie
Alterzo cubo delle cose neto,
El residuo poi suo generale La influencia de la obra astronómica de al*Juarismi
Delii Lor lati cubi ben sottrati también fue muy importante dentro de lahistoria
Varra la tua cosa principale.
de la ciencia, ya que posibilitó el conocimiento de la
tradición india en la Casa de la Sabiduría. De este modo,
Si «el cubo junto a la cosa se iguala a cualquier número discre-
to», es decir, a^+qx-r, se han de encontrar otros dos «diferentes la astronomía ptolemaica convivió con las tabias de
en eso» (u-v=r) cuyo producto^ea igual al «cubo del tercio del al-Juarismi hasta que, flegado el Renacimiento europeo,
coeficiente de la cosa» (uv - j ) ). La solución es el resultado de
fueron definitivamente sustituidas y dejaron paso
restar las raíces cúbicas de estos dos números encontrados tras
resolver ei sistema de ecuaciones que se plantea. Por lo tanto, a las teorías heflocéntricas copemicanas.
x = tfü-‘$pv -
astronómica
LAOBRA
W árabe y la ciudad de Córdoba. diversnc
LA ESCUELA DE MASLAMA AL-MAJRITI
ttan'al ca'!Tuso del astrolabio y una traducción de! Planisferií deltT™,3
^truCCÍÓ nrmente tradujo Herman de Carintia al lat.n en 1143) Ptolomeo
Maslama al-Majríti (m. 1007) fue un destacado matemático ast •
L,.eP°ster H¡rho uno de los discípulos de Maslama fue ibn ai-Samh « ,
logo en los califatos de Abderramán III. al-Hakam II e Hishám IIm ° y astró-
omose .harabajar en Córdoba se trasladó a su Granada natal. donde murió
en Madrid y se trasladó a Córdoba. donde asistió a las clases’rt 3?ldma nac'6
desPués 35 íbn al-Samh escrib.ó d.versos tratados sobre el s.stema de nume!
maestros astrólogos del momento y consiguió destacarse Com °S me¡0res
«13C° ^icional decimal. un comentano a los Elementos de Euclides y otro al
tardó mucho en conseguir trabajo en la corte como astrólooo u alumn°- No
ración PoS ptolomeo. un tratado de geometna, una recenstón de las tablas
su poslción, labró su reputación tanto en el ámbito de las matemár3 VGZ asent°
de ai-juarísmi, dos tratados sobre la construcción y uso del astro-
el de la astronomfa, y en seguida se rodeó de discípulos que QUP CaS corn°en
35tr0nóm|0 sobre ,a construcción de un instrumento llamado ecuatorio
de él, creando una de las escuelas científicas más importantes hastTi30'6^6'
labío y una sjmp/ificar el cálculo de las efemérides.
to. Sus alumnos empezaron a llegar a Córdoba desde todos los rinr m°men-
Andalus y, cuando volvieron a sus ciudades. tras la caída del raiihl* S de al' psnsad° rte ibn al-Saffar (fallecido en Denia. Valencia. en el año 1034). tras una
1031 y la creación de los reinos de taifas. fundaron a su vez escueias n G' año POr5UPetapa cordobesa. se trasladó a Toledo, donde adquirió una gran fama
pr/mera o Vq|v|ó a córdoba para trabajar con su hermano. que se dedícaba
r°n enalteciendo la ciencia andalusf medieval. Entre estos discípulos^T
al-Jayyat. ibn al-Samh, ibn al-Saffar. al-2ahrawi. ibn Jaldun y al-Kirmam^ t c°mom® astro,ab¡os. y de ahi surgió la idea de redactar uno de los tratados
el cadí Sa'id de Toledo (siglo xi): an ' ^e9un aCt>nStr ¡nstrumento. que tuvo un renombrado éxito entre los astrólogos desu
^ ^E! cadí Sa’id se refirió a él como «experto en aritmética y geometria» y
[Maslama] fue el primero de los matemáticos de su época en al-Andalus v fue WmPe que también fue un buen constructor de relojes de sol. Ibn al-Saffar
el mas sabio en la ciencia de los cuerpos celestes y en el movimiento de las Paf&¡én fundó su propia escuela, de la que fue alumnodestacado el matemáti-
estrellas que nadie antes que él. Se interesó por la observación de los astros co^ibñ Barguth (m. 1052). quien a su vez fue maestro de al-Saraqusti (m. 1056)
y se dedicó firmemente a comprender el libro de Ptolomeo, conocido como ydeibnal-Layth (m. 1063).
Almagesto. Tiene un muy buen libro sobre las utilidades de la ciencia de los Losotros discipulos de Maslama también triunfaron en sus respectivas taifas y
números, el cual es muy conocido entre nosotros bajo el nombre de Mu'amalat. consiguieron que, a finales del siglo xi. al-Andalus hubiera asimilado nosololos
Bementos. el Almagesto o el Planisferio, sino también otras obras y resultados
Además de este tratado de aritmética, también compuso una versión breve de como las Cónicas de Apolonio, los escritos de Arquímedes que habían llegado
las tablas astronómicas de al-Juarismi y una adaptación de las tablas deal- alapeninsula Ibérica o el teorema de Menelao de la trigonometria esférica.
La recensión de Maslama se inicia con una serie de tablas 0o59,8,,10”,21”” diarios, aproximadamente. Sin embargo, tanto
calendáricas, como es habitual en este tipo de obras, tras las ^egos como indios se habían dado cuenta de que el Sol no tema
cuales empieza el estudio de los movómientos del Sol, la Luna, ^ movimiento circular uniforme real y decidieron modificar los
y los cinco planetas conocidos hasta el momento: Mercurio, Ve- ®°delos geométricos subyacentes a Ias órbitas, separando
nus, Marte, Júpiter y Saturno. Al-Juarismi heredó la tradición °s centros de la Tierra y de las órbitas. De este modo, para
geocéntrica que situaba la Tierra en el centro del universo, al- ^cular la posición real k del Sol en su órbita, calculaban
rededor de la cual todos los planetas giraban en órbitas circu-
c W» donde A es la posición derivada de la veloci a
lares. Tomando el movimiento del Sol, al-Juarismi consideró
E/ntante ^iaria determinada (llamada Jongitud medm), y
que el astro tardaba un total de 365 días, 6 horas, 12 minutos y
tro¿^a cierta función periódica (llamada ecuación).
9 segundos (valor muy común en la tradición india) en dar una
E(i\ a ^fronomía india, los astrónomos tomaron a
revolución completa alrededor de la Tierra, lo que significa a
laiünth nB*' K con E igual a la máxima diferencia e
que el Sol avanzaba en su órbita circular a una velocida
ürigitud media y la lonjtud verdadera. Así, ai-Juansnu tomó
ASTRONÓMICA
LA OBRA ASTRONÓMICA
^IWQNOÜISV vaao vi
voiwpNoaj-sv víjbo v^
b.. sojund so| ejjue uppeuedes e| ap ojoexa j0|eA (a jep opnd •sejoBfnd op
pmajoei |3 * ejJ4aujouo6!J4 e| opueznpn 'A ,qq á .od \gg \ vv SODje so| ap oun epeo
atuepexa 9uiuJJ&qap 09UJ0|0jd ueionpojd as enb epuajajip sp sejoq oz A sejp z
soi ap saiqesuodsaj soi jas uejqap ,gg A ,VV •oaijouj asa joj \gg A gV '<vv SodjB so|
euapuajdujoo anb eA 'o06 aP JoAeuj ejjes gV |ensiA ooje |a '9iue4suoD pepoo|9A e g
e w' op esezeidsep es ps |a anb ep jesad e 'oujod eij^A^ ue open;is jope/uesqo un '3
o}und |9 ejseq ejjaii e| eqezeidsep is enb pjpioop ooujoio^ ¿asjeondxe ejpod oujoo?
■0 e g ap j| eued o¡pauj A sejp Z6 * '9 e V ap j) ejed Ojpacu A seip 176 eqeaiduua |os |a
gno pqojdujoo oauuoiow 'Ofrl A 6£L soye soi ap seuojoeAjesqo sns ue 'o6jequj9 ujs
sejoq 9 ¡seo A sejp S9£ »seo ejnp oye |9 anb
eA 'so|J9JJ009J ua eipeai A sejoq 91 A se.ip 16 Jepjej ep eq ps |a A o06 e sa|en6i sopo;
jes uaqap VO A OJ ‘Oe ‘Htr' sooje so| 'ouja¡AU! ©P Ojoqsios |a q A oyojo ap oiooouinbe
|9 3 ‘ouejaA ap opqsios |a g 'ejaAeuJiJd ap oioooujnba |a sa V anb ejap¡suoo as is '01
-uej 01 JOd ajuejsuoo sa ps |ap peppopA e| anb eA 'uopejnp eiusiuj e¡ jauaí uaqap
enb sauopejsa oj^eno sei ua asjjpiAjp apend 'ejjaii e| ap jopapajp |os |ap eja|d
-ujoo uopeisejj eun 'jjoap sa 'je|os oye un ODQV Jepojp eijqjp ns ua ej|a e oujoj ua
ej¡6 anb 's 'ps PP A osjaAiun |ap oj;uao p ue epenjjs 'ejja.ix e| ap aped oaujoioy
•oye |ap o;uaujouj jambieno ua eotjdjpeei
•(0£9l-l¿Sl) J9|da>j sauueqor ap seoqdjp seaiqjp se| ap epe6a|| e| ejseq OAijiuyap
ap opexa Je6n| ns ua |os |e Jenjp uejjiuuad anb seiqe; se| ojndujoo 'JO|eA ajsa uoo 'A
oseoo ns ejjaA ou anb ojapoiu un uojeu|Ujje;ap anb 'soinopo A sojuaiujeuozej sns ap
SZ„Z ap Jas eiqap |OS |ap uppenoa euu|x?iu e| anb p|no|eo oaujO|o;d b - Y - Y O|no|pi
eioueisuoo plap '(saqeje somoupjjse soi jod ojsand ajquuou) o)sd6euj¡v ocuoo epip
¡e ejuetpeuj ejapepjBA pn;!6uo| e| jeujujjajap ejjpod epep \ eipaw pn;i.6uo| epeo
-ouoo 'eo/jeujajeuj s/xejuis uejg ns ua 'jsy aiqfsod pnjqoexa eujixem e| uoo sajsapo
ejed 'oiuaujoui asa ua anb eA '«uppenoa» opeuue|| 'b o|n6up iap jo|ba |a jeu¡ujjajep
sojuajujjAouj so| jeoi|dxa uojaisndojd as (’O'p 11 0|6¡s) oaiuoiojd oipneQ 'apje; spuj 'A
eqejiej ai ops oaujoiow e ‘jsy "X ejapepjaA pnji6uo| ns pn;qoexa uoo jtpauj epend
Oe 110|6is) sepoy ap oojedm 'esjuiajd ejsa uo^ ajuejsuoo peppopA e ueqezueAe
as euati e| apsap anb sej;ua|UJ 'eoqdjpa e| ajqos y eipauj pn;i6uo| ns opueujujjejep
saieno sej ap s?Aej; e sajeinojjo sejjqjp ua e;aue|d ojjsanu ap Jopapaj|e ueqej|6 opp
auuojiun jeinojp ojuejujiAOuj uoo3 ap jopapaj|e eji6 's '|OS |9 'o;ue; 01 JOd '0SJ9A!uri W sojjse soi sopoj 'saiajpjsuv un6as ejjan e| eqejsa ojjuao oAno ua ejajsa eun ap
iep ojjuao |sp sapeppn s'Z opezeidsap eqej;uooua as 3 je|os e;iqjp e| ap ojjubo ujjoj e| ejua; osjaA¡un p 'so6eij6 souuouojjsb son6que so| ap euoAeuj uej6 ei ejed
ia ojed 'j ua epenjjs eqejsa ejja¡i e| anb |a ua euia;sis un oap! oaujoiojd ,sand !SV
•sapepiun 09 e.ipaujxvoipej p anb |a ejed euia;sis un ua sapepjun g'Z ap JasPll05^
"IOS 13Q 01N3IWIA0W 13Q VDIVWilOld NplOVNIWbüiG VI
, ASTRONÓMICA
144
LA O0RA ASTRONÓMICA
Otro de los astrónomos andalusíes que se basó
fue eljienense ibn Mu’ad al-dayyani (m. 1093), CUyos
ron traducidos por Gerardo de Cremona en eí sigl0 Can°nes füe- * hms9U/W«,«,
•J c“al se 3pQy¿
las Tablas de Jaén no dejan de ser una versión del «'Joarisml
r®alfctaf su
Maslama con tablas calculadas para las coordenadas ^ Sindhlod,
de la ciudad andaluza, E1 seviliano Abu Jafar Ahmad ?0gráficas fotosuperior
mad (m. ca. 1100) también siguió la tradición india1 ^ 31
'"«Hlnario
series de tablas astronómicas que combinó en una te^ SÜS ^08 de) aíWrromo
árabeof-Battaoj.
conocida como al-Muqtabis. Tan solo se conserva un Serie
los cánones en árabe, pero existen una versión latina elaWa¡¡° ^ Laj Tablas
•Itonsto.
Sicilia por Giovanni de Dumpno en 1260 y otra hebrea a c ^ ^ S«allza<Jaj grfclas
■I *poyo dt
judío español Solomon Franco (siglo xiv). ibn al-Kammad d^br^ Alfonso X el
Sablo, el otyetivo
entrar en contacto con el Sindhind mediante las enseñanza^d *«sfaitabl«sera
su maestro Abu Ishaq Ibrahim al-Zarqali, también conocido qoJ proporclonsr un
esouf ma de uio
Azarquiel (Toledo, ca 1030- Sevilla, ca. 1100). E1 propio Azarqmd práclleo para
calcular la
en su Tratado sobre el movimiento de las estrellasfijas, relata: poslclún del Sol,
laLunayloe
pianetas de
acutrdo con
Ibn ai-Samh reunió un buen número de observaciones astronómicas •I íliteme
ptolwnalco,
con lo que pudo Uegar a comprender el curso del movimiento de las
estieUas fyas. Pero eUo solo se le ofreció de una manera incompleta
Después de él, nosotros seguimos el estudio de este probiemaenTo-
ledo, con un grupo de personas que nos merecían nuestra conflanza,
personas peritas y de mérito científico, conocedoras del Sindhindy ilmm
4 14 u 14 V «? 1« * «*'*«* «4 ¿
de las observaciones de los astrónomos. I « 3 "X '-f * JL n J» 4 iq 0, <0 . tf
■¡ at . ’iii * ¥ *** V ¥" t' **¥ U»i‘ -'T
•- * '<f* * «**:«•« <• <A • m M
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Cabe citar un tercer caso en la península Ibérica, las Tablas de i
1
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Barcelona que hizo compilar el rey Pedro el Ceremonioso (1319- u aut mia * %• '-c «e »c «3» e * « j».
< v ■■ -* ¥ * <•» il t* *•' ** <* a v i»T
u i»m au i» |iuM , j 14
1387). La obra fue escrita alrededor del año 1381 por Jacob Cor- e
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4 •- •* * * ’ > «4• "'f ,*»?*.V. U
•
suno de Sevilla con la colaboración de los catalanes Pere Gilbert “ wvin* « 4
»« »f in «ij J* ií-.c irví .«• . T : 4 U. • W •• W • •»•» •!*« M t ",í
y Dalmau Ses Planes. E1 propósito de Pedro el Ceremonioso era tt fLOUljM tt ¥ MáA y }*#
a paiür de esta tradición india, también hay que tener en ^ ; •*•**-*t** •-*
transmisión a través del comentario de ibn al-Muthanna, e c
ASTRONÓMICA
146 LA OBRA ASTRONÓMICA
LA FiGURA DE AZARQUIEL .andrian que reelizer largos cáleulos slgulenCo los mode,05
Abu Ishaq Ibrahim al-Zarqali (1029-1087), también conocido como Az j°ndioS' escrito entre los
í0hre el rftovimiento de las estrellas fíjas.
de los matemáticos y astrónomos más importantes del siglo xi en la uno 0 Ttí>,ad0o°e%ado únlcamente a través de una traduccion hebrea a *
Al hablar de los grandes cientificos de su tiempo, el cadí Sa'id dijo de'é|?SUla lbér*ca. ',080 y c“nnSYehudá (1150-1230). Es la obra donde Azarquiel
Uuel 11 la trepidación. Desde que Hiparco descubriera la preceslá^í °*
Y el más sabio de todos en la ciencia de los movimientos de los ast ée I»te0" y la determinara en 1" cada 100 aflos, las observaciones realizadas “
constitución de las esferas es Abu Ishaq Ibrahim ibn Yahya, el cincelad r°S V de ^ «**S£Zos posteriores habian ido arrojando otros valores dlstintosV cada ss'
cido por el «hijo de Zarquel». Él es el más eminente entre la gente 'd' COn°' (de 354 días) y 6 meses er< la cudad de Bagdad del slglo
tiempo en lo que respecta a las observaciones astronómicas y en la @ n°estro 3t7rabes para al-B¡run¡... Este hecho. junto con la progresiva dismlnuclón en
la estructura de las esferas y en el cálculo de sus movimientos y es el m600'3 d® »*•* ,3 oblicuidad de la ecliptica. Ilevó a Azarquiel a Idear unos modelos
de todos ellos en la ciencia de las tablas astronómicas y en la invención deS eltricos que recoglar, estas variaclones, dando una explicación matemitica a
mentos para la observación de los astros. e 'nstru* 960íT1foblema teórico.
referente a/ movimiento del Sol. Es una obra que cita el mismo Azarquie)
El granadino Abu Bakr al-Zuhri (m. 1137) también relata que Azarquiel fue el inq -13 , Tratddo sobre el movimiento de fas estrellas fijas, y es el resultado de 25 afos
ro de dos «maravillosos y sorprendentes» relojes de agua a orillas det Tajo en Tol^i' T observaciones a partir de las cuafes Azarquiel descubrió el movimiento del
los cuales parece que aún se usaban en el año 1134. W0‘ de e0 solar (rápidamente recogido por Abraham ben Ezra en su Ubro de los
Mediante los apuntes autobiográficos de sus distintas obras, también se ha llegado tndamentos de (as tab/as astronómicas). Azarquie! también propuso un nuevo
a saber que Azarquiel dejó Toledo algo antes de la conquista cristiana (1085) y se modelo geométrico para el Sol con la excentricidad variable, en contraposlción
trasladó a Sevilla, donde reinaba al-Mu'tamid desde el año 1078. Posteriormente, en con los modelos ptolemaicos.
Córdoba, Azarquiel realizó su último periodo observacional que finalizó en la segun- _E1 Tratado de la azafea. Contiene la descripción de un instrumento para el que
da mitad de la década de 1080 rodeado de sus discípulos.
hay tres versiones. La primera está dedicada al rey al-Ma‘mun de Toledo y la única
La importancia de sus obras llevó a Abraham ben Ezra a añrmar que. hasta el mo-
referencia a ella la encontramos en los Libros del saber de astronomía de Alfon-
mento, «nadie podía rivalizar con él desde el tiempo de la entrada de los musulma-
so X el Sabio. La segunda es la «azafea al-’abbadlya», dedicada al rey al-Mu’tamid
nes en España», y prueba de ello es que Nicolás Copérnico (1473-1543) lo citó en
deSevilla. la cual solo se conserva en su versión árabe. Finalmente, también se
su De revolutionibus orblum coelestium (1543), que introdujo las teorias hellocén-
tricas en la historia de la astronomía y cambiaría el rumbo del cálculo de las efemé- encuentra la «azafea al-shakkaziya». la cual llegó a construirse duranteel Renaci-
rides planetarias. miento europeo. La azafea es un instrumento para la determinación de ciertos
Sus obras son muchas y muy diversas. Entre ellas, cabe destacar las siguientes: arcos trigonométricos y la resolución de algunos de los problemas más comunes
de )a trigonometría esférica y, todo ello, sin tener en cuenta la latltud del lugar
— Las Tablas de To/edo. Son un conjunto de tablas astronómicas con unos cánones donde se usa el aparato.
que explican cómo deben ser utilizadas, calculadas para la ciudad de Toledo. Com- ~ El Tratado de la lámina universa/ de los siete planetas. Conservado a través de la
pilan la amalgama de fuentes de las que Azarquiel podia disponer: el Almagesto versión alfonsf que realizó el judío Rabipag, es otra de las obras de Azarquiel
de Ptolomeo. la obra astronómica de al-Battani y el Sindhind de al-Juarismi. Ade- ^onde el matemático intentó simplificar los cálculos de efemérides planetarias.
más, incorporan las observaciones astronómicas del propio Azarquiel, presentan- Azarquiel inventó un Instrumento sobre el cual se podían calcular las posiclones
do novedades en cuanto a algunos de los parámetros astronómicos. e los planetas con la ayuda de unas lámlnas que se colocaban sobre él. Cabe
— El A/manaque perpetuo, basado en los ciclos de los planetas. Azarquiel recupe- ecir que en la descripción del modelo geométrico de Mercurlo. Azarquiel es e
ró una antigua tradición mesopotámica estudiada por Hiparco de Rodas y tam- Pnmer astrónomo en la historia en utilizar una elipse para explicar un movimien-
bién por Ptolomeo, que estableció el número de revoluciones sinódicas de los 10 Planetaric.
planetas. Si, por ejemplo, en 59 años solares Saturno realizaba 57 revoluciones
sinódicas por 2 zodiacales. para calcular sus efemérides tan solo haria fa ta
tabular su posición en cada uno de los d(as de esos períodos. De esta manera. ab/90 también a Azarquiel un Tratado de la esfera armilar, actualmente perdi-
nos tratados menores de magia.
LA OBRA ASTRONÓMICA
UA OBRA ASTRONÓMICA
objeto de como mfaimo una traducción de Huao do «« . , Tablastrigonométricas, que incluyen tablas paralafunrih
tre 1119-1151) y de una versión hebrea a careo de Ahrl^ (acttvoen.
seno (utiüZandoun radio delacircunferenciade
E1 Svndhind fue conocido en Inglaterra a princW^ ***■
gracias a la citada traducción, realizada por Pedrn ViT d siS>° ffl des)ylacotímgente,tabtoparaladeclinaciórlsolarfflt
l0S valores de la obücuidad de la ecüptíca de 23°5P
dor del año 1116. Pedro Alfonso vúúó a Inelaterra h 080 bién de 23-33’, detenuinado en las observaciones UevadT,
instalóenlacortedeEnriqueI(reyentre losaños caboenBagdad durante el siglo ix), las ascensionesre.T,"
se convrrüó en maestro de las artes überales v tuvn * U35)' AIH oblicuas... Hay versiones que también incluyen tablas Zl
a Walcher, futuro prior de Malvem, a quien enseñó°m° la función seno denvada de las cuerdas ptolemaicas y radio
y, en partícular, las tablas de al-Juarismi adaptadas JTT“’°niía igual a 60 unidades.
cnstíano. Poco después, la abadía de Maivem se con vi» _Tablas para los moviirdentos medios y las ecuaciones del
de los centros cientfflcos más importantes de la InRlatemíoT Un° Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos. La mayoría de
xii y, junto con la traducción de Adelardo de Ba.hloT Slgio las tablas de las ecuaciones están sacadas de la obra de
de Maslama, no es de extrañar que ,os a^ónomos v ™" al-Battani.
mgleses de los años siguientes las tuvieran muy en ouimtT — Tabias para las latitudes planetarias, todas ellas originarias
de al-Juarismi.
— Tablas para la detenninación de la visibilidad y retrogra-
LAS TABLAS DE TOLEDO
dación de los planetas, copiadas de al-Battani y del Alma-
gesto.
Otro de los caminos por el que la astronomía del Sindhind se
— Tablas para la determinación de eclipses de Sol y de Luna.
íntrodqjo en la Europa occidentaI medieval fueron las Tablas rfe
La mayoría de manuscritos contienen dos series de tablas
Toledo, las cuales rápidamente sustituyeron a la obra original de
correspondientes a los cálculos de al-Juarismi y de ai-Batta-
al-Juarismi. Estas tablas fueron una obra eolectiva compilada alre-
ni, respectivamente.
dedor del cadi Sa’id de Toledo, en ias cuales Azarquiel desempeñó
— Tablas para el cálculo de la precesión de los equinoccios,
un papel determinante. Se conservan multitud de manuscritos me-
siguiendo la teoría de la trepidación de Thabit ibn Qurra
dievales que atestiguan la gran aceptación que recibió esta serie
— Catálogos de estrellas y constelaciones.
de tabias astronómicas desde la primera mitad del siglo xn gracias,
—• Tablas con las coordenadas geográücas de multitud de lo-
sobre todo, a las versiones latinas que elaboraron Juan de Sevilla
calidades.
y Gerardo de Cremona, entre otros.
La obra contiene tablas copiadas directamente del Sindhind
de al-Juarismi (adaptadas a la ciudad de Toiedo), aunque también 10¿Orn° ^ ^ la importancia que tuvieron las Tablas de
del canon astronómico de ai-Battani (m. 929) y, en general, de ropa ° Se °^serva en ntultitud de copias conservadas en Eu-
las múltiples copias y ediciones conservadas. Sus contenidos se aijún a pesar de que en el tercer cuarto del siglo xin las Tablas
pueden resumir como sigue: ei\ laT5’ patrocinadas por Alfonso X el Sabio, las sustituyeron
hicieroerUri8l^a ^er*ca- Un siglo después, las Tablas alfonsíes se
— Tablas calendáricas, que contienen equivalencias entre eias del 1111 ^ueco dentro de las obras astronómicas y astrológicas
y los distintos calendarios de uso común en astronomía: Permitíaff0 Europa pero» P°r ejemplo, Geoffrey Chaucer aún se
egipcio, árabe, persa.. <¿e Qnr,t f^^bir en su «Cuento del terrateniente» de los Cuentos
'*,aerhum,.
Sacro Imperio Romano y. tal ve2. dentro de su campaña de publicidad vio l7,0rdel ^ inT0) Rabicag fue el autor del texto expli-
tura cristiana el mayor exponente de una labor que lo podia encaminar en su CUl' (ca' a* «;u construcción. adaptando la cons-
por la corona europea. Asi. Alfonso X decidió que se debía compendiar todo *** la azafea de Azarquiel. 1Í7 ’lM}
cimiento astronómico y astrológico de su época. por lo que decidió que se com Ci°n°* truCC . /gdZdfea. Traducción de la construcción
tres colecciones: una dedicada a la magia, otra a la astronomía y una tercera a u ° Llbr0 t DOr Azarquiel. realizada por Bernardo el
trología. De la primera se conserva el Liberpicatrix, traducción latina reali2ada JnS Sqo y su alfaqui Don Abraham en 1278.
del tratado árabe Elobjetivo delsabio, sobre magia talismánica. De la tercera SQi i h o de las armillas. Traducción o adaptación Seiio Aifonw x «i sawo.
conserva parte del Lapidario, redactado hacia 1250. que recoge las propiedades^6 quehizo Rabicag del libro homónimo (perdido)
las piedras en relación con la astrología. Con este panorama, la segunda colección 6 ije Azarquiel.
la que conlleva mayor interés al contener los conocidos Libros del saber de astronomú Libro de las láminas de los siete planetas. Se describen las construcciones de los
Sus autores fueron, principalmente, los iudíos Rabicag, Yehudá ben Moshé y Samuei pruatorios de ibn al-Samh y de Azarquiel.
ha-Levi. aunque contaron con colaboradores como los italianos Giovanni de Cremona
y Giovanni de Messina. o los españoles Garci Pérez y Fernando de Toledo.
- Libro de la octava esfera. Dedicado a las constelaciones, fue elaborado por Yehudá
ben Moshé y Guillén Arremón Daspa en 1256. aunque veinte años más tarde fue
objeto de revisión del propio ben Moshé junto con Samuel ha-Levi y los dos coia-
boradores italianos ya citados. Es una interpretación libre del Libro de las estrellas
fíjas de Abderramán al-Sufi (903-986) con adiciones y conocimientos tomados del
picatrlx, el Tetrabiblos, el Lapoidario (todos ellos vinculados a ben Moshé) y también
de la traducción latina del Almagesto (1175) a cargo de Gerardo de Cremona.
- Llbro de la esfera sólida (o dell alcora). Consta de tres partes muy distintas. La pri-
mera alberga los cuatro capitulos iniciales sobre la construcción del instrumento y
son una adición alfonsí, obra de Rabicag probablemente. La segunda es la traduc-
ción (terminada en 1259) del tratado homónimo de Qusta ibn Luqa (siglo ix) donde
se explíca su uso, a cargo de Yehudá ben Moshé y el castellano Juan Daspa Final*
mente, la tercera parte contiene un único capítulo adicional que ordenó el propio
Alfonso X con el objetivo de describir la construcción de las «armellas».
-Llbro del astrolabio redondo. Es una probable adaptación que hizo RablCag
tratado sobre el uso del astrolabio plano escrito por ibn al-Samh (m. 1035). Ya
cuando recibió la orden del rey Alfonso X de redactar un tratado de es a' ^
Rabicag no encontró ninguna fuente en la que basarse. La razón es que e as
plano era rnuy popular y esto pudo ensombrecer la construcción de este i
to, que era conocido en al-Andalus desde el siglo x. instnj-
- Libro delastrolabio plano. Consta de una parte dedicada a la construcción w ^
mento y otra a su uso. De autor desconocido, no se descarta que sea una pto-
piamente alfonsí basada en el comentario que hízo Maslama del Plams
153
laobraastronómica
LA OBRA ASTRONÓHICA
A1 fin encontró el momento correcto para la •
y diabólico copjuro. Sacó sus recién conregid¿ClICÍÓn de itq ■
astronomía y todo lo que necesitaba: tablas sob
los planetas durante períodos redondos, tablas p^ ^ movimiento í
de los períodos y longitudes para ciertas fechas *** ^ SUbdiv»sion
bases para el cálculo, y todo el resto de su parafe ^ P[°PorciQ^ Lecturas recomendadas
centros y ánguios de cálculo y sus tablas de propor™ .^68 oom0
determinar los moviitüentos de los planetas, para''°naIida(les.Pata
todas sus ecuaciones. ' P°der hacer asj
i-ao8raastronomica
índice
157
Aau-quiel 11,146
163-134
,148_m Almage»to 8,10,21,^4»
138-139, 144, 148
Basdad9.ll, 13,15,18-24,26-27 Planisfeño 139,152
Tetrabiblos 21, 162-163
29,-31,33,43,49,61,63,62-64
no, 119,149,151 145 _
Banu Musa 26, 27-28, 30 quipu 44-46
^s-iao ^ l45,146'
ben Ezra, Abraham 49, 66 72
relnosdetaifas 138-139
148-150
423
Bhaskara 1100
ojpts Adam 70, 74
Bobért de Chester 11,106,131,164
Bhaskara II102
Rudoiff, Christoff 74-76
Bizancio 21,146 ££<
Boecio 8, 72
Sacrobosco, Johannes de 11,67,
Borghi, Pietro 69-70, 73 161
134 i-92'B6.®.131; 76-77
Brahmagupta 43,46,48,101-102 Algorismus vtdgaHs 11. 67-68,
Brahmagvpta~siddha7Ua 137 ..^o^'131
"Sr*-* 70
Jündajadyaka 137,141,147 Sa’id deToIedo II, 138-139,148,
hneaJ 88
160
Cardano, Gerolamo 70, 74, 134 105.U1 Santcliment, Francesc 68
Eratóstenes 7
Casa de la Sabiduría 9,11, 13( SevilJa, Juan de 11, 49, 52, 66, 67-69,
esfera armilar 24,149
19-27, 33-34,110, 136 1«-1M
Euclides 7-10,32,77 61, 131, 150
cero 45-46,48, 67, 71, 73 Sindhind 11, 21,24,34, 137-154
Elementas 9-10,19,21,26,3i,
Chaucer, Geofírey 75-76,161,154 sistema de ecuaciones 92, 101,127,
93,108-110,116,120,125,
Chuquet, Nicolaa 70,133 128,132,139 140-141,149.151
134
cifra 9,11,36, 38-43, 45-46, 48, 60, observ-diono de Shammasiya 11,
62-66, 60, 62-68, 70-78,128 Ferrari, Ludovico 134 22-24,26,33
Tablas de Toledo 11, 148,150-161,
Codex vigüianus 64 Ferro, Scipione del 134
154
Copémico, Nicolás 148 Fibonacci (Leonardo de Pisa) II, Padoli, Luca 70,133
Tartaglia (Niccoló Fontana), 72,
Corán 16, 22-23,123 papiro de Rhind 84, 86-87
65-66, 71, 73,132
Pedro Alfonso (Moshé Sefardí) 11, 134
Cremona, Gerardo de 11,27,106,
49,137,150
Teón de Alejandría 8
131,146,150,162 guarismo 71, 77-79
PedroelCeremonioso 11,146
Pellos, Frances 70,74 Wagner, LOrich 69
Damasco 16-18, 24,26, 63 Hiparco de Rodas 10,142,149-149
Peninsula Ibérica 10,17,19, 49, Walcher de Malvem 150
declinación del Sol 140-141,146, 151 Hipatia de Alejandria 8,96
6^65,105,131,139,146, 148, Widman, Johannes 69-70, 74, 132
declinaciones, método de Ias 141 Hugo de Santaila 150
151-152
Diofanto 7,10,95-99, 132,
ibn Abi Mansur, Yahya 24 Ptolomeo 7,10,33,142-143 Zij al-Shah 19,24, 137,141
Aritmética 10, 95-97, 99,
132-133 Zij cd-Mumtahan 24