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El nacimiento

del álgebra
Al-Juarismi

MÁTEMÁTICASnU^ J W-V

O V¿ÍU
El nacimiento
del álgebra

Al-Juarismi

RBA
Sumario

introducción — ...—...

© 2016, Carlos Dorce Polo por el texto capítulo 1 Los orígenes de la ciencia árabe
© 2017, RBA Coleccionables, S.A.
capítulo 2 La aritxnétíca de ai-Juarismi .......
Realización: EDITEC
Diseño cubierta: Lloreng Martí capítulo3 EI Álgebra de al-Juarismi ..
Diseño interior Luz de la Mora
Infograffas: Joan Pejoan capítulo 4 La obra astronómica.........135
Fotografías: Archivo RBA: 26a, 26a, 26b, 26c, 30, 32,47a, 47c, 50,
93b, 93c, 97,123,147a, 147b, 147c, 153; Adani Carr: 29; Digital LECTURAS RECOMENDADAS .............._155
Bodleian: 93a; Getty Irnages: 25b, 87; Peter van der Sluüs: 45;
WaipFIyglit: 47b.
ÍNDICE................ 157

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ISBN (Obra completa): 978-84473-8775-5


ISBN: 973-84-473-9061-8
Depósito legai: B17250-2017

Impreso y encuademado en Cayfosa (Impresia Ibérica)

Impreso en España - Printed in Spain


Introducción

Muehas veees se ha creído que la ciencia árabe medieval fue una


niera transmisora de los antiguos conocimientos griegos hasta la Eu-
ropa Jatina. Sin embargo, lejos de este pensamiento, desde el siglo vm
hasta el xv, el basto territorio que abrazó el islam fue el gran impulsor
de la medicina, las matemáticas, la astronomía, la botánica..
Si concretamos en el ámbito matemático, Grecia había vivido
su gran esplendor en el siglo iii aC. con las cátedras de Euclides,
Arquímedes, Eratóstenes y Apolonio, entre otros muchos. Estos
sabios eminentes fundaron la geometría sintética, tal como la en-
tendemos nosotros actualmente, con sus teoremas, proposiciones
y demostraciones. Atrás quedaban Tales y Pitágoras; sus obras se
convirtieron en el canon matemático imprescindible para explicar
las realidades del mundo. Paralelamente, Alejandría se estable-
ció como el centro cuitural y a ella llegaron filósofos, médicos,
matemáticos y toda clase de sabios para aprender de su famosa
biblioteca; algunos de eüos trabajaron en la corte de los reyes
ptolomeos. Con la invasión romana y los problemas sociales que
vivió Atenas, Grecia tuvo que vivir su propio Renaciiniento en el
siglo ii con la aparición de los primeros rescatadores de sabiduría.
De este modo, Claudio Ptolomeo dio una explicación geométrica al
sistema solar y, un siglo más tarde, Diofanto de Alejandría estable-
cía las bases del álgebra y la teoría de números en su Aritmética.
Los años siguieron pasando y Pappus (siglo in) con su Colección
matemática, Teón de Alejandría (siglo iv) y su hija Hipatia con
sus ediciones de los Elemvutos y del Almagcsto, Proclo (siglo v) y manuaJ materaáüco y astronómico para dar respuesta a estos nnv
blemas de su vida diana. 103 pro*
su Comentario al libro I de los Elementos... siguieron dedicando
Afortunadaraente, en el siglo ,x los abasíes fundaron Ja Casa
sus esfuerzos a la enseñanza de las antiguas obras de Euclides y
de la Sabiduna en Bagdad y a eUa Uegaron todas aqueUas ob™
Arquímedes, las cuales no solo no pasaban de nioda, sino que cada
matematicas gnegas que ma vez habían maravUlado al mundo
vez eran más alabadas. No obstante, el esplendor gnego ya estaba
Aüí estaba la solucion a todos sus problemas. Solo debían
viviendo su ocaso. Aún quedaban personajes corao Eutocio de Aca-
y aprender sus resultados. Pero, además, las emb^adas que iw?
lón, Simplicio de Cilicia o Antemio de Tralles que, si bien seguían
ron a la corte de Bagdad desde el temtorio vecino Uevaron c<2"
comentando las obras de sus predecesores, ya no hacían apor-
go las obras matemáticas y astronómicas indias. En ese momentn
taciones innovadoras. Además, cuando, en el año 476, Odoacro
de la historia, más que nunca, la corte de Bagdad necesitaba tm
depuso al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augus-
ductores que fuesen capaces de entender todos aqueUos Ubros que'
to, la caída del Imperio llevó consigo el olvido de las matemáticas
ahora inundaban las estanterías de la nueva instítución Con todo
teóricas en las escuelas que aún pudieron seguir funcionando. La
alrededor dei año 780, en algún lugar de la región de la Jorasmi¡
única figiua «romana» que quizá destacó en este desierto matemá-
nacía Muhammad íbn Musa ai Juarismi, destinado a ser uno de los
tico fue la de Boecio, a quien se le atribuye una ArUmética, basa-
da en una Introducción a la aritmética de Nicómaco de Gerasa matemáticos árabes más importantes de la historia.
Al-Juarismi pudo ser un simple traductor de la Casa de la Sa-
(siglo i), y una Geometria, fundamentada en los cuatro primeros
biduría. ¿Por qué no? No obstante, un buen día Uegó a sus manos
libros de los Elem.ent.os.
una edición de un antiguo tratado indio que conterua algo que no
Para terminar de rematar el fmal de una época, el emperador
había visto hasta entonces. ¿Podía ser cierto? ¿Era posible escribir
Justiniano mandó ciausurar todas las escuelas filosóficas de Atenas
los números con tan solo el uso de nueve símbolos? Posiblemente
en el año 529, debido a su temor de que la doctrina del cristianLsmo
otros traductores debieron de ver la misma maraviUa y la necesi-
ortodoxo estuviera en peligro en ellas y, consecuentemente, tam-
dad de convertir aquel texto al árabe para que todo el mundo pu-
bién cerró lo que quedaba de la Academia de Platón. Con el último
diera conocerlo. Sin embargo, de entre todos aquellos profesionar
de sus directores, el sabio Isidoro de Mileto, se puso fin a la gloria
les de la traducción, tan solo al-Juarismi quedó asociado a la
que habían vivido las matemáticas griegas.
redacción de un manual, en árabe, donde se explicaban las mara-
En este momento de la historia, el centro político mundial
villas del sLstema posicional de numeración en base 10.
abandonó e! mar Mediterráneo y se desplazó hacia la península
Ahí empezó una historia que permite, por ejemplo, que ahora
Arábiga. En el siglo vn, el islam hizo su aparición y, en muy poco
nosotros miremos los símbolos ordenados de las esquinas inferio-
tiempo, controló un terrilorio que inchúa el sur de Europa, el nor-
res de las páginas de este libro y entendamos perfectamente cuán-
te de Africa y Asia central hasta tierras indias y chinas. Poco a
tas hojas llevamos leídas. Solo por haberse dado cuenta del valor
poco, los musulmanes se fueron estableciendo en las provincias
de este nuevo sistema de muneración, al-Juarismi ya merecía un
conquistadas y fundai*on ciudades, palacios y mezquitas allí donde
lugar destacado en la historia de las matemáticas. Posteriormente,
no había nada. Además, las mezquitas debían estar orientadas de
en los siglos xii y xdi los traductores europeos tenclrían la misma
modo que permitieran a sus feligreses orar en dirección a la Meca.
revelación y prosiguieron el camino de las cifras indoarábigas has-
Pero, ¿dónde estaba la Meca?; es más, ¿a qué hora se debía rezar?
ta Ja actualidad.
Si a esto se añaden Ias supersticiones derivadas de la astrología,
Pero eso no fue todo. Al-Juarismi también leyó los Elementos
la sociedad musulmana iba a necesitar en poco tiempo un buen
de Euelides y, pensando en las demostraciones del übro n, volvió

8 INTROOUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 9
a ver una luz de sabiduría. Egipcios, babüonios y griegos habían
sabido resolver la ecuación de segundo grado, pero el talento ma-
temátíco de al-Juarismi iba a demostrar geométricamente aqueUos
procedimientos que habían ido sido utilizados sin más explicación
que una fórmula dada ¿Qué número elevado al cuadrado más 39
unidades era igual a ese mismo número multiplicado por 10? Al- Ca. 780 Al-Juarismi nace en la región de la
«.1080 E1 cadí Sa'id de Toledo lidera a un
Jorasmia.
Juarismi observó que los miembros de la ecuación podían ser in- gntpo de astrónomos, entre los que
terpretados como las áreas de ciertos cuadrados y rectángulos y, 813 E1 califa ai-Mámun fimda la Casa de
a«staca Azarquiel, y compilan las
siguiendo las igualdades establecidas por Euclides, les podía dar Tablos de Tolecio, las cuales copian
la Sabiduría, en la que al-Juarismi
algunas de las tablas del Smdhind.
solución en términos de sus lados. ¡Fantástico! Al-Juarismi fue trabajará el resto de su vida.
capaz de devolver a los Elementos su merecido esplendor con su «. 1116 Pedro Alfonso traduce el Sindhind.
ca. 820 Escribe su Álgebra..
aplicación a la resolución de las ecuaciones cuadráticas. Como
premio, el título de su libro ÁLgebra iba a quedar registrado para 1138 En Siciiia se acuñan las primeras
828 Se funda el observalorio de
monedas de la historia con las cifras
siempre en los manuaies matemáticos. ¡Y no solo eso! Con todo, Shammasiya en Bagdad.
indoarábigas en lugar de las romanas.
su nombre iba a dar pie a la palabra «algoritmo», sin el cual La
ciencia informática no sabría operar. 833 Muere al-Ma’mun. AJ-Juarismi termina
H45 Robert de Chester traduce el Algebra
su revisión de la Geofftrtfía ptolentaica
Finalmente, también se fijó en las obras de Ptolomeo y, al igual en Segovia. Poco más tarde. Gerardo
que rehizo su Geografía, decidió que el ALmagesto y las Tablas de Cremona la traduce en Toledo.
ca. 850 Muere probablemente en Bagdad.
manimles debían ser actualizados. Pero, ¿cómo? Ptolomeo había
1202 Flbonaoci escrihe su Liber abací
copiado los modelos geométricos de Hiparco de Rodas que expli- 952 Al-Uqlidifiá amplía el sistema posicional
y popuJariza en Italia las cifras
caban los movimientos planetarios, pero esos no eran los únicos en base 10 a los decimales de un
indoarábigas, el sistema de
número.
métodos vigentes en aquel momento. También, desde la India, ha- numeración posicional decimal y el
bían Ilegado Ias modificaciones realizadas por sus astrónomos y álgebra de al- Juarisnü.
976 Vigila compila el Codex vigilanus,
al-Juarismi las adaptó al árabe y a la ciudad de Bagdad. Luego, la que aJberga laprimera representación
ca. 1230 Alexander de Viiladei escribe el
expansión deí islam hizo el resto. Sus tablas astronómicas llegaron latina de las cifras indoarábigas.
Carmen de aigorismo, y Johannes de
a la península Ibérica y, desde allí, a toda Europa, de modo que, Sacrobosco, el Algurismus vulgaris;
ca. 980 Gerberto de Aurillac, futiux» papa
una vez más, el nombre de al-Juarismi estuvo presente en los es- gracias a ello, las cifras 'indoarábigas
Süvestre H, escribe el Regulae de
critorios de los grandes escribas y astrólogos medievales. y el sistema de numeración posicional
numerorum abaei rationibus, en
sc implantan en Europa.
Siempre nos podrá quedar la duda sobre qué hubiese pasado el cual recoge un ábaco para el que
si a al-Juarismi le hubiera tocado traducir la Aritmética de Dio- utiliza las cifras indoarábigas. 1263-1272 Se compilan las Tablas aifonsíes,
fanto, las Cónicas de Apolonio o cualquiera de las obras de Arquí- patrocinadas por Alfonso X el Sabio,
ca.lOOO Maslama al-M^jriti escribe su
medes. ¿Qué hubiese visto en ellas que nadie vio antes? ¿Qué apli- que sustituiran a las Tablas de
recenslón del Sindhind de Toledo en la Europa medieval
caciones les hubiese dado? Quizá algún día la arqueología dé a luz
al-Juarismi.
otra obra suya, actualmente perdida, que haya pasado desaperci-
1381 Pedro el Ceremonioso patrorinalas
bida y conozcamos un poco más de una mente tan privilegiada *• X|' Adelardo de Bath o Juan de Sevilla Tablas de Barceiona, escritas por
dentro de la historia de las matemáticas. traducen del árabe al lalúi el Corsuno, Gilbert y Dalntau Ses Planes,
Algoiismi de numero Indorum. siguiendo la tradición 'india de aWuarismL

INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN n
CAPfTULO 1

Los orígenes
de la ciencia árabe

Al-Juarismi es una de las figuras más importantes de la


matemática árabe y su obra no puede entenderse sin el
contexto en el que desarrolló su vida En el siglo dc, Bagdad
se convirtió en una de las ciudades más prósperas del
mundo y los mecenazgos de los distintos calü'as propiciaron
su supremacía cultural sobre cualquier iniciativa similar
desarrollada hasta el momento. Desde la Casa de la
Sabiduna, la astronomia, las matemáticas y, en general,
todas las ciencias vivieron su esplendor gracias a la
conjunción de las herencias griega, india y persa.
No cabe ningima duda de que eí desarrollo de la ciencia árabe se
oñginó en el impulso dado por al-Mansur (califa entxe Ios años
754 y 775) en su recién fundada Bagdad. En esta nueva etapa se
recogió el testigo que, en épocas anteriores, habían llevado Aienas
y Alejandría, y se consiguió que la ciencia y la cultura renacieran
para alcanzar su nivel más alto.
Tras la muerte del profeta Mahoma, en el año 632, la penín-
sula Arábiga había quedado absolutamente unificada tanto en lo
político como en lo religioso. En las tres décadas siguientes, los
cuatro califas ortodoxos que se fueron sucediendo (Abu Bakr,
Umar, Uthman y Ali) consiguieron estabilizar las fronteras del
nuevo Imperio, abarcando un vasto territorio que comprendía
toda Persia, parte de Turquía y la región oriental del norte de
África. Sin embargo, la llegada de los invasores árabes a Siria,
Egipto y las antiguas colonias griegas de Asia Menor y Meso-
potamia no significó la desaparición de Ias raíces culturaies de
los territorios conquistados. De este modo, los nuevos colonos
asimilaron las bases culturales, que no habían sido olvidadas
del todo, e hicieron renacer los fundamentos científicos, tecno-
lógicos e indust.riales de los pueblos que un día dominaron el
rnundo con su íilosofía y pcnsamiento. A pesar de que muchas
familias se convirtieron al islam, también hubo muchas otras
que siguieron conservando sus tradiciones religiosas, y en esta

LOS OR/GENES DE LA CIENCIA ÁRABE


mezcolanza de civilizaciones se geslaron los ínicios de la cien- nrtmK-o a .ravés de la a<;,,ñar¡6n de nuev» monedas

ciaárabe. mAxin,o inleréa de Ir» d.slíntos caüfas. Además, la comWtfn


En una primera fase. lanto en la Meca como en Medina, apa- dc la expanstón temtonal del Lslam hasta la India y la oenínTi
recieron centros culmnües donde era posible iniciarse en hustoiia, ntórlra p<,r <■! «te y el oeste, respectlvamente, hicteron necessri!
derecho, los comentarios e interpretaciones del C orán y las tra- una refomia administrativa y económica del Estado La artmd
diciones del Lslan» (hafii/M). Con las conquLstas del califa ITmar. tura en pulacios y mezquitas, el arte. la astronomia y |a astroiori»
Basora se conviriió en un i'entro estratégit'o de gran importancia uuubién encontrfuron un lugar entre las prioridades de los nuews
dentro del Imperio; pasó de ser un simple cruce de caminos y califas. Un ejemplo de ello es el complejo de Qasr Amra (en la
rutas comerciales a la gran cajátal de kas provineias orientales. Su actuai Jordania) donde. entre los años 735 y 750, fue pintada una
posición geografica p«*miitio que U>s distintos pueblos colonizados representación del cieio noctumo con las constetaciones de la
inter<*anibiaran no solo mercancías, sino también sus costumbres Osa Mayor, la Osa Menor, Orión, Casiopea.. y los signos del Zo-
y conocimientos. y aJgo pareoido onimó en Kufa, en el centro diaco. fomiando uno de los mapas estelares más amiguos que se
de la actual Iraq. Ue hecho. hubo un momento en el que ambas conservan en la actualidad. Cada una de las constelaciones fue
ciudades rivalizaron jxtr convertuse en el gran centro cultural del representada por su imagen griega y no se señaió ninguna estrella
islam y solo la del gobemador de Siria, Muawiyyah, que en particular, con Io que no sería extraño pensar que los árabes
inictó el gobiemo de La dinasiia Omeya, terminó con esta disputa aprovecharan algún fresco romano conocido. De hecho. es cons-
con el trasl.xio de la oapital a Díunasco. tatable que el artista debió de copiar algún tipo de mapa estelar
Otro de los factores que incidió muy positivamente en ese convexo anl.erior, ya que los signos del Zodiaco están dispuestos
nuevo ernerger de ia ciencia y cultura fue el establecimiento del en el orden inverso, para que, al darles la vuelta, aparecieran en
órabe como küoma. Rn el año 63d. el califa Abu Bakr ordenó a Zayd una bóveda cóncava. De todos modos, ya fuera una reconstruc-
ibn Thabit. quien había sido secretario personal del profeta, que ción de un fresco greco-romano o una obra origmaL no hay ningu-
compilara ei (’orán. La obra fue terminada en 651 b¿\jo el califato na duda de que a mediados del sigio vni la tradición astronómica
de l'thman: con ella la lengua ánüie estaba destinada a convertirse greco-romana había hecho su aparición en el mundo árabe. Cabe
en el idioma infemacional. por tanto, el idioma de la ciencia y la señalar que, durante el califato de Waiid I (entre el año 705 y el
fiJosofía. A partir de enton<*es, la hisloria empezó a acelerarse y, 715), Uegaron a Daruasco nimierosos arquitectos y artesanos bizan-
en Basora, antes de temiinar el siglo vn, Abu al-’Aswad al-Du’ali tinos para trabajar en las obras de la Gran Mezquita y, con eUos,
estableció La escrilura del árat»e, redactando diversos tratados so- las primeras nociones astronómicas y astxológicas greco-romanas
bre lingüística y gramática La transmLsión y ei estudio del nuevo hicieron su aparición dentro de la ciencia islámica.
idioma fueron ampüamente promocionados; prueba de ello es que (Jtro dato que prueba el despertar cientifico de este periodo se
el fundador de la tradición gramaticaJ árabe fue el persa Sibawayh halla en los experimentos alquúnicos de JaUd ibn Yazid (ca 665-
(m. 795;, quien pertene< ía a toda una generación de nuevos con- ca. 705), h\jo del califa Yazid I (entre el 680 y el 683). Jaüd habia
versos que se vieron muy beneficiados por las administraciones viajado a Alejandría, donde entró en contacto con los misterios de
árabes. (’on todo, el estudio del hadith, del Corán, su interpreta- la alquimia a través de las enseñanzas del mor\je Marianos. Con
ción, su jurisprudencia, etc., se convirtieron en las enseñanzas de cl tienipo, se convirtió en un gran alquimista y escribió diversos
las distintas escuelas que se fundaron. Ubros sobre este tema que lo eievaron a ser considerado uno de
Durante el período omeya (en el poder desde el año 661 hasta los mayores sabios de su tiempo. Con todo, esta iniciación mís-
el 750) las obras de ingeniería y de minería y el desarrolio eco- rica fue llevada a Damasco y la astrología y la alquimia, legados

LOS ORfGBNES 06 LA CIENCIA ÁRABE


LOS ORIGEN6S DE LA CIENCIA ARABE
mdiscutibles de la ciencia bizantina, pasaron a tener su propi0
jevantaron el horóscopo fundacional de la nueva capital abasí Esta
peso dentro de las costunxbres adquiridas por los árabes. Además,
carta astral fue elaborada a partir del Zij cU-Sfmh, un compendio de
hay que tener en cuenta que el propio Jalid fue autor de diver-
tablas astronómicas de ongen indo-persa que los astrólogos árabes
sas traducciones de obras griegas. Paraleiamente, en Damasco
conocían en una versión pahlevl Este hecho pone de manifiesto
se empezaron a traducir libros persas al árabe y el gobernador
la circulación de matenal cientffico preislámico y deja ver que los
de Egipto, Abd al-Aziz ibn Marwan, hyo de Marwan I (califa entre
astrólogos árabes aún no habían alcanzado un grado de madurez
ei 684 y el 685), también tradujo obras del copto al árabe. Entre
suficiente como para ser los consejeros del califa. En este sentido
todas esas obras traducidas se encontraban conipilaciones histó-
en la ciudad persa de Gundeshapur se realizaron observaciones
ricas y lingüísticas, tratados de aritmética básica y expücaciones
astronómicas bajo el auspicio del visir abasí Yahya ibn Jalid ibn
calendáricas que bien tuvieron su influencia en los escribas que se
Bannak (m. 806) con el objetivo de compüar el Zij al-Mushtamil de
dedicaron a traducirios y copiarlos.
Alunad ibn Muliammad al-Nihawandi (ca. 790). Gundeshapur había
Si ahora, a todo lo dicho se añade que los caiifas omeyas nun-
acogido a los filósofos neoplatónicos que fueron expulsados de Ate-
ca mostraron mucho interés en promocionar las conversiones al
nasy a los crlstianos nestorianos perseguidos en Éfeso. Parece que
islam (ya que los no musulmanes tenían un régimen fiscal bastante
la llegada de los nuevos gobemadores abasíes no cambió la poütica
más impositivo que los musulmanes), la radiografía de la sociedad
iniciada por Cosroes I, en la que se fundaron centros de enseñanza
del Damasco de mediados del siglo vin es la de una amalgama de
de medicina, matemáticas, astronomía y lógica, aprovechando todos
culturas, cada una con su propia lengua (con un cierto predominio
los conocimientos que provenían de tienas griegas. Se tradqjeron
del árabe y del griego), tradiciones y costumbres, que posibilitó una
al sirio las obras médicas de Galeno y de Hipócrates, y el Organcm
correcta transmisión de la ciencia preislámica hacia los núcleos
de Aristóteles, entre otros; y probablemente, los Elementos de Eu-
intelectuaJes del momento. Sin embargo, el Imperio estaba a punto
clides, las Cónwas de Apolonio y las diversas obras de Aiquímedes
de sufrir cambios inesperados. Durante el califato de Marwan II,
encontraron aquí nna puerta de entrada al mundo persa
una rebelión armada Liderada por la dinastía Abasí en el año 748 y
la posterior victoria de esta familia en la batalla de Zab (enero de
750) depuso a los omeyas en beneficio de Abu al-Abbas al-Sciffah
(califa hasta 754). Los abasíes basaron su política en el seguiniien-
LA CASA DE LA SABIDURÍA («BAYT AL-HIKMA»)
to del islam sin menospreciar las procedencias de sius súbditos y,
cuando al-Mansur sucedió en el trono a su hermano, no dudó en
Con el quinto caüfa abasí, Harun al-Rashid (del 786 al 809), hfjo de
aprovechar el potencial de los persas, cristianos, griegos, etc., que
al-Malidi y nieto de al-Mansur, el islam inició su apogeo cultural
vivían en el Imperio. Sin duda alguna, el califato de al-Mansur sig-
Y científico. Harun al-Rashid fue un hombre culto que poseyó un
rüficó un antes y un después en la ciencia árabe y una de las deci-
imperio que iba desde la península Ibérica hasta China, y se ro-
siones que más influyó en este hecho fue la mencionacla fundación
deó de una corte muy numerosa con filósofos. escritores, poetas,
de la nueva capital, datada en el 30 de julio de 762. Bagdad emer-
músicos, astiólogos, médicos, etc. De todas las partes del Imperio
gió en medio del desierto como una ciudad circular a la que fue-
se fueron acercando a Bagdad expertos de todo tipo buscando el
ron llamados arquitectos, ingenieros, astrólogos, artesanos... para
patronazgo del nuevo califa; entre ellos también estuvieron los
aportar lo mejor de sí mismos. Una crónica escrita en el siglo ix
sabios de Gundeshapur. Daba igual su religión o la lengua que ha-
aíirma que, en el proceso de fundación, al-Mansur fue aconsejado
blaran, lo importante era que aportaran su fuerza intelectual a la
P°r el astrónomo persa Nawb<yt Ahvaz y el judío Mashallah, quienes
construcción del Estado. En muy poco tiempo, Bagdad fue capaz

LOS ORlGENES DE LA CIENOA ÁRABE


LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE
de asimilar y traducir todos los libros que iban llegando de 1

distintas culturas y la ciudad se convirtló en el motor intelect ^ más se vio favorecida por esta serie abrum^
de una civilización que no tenía ni dos siglos de historia. Toda est fue la medicina. Diversas fuentes árabes IST* ^ ^^ciones
transformación culminó de forma definitivacon el mecenazgo d 1
de Las ciencias {Fihrist. aFUlum) del hisa C°m° el cWUoqo
califa ai-Ma’mun (del 813 ai 833), a quien se atribuye la fundació^ Ishaq al-Nadim (m. ca. 995) o la Historia 2?* Muharn*nad ibn
de la institución en sí misma. n redactada por al-Qifti (ca. 1170-1248) atest S hoi7lbres sabios

Para entender la razón de todos estos patrocinios culturale que suscitaron las obras de Galeno, Hipócr^ t8™ *****
lo reproducidas que fueron en Bagdad p„, 7 y Dl0scórides v
hay que tener en cuenta que, desde tiempos de los primeros abaS
síes, hubo una necesidad de reafirmación de la identidad dentro
de las distintas cortes que se fueron sucediendo. De este modo
835), —— *—w—w oj-íyici xnun, quien • v—■
una de las formas en las que la élit.e privüegiada podía distingu^’
sirio más de cuarenta obras médicas y comnüó ° deI 31
se del resto del pueblo era la de demostrar una mayor cuitura v
pedia médica, füosófica y biológica tihünHo r -tUna eíl«cIo-
refinamiento, un nivel de educación superiory unos hábitos inal
Otro nombre que merece especial atención es ^08'
canzabJes para la mayoría de la población. Así, hasta la muerte del
Ishaq (m. 876), a quien debemos las traduccion^, fUnayn ibn
califa al-Amin, en el año 813, las primeras muestras de mecenazgo
Elementos de Euclides, de la República de Plarón, de ,0S
se centraron en Ia música y la poesía. Estas dos disciplinas estaban
de Aristóteles, además de una larga lista de cas’ ° y dG ^ Física
muy presentes en la sociedad preislámica del siglo vr y servían para
obrasmédicasy farmacológicas. Suproliflca
consolidar el poder de los distintos jefes tribales. Con la Uegada
catapultó a ser nombrado jefe de la escuela de rm^ ,0
del islam, los gobemant.es heredaron el interés por las epopeyas Casa de la Sabiduria. iraductores de la
y gestas que los convertían en grandes figuras de la historia, por
De las otras ciencias que se desarrollaron en la Casa a». =
los relatos que alababan la hermosura de sus miyeres o por las
biduria, la astrononu'a fue la que captó la atención preCnte Ít
aventuras de sus batallas ganadas. Era habitual que los califas
riaductores. Se dice que el mismo Harun ai-Rashid em det outa ^
patrocinaran este tipo de espectáculos en saiones donde toda la
deque sus astronomosy astrólogosno tenran suficienZoZ
corte estaba presente, con el deseo de que su poder y legitimidad
mrentos de geometna como para estar a la aitura de la eZS,
quedaran del todo reafirmados. En esta línea, la líriea se convirtió uuciaday esto pudo ser el detonante de que se priorizara la”
rápidamente en el discurso oficial de esta élite privüegiada.
La llegada de al-Ma’mun al poder tras una dura guerra civil sig- ' P°u de 0traS rauchas' De modo, Haxun
al-Raslud pago embqjadas a BEancio para comprar los Elemmtos de
nificó un borrón y cuenta nueva en la antigua corte de su hermano. uclides y el TetrabMos y el Almagesto de Ptolomeo. Una primera
Al-Ma’mun decidió rodearse de un nuevo grupo de cortesanos y de tóaduccion de esta úlüma obra fue reaiizada por Yaliya ibn JaUd ibn
un nuevo estüo de gobiemo en el que la música y la poesía no eran Barmak en Gundeshapur a principios del siglo ut, aunque parece
suficientes para cantar sus virtudes. Con su idea de renovación, que era muy rudirnentana y no satisfizo las expectativas. Alrededor
agrupó a personajes que aún no habfan pisado Bagdad, en muchos e año 828, H^ijaj ibn Matlar volvió a traducir el Almagesto y su
de los casos, dejando así muy claro que con él empezaba ima nueva versión se convirtió en el manual astronómico de referencia, tanto
etapa Todos eran musulmanes y todos conocían el árabe, y su nue- en Ja Casa de la Sabiduría como en el resto del irnrndo árabe. Tam-
vo signo de identidad iba a ser distinto del que imperaba en épocas íén hay que señalar la traducción que se hizo del Sindhind indio,
anteriores: la ciencia y las traducciones se convertirían en el nuevo cuya llegada a Bagdad se suele situar hacia el año 775. La razón de
símbolo del califato. En consecuencia, una de las ciencias que su mención es que, pese a que en tiempos de al-Mansur ya se había

LOS ORÍGENES DE LA CIENCIA ÁRABE LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE


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EL FIHRIST AL-ULUM DE AL-NADIM

tratado bibliográfico más completo escrrto hasta el siglo x en


0 Fihristal-Ulum es e\tra En este trabajo enciclopédico, Muhammad ibn tshaq 8. Los cuentos y fábulas. la mag.a, el exorcismo y el malabarismo
el contexto de )a cienci • ^ ^ y Qbras de mi|es de autores. añadiendo sus g. varias sectas importantes. entre las que incluye algunas chinas »
10. La alquimia. ma,as-
al-Nadim se dedicó ai d ^tos. übros. etc. Las biografias aportadas son
propias sobresus nQ ^ de analizar ningún deta»le: desde Sü
realmente precisas. y sectas a las que pertenecieron. hasta los idiomas que En contrapartida a esta vasta fuente de información. n0 se sabe casi nad* ri« .
vida de al-Nadim. a excepcion de lo que nos refieren diversos autores Sl ° *
ctominaban sus^deas filosóficas y sus maneras de divertirse y pasar el rato. De este teriores- Su padre fue librero yprobablemen.e, envló a su hi¡o a la m«quha7?á
modo este’texto compilado en el año 987 es la base documental mas f.able que se
edad de seis años para aprender a leer y a escribir. introducirse en el fiad/m u
contw para documentar las épocas anteriores y. sobre todo. los f.lósofos y dentf- memorizar el Corán. Tras cuatro años de estudio. el propio al-Nadim debíó de
ficosárabesde los siglosvhiy ix. Estádividido en d.ez capitulos ded.cados, respecti- resarse por seguir la carrera de derecho islámico y pudo acceder a todos los libr^
vamente. a biografiar a los autores relacionados con: disponibles en aquel momento grac.as a la librería familiar. Así pues. no es imoro-

L Las escrituras religiosas judias. cristianas y musulmanas, con atención especial


bable pensar que al-Nadim fuera contratado como copista y ayudará a su padre á
vender los libros que debta estudiar el resto de discípulos. Con este trabajo a al
en el Corán. También se incluye una sección que describe los distintos idiomas Nadim se le abrió la puerta de multitud de tratados de distintas disciplinas y no es
del mundo. de extrañar que empezara a redactar catálogos de las obras más importántes de
2. La gramática y la lingüistica. enfatizando los autores de Basra y Kufa. la libreria y también de los libros perdidos de los que se hablaba en los textos que
3. Las tradiciones históricas. la literatura y la genealogia. Dedica una sección a los iba leyendo y copiando. Posteñormente, extendió esta labor a las obras de sus
reyes. secretarios. jueces. cantantes. bufones... de las cortes musulmanas.
maestros. quienes debieron de ser renombrados historiadores. filósofos. cientificos
4. La poesía islámica y preislámica. y juristas. Con todo. gran parte de su vida la pasó en su ciudad persa natal. donde
5. La teología. se casó y tuvo hijos. y él mismo cuenta que viajó a Mosul (en el norte de Iraq) para
6. Las leyes y las autoridades legales. visitar sus bibliotecas. Sin embargo. aunque no existe ninguna evidencia de ello,
7. La filosofía natural. la lógica. la medicina y las ciencias antiguas (geometría, no es descartable que también viajara a otros centros intelectuales en Siria e Iraq!
aritmética, música, astronomía, construcción de instrumentos. mecónica y di-
e incluso que terminara como secretario en alguna biblioteca de Bagdad. si no eñ
námica). la misma Casa de la Sabiduría.

traducido al árabe, la versión realizada en la Casa de la Sabiduría de la Sabiduría era la traducción e interpretación de las obras grie-
corrió a cargo de al-Juarismi.
gas, indias, sirias y persas que iban llegando a las estanterías de sus
bibliotecas. Mientras tanto, los astrónomos del observatorio debían
incorporar todos estos conocimientos a la compilación de unas ta-
LA ACTIVIDAD ASTRONÓMICA EN EL CALIFATO
blas astronómicas válidas para la ciudad de Bagdad y el siglo dl Por
DE AL-MA’MUN
lo tanto, si bien no se puede afirmar con seguridad que el observa-
torio de Shammasiya formara parte del complejo de la Casa de la
Otra de las instituciones patrocinadas por al-Ma’mun, que influyó
Sabiduría, está claro que tanto los traductores como los astronomos
determinantemente en los inicios de la hegemonía árabe medieval,
y ^f^ólogos debieron de acceder libremente a ambas instituciones.
fue el observatorio de Shammasiya, en Bagdad, que tenía que ser
El nuevo observatorio fue ñrndado en 828 y se nombró a Sa-
e complemento perfecto a la actividad traductora de la Casa de la
nad ibn Ah para que construyera los instrumentos astronómicos
í uría. Como se ha dicho, el objetivo de los escribas en la Casa
y supervisara las observaciones que ailí se iban a realizar. Además

22
LOS ORÍGENES DE LA CIENCW, ÁRABE
23
LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE
scssíc «»* r •*«»'
• ConaA entre los ctentíficos que formaron parte de su

ibn Said alJawhari (m. ca. 860); todos ellos eran autores de im.
nortantes tratados matemáticos y astronormcos. Ademas, vale la
‘'O’OajBERJOR
R»pr«ienfac(ón
un* llbrwl.
^ ,fnp«rlo aba,)
•"“'«edkhSn

nena señalar que, pese a que al-Juarismi estuvo siempre ligado a ÍPSQWrtai
hlstorlas) rii
la Casa de la Sabiduría, en la que desempeno algun tipo de carg0 a*-Har(rl aat#d»
de administrativo o de bibliotecario, también participó en ias pri- «1237.
^OTOWEfiiO^
meras observaciones realizadas en Shammasiya. uTa<l«lss
Tras la muerte de Yahya ibn Abi Mansur, al-Ma'nmn vi^jó a Publicaciones ms$
Impartantes aa k>i
Damasco y ordenó la construcción de un nuevo observatorio, el bwmanos Banu
Musa es su Llbro
de Qasiyun, para el que escogió como director a Jafid ibn Abd al- dfSPMlttvaf
lngen¡Q S0Ji
Mafik ai-Marwazi. E1 cafifa le ordenó la construcción de nuevos Wsta sobre
instrumentos astronómicos que mejoraran los de Yahya ibn Abi miquinas
SUtomáDcas
Mansur, de modo que el observatorio de Qasiyun pasó a ser la y dlspositlvo*
mecinlcos,
nueva referencia en el cafifato. La nueva actividad astronómica En la imagw.
nació con el propósito de dedicar un año a observar diariamente «toblepásina
Interior de la obr»,
el Sol y la Luna Esta actividad se llevó a cabo entre 831 y 832, y publicada
•n 8SO por los
pese a que Bagdad debía continuarla, la muerte del cafifa en 833 Ues hermanos que
tenninó con las previsiones planteadas en un inicio. Hegaron a trabajar
en la Casa de la
Del equipamiento y los instrumentos con los que contaron Sabíduría.

ambos observatorios no se sabe mucho. Parece que Yaliya ibn Abi


Mansur poseía una esfera armilar, que no era demasiado precisa
y que fue vendida tras su muerte en el mercado de los libreros de
Bagdad. Su diseñador y constructor fue ibn Jalaf al-Marwudi, a
quien se le atribuye haber construido astrolabios en Bagdad. Por
otro lado, en Damasco hay noticias de la construcción de un cua-
drante azimutal (que fue aprovechado en el observatorio de Maraga
en el siglo xm), de un cuadrante mural de mármol de 5 m de radio
(a cargo de Ali ibn Isa al-Usturlabi) y de im gnomon de hierro de tam-
bién 5 m de altura, destinado a determinar la longitud del año solar.
E1 resultado final de toda esta actividad astronómica, realizada
entre 828 y 833, fueron diversos cánones, entre los que destacan el
Zij al-Mumtahan (Tablas comprobadas) de Yahya ibn Abi Mansur
y el Zij que Habash al-Hasib (m. ca. 870) compiló en Damasco. Este
último astrónomo fiie un autor muy prolífico, compiló su propia
versión del Zij al-Shah, y también del Sindhind, distinta de la rea-
lizada por al-Juarismi.

25
24 LOS ORÍGENES DE LA CIÉNCIA ÁRABE LOS ORfGENES DE LA CIENCIA ARABE
uos hermanos banu musa

Tras la muerte de al-Ma’mun, la actávidad astronA


No se sabe prácticamente nada de este matemático y astrónomo excepto que
tancio presente en Bagdad y responsables de eiuTCa si^ es-
trabajó en la Casa de la Sabidun'a. en el observatono de Shammasiya en Bag-
dad y en el observatorio de Qasiyun en Damasco manos Banu Musa, de nombres Muhainmad (m <L ñZ°n los her*
Una de sus obras más importantes dentro de la historia de las matemáticas Un tercer hermano, Llamado Hasan, no parece m y
fue su Comentario a fos Efementos de Euclides, por las casi cincuenta pro- en estas observaciones astronómicas. Su padre M parte
posiciones adicionales que añadió y por su intento de demostración del
quinto postulado del libro I (o postulado de las paralelas): se convirtió asi en había sido un ladrón que en algún momento se’ hah* !bn Shakir'
el primer matemático árabe que lo mtentaba. El qumto postulado viene a por la nueva ciencia que iba llegando a la corte de Ha n mteresa(1°
afirmar que dada una recta en el plano, tan solo es posible trazar una recta De alguna manera, se había hecho amigo del prínc^I
paralela a la misma por un punto dado Va desde tiempos griegos se creyó
cuando este accedió al trono del califato, se hizo cammh
que este resultado tenia que ser demostrable con las otras cuatro premisas
dictada5 por Euclides, pero el tema seguía abierto en el siglo ix. Estos cuatro hijos, a quienes proporcionó una exquisita educación en "*
primeros postulados son: les enseñó matemáticas, músicay astronomía. Yade m ““
hermanos Banu Musa fueron de los primeros científicos^il08
1. Se puede trazar una linea recta por dos puntos dados.
2. Se puede extender indefinidamente en línea recta cuaiquier segmento que estudiaron las fuentes matemátícas gríegas y su talentot!
de recta. Uevó a trabajar en la Casa de la Sabiduría, incluso despn^ Z
3. Se puede trazar una circunferencia con un centro y un radio dados. fallecimiento de al-Ma’mun. Este interés por los clásicos
4. Todos los ángulos rectos son iguales entre si.
se observa claramente en el carácter de sus obras, en las cu^es
La demostración de al-Jawhan no es correcta y el tema del quinto postulado añadieron también aportaciones propias. Muhanunad, por eiemplo
no se cerró hasta la invención de las geometrias no euclideas por parte de escribió una revisión de las Cánicas de Apolonio, y Hasan redactó
Carl Friedrich Gauss (1777-1855). Nikolái Lobachevskí (1792-1856) y János Bo-
sus propias demostraciones a las propiedades de Ja eUpse Hay oue
lyai 0802-1860), de manera mdependiente.
señalar que las Cónicas siempre estuvieron en el foco de interés de
los hermanos y una prueba más de eUo es que, cuando Hasan mu-
rió, Ahmad vi^jó a Siria ptira conseguir nuevos manuscritos de la
obra de Apolonio. Consiguió versiones de los sieteprimeros übros
(el octavo aún está perdido), entre las que estaba la revisión de los
cuatro primeros, realizada por Eutocio de Ascalón en el siglo vi,
que dejó a HilaJ ibn Abi al-Iíimsi para que la tradujera al árabe.
Otxa de las obras matemátícas destacadas de los hemianos es
el Libiv para saber la medida de lasfiguras planas y esféricas, que
fue objeto de una recensión a cargo de Nasir al-Din al-Tusi (1201-
1274) y de una traducción latina realizada por Gerardo de Cremona
(1114-1187) con el título Liber trium fraürum de geometria (Libro
de geornetría de Los trcs hermanos). Ias bases de este tratado son
Carl Friedrlch Gauss Nlkolái Lobachevskl János Bolyai
De la medida del círculo y Dela esfera y el cilindro de Arquíme-
des, pero mientras que el de Siracusa fundamentó sus resultados
en comparación de figuras, los Banu Musa ofrecieron fórmulas

26 LOS ORÍGENES DE LA CIENCIA ÁRABE


LOS ORÍGENES DE LA ClENCtA ÁRABE
LOS TRES PROBLEMAS CLÁSICOS GRIEGOS /a área fuera igual a la de un círculo dado. Pasar
¡mas clásicos de las matemáticas griegas. y |a jr
Cuenta una leyenda que estando el rey Mínos de Creta ante la tumba de su hijo Glau^ , solo una regla y un compás abrió las distintas
co, ordenó a sus geómetras que consiguieran doblar las dimensiones de aquella es" ltemáticos de todas las épocas. Así, por ejempio
pecle de altar cúbico para ofrecerle una correcta sepultura al príncipe. Si Aristótele nlo v a.C.) el haberse dado cuenta de que se c
habfa afirmado que los posibles movimientos de los elementos naturales tan SO|S nstruir las dos med.as proporcionales a los segn
podían ser el movimiento rectilineo uniforme y el circular uniforme. las matemáticas decir, si se podían encontrar dos segmentos de
griegas antiguas estaban basadas en las construcciones geométricas. que se podian
construir utüizando una regla y un compás. Con esta premtsa, los antiguos ¡ngenieros
griegos se pusieron a diseñar la nueva tumba. Contando que. inicialmente. cada aris-
ta de esta tumba hexaédrica medía 10 unidades de longitud. su volumen era de cn estas condiciones. x~</2. Sin
103=1000 unidades cúbicas. Como Minos quen'a doblar el volumen. los diseñadores embargo. el propio Hipócrates no
tenían que construir un nuevo cubo cuyo volumen fuera de 2000 unidades cúbicas fue capaz de resolverlo y las po-
y, en consecuencia, de arista igual a 10^2. sibles soluciones que se fueron
Este mlsmo problema de diseño lo afrontaron los antiguos habitantes de Delos. quie- dando pasaron por la intersección
nes para terminar con una plaga que azotaba su población, consultaron al de curvas cónicas o por la cons-
oróculo qué debian hacer. La pitonisa del templo les comunicó que la única manera trucción de curvas mecánicas con
de solventar aquel problema era construir un altar cúbico cuyo volumen fuera igual distintos aparatos de madera.
al doble del que tenian hasta el momento.
Fuera cual fuera realmente el origen de este problema, los antiguos griegos se plan- Apolo SO convlrtló en símbolo de los
oráculos de Delos y de Delfos. y a él
tearon resolver la construcción de un segmento de longitud 10 ^2 a partir de otro de recurrieron los habltantes de Delos para
longitud 10. utilizando tan solo la regla y el compás. sin saber que, por contener una consultar sobre uno de los tres problemos
raíz cúblca. este problema no tenfa solución. Esta duplicación del cubo. junto con los clésicos griegos. En la imagen. ruinas del
tempio de Apolo en Delfos.
problemas de la trisección de un ángulo cualquiera y la construcción de un cuadrado

aritméticas de cálculo. De este modo, si Arquímedes afirmó que período, inlciaron sus observaciones astronómicas desde su propia
el volumen de una esfera es el cuádruple del volumen de un cono casa locaJizada al lado de la Puerta aJ-Taq de Bagdad, a orillas del
cuyas base y altura son iguales al círculo máximo de la esfera y el río Tigris. AI-Mutasim trasladó la capital a Samarra, algo más al
radio, respectivamente, los Banu Musa calcuiaron de manera directa norte de Bagdad, y en tiempos de su hyo aJ-MutawakJdJ (del 847
que el volumen de la esfera es iguaJ a un tercio del radio multiplica- al 861), este les regaló una casa aJ lado de su palacio califaL Desde
do por su superficie (V = % xr3). Otra novedad aportada por estos su elevada posición, los hermanos se convirtieron en mecenas de
tres hermanos fue el uso de curvas e instrumentos mecánicos para astrónomos y traductores entre los que destacaron Hunayn ibn
resolver ciertos problemas, como la trisección del ángulo (proble- Ishaq y Thabit ibn Qurra (836-901). Ellos, por su parte, siguieron
ma clásico sobre el que Ahmad escribió un tratado específico) o reaJizando observaciones astronómicas hasta, como mínimo, ei
la determinación de dos medias proporcionales a dos segmentos año 870, compilaron un canon astronómico y dirigieron medidas
dados, problema que equivaie a resolver la duplicación del cubo. geodésicas en Sinyar y en Kufa Además, su obra astronómica tam-
bién fue muy destacada; recogía diversos temas: la construcción de
La relación de los Banu Musa con la familia califal continuó
astrolabios, determinaciones de ciertas coordenadas y parámetros,
siendo buena tras la muerte de al-Ma’mun y el ascenso aJ trono de
su hermanastro aJ-Mutasim (califa entre los años 833 y 842). En ese y el análisis y crítica del sistema ptolemaico.

LOS OR/GENES DE LA CIENCIA ÁRABE


LOS ORlGENES DE LA CIENOA ARABE
THABIT IBN OURRA „e circulaban por Bagdad, y en seguida destacd com„
Ziáco de primera línea. Uegó a ser un gran
Otxo de los grandes matemáüeos del siglo ix fue Thabit ibn Qu^ dc! caUfa gracras a los conocuruentos adqmridos a
Nació en Harrán, en la actual Turquía, muy cerca de la frontera obraS de Galeno y su Tesoro «te fa medtóna, entre ot^ 8*
Con Siria. Thabit fue un fiel seguidor del sabeísmo y, como tal, su " dios 10 Uevaron a escnbir sobre temas como la f
afición por el cielo y las estreüas le vino ya de pequeño. Sus pri. m saitgre, los embríones hwnanos, la anatonua de las av
meras ocupaciones en Harrán fueron como cambista de moneda plantas, etc.. es decir, todo tm elenco de aportaciones bioíSc “
y a través de sus negocios conoció a Muhammad, el mayor de l0s médicas y vetennanas ineditas hasta el momento. Es muv i
Banu Musa Impresionado por sus conocimientos de idiomas, Mu- poder imaginarse que smt.o Thabiten e! momenrn en el
hammad lo invitó a Bagdad, donde fue acogido por el mecenazgo ios Elementos de EucUdes. A partir de su estudio, se conSoHd -
de los hermanos e introducido en las matemáticas y la astronomía. como el matematico mas destacado del slglo k y empezó a nnv
También destacó como médico y fue escalando posiciones sociales ducir una serie de tratados que repercuüeron profundamente ™
hasta llegar a introducirse en la corte del califa al-Mutadid (dei el mundo árabe y, algimos de ellos, también en la Europa latina
892 al 902). jnedieval. Por ejemplo, su Ltbro de los datos fue considerado nor
Como al-Juarismi, su dominio de los distintos idiomas le per- Nasir al-Din al-Tusi una de las obras de referencia, junto con los
mitió acceder a los manuscritos griegos, persas, indios y árabes Elementos y el Almogesto. Thabit apücó aquí la geometríaeuclfdea
de los Elernentos para resolver ecuaciones cuadráticas al estilo de
al-Juarismi (razonamientos que repitió en su Discurso sotrre la
corrección de los problemas algebraicos). Otro de los textos que
tuvo mucha repercusión fue su Libro sobre la determinacim de
El sabefsmo fue una religión que surgió en el antiguo Reino de Saba (actual los números amigos, en el cual, partiendo de la proposición de
Yemen), su culto estaba basado en ciertas premisas astronómicas. Su dios los Elementos donde se explicita la fórmula generadora de un nú-
único era Alá Taala. el cual estaba protegido por siete ángeles que se co- mero perfecto, termina por encontrar una regla para determinar
rrespondian con los planetas Mercurio, Venus. Marte, Júpiter y Saturno. el
los números amigos: dado un número n natural, sip=3-2n“l-l
Sol y la Luna. Los sabeos rendían culto a sus deidades planetarias, a quienes
construían temptos como guardia- g=3-2w—1 y ?"=9- 22a_1—1 son tres números primos, entonces 2*pq
nes del cielo. Solo el trlunfo del y 2“r son una pareja de aniigos.
islam inició la decadencia de su En cuanto a la geometría se refiere, los Elementos volvieron a
credo. En efecto, los sabeos tenían
varios altares en la Kaaba de la servir de base a su Libro sobre la composición de las razones, en
Meca y solo el hecho de creer en el que, partiendo de la teoría de la proporción eucüdea, se dedicó
un único dios les permitió seguir a analizar el resultado de los posibles productos entre cocientes de
creyendo en él tras la invasión mu-
sulmana. Sin embargo, con los magnitudes proporcionales. También analizó la demostración del
años, los sabeos fueron adoptando teorema de Pitágoras aplicado a un triángulo reetángulo isósceles,
paulatinamente la lengua y los atribuida a Sócrates, y aportó tres nuevas demostraciones del caso
nombres árabes, y convirtiéndose
al islam, donde muchos de ellos
general que editó en un tratado específico. Además, con base en el
Salorrón y la relna de Saba. Cuadro «xpuesto «n
destacaron como astrónomos. la biblloteca de San Lorenzo de El Escorial. Almagesto de Ptolomeo, dio una nueva demostración del teorema
de Menelao en su Tratado de lafigura secante, e inspirándose en
ei cáiculo de áreas y volúinenes de Arquímedes, desarrolló toda

30 LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ARABE 31


LOS ORiGENES DE LA CIENCIA ARABE
ie las seecioMS del ^hodro ydesu superfuHe e .
Z nropia dcmostración del postulado de la, paral„,^tó ofr«*r
Thabit tambien destacó en el ámbito astronónü^
Se dice que un numero es perr«.i« í0S libros en los que anaJlzó pormenoriyadamente ei ZT. ^
iqual a la suma de sus divisores menores ■ W 1, ptolemajco e ideó la teoría de la trepidactón para exp^l^
que él. Por ejemplo, el 6 y el 28 son nu- ■ Jp.;
Prepancias entre los vaiores que se calculaban en ei9jf “<tls-
meros perfectos porque 6=1 + 2+ 3 y ■
28=1+2+4+7+14 Esta propiedad numé- Uy ± < J u obbc-uidad de la ecbpücay los dadospor Ptolomeoen^s^
rica fuedescubierta por los matemát.cos ■_ \> <-t lr v/; •I
pttagóricos. aunque fue Euchdes el prr- ■ ■
mero en determinar que si un numero N ”*>■ :
era de la forma N=2r\2M) para un oer- ' í* .: ¿ v
to número n natural. con 2Í,-1 pnmo. en- ¿ ¿ J¿ la figura de al-juarismi
tonces tenla que ser un número perfecto ■ ' ., >. ,, j.
(para n = 2yn = 3se tiene que N - 6i y ■ ^ Ví , , f !g*2U
Casi nada se sabe de este matemático y astrónomo llamado Mu-
N= 28. respectivamente). Este tipo de ■ ,r ’? '■ V -*r M
propiedades dio mucho juego tanto en ■O^N^MaraBLhÉBM hammad ibn Musa al-Juansmi, excepto que trab^jó en U Casa de
las matemáticas griegas como en las ára- la Sabiduría de Bagdad y participó en las primeras observaciones
tes y latinas, y tamb.én en el Renao- * realizadas en el observatorio de Shammasiya.
miento y. de hecho, la búsqueda de estos
La nisba de su nombre, que es el término que indica su ori-
números continúa aún abierta.
La importancia de los números perfectos sobrepasa la propia historia de las gen y que en este caso es al-Juarismi (s^ju!>¿JI), remite a la región
matemáticas. En el siglo v. por ejemplo. San Agustin llegó a afirmar que si D.os de la Jorasmia, en la actual Uzbekistán. Sin embargo, en algunas
había creado el mundo en tan solo seis días, no era por nmguna otra razon
biografías se recoge la versión del historiador persa Muhammad
que la de cuadrar el número con la perfección de su propiedad. En la actuali-
ibn Jarir al-Tabari (838-923), quien le añadió un «al-Qutrubbulli*,
dato que significaría que sus antepasados eran los originanos de
la Jorasmia, mientras que él habría nacido en Qutrubbull. una pe-
queña localidad cerca de Bagdad. Además, por las fechas de sus
libros se puede afirmar que nació alrededor del año 780 y su faile-
cimiento se produjo no antes del año 850. Estudios fiables sitúan
a su familia dentro de la comunidad turca de la Jorasmia, con lo
que es probable que fuera mucho más preciso referirse a él como
matemático arabizado y no como simplemente árabe.
Como se ha indicado con anterioridad, al-Juarismi estuvo ab-
solutamente ligado a la Casa de la Sabiduría y en ese ambiente
fue un autor bastante prolífico. La primera de las obras que vale
una teoría diferencial que no dista mucho de las actuales integrales la pena destacar es su Libro del cálculo con los números indios,
definidas. De este modo, calculó el área del segmento parabólico escrito durante el califato de al-Ma’mun. En esta obra, al-Juarismi
en su Libro sobre la medida de La parábola, y el vohiroen de ua explicó el sistema de numeración posicional que utilizaban los
segmento de paraboloide en el Libro de la medida de los cuerpos indios y que fue transmitido aJ mimdo árabe en alguna de !as em-
parabólicos. También detemiinó el área de una eiipse en el Libro bajadas indias a las coites de al-Mansur, de al-Mahdi (del 775 al

33
LOS ORÍGENES OE LA ClENCIA ÁRABE
32 LOS ORlGENES DE LA CIENCIA ÁRABE
CAPfTULO 2
7SM de aj-Hadi (del 785 al 786) o de Harun al-Rashid. Sm duda
atoma. esta fue una obra de referencia dentro del crnculo cientffico
ZTrasa de la Sabiduría y sirnó de base a olros muchos tratados
similares que elaboraron los matemáücos árabes de ios siglos K
V x Este libro podría coincidir con el Libro de la adimón y la

sustracctón según el cdlculo de los indios, actuaimente perdido, La aritmética de al-Juarismi


recogido en el índice de al-Nadim.
E1 otro gran tratado matemátioo fue su Libro concreU) del cál-
culodela restauración ydela oposición, el cual también escribió
entre los años 813 y 833. Como se verá más adelante, al-Juarismi
supo siivtetizar la geometría griega con la aritmética india para
regalar al mundo la primera obra propiamente de álgebra y pasar
a Ia posteridad como el padre de esta disciplina matemática
En el campo de la astronomía, su gran obra fueron sus Ta- Una de las obras más exitosas de al-Juarismi dio pie
blas indias (.Sindhind), las cuales tuvieron una gran influencia
en la astronomíá árabe posterior, sobre todo la que se estudió en
a la introducción del sistema de nuxneración decimal
al-Andahis. Además, también redactó las siguientes obras: Libro posicional utilizado en la actualidad, Copiado de fuentes
sobre el cuadrante solar, Construcción de las horas en el plarw indias, los nuevos números reemplazaron los sistemas
de un cuadrante solar, Libro sobre la construcción de un astro-
griego, romano... y hasta el propio sistema alfanumérico
labio, Libro sobre el uso del astrolabio, Conocimiento del azimut
a través de un astrolabio, Determinación de la amplitud orti-
árabe. Esta introducción fue progresivapero,
va en cada ciudad, Determinación del azimut según la altitud, una vez aprendidos, ya nadie fue capaz de recuperar
Canstrucción geométrica de la amplitud ortiva de cada signo del las antiguas cifras que tantos quebraderos
zodiaco según la latitud.
de cabeza daban en las operaciones.
También escribió el Libro de la ccmjiguración de la Tierra,
que lo situaría en. alguna expedición patrocinada por al-Ma mun
para comprobar los datos geográficos del Almagesto de Ptolomeo;
un Libro de historia., redactado alrededor del año 826, y una De-
terminación del calendario judío.

34 LOS ORÍGENES DE LA CIENCIA ARABE


Los priineros sistemas de numeración escritos nacieron paralela-
mente a la escritura, tanto en el antiguo Egipto como en la antigua
Mesopotamia. Por lo tanto, los primeros números no se escribieron
hasta finales del iv milenio a.C., aunque esto no significa que el
hombre no hubiese desarrollado otras maneras de contar.
Desde tiempos remotos, el cuerpo humano ha sido objeto de
uso para contar, no solo las manos, sino que también se han hecho
cuentas con la cara, los brazos, las piemas, los pies, el pecho y el
abdomen. De manera lógica y por comodidad, el hombre decidió
adoptar la base 10 como referencia (con algunas excepciones nota-
bles) y esto se debe al uso general de los diez dedos de ías dos manos.
Esta costumbre fue pasando entre los pueblos e incluso se escribie-
ron tratados sobre ella. Como ejemplo, cabe citar las palabras de
Tertuliano (siglo n d.C.), quien en su Discurso apologétieo escribió:

Durante ese tiempo, hay que pennanecer sentado rodeado de un mon-


tón de pa^xíles, y gesticulando con Jos dedos para expresar los númeroa

Las primeras cifras de la historia tienen su origen en el siste-


ma de objetos que los antiguos contables mesopotámicos idearon
a finales del iv milenio a.C. para no necesitar grandes series de pie-
drecitas para hacer sus cálculos. Los contables decidieron sustituir
cada 10 giüjarros por una bolita hecha de barro, y si se reunían 6

LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMl
„ ^ giiHtituían por un cono también de barro. ontras que la lateral se correspondía con el 10 Pnr u *
'■."^presenmdos son e. 24 y el .58. A| ,mt^°de '*
el año 3200 a.C„ un «criba sumerio decidió ^
^cifras escriWS que se conservan en tablUlas cockia, de "^jTeO. *tratadel nÜmer° 24Ü(U58= 1408; aumW,e
f lftro nosicionfll p<Ktna luu-er variar e| valor de lasSras ,!Tn''la
COn Ulsmu<^as ^ ser24 ■ 6°"+38- S0.24 • «t1+58(»>. *■ *“*■«
por un cálamo ciümlrico .crmmar o en punta por uno de
^guiendo con los sLstemas aditivos de numeraciñn en el
T^OS Kn CSIC primer sistema esr nto de la hrstona se repre.
t¡»uo Efópto “ desarrollo ,u,a numeración basada en e¡fras ¡e„;
sentaron las rifras 1. 10. «0. «*». ^|<lp 0'«“ < ada ghlica-s <|Ue represeri.aban 1. 10. 10*. 10-, 10'. 10-y 10» mR„ra 3).
XZo se escribía a partir de la repeünón <le las rmsmas. El , „
,, unúlad se sin,bobzal>a mediame ,u, p,siueft0 trazo verUeal- ia
coriespondía con una peqtteña muesca «ridruda en la an-IIU, Ini,.n.
L,.,.,uv m.sliante ,ma espeoe d<> l J mvenkla; b, centena, medumte
trfisoiie el 10 era la marca del manRo cilmdnco del ralamo (fÍK.,1-.. 1
um,<>spirid. el I Oriri. con iuu< flor de loto; el ÍO(KK), eon undedo;el
P ‘ epresenlar e,se hacía una muesca mayor <|.ie la
lOt/UOO. Cf»i» tina r¡um o rciuu*iu\jo, y Uniilmente, un honibre ado-
v el «00 era una combinación de un 00 con un 10 ...
rajul«' *d re|*r«'M*nlaba el tniUón.
Piira ei 3600 se marcaba un círcuio mayor que el M) y para el :Ui,KK)
l on ei liwnpo, l«ri «*mtiUls dcsarrollaron la escrltura jeroglí-
se combinaba im 36U0 con un 10 «rabado en su interi»»r.
fl,-a lu*4 W u eM-ntura hu-ratica y aparederon nuevas fomrns pHra
Si se quería e»’ríbir el número 167, se tenia en cuenta la »k»ui|.
i,„ numerrr». d«- n»-lo «iuc se < rcaron símbolos específicos puru
dad l67®2-60+4-10+7 y, por lo tanto, se represenlalvun ¿ ntrd!i
I ; j 4 . 10.3) Jl>. 40.... 100.200, ;UK). 400...
60,4 cifras 10 y 7 cifras 1. |3 Msifina «U* n«»iiK*riü »«»n miis aniupio di» la anliKua («recia fue
tJ4W. m* .•«*!»*- **coroo -h»T«Mli;uK»«. di'bidoaque fueel hLstoriador
H«t«mIuuk» i MiO*» n-ra) **• qu«* <k*sí nbió por priniera vez una serie
j*. \uiuras uUluarfae» i*ara «*M nl»ir los immeros cardinales, Kn
DISTINTOS SISTEMAS DE NUMERACIÓN ANTIGUOS
sisifiiu». c**la *ii»iit«MlLsijnio <k* la unidud se corres|»ondía con
L, («runera k'tra <k*l iuuinto qut» n‘pr«*sental»a.
Hacia el año 2000 a.C., los mesopotámicos d€»eidier<»n simpliflcar
su sLstema ai’caico y pasar a la escritura cuneiAim»**. en la • ,»!•* I**
ílr/ Uk j
números también se simpliflcaron al bosarae tan solo en la «*xisten* R»cri*s«m»ció«
d*l númvro
cia de las cifras l y 10. Conservando la anti^ua IxLse 00. los es» nln» 24,58 *n ci+M
niesopotámicos ideiuon una especie de sLstema sc-mqHisu ionaJ. en curi*i«orm#l

él. las cifras teiüan distinto valor dep<'n<iien<lo de la i>« *sick »n que »hii- r*ota* i
R*0<*MiiUCMri
paban. Por ejemplo, en la figura 2 se aprecian inicialineitie »los upoe Ó* '•> Cl*M
•9PCIM
de muescas. La muesca vertical es la que servia |Kira represenlar el

Hl«« wiiUiliXi
á» lU C>»rM
KCÜMI
m^tepocánxM

58 iA Of A4.-AJAH»SM1
s giSTE^AS DE NUMERACIÓN EN BASE 20

v.i.n como se ha visto, las bases 10 y 60 fueron laa


S' Histmtospi'eblos de la anügüedad, hay referenci¿ntteh,aSPOr
106 f 20 que vale la pena señalar. La primera de ellas es ^

To eran los puntos y los Uazos homontales, cuyo valor equiv^


?nun»s- Deestemodo, el 2 se representaba con dos puntoed .3!
Jes y el 4 «m cuatro. Uegados al S, escribian una linea hórizon^
“Tconservaban debqjo de un puntó para representar el 6 deton
Para representar las cifras 50, 500, 5000 y 50000, los griegos S dos puntos para el 7, de tres puntos para el 8 y de cuatro puTos
superponían el O con A, H, X y M, respectivamente. ° el 9. E1 resto de numeros hasta Uegar al 19 se conformaba de
Otro sistema fue el alfabético sunple, el cual sema para re- manera simüar a los nueve antenores, medrante una combinación
nresentar los primeros 24 números naturales con las 24 letras del de unos y cincos (flgura 4). Conviene señalar que los únicos núme-
alfabeto- A = 1. B = 2, T = 3, A = 4.., Q = 24. E1 griego tuvo su origen ros mayas que se conseivan no tienen nada que ver eon la aritmétíca
en la adaptación que se hizo del alfabeto fenicio en el siglo k a.C, y simplemente registran datos numéricos Ugados al calendario y a
después de realizaf las modificaciones necesarias para que todos sus la astronomía
fonemas se correspondieran con una letra En un principio, se desa- Es importante destacar, asimismo, que Ios mayas, paramarcar
rroiLaron diveisos alfabetos locales, pero en el siglo v aC. la variante ej valor posicional de sus cifras, inventaron un símbolo para denotar
oriental de Mileto se impuso como obligatoria en la admirustración la ausencia de las mismas (el 0), con lo que se trata de un ejemplo de
de Atenas y, de allí, pasó al resto de las colonias helenas. Poste- un sistema posicional en base 20.
riormente, Ias conquistas de Alejandro Magno (356 a.C.-323 a.C.) Las lenguas indoeuropeas — 6~-—
hicieron deJ griego el idioma común de la ciencia y de la literatura de también conservan reminiscencias o i 2 3
todo el Imperio macedonio y, junto al latín, llegó a constituirse como de alguna antigua base 20 que con- • M M4
linffuafranca en el Imperio romano. Es necesario señalar que este vivió con la base 10. En francés, '+Zl?
tipo de numeración alfabética solo fúe usado en algunas listas conta- por ejemplo, Moliére utilizó six
blesy para la numeración de páginas en libros y documentos como, vingts para decir 120 en El bur- 5 6 7 8
por ejemplo, los 24 cantos de ia Itíada y de la Odisea de Homero. gués gentiihombre y, en la actua- - - • _M ,
En este breve repaso, no se puede olvidar la numeración ro- üdad, 90 aún se denomina quatre-
mana, basada en las letras I = 1, V = 5, X = 10, L = 50, C = 100, vingt-dix, y 91, qua tre-mngt - onze,
D = 500 y M = 1000. AJ igual que las cifras griegas, estos numerales etc. También encontramos otxos 10 ”
no penrütían hacer cálculos con faciüdad y, por este motivo, tanto ejemplos en el inglés y el danés. * - — —-SS
en Grecia como en Roma, y también en la antigua Mesopotamia, los E1 presidente Abraham Lincoln
cálculos se hacían sobre tableros y ábacos. Los números romanos se empezó su discurso en Gettysburg is 16 w is
utilizaron fundamentalmente en documentos adnúnistrativos y de con rnfourscore and. seven years —— éé- éé*
contabiüdad y, pese aque se vieron relegados a un papel secundario old... para referirse a 87 años ~ — " " —
en ia Edad Media, aún se siguen estudiando en las escuelas. atrás. La palabra score signifícó ______——

40 LA ARITMÉTtCA DE AL-JUARISMI
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
20 en inglés anüguo y el mismo Wiiliam Shakespeare la utüi2ó
distintas ocasiones en sus grandes obras. En danés, el número 50
se denonúna halvtreds, como abrexiatura de halvtredje-sinds^hive
que significa el cálcuio 3-20-VÍ20, y aigo parecido ocurre COn e¡
70 y el 90. También el 80 se denomina^rs, defirsi ndstyve (4.20)

LOS SISTEMAS DE NUMERACIÓN ALFANUMÉRICOS

EL SISTEMA DE NUMERACIÓN INDIO


Los sistemas alfanuméricos son un sistema de numeración en base
10 que utilizan como ciñas las mismas letras del alfabeto de su
KI origen indio del actual sistema posicional decimal es indiscu-
idioma En consecuencia es un sistema aditivo que se fundamenta
tible E1 propio al-Juansmi empezó su crucial tratado aritxnético
en ir poniendo letras distintas, cada una de ellas con su valor asig-
avisando que iba a «exponer la forma de calcular de Ios indios con
nado, de modo que la palabra resuitante tiene el valor equivalente
la ayuda de nueve caracteres y mostrar cómo, gracias a su sencfflez
a la suma de los vaiores de cada una de las letras.
y concisión, dichas figuras pueden expresar todos Ios números*
EJ primer sistema de numeración de este tipo del que se tiene
De hecho, cuando al-Juarismi tuvo noticias de este nuevo sistema
constancia es ei griego, cuyo uso se remonta a algún momento
de numeración, las matemáticas indias dominaban absolutamente
entre los siglos vniyv a.C. Se utilizaron ias 24 letras del alfabeto
sus cifras y se permitían jugar con ellas. En efecto si, por ejemplo,
junto con la letra sampi y los signos arcaicos digamma y koppa:
se consulta el Ganita-Sara-Sangraha del jainista Mahavira (ca
850), tratado de aritmética, álgebra y geometría en el que este ma-
1 = A 10 = 1 700 = P
temático hizo una revisión de obras anteriores de Brahmagupta
(N
o

US

2=B 200 = Z (598-670), se encuentran ciertos números curiosos que sirven de


il

3=r 30 = A 300 = T resultado a la gran variedad de problemas que ilustran el algoritmo


de la multiplicación de números naturales. Por ejemplo:
40 = M 400 = Y
II

5=E 50 = N 500 = 4> Escribe el número 142 857143 y multiplícalo por 7 y luego di que es
6=5 60 = Z 600 = X el collar real.
7-Z De forma similar, 37037037 se multiplica por 3. Encuen&a el resultado
70 = 0 700 = ‘P
que se obtiene de multiplicar este producto otra vez para obtener múl-
8 = H 80 = n 800 = Í2
tiplos del mismo con un 1 como el primero y un 9 corno el úldmo.
9=6 90 = 9 900 = > Las cifras 7, 0, 2, 2, 5 y 1 se escriben partiendo de las unidades; en-
tonces este número multiplicado por 73 también se podrá denonünar
Las lenguas que adoptaron el alfabeto griego como base, tales collar.
como el copto, el georgiano, el latín o el gótico, también tomaron
el valor numérico de sus letras. La misma influencia se traspasó Los resultados respectivos de estos tres cálculos son
al alfabeto árabe ya desde el siglo vn, probablemente a causa de 1000000001,111 111111 y 11111111,yestetipodenúmerospone

42 LA ARITMÉTICA OE AL-JUARISMI 43
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LOS QUIPUS
CadHeterrn¡nada contabilidad expresada en
Desde tiempos de los antiguos griegos, como mínimo. los nudos han acompañado a upa Tlcimal. Si. por ejemplo, se quiere repre-
\a humanidad como sistema de cómputo. Herodoto (s.glo v a.C.) cuenta que el rey baSf rel número 1527. el quipucamayoc agru-
Darfo I de Persia (del 522 al 486 a.C.) confió la defensa de un puente a unos soldados sent3 siete nudos en la parte baja del primer
qriegos aliados. É1 siguió su expedición y les dejo una correa con 60 nudos con |a paba . dos más encima de los siete anteriores
orden de ir deshaciendo un nudo cada día. Si al deshacer el ultimo nudo Dario no C°representar las decenas. Dejando una dis-
habfa vuelto, entonces los soldados podían abandonar el puente y volver a sus casas. para¡ ¡gual a la que había entre unidades y
Un sistema similar de anudado se utilizaba en la antigua China según el Ubro de las ta nas. agrupaba cinco nudos encima de las
transformaciones (Yi Ching). escrito hacia el año 1000 a.C., en el que se relata que los deCenaS y. finalmente, un nudo cerraba la
hombres «eran gobernados mediante el sistema de cuerdas con nudos». En la tradi. dece propuesta. Una vez reallzado esto, po-
ción judia. los hombres deben llevar un chal llamado tsitsit para su plegaria matutina, 2*® cpauir con otra cuenta en el siguiente
que tiene unos ribetes entre los cuales se anudan los cuatro cordones de los extremos
en un total de 26 nudos (ya que 26 es el valor que tienen las cuatro letras del nombre Pste sistema aún se utiliza en las montañas
de Vahveh: n = 5.1 = 6, n=5. ' = 10). Romanos. palestinos. árabes, y en definitiva. muchos dinas de Bolivia y Perú. En el siglo xtx, los
puebios vieron en las cuerdas un recurso fácil con el que retener sus cálculos. Sin nastores peruanos llevaban consigo un quipu
embargo, los pueblos precolombinos son los que nos han enseñado mayor constan- orovisto de cuerdas blancas y verdes para
cia de su uso. a través de los diversos restos arqueológicos encontrados y los testigos contabilizar el ganado ovino y el bovino, res-
directos españoles del siglo xvi. pectivamente. Dentro de las cuerdas blancas.
Quipu es una palabra inca que signiflca «nudo» y no es nada más que una cuerda la primera servía para contar carneros, la se-
gruesa principal en la que se anudan cuerdas más finas, de colores distmtos. agru- gunda para contar corderos, la tercera para las
padas en manojos. En el Imperio inca. la administración central disponia que en cada cabras. la cuarta para los cabritos... En las ver-
aldea debia trabajar un quipucamayoc («guardián del nudo») que se encargase de des. la primera contaba toros; la segunda, va- Imagen d* un qulpu confactíonado »rt P«iú
la confección de los quipus. Este administrador se encargaba de la supervislón de cas lecheras. etc.
los inventarios y los censos que luego se enviaban a la capital. A pesar de que las Hoy en di'a se hace uso (aunque cada vez me-
cuentas debian realizarse de memoria o con los dedos de las manos y de los pies, nos) de un segundo sistema basado en el chimpu, que consiste en un manojo de cuer-
los quipus servían de ayuda para registrar los resultados de los diversos cálculos das anudadas por uno de sus extremos. Los pastores bolivianos y peruanos anudan
planteados para calendarios, estadísticas, contabilidades, etc. Cada quipu era dís- los números de sus cuentas agrupando, dentro del nudo, tantas cuerdas como orden
tinto a otro en lo que respecta a su significado y para ello, los Incas utilizaban cor- decimal tenga la cifra dentro del número. Por ejemplo, para expresar el número 7825
deles de colores que representaban distintas cosas. el amarillo se utilizaba para = 7 101+8 • 10J + 2 • 10' + 5 • 10°, se agrupan siete nudos en la parte superior del manojo,
contar piezas de oro; e! rojo, para víctimas de guerra; el blanco. para el dinero ... abarcando cuatro cuerdas; ocho más debajo de los siete anteriores, abarcando tres
aunque podian tener más signiflcados. También el tipo de nudo adquiria diferentes cuerdas; dos más equidistantes, abarcando dos cuerdas y, finalmente, cinconudos
significados. més en una sola cuerda.

de manifiesto el interés que tenía Mahavira en las fonnas y propie- E1 cero era de uso común ert las matemáticas indias del siglo h
dades numérieas. Además, hay que tener en cuenta que la aparicion y aún es posible retroceder más en el tiernpo para encontrar a Ji-
de los mimeros palindrómicos, es decir, de los números que se nabhadra Gani (siglo vi), quien expresó el numero 224400000000
leen igual tanto del derecho como del revés, solo es posible en un coitvo «veintidós y cuarenta y cuatro y ocho ceros».
sistema de numeración posicional. Para el número 12345654321, E1 uso del sistema posicional no se limitó al ámbito estricta-
Mahavira se refirió a él como la cantidad «que empieza con un 1 y mente matemático, sino que estuvo presente en la vida cotidiana
temiina con un 6, y después disminuye gradualmente». dGsde, como mínimo, el siglo vl se conserva una carta de donacion

44 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMJ UAARlTMéT.CA06AL-JUAfilSM.


del gobemador Dadda ffl de la región del Giyarat datada en 346
la era Chhedi (equiv'alente a nuestxo ano 594) escnta en cifras pogj.
cionales autóctonas. Sin embargo, la representación de los númer0s
en la India no empezó como sistema posicionaJ y, tal vez, fue la ne.
cesidad de verbalizar grandes numeros lo que ímpulsó este avance
tan sigmficatávo. En efecto, en los antiguos manuales astronómicos ^■kanim"
indios los Siddhantas, para calcular la posición de un determinado
planeta en el cielo con la hipótesis de que gira alrededor de la Tierra whadaai»
con movimiento circular uniforme. sus autores ofrecían proporcio-
w»losnúm«o,
nes entre grandes números, correspondientes a los ciclos completa- 1
•ür* v sII»b.

dos en un cierto tiempo. Por ejemplo, Brahmagupta determinó qUe


Una ilu«rael6n
los ciclos del Sol y de la Lima eran de 4320000000 y 5753300000 **• trabajcs
astronrSrnlciH
revoluciones, respectivamente y, para referirse a eilos, escribió: al-Biruni,
«xdJIc»
•as diferentas
íases ae l» Luna.
[...] las revoluciones del Sol medio y Mercurio y Venus son siete
ceros. dientes y Vedas. {.-1 Las de la Luna son iguales a cinco cielos,
calidades, calidades, flechas, sabios, flechas.

En este sistema de «números-objeto», cada número se ve


sustituido por una palabra sinónima que lo recuerda. Los Veda,
por ejemplo, el conjunto de textos sagrados hindúes, se dividen
en cuatro grandes secciones (Rigveda, Yajurveda, Samaveda y
Atharvaveda) y solo por ese motivo, su nombre es equivalente al
número 4. Este 4, seguido de los 32 «dientes» humanos y de siete
ceros, explica el número 4320000000 y, del mismo modo, el 0 es el
«cielo»; ei 3, las «calidades»; el 5, las «flechas» y el 7, los «sabios».
Este sistema data del siglo ra y fue utilizado en un texto astroiógico
copiado de algún original griego en el año «Vishnu, gancho, Luna».
Como de dios Vishnu solo hay uno y lo mismo ocurre con la Luna,
y el gancho hace referencia a su forma para emplazar al lector al
9, el año de copia es el 191 de la era Sakka o, equivalentemente, e!
año 269 d.C. Este sistema aún seguía vigente en la Lndia en el siglo
xi a tenor de la radiografía de esta región elaborada por al-Biruni
(973-1048) en su Historia de la India (ca. 1030):

Cuando ellos tienen necesidad de expresar un número compuesto


1 Li- jjj)
de varios órdenes en sus tablas astronómicas, io hacen mediante

46 LA ARITMÉTICA OE AL-JUARISMI LA ARITMÉTICA DE AL-JUARlSMI


47
nalahras cononetas para número fonnado por uno o dos ^ f ,rir^e a los primeroa números naturales y <res-unc^M_ .
n’f' nlT uatro-uno» era el nombre de 14236713 1Pte^is-
L* i'ara < ada uno de ellos han elegnlo una nerta camidad do trfS-d0^
‘ con el fin de q«e. si ha> al^.na dificmltad |>ara su uar una de eUas
en .ui lugar concreto, se puecia sustituir por otra más sencilla. rORj.
da entre sus hern.anas de signirica<h-». Brahmagupta tüce: «Si qUjer^
escnhir el l. expresaio a innes de algo que sea univ o. como la Tierra
wDe numero indorum» de al-juarismi
o la Una: as.muuno. puedes expmsar el 2 mediame algo que exLsta
en nurnero de dos. como el negro y el blanco: 3 med.ante lo qUe ^atado sobre el sistema posicional decimal indio fúe una de las
forma una ivunión de tres: el 0 con los nontbres del cielo». fjTeras obras sobre este tema que se escribió en Bagdad, a t*Z
C influencia que ejercio despues entre sus contemporánel
CHro SLsfema numérico semiposicional fue descrito por Arya. ^ulmanes. La tradicion historica árabe cuenta que el médico
bhata 1 (siglo v) en su Aryabhudffa, en el que 25 consonantes «var- ndio Kanka fue nombrado embajador en la corte de al-Mansur v
pa, reprcsentahan los números del 1 al 25. y otras ocho consonan- fue viajó a Bagdad con diversos manuaies científicos indios entre
tes «no varga- represeniaban los números 30. 40, 50, 60, 70, 80, los que Uevó un libro sobre el sistema de numeración posicional
90 y 100. Para indicar el vaJor posicional de las cifras, las vocales Muhammad al-Fazari (activo hacia 800) fue el autor de la primera
sáiisí'ritas se dí‘bian escribir tras las consonantes, de modo que las tjaducción al árabe y esta sirvio de base sobre la que debió trabgyar
nueve vcM-ales situadas tras una consonante «varga» representaban alJuarismi para reproducir su Libro de la adixri&n y la sustracción
laspotencias 10“. lth. 10\... y 101".y situadas tras imaconsonante según el cálculo de los indios, actualmente perdido.
«novarga» representaban las polencias 10\ 10*, 10s,... y I01'. De Todo lo que se sabe de esta obra tan determinante dentro de la
esre modo. Aryabhata I representó los ciclos astronómicos me- Iiistoria de Jas matemáticas es debido a diversas ediciones árabes
diante combinaciones impronunciables de sílabas. escritas poco después, y a las distintas traducciones latinas medie-
Asi pues. se puede dar por hecho que ei sistema posicional vales que se redactaron en Europa Abbas ibn Flmas (m. 887) lo Üe-
decimaJ surgió en la India en aJgún momento del siglo vi con Ia vó a la corte de Abderramán II en Córdoba y a través de al-Andalus,
creación de tin «cero» necesario. Con ia carta de 346 de la era se atribuye a Adelardo de Bath (ca 1080-ca 1150) o a Juan de Sevilla
Chhedi, hay constancia de la escritura del sistema posicionaí, pero (activo hacia 1135) una primera traducción latina con el títuio Algo~
se ha de pensar que «seis-cuatro-tres» debió de ser la manera en Ia rismi de numero Indomm. La sigue una traducción libre del propio
que se dec'ian Jos números oraJmente en mercados, bazares y, en Juan de Sevilla titulada Liber aigoñsmi de practica arismetrice.
definitiva. en la vida diaria ¿Qué pasaba, entonces, cuando tenían También se atribuye a Adelardo de Bath la correspondiente traduc-
que referirse a un núniero conio el 104? Los antiguos astrónomos ción del Liber ysagoga t'um alchorismi in artem astronomicam
indios resolvieron eJ problema utilizando ia palabra sunya, que a magistro A. compositus, avmque este «Magister A» bien podría
significa «vacío», con lo que el 104 se debió de convertir en algo así referirse a algimos de los traductores judíos más activos de la pe-
como «Veda-vacio-Tierra». EJ siguiente paso se debió de producir nínsula Ibérica en el siglo xn, como el oscense Moshé Sefardí (ca.
en el momento en que fiie necesaria la simplificación cle este mé- 1062-ca. 1140), también conocido con su nornbre Jatinizado Pedro
todo coloquiai que hacía que cada cifra contara con un gran elenco Aifonso, el navarro Abraham ben Ezra (1089-ca 1167) o el cordobés
de palabras que la representaban. Asi, en el tratado de cosmología Abrahain ibn Daud (ca. 1110-ca. 1180). Además, en la biblioteea de
titulado Las pwrtes del universo (ca 458), su autor jainista deci- la Universidad de Cambridge, se conserva ima copia del siglo xni
dió utiiizar tan solo las palabras que habitualmente servían para otra b'aducción latina que no está terminada y contiene muchos

48 LA ARftMÉTICA OE AL-JUARISMI
49
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
E-e nue« Algorúmi de »»mm> W,™m fu,- «Mi,a«|«, , ,nlpozam« a 'a der«ha ripl ^ritor y ponomos .
lltínr. uii 3D ™la SPgunda a la mtuif'rda dol que w ha en P^er
!X*. p°re* MllassanT (1821 1884 >«
ol Uberalgorism, d,pn,rtn-aan,mPlr,re. ' !a lercera, cada número on su posieién, ea decir faZ*!’ 300
fLe mamw-riw do la l nhvisklad de < ambndge ompiPte Cotl .„ posieión de las unidades. que es la pránera, las decenasenf“ ™
,«„ .Dini AlKoriani*- tms ol qno áex-nbv ol snaoma <io numomn,m de las decenas. que es la segunda. las centeaaa en la " ^
nosk'KHuU comonzando con las nvn-xo ciffas indias 1.2,3.4.5. (i, 7 las eentenas. que es la rárcera Y la representadón es la stguieat
¿v 9 que ár.en para oxpiesar las umdados. Para roproseniar ias
doconas. ias mismas cifras colocadas a la izquiorda de las unidados Píira ver hasta qué punto el nuevo sistema indio eia melor
jndican 10.20.30... y k> mismo «’uno con las eentenas, imidados de oualqtáer otro hasta ™tonces, akluansmi utilizó la lepiesentión^
nuL etc. Es docir. para escribir el munero 32o: 1SÜ703061492863 (srn utilizar los puntos separadores), que se dtó

KBU AL-RAVHAN MUHAMMAD AL-BIRUNI (973-1048) que peseis un gran sextante con el que Se dedicaba a estudiar los tránsitos del
po, el meridiano. Entre ambos. corng,eron los errores en los datos obse^'^
Al-9injn.es unodelosmarematicosyastrono- ■ que se habfan cometido anteriormente. vacionates
mcs musoimanes mas proilf.cos Oe la .•'istona Su ■ J
n* ' ‘ Al-Biruni anotó una observación de un eclipse de Luna en mayo de 997 oue in
trabaio abarca cas. 150 tratados con un tota> de U ’ff -.-f m , " en Kath. Esta observación estaba pactada con Abu al-Wafa al-Buzyani (940 qqa?
mas de 13000 oágmas en lo aue constituye una K. ’’ quien, habiendo realizado la misma observación desde Bagdad, pretendia determin¿
de las otxas mds importantes dentro de ia ivsto- ^ ladiferencia de longitud terrestre entre ambas ciudades. También. las dedicatorias de
na de la oenca medieval En el amtHto matema- V
sus libros indican sus conexiones con otros patrones y mecenas. Asi. una de las obras
tco. ai-B.run, hizocantnouciones med'tas como B/
de esa etapa está dedicada a ibn Rustam, gobernador de Guilán (a orillas del mar
ei uso de la .nterpoiac.on cuadratica Dara aproKi- r:' ■ *1 ,, 'y ,
Caspio), Los contactos de esta provincia con la vecina y poderosa Gorgán leabrieron
mar vaiores »ntermed.os de tabias tngonometn- p éf
las puertas de esta región y de su gobernador Qabus. a quien dedicó su Cronotogía
cas. c«rtas sumas oe senes rvumencas o su ana- fc ff • ■ a;■ *
Al-Biruni se desplazó a Gorgán, donde siguió trabajando como astrólogo disciplina
l»sis de >os números irraoonaies Por otro lado. B j *"
dentro de la que, antes del año 1004. ya habia escrito tres tratados. También hab.a
escnbó sobre las construcctones geometncas L
redactado un tratado sobre el sistema de numeración posicional decimal, uno de
con regia y compas. proyecciones estereograh- 1
astronomía, otro sobre el astrolabio y dos de historia.
cas, trigonometria plana y esfenca, secoones I. f 'v \
En la primavera de 1004 volvió a la Jorasmia. donde Ali ibn Ma'mun había ascendido
cómcas. antmetica y áigebra. L -
al trono y se reencontró con su maestro Abu Nasr Mansur. Su trabajo y reconocido
Naodo en un peaueho puebio cerca de Kath. en
ia región de la Jorasmia. sus pnmeros ahos de i ■ ■iJTi?'1'»" — ta ento ueron recompensados e incluso se le permitió construir un instrumento para
vioa estuvieron ligados tanto a Kath como a la hacer mediciones precisas de los tránsitos del Sol por el meridiano.
ciudad de ürgench y a sus estudios bajo la tuteia vontacto de al-Biruni con la India se produjo tras la invasíón de la Jorasmia de
dei matemático y astrónomo Abu Nasr Mansur (ca. 970-ca 1036;. prínope de la fa- atad™0 ^a2n' en Pr°t>ablemente. al-Biruni fue prisionero y su vida se vio
milia gobemante de la Jorasmia Asi. sus pnmeros trabaios se desarrollaron bajo el nofT)9 3 3 vo*untac* ^el nuevo gobernante. Pese a ello, al-Biruni trabajó como astró-
mecenazgo reai, hasta que en 995 un goloe de estado deposo a los Banu Iraq y tuvo Asi fu ^ astrol°90 en la oorte y acompañó a Mahmud en sus expediciones a la India.
que huir de Bujara. historf C,°mo lle9¿* a ^o^P'iar su Hístoria de la India. en la que estudió la geograffa,
Privado de las facihdades de su juventud y siendo ya un astrónomo competente que pais ve °n^Ua' *lteratura- filosofía, medicina, religión. astronomia y mateméticas del
habia escrito diversas obras. Payy (cerca de la actual Teberán; fue su siguiente cJes- No Mas'^d La muerte de Mahmud terminó con su reclusión y, bajo el mandato de su
tino. Allí coincidió con Abu Muhammad al-Juyandi (ca. 940-ca 1000). un astrónumo su vida VU* ' ^desPues de su nieto Mawdud, parece que pudo disponer libremente de
ra ajo, aunque el nuevo mecenazgo lo siguió atando a la corte gaznávida.

LA ARlTMÉTiCA OE AC-JUARISMI

LA AR/TMÉTICA DE AL-JUARISMI
SesigueconlaciJradelascer.tenasycomon
[...] un mll de miles de mües de imles de miles en cinco veces, [ i
4 ei 6 dei 0, se toma una unidad del 9 y se nmiSble «s-
cien mil de miles de miles de miles de miles en cuatro vecés [ \
que se pone en iugar del 0. Además, se cambia ^9
y ochenta miles de miles de miles de mües en cuatro veces [...^ ^
ya que ha perdido una urüdad parapoder restarel T 8'
setecientos mües de miles de nüles en tres veces [...], y tres mU de
miíes de miles en tres veces [...], y cincuenta y un mil de nüles er,
8 4 2 5
dos veces, y cuatrodentos rrnl, y noventa y dos nñl, y ochocientos
3 6 0 4
sesenta y tres.

Continuó explicando cómo sumar y restar dos números, «po.


3 Se reitera el aigoritmo con la cifra de las decenas y CQn
niendo los dos números en dos líneas, es decir, uno encima del ' de las unidades, para obtener 8421 como resultado:
otro», de modo que las unidades estén encima de las unidades, las
decenas, de las decenas, etc. La explicación es la misma que se daría
8 4 2 1
hoy a un alumno de la escuelaprimaria a excepción de que se propo-
ne empezar Ias operaciones, no por las unidades, sino por la cifra de 3 6 0 4
mayor valor. Al-Juarismi propuso la resta 6422 - 3211, que escrtbió:
Como se ve, al-Juarismi fue borrando los cálculos interme-
6 4 2 2 dios y sustituyendo los resultados sobre las operaciones previas
3 2 1 1 y. como se verá, lo mismo ocurrirá con la división. Se ha de pensar
que en el Bagdad del siglo ix no era común el uso del papel para
operar y los cálculos se hacían sobre tablas llenas de arena, con
E1 resultado es 3 211, el cual obtiene restando 6-3 = 3 para la
lo que era muy fácil ir borrando los resultados y escribir encima
cifrade los millares. 4-2=2, para las centenas, y 2-1 = 1, para las
decenas y las unidades.
Juan de Sevilla, en su Liber algorismi depraclica arismetri-
LA MULTIPLICACIÓN Y LA DIVISIÓN
ce, incorporó paso a paso los cálculos que se han de realizar y lo
hizo mediante el ejemplo 12 025-3604:
Las siguientes operaciones son el producto y la división y, para in-
troducirlas, al-Juarismi empezó explicando la duplicación y la me-
1 2 0 2 5 diación, es decir, la multiplicación y la división por 2. Para Uustrar
3 6 0 4 la multiplicación de dos números cualesquiera, el ejemplo tomado
es 2326 por 214. Se colocan uno encima del otro, de modo que la
cifra de mayor valor del mayor número coincida con la cifra de
1. Se empiezapor las cifras de mayor valor, es decir, 12-3-9,
las unidades del menor:
el cual se coloca en lugar del 12:

2 3 2 6
9 0 2 5
2 1 4
3 6 0 4

LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
52 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARíSMI
Aunque no hay una representación explíoita hasta el 4 9 6 4 8
flnal, el algoritmo propuesto es el síguieme:
2 1 4

1. Se multíplica la cifra de mayor valor del primer factor


este caso es el 2, por ei segundo factor, que es e| 214 ^ t «erando el prore.so el resultado flnai
resultado. igual a 428. se esoribe encima del 214. se elim del segundo factor. ^ ^to encj.
el 2 del primer factor que ya se ha mulüplicado: Ina
4 9 7 7 6 4
2 1 4

En ias distintas versiones del Liber ysagogarum qüe ^


2. D segundo factor se desplaza una posición hacia la derecha .nservan se encuentran mas ejemplos para el producto
!! 10 10= 100, 300-40 = 12 000, 12-14= 168. 406-204
4 2 8 3 2 6 ^24-306 = 313344. Juan de SeviUa propone 104-206= 2h42 9
2 1 4 Con el algoritmo de la división, al-Juarismi siguió los mismos
pasos que en nuestro sistema actual, aunque la disposición de ias
cifras es aJgo distinta. E1 ejemplo que propuso fue el cociente entre
3. Ahora, la cifra de las unidades del segundo factor, en este 46468 y 324, que se escriben uno encima del otro hariendo coinri-
caso el 4, ha quedado debajo de la cifra de las centenas del dir ías cifras de mayor valor:
primero, que es el 3. con lo que se ha de multiplicar esta
última cifra por el segundo factor. IguaJ que anteriormente,
4 6 4 6 8
ei resultado, 3-214 = 842. se ha de colocar encinia del 214,
sustituyendo el 3 ya multiplicado. Sin embargo, hay que 3 2 4
tener en cuenta que encima del 214 ya hay otro número
que, una vez eliminado el 3, se convierte en el 4280. Si lo 1. Se divide 464 entre 324, obteniendo 1 como resultado. Este
sumamos a 642, se obtiene 4922, resultado que se coloca
1 se coloca encima del 4 del dividendo y se sustituye el 464
encima del 214: inicial por la diferencia 464 - 324 = 140:

1 1
4 6 4 6 8 — 1 4 0 6 8
3 2 4 3 2 4
4. Se repiten los mismos pasos: se desplaza el 214 hacia la de-
recha y se multipüca por 2, dando 428 como resultado. Una
2. Se desplaza el divisor una cifra hacia la derecha. E14 de las
vez eliminado el 2 que ya se ha multiplicado, estc producto
uttidades queda deb^jo del 6 de las decenas del dividendo.
se suma a149220 y se obtiene:
Se diride 1406 entre 324, cuyo resultado es 4 y resto igual

54 LA ARtTMÉTICA OE AL-JUARISMI
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 55
„5U,tadoS. Así. como 2 grados y 45 mmutos son l65 m
a 110. E14 se coloca encima del 6 y se sustituye el 1406
Por l°s rados, 10 n™11103 y 30 «gundos son 11430 sen,,!. u‘
el resto 110: t09'y 3,n es igual a 1885 950 tercios, que equlvalen a s^°S’
PcodUCs 5?segundosy30tercios:

10 30) 165 11430 1885950


30
(2+S)'f 3+Ó0+ 60 / 60 602 ""eo5 60 602 6()3 •

Como ya se ha comentado, el manuscrito de Cambridge es


3. Se itera el proceso. Se desplaza el 324 una cifra a la dereeha fratado inaeabado y aqui se produce una interrupción, justo
y se divide 1108 entre 324. E1 resultado, 3, se coloca encima 'Tel momento en el que al-Juansmi iba a exphcar el producio de
de la última cifra del dividendo, y el resto, 136, sustituye al frlcciones decimales y habiapuesto el ejemplo 3+% por 8+3/,
1108:

1 4 3

- 110 8
3 2 4

En el Liber algorismi de practica arismetrice aparece ini-


cialmente un recuadro similar, pero aplicado en esa ocasión al
OPERACIONES CON FRACCIONES
producto de

Tras las operaciones con los números naturales, al-Juarismi ex- 1 1 1 1 1


8+ —1—<— por 3+ —+—.
plicó el producto y la división con fracciones sexagesimales, que 2 4 5 3 9
reconocía que aprendió de los indios. Empezo con ejemplos de
De igual manera que en el caso de las fracciones sexagesima-
multiplicaciones sencillas, especificando que el resultado de mul-
les, al-Juarismi propone ahora convertir ambos números a común
tiplicar minutos por minutos son segundos; el de segundos por
denominador y multiplicar las dos fracciones resultantes, que se
minutos, son tercios... En definitiva, lo que actualmente se podna
traduce como sigue:
resumir con la fórmula

a b _ a-b Í8+I+I+iU3+I + IL^.^ = 532?4,30+^Í.


' 2 4 5) { 3 9/ 40 27 1 080 1 080
(XT 60” ~ 60m'7‘'

E1 ejemplo general consiste en multiplicar 2 grados y 45 minu‘ Llegados a este punto del razonamiento, la disposición de los
tos por 3 grados 10 minutos y 30 segundos. E1 algoritmo transíornia Júmeros de Juan de Sevilla da una idea clara de los pasos que se
han seguir;
cada uno de los números a su fracción más pequeña, y multipü^3

57
56 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
En este caso, la división de fracciones se dispone en un es-
„uema siniilar y parte de la conversión del dividendo y el divisor
¡ fr3fCiones con el mismo denommador, tras lo cual se divide el
numerador de la primera entre el numerador de Ia segunda, y se

ámplifica el resultado obtenido. Por ejemplo, si se quiere dividir


20+2/j3 entre 3+/4 ■ en eSte CaS° ei a*S°ritmo es equivalente a
calcular

Siguiendo el mismo procedimiento, Juan de Sevilla también 786.130 786


calculó el producto propuesto en el manuscrito de Cambridge, 39 ' 39 * 130 * 6+130
obteniendo 3 4 12
En el Liber ysagoganim, donde se planteael producto Para finalizar este razonamiento, en el Liber algorismi de
el relato continúa con un esquema algo distinto: 7 9 63 practica arismetrice, Juan de Sevilla utilizaun esquemaparecido
al de la multiplicación:

Recuperando el ejemplo

».
22
28+a
22

al-Juarismi (o «Magister A.») transformalos factores en fracciones


úmcas y los multiplica como en el caso anterior:

58 LA ARITMéTICA DE AL-JUARISMI
S9
LA ARITMÉTICA OE AL-JUARISMI
cALCULODELARAfZCüADRADA c, método es parecido cuando se apDca a las fracc
e¿es, con la puntuaiización deque el resuftadoesrj^
aí íuarismi continúa con el cálculo de la raíz cuadrada, qUe 2ebU más pequena sea la fracción: cxact°
cuant°
pUfca con siguiendo el siguiente algoritmo: ejer«'
S1 tü buscas la raíz de 120 mmutos, redúcelo a lo9 9
1 Separa las ciíras del 5625 en grupos de dos y empie2a obtendrús 7200, y si reduces estos segundos a cuartos o a 30°1
‘ cáJcuio con la raíz cuadrada del grupo que ha quedado f resultado será más exacto. Entonces, nosotros extraemos la raíz de
izquierda, es decir, el 56. A1 no tener raíz cuadrada 7200 segundos para hacer 84 minutos y una fracción, que, reducida

escribe 7 debajo del 6, yaque T2=49s56 y 82=64>5g. ^ en entero, se obtiene una unidad y 24 minutos.

I 5 6 2 5 I De modo parecido, se tratan las raíces de las fracciones deci-


males. Como en los casos anteriores, aWuarismi procede con un
cjemplo concreto: [—TT

2. Como 7^=49 y 56-49=7, sustituye el 56 del radicando por


hf13 13

el 7 que acaba de obtener: m


y*3 +13 “\39'

2. Para calcular la raíz cuadrada, se transforma la fracción


propuesta en otra equivalente cuyo denominador no esté
afectado por la raíz:

3. Se dobla el 7: /94 _ Í94-39 _ >/3666


\39 39-39 * 39 ’
3. Se calcula la raíz cuadrada del numerador tal como se ha
explicado para los números enteros: V3666 - 60 + una frac-
ción menor. Por lo tanto:

4. Ahora busca una cifra tal que, puesta detrás del 14 y mul- V3 666 _ 60_] + 21
tiplicando el número de tres cifras que se obtiene por esa
39 ~39~ 39'
misma cifra, dé 725. Es decir, determina una cifra x tal que
«Magister A.» y Juan de Sevilla también añaden que, si se
(140+j?)-#=725. En este caso, x-5, yaque 145-5 =725:
quiere obtener mejores resultados, lo único que hay que hacer es
afíadir parejas de ceros a la derecha del número, y lo aplican al
7 2 5 cálculo de V2:

14 5
VícPa '2 000 000 ^ 1414
~lo>r~' 1000 ~1000
5. Por lo tanto, la raíz cuadrada buscada es 75.

LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LA ARTTMÉTICA DE AL-JUARiSMI
Según Abu Mansur ibn ai-Tahir al-Bagdadi (ca. 980.10371 «xagesixnal, mediante el abyad. En este senódo. en el „ ■
su CumpUmiento del cülcuto, al-Juarismi también calcuióJ^ m® Ae aritmética arabe que ha llegado hasta n L
Pmner
cuadradas através de un método de aproximación equivaie^ 0*® _ Libro de Las secciones sobre La aritmética * ya
la fórmula actual: SSÍScibió en Damasco en ei ario 952, se iTplT,-'
Inténtico sistema decimal. La obra empieza con la T
de ias nueve cifras (que escribe conuna línea oncíJZT
¿L siguen los algoritmos de las cuatro operaciones básiT
Esta regla, que también tíene su origen en las matemáticas '¿¿o con fracciones ordinanas y con fracdones sexages^
indias, fue ampliamente reproducida en los tratados de aritmética lextracción de las ratces cuadrada y cubica de números enteS
árabes en toda la Edad Media, aunque sufrió diversas modificacio- ydefracciones...
nes quepretendieron mejorarla Abu al-Hasan al-Uqlidisi (ca. 920. y Pero el avance se produce en el momento en el que al-Uqüdisi
ca. 980), por ejemplo, la incluyó en su Libro de Las secciones sobre expüca cómo dividir un número por la mitad. En principio, si por
la aritmética india, escrito en el año 952, pero con la variación: ejeniplo se quiere calcular Ia mitad de 19, mediante la aritmética
india el resultado es igual a 9+^, que se representaría con la
fracción (sin la línea) escnta deb^jo del 9, tal como lo escribía
alJuarismi. Otro método para dividir ei 19 entre 2 es recurrir a las
fiacciones sexagesimales, cuyo resultado sería 9 y 30 minutos, que
Esta también la incluyó ibn al-Banna’ al-Marrakushi (1256- se representaban con el 30 escrito debajo del 9. Pero al-Uqlidisi se
1321) en su Compendio del cálculo. Por otro lado, Abu al-Hasan dio cuenta de algo que ni los indios ni los primeros matemáticos
ibn Ali al-Qalasadi (1412-1486) propuso: musulmanes de Bagdad habían tenido en cuenta:
r-t-l
En lo que se ha dibiyado en el prmcipio de Ios números, la mitad de
2(a +1)
uno en cualquier posición es 5 delante de éJ [Hay que tmerenmm-
ta que em. árabe se escribe de derecha a izquierda). Por io tanto, si
dividimos por la mitad cualquier número impar, pondrertios la mitad
LA TRANSMISIÓN DEL SISTEMA DE NUMERACIÓN
como un 5 delante de él, y la posición de las unidades marcada por
INDOARÁBIGO
elSÍRno sobre ella, para denotar el lugar. La posición de las unidades
se convierte en las decenas de lo que está delante de eüa
Tras la introducción del sistema posicional decimal indio en Bag-
Por ejemplo, queremos dividir el 19 por la mitad. Decimos: una mitad
dad, el mundo árabe vivió una proliferación de textos dedicados
de 9 es cuatro y medio; ponemos la mitad como un 5 delante del 4;
a esta innovación. Sin embargo, la nueva aritmética india tuvo
después, dividiinos el 10 por la mitad. Marcamos la posición de las
que coexistir con ei cálculo con los dedos, que los árabes habi^
unidades. Se obtiene 95.
heredado de la tradición bizantina. También se escribieron diver-
sas obras sobre esta manera de calcular. La implantación de las
nuevas cifras debió de ser progresiva y los propios matemáticos y pues> este fue el primer uso histórico de los decimales y
astrónomos solo las utilizaban para expresar números enteros, ya sí qUe ^ no tograron un gran alcance en un primer momento,
que las fracciones se siguieron expresando con su antiguo sisto* bes Post .ÍC*eron eco eH°s algunos de ios matemáticos ára-
enores. Se encuentran ejemplos en Ias obras del citado

62
ARITMÉTICA DE AL-JUARI5MI
63
LA ARITMÉTICA D£ AL-JUARISMI
al-Bagdadi, quien escribió 08 0217 par
o de al-Samaw'al aJ-Magribi (ca. 1130-^^^a]
„ de !os compartimentos servíaparaindicar unaposición
el cálculo de raíces cuadradas. Ya en elt l,l80>» qu^N^b
C^aUn! v por lo tanto, los números quedaban eacritos según el
bizantino aparece la representación ISSik ...mética y. ^ de nomeración. Es muy difícü saber s¡ .
•ci ema a* — --sabersi esw
estetxatado
153,6 y 16,25, respectivamente, y Jamshid¡ S ocado desapercibido en condiciones normales
multiplicaba números decimales en Sarn ^Uca. ^ieSeooQ Gerberto fue nombrado papa de la IgJesia catóíica
cemos nosotros en la actualidad. <wiarcaucia tal c el ombre de Silvestre H, y todo su legado obtuvo una gran
Otro de los tratados más importantes ^ ^( con el 11. Bn seguida, el Regulae de numeronim abaci ratio-
meración posicional fue el titulado re,eV^' objeto de un comentario a cargo de Herigerus de Lob-
de Kushyar ibn Labban (971-1029), el cual s °S nibVS j007). y de 1103 edición del francés Abón de Fleury (ca.
los manuales imprescindibles dentro del m* beS W) Además, el ábaco fue descrito en otras obras como el
a Jione de Lorenzo de Amalfi (m. 1049), el Regulae, quali-
los casos anteriores, Kushyar presenta las nu ° ^
De iitiplioationesfiant in abbaco de Hermann de Reichenau
ff» v» A y ** y Presenta el cero como el
poner cuando no hay cifra (al Juarismi no l0 había°H° qUe S ^itl054) ° el Regule abaCÍ de Ade]ard0 de Bath- °tras muchas
(1° n redactadas a lo largo de ios siglos xi, xn y xrn en Bélgica,
mente). De hecho, utilizó la palabra árabe sifr
Sicia, Italia y Alemania.
«vacío» y que proviene de la traducción de la
En la península Ibénca, por su parte, el judío Abraham ben
En la Europa latina medieval, la península describió las cifras indoarábigas en su Libro de la unidad, y
de las principales vías de transmisión del nuevo el Libro del número expuso el sistema posicional.
meración, ya que las traducciones más importantesderhl^ Otra de las obras que incidió de manera determinante en el
al-Juarismi al latín se hicieron allí. Un dato importantea^en^ uso extensivo de las cifras indoarábigas en los mercados y comer-
cuenta es que la primera representación de las eiíras indoar¿ cios fue el Liber abaci (1202, reescrito en 1228) de Leonardo de
gas que se conserva está contenida en el Codex vigUUm,uq pisa, más conocido con el sobrenombre de Fibonacci (ca. 1180-ca.
compilación de documentos anteriores escrita en elaiio976por¿ 1250). Fibonacci pasó su infancia en la localidad argelina de Bugía,
monje Vigila, en el monasterio de San Martín de AlbeldaOnai donde muchos de los maestros andalusíes llegaron huyendo de la
las figuras importantes de este proceso de transmisiónfue!a« cruzada cristiana en la península Ibérica. Su padre, un rico merca-
francés Gerberto de Aurillac (ca. 945-1003), quien viajóate derpisano, decidió ponerle un profesor local, con Io que el joven
lona en el 967 para pasar tres años en la corte del condeBoMf Leonardo enseguida aprendió el nuevo sistema de numeración.
(del 947 al 992). Durante esta estancia, Gerbertodebiódew Tras viajarpor Egipto, Siria, Grecia, Siciliay la Provenza, Fibonacci
por tierras musulmanas y entró en contactó con lasmatemica se estableció en su Pisa natal, donde redactó esta introducción de
las cifras indoarábigas:
y la astronomía árabes. Probablemente, debió de quedai W
sionado por la sabiduría de los vecinos andalusiesy,«‘»
Las nueve figuras indias son:
vuelta en Reims, pidió a sus contactos catalanes ^
obras sobre estas materias traducidas al latin- nnJRer^t
987654321
mación recibida, Gerberto redactó una Regu
abaci ratiombu¿ hacia el año 980, obra en ametai en el -on estas nueve figuras y con el signo 0 que los árabes denominan
nuevo tipo de ábaco de 27 compariimentos grat^ zephirum, cualquier número puede ser escrito como demostraré.
depositaban fichas con las nueve cifras m

LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 65

LA AR(TMÉTiCA OE AL-JUARISMI
Un número es U suma de uiüdades [...] y mediante su 5um .edo también se convirtió en el pretexto de h
números se incrementan sin fln. En primer lugar, se componen &te ^ia para obligar a sus übreros a escribir I09 nro 6rsidad
1#8 unidades aflueflos números entre el uno y el diea. En segu„ÍD de ceros- no se podía permitír que los ceros *Sin uti-
de Ias decenas se componen los números que van desde el $ ' ü por añadirles trazos de más arriba o abal0 p” V>rtier®
hasta el cien [...}• La pnmera posición de la escritura de los númer^ - ,0S mercados también viene corroboradapor su^élT
empieza en la derecha. La segunda sigue a la primera hacia la £ 0 htdos de distintas monedas de curso legal, que w los
quierda La tercera sigue a la segunda Y así, la figura qUe ^ Vjm sin tener en cuenta la numeración romana a! '"
en la primera posición se representa a sí misma (...) y las nueve fi U38.el reinad0 de R°ger ° de SicUia Wel IIOb'^SÍ
guras que hay en la segunda posición representan tantos dieces ^iieron los pnmeros numerales mdoarábigos sobre una i
como unidades en la primera posición; es decir, si la figura del un0 S. POCO después, los árabes se pusieron ai día utiii^ Z
ocupa la segunda posición, esto significa diez; si la figura es un dos, mptas cifras (1217) y, postenormente, también los turcos (13Sf
veinte. L progresiva implantación del sistema en las monedas <¿2
Lraate d Renacinuento y su deflmtiva adopción por los djsün.
La palabra zephirum se mantuvo entre los matemáticos italia- tos gobiemos, cuando la ciudad de Colonia en Alemania, Austria.
nos del Renacimiento y se convirtió en «zefiro», «zeuero», «zefro» Franciay Países Bajos, en elsiglo xv, y EscociaeInglaterraend
y finalmente, «zero» a través del dialecto veneciano a mediados ^dieronelpasodefinitivo.
del siglo xiv. Por otro lado, la misma palabra se transformó en la ’ Ahora bien, sin restarle la importancia que merece el Liber
«sifra» o «cyfra» de los manuscritos latinos del siglo xtii que, pos- abaci, otras dos obras fueron las que, definitivamente, introduje-
teriormente, pasó a los distintos idiomas como chiffre en francés, ron las cifras indoarábigas en Europa: el Carmen de algorismo de
dpher en inglés, zijferen alemán o «cifra» en casteüano. Alexander de Villadei (ca. 1175-ca. 1240) y el Algorismus vulgaris
E1 Liber abaci influyó mucho en los tratados de aritmética que (ca. 1230) de Johannes de Sacrobosco (ca. 1195-ca. 1256). Ambos
se escribieron posteriormente, ya que Fibonacci ofreció una larga libros fueron referencia en las primeras universidades europeas
serie de ejemplos de resoiuciones de problemas que comercian- y, a partir de ellas, se escribieron otros muchos textos sobre
tes, mercaderes y banqueros no podían obviar: anclados con sus aritmética. Alexander de Viüadei fue director de una importante
cifras romanas, el nuevo sistema les iba a facüitar mucho su vida escuela en París en el año 1209 y, a través de su introducción en
cotidiana. De este modo, tras los algoritmos de las operaciones verso del sistema indoarábigo, sus alumnos continuaron con la
básicas, Fibonacci explicó cómo resolver reglas de tres simples transmisión de su conocimiento. Los dos primeros versos del
y compuestas, cálculo con fracciones y resoluciones de ecuacio- Carmen dicen:
nes, y todo eüo usando los nuevos números importados del norte
de África. Una prueba del éxito del Liber abaci es el manuscrito Se da el nombre de algorismus [algoritmo] a este arte actual por el
anónimo escrito alrededor del año 1289 en el dialecto de la región que utilizamos las figuras mdias en un número igual a dos veces
itaiiana de Umbría, que explica el sistema posicional basándose cinco.
en la obra del pisano.
En Italia, el camino iniciado por Fibonacci no siempre fue el fr ^ar7nen traducido a diversos idiomas, como el inglés,
fácil y, por ejemplo, en 1299 el gobíemo de Florencia aprobó e s 0 e* islandés, pero pronto fue superado por la popula-
Statuto deWArte di Cambio, por el que se prohibieron las cifras ,e A^orrstri-us vulgaris, que se enseñaba en las clases que
árabes por temor a que sirvieran para estafar a Ios comerciantes- osco ^Partía en París y Oxford. Sacrobosco explica que la

LA AR1TMÉTICA DE AL-JUARISMI 67
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
palabra «aJgorismo» proviene del nombre de su inventor «ai - „tro tratado muy similar a este, pero en casteii^ ,
y atribuye a los árabes su invención, olvidándose de l0s Pi0 también trata los quebrados, las reelas ° (148e). la
Esta idea también fue ampüamente transmitida a lo larg0 d , ' SSas de falsa posición, las mezclas y aieaciones de
siglos, e incluso en los importantes comentarios que se escribi* °* j^ebió influenciar en los ambientes comercial’I tc^9Í°-
sobre e\ Algorismus vulgaris, como el de Pietro de Dacia ^
hpI siglc
siglo xiv, nunca se corrigió esta omisión. Hasta la Uegada ^ fin alemán, el Libro de aritmética (Rechenbuch) VeiPi,
primeros tratados de aritmética comercial impresos, el Alg0 °S
mus vulgaris fue la gran referencia de la ciencia de los nú^e^
en toda Europa, como muestra el simple hecho de que era üb^ {néticas pioneras. Sin embargo, las expUcaciones de los dos UbTot
de texto obligatorio para cualquier estudiante de medicina de b antcriores eran muy precisas y escuetas; además, Wagner no Z
Universidad de Bolonia, o de que en la Facultad de Artes de Viena, w autor muy didactico, con lo que muchas veces sus textos son
un alumno tuvo que examinarse de su contenido en el año 1389 poco claros. Por lo tanto, es muy probable que ambas obras sirvie-
para obtener su grado. ran como complemento de las clases de aritmética comercial que
La definitiva implantación del sistema de numeración posicio- Wagner impartfa en Núremberg. A1 año siguiente, Pietro Borghi
nal decimal llegó con la invención de la imprenta. E1 primer libro pubücó su Arithmetica (Venecia, 1484), que fue el incunable arit-
de aritmética impreso en Europa fue el anónimo Arte dell'abaco, mético más popular de su tiempo a tenor de la multitud de edicio-
publicado en Treviso en el año 1478. Escrito en dialecto veneciano, nes posteriores que se han conservado (algunas con el nombre de
su autor quería popularizar los nuevos algoritmos, aplicándolos a Libro del abacho). Escrita en dialecto veneciano, su inclusión de
los problemas comerciales. De algún modo, esta obra recogió la las monedas de Treviso, Padua, Florencia, París, Zaragoza o Sofía,
tradición italiana, que empezó con el Liber abaci y que dio multi- entre otras, deja muy clara la intención del autor de enseñar a los
tud de manuales «de ábaco» que se estudiaban en las escuelas de prósperos comerciantes venecianos cuáles eran los beneficios de
ábaco, todos ellos fundamentados en las cifras indoarábigas. Los dejar atrás la numeración romana.
siglos xv y xvi dieron lugar a muchas primeras aritméticas en las Lejos de este mundo comercial, Johannes Widman (ca. 1460-
distintas lenguas vemáculas europeas y, con todas ellas, se instau- ca 1500) fue profesor de matemáticas en la Universidad de Leipzig
ró definitivamente el sistema de numeración posicional decimal en ytambién un prolífico autor de obras aritméticas comerciales. La
Europa. A partir de ese momento, los libros de aritmética pasaron primera de ellas, publicada con el título Cálculo ágit y ordena-
a hablar de las cifras romanas como de cosas antiguas. que si bien o en todos los oficios (Behende und hübsche Rechenung auff
aún estaban presentes, pertenecían más al pasado que al presente. RavffmarischQfft') fue una obra matemática rigurosa de la
E1 Arte delVabaco sigue el esquema general que anteriormente
1489 ^^011 a P^licarse cinco ediciones, desde la primera, en
trazó el Liber abaco, el Carmen de algorismo o el Algorismvs > y hasta el año 1526. Además, su éxito sirvió para que en
vulgaris e incluye capítulos dedicados a la numeración, las cuatro ania y en el resto del mundo se conocieran los símbolos que
operaciones básicas, la regla de tres y aplicaciones a problemas
sustr • eC^° que a servir para indicar los aumentos y las
mercantiles.
mercancías de un inventario: los actuales + y -
Tras el Arte deU’abaco, el siguiente tratado aritmético pubü
linealis (u^ ^idman Que cabe mencionar fueron Algorithmus
cado en Europa fue la Suma de la art de arismetica (Barcelon^
nutiaru ^^or^^miLS integrorum (1490), Algontkmus mi-
1482) del catalán Francesc Santcliment. Santcliment fue pro eS
carum (^^a^uw (1495) y Algorithmus minutiarumphysi-
en Barcelona y, probablemente, también en Zaragoza, donde co

68 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
69
LA ARJTMÉTICA D€ AL-JUARISMI
Las obras de Borghi y de Widman no encontraron riv .flner texto matemáüco en el que se encuentran la„
Itaüa ni en Alemania, respecüvamente, hasta la llegada de ** esd nSlón», «billón», «tnüon», etc., Paranombrar
más exitosas que las eclipsaron por completo y marcaron ***
nueva época. En Italia, pese a la publicación del De artthrrJr'* 1,68 51» Uegada de‘ SÍg'° laS grandes »aciones emer°S’
, ° a su disposición la base 10 y el sistema de nurn»- opeas
(Florencia, 1491) de Philippo Calandri, las cifras indoarábigas %° los Cuales pasaron a ser indiscuübles tanto en lnTiT P°SÍ'
sistema de numeración posicional decimal quedaron establecid^ como también en ios inventanSS^
de manera definitiva tras la publicación de laSumma de arith °S imentos mercantUes. Así pues lanumeración rom Jas e “
tica, geometria, proportioni et proportionalitá (Venecia, 1494Ñ igada a convertirse en una minuscula sección de los Ubros de
de Luca Paciolí (ca. 1446-1517). La Summa es un completíSim íftiisMria de las matemáücas y a desempeñar un pequefto pape,
tratado de matemáticas escrito como libro de texto para las múi protagonista en los relojes y las fachadas de algunos ediflcios
tiples clases que impartó Pacioli en las distintas universidades renacentistas.
italianas en las que trabajó. Nunca antes se había publicado en
Europa una enciclopedia matemática similar, de modo que, sin
pensarlo, Pacioli creó la que sería la obra matemática de referen-
cia del siglo xvi. Un dato que confirma este privilegio se encuentra LA EVOLUCIÓN de las palabras cero, cifra
en la figura de Gerolamo Cardano (1501-1576), profesor en Milán ALGORITMO y guarismo
y protagonista de la polémica batalla por la prioridad de la resolu-
ción de la ecuación cúbica. Cardano, en 1539, publicó el Practica Expuesta la evolución de la numeración indoarábiga desde el AL-
arithmetice et mesurandi singularis con el único propósito de gvrismi de numero Indorum de al-Juarismi hasta el siglo xvi, vale
sustituir a la Summa como libro de referencia en las aulas mila- la pena ver cuál ha sido la evolución de ciertos términos que en la
nesas. E1 Behende de Widman, por su parte, vivió su ocaso con la actualidad utilizamos de manera natural en nuestra lengua Como
publicación del Cálculo con Líneas (Rechnung auff der linihen), uno se puede imaginar, las palabras en cuestión son «algoritmo»,
en 1518, y del Cálculo con líneas y resortes (Rechnung auff der «guarismo», «cero» y «cifra»; de algunas de ellas ya se ha hecho
linihen und Fedem) en 1522, de Adam Ries (1492-1559). En la alguna referencia en apartados anteriores.
primera, este director de escuela describió el cálculo numérico
que se podía hacer con un cierto tipo de ábaco, mientras que en
la segunda, la cual llegó a más de 115 ediciones en el siglo xvi, LAS PALABRAS «CERO» Y «CIFRA»
introdiyo los numerales indoarábigos.
Este repaso no puede terminar de ninguna manera sin pasar Como se ha dicho ya, ambas palabras provienen del árabe sifr
por otros países como Francia, donde Frances Pellos publicó en
1/aEn S*?ru^ca’ <<vacio»> traducción directa de Ia india sun-
provenzal La art de arithmetica et semblantment de ieumetna
histo ^ ^^onacc* *a tradqjo como zephirum y ahí empezó la
dich ho nominatus Compendion de lo abaco (1492). Otra de las
lengu ^ ^ ^enorrnnacion tanto del cero como de la cifra en las
grandes obras aritméticas de referencia, esta vez en francés, e
emfc>ar£°> antes de la redacción del Liber
Triparty en la scienee des nombres de Nicolas Chuquet (ca '
80 refiriQ al ^ ^011 escribió un Liber de abaco (ca 1100) donde
ca 1500). Chuquet no llegó nunca a publicarla, pero la °hra■ ®
del ^ com° sipos, que era el nombre que recibía la pieza
conocida a través de L’arismetique nouveüement composée (
^rberf00 ^Ue ^eva^a es^ cifira y que ya había sido utilizado por
de su alumno Estierme de la Roche (ca 1470-ca. 1530). La TriP0, 110 en el año 983:

70 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
71
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
jTiscribitwr in vliimo ordine etjmra .©. sipos rumine, ^
numerum nuüum signitet, Umtum ad alia quaedam utüís ’ ** \pas ta pourrons appeüer vn JRien. weuant zerx¡,
sequentibus declarabitur. 'Ul ln-
De rodos modos, como ya se ha indicado anterionnente fil
Otro de Ios nombres que se dio al 0 fue el de «círculo» 0 ■ ,0S términos «cero»> y «cifra» denvados del zephirurn
plemente «rueda», como hizo Abraham ben Ezra en Su Lib*J 10 losqueseimpusieronentodoslosidiomas.En
la unidad, donde se utilizó la palabra galgal que si ^
sS¡Sutmzó ~ rFco,después' g
Lzo10 Uamó feuero (1370). En la pnmera edición del Libro Z
«rueda» literaimente (también usó sifra [kisd]). Esta idea circuw
del 0 continuó en muchas de las obras aritméticas del sigi0 ^ ZZ de Borghi, su nombre es^firo, ouero nuüa, y después “
como el comentario de Jodocus Clichtoveus (ca. 1470-1543) a u “Ibiado por zefi.ro, ouero nulkr y por zero, ouero nuUa en Z
Aritmética de Boecio, donde leemos «nota aut circularis» 0 ^ ^ectívas ediciones de 1488 y 1540. Philippo Calandri también
cularis nota», y «figura circularis», o el De arte supputandi libri usó zero en su De aritlmwHca y parece que a mediados del s¡g)0 xv,
quattuor (1522) de Cuthbert Tunstall (ca. 1475-1559). ya había un ampho consenso sobre su nombre, tal como corroboró
Otra denominación que tuvo el 0 fue la de «teca» y Pietro de pierre de Savonne en su Arithmetique de 1563:
Dacia creía que la razón era porque ese era el nombre que tenía
la forma O de ia marca del hierro circular al rojo vivo con el que S'apeUe nuUe & enlre marchants zero.
se grababaa los ladrones en la mejilla o en la frente. Otra versión
de este nombre proviene de la similitud con la primera letra de la No obstante, la palabra «cifra» como nombre del 0 aún estába
palabra griega theca (0HKH), que se utilizaba para denominarel vigente en este siglo xvi y nos encontramos, por ejemplo, que Gas-
hueco vacío en un ábaco y que, evidentemente, se podía relacionar par de Texada, en su Summa de arithmetica practwa y de todas
con la ficha del 0 en el ábaco de Gerberto. Esta tradición llegó tara- las mercaderías con la Horden d.e contadores (1546) habla de las
bién hasta el siglo xvi, y Niccoló Fontana (ca 1499-1557) escribió «nueve letras y un cero o cifra». En el siglo xiv, Maximos Planudes
en su póstuma Tutte Vopere d'arithmetica (1592): había traducido al griego el cero como tzifra (Ttí4>pa).
Es difícil saber en qué momento la palabra «cifra» adoptó
[...] si chiama da alcuni tecca, da alcuni circolo, da altri cijra, da su significado final y se separó del «cero», ya que incluso Carl
altri zero, & da aicuni altri nulla. Fricdrich Gauss (1777-1855) aún la utilizó en sus Disquisitiones
arithmeticae para referirse justamente al 0. Así, mientras que en
Este último nulla, relacionado con su valor y cuyo paso al castellano se utiliza la expresión «ser un cero a la izquierda» para
francés y al español ya hemos visto, también fue otra de las deno- mdiear el poco valor de alguien, en la Francia de los siglos xm y
núnaciones que tuvieron éxito. Johannes Buteo (1492-ca. 1570) le ™ se hablaba de cyfre d’angorisme. También en el siglo xm se en-
asignó el símbolo 0 (1559) para denotar la idea de corúunto vacío, entra este significado en un poema escrito por el francés Gautier
aunque también admitió la 6 para distinguirlo de ia letra griega Qe Comcy (1178-1236):
omicrón. En L’arismetique nouveUement composée de De la
che, el 0 también se denomina nuU y lo mismo ocurre en la mayo03 na bestía con cuernos, una oveja,
de tratados aritméticos alemanes del siglo xvi. Por lo tanto, no son
^cifiadelalgoñtmo,
extrañas las palabras que Jacques Peletier (1517-1582) escribio en
s ^ moqje, que en el día festivo
su L arithmetigue, refiriéndose al 0 como rien, o sea, nada:
Ce ebra Ia Madre Santa.

72
t-A ARITMÉT'CA DE AL-JUARISMI
73
LA ARlTMÉnCA D£ AL-JUAR»SMI
LA aparición de las fracciones decimales en europa Rudolff OO fue comprendido
No o^5?no apareció la obra que cam-
Como en el mundo árabe. el sistema de numeración posicional decimal solo se jnt ytiasía '^oria- Bldecimal (.De Thiende).
duio para escribir números enteros, mientras que los decimales siguieron siendo
asignatura pendiente que se cubria con el uso de las fracciones. De esta ma “na
t><aria'a inco Simon Stevin (ca. 1548-
de'flafn ai fue traducida al francés bajo w 1 • r7Trrt
durante el siglo xv. aún se podían ver expresiones como nera. 1620). la^Disme- El propósito del traba- rr
cómo todos los cálcuíos
-« 1 t
jo ^ ios comercios pueden ser rea-
ajehay o^lo mediante números enteros ^ 1 *» 4
4 sS *
« *
4 —
ei Cálculo ágil y ordenado en todos los ofícios (1489) de Johannes Widman |izad°s 5 da de os fracciones» y la idea 1 *
_173925141 fue la de considerar cada cifra como la déclma parte de la cív .
pnn2ítamente superior. De este modo. Stevin consideró que tnt de 0rden
2¡¡Ss debian ir acompañados del símbolo ®. que
en la Aritmética 0571) de Jean Trenchant. 601[, número 364 se debia convertir en el 364®, A partir de aouí iia p0r,eiem-
Un primer paso hacia el uso extensivo de las fracciones decimales es el mostrado en ^'décima parte de la unidad: «segunda», a la décima parte de la mó wpr,rnera>>
las tablas de raíces cuadradas del Cálculo con lineas y resortes (1522) de Adam R¡es * «ivamente. A cada una de ellas asoció los símbolos ®, ripecti^lt; y,Js[
en las que utilizando la regla cismplo. si se aueria representar el número 0,3759. Stevin escribla 3®7™5®9®°v
pasaba a considerarlo como un «numero decimal». y
£7decimal continuaba con los algoritmos de las cuatro operaciones básicas v U
cación de los nuevos dec.males a cálculos tipicos de los mercados; sin embaran
se obtienen unos resultados correspondientes a 103Va y, por lo tanto. tres cifras sistema no terminó de calar entre los matemáticos. Johannes Kepler (1571 i6?m
decimales para cada raiz cuadrada. Trenchant también optó por esta manera de ejemplo, en 1616 ya consideraba las fracciones decimales. pero utilizó una
proceder y )o mismo ocurrió con el holandés Willem Bartjens (1569-1638), quien en paréntesis para separar la parte entera de la decimal. A £££&"
1591 fundó una escuela en Ámsterdam. Este tipo de recursos fue muy habitual para
johann H. Beyer (1563-1625) le escribió una carta el mismo año en la que^ez^
expresar los decimales de las funciones trigonométncas y todos los matemáticos
nuevacoma con la notac.on sexagesimal heredada de los tratados aritméticos ante
buscaron la manera de dejar atrás las fracciones para disponer de un sistema más ágil
nores. Deeste modo. en lugar de escrlbir 314.159265, escribió 314 V5"9"'2»“
y útil. Uno de estos casos es el de Pellos, quien en su obra de 1492 utilizó por prime-
ra vez el punto decimal en un tratado impreso (ver imagen). En los escritos medie-
vales los números solían ir rodeados de un punto, antes y después de escribirlos, pero
es con Frances Pellos que el punto se convirtió en la separación natural entre enteros
y decimales. Hubo otros matemáticos, como Christoff Rudolff (1499-1545) o Gerola- nerai Pn ia c
* ■* - “K Es¡ssss¡rí
3 es' °n comas Y P^ntos según la voluntad de los autores. En qe-
mo Cardano, que con el mismo objetivo utilizaron una barra separadora en sus obras
que en Inglate^s? ütllizómás 1?°^ COrT1° SÍgno de seParac‘ón. mientras
en lugar del punto, De hecho, Rudolff puede ser considerado uno de ios inventores paralelo en los mercado* w k punto- el sistema decimal se fue imponiendo en
reales de las fracciones decimales, ya que en 1530 utilizó su barra del mismo modo
fepresentar los decimales^UnTdp0^^'^6^'^^35 maneras poco ortod^as Para
en el que se haría en la actualidad, al resolver un problema sobre interés compuesto. ^loxa y convirtió los nL U de ®llas ,n,aó su andadura en los Estados Unidos del
onvirtió los prec.os en dólares. como 15.65, en expresiones del tipo 15».

En El testamento de amor de Thomas Usk (m. 1388) también p_,

se íee: ^oxivya^ cita también deja claro que en la Inglaterra del


y °tía prueba d CÍerto con°cimiento de las cifras indoarábigas,
Una cifra en el algoritmo no tiene significado por sí misma aunque (1343-1400)^ erf ^ 068 ^ descrito por Geofffey Chaucer
tiene mucho poder con respecto a otras.
6816 nuevo sisterna.Ue ^ so^re estaban escritas en

LA ARfTMÉTICA OE AL-JUARISMI

LA ARfTMÉTICA OE Al-JUAfilSMI
tr. desconoomiemo ue ai^uansrru se puede aprertar
las palabras «ALGORITMO»
L en PaIabras exP'?estas P™ el "Z,?on ***
c'l \eróniino de Santa Cru2 en su Dorado cont, J^enciano
EI vocablo «algoritmo» proviene directamente del nombre h
protagonista de este Ubro: al-Juarismi. Como se ha visto Con ^ aaue:
terioridad, las primeras traducciones latinas del siglo xn hicie^'
u práctíca aritmética, como aflrma Juan de Sacrobosco „
referencia explícita al nombre del autor (Algorismi de nuy^
compendiosa en lur de un Fiiésofo, Uamado Algo,, por
ro Indorwm, Liber algorismi de practica arismetrice y iib '
fueUamada el «uarismo. Ousa
ysagogamm alchorismi in artem astronomicam a magisZ
A. compositus)y hecho que se repite en las exitosas Carmen ¿
algorismo y Algorismus vulgaris del siglo xrn, y el manuscnt0 jyo permitió que aparecieran teorías iántásticas del orieeu a
de Cambridge empieza su texto con «Dixit Algorizmi». El Algo. |apalabra «aigoritmo»: Iadenvaaón dei nombre de unmatemátíco
rismus vulgaris fue muy editado y comentado (algunas veceSa ado ^0105’ ° del 41801 de Casü11* También se dijo
través del título De arte numerandi) y en el siglo xvi se convirtió aUe el término en cuestión podra sigmflcar «inducción a los núm*.
en el tratado de referencia que enseñaba las cifras indoarábigas ros», ya que algos Significa «mducción» y rimus provendria del

y las operaciones con ellas. Es probable que Sacrobosco ya no arithmos griego. Una vanante de esta idea conservó el arilhmos

fuera muy consciente del significado real de la palabra «algorit- gnego y lo añadió a ares, que significa «virtud». Otra teoría lo hizo
mo» ya que, si bien todos los títulos citados pueden perfecta- derivar de la palabra griega algo, que significa «arena blanea», ya
mente traducirse por el nombre de al-Juarismi, Algorismus vul- que las primeras operaciones con las nuevas cifras se realizaban
garis se traduce literalmente por «Algoritmo común». Además, sobre arena.
Sacrobosco especifica que hay nueve especies del «arte de al- Así, la palabra «algoritmo» olvidó su origen y se asoció úni-
gorismo» (numeración, adición, sustracción, división por la mi- camente a las reglas de cálculo con las nuevas cifras. Prueba de
tad, duplicación, producto, división, progresiones y extracción eüo es que cuando el filósofo y matemático alemán Gottfried Wil-
de raíces) a las que se refiere como «especies del algorismo». helm Leibniz (1646-1716) publicó su Nuevo método en 1684, no
Con todo, no es difícil que un lector desconocedor de su origen dudó en referirse a sus reglas como «Algorithmo» del cálculo
(recordemos que Sacrobosco atribuye su origen a Algus) empeza- «diferencial».
ra a olvidar rápidamente el nombre real del matemáüco musulmán Con todo, no fue hasta el año 1747 que el VoUstandiges Mathe-
y asociara el «algorísmo» a las distintas reglas de cálculo que mtisches Lexicon, uno de los primeros diccionarios alemanes de
se podían realizar con los nuevos numerales. De este modo, matemáticas, definió formalmente Ia palabra «algoritmo»:
ya en el siglo xrv se conservan testigos de esta corrupción e
nombre de aJ-Juarismi derivada del algorisme francés, como, por este concepto se dan ias nociones de los cuatro típos de cálcu-
ejemplo, en el Libro de la Duquesa (ca. 1369) de Chaucer, en ,0 ^d^ético, suma, producto, resta y división.
que se lee:
ciarse Paitir si^° Xüí*Ia palabra «algoritmo» empezó a aso-
Aunque Algus, el noble contador, imiovad iterativas como el algoritmo de Euclides y, con la
había fijado el cómputo del encuentro tación .°ra Pe£acla de los ordenadores y la ciencia de la compu-
y contó con sus diez numerales, deSüSp- en§u3jes de programación la adoptaron como base
ya que con esos numerales todo es contado [•■■]■

76 LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI 77
LA ARITMÉTICA DE AL-JUARISMI
LA PALABRA «GUARISMO»

Finalmente, otra de las palabras que proviene direetamertte d


nombre de al*Juarismi es la de «guarismo», la cual solo
casteilano y, en la actualidad, está bastante en desuso. Como Se h
visto con Miguel Jerónimo de Santa Cruz, el término «guarism
asumió el significado de cifra y muchos son los ejemplos qUe^
corroboran, sobre todo a partir del siglo xvi. Juan Pérez de Mo °
(ca 1612-1596), por ejemplo, escribió en 1689: ya

En guarismo se pone d’este modo: 12; en castellano se pone as9{


XII.

Sin embargo, Pérez de Moya también utilizaba «guarismo»


para referirse a la nueva aritmética indoarábiga:

Podrá usar de ios caracteres que le pareciere, ya sean zeros, ya sean


caracteres de música, ya de cuenta guarisma.

En los mismos términos se había referido el portugués Fran*


cisco Falero (m. ca. 1675), quien en su Tratado de la esphera y el
arte de marear (1536) habla de las «Reglas para aprender a contar
de guarismo». Eln esa época no hubo ninguna distancia semántica
entre guarismo y algoritmo, y si Luis Collado de Lebrija (m. 1602)
hablaba de las «reglas de guarismo» (1592), Andrés de Poza (ca.
1630-1596) escribía en 1585:

Están los nombres de las estrellas con un guarismo, uno o dos, el


qual guarismo significa que la estrella es de primero o segundo
grandor.

Finalmente, un ejemplo más muestra con claridad cómo e!


resto de idiomas no copiaron el «guarismo» casteilano. En 1613,
Diego de Ufano (m. 1613) publicó su exitoso Tratado dela artiüe-
ria y uso della platicado, donde se dice:

[...] las docenas van señaladas por cifra de cuenta guarismo [—]•

78 IA ARíTMÉ-nCA OE AL-JUARISMI
CAPÍTULO 3

El Álgebra de al-JUarKnii

Una de las contribuciones más destacadas de alí


fue la de demostrar geométricamente todas las reri'1
servían para resolver las ecuaciones cuadráticas Yari
tiempos mesopotámicos, los matemáticos supieronbT
fórmulas que resolvían la ecuación de segundo grado oe
fue alJuarismi el primero que, basándose en las obraT
geométricas griegas, supo argumentar por qué razón dichas
fórmulas funcionaban. Los argumentos de suÁlgetm
fueron copiados durante siglos en los tratados árabesy
europeos y aún están vigentes hoy en día
Además de la ya explicada introducción del sistema posicional ded-
mal indio, al-Juarismi también fue el autor de un tratado de álgebra
que cambiaría la historia de las matemáticas. La razón de la impor-
tancia de su obra es que, por primera vez, sediouna demostración
geométrica para la resolución de las ecuaciones de segundo grado,
es decir, de las ecuaciones del tipo ax2 + bx+x - 0. Como es bierí
I sabido, este tipo de ecuaciones se resuelve mediante la regla que se
muestra a continuación:

2a
De esta manera, si el resultado del radicando de la raíz cua-
orada, Uamado «discriminante» y representado por A=b2 - 4ac, es
Positivo, entonces la ecuación üene dos soluciones. En cambio, si
núíner^0^'i^ ecuaci<-*n no ^ene solución ya que no existe ningún
negativo^ s Sea so^uc^n de 11113 Ta*z cuadrada de radicando
solución ^ ^ ^01™^1311^ es cero, la ecuación tiene una única

cióuen la ^los numeros negativos no hicieron su apari-


I y> Por tanto ^ de 133 matemáticas hasta bien entrado el siglo xvi
^Pfecedierc)111 ^~.^uariSrni 111 iunguno de los matemáticos que
de la historiaLeT^6100 ^ cuenta estas consideraciones. Dentro
e 33 malemáticas, las únicas soluciones posibles

EL ÁLGEBPA OE AL-JUARISMI
de una ecuación eran las positivas y estaban relacionadas c
blemas reales de la vida cotidiana, °n

sia;=2, entonces

BREVE INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DEL ÁLGEBra 2*r“.


En el antiguo Egipto, los únicos problemas de álgebra qUc Se h
conservado están recogidos en un número muy timitado de pa! han
como el papiro de Rhind, que ofrecen una panorámica muy ciaraT
estado de ia cuestión a mediados del siglo xix aC. Ei textn u-
.... . . ,
podna ser una especie de tibro de matematicas de la época, uu
su serie de problemas algebraicos con los siguientes:
A 3 = 16 => x = 2-— 32
3 ’
1. Una cantidad y su séptima parte añadida es 19. ¿Cuál es la
cantidad? Para el resto de problemas, el escriba empezó siempre con
2. Una cantidad y su mitad añadida es 16. ¿Cuál es la canti- un valor hipotético que era capaz de dividir, y luego cuadraba los
dad? resultados para conseguir el resultado correcto:
3. Una cantidad y su cuarta parte añadida es 15. ¿Cuál es la
cantidad?
4. Una cantidad y su quinta parte añadida es 21. ¿Cuál es la a:+- = 19=>7+- = 8=>ar = 7— = —
7 7 8 8’
cantidad?
^+^=15=>4+í = 6=>ar = 4~ = 12,
Pensando en una matemática poco académica, ¿cóino se podía
4 4 5
resolver im problema como cualquiera de los anteriores sin haber tf+^ = 21=>5+- = 6=>a: = 5~= —
ido a una clase de matemáticas rigurosa como las que se impar- 5 5 6 2'
ten en la actuaiidad? Una de las maneras que históricamente han
funcionado mejor para resolver este tipo de probiemas es suponer
Nos encontramos un razonamiento parecido en el papiro de
que se sabe la solución e ir probando. Por ejemplo, en el caso del
segundo problema del papiro de Rhind, el escriba probaría si la
solución es 2. Si a 2 se le añade su mitad, es decir, 1, el resultado
Qrítamos una mitad y un cuarto y quedan 6. ¿De qué número habla-
es 3 y el escriba en seguida se daría cuenta de que tendna que
probar con un número mayor, ya que su aspiracíón era obtener 16.
Supongamos que es 1 la cantidad (...j.
Si probaba con el 4, el resultado era 6. Con el 10 obterna 15 y con el
^iesuiíado es 1/4 Si e¡ número es el 1.
12 obt.enía 18. Por lo tanto, la solución debía estar entre ei 10 y
el 12, y con el 11, obtenía 16,5... se pasaba. Así, los antiguos egip- Entonr^ ^ es 4 ■ ^ *= 1 si el número ñiese 4 1=4.
cios se dieron cuenta de que el método consistía en algo parecido 3 Asf eS ^ es 5 -1 = 5 si el niimero fuese 5 • 4=20.
Ia cantidad propuesta es 20.

84 ELÁLGEBRA DE AL-JUARlSMI

EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
. de la base por su altura. No obstante, el área del cirr,,
EL PAPIRO DE RHIND . ia m'tad . 5ecreto» ya Que, al no conocer la existencia dp ? ° sí ^ escon^
Í ¡dear una regla cuyo resultado da ™
El papiro de Rhind es el texto matemático egipcio más Importante que ha
hasta nuestros días. En el año 1855, Alexander Rh.nd (1833-1863). un joven afe°
íir‘>l'caPl A-*r2- La regla consl5te en e»raer una novena sprox'mad6ñ
l »c°nin v multipl'car el resultado por sl m|5mo. Es dec¡r> Parte de| d¡ém^n
escocés, desembarcó en Luxor buscando un chma más propicio para Su d«S 0
circU,° y
salud. Con el tiempo. se interesó por la arqueología y empezó a participar 'nCdQda
cavaciones en la necrópolis de Tebas. La Nstona explica que Rhind compr¿ £
serie de documentos rescatados del templo funerano de Ramsés II a un operal ?
ta excavación y... ¿quién le iba a decir a Rhind que estaba delante del documem
matemático eg'PCio más importante hallado hasta el momento? Actualmente _ pI radio aei —- ■ - — — aMroximación **>/ ,CA,n
& pnmeros valores que tomú el número , en la historía8'',6049382-
conserva en el Museo Británico de Londres y sus casi 5,5 m de longitud POr 30'Se
de ancho contlenen...
W "n0„L problemas que se recogen en el papiro de Rhind son los a„. ,
jfpsrtos alimentos, que era una medlda de calidad de los produ^ Ula" sl
La introduccíón en el conocimiento de todas las cosas reales y de todos los os-
curos secretos. Este libro fue copiado en el año 33. en el cuarto mes de la estación u _ número de piezas del productn
de las inundaciones. bajo la majestad del Rey del Alto y Bajo Egipto Apofisi P ~ cantidad de producto *
[s. xvii a.C]. dotado de vida. siguiendo los escritos antiguos de la época del Rey
del Alto y Bajo Egipto Amenemhat III [s. xix a.C.].
También hay pro-
Asimismo, su autor firmó para la posteridad que fue «Ahmes quien copió el escrito». blemas sobre pro-
El papiro contiene 87 problemas matemáticos y sus correspondientes resoluciones gresiones geomé-
en escritura hierática, ademés de una tabla de descomposiciones de fracciones de tricas, el cálculo de
numerador igual a 2 en suma de fracciones de numerador igual a 1: la pendiente de las
caras de una pirá-
mide... y todos
5 3 15 el'os resueltos con
reglas muy intuiti-
2.1+-1.„. vas que dejan
7 4 28
al descubierto los
Además de los problemas algebraicos, el papiro de Rhind muestra cómo los antiguos razonamientos de
eglpcios calculaban áreas y volúmenes de figuras planas y del espaclo, respectiva- las mateméticas
mente. E! área de un rectángulo, por ejemplo, se calculaba mediante la conocida egipcias del m mile-
regla de la base por altura, como en la actualidad. Igualmente, el área del triángulo nioa.C.

reso*Verl°’ Ahmes supuso que en lugar de estar bus-


na.fraccion relativa a la unidad, tenía que hallar un re-
de 15 es ^a^Vo a 15. Por lo tanto, como 2/3 de 15 es 10 y 1/15
^hsecuent^ CCUacion Pr°puesta se convierte en x+10 +1 = 15 y,
resültado r ^mente’ e* número buscado es 4. Pero se quería un
e atrvo a 1 (y no a 15), con lo que el resultado final es

ZLÁLGEBBA DE AL-JUARISMI

EL ÁLGEBRA OE AL-JUARlSM*
, sín el descubnmiento de ios números negativn.
sido imPoslb,e simpbflcar la resolución de * “biese
(los antiguos egipcios solo consideraban las fracciones d 0 conlaactualfórmula, ecnación
rador igual a 1 y la 2/3). e n^e-
r -b±yfb2 ~4ac
E1 método de suponer una solución conocida se identiü
2a
el nombre de «regla de la falsa posición» y fue, sin duda, u^aC°n
digma del álgebra no simbólica en todas las épocas y civiüzaciPai^ En su utilización, los coeficientesa,bycpueden serr. .
incluida la mesopotámica Sin embargo, los escribas de la anti*** positivos como negativos. Entonces, ¿cómo se dZZT
Babilonia dieron un paso más y fueron capaces de resolver una ecuación simiiar en un mundo sin números neJZT
mas de ecuaciones lineales del tipo Si ia ecuación fiiese, por ejemplo, ^+.'ic_15=0
ar+2/»1800 16, sumando ai segundo miembro, se obtendría&í+soa;- h
Ia cual tiene todos los coeficientes positivos. Del
r-r-500 mo modo, 2z?-30x +15=0 se convierte en 2a?+15=3(b.
-2r430r+15=0 en 3to+15=2a?. Porlo tanto, un malemáü
E1 algoritmo de resolución consistió en la introducción de una co sin números negativos estaba obligado a aprenderse tres
nueva variable equivalente a z- X~y/¿-Como ^+^ = 900, se tie reglas de resolución:
nequear=900+«e^=900-2: y, sustiüuyendo en lasegundaecuación;
ax +bx-c -b±\Jb2+iac
ar-1200
|(900+z) - i(900 - z) - 500 => z « 300 => \X
3 2 y * 600.
ax2+c-bx=>x-
En la antigua Mesopotamia también se resolvieron ecuaciones 2a
de segundo grado y, pese a que no se han encontrado fómiulas de
resolución como las actuales, todos los escribas seguían las mis-
mas reglas. Por ejemplo, en una tablilla de arcilla que se consern ax2-bx+c=>x-^b!+4ac.
2a
en el Museo Británico:

Aüora^ienjijémonos en laprimera de las reglas. Como


He sumado el área y un lado de mi cuadrado: 3/4.
b + 4ac es negativo, la solución de la ecuación sería
Pon 1, la unidad. Divídelo por Ia mitad: 1/2. Multiplícalo por 1/2:1/4.
egativa, Por lo tanto, las reglas deberían tener en cuenta
Suma 1/4 a 3/4:1. Este es el cuadrado de 1. Réstale 1/2:1/2, que es el
lado del cuadrado. 508 resultad os puede ser negativo y que, en
ías regl es mayor que el sustraendo. Así,
En el lenguaje simbólico actual, la ecuación propuesta es.
2 3
X +x~—.
4 ax2+bx = c=>x-yb +4a€~b
Y antes de seguir adelante, hay que señalar dos aspectos que Pue- 2a
den ayudar a comprender la evolución del álgebra: b±\/b2-4ac
Q& +c — bx x

EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI

EL ÁLGEBRA DE AL-JUARI5MI
ax2 - bx+c g^eselcuadradodel. +c
2a

géstale 1/2:1/2, que e1 lad° del cuadrado. jfbf^ b


¿Y por qué razón no había una regla general par
ax2+bx+c- 0 con los tres coeficientes positivos? aj
¡éjs aidiguos mesopotámicos no dudaron en incorporar laa
ner que darse una solución x positiva, el resultado de
ax2+bx+c siempre es positivo y, por lo tanto, no tiene enJciones de segundo grado a srstemas de ecuaeiones rela«£
demasiado sentido plantearse cuándo es igual a cero. ¿ con áreas de ctertas figuras planas y, de este modo, no^
2. En el contexto de un álgebra no simbólica, tampoco tuvo ¿n‘iainosCOnSÍStemaSdel P°:
mucho sentido plantear problemas con a,byc enteros, ya
que todos los cálculos se hacían directamente sobre los nú- Í2^ + (a:-í()-183 f1 +!/2+£ “ 1400
meros propuestos y, posteriormente, se iban siguiendo los x-y-\o
x+y-27
pasos marcados por la regla. Por este motivo, en todas las y-x-io
reglas, se dividía la ecuación propuesta por el coeficiente
a, de modo que se podía considerar que a -1:
En el caso de la última de las tres, el escriba procedió con las
yjb2+4c -b sustituciones 2/=2+10y;r=2/+10=2+20, derivadas de la segunda
x2+bx~c=>x-
y tercera ecuaciones, en la primera*

(z+20)2 + (z+ 10)2 + z2 -1 400 => 3a2+60z - 900.


b±yjb -4c b
x2+c-bx=*x- ±
2 2
En este caso, la regla utilizada no sigue ninguna de las tres
anteriores, ya que es eqifivaJente a
b
x2 «bx+c
2

En la resolución mesopotámica de x2+x - %, en la que 6=1


yc-%, el escriba siguió los siguientes pasos: del ^°S m^°^os resolución de las ecuaciones no estaban
^todo estandarizados y, probablemente, cada escriba tenía su
Pon 1, la unidad. b pi° ^Soritmo según sus habilidades. En este caso,

Divídelo por la mitad: 172. -


2 oz2+2fiz - c => x
Multiplícalo por 1/2:174 (
\2/
cabes^?)oner sublime punto flnal al álgebra mesopotámica,
Suma 1/4 a 3/4:1. (~)\c
I do tajnp0 ^ ^Ue resolución de ciertas ecuaciones de tercer gra-
\2/
0 fue un problema alrededor del siglo xix a.C., ya Que 1*

90
ElÁLG£8RA DE Ai-JUARISMI
91
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
resolución de las ecuaciones cúbicas no se produjo h
Media en el mundo árabe, y hasta el Renacimiento en e* ^ E(lad
dental. En una tabliUa de arcilla de esta época aparece Jf0l)a °ccj.
equivalente a la resolución del sistema de ecuaciones- Pr°bler^

xyz+xy^l
y * fx =>x* 7^
48'
z-l2x

Los mesopotámicos calculaban largas series nu & •


guiendo un mismo patrón y, en este caso, im escriba^K038 si'
basado en la tabla e ^biese

x xP+x1
* > .j . „ j
1 13+12=1 +1=2 ji_i- ^-c^_l_» L giT>wj>lu,^g •
2 23+22=8+4 = 12
3 3s+32=27+9=36
4 43+4a=64 +16=80
5 53+62= 125 + 25= 160
6 e^+6^216 + 36^252

Entonces, para adaptar la ecuación a los cálculos realizados,


se realizaba el cambio de variable x = Y^U'.

u3 + u2~ —-12n=252.
48

Según la tabla, uz + ii¿ = 252 implica que u = 6y, por lo tanto,

Es muy difícil precisar cómo, hace cuatro mil años, se Uegó


hasta este grado de sofisticación matemática, pcro estamos, sin

92
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI
93
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMt
x+y+z+t- 9900
duda, en un momento trascendente en la hjstoria de la Cien .
Probablemente, el sistema de numeración sexagesimal babilj’1 y-x-~x
el cual permitía rápidos y ágües cáiculos, fue uno de los detonaT'
z-(x+y). 300
que impulsó a que la matemática babüómca diera un paSo qu„7
fue recuperado hasta el siglo xn. í-(ar+2/+s).3oo

EL ÁLGEBRA EN LA ANTIGUA GRECIA u resolución parte de la mtroducdón de unavariable amdliar


J „ue sunplifica el denommador, paraterminar deduZT
A tenor del legado conservado en la actuaüdad, se puede afirm^ ^ í - 8«, r?=15“ + 300 y J=30“+600 de la segmda, tercera y cua!
que el áJgebra eramotivo de estudio en las antiguas escuelas grje ciones. Sustituyendo estas cantidades en la primera, se ob-'
gas y, como en los casos precedentes, estaba relacionada con 150y, P°r lo tanto, 1050, y= 1200, a=2550 y7=51M
problemas geométricos o de la vida cotidiana. Por ejemplo, en un ° Oíro tipo de ecuaciones que se empezó a tratar en el periodo
papiro datado en el siglo n d.C. se lee: fueron las ecuaeiones y los sistemas de ecuaciones indeter-
rttadas, estudiadas por Diofanto en su Aritmética. No obstante,
Hay un triángulo rectángulo en el que la altura y la hipotenusa suman dpriniersistema de este tipo que se conoce se debe a Aiquímedes’:
8 pies y la base mide 4. Hemos de buscar la altura y la hipotenusa
por separado. Calcula, amigo mío, el número de cabezas de ganado que había una
Las encontraremos como sigue. E14, por sí mismo, da 16. Divídelo vez por Jos valles de Sicilia, divididos en grupos de acuerdo con su
por 8, y da 2. Resta el 2 del 8, y queda 6. Su mitad es 3. La altura será colon uno de blanco como la leche, uno de negro, uno de moteado
3. Ahora, resta 3 de 8 y queda 5. Por lo tanto, la hipotenusa es 5 pies. y uno de amarillo. E1 número de bueyes es superior que el de vacas
y ías relaciones entre ellos son las siguientes:
E1 cálculo realizado se corresponde con:

■(Bb* .(i.i)n.,)

Si llamamos o a la hipotenusa y b y c a los dos catetos del ■(i*i)(z*'>


triángulo rectángulo, el enunciado del problema da b = 4 y o+c=8,
y se calcula: .(i.ljrr.w
■(B)<,**’>
1^ „ b2 \ a2+c2+2ac-b2 b2+c2+cz+2ac-b2 ^+ocmC ,(l*i)(r«)
2\ a+c) 2a+2 c 2a+2 c cl+c

X+Y-s2
Además de este tipo de problemas sobre triángulos rectán-
gulos, los griegos también resolvieron ecuaciones y sistemas de W + Z = T(n+1)
ecuaciones del tipo

94 DE AL-JUARISHI
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI a ÁLGEBRA
En este planteamiento, Xyxson el número de bueyes v x,2226* K = 1602* Z,imk w ^
blancas, respectivamente; Yey,eI de bueyes y vacas negra ^
602/c)
z, el de bueyes y vacas moteadas; y W y w, el de bueyes y J.2y
amarülas. E1 problema original de Arquímedes debió acabarse^^
y se cree que, posteriormente, se añadieron las dos condici ^ «- 2Ó^+1 B80k'>
siguientes, donde sy nson dos números por determinar.
medes resolvió su sistema por el método de sustitución y tetm
Z~^W+89U)
encontrando que 891Z- 1580W, con lo que la menor soluCjQ ^
13,
problema es Z= 1580 y W= 891. Si se sustituye en el resto de vJJ
W~42 (x+2226k)
bles, el resultado final depende de un cierto valor mdetermin&fot

DIOFANTO DE ALEJANDRIA Y SU «ARITMÉTICA»


Nadie ha traducido aún del griego al latín los trece libros
de Diofanto en los que
se esconde la flor y nata de toda la aritmética, el ars reiei
De la figura de Diofanto no se conoce casi nada, aunque está comúnmente tcensus quehoycono-
cemos con el nombre de «álgebra».
do que su vida transcurrió en el siglo m d.C. En la tradición griega, un epigrarr
ta que vivió un total de 84 años.
Alrededor del año 1570. el boloñés Rafael
Su infancia duró una sexta parte de su vida;
su barba le creció después de una doceava parte más;
Bombelli encontró on segundo manuscrito
dela Aritmética dividido en siete libros, de diophanT)
se casó después de una séptima parte más, los que tradujo al latin los cinco primeros, alexandrini
y su hijo nació 5 años después; juntocon Antonio Maria Pazzi. Aunque nun- ARITHMET1C0RVM
ca publicaron el trabajo, Bombelli utilizó UflRI SEX
el hijo vivió la mitad de la vida de su padre, cr bc Nr.urirj AMtrjwijrLij
y entonces el padre murió 4 años después de su hijo. muchos de los problemas en la redacción de nni" rnrj^
su Álgebra (1572). Finalmente, en 1621 Clau- 7(— Ctmmavnt ty*.
Es decir, si x representa el número de años que Dlofanto vivló: deGaspard Bachet de Méziriac publicó la ■ AtfíTOf! 1UIHTO
edición que, posteriormente, se convertiría
en la más común y popular en Francia, junto
con la traducción latina.
Uno de los grandes rasgos de la Aritmética
De sus obras, solo han Jlegado hasta nuestros días los seis primeros libros de la Arit- de Diofanto es el uso del álgebra simbólica
mética (de Ios trece originales) y un fragmento de De /os nümeros poligonales. La Por pnmera vez en la historia. A las incógni-
famosa Hipatia de Alejandr/a (siglo v) fue la primera comentadora de la Aritmética. as e las ecuaciones las llamó arithmos
aunque el hecho de que su obra se limitara a estos seis primeros libros pudo deberse wumeros») y en |as ediciones impresas se
a su prematura muerte en el año 415. En el siglo x, los comentadores árabes también la JPí?Sentada por 'a s'9ma gn’ega final de
se dieron cuenta de la importancia algebraica del tratado, y lo mismo ocurrió con el la inp3 Fa arithmos' 5’- Para las potencias de LVTETIAñ PARISIOKVM.
bizantino Georgios Pachymeres en el siglo xin. Regiomontano descubrió la Aritmética rfnita‘ también utilizó un sis- ipubci S(1IA»T»4»I C»A»0«>T-
en el Renacimiento, y de ella dijo, en una Oratio escrita en el año 1463 como intro- ¿v e n°tación inédita hasta el momento:
Iicobct.fcbCiwaiá .

duccion a un curso de astronom/a de la Universidad de Padua: aí. dcTxxí


a^vS6ntaba el actoal **; K\ a AYA. ctm 7*¡ru*6jo
•AK-a*5;KYK,a*« etc.

96 EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI
97
elAlgesímdeal-juarismi
Para conseguir una solución que no sea fraceionaria, y 60-9 51 1
el resultado son cabezas de ganado, es necesario que k se ^ —¡r-r-8+i: £+ra-ij+¿
062
múltíplo de 4657 y, por lo tanto, k=4657K, donde K es otro cf ^
60-16 44 1
número entero indeterminado. Con todo, el total de anfrnaiJe,to
campaban por Sicilia era de 50389 082ÜT. Solo como dato s^e ~8~'T"5+2! *+ra»9+i
2’
tienen en cuenta las siguientes dos condiciones, el resultadó
no puede tener menos de 206500 cifras, con lo que se reafirrrui niofanto eligió el caso m=3y calculó (U+I| -(s+Ií.eo
esta idea no estaba en la cabeza de Arquímedes. que 3Unque hubiese podido calcular mfinitud íle
Con Diofanto, las ecuaciones indeterminadas iniciaron su “ por disttntas fraccrones. Por esta razón, este üpo de nro-
dadura oficial (por ello se las conoce también como «ecuaciones “Las son indeterminados, ya que tienen infinitas soluciones
diofántícas»). Por ejemplo: ¿Existen dos números tales cuya dife. dependiendo de un cierto valor, en este caso m. En esta línea,
rencia, elevados al cuadrado, sea 60? Diofanto resolvió multitud de problemas cuadráticos, cúbicos...,
Una primera manera de proceder seria ir probando con di. todos ellos con valores indeterminados en sus sohiciones. Todos
versos números y ver hasta qué punto es posible haliar una res- estos problemas fueron muy conocidos en el mundo árabe y, por
puesta afirmativa- 12=1,22=4, 32=9, 42 = 16, 52=25, 62=36,7^=49 ejemplo, el egipcio Abu Kamil (ca. 880) se dedicó a investigar
82=64, 92 = 81... Es evidente que 82-22 = 64-4 = 60. Sin embargo* para qué valores del número x la ecuación -£*+2bx+c es igual a
¿hay más parejas que cumplan 'esta propiedad? Diofanto planteó un número al cuadrado.
que el menor de los dos números sea una cantidad desconocida, a Por lo que respecta a las ecuaciones cuadrátícas propiamen-
la que llamaremos x, mientras que el mayor es x+m, donde m es te dichas. su resolución detaUada debió de quedar en uno de los
la diferencia entre ambos. Por lo tanto, libros que no se han conservado, aunque a partir de las explicacio-
nes dadas en el prefacio de la Aritmética, se puede deducir que
(x+m)2-x2 =6 0, Diofanto también trabgjaba con tres reglas básicas:
x*+m2 + 2xm-x2 -60,
ax* + bx-c=>x-~tb+'lA?.+™i
Wiz+2ara-60, a
60-ra2
x =-. 2 . ife + \/l62 —qc
2m ax +c-bx=>x-~——-,
a
Ahora, dando distintos valores a la diferencia ra se pueden ir 2 . ^b+^\b~+ax
obteniendo distintas parejas cuya diferencia de cuadrados es 60: ax ~bx+c=>x»2——-.

ra-1 ^60-1^.60-1.59^9^ x+m = 30 + -»


2-1 2 2 2 Ecuación cuadrática en la

ra-2 *.60-2^60-4_56_14 ■ x+m** 16) índia>r^It'eraS referencias a la ecuación cuadrática en la antigua


2-2 4 4 ,/emontan a diversas resoluciones de problemas geométricos
38 en los siglos v-m a.C. Lejos del ámbito geométxico, el autor

EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMl >Ü.Gf®MOEAL-JUARtSMl


del manuscrito Bqjshaü (ca. siglo n d.C.) también era conoeed
la fórmuJa de resolución de las ecuaciones de segundo grado°r(ie
gOUlVALENClAS DE LA ECUACIÓN CUADrAtica
uno de los problemas que resolvió planteaba que una person
minaba a una cierta velocidad constante de 5 yokana cada áL ^ I , , aparición de la ecuacíón cuadrática en la histon, .
cabo de seis días, otra persona salió a darle alcance de modo^ ^ pstado muchas veces ligada a problemas de hallar ^ > mate™átiCas
«noce su producto y tembién su suma „ diferencij 1« »
ei primer día anduvo 3 yotona, el segundo anduvo 3+4-7 yohT*
dos números cuya suma es 8 y cuyo producto es K ° íí"1*'s¡ buScam*
el tercero, 7+4 = 11 yoharm, y así sucesivamente. E1 enunciad auiente sistema de ecuaciones: * ál9ebra p|ant€a e) J
equivalente a resolver la ecuación 4^-8r=60, que, efecüvamenr 1
arroja un resultado de x=5 días. , x+y-8
Ya en el siglo v, Aryabhata I se dedicó a hallar el número d
términos de una progresión geométrica mediante la sigU|ent^ ¡
regla: Cabe notar que, con ei planteamiento dado, s¡ s es i» Suma dos .
a y a yP.su producto. entonces la ecuaciónx^-Sx+P-ono W tldades
I
una de las cantidades a, o a2 En efecto. si x=a, y x=a2 han
La suma de la serie multiplicada por ocho veces la diferencia común ne5 de la ecuación, se cump ,rá que x-a,=0 y x-a2=ó.
es sumada al cuadrado de la diferencia entre dos veces el primer ambas expres.ones son .guales a cero. también lo será su producto
término y la diferencia común; la raíz cuadrada del resultado es di$.
(x-a,)(x-a2)=0.
minuida en dos veces el primer término y, entonces, dividida por ia
diferencia común. La mitad de esta división más la unidad es el nú-
mero de términos.
(x - a,)(x-a2) - x2 - a2x-a,x + a,a2 - xJ-(a,+a2)x+aA - x^-Sx+P-o.
Es decir, dada Ia suma S de los n primeros témünos de una Del mismo modo, si lo que se tiene es la diferencia a3-a =D además de su
serie aritmética cuyo primer término es a y la diferencia es d, el I producto P, entonces la ecuación que se obtiene es x2+Dx-P=0, de manera
número de términos que se han sumado es igual a que la fórmula que la resuelve es igual a

En el comentario que Bhaskara I hizo del mismo Aryabhatiya Es decir,


de Aryabhata I, también se expone cómo se encuentran dos canti-
dades de las que se conoce su producto y su diferencia:
x~y = d JTp + dF+d Jíp+dF-d
Multiplica el producto por cuatro, entonces añade el cuadrado de la -ey-~-íí-•
diferencia de las dos cantidades, y toma la raíz cuadrada Auménta-
la con la diferencia de ambas cantidades y disminúyela con lo mismo-
Los resultados obtenidos, divididos por 2, dan los dos factores del
cua(|BrahrnagUpta (598~67°) también se preocupó de la ecuación
producto buscado.
ca, dando dos reglas para su resolución:

100 101
EL ÁLGE8RA DE AL-JÜARISMI
EL Algebra DE AL-JUARISM.
La cuadrótica: las cantidades absolutas muJtiplicadas por Cu 4a (ojr2 + 6ar) - 4ac 4o V+4air , ^
ces el coeficiente del cuadrado de la incógnita son üicreme ^
por el cuadrado del coeficiente del medio; la raíz cuadrada del'^38
ia'V +4abx+b* - 4ac+62 => (2a*+i>)’_4(M+6¡
tado es disminuida por el coeficiente del medio y di\idida po^ 2ax+b-y¡4ac+bz
veces el coeficiente del cuadrado de la incógnita, y ese es el vai^ 08
laincógnita.

La segunda es:
un dato interesante que también se ha de meneionar « m
EU término absoluto multipücado por el coeficiente del cuadrado de en |a India del siglo «, Mahavira fue el primer matemátieo « Z
la incógnita es incrementado por el cuadrado de la mitad del coefi * cuenta de que las ecuaciones del tipo o^-x+c=otenían“^
ciente de la incógnita: Ia raíz cuadrada del resultado es disminuida ¡oluciones. Los estudios aJgebrmcos de Mahavira fueron muy
por la mitad del coeficiente de la incógnita y dividida por el coefi- tacadosy planteó ecuaciones con radicales como x-pj¡¿mr
ciente dei cuadrado de la incógnita, y ese es el vaior de la incógnita. equivalentes a la cuadrática, cuya solución viene dada por

Es decir,
p+Ja* + —
x-Q V Q
ax2 +bx-c=>x

También fue Mahavira quien consideró ciertas ecuaciones de


Mediante estas regias, Brahmagupta también resolvió ecuacio- grado superior del tipo axn=co o(ar"-1)=S(x-1), donde a era el
nes cuadráticas en ciertos problemas astronómicos, obteniendo primer término de una progresión geométrica, y S, la suma de sus
resultados idénticos a los que la tradición de los Siddhantas ha- piimeros n términos. Por ejemplo, en una cierta progresión geomé-
bían estabiecido entre tres y cuatro siglos antes. trica, el primer término es 3 y la suma de los primeros 6 términos
Una úitima resolución peculiar para la ecuación ax*+bx=c es4095. Entonces, si x es la razón de la progresión:
se encuentra en la obra algebraica perdida de Sridhara (siglo vm),
que fue copiada por Bhaskara II en el siglo xn: j*6 _ 1
3 —— - 3(a;6+a:4+o:3+a:2-i-ar+l)-4 095.
Multipüca los dos lados de la ecuación por una cantidad desconod-
da igual a cuatro veces el coeficíente del cuadrado de la incógnita;
r ^ri^vira rediyo la ecuación a a-6 +x* +3? +x* +x+1=1365. pasó
añade a los dos lados una cantidad desconocida igual al cuadrado
^1364° e* 1 y comprobó que la razón buscada ha de ser un divisor
del coeficiente originaJ de Ia incógnita: extrae la raíz cuadrada.

Por lo tanto,
x [x* + x3 + x2 +1) -1364.

ax2+bx=c,
con el 4 e iteró el algoritmo:

102 EL ÁLGBBRA DE AL-JUARISMI 103


EL ALGEBRA OE AL-JUARISMI
Bn la Edad Media, la primera pane de la 0bra t,,p .
en como mimmo tres ocasiones. U prúne» ^cida a,
“fLiés Robert de Chester, en Segovia, aJrededor
e gmás tarde, Gerardo de Cremona hizo u nr„ del 1146.
^faffibuye ia tercera al también italianc gLí!!° Toledo.
Üglo xm). Su circulación en la peninsula Ibérica dio Lunis
íoue del al-jabrse pasara a la palabra áigebra nanT re9Ul‘
^uractóu» de términos, aunqueenunprimermon^t?'3113
gcado se ümitó al ámbito médico. B, efecto, en la ^
0bra m ingenioso huMgo Don Quijote de la Mancha deZ, ,
Cervantes (1547-1616), un «algebrista» ea el enear^o decurar
, un pobre hombre que recibe una paiiza del protagoniatayS
nn gran número de huesos rotos. Por otro lado, en el castellano de
los sigios xvi y xvn, ia paiabra álgebra también adoptó el signilicado
de «alcahueta» y, por ejemplo, fue utüizada en este sentido por
fYancisco de Quevedo (1580-1645) en La vida delBvscón.
E1 libro está estructurado en tres partes: la prúnera trata Ia
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI resolución de las ecuaciones de primer y segundo grados propia-
mente dichas, la segunda aborda problemas de geometría, y en Ia
E1 Libro concreío del cálculo del álgebra y la muqabala (al-kitab tercera se resuelven aigunos problemas de testamentos y herencias.
ai-mujtasar fi hisab al-jabr wa al-muqabala), es decir, delares- i Al-Juarismi considera tres clases de números: raíces o cosas,
tauración y la oposición, es la gran obra matemática de al-Juarismi i cuadrados y números aislados:
si se tiene en cuenta su repercusión, tanto en el mundo árabe como !
en el Renacimiento europeo. Ei Álgebra fue escrito en tiempos del i La raiz es cualquier cosa [...] que se pueda mukiplicar porsí mismay el
califa al-Ma’mun, a quien está dedicado, alrededor del año 820. cuadrado es la raíz multipücada por sí misma, y el número es cualquie-
E1 titulo de la obra se basa en dos palabras. La primera de ra expresable como tal sin ninguna relación con la raíz y el cuadrado.
ellas es, justamente, álgebra, cuyo significado viene a ser «restau* ¡
ración» o, lo que es lo mismo, la transposición de los términos de Con estas tres clases de números, se pueden formar las ecua-
una ecuación. Por ejemplo, si se tiene que resolver ktf-bx+7=15, ciones que al-Juarismi pretende resolver:
mediante el concepto del «álgebra» se tiene que
Cuadrados igual a raíces xj'-px.
4#2-5a7+5a7+7 = 15 + 5a;, Cuadrados igual a números
4^+7=15 + 507. Raices igual a números Px=í*

Por otro lado, la muqabala u «oposición» (también <<re£^ La primera de ellas se resuelve mediante la regla subyacente
ción»), es la encargada de reducir la ecuación, simplificanJo (aKJuarismi n0 considera posible la soluciónr=U
términos homólogos: 4oc2=8+5x. Poco las soluciones negativas):

deaL.juarismi
Un cuadrado es iguai a cinco veces la rafe, entonces \a ra¿ bre estó treinta y nueve y da sesente y cuaóo, M|cuja5larah
drado es cínco y el cuadrado es vemücmco, que, efectivarn^
£* » 0ch0’y 16 reStóS U mtaa deI«e ^2 2
cxnco veces la raíz.
tsdecir, --
Además, siempre que el coeficiente del cuadrado no sea \ h
que redurirlo. A1 Juarismi pone el ejemplo de^x^ 4r, que ^ X>+1to“39=>x = y(y) +39-y-J64-5.8-6,3.
te en **= iar. cuyo resultado esar= 12, y también &,■*=lfe. que w'
vierte enx*=2x, * resultadotr=2. Evidentemente, y comoSepuJl'
observar, al Juarismi no usa rnngún tipo de álgebra simbólica y J
Ijrnjta a describir tódos los procesos y eálculos a lo iargo de su Ubro +í-|.
Pararesolveríf=g, al-Juarismi concluye quex-^y^
los ejemplos: Juarismi también plantea el caso en el que Ios cuadradoa
tjenen coeficiente y, como antes, reduce las ecuaciones al caso
anterior
xz = 9 x = \¡9 «= 3,
2xz + 10:r - 48 => a:2+5ar - 24 => a; - 3,
5x2 - 80=>ar2- — »16=>a7 = %/Í6 -4,
5
—x2 +5x — 28 x2 + lOar» 66 => x ■ 4.
—x2 =18=> x2 x — >/36 = 6. 2
2
La resolución de los «cuadrados más nümerosigual araíces»
essimilar
Finalmente, la ecuación px= q tiene como resultado x »
V ¿Cuál es el cuadrado que cuando sumas sobre él veintiún dirhams
Tras estas tres primeras reglas, al-Juarismí aborda la resolu- da lugar todo ello a diez de las raíces de dicho cuadrado? Lasolución
dón de Ias ecuaciones cuadráticas, que incoiporan tanto números, está en dividir por dos las raíces, y resulta cinco, lo multiplicas por
como raíces y cuadrados: sí mismo y da veinticinco, restas el veintiuno que está con el cuadra-
do y da cuatro, calculas su raíz cuadrada y da dos, y lo restas de la
Cuadrados más raíces, igual a números x?+px=q. mitrad del número de raíces y da tres.

Cuadrados más números, igual a raíces a?+q =PX-


En nuestro lenguaje actual:
Raíces más números, igual a cuadrados x?=px+Q-

x2+21-10x=>x-™~J^J -21-6-J4-5-2-3.
De este modo:
En general,
¿Qué cuadrado más diez raíces es igual a treinta y nueve dirhaius? 1-1 |
La solución está en dividir por dos el nümero de raíces, y en este cas0
resuita ser cinco, lo multiplicas por sí mismo y es veinticincu,SUiriaS

106
107
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI EL ÁLGEBRA 06 AL-JUARlSMI
imeros. No es exir*.er.iunces. que a |0 |arqod». i
LIBRO II DE LOS ELEMENTOS DE EUCLIDES
*c*oS ltí.oneS como «el rectángulo comprendido por »£,e™wft.sse 6n_
El libro II de los Etementos es un texto corto que cont.ene tan solo 14 proDo. . **%**'” o «el cuedrado» s¡ es.os dos números son
de d° 13 la proposición 5, Eucl.des completa el cuadr^9^^
COn sus correspondientes demostrac.ones. las cuales son un ejemplo de cn '°nes
razonamientos griegos eran suficientes para aclarar diversos conceptos '°s V^ofsegmento OR. le queda dibujado el cuadrsdo A/QffOdeS^'31'0"'''
zand oi cuadrado de la recta que esta entre los puntos de ¿ l °b=QR^0 es
Un ejemplo de ello se aprecia claramente en la proposición 5. cuyo enunc.ado^COi
deC'r,E¿iides afirma que AMOD + NQRO es igua, a, cuadrado'CQ^ ** Pf0pos¡-
Si se corta una línea recta en segmentos iguales y desiguales. el rectánguln ** Ls (P al rectángulo CNOD (base igual a b y altura ¡gua| a f í?' En 6fecto-
prendidoentrelossegmentosdesigualesdela recta entera.juntoconelcuad0m' ^ZsP (de base a-by altura b), se observa qUe ambos son inf’f ' al rectá"-
de la recta que está entre los puntos de sección, es igual al cuadrado de la ^Sáogila inicial AMOD es divislble entre los rectángulos 4MNc v
ir os es igual al rectángulo CNPB, ya que C es el punto medTdeutf Primer°
Para demostrar este enunciado. Euclides parte de un segmento AB en el que señ d<? Ls que © = ®- Por lo tanto- el rectángulo AMOD es igual a la *"toAe-
un punto C. que lo divide en dos partes iguales. y otro punto D. que lo hace en d af cuadrado NQ*0, d». en efecto. el cuadradJ CoU CN°RSB'
partes desiguales. Entonces. construye el «rectángulo comprendido entre los % P¿.¿qué demostró exactamente Euclides? Como se ha dlcho. e. rectánguloAMOd
mentos desiguales de la recta entera». es decir, el rectángulo AMOD. En efecto69 ñ1 base a*b V a,tura '9oa' a a~b>de manera que su área es igualalprodLof^
llamamos a=AC=CB y d-CD. el rectángulo trazado tiene una base dea+b=ADy un* Zb)B área del cuadrado A/0/?0 es b> y la del cuadrado CQSBesrffJí
altura de a-b=AM=DO=BP=DB, quedando trazado también el cuadrado DOPB. Dd(-a ¡a+«Ca-W+£>2iraa °- equivalentemente, nuestra actual igualdad notable:
Euclides, los números tenían una correspondencia intrínseca con longitudes deseg-
mentos. de manera que dos números sumados era calcular la longltud de un nuevo (a+PXa-b)^-#.
segmento compuesto por los dos que se suman. Análogamente. dos números multi-
plicados se correspondian con el área de un rectángulo. cuyas base y altura medían Además de esta proposición 5, hay nueve proposiciones más que recogen combina-
cionesy sumas de rectángUlos y cuadrados construidos apropladamente. Estas son:

Proposición 1: a(b+c+d+...')=ab+ac+ad+...
Proposición 2: (a+b)2=(a +b)a + (a +b)b
Proposición 3: (a + ó)a - ab+a3
Proposición 4: (a+b)2=a7+b*+2ab
© Proposición 6: (.2a+b)b+a2=(.a+by
Proposición 7: (a+b)7+a2=2(.a+b)a+b7
Proposición 8: 4(a+ó)a +b?=[(a+ó)+a]7
O
Proposición 9: a2 + b2 - 2 (^J + (^ -

Proposición 10: (2a + b)2+b2 = 2ia2+(a+b)r\


-'s

Hay que añadir que en este caso, al-Juarismi era consciente


2 » // D \ „
de que la ecuación tenía una segunda solución: x +q = = -+ -Q-

Y si quieres, sumas la raíz cuadrada sobre la mitad del número de También especifica el núniero de soluciones que puede tener
raíce9 y da siete (...] ecuación cuadrática de este segundo tipo:

D£ AL-JUARRlMl
Y has de saber que si al dividir por dos el número de raíces y DE la ECUACIÓN X2+-PX=Q
plicarlo por sí mismo da lugar a un número menor que el de
que están con el cuadrado, entonces el problema es imposibl irúcia la justificación geométrica de la u
es iguaJ al número de los dirhams, entonces la raíz del cuadrado ^ = 39 partiendo de un cuadrado de lado descon^6" *
igual a la mitad del número de raíces, sin sumar ni restar nada. ^ al número de raíces de la ecuación propuesta& ” ““
es 1 lengnaje algebraico actual, cada lado del cuadnL„ mÍ!®'
Finalmente: en 6' l0 Snto. e) área de dicho cuadrado es igua¡T^fi " d¡1
>'1? ecuación a?+lto=39, hay que ■£¡r'
Tres raíces más cuatro es igual a un cuadrado. La solución consis- obK„er el primer término propuesto. con lo que la cuestión^
te en dividir por dos el número de raíces, y resulta uno más *** % plantearse es cómo representamos este lOx Como el £
medio, lo multiplicas por sí mismo y es dos más un cuarto siunas ! w rectángulo es rgual al producto de su base por la altura. 10r
a esto el cuatro y da seis más un cuarto, calculas la raíz cúadrada Ide corresponderse con el área de un rectángulo de base igual
y es dos más un medio, le surnas la mitad del número de raíces y es 3 !0 onidades y altura igual a x (figura 2).
cuatro (...) Al-Juarismi divide el rectángulo de área lOa: en cuatro rectán-
gulos iguales de base igual a 2,5 unidades y altura igual az, y los
recoloca airededor del cuadrado x? (figura 3).
3x+4-x2 => X - >/^26+1,5-2,5+1,5.4, Consecuentemente, la figura representada sigue teniendo un
2) 2
áreaigual a

#2+-4-2,5a;=:r2-i-10:r.

Como se ha visto anteriormente, estas reglas eran conocidas


Para seguir con el razonamiento, al-Juarismi completalafigura
tanto en la antigua Grecia como en la India y, por esta razón, no
llenando las cuatro esquinas con cuatro cuadrados menores de
es descartable que al-Juarismi las obtuviera dentro del legado que
lado igual a 2,5 unidades y, por lo tanto, de área igual a 2,5*=6,25
llegó a la Casa de la Sabiduría. Sin embargo, su gran aportación
unidades cuadradas (figura 4).
fue demostrar geométricamente cada uno de estos resultados:

En cuanto a los otros tres casos, en los que sí es necesario dividir


por dos el número de raíces, se expondrán separadamente, y se di-
bujará para cada caso una figura, y se aclarará sobre ella el motivo
de la división por dos.

La base de todas las demostraciones fueron los Elementos


de Euclides, que ya habían sido traducidos al árabe en Bagdad
en diversas ocasiones (una de ellas por el ya citado Hunayn ibn
Jsnaq) y que debían circular por la Casa de la Sabiduría de manera
habituai.

uo
EL Algebra de al-juarismi

EL ÁLGEBRA OE AL-JUARISMI
, roristruy0 un cuadrado de lado *, cuya ^
FIC5.4 1 fp aftade cuatro rectangulos base igual a % v ®
FI6.3 % |,teniendo unafigurade áreaigual a
„ °rompleta el cuadrad0 con '09 cuatro aL'*,
> -“rf"" y-*, ?M, ^

pero este cuadrado tíene un lado igua) a x^V/ v/


4' nvaáreaes . /4I+72.

5 jgualando axnbas expresiones;

E1 resultado fínal es un cuadrado cuya área es igual a

jt?+4 • 2,5* + 4 • 6,25 =x*+ lOa; +25. Al-Juarismi especifica otra


manera de conseguir este resul-
Sin embargo, como en la ecuación se propoma 10ar=39, tado, consistente en dividir el
el área pasa a ser rectángulo de área 10# en dos
rectángulos, en lugar de cuatro, y
a?+10ar +25=Q¡?+lOx) + 25 = 39+25 = 64 unidades cuadradas. unirlos al cuadrado de área x*. En
esta situación, la figura se compie-
Por otro lado, al obtener un cuadrado como figura final, al- ta con un único cuadrado situado
Juarismi determina su lado, el cual está formado por la suma de en una de las esquinas, cuya área
las bases de dos de los cuadrados de las esquinas y por una de las es de 5^=25 unidades cuadradas.
bases de los rectángulos iniciales. Eln consecuencia, su lado es igual Una vez más, el área total del úl-
ax+2-2,5x=x+ 5 unidades, y su área, igual a (x+5f. Porlo tanto, | timo cuadrado conseguido es de
&+2-5x+25=x?+10x+25=39+25
(x+5)2 *64=>a:+5» V64 **8=^ar-8-5 = 3. =64, que es igual al cuadrado del
,ado^+5 (figura 5).
Eln general, si la ecuación es x2 +px=q, los pasos seguidos P°r
al-Juarismi son: (x+5)2 * 64 => x+5 - V64 -8 =«*x-8-5-3.

Ei. ÁLGEBRA DE AL-JUARlSM) EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI


resolución de la ecuación k+q^px ,i JuarisnU completa el cuadrado de lado5v
construye un rectáugulo que es igua] su parte
Ujustificación geométrica de la resolución de^+2i=1(^ sUPen., de base igualaxy altura 5-.t, y al011o , que»tenfa
parte de Ia construcción de un cuadrado de lado desconoc ri bién
-bié"ie qrda
área es igual a al que se suma un rectángulo de área * ia supenor, de área (5-*)2- Cabe notar que si í**0 en *
unidades cuadradas. Siguiendo la ecuación, el área de la 21 0^ ^ 25 unidades cuadradas se le restan ino. Cuadrado
representada es a£+21=10r, es decir, la de un rectángui0 d desh resultado es, precisamente, el cuadrado m^T108 ®
igual a 10 unidades y altura igual a x (figura 6). G base 1 ®’nueda en la esquina superior (figura 8) y Cuya " »»
Dividiendo la base de 10 unidades por la mitad, quedan d qU< q mie es (5-#)2- Pí>r Jo tanto, eayaseha
minados un rectángulo intermedio de base igual a 5-# y
representado por y el resto del rectángulo de área ?i . 25—(® + Q)) = (5—a;)2.
sentado por © (figura 7). ’ epre-
Como O = ®, la expresión anterior es: 25-(® + *
y© + (2)se corresponde con el rectángulo inicialde áreaiguala
2i unidades cuadradas. De esta manera,

25-(<D + @) = (5-ar)2,
25-21 =
4 = (5-a?)2,
V? - 5- a:=í*5-a:-2=&a7-3.

H4 DE AL-JUARlSMí
BlÁLGegRA DE AL-JUARISMI EL ÁLG£BRA
Esta demostración geométrica está en la línea del 1 adas a las 1,5 unidades
los Elementos de Eudides, donde el griego se dedica a • • 11 cubren Ia totalidad
do áreas de distintas figuras para conseguir justilicar ej^ 1§UaJan- qUe Ao desconocido x. Es de-
equivalentes a nuestras (a+b) (ar-b) = a2~ 62, (a+&)2_a2^2es*°nes del‘núde2,5+L5=4uiüdades.
De hecho, al-Juarismi sigue los razonamientos euclídeo & '2ab - ^ Una vez más, el procedi-
terminar también que la solución buscada no solo es e*** dek . o de al-Juarismi para la
sinotambiéna;=5+2=7. " '2^ ^olüción de la ecuación
Por lo tanto, reS -x2 equivale a la regla
pX+Q~
x2 + q-px=>x =
# = ](—) +Q + ~,
P+<1'X V\2 ) 2

RESOLUCIÓN DE LA ECUACIÓN PX + Q = X2
3x+4-*2=**-J(¿ +4+2=4,
Por último, la resolución de la ecuación Sx+4 ^x2 parte del cu
do oc2 de lado desconocido x, el cual se ve dividido en un rectán i
de base 3 unidades y altura x (cuya área es 3x) y otro de área ÁLGEBRA POLINÓMICA
a4 unidades cuadradas (figura 9).
Si dividimos la altura de 3 unidades por la mitad, se forma Una vez determinadas las resoluciones de las seis ecuaciones cua-
el cuadrado © (figura 10), cuya área es igual a 1,52= 2,26 unida- dráticas generales posibles, al-Juarismi contmúa con las reglas de
des cuadradas; aprovechándolo, formamos un segundo cuadrado cálculo algebraico que le han de Ilevar a ellas a través de su álgebra
con las regiones ©, @ y de modo ysu muqabala:
que el área de 4 unidades cuadradas
queda dividida en los rectángulos (D (a + b)(c + d) = ac+bc+ad+bd,
y ®. En esta situación, nótese que ¡
(a-b)-(c-d) = ac~bc-ad+bd,
los rectángulos © y © son iguales,
ya que por construcción de los cua- (a + b)-(c-d) = ac-ad+bc-bd.
drados, la base de <2> es igual a la
altura de ® y, por otro lado, lo mis- Al-Juarismi da numerosos ejemplos que ilustran todos Ios
mo ocurre con la base de ©, que es cálculos:
igual a la altura de ©. Entonces,
(10 -#)• 10 = 100- 10r,
© + © + <D = © + (® + ®)= (10 + ar)-10 = 100+10or,
= l,52+4 = 6,25.
(10+a:) • (10+a;) = 100 + lOar+lOar+a;2 = 100+20r+r2,

Así, el cuadrado ® + © + ® jj* (10-a;)-(l0-a;) = 100-10a;-l0a:+a;2-100-20r+a;2,


ne lado igual a y¡6,25 = 2,5 unidadeS'
(10 - x) ■ (10+x) = 100 - lOar+ lOa;- x2 = 100-a^.

r¡6
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISM» aA6fawDeal-juarism»
Evidentemente, todas estas expresiones no us .deraás, eabeseñalar que a],IUarisrmtambiéu .
simbólica y al-Juarismi se limita a describirlas COn d ^ - grado supenor, eomo ar>=a*2 *°n Plantea
es transfr. ®
puede seguir planteando los primeros problemas res í^6' “^onnabie,
JeU0#*>TesueltaB-
diante ecuaciones de segundo grado: u^es ^

Divides diez en dos partes, y multiplicas una de las do tAS trANSACCIONES comerciales Y u GEOMETRIa
otra. Después multiplicas una de ellas por sí misma, v ***
resultado de esta multiplicación por sí misma es iguaj a ^ qUe ^ ,, sección teórica del libro, aUuarismi aña,i„
el producto de una de las partes por la otra. CUa&o vec^ fJci¡io a los problemas resolubles mediante las rcgfe^0

Esdecir, gsbes que en transaceiones mercantUes entre hs gentes


x+y = 10 y ventas, precios y salarios, y otras muchas eosas, hay PBS
entre cuatro números sobre los que le pregumai, a u»„
rnedida, precio, cantidad y totaL Y la medida es mvetsaffl'e„^";
AJ-Juarismi considera que las dos partes son x y 10-a; co porcional ai total, y e! precio es >nversamenteproporcionalalaL-
que la condición del enunciado es igual a 4a:(10-x)=40/4!! lidad. Y de estos cuatronúmeros, tres son siempre conocidosymo
o, de maneraequivalente, 5^=40x Simplificando, a^=¿ya;=8 desconocido, que es aquel al cual se reflere quíen pregunta ¿coánto?
E1 elenco de ejemplos es variado y nos encontramos con las y en esto está el objeto de la cuestión. 1
seis formas descritas anteriormente:
E1 tema no era nuevo y quizá por esa razón al-Juarismi le de-
ar+y-10 dicó poco más de una página: explica cómo se resuelve y pone
25 2 25 2 =>~x2~l00 varios ejemplos. Como muestra:
■jx’Ty 9
Un comerciante paga a alguien diez dirhams por mes. Si trab^jó seis
días, ¿cuánto le corresponde?
\x+y-10
) 10-x
1 V A =*-“ 4=>10-ar-4a:=>5a:-10=^a:-2 Los 30 días se corresponden con lo que al-Juarismi Ilama la
— -4 x
[ x medida, los 10 dirhams, con el precio, los 6 días son la cantidady
to que se busca es el total, por lo tanto,
(f+1){f+i) = 20 => a:2+7a; - 228 =*> ar -12
Total = Hntio x cantidad ^ 10-6 _ 60 _ gdMiama
a;+2/ = l0 í 3 medida 30 30
> 2 co =>x2 + (10-x)z =58=*x2 + 2l-10x=*x-{ -
x +y -00 * oq, S^uiente capítulo, al-Juarismi plantea unos problemas
Krip!¡le|f*COS ^astante sencillos que, probablemente, tomó del legado
-■-- a:+24 => x2 - 12x+288 => x - 24 . So uegado a Bagdad. E1 texto empieza con una intxoducción alas
o 4
í^Uras geométricas planas que ya aparecen en ios Elemen-

EL ÁLGEBñA DE AL-JIJARISMI
EL ÁLGF-BRA DE AL--
INSCRIPCIÓN DE UN CUADRADO DE UN TRIÁNGULO DADO

^'2*2
Al-Juarismi plantea la determlnación de 2 '

las medidas de un cuadrado inscrito en


un tn'ángulo isósceles de lados iguales a sumando todas las áreas se obtiene
12.10 y 10 unidades. •^+®+®+©+<2,:
Considerando que el lado del cuadrado 48 °-10 que
buscado es la «cosa», es decir, x, el área
del cuadrado buscado es x2.
Sl aplicamos el teorema de Pitágoras. la
x’+(6'-t)*Hí)-48'
altura del triángulo propuesto es igual a
8 unidades. ya que 62 +82=102 y. con este -48. Por lo tanto, uniííades
dato. el área total del triángulo es Símpl¡fl“ndO'10X
^/•12-8-48 unidades cuadradas. Ahora, icmo problema aparece también en la Métríca de Herón a. -
elrazonamiento de al-Juarismi consiste
en igualar esta área a la suma de las dis- "*-—— mediante la

tintas figuras que le han quedado dibu-


jadas al trazar el cuadrado. Así, los dos
8-x_
triángulos (J> tienen una base igual a 6 - unidades y una altura igual
su área conjunta es a *• con fo que 8 " 12'
96 - 12x - 8x,
96-20x,
Del mismo modo, los dos triángulos ® tlenen una base igual a unidades y una
aftura igual a 8-x, con lo que su área conjunta es igual a x-I

tos de Euciides (triángulos, cuadriláteros, círculo...) y el cálculo desu Un hombre muere y deja dos hijos y diez dirhams de capital y una
área, y también de figuras en el espacio y su volumen. La aplicación deuda de diez dirhams a uno de sus hyos, y lega a un amigo un quin-
del álgebra se inicia con un problema que plantea calcular el pie de to del capital más un dirham.
la altura de un triángulo de lados iguales a 13,14 y 15 unidadcs, sigue
con la descripción de ciertas áreas y volúmenes y temiina con la Si el hijo hubiese pagado la deuda antes de morir el hombre,
determinación de un cuadrado inscrito en un triángulo dado. eiíte hubiera dejado 20 dirhams, de los cuales su amigo hubiese
cobrado 2% + l-5 dirhams. Los 15dirhamsrestantessedeberían
repartir a partes iguales entre sus dos hjjos, con lo que cada uno
EL LIBRO DE LOS TESTAMENTOS de eUos hubiese cobrado 7,5 dirhams. Sin embargo, según la ley
jsíámica, si el padre muere y uno de sus hyos le debe más dinero
Un capítulo sobre dinero y préstamos da paso a la última part6 dGl.que le correspondería por herencia, se considera que esta parte
del libro (bastante extensa), y en él, al-Juarismi pone a prueba el T* ^cluida dentro de la deuda y que el resto es un regalo del padre.
álgebra repartiendo herencias. Por ejemplo: °r ejemPl°, si un padre tiene tres hüos y les deja 15 dirhams y una

T20 EL ÁLGt'BffA OE AL-JUARISMI


EL ÁLCEBRA DE AL-JUARtS*1
deuda de 15 dirhams más con uno de ellos, se considera
uno de eüos hubiese tenido que cobrar 3% -10 dirhams Cada
YLAS HERENCIAS
go, solo hay 15 dirhams reales para repartir más una deud^ *******
calcula sin el regaio del padre) que habría que añadir para * 86 _ rAn ei libro sagrado del islam, está dívidido en 11*
saralos otros dos hermanos. Liamando x a esta deuda, Ia a su'vez están divididos en un total de 6236 versiculo?^!05,0
aU fn en cuenta los encabezamientos de los capitulos 3 6yas si no se
a repartir pasa a ser de 10 +x, con lo que a cada herrnano^^^
V rezan «En el nombre de Alá. el Compasivo y m *1 sSon tocios
15+a; ... ¡9+! corpus hay azoras que rigen la conducta del buen mS^0509'
-dirhams. fiSt* an actitudes. derechos. obllgaciones. etc.. y entreeíú árVpermiteo
3 ° í aue marca el derecbo sucesorio y el reparto de las mbíén hay
püulo 14. en sus versiculos 11 y 12. dice: aS Asl. el ca-
Como este dinero es justamente el que ie toca al hermano m
el cual debía aportar su parte x a los 15 legados, se tiene qj^080* 11 Alá os ordena lo siguiente en lo que respecta a vuestro* h«n*..
várún equivale a la de dos hembras, Si ellas son més de dos S M
derán doe tercios de la herencia. Si la hija es ánlea. ,a n&ESESí
los padres les cof respondera un se*to de la herencla si deja hljo^o™ *
deja hrjos y heredan solo los padres, un terclo es para la mad,rs¡'t ñe
y, por lo tanto, x= 7,5 dirhams. En consecuencia, se consideraqu hermanos. un sexto es para la madre. Y todo esto. tras satisfaca, ¿ deudi
Entre vuestros ascendentes y descend.entes. no sabéis quiénes son más
el padre ha legado un total de 15 + 7,5 = 22,5 dixhams a los tíes
útiles. Esta es la obligación de Alá. Alá es omnisciente y sabio.
hermanos (7,5 dirhams a cada uno de elios). E1 hermano moroso 12. A vosotros os corresponderá la mitad de lo que dejen vuestras esposas
no recibirá nada y se considera que su deuda está pagada más m si no tienen hijos. S¡ tienen, os corresponderá un cuarto. Esto. tras satisfacer
regalo de 7,5 dirhams, mientras que los otros dos recibirán 7,5 dir- sus legados y deudas. Si no tenéis hijos, a ellas les corresponde un cuarto
de lo que dejéis. Si tenéis. un octavo de lo
hams cada uno de eiios. Volviendo ahora al problema propuesto que dejéis, tras satisfacer legados y deu-
por al-Juarismi. el legado es de 10+x dirhams, con lo que el amigo das. Si los herederos de un hombre 0 de
debe cobrar . +x+1» 3+£ y quedan por repartir una mujer son parientes y le sobrevive un
5 5 hermano o una hermana, entonces a cada
uno de los dos les corresponde un sexto.
Si son más, participarán del tercio de la
7+— dirhams.
5 herencia, tras satisfacer los legados y deu-
das, sin dañar a nadie. Esta es la voluntad
de Alá. Alá es omnisciente y benigno.
A cada Iqjo le corresponden 3,5+2^ dirhams y esa es pred-
samente la cantidad de la deuda que debería recibir el hjjo moroso: El Corán es una de las fuentes principales de
la sharia, o ley islámica. la cual es el funda-
mento del derecho islámico. La sharia cons-
3,5+ — 5 + — dirhams. tituye el código cívil, penal. religioso... que
5 6 ^arca la conducta de la vida dentro del is-
Si ahora: iam- Asf Pues, las leyes sucesorias, sobre
todo en época medieval. estaban marcadas
Una mqjer muere y deja marido, hijo y tres hijas, y lega a un hombre Por estos dos versículos que recogen la ma-
Voría de posibles casos que se podia encon-
el octavo dei patrimonio más su séptima parte, entonces haces vein ,rar un iuez en el momento del reparto del
te porcion€*s. Coge una cantidad, réstaJe su octava parte y su sépthna le9ado de un difunto.
parte, y queda dicha cantidad menos su octava parte y su sépti

122 123
EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI EL ÁLGSBRA DE AL-JUARtSM*
ma parte, y completas el capitai sumando sobre él
„ ,v0tUC.6N DEL ALGE.DA EN EL MUnm ^
piicado por quince entre cuarenta y uno. MuitiPuc ° •
del legado, que son veinte, por cuarenta y uno, y ^ ^ PQt^
•.nte inatemático árabe que dedicó parte d. « ,
veinte. Le sumas eso mismo multiplicado por quin^ ^cier^
p sigte el egipcio Abu Kamii, entre mediados ¿ J*" 31 *
y uno y el total es mil ciento veinte partes. E1 heredeV^ CUarenta
t*?' dei x. E1 mi.srno reconoció que, en el más de un i, y ^
más un séptimo recibe [...) trescientas partes, y q^0 de ^ octa^
de alJuarismi, no habíahabido n®gunaobra£b^
veinte paites para repartir entre los herederos. ** ^Ípudierasuperar:
que 1° P
De lo explicado, se deduce que al-Juarismi divid He estudiado con gran atención los escritos de los matemáCcE-
ble herencia C=2Qx en 20 porciones iguales de la. ^13 p0si' núnando sus afirmaciones, y escrutando 10 que dicen en sos obra&,
20a: ( 20x _ gOOx quesePara he observado que el libro de Muhammad ibn Musa akluarámi conó
8 7 56 cido como Alffebra es superior en la precisión de sus pnnapios y h
exactitud de sus argumentaeiones. Por lo tanto, nos conesponde a
para el hombre, quedando por repartir 820jy¿a de ias 1120a/
nosotros, la comunidad de los matemáücos.reconocersuprioridad
totales. Por lo tanto, si la herencia está dividida en 1120 % y admitir su conocimiento y su superioridad, ya que con la redacción
totales, el amigo de la madre se lleva 300, quedando 820 de su libro sobre el álgebra fue el iniciador y descubridor de sua
marido, elhqoylas dos Mjas. Acorde con la ley isiámica, el JSÍ principios, mediante los cuales Dios nos ha dado acceso a todo lo
debe recibir un cuarto de lo que queda, con lo que recibe 205x/ que permanecía oscuro, ha puesto a nuestro alcance lo que estaba
205 partes y, de las 61% restantes, las tres hqas deben JX en la oscuridad, ha facilitado todo lo que era arduo, y ha elucidado
se los dos tercios: cada una de ellas recibe 410a/ F\ní>\montD todo lo que era incierto.
elhüo recibe 205^, 0 205 partes. /l68'
EI Álgebra de Abu Kamil es una obra dirigida a un público
«Al-Ma’mun [...] me ha encargado que escriba un breve libro experto en matemáticas y, pese a que es indudable el legado de
sobre el cálculo del álgebra, de modo que contenga lo más al-Juarismi, su autor propone que este texto no solo es necesano,
importante y delicado del cálculo que ios hombres aplican a sino que es superior al de su predecesor. De este modo, Abu Kamil
sns necesidades, herencias, testamentos, paiticiones y negocios, dividió su tratado en cinco partes. En la primera de ellas trata el
cálculo algebraico y la resolución de las seis ecuaciones canónicas,
y en l0íl0 lo tratan entre ellos en la medida de la tierra,
convirtiendo la segunda parte en un libro de problemas resolubles
excavación de canales, construcciones y otras muchas cosas.»
mediante ecuaciones de primer y segundo grado. La tercera parte
— AWuaribui,
introduce las ecuaciones con números irracionales, lacuartaabor
úa cuestiones relacionadas con polígonos y, finalmente, la quinta
Al-Juarismi resuelve multitud de problemas similares en los
Presenta ciertos problemas indeterminados.
^ie mvolucra dotes de boda, esposos con enfermedades termina-
Aunque las demostraciones geométricas de las seis
ha d6S,C aV°S ’ ^ a loclos cllos va dando justa respuesta Como se 0es can°nicas también parten de ciertas proposiciones e
. . C el ^1)ro hie un auténtico éxito y muchas obras posteñores f de Ios Eiementos de Euclides, son sensiblemente dis
ur_-como referencia, ya como manual simplemente aíg^ X Planteadas por al-Juarismi; la revolución del Alge ^
ya exto necesario en los juicios del día a día. ^ega con el planteamiento de nuevas ecuacion

124
EL álge^a OE al-juarismi peau-juawsm'
^u , sobre ¿ álgetrm y Ux muqabnla empi^^, „
Por ejemplo, Abu Kamii busca dos núnieros x e y (Con AíW, !s monomioss, xi,x>...y también dej/ 1/ y d*-
talesque:
sistemático de los posibles product^'X^C
l'Íga » oonclusión de que se cuxnplen Us igual¿

AlKjrJ 111 ii

multiplicarión controlada- * detUca a dar U, f6nnula>


La resohición de este sistema pasa por la imroducción de
-q voriahU 9 — y mn 1<~> mu> la co<nm^ln __ . , Ulls
« ^ * para la suma. resta y producto de dos polmomi09 ^
ibién fue el prúner matemáüco árabe que formutó un aP
W l:,, para la extracción de la raíz cuadrada de polinomios eon
- --- ivanm se en- ^'Teiítes positivos a partir de ciertas igualdades notables. E1
cuentrgen su solución. ya que aJ resolverla, obtiene el resuitad
detaUado de las raíces de los mononüos fue abordado en
¿-VV2-l^donde. trah^ando ahora con la primera ecuación v
^ obra titulada MaraviUa del cálcuJa, en la que ofreció reglas
con y - xv ■\/2 -1, acaba detenninando que: y suotn»ÜU _ r'ATTiA

Jf’ 4**1*.

xNunca ames un número irracional había resultado de una Cabe decir que todo este tipo de raíces habían sido estudia-
ecuación, con k> que este paso les dio la importancia que se mere- das anteriormente por el matemático persa al-Mahani (ca. 820-
dan dentro de ias matemaücas. Otro ejemplo de este nuevo uso ca. 880) v por Abu Kamil. E1 primero había planteado que para
lo encontramos en la ecuación calcular yja + y/b, se tenía que resolver el sistema de ecuaciones
formado por x+y=a y 4xy - b, de modo que, entonces, se obuene
^ja+JE •yfx + yfy • Abu Kamil, por su parte, vio que el plantea-
nviento debía partir de las fórmulas de los cuadrados de ia suma
ydiferencia de binomios. Por ejemplo, para calcuiar J13 ->/8 ,_se
cuya solución es debía considerar el desarrollo (a-b)~ -o'+¿>‘-2o¿) confl*>/l^
y h-V8. Por lo tanto,

(718 - V8 f -18 + 8 - 2>/TÍ4 - 2 => VÍ8 -


0"1A,! JáVYAM V LA RESOLUCIÓN DE LA ECUACIÓN CÚBICA
A ñnales del siglo x y principios del xi, Abu Bakr al-Kai^i (o al-
Kar^|i j dio un nuevo paso en la historia del álgebra: la desligd de & ^.t,)doloexpllcado, el granpasodelálgebramusulmanafuela
geometría, cosa que no habían conseguido ni al-Juarismi ni Abu Ka- Ul lon úe la ecuación cúbica. Era cuestión de aempo que,

126
EL ÁLGEBRA OE AL-JUARlSMI ELM sfflWDÉM-JUAH»*
OMAR JAYYAM (1048-7131)

MUillCluaos y icjciiuoj u'icuen UditanieS plStaS de rA WCa. Slln


Nishapur el 18 de mayo del año 1048 y de pequeño coincidló co k° f°e ^aci¿
Hassan ibn Sabbah; los tres se hicieron muy amigos y pactaro °n Nizam a|-huiifn
consiguiera triunfar en la vida, tendria la obligación de ayudar^1!16'61 Pr'mer0 „ y
cuencia, cuando Nizam al-Mutk llegó al cargo de visir del /est°- Enconf6
Arslan (1029-1072). Hassan se convirtió en el hajib de palacio v o Se,yüc¡ha ai
fue asignada una renta anual que le permitia vivir de manera conf °mar JayVamiP
a la literatura y la ciencia. Con el tiempo, las diferencias relíqi0<;0rtab,e ded'cado
.Hassan llevaron al segundo a conspirar con el sultán, hecho que S 6ntre N'Za^ v
sión de la corte. Hassan se dedicó entonces a predicar el isma^0^0 SUeW
musulmanas y a fundar la secta de los Asesinos en Alamut a dond 'ff0 Dor t¡erras
después, llegó Nizam, ya viejo, tras caer en desgracia cón el antes a^os
asesinado), u tán (y allí mur¡6
Con la muerte de Alp Arslan, Omar Jayyam decidió trasladarse a M
de la corte del nuevo rey. Jalal al-Din Malik Shah (m. 1092) quien iQ enVa Capital
nomo reaI y encargado de la reforma del calendario. Pese á las cont'^^^0 astró*
que sufrieron las pugnas por el poder, Jayyam supo mantenerse s'iem reVUeltas
altas esferas, de modo que parece que nunca le faltó de nada PrS en ,as
Una de sus obras más ímportantes fueron sus Rubaiyyat escritas ooro
terminar el siglo x„. Rubaiyyat. que es la palabra persa que significa «cuartetaL h^
referencia a un estilo muy popular en la época y que es la base sobre la au* J?
escnta la obra. En la segunda mitad del siglo x-x. el irlandés Edward Fitzgerald nawt
y el francés J. B. Nicolas (1867), entre otros. empezaron a traducirlas a laslenqS
europeas, de modo que les devolvieron el lustre que tuvieron en los siglos xa y x»i
En el ámbito matemático, Jayyam escribíó varias obras. entre las que destaca un
tratado de aritmética que incluye un algoritmo de cálculo de la raiz enésimade
cualquter número, basado en la expansión algebraica de la expresión (a+P+c...)B En o. equivalentemente, dx-x2=y2.
la actualidad, esta obra está perdida y solo se conoce parte de su contenidoa Porotro lado, como los puntos de la parábola cumplen -jQ y - x2, elevando al cua-
través de comentarios posteriores y por las palabras del propio Jayyam en otro de drado se tiene que qy2 = x* o, lo que es lo mismo, y3 - V x*. De esta manera. si
sus tratados:
igualamos ambas expresiones:

Los indtos tienen sus propios métodos para extraer los lados de los cuadrados
V ,os cubos basados en sus estudios de un pequeño número de casos, que esel
conocimiento de los cuadrados de las nueve cifras, que son los cuadrados de I,
2, 3 y el resto, y de su producto de los unos por los otros, que es el producto de Sustituyendo d por su valor y recolocando los términos de la ecuaoón. Jayyam
2 por 3, y así sucesivamente. He escrito un libro para demostrar Ia validez de obtiene:
todos estos métodos y enseñar que llevan a la solución deseada. y los he com-
plementado encontrando las ralces cuartas. quintas y sextas y tan grandes como
sean. Esto no lo ha hecho nadie antes de mf. y estas demostraciones son solo r~xl+qx.
algebraicas, fundamentadas en las partes algebraicas del libro de los Elementos.
Por lo tanto. el punto de intersección P(xy) cumple la ecuación propuesta.

128 EL AiGEBRA DEAL-JUARJSMI


el//.s^dEAL'juaR,smI
el éxito áelAlgebm de al-Juarismi en el rn„n,. ,_r Si se observa detenidamente la Pninp,.,.
se planteara qué pasaba con las ecuacione^ h CIent«co, . « equivalente a rx=y> que, en ei leng^f
decir, las ecuaciones cúbicas ¿‘+bx*+cx+d de Braúo o&TJl se corresponde con una parábola de eie IT g
Mjww. CXTat-mi) pubücú en Leiden, Pa^lf 17«- ><0' t segunda igualdad y=* se
sobre el calcvlo Oe flvMones (Speamm
V°TÍje vertical, y ambas curvas üenen un vérticecomIa
hizo un repaso del desanrollo del cálcuio v ci f "^), <¡o„h c^Tos se habían dado cuenta de que si se buscaba el
nuscritos árabes, entre los cuales aparece ,m l l>S "«ntos " ^lcción de dos parábolas de este tipo, entonces este pi^
hasta entonces desconocida Tras d an^ ™ ^“'‘Xresolver la ecuacion ar>= r y, más de mil años después'
1851 que FYanz Woepcke ia tradrqo en ^ eft wP°‘Tap0 generalizar este razonamiento e, intemecando dis-'
mundo occidental. ^ conocer ^
^Ttúcas, fue resolviendo las catorce cúbicas planteadas Por
A1 no tener números negatívos, además de las ^ ^ la ecuación r^+qx-rse resolvió mediante la intereección
pnmer y segundo grado, Jayyam clasificó las cúhi?***0** ** ^ acitcuníerenciay unaparáboia, 3?+r=qxeon un parábola
típos: Cas en catorce
^pérboia, etcétera.
1 ei mundo árabe, al-Binini también hizo tentativas de resoiu-
1. a?=r . de una ecuación cúbica que planteó para calcular geométrica-
2. a?+qx=r ^jajongitud del lado de un eneágono regular. Ya en el siglo xv,
3. x*+r=qx Yajlshid al-Kashi (ca. 1380-1429) resoivió aproximadamente la
4. x?=qx+r
5. x?+p2?=r
3 + _?_ + _?i+Í?.+Í£. + Ü+28 15_
6. a?+r=pa?
+ 60 + 602 + 603 + 604 + 605 + 60fi + 607
7. oc*=pa?+r
8. a?+pa?+qx=r cuyo resultado se corresponde con el valor de sen 1°.
9. a?+p3?+r=qx
10. a?+qx+r=pa?
11. af^paf+qx+r ELÁLGEBRA EN LA EDAD MEDIA EUROPEA Y EL RENACIMIENTO
12. xT+pat^qx+r
13. aP + qx^poP+r Como ya se ha dicho anteriormente, el Álgebrci de alJuarismi fue
14. x3 +r=pa?+qx traducida del árabe al latín por Robert de Chester; por Gerardo
deCremona, en la península Ibérica, y por Guglielmo de Lunis,
Omar Jayyam no encontró las soluciones numéricas de cada en Italia. No se descarta la posibilidad de que se realizaran otras
una de estas ecuaciones, sino que se dedicó a determinar su cons- muchas traducciones, que no han Uegado hasta nuestros días, en Ia
trucción geométrica. Ya desde tiempos de los griegos, se había peninsula Ibérica. Toledo fue un centro traductor de importancia,
determinado que si se podían encontrar dos segmentos de lon#- c°n Jo que la obra algebraica de al-Juarismi estuvo a disposición de
tudes x e y tales que cumplieran '-‘ngrannúmero de escribas y traductores. Lfna prueba de ello es el
^mhameleth, atribuido a Juan de Sevilla, quien, recordemos,
autor de una traducción del Algoris'tni de numero
y x 1’
171 y redactó el Liber algorism.i de practica arismetrice.

131
EL Algebra de al-joarismi EL ÁLGEBRA OE AL-JUARiSMf
730
En la actualidad, el Liber mahameleth es la obra qUe
saber el estado en el que se encontraba la aritmétic^°rpeixi,k
APAR'CIÓN DEL ÁLGEBRA S'MBÓL,CA
en la España musulmana de principios del siglo xn ^ebi*
lectura nos remite al Álgebra de Abu Kamil en divere prtlne^ hp las reglas de falsa posición, la Aritmética de Diofantn 0i a,
Por lo tanto, las demostraciones geométricas basadas^ °Casiones- De d rismi etc., los distintos matemáticos de (a historia J ’ iA/geórd *
+**%£ de SUS distintos textos a las necesiOades d?süfWan<ÍOIas
de los Elementos de Euclides son la base de la resol^ - ^011
e’'Pü'enc¡as didácticas del momento. De este modo. el lenguaie m ? V 3 'S!
ecuación cuadrática. Se tratan, por ejemplo, DrohlPm*oUC10n de ,a ^tolucionando paralelamente a las distintas teorias que se desa,™lf ñ
tesaecuacionesdeltipo x+9%-34 o,^+93=34r c.,lv!<ÍUI,Valen* un momento en que fue impos.ble mantener las largas fraSK r
pasa por el cálculo ’ ^^ción nue servian para resolver un problema algebraico. En el mundo árabe f
2Lpk>. al-Qalasad¡ fue uno de los pnmeros matemátlcos que modefniób
ohra algebraica de su época con ia mtroducción de un cierto simbolismo
Algunas de sus novedades fueron:

letra shin, inicial de la palabra árabe shay' («cosa») para designar la incóg-
nita de una ecuación.
Otro de los caminos mediante el cual el álgebra se introdujo 0. (etra mim. inicial de la palabra árabe mal, que era la que al-Juarismi utilizó
en la Europa medieval fue el citado Liber abaci de Fibonacci, cuyo para designar x2.
J- tetra lam. final de la palabra ya'dii («es igual») para designar el signo =.
último capítulo trata sobre las «reglas geométricas y los probíemas ♦ ' letra jim, inicial de la palabra jidr («raiz») para designar la raíz cuadrada
del álgebra y la mvqabala». Fibonacci presenta Ias seis formas ca- y. letra waw. inicial de la palabra wa («y») para designar la suma.
nónicas y aplica su resolución a numerosos ejemplos y problemas.
En Europa, fue Nicolas Chuquet uno de los primeros matemátlcos que intro-
E1 pisano conoda perfectamente el Álgebra de ai-Juarismi, así como
dujo el átgebra simbólica. üsó p y m para designar nuestros actua/es + y
los Elementos de Euclides y la Aritmética de Diofanto, entre otras respectivamente. y los polinomios se redujeron a los coeficientes y losexpo-
muchas obras importantes, con lo que su dominio del álgebra a nentes. Por ejemplo. para expresar 2x*+6x, Chuquet hubiese escrito.2. p.6..
principios del siglo xm lo convierte en la figura latina más importante En Italia, la Summa de arithmetica, geometrica, proprtionietproportionalita
de Luca Pacioli también dio los primeros pasos hacia nuestra álgebra actual.
del momento. Un ejemplo más: en una carta que envió al «Maestro con la introducción de unas abreviaturas con las cuales podia mar)e,ar ^
Teodoro» en 1225, propuso la construcción de un pentágono equilá- ecuaciones de una manera más simple. Además de los p y rñ. empez a
tero dentro de un triánguio isósceles de lados 10,10 y 12 unidades, rirse a la «cosa» como co.. al «censo» (o cuadrado de la cosa)como e ‘
que le condqjo ala resolución de la ecuación «cubo de la cosa» como cu. De este modo. (as ecuaciones emP® an¡tas
recerse a su actual forma. aunque esta manera de expresar . ? tra.
estuvo presente. verdaderamente, a partir del siglo xvif. or a ¡as dis.
:r2 + 36-ar« 182^, dición alemana introdujo signos específicos inéditos para 0escartes
7 7 tintas potencias de la incógnita, y no fue hasta la Heg ra con-
(1596-1650) y su Géométrie (1637) que aparecieron lax, iay y
la cual solucionó utllizando las fórmulas habituales.
vertirse en las letras referentes del álgebra.
A lo largo de los siglos xm y xiv, el álgebra y, en concreto,
la resolución de la ecuación cuadrática aparecieron en distintos
manuscritos, pero no fue hasta la llegada de la imprenta y la
finitiva consolidación del álgebra simbólica cuando la obra
al-Juarismi fue universalmente conocida Se sabe, por ejempl°> que !e ^Pzig. Nicolas Chuquet, en su Tnparty ^^Íticas, y
Joharmes Widman disponía de una copia manuscrita del Álgebra e i^es¡se dedicó a resolver algunas ecuaeionesc ^
al-Juarismi, que utilizaba para preparar sus ciases en la Lniver91 en lo hizo Luca Pacioli en su Surrvma de anth

DEAL-JUARISMI
132 el Algebra de al-juarismi elálgesra
CAPÍTULO 4
metrica, proprtioni etproportionalita. E1 siguiente
la resolución de ecuaciones lo dio Scipione del FerroTiT r**0 etl
quien ofreció una fórmula general para la resolución de b ''*^6),
de tercer grado. Esta nueva regla fue todo un misterio heCUaciór»
Niccoió Fontana, también conocido por el apodo de Tart ^ que
1499-1557), le comunicó a Cardano el famoso poema
vio la luz uno de los secretos mejor guardados hasta el ^
La obra astronómica
Quando chel cubo con le cose appresso
Se aqquaglia ’a qualche numero discreto
Trouan duo altri differenti in esso
Dapoi terrai questo per consueto
Che’llor productto sempre sia equaie
Alterzo cubo delle cose neto,
El residuo poi suo generale La influencia de la obra astronómica de al*Juarismi
Delii Lor lati cubi ben sottrati también fue muy importante dentro de lahistoria
Varra la tua cosa principale.
de la ciencia, ya que posibilitó el conocimiento de la
tradición india en la Casa de la Sabiduría. De este modo,
Si «el cubo junto a la cosa se iguala a cualquier número discre-
to», es decir, a^+qx-r, se han de encontrar otros dos «diferentes la astronomía ptolemaica convivió con las tabias de
en eso» (u-v=r) cuyo producto^ea igual al «cubo del tercio del al-Juarismi hasta que, flegado el Renacimiento europeo,
coeficiente de la cosa» (uv - j ) ). La solución es el resultado de
fueron definitivamente sustituidas y dejaron paso
restar las raíces cúbicas de estos dos números encontrados tras
resolver ei sistema de ecuaciones que se plantea. Por lo tanto, a las teorías heflocéntricas copemicanas.

x = tfü-‘$pv -

Cardano publicó esta fórmula en su Artis magnae sive de


regulis algebraicis (1545) y, junto con ella, también dio a conocer
la regla para resolver la ecuación de cuarto grado, cuya autoría
atribuyó a su ayudante y colega Ludovico Fenari (1522-1565)-

134 EL ÁLGEBRA DE AL-JUARISMI


obra astronómica más importante que escribió al-Juarismi fue-
ron°las Tablas indias, conocidas bajo el nombre de Sindhind,
basadas en la traducción al árabe del Brahmagupta-siddhanta
de Brahmagupta, realizada alrededor del año 775. También tomó
eomo referencias el ya citado Zij al-Shah y el Jandajadyaka, dei
mismo Brahmagupta.
Cabe señalar que el tratado completo, con sus tablas astio-
nómicas y cánones, se ha perdido, pero en la Córdoba del siglo x
Abu al-Qasim Maslama al-Majriti (m. 1007) hizo una recensión de
unaversión más breve que solo contenía las tablas astronómicas.
Maslama introdqjo diversas modificaciones que adaptaron las fe-
chas persas a las del calendario árabe, y las referencias geográficas
ala ciudad de Córdoba; esta versión fue traducida al latín en el
siglo xn por Adelardo de Bath. Sin lugar a dudas, esta es la mejor
faente para tener una idea de cómo debió de ser la obra origin
^Wuarismi, aunque también se tiene conocimiento otras
^08 b'aducciones (una de ellas realizada por el ya citado e
Alfonso).
^ gran importancia de esta obra astronómica pue^^tu(j
en su influencia en textos posteriores y en
de
-^entarios de los que fue objeto, como los reai^ados^or
en en el siglo ix, o por ibn al-Muthanna e 1 n
11 fil sigin ^

astronómica
LAOBRA
W árabe y la ciudad de Córdoba. diversnc
LA ESCUELA DE MASLAMA AL-MAJRITI
ttan'al ca'!Tuso del astrolabio y una traducción de! Planisferií deltT™,3
^truCCÍÓ nrmente tradujo Herman de Carintia al lat.n en 1143) Ptolomeo
Maslama al-Majríti (m. 1007) fue un destacado matemático ast •
L,.eP°ster H¡rho uno de los discípulos de Maslama fue ibn ai-Samh « ,
logo en los califatos de Abderramán III. al-Hakam II e Hishám IIm ° y astró-
omose .harabajar en Córdoba se trasladó a su Granada natal. donde murió
en Madrid y se trasladó a Córdoba. donde asistió a las clases’rt 3?ldma nac'6
desPués 35 íbn al-Samh escrib.ó d.versos tratados sobre el s.stema de nume!
maestros astrólogos del momento y consiguió destacarse Com °S me¡0res
«13C° ^icional decimal. un comentano a los Elementos de Euclides y otro al
tardó mucho en conseguir trabajo en la corte como astrólooo u alumn°- No
ración PoS ptolomeo. un tratado de geometna, una recenstón de las tablas
su poslción, labró su reputación tanto en el ámbito de las matemár3 VGZ asent°
de ai-juarísmi, dos tratados sobre la construcción y uso del astro-
el de la astronomfa, y en seguida se rodeó de discípulos que QUP CaS corn°en
35tr0nóm|0 sobre ,a construcción de un instrumento llamado ecuatorio
de él, creando una de las escuelas científicas más importantes hastTi30'6^6'
labío y una sjmp/ificar el cálculo de las efemérides.
to. Sus alumnos empezaron a llegar a Córdoba desde todos los rinr m°men-
Andalus y, cuando volvieron a sus ciudades. tras la caída del raiihl* S de al' psnsad° rte ibn al-Saffar (fallecido en Denia. Valencia. en el año 1034). tras una
1031 y la creación de los reinos de taifas. fundaron a su vez escueias n G' año POr5UPetapa cordobesa. se trasladó a Toledo, donde adquirió una gran fama
pr/mera o Vq|v|ó a córdoba para trabajar con su hermano. que se dedícaba
r°n enalteciendo la ciencia andalusf medieval. Entre estos discípulos^T
al-Jayyat. ibn al-Samh, ibn al-Saffar. al-2ahrawi. ibn Jaldun y al-Kirmam^ t c°mom® astro,ab¡os. y de ahi surgió la idea de redactar uno de los tratados
el cadí Sa'id de Toledo (siglo xi): an ' ^e9un aCt>nStr ¡nstrumento. que tuvo un renombrado éxito entre los astrólogos desu
^ ^E! cadí Sa’id se refirió a él como «experto en aritmética y geometria» y
[Maslama] fue el primero de los matemáticos de su época en al-Andalus v fue WmPe que también fue un buen constructor de relojes de sol. Ibn al-Saffar
el mas sabio en la ciencia de los cuerpos celestes y en el movimiento de las Paf&¡én fundó su propia escuela, de la que fue alumnodestacado el matemáti-
estrellas que nadie antes que él. Se interesó por la observación de los astros co^ibñ Barguth (m. 1052). quien a su vez fue maestro de al-Saraqusti (m. 1056)
y se dedicó firmemente a comprender el libro de Ptolomeo, conocido como ydeibnal-Layth (m. 1063).
Almagesto. Tiene un muy buen libro sobre las utilidades de la ciencia de los Losotros discipulos de Maslama también triunfaron en sus respectivas taifas y
números, el cual es muy conocido entre nosotros bajo el nombre de Mu'amalat. consiguieron que, a finales del siglo xi. al-Andalus hubiera asimilado nosololos
Bementos. el Almagesto o el Planisferio, sino también otras obras y resultados
Además de este tratado de aritmética, también compuso una versión breve de como las Cónicas de Apolonio, los escritos de Arquímedes que habían llegado
las tablas astronómicas de al-Juarismi y una adaptación de las tablas deal- alapeninsula Ibérica o el teorema de Menelao de la trigonometria esférica.

La recensión de Maslama se inicia con una serie de tablas 0o59,8,,10”,21”” diarios, aproximadamente. Sin embargo, tanto
calendáricas, como es habitual en este tipo de obras, tras las ^egos como indios se habían dado cuenta de que el Sol no tema
cuales empieza el estudio de los movómientos del Sol, la Luna, ^ movimiento circular uniforme real y decidieron modificar los
y los cinco planetas conocidos hasta el momento: Mercurio, Ve- ®°delos geométricos subyacentes a Ias órbitas, separando
nus, Marte, Júpiter y Saturno. Al-Juarismi heredó la tradición °s centros de la Tierra y de las órbitas. De este modo, para
geocéntrica que situaba la Tierra en el centro del universo, al- ^cular la posición real k del Sol en su órbita, calculaban
rededor de la cual todos los planetas giraban en órbitas circu-
c W» donde A es la posición derivada de la veloci a
lares. Tomando el movimiento del Sol, al-Juarismi consideró
E/ntante ^iaria determinada (llamada Jongitud medm), y
que el astro tardaba un total de 365 días, 6 horas, 12 minutos y
tro¿^a cierta función periódica (llamada ecuación).
9 segundos (valor muy común en la tradición india) en dar una
E(i\ a ^fronomía india, los astrónomos tomaron a
revolución completa alrededor de la Tierra, lo que significa a
laiünth nB*' K con E igual a la máxima diferencia e
que el Sol avanzaba en su órbita circular a una velocida
ürigitud media y la lonjtud verdadera. Así, ai-Juansnu tomó

LA OBRA ASTRONÓMICA ^obraastronómica


2» 14’ de los citados Zij al-Shah y Jandajadmka ,
^°r^fflongitud del apogeo solar A, =77°55' (momentoen
l^bi0 nroduce la máxima distancia entre el Sol y Ia Tierra) de
EL CÁLCULO DE LA DECLINACIÓN DEL SOL
d 4»e s ¿e Brahmagupta. Sm embargo, en la recensión de Mas
La trigonometría esférica en p lsS°btra) está caiculada según el conocido método de las de-
los cálculos astronómicos es __- 1 ’ derivado del Zij al-Shah, que eonsiste en la fónrnda
fundamental para determi- eBoaciones,
nar ciertos arcos ímagina- / \
rios del cielo como, por / \ \\
ejemplo, la declinación solar. / \ \
Si se imagina que el cielo, en / \ K
su totalidad, es una esfera / \[\
cuyo centro es la Tierra. tal / Os\ este caso, 6(X) ^ corresponde con la declinación del Sol y
y como se imaginaba el uní- oi /1 1q. oblicuidad de la eclíptica Vale la pena señalar que el tratado
verso hasta el siglo xvi, en- N. y
1 de al-Juarismi contenía dos tablas para la determinación de
tonces se puede proyectar \ I
el ecuador hasta un círculo V '—-- A / 0ISnación solar. La primera de ellas está computada a partir
méximo QQ', que dividirá la E / 1 una oblicuidad de la ecliptica de e=23ü51’, basada en el valor
esfera celeste en dos hemls- /
tolemaico de 23°51’20”, mientras que la segunda parte lo está del
ferios. Por otro lado. el mo- y/
vimiento de traslación de la _ vaiorindio, e=24°.
Tierra alrededor del Sol pro- La recensión continúa con la determinacion de la ecuación de
vocaré que. desde la Tierra,
laLuna (calculada según el método de las declinaciones para un
se vea al Sol girar alrededor de la Tierra siguiendo otro círculo máximo £E'(la
«eclíptica») que, en el cielo nocturno, pasa a través de las doce constelaciones máximo valor = 4° 56’ tanto del Zij cd-Shah como del Janda-
zodiacales: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer. Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagita- jadyaka), de la declinación del Sol, de la latitud de Ia Luna y de
rio, Capricornio, Acuario y Piscis. Estos dos círculos imaginarios QQ'y EE' se los parámetros correspondientes a los modelos geométricos
cortan en el cielo en el conocido como punto Aries (y), formando un ángulo e
que se conoce con el nombre de «oblicuidad de la eclíptica». Este punto y se delosplanetas.
corresponde con la estrella que representa uno de los cuernos del carnero que
pretende estar dibujado representando a Aries. En astronomia, ese es el origen
de coordenadas del cielo. A partir de él, el Sol, S, se mueve por su círculo EE'
determinando su «longitud», o arco X = yS, y su altura sobre el ecuador, a la LASTABLAS trigonométricas del sindhind
que se llama «declinación» 8 = AS.
Con todo, aplicando el teorema del seno de la trigonometría esférica, segün ALfoaiismi también incluyó dos tablas trigonométricas en su Sin
el cual en un triángulo esférico rectángulo el cociente entre el seno de cual-
quiera de sus lados y el seno del ángulo opuesto es siempre constante, se foind-. una para el seno de un ángulo a y otra para su seno verso
tiene que Jlo que ^ lo mismo, Ia función 1 -cosa en una circ ‘
de radio- igual a la unidad.
-GMcw <x Siguiendo la trauiciuu
umaaa. c>iguienao tradición india, la
=* sen 6 - - sen X sen e. ^no estaha calculada según\los -u~*Hnnas
*no ^laba llamados kardagas (o fo «secvo-
sen A sen e sen A sen 90*
ip ./Dque ^ corresponden con todos los múltiplos ejos ^
Por lo tanto, los astrónomos antiguos tenían una imperiosa necesidad de
determinar el valor de la oblicuidad de la eclíptica para poder relacionar las
dos coordenadas del Sol: su longitud y su declinación.
*/li¡rda9°; 1 se
arii, J 6 3’ COn los corresponde
45°, conl „j5¿,1«iaesun
y así sucesivamente. La ^
de Ia circunferencia de 150 unidades, de modo qu
°n°n\étrica en cuestión es:

ASTRONÓMICA
LA OBRA ASTRONÓMICA
^IWQNOÜISV vaao vi
voiwpNoaj-sv víjbo v^

b.. sojund so| ejjue uppeuedes e| ap ojoexa j0|eA (a jep opnd •sejoBfnd op
pmajoei |3 * ejJ4aujouo6!J4 e| opueznpn 'A ,qq á .od \gg \ vv SODje so| ap oun epeo
atuepexa 9uiuJJ&qap 09UJ0|0jd ueionpojd as enb epuajajip sp sejoq oz A sejp z
soi ap saiqesuodsaj soi jas uejqap ,gg A ,VV •oaijouj asa joj \gg A gV '<vv SodjB so|
euapuajdujoo anb eA 'o06 aP JoAeuj ejjes gV |ensiA ooje |a '9iue4suoD pepoo|9A e g
e w' op esezeidsep es ps |a anb ep jesad e 'oujod eij^A^ ue open;is jope/uesqo un '3
o}und |9 ejseq ejjaii e| eqezeidsep is enb pjpioop ooujoio^ ¿asjeondxe ejpod oujoo?
■0 e g ap j| eued o¡pauj A sejp Z6 * '9 e V ap j) ejed Ojpacu A seip 176 eqeaiduua |os |a
gno pqojdujoo oauuoiow 'Ofrl A 6£L soye soi ap seuojoeAjesqo sns ue 'o6jequj9 ujs
sejoq 9 ¡seo A sejp S9£ »seo ejnp oye |9 anb
eA 'so|J9JJ009J ua eipeai A sejoq 91 A se.ip 16 Jepjej ep eq ps |a A o06 e sa|en6i sopo;
jes uaqap VO A OJ ‘Oe ‘Htr' sooje so| 'ouja¡AU! ©P Ojoqsios |a q A oyojo ap oiooouinbe
|9 3 ‘ouejaA ap opqsios |a g 'ejaAeuJiJd ap oioooujnba |a sa V anb ejap¡suoo as is '01
-uej 01 JOd ajuejsuoo sa ps |ap peppopA e| anb eA 'uopejnp eiusiuj e¡ jauaí uaqap
enb sauopejsa oj^eno sei ua asjjpiAjp apend 'ejjaii e| ap jopapajp |os |ap eja|d
-ujoo uopeisejj eun 'jjoap sa 'je|os oye un ODQV Jepojp eijqjp ns ua ej|a e oujoj ua
ej¡6 anb 's 'ps PP A osjaAiun |ap oj;uao p ue epenjjs 'ejja.ix e| ap aped oaujoioy
•oye |ap o;uaujouj jambieno ua eotjdjpeei
•(0£9l-l¿Sl) J9|da>j sauueqor ap seoqdjp seaiqjp se| ap epe6a|| e| ejseq OAijiuyap
ap opexa Je6n| ns ua |os |e Jenjp uejjiuuad anb seiqe; se| ojndujoo 'JO|eA ajsa uoo 'A
oseoo ns ejjaA ou anb ojapoiu un uojeu|Ujje;ap anb 'soinopo A sojuaiujeuozej sns ap
SZ„Z ap Jas eiqap |OS |ap uppenoa euu|x?iu e| anb p|no|eo oaujO|o;d b - Y - Y O|no|pi
eioueisuoo plap '(saqeje somoupjjse soi jod ojsand ajquuou) o)sd6euj¡v ocuoo epip
¡e ejuetpeuj ejapepjBA pn;!6uo| e| jeujujjajap ejjpod epep \ eipaw pn;i.6uo| epeo
-ouoo 'eo/jeujajeuj s/xejuis uejg ns ua 'jsy aiqfsod pnjqoexa eujixem e| uoo sajsapo
ejed 'oiuaujoui asa ua anb eA '«uppenoa» opeuue|| 'b o|n6up iap jo|ba |a jeu¡ujjajep
sojuajujjAouj so| jeoi|dxa uojaisndojd as (’O'p 11 0|6¡s) oaiuoiojd oipneQ 'apje; spuj 'A
eqejiej ai ops oaujoiow e ‘jsy "X ejapepjaA pnji6uo| ns pn;qoexa uoo jtpauj epend
Oe 110|6is) sepoy ap oojedm 'esjuiajd ejsa uo^ ajuejsuoo peppopA e ueqezueAe
as euati e| apsap anb sej;ua|UJ 'eoqdjpa e| ajqos y eipauj pn;i6uo| ns opueujujjejep
saieno sej ap s?Aej; e sajeinojjo sejjqjp ua e;aue|d ojjsanu ap Jopapaj|e ueqej|6 opp
auuojiun jeinojp ojuejujiAOuj uoo3 ap jopapaj|e eji6 's '|OS |9 'o;ue; 01 JOd '0SJ9A!uri W sojjse soi sopoj 'saiajpjsuv un6as ejjan e| eqejsa ojjuao oAno ua ejajsa eun ap
iep ojjuao |sp sapeppn s'Z opezeidsap eqej;uooua as 3 je|os e;iqjp e| ap ojjubo ujjoj e| ejua; osjaA¡un p 'so6eij6 souuouojjsb son6que so| ap euoAeuj uej6 ei ejed
ia ojed 'j ua epenjjs eqejsa ejja¡i e| anb |a ua euia;sis un oap! oaujoiojd ,sand !SV
•sapepiun 09 e.ipaujxvoipej p anb |a ejed euia;sis un ua sapepjun g'Z ap JasPll05^
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Eun ‘anb 01 uod ‘sepepiun ap upuajapp aPu ^
■°3 sal o09 sol sp 0g^ soi UBiudas atib 0gx soi b ‘o^uP 01 i°d s OSL 0O6 9
^ \Z 9p sa SüBvpim¡ soqure ap sajejnqi?] saJoiBA soi 9X1110 • ^ * _SL
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L£ 90L 0SV £
Jon>A anb p eied) Oog ap ojngu? I0P ,$ 9£
SZ oO£ Z
U9S sñhffim:ip!;J !UIS!1Bnf-IB «ipod OUIOD? 'ogjrequis urs '90' 6£ 6£ oSl L
S 8nb ^PtsuoD tuispunf-tu oiuod soipui SOUIOUP^ - uvJajig ebepjex
ouas-osi o
Kardaga a 150 sen a
J^encia ,r6rloHios indios como al-Juarismi consideraban que sen
1 15° 39 I»*35 nA Sin embargo, ¿como podraaWuarisnü calcular ei v»?
2 30° 75
*11del ángo>° de 500 ^ el ^111,3 ^ovüadora arroia Z
3 45° 106 dd< loximado de 0,766044...)? 50» está entre los
4 60° 130 ^’Íérvese qne la columna de la dereeha refleja que la
5 75° 145
3Í ’ pntre Ios valores tabulares de ambos kardogos es de 24 uni
6 90° 150 ^ por lo tanto, a ios 15“ que separan los 45» de los 60» [es co-
de una diferencia de 24 unidades, con lo que, mediante una
Así, igual que en la actualidad es posibie , regla de tres, a los 5° que separan los 50» de los 45°, que son
ángulo de 45°, obteniendo el resultado
«rce» P**» de los 15°’l6S COITesponde ™a tercera parte de las

LA DETERMINACIÓN PTOLEMAICA DEL MOVIMIENTO DEL SOL


ltó ser de 2.5 unidades en un sistema para el que el radio ATmedia 60 unidades.
1850' ptolomeo ideó un sistema en el que la Tierra estaba situada en T, pero el
Para la gran mayorfa de los antiguos astrónomos griegos. el universo tenía u f Tt,0 de la órbita solar £ se encontraba desplazacío 2,5 unidades del centro del
de una esfera en cuyo centro estaba la Tierra. Según Aristóteles. todos los astrnTS C*verso Por |0 tanto. el Sol, S, gira alrededor de £ con movimiento circular uniforme
cielo giraban alrededor de nuestro planeta en órbitas circulares a través de las tóermínando su longitud media A sobre la eclíptica. mientras que desde la Tierra se
avanzaban a velocidad constante. Con esta premisa. Hiparco de Rodas Csiqlo n ar\ ouede medir con exactitud su longitud verdadera X. Asi, a Ptolomeo solo le faltaba
y. más tarde, Oaudio Ptolomeo (siglo.. d.C.) se propusieron explicar los movimientos determinar el valor de^ángulo q. Ilamado «ecuación». ya que en ese momento. para
celestes con la maxima exactitud posible. Asi. en su Gran sintaxis matemática, cono- cada longitud media A dada. podría determinar la longitud verdadera mediante el
c.da como Almsgesto (nombre puesto por los astrónomos árabes), dejó constancla cálculo A - Á - q. Ptolomeo calculó que la máxima ecuación del Sol debia ser de 2°23‘
de sus razonamientos y cálculos. que determinaron un modelo que no vería suocaso y.con este valor, computó las tablas que permitían situar al Sol en su lugar exacto de
definitivo hasta la llegada de las órbitas elípticas de Johannes Kepler (1571-1630).
laecliptica en cualquier momento del año.
Ptolomeo parte de la Tierra, T. situada en el centro del universo y del Sol. S. que gira
en torno a ella en su órbita circular ABCD. Un año solar. es decir. una traslación com-
pleta del Sol alrededor de la Tierra, puede dividirse en las cuatro estaciones que
deben tener la misma duración, ya que la velocidad del Sol es constante. Por lo tan-
to, s¡ se considera que A es el equínoccio de primavera, B el solsticio de verano. C ei
equinoccio de otoño y D el solsticio de invierno. los arcos AB. BC, CD y DA deben ser
todos iguales a 90° y el Sol ha de tardar 91 días y 16 horas y media en recorrerios. ya
que el año dura casi 365 días y casi 6 horas.
Sin embargo. en sus observaciones de los años 139 y 140, Ptolomeo comprobó que
el Sol empleaba 94 dfas y medio para ír de A a B, y 92 días y medio para ir de Ba C.
¿Cómo podfa explicarse? Ptolomeo decidió que si desplazaba la Tierra hasta el punto
f, un observador situado en E veria como, a pesar de que el Sol se desplazase de A a
Ba velocidad constante. el arco visual AB sería mayor de 90°, ya que comprendena
los arcos A4AB y BB'. Por ese motivo. A4'y SS'debían ser los responsables de os
2 dfas y 20 horas de diferencia que se producían, Ptolomeo determinó exactamen e
cada uno de los arcos AA', BB’, CC' y DD' y. ut¡l¡2ando la trigonometria y el te°re™
de Pitágoras, pudo dar el valor exacto de la separación entre los puntos E y • ^

142 LA OBRA ASTRONÓMICA laobraast


24 unidades, es decir, 8 imidades. En consecuen * jipndo en el cielo hasta su definitivo ocaso por el hnri .
sen 60° - sen 45°+%-24 = 106 + 8-114 unidades^' Se Üene que <s ei ángulo de altura del Sol bajo el cual proyectasür
En su recensión, Maslama también incluyó una t K
ción seno basada en la tradición gñega En el AlmoZ de la %
Sl f nces la longitud de la sombra proyectada será igual a 12 7T'
definió la función trigonométrica cuerda para .Ptolorneo y Con todas estas tablas, al-Juansrm íue capaz de ir ealculL,,
dado. Así, si en una circunferencia había el ángulo ^ulo
más tablas correspondientesa las ascensiones recta y oblicua, la
consideró que su cuerda era crd /3 = AB, en compar^’ V°loineo ^encionada declinacion del Sol, etc. ^ a
tradición india que, como se ha visto, se basó en la fi^!°n Con **
(figura 1). Por lo tanto, si se considera el ángulo a tal n ^ Sen°
doble, entonces sen a - AC y, como AB=2AC, se tiene queS6aSU
^ (NFLUENCIA del sindhind
AB - 2AC => crd 0 - 2 sena => crd 2a - 2 sena =*
Como en los casos anteriores, el Sindhind también tuvo una gran
=* sena = icrd 2a.
2 influencia en la astronomía de la Edad Media y fueron muchos
los astrónomos y astrólogos que se basaron en estas tablas para
Maslama era muy consciente de esta equivalencia y se dedicó compilar sus propias obras.
a dividir todos los valores de la tabla de cuerdas del AL-magesto por En tiempos de Abderramán II, las tablas de al-Juarismi lle-
la mitad. De esta manera, si Ptolomeo calculó que la cuerda del garon a Córdoba y parece que circularon entre los astrónomos y
ángulo de 30° era igual a 30 unidades, Maslama pudo determinar astrólogos de la corte. Por ejemplo, Yahya al-Gazal (773-864), un
que el seno del ángulo de 15° era de 15 unidades. muy reputado poeta y astrólogo en las cortes de al-Hakam I y de
Otra de las funciones trigono- su hijo Abderramán n, las utilizaba para levantar sus horóscopos.
métricas que al-Juarismi introdiyo Si se tiene en cuenta que al-Gazal fue la figura elegida por el emir
en su obra fue la de la cotangente para encabezar la primera embajada cordobesa a Bizancio en el
de un ángulo, dada su utilidad para año 839, se puede inferir que otros astrólogos importantes de la
poder determinar la hora del día a corte también harían uso de ellas y que así se convirtieron en uno
partir de la altura del Sol. Si se co- de los textos fundamentales, juntamente con el Almagesto, para
loca un palo vertical de 12 unidades ^ determinación de sus efemérides planetarias.
de longitud sobre el suelo, la altura Sin embargo, el punto culminante de la tradición india en al-An-
del Sol a lo largo del día irá deter- T1 ns la recensión elaborada por Maslama, con la ayuda de ibn
minando sombras de distintós on ■Saffar (n\. 1034). A través de su escuela, ios discípulos de Masla
átudes. Por lo tanto, al me io asunilaron la astronomía india del Sindhind y la fueron trans-
momento en el que el Sol HegJ * ]a ^hendo a sus propios alumnos. De hecho, el propio al-Saffar es-
punto más elevado en eHn ^ hb 1Ó,0tra recensión independiente de la de Maslama, y lowsmo
sonibradelpaloserálamw de,°.!bn (m. 1035), quien además utilizó ciertosparaine
deldía.Apartirdeese^roajiera
eor\^ndklnd para trazar las láminas de su ecuatorio, e
sombra se irá alargan ^es- 11113 vers*ón castellana incluida en los Libros
progresiva conforme e deAlfonso X el Sabio, rey de Castilla entfe I252y 1284.

, ASTRONÓMICA
144
LA O0RA ASTRONÓMICA
Otro de los astrónomos andalusíes que se basó
fue eljienense ibn Mu’ad al-dayyani (m. 1093), CUyos
ron traducidos por Gerardo de Cremona en eí sigl0 Can°nes füe- * hms9U/W«,«,
•J c“al se 3pQy¿
las Tablas de Jaén no dejan de ser una versión del «'Joarisml
r®alfctaf su
Maslama con tablas calculadas para las coordenadas ^ Sindhlod,
de la ciudad andaluza, E1 seviliano Abu Jafar Ahmad ?0gráficas fotosuperior
mad (m. ca. 1100) también siguió la tradición india1 ^ 31
'"«Hlnario
series de tablas astronómicas que combinó en una te^ SÜS ^08 de) aíWrromo
árabeof-Battaoj.
conocida como al-Muqtabis. Tan solo se conserva un Serie
los cánones en árabe, pero existen una versión latina elaWa¡¡° ^ Laj Tablas
•Itonsto.
Sicilia por Giovanni de Dumpno en 1260 y otra hebrea a c ^ ^ S«allza<Jaj grfclas
■I *poyo dt
judío español Solomon Franco (siglo xiv). ibn al-Kammad d^br^ Alfonso X el
Sablo, el otyetivo
entrar en contacto con el Sindhind mediante las enseñanza^d *«sfaitabl«sera
su maestro Abu Ishaq Ibrahim al-Zarqali, también conocido qoJ proporclonsr un
esouf ma de uio
Azarquiel (Toledo, ca 1030- Sevilla, ca. 1100). E1 propio Azarqmd práclleo para
calcular la
en su Tratado sobre el movimiento de las estrellasfijas, relata: poslclún del Sol,
laLunayloe
pianetas de
acutrdo con
Ibn ai-Samh reunió un buen número de observaciones astronómicas •I íliteme
ptolwnalco,
con lo que pudo Uegar a comprender el curso del movimiento de las
estieUas fyas. Pero eUo solo se le ofreció de una manera incompleta
Después de él, nosotros seguimos el estudio de este probiemaenTo-
ledo, con un grupo de personas que nos merecían nuestra conflanza,
personas peritas y de mérito científico, conocedoras del Sindhindy ilmm
4 14 u 14 V «? 1« * «*'*«* «4 ¿
de las observaciones de los astrónomos. I « 3 "X '-f * JL n J» 4 iq 0, <0 . tf
■¡ at . ’iii * ¥ *** V ¥" t' **¥ U»i‘ -'T
•- * '<f* * «**:«•« <• <A • m M
¿ *,. :■
Cabe citar un tercer caso en la península Ibérica, las Tablas de i
1
» • «e** '*_•
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Barcelona que hizo compilar el rey Pedro el Ceremonioso (1319- u aut mia * %• '-c «e »c «3» e * « j».
< v ■■ -* ¥ * <•» il t* *•' ** <* a v i»T
u i»m au i» |iuM , j 14
1387). La obra fue escrita alrededor del año 1381 por Jacob Cor- e
•1
«ijim» *4*vOfio 4
**»**». « »«
» „ «• y *> wy « «
4 •- •* * * ’ > «4• "'f ,*»?*.V. U

suno de Sevilla con la colaboración de los catalanes Pere Gilbert “ wvin* « 4
»« »f in «ij J* ií-.c irví .«• . T : 4 U. • W •• W • •»•» •!*« M t ",í
y Dalmau Ses Planes. E1 propósito de Pedro el Ceremonioso era tt fLOUljM tt ¥ MáA y }*#

• * £:* m '»*’* yil» ***


dejar un legado científico importante que incluyera unas tablas - z ■ mm • •» * “•♦ *««,*«* «♦«r; r?
astronómicas de referencia para toda la cristiandad, y la c0 I u«i m ««**« *» •"•♦‘í*.
ración de Corsuno convirtió el proyecto en una adaptación e
' ** 1*« ****** 5
Sindhind a la ciudad de Barcelona
... u - ¥■ ? U uVr'*'»* *s *S' *>■
Pero además de las distintas tablas astronómicas comp ^ ^ 1* *• 1 1 íf K l«'.a lt¿ •<" •'C-'V

a paiür de esta tradición india, también hay que tener en ^ ; •*•**-*t** •-*
transmisión a través del comentario de ibn al-Muthanna, e c

ASTRONÓMICA
146 LA OBRA ASTRONÓMICA
LA FiGURA DE AZARQUIEL .andrian que reelizer largos cáleulos slgulenCo los mode,05

Abu Ishaq Ibrahim al-Zarqali (1029-1087), también conocido como Az j°ndioS' escrito entre los
í0hre el rftovimiento de las estrellas fíjas.
de los matemáticos y astrónomos más importantes del siglo xi en la uno 0 Ttí>,ad0o°e%ado únlcamente a través de una traduccion hebrea a *
Al hablar de los grandes cientificos de su tiempo, el cadí Sa'id dijo de'é|?SUla lbér*ca. ',080 y c“nnSYehudá (1150-1230). Es la obra donde Azarquiel
Uuel 11 la trepidación. Desde que Hiparco descubriera la preceslá^í °*
Y el más sabio de todos en la ciencia de los movimientos de los ast ée I»te0" y la determinara en 1" cada 100 aflos, las observaciones realizadas “
constitución de las esferas es Abu Ishaq Ibrahim ibn Yahya, el cincelad r°S V de ^ «**S£Zos posteriores habian ido arrojando otros valores dlstintosV cada ss'
cido por el «hijo de Zarquel». Él es el más eminente entre la gente 'd' COn°' (de 354 días) y 6 meses er< la cudad de Bagdad del slglo
tiempo en lo que respecta a las observaciones astronómicas y en la @ n°estro 3t7rabes para al-B¡run¡... Este hecho. junto con la progresiva dismlnuclón en
la estructura de las esferas y en el cálculo de sus movimientos y es el m600'3 d® »*•* ,3 oblicuidad de la ecliptica. Ilevó a Azarquiel a Idear unos modelos
de todos ellos en la ciencia de las tablas astronómicas y en la invención deS eltricos que recoglar, estas variaclones, dando una explicación matemitica a
mentos para la observación de los astros. e 'nstru* 960íT1foblema teórico.
referente a/ movimiento del Sol. Es una obra que cita el mismo Azarquie)
El granadino Abu Bakr al-Zuhri (m. 1137) también relata que Azarquiel fue el inq -13 , Tratddo sobre el movimiento de fas estrellas fijas, y es el resultado de 25 afos
ro de dos «maravillosos y sorprendentes» relojes de agua a orillas det Tajo en Tol^i' T observaciones a partir de las cuafes Azarquiel descubrió el movimiento del
los cuales parece que aún se usaban en el año 1134. W0‘ de e0 solar (rápidamente recogido por Abraham ben Ezra en su Ubro de los
Mediante los apuntes autobiográficos de sus distintas obras, también se ha llegado tndamentos de (as tab/as astronómicas). Azarquie! también propuso un nuevo
a saber que Azarquiel dejó Toledo algo antes de la conquista cristiana (1085) y se modelo geométrico para el Sol con la excentricidad variable, en contraposlción
trasladó a Sevilla, donde reinaba al-Mu'tamid desde el año 1078. Posteriormente, en con los modelos ptolemaicos.
Córdoba, Azarquiel realizó su último periodo observacional que finalizó en la segun- _E1 Tratado de la azafea. Contiene la descripción de un instrumento para el que
da mitad de la década de 1080 rodeado de sus discípulos.
hay tres versiones. La primera está dedicada al rey al-Ma‘mun de Toledo y la única
La importancia de sus obras llevó a Abraham ben Ezra a añrmar que. hasta el mo-
referencia a ella la encontramos en los Libros del saber de astronomía de Alfon-
mento, «nadie podía rivalizar con él desde el tiempo de la entrada de los musulma-
so X el Sabio. La segunda es la «azafea al-’abbadlya», dedicada al rey al-Mu’tamid
nes en España», y prueba de ello es que Nicolás Copérnico (1473-1543) lo citó en
deSevilla. la cual solo se conserva en su versión árabe. Finalmente, también se
su De revolutionibus orblum coelestium (1543), que introdujo las teorias hellocén-
tricas en la historia de la astronomía y cambiaría el rumbo del cálculo de las efemé- encuentra la «azafea al-shakkaziya». la cual llegó a construirse duranteel Renaci-
rides planetarias. miento europeo. La azafea es un instrumento para la determinación de ciertos
Sus obras son muchas y muy diversas. Entre ellas, cabe destacar las siguientes: arcos trigonométricos y la resolución de algunos de los problemas más comunes
de )a trigonometría esférica y, todo ello, sin tener en cuenta la latltud del lugar
— Las Tablas de To/edo. Son un conjunto de tablas astronómicas con unos cánones donde se usa el aparato.
que explican cómo deben ser utilizadas, calculadas para la ciudad de Toledo. Com- ~ El Tratado de la lámina universa/ de los siete planetas. Conservado a través de la
pilan la amalgama de fuentes de las que Azarquiel podia disponer: el Almagesto versión alfonsf que realizó el judío Rabipag, es otra de las obras de Azarquiel
de Ptolomeo. la obra astronómica de al-Battani y el Sindhind de al-Juarismi. Ade- ^onde el matemático intentó simplificar los cálculos de efemérides planetarias.
más, incorporan las observaciones astronómicas del propio Azarquiel, presentan- Azarquiel inventó un Instrumento sobre el cual se podían calcular las posiclones
do novedades en cuanto a algunos de los parámetros astronómicos. e los planetas con la ayuda de unas lámlnas que se colocaban sobre él. Cabe
— El A/manaque perpetuo, basado en los ciclos de los planetas. Azarquiel recupe- ecir que en la descripción del modelo geométrico de Mercurlo. Azarquiel es e
ró una antigua tradición mesopotámica estudiada por Hiparco de Rodas y tam- Pnmer astrónomo en la historia en utilizar una elipse para explicar un movimien-
bién por Ptolomeo, que estableció el número de revoluciones sinódicas de los 10 Planetaric.
planetas. Si, por ejemplo, en 59 años solares Saturno realizaba 57 revoluciones
sinódicas por 2 zodiacales. para calcular sus efemérides tan solo haria fa ta
tabular su posición en cada uno de los d(as de esos períodos. De esta manera. ab/90 también a Azarquiel un Tratado de la esfera armilar, actualmente perdi-
nos tratados menores de magia.

LA OBRA ASTRONÓMICA
UA OBRA ASTRONÓMICA
objeto de como mfaimo una traducción de Huao do «« . , Tablastrigonométricas, que incluyen tablas paralafunrih
tre 1119-1151) y de una versión hebrea a careo de Ahrl^ (acttvoen.
seno (utiüZandoun radio delacircunferenciade
E1 Svndhind fue conocido en Inglaterra a princW^ ***■
gracias a la citada traducción, realizada por Pedrn ViT d siS>° ffl des)ylacotímgente,tabtoparaladeclinaciórlsolarfflt
l0S valores de la obücuidad de la ecüptíca de 23°5P
dor del año 1116. Pedro Alfonso vúúó a Inelaterra h 080 bién de 23-33’, detenuinado en las observaciones UevadT,
instalóenlacortedeEnriqueI(reyentre losaños caboenBagdad durante el siglo ix), las ascensionesre.T,"
se convrrüó en maestro de las artes überales v tuvn * U35)' AIH oblicuas... Hay versiones que también incluyen tablas Zl
a Walcher, futuro prior de Malvem, a quien enseñó°m° la función seno denvada de las cuerdas ptolemaicas y radio
y, en partícular, las tablas de al-Juarismi adaptadas JTT“’°niía igual a 60 unidades.
cnstíano. Poco después, la abadía de Maivem se con vi» _Tablas para los moviirdentos medios y las ecuaciones del
de los centros cientfflcos más importantes de la InRlatemíoT Un° Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos. La mayoría de
xii y, junto con la traducción de Adelardo de Ba.hloT Slgio las tablas de las ecuaciones están sacadas de la obra de
de Maslama, no es de extrañar que ,os a^ónomos v ™" al-Battani.
mgleses de los años siguientes las tuvieran muy en ouimtT — Tabias para las latitudes planetarias, todas ellas originarias
de al-Juarismi.
— Tablas para la detenninación de la visibilidad y retrogra-
LAS TABLAS DE TOLEDO
dación de los planetas, copiadas de al-Battani y del Alma-
gesto.
Otro de los caminos por el que la astronomía del Sindhind se
— Tablas para la determinación de eclipses de Sol y de Luna.
íntrodqjo en la Europa occidentaI medieval fueron las Tablas rfe
La mayoría de manuscritos contienen dos series de tablas
Toledo, las cuales rápidamente sustituyeron a la obra original de
correspondientes a los cálculos de al-Juarismi y de ai-Batta-
al-Juarismi. Estas tablas fueron una obra eolectiva compilada alre-
ni, respectivamente.
dedor del cadi Sa’id de Toledo, en ias cuales Azarquiel desempeñó
— Tablas para el cálculo de la precesión de los equinoccios,
un papel determinante. Se conservan multitud de manuscritos me-
siguiendo la teoría de la trepidación de Thabit ibn Qurra
dievales que atestiguan la gran aceptación que recibió esta serie
— Catálogos de estrellas y constelaciones.
de tabias astronómicas desde la primera mitad del siglo xn gracias,
—• Tablas con las coordenadas geográücas de multitud de lo-
sobre todo, a las versiones latinas que elaboraron Juan de Sevilla
calidades.
y Gerardo de Cremona, entre otros.
La obra contiene tablas copiadas directamente del Sindhind
de al-Juarismi (adaptadas a la ciudad de Toiedo), aunque también 10¿Orn° ^ ^ la importancia que tuvieron las Tablas de
del canon astronómico de ai-Battani (m. 929) y, en general, de ropa ° Se °^serva en ntultitud de copias conservadas en Eu-
las múltiples copias y ediciones conservadas. Sus contenidos se aijún a pesar de que en el tercer cuarto del siglo xin las Tablas
pueden resumir como sigue: ei\ laT5’ patrocinadas por Alfonso X el Sabio, las sustituyeron
hicieroerUri8l^a ^er*ca- Un siglo después, las Tablas alfonsíes se
— Tablas calendáricas, que contienen equivalencias entre eias del 1111 ^ueco dentro de las obras astronómicas y astrológicas
y los distintos calendarios de uso común en astronomía: Permitíaff0 Europa pero» P°r ejemplo, Geoffrey Chaucer aún se
egipcio, árabe, persa.. <¿e Qnr,t f^^bir en su «Cuento del terrateniente» de los Cuentos
'*,aerhum,.

150 LA OBRA ASTRONÓMICA


LAOBRAASTRONÓMICA
LA oBRA ASTRONÓMICA DEL REY ALFONSO X EL SABIO alguna version ae la consrruccion ___
|0me° y c bjo descrita por Mashallah ibn Athari
Alfonso X el Sabio (122H284) puede ser considerado el mayor mecenas d*. del aSn°8l5). Los capítulos que describen el uso
latina en la península Ibéríca del siglo xw. Bajo su patrocinio. se llevaron a c7k Cultura (ca 7 | bj0 s0n una posible reelaboración de .-T&L
ciones científicas del árabe al latín y al castellano. dando paso a los pñmern ° tfaduc‘ de> a5t7 s andalusíes de la escuela de Maslama.
astronómicos en lenguas vemáculas escritos hasta entonces. s trat^os materia'® ¡pa universal. La descripción de su fU -
Una de las mayores aspiraciones de Alfonso X era la de convertirse en emDpraw Libr0 d* traducción del tratado de Ali ibn Jalaf

Sacro Imperio Romano y. tal ve2. dentro de su campaña de publicidad vio l7,0rdel ^ inT0) Rabicag fue el autor del texto expli-
tura cristiana el mayor exponente de una labor que lo podia encaminar en su CUl' (ca' a* «;u construcción. adaptando la cons-
por la corona europea. Asi. Alfonso X decidió que se debía compendiar todo *** la azafea de Azarquiel. 1Í7 ’lM}
cimiento astronómico y astrológico de su época. por lo que decidió que se com Ci°n°* truCC . /gdZdfea. Traducción de la construcción
tres colecciones: una dedicada a la magia, otra a la astronomía y una tercera a u ° Llbr0 t DOr Azarquiel. realizada por Bernardo el
trología. De la primera se conserva el Liberpicatrix, traducción latina reali2ada JnS Sqo y su alfaqui Don Abraham en 1278.
del tratado árabe Elobjetivo delsabio, sobre magia talismánica. De la tercera SQi i h o de las armillas. Traducción o adaptación Seiio Aifonw x «i sawo.
conserva parte del Lapidario, redactado hacia 1250. que recoge las propiedades^6 quehizo Rabicag del libro homónimo (perdido)
las piedras en relación con la astrología. Con este panorama, la segunda colección 6 ije Azarquiel.
la que conlleva mayor interés al contener los conocidos Libros del saber de astronomú Libro de las láminas de los siete planetas. Se describen las construcciones de los
Sus autores fueron, principalmente, los iudíos Rabicag, Yehudá ben Moshé y Samuei pruatorios de ibn al-Samh y de Azarquiel.
ha-Levi. aunque contaron con colaboradores como los italianos Giovanni de Cremona
y Giovanni de Messina. o los españoles Garci Pérez y Fernando de Toledo.

- Libro de la octava esfera. Dedicado a las constelaciones, fue elaborado por Yehudá
ben Moshé y Guillén Arremón Daspa en 1256. aunque veinte años más tarde fue
objeto de revisión del propio ben Moshé junto con Samuel ha-Levi y los dos coia-
boradores italianos ya citados. Es una interpretación libre del Libro de las estrellas
fíjas de Abderramán al-Sufi (903-986) con adiciones y conocimientos tomados del
picatrlx, el Tetrabiblos, el Lapoidario (todos ellos vinculados a ben Moshé) y también
de la traducción latina del Almagesto (1175) a cargo de Gerardo de Cremona.
- Llbro de la esfera sólida (o dell alcora). Consta de tres partes muy distintas. La pri-
mera alberga los cuatro capitulos iniciales sobre la construcción del instrumento y
son una adición alfonsí, obra de Rabicag probablemente. La segunda es la traduc-
ción (terminada en 1259) del tratado homónimo de Qusta ibn Luqa (siglo ix) donde
se explíca su uso, a cargo de Yehudá ben Moshé y el castellano Juan Daspa Final*
mente, la tercera parte contiene un único capítulo adicional que ordenó el propio
Alfonso X con el objetivo de describir la construcción de las «armellas».
-Llbro del astrolabio redondo. Es una probable adaptación que hizo RablCag
tratado sobre el uso del astrolabio plano escrito por ibn al-Samh (m. 1035). Ya
cuando recibió la orden del rey Alfonso X de redactar un tratado de es a' ^
Rabicag no encontró ninguna fuente en la que basarse. La razón es que e as
plano era rnuy popular y esto pudo ensombrecer la construcción de este i
to, que era conocido en al-Andalus desde el siglo x. instnj-
- Libro delastrolabio plano. Consta de una parte dedicada a la construcción w ^
mento y otra a su uso. De autor desconocido, no se descarta que sea una pto-
piamente alfonsí basada en el comentario que hízo Maslama del Plams

153
laobraastronómica
LA OBRA ASTRONÓHICA
A1 fin encontró el momento correcto para la •
y diabólico copjuro. Sacó sus recién conregid¿ClICÍÓn de itq ■
astronomía y todo lo que necesitaba: tablas sob
los planetas durante períodos redondos, tablas p^ ^ movimiento í
de los períodos y longitudes para ciertas fechas *** ^ SUbdiv»sion
bases para el cálculo, y todo el resto de su parafe ^ P[°PorciQ^ Lecturas recomendadas
centros y ánguios de cálculo y sus tablas de propor™ .^68 oom0
determinar los moviitüentos de los planetas, para''°naIida(les.Pata
todas sus ecuaciones. ' P°der hacer asj

Yase hacomentado que el Sindhind de al-juarismi


do en IngJaterra a principios del siglo xn, pero el relato
está basado en la adaptación que realizó Robert de Cheste ^
diácono en la catedral de Pamplona en el año 1140 al^ ^
Et libro del álgebra. Madrid, Nivola, 2009.
de Londres en su regreso a la capital inglesa en 1146. meridian° ^I'ARISNO
Azarquiel. El astrónomo andalvxí. Madrid, Nivola,
Otro ejemplo de la transmisión de las Tablas de Toledo D08C£, C.,
remite al sur de Francia, donde eran bastante conocidas, mclü.%
Moreno Castillo, R., Al-Juarismi. El algebrista de Bagdad. Ma-
antes de que Raimundo de MarseUa compilara su propia vereión
en 1141. Su Liber cursuum planetarum (a través del que fueron drid, Nivola, 2010.
espinosa, L, «Componentes de una historia del álgebra. E1 tex-
conocidas sus Tablas de Marsella) fue la primera adaptación de
to de al-Khwarizmi restaurado», Investigaciones en matemá-
las tablas a una ciudad europea cristiana, así como también al ca-
lica educativa II. México DF, Grupo Editorial Iberoamérica,
lendario cristiano, y se adelantó como mínimo unos treinta años a
laprimeratraducción del Almagesto al latín (1175). En el sigloxm 2003, págs. 109-131.
«Historias de al-KhwariznU (3.a entrega). Orígenes del álgebra».
las Tablas de Toledo aún eran utilizadas en Toulouse, donde fueron
objeto de una adaptación a esta ciudad en la primera mitad del si- Suma, 60, págs. 103-108.
glo, pero con el paso del tiempo la obra de Azarquiel fue perdiendo —: «Historias de al-Khwarizmi (5.a entrega). La cosa». Suma, 66,
su presencia en Francia con la aparición de las Tablas alfonsíes. págs. 89-100.
Sin embargo, algunos de sus parámetros astronómicos siguieron Samsó, J.( «Calendarios populares y tablas astronómicas», Histo-
estando presentes en las obras astronómicas del siglo xiv, como riadela ciencia árabe. Madrid, Real Academia de Ciencias
las tablas compiladas por Jean de Lignéres en 1322. Exactas, Físicas y Naturales, 1981, págs. 127-161.
Las Tablas de Toledo fueron traducidas al griego enel Lis ciendas de los antiguos en al-Andaius. Roquetas de Mar,
y una de sus últimas apariciones importantes pudo ser su1 n Eundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2011.
cia en el Tratado de astrología atribuida a Enrique de 1
(1384-1434), redactada alrededor de 1440 por el clérigo An
drígnez. En la obra, el autor cita las Tablas alfonsies au^u,^^
bablemente, fueran alguna versión latina del Sirulfiindo
de Toledo las que fueran utilizadas en algunos pasajes e

i-ao8raastronomica
índice

«Hi.íMB.MI.W-tt Ah-tandvnr <fc» VUladrl11. 57


wlwranuU,ll41<. U» ( drmm <i* ftlgnrurmti ll. «7 4»,
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^jriwnlo d«* liath 11. 40. Alfnnao X el Srt>u> 11, 145. 147,

150 151 153


¿.AiKlaJuí.34,49.138-139. 145. 152 Ltftnm <UH M%hrr <¿r <utvrmomi*

ai-tUtfdwll H2, 54 145. 149. 152


i^Balliuu 147-1444, 150-151. 153 TahUut n(/rnMMi 11. 147,
H-Biruu 45. 50-51. 131, 149 151 154
il-F*üán 49 ,
al«oniim> 10. 43. KV5H. 1840 «3,
•* Hauih, Hal>unh 24 M4H, 71. 73*7By «4. 91. IflU.
«Wwrhun 24, 26 127 128
«HUrji 126-127 AjN>j4>mt» 7. 27
*kMtu, Jamithiri 64. 131 ConuiM 10. 19. 27. 130
•^Mutnbi. sl-Samaw' 64 AnjunmrtM 7-8. 10. 19, 27 28,
***inii, MaMUurva 11. 1;I7 130 31. 96-96. 98, 139
•»'Un»Hu 15, lH-19,21. 33. 4» ArvahhaU l 48. 93, 100
***** 21-23, 34
A'-VuhMattw 48, 100
**U«hul llarun 19. ¿I 27. 34 wtin>Lthh> 24, 29. 34,51. 75,
*'m ''*« •>!«., n, 31 1:19, 152-153
Aleiun 74t> 15, 19. 40
Mluí,
Aunlbn', lH*bertu de (SUvmtrr D)
\\ n
11.64

157
Aau-quiel 11,146
163-134
,148_m Almage»to 8,10,21,^4»
138-139, 144, 148
Basdad9.ll, 13,15,18-24,26-27 Planisfeño 139,152
Tetrabiblos 21, 162-163
29,-31,33,43,49,61,63,62-64
no, 119,149,151 145 _
Banu Musa 26, 27-28, 30 quipu 44-46
^s-iao ^ l45,146'
ben Ezra, Abraham 49, 66 72
relnosdetaifas 138-139
148-150
423
Bhaskara 1100
ojpts Adam 70, 74
Bobért de Chester 11,106,131,164
Bhaskara II102
Rudoiff, Christoff 74-76
Bizancio 21,146 ££<
Boecio 8, 72
Sacrobosco, Johannes de 11,67,
Borghi, Pietro 69-70, 73 161
134 i-92'B6.®.131; 76-77
Brahmagupta 43,46,48,101-102 Algorismus vtdgaHs 11. 67-68,
Brahmagvpta~siddha7Ua 137 ..^o^'131
"Sr*-* 70
Jündajadyaka 137,141,147 Sa’id deToIedo II, 138-139,148,
hneaJ 88

160
Cardano, Gerolamo 70, 74, 134 105.U1 Santcliment, Francesc 68
Eratóstenes 7
Casa de la Sabiduría 9,11, 13( SevilJa, Juan de 11, 49, 52, 66, 67-69,
esfera armilar 24,149
19-27, 33-34,110, 136 1«-1M
Euclides 7-10,32,77 61, 131, 150
cero 45-46,48, 67, 71, 73 Sindhind 11, 21,24,34, 137-154
Elementas 9-10,19,21,26,3i,
Chaucer, Geofírey 75-76,161,154 sistema de ecuaciones 92, 101,127,
93,108-110,116,120,125,
Chuquet, Nicolaa 70,133 128,132,139 140-141,149.151
134
cifra 9,11,36, 38-43, 45-46, 48, 60, observ-diono de Shammasiya 11,
62-66, 60, 62-68, 70-78,128 Ferrari, Ludovico 134 22-24,26,33
Tablas de Toledo 11, 148,150-161,
Codex vigüianus 64 Ferro, Scipione del 134
154
Copémico, Nicolás 148 Fibonacci (Leonardo de Pisa) II, Padoli, Luca 70,133
Tartaglia (Niccoló Fontana), 72,
Corán 16, 22-23,123 papiro de Rhind 84, 86-87
65-66, 71, 73,132
Pedro Alfonso (Moshé Sefardí) 11, 134
Cremona, Gerardo de 11,27,106,
49,137,150
Teón de Alejandría 8
131,146,150,162 guarismo 71, 77-79
PedroelCeremonioso 11,146
Pellos, Frances 70,74 Wagner, LOrich 69
Damasco 16-18, 24,26, 63 Hiparco de Rodas 10,142,149-149
Peninsula Ibérica 10,17,19, 49, Walcher de Malvem 150
declinación del Sol 140-141,146, 151 Hipatia de Alejandria 8,96
6^65,105,131,139,146, 148, Widman, Johannes 69-70, 74, 132
declinaciones, método de Ias 141 Hugo de Santaila 150
151-152
Diofanto 7,10,95-99, 132,
ibn Abi Mansur, Yahya 24 Ptolomeo 7,10,33,142-143 Zij al-Shah 19,24, 137,141
Aritmética 10, 95-97, 99,
132-133 Zij cd-Mumtahan 24

156 índice fNOCE

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