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Edición original:

Pessoa, Fernando
Poesía de Alberto Caeiro

Traducción: Angélica Rodríguez Vargas. 2018

EDICIÓN PIRATA

Editorial Ataraxia
Bogotá, Colombia
2018

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Prólogo
De estatura media y apariencia frágil, cabello cas-
taño claro y unos impávidos ojos azules, Alberto Caei-
ro fue un poeta joven, considerado un Maestro, gracias
a su inocencia e imperturbabilidad, por algunos de los
escritores de espíritu pagano más memorables de Por-
tugal. A pesar de que Caeiro quería que lo recordaran
simplemente como el único poeta de la Naturaleza, de él
se han escrito muchas cosas para vincularlo a un sinnú-
mero de corrientes filosóficas y espirituales, entre ellas
el estoicismo, el objetivismo absoluto, la antimetafísica,
el epicureísmo, el sensacionalismo, la teología negativa
o apofática, el materialismo y el panteísmo naturalista,
e incluso hubo quienes vieron en él una nueva especie de
santo. Estas clasificaciones, a mi manera de ver, mien-
ten la simplicidad y humildad que lo caracterizaban y
que le hacían, al mismo tiempo, celebrar su oficio de
pastor de ovejas y abjurar su labor como intérprete de
la Naturaleza, por la imposibilidad de traducir con per-
fección la realidad al limitado lenguaje de los hombres.

Como descubridor de la Naturaleza, así se llamaba


a sí mismo, Caeiro desconfiaba de las palabras y de los
pensamientos –por cuanto engañan, sin saber que en-
gañan– al punto de darse cuenta de que ni siquiera la
Naturaleza existe, por ser tan solo partes sin todo
Vi que no hay Naturaleza,
Que la naturaleza no existe,
Que hay montes, valles, llanuras,
Que hay árboles, flores, hierbas,
Que hay ríos y piedras,
Pero que no hay un todo al que eso pertenezca,
Que un conjunto real y verdadero
Es una enfermedad de nuestras ideas.
Fernando Pessoa

Como revelador de la Realidad, en palabras de Ricar-


do Reis, discernía primero entre la sensación y lo obser-
vado, para reconfortarnos luego en la fatal separación
con las cosas: el olvido que nace en la mirada

al hombre que fue para mí, como llegará a ser para


muchos otros, el revelador de la Realidad, o como él
mismo dijo, “el Argonauta de las sensaciones verda-
deras” –el gran Libertador, que nos devolvió, cantan-
do, a la nada luminosa que somos; que nos arrancó
de la muerte y de la vida, dejándonos entre las cosas
simples, que nada conocen, en su decurso, de vivir ni
de morir; que nos libró de la esperanza y de la des-
esperanza, para que no nos consolemos sin razón ni
nos entristezcamos sin causa; para convivir con él, sin
pensar, en la realidad objetiva del Universo.

Presentamos al lector una traducción libre de arti-


ficios para acercarlo a la sinceridad del poeta, gracias
al descubrimiento de la Naturaleza y la revelación de
la Realidad que ocurren en él de una manera tan es-
pontánea como ese hecho humilde de escuchar y ver y
estar atento, no sin antes advertirle que cuando empiece
a habitar estas páginas, se hará su discípulo –incluso
si se resistiera a ello– con la misma probabilidad con
la que lo hicieron Ricardo Reis, Antonio Mora, Álva-
ro de Campos y Fernando Pessoa, entre muchos otros
hombres apasionados; salvo, naturalmente, si no tiene
oídos ni ojos, pues de ser así el maestro nada tendría
para decirle.

Su método, del todo sencillo, es muy similar al del


Kōan empleado por los maestros de la tradición Zen que
consistía en un enunciado, sin sentido lógico aparente,
capaz de desafiar la mente racional y provocar en el discí-

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

pulo un despertar de la conciencia intuitiva; así, Caeiro se


sirve de la paradoja y la negación de un supuesto sentido
oculto, para despojar al lector del misticismo y restituirle
una actitud contemplativa, como derecho de humanidad,
que lo devuelva de súbito al presente del cuerpo.

Además de la impresión física y mental que dejan sus


versos, sucede lo que con las grandes obras de arte: no se
sale de ellas siendo la misma persona; con esta lectura,
en particular, se ha documentado un resquebrajamiento
del sistema de creencias edificado en torno a la palabra
y, en consecuencia, su desprecio por ella a través de ella,
es decir, a través de su uso restringido, que es a lo que
llamamos poesía. Esto se traduce, en las últimas conse-
cuencias, en una ampliación de la capacidad para ver las
cosas despojadas de los nombres que las señalan, duran-
te un instante que será siempre breve, como el Nirvana,
y que será arrancado del tiempo del lector como un lindo
vestido nuevo. Estas impresiones pueden llevar, al pa-
sar el tiempo, a una desidentificación con las verdades
aprendidas o, en su defecto, una insana necesidad de di-
bujar símbolos en ventanas, espejos y otras superficies
ficticias; recomendamos al lector evitar estos compor-
tamientos insólitos y dejar los reflejos limpios, porque
esta era justamente la invitación del maestro: limpiar la
mirada y no erigir un nuevo castillo para el pensamiento.

Quede el lector prevenido de los efectos desafortuna-


dos para sí mismo y para el mundo, y libre de disfrutar
los más provechosos, de manera que estos versos sean
eventualmente la llave para escapar de la jaula del len-
guaje, hecha de palabras y pensamientos, a pesar de la
incapacidad, que tantos hombres sensibles han testimo-
niado, de abandonarla, una vez seducidos por su gracia y
su belleza, como si hubieran escuchado un canto lejano.

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Fernando Pessoa

No queda más que augurarle al lector un feliz viaje


quieto y, sobre todo, un sillón favorito –como fueran los
deseos de nuestro pastor iluminado– con una gran ven-
tana, en su casa o en su café preferido, en avión, barco,
autobús o cualquier otro vehículo de la experiencia, para
que, más que leer, pueda escuchar y ver estos poemas, sin
temor a perder de vista el mundo objetivo.

***

Prefacio de Ricardo Reis


Alberto Caeiro da Silva nació en Lisboa el 16 de abril
de 1889, y en esa ciudad falleció, de tuberculosis, en 1915.
Su vida transcurrió casi toda en una casa en el campo
de Ribatejo; solo sus primeros dos años, y sus últimos
meses, fueron pasados en su ciudad natal. En esa casa
aislada cuya aldea cercana consideraba por sentimien-
to como su tierra, Caeiro escribió casi todos sus poemas
–los primeros, que llamó “de niño”; los del libro titula-
do El guardador de rebaños; los del libro, o lo que quiera
que fuese, incompleto El pastor amoroso; y algunos, los
primeros, de los que yo mismo, siendo heredados para
publicar como todos los otros, reuní con el título, que Ál-
varo de Campos hizo bien en recordarme, de Poemas In-
conjuntos. Los últimos de estos poemas, a partir de aquel
numerado, son no obstante producto del último periodo
de la vida del autor, de nuevo pasado en Lisboa. Juzgo
que es mi deber establecer esta distinción, pues algunos
de estos poemas revelan, en la perturbación de la enfer-
medad, una novedad algo extraña para el carácter gene-
ral de la obra, tanto en naturaleza como en orientación.

La vida de Caeiro no puede narrarse puesto que no


hay en ella nada que narrar. Sus poemas son lo único

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

que en él hubo de vida. En todo lo demás no hubo in-


cidentes, ni historia. El mismo breve episodio, insigni-
ficante y absurdo, que dio origen a los poemas de El
pastor amoroso, no fue un incidente, sino, por decirlo así,
un olvido.

La obra de Caeiro representa la reconstrucción inte-


gral del paganismo, en su esencia absoluta, de una ma-
nera en que ni los griegos ni los romanos, que vivieron
en él y por eso no lo pensaron, lo pudieron hacer. La
obra, sin embargo, y su paganismo, no fueron ni pen-
sados ni siquiera sentidos: fueron vividos como lo que
quiera que sea en nosotros más profundo que el senti-
miento y la razón. Decir más sería explicar, lo que de
nada sirve; afirmar menos sería sentir. Toda obra habla
por sí misma, con la voz que le es propia, y en el lenguaje
en que se forma en la mente; quien no lo entiende, no lo
puede entender, y no hay razón para explicarle. Es como
hacer comprender a alguien, deletreando las palabras al
hablar, un idioma que nunca aprendió.

Ignorante de la vida y casi ignorante de las letras, casi


sin contacto con la cultura, Caeiro hizo su obra mediante
un progreso imperceptible y profundo, como alguien que
dirige, a través de las conciencias inconscientes de los
hombres, el desenvolvimiento lógico de las civilizaciones.
Fue un progreso de las sensaciones, o, mejor, de maneras
de tenerlas, y una evolución íntima de pensamientos de-
rivados de tales sensaciones progresivas. Mediante una
intuición sobre-humana, como aquellas que fundan reli-
giones para siempre, pero a la que no le queda el título de
religiosa; es por eso que, como el sol y la lluvia rechazan
toda religión y toda metafísica, este hombre descubrió el
mundo sin pensar en él, y creó un concepto del universo
que no contiene meras interpretaciones.

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Fernando Pessoa

Cuando por primera vez me fue encomendada la ta-


rea de publicar estos libros y hacerles un prefacio, pensé
en hacer un largo estudio, crítico y exhaustivo, sobre
la obra de Caeiro, sus teorías y orientación natural. In-
tenté, con una gran disposición, hacerlo. Pero no pude
hacer estudio alguno que me satisficiese. No se puede
comentar, porque no se puede pensar lo que es directo,
como el cielo y la tierra. Puede tan solo verse y sentirse.

Me pesa que la razón me impele a decir estas pocas


palabras ante la obra de mi Maestro, y no poder escri-
bir algo útil y necesario con la cabeza, más de lo que
dije, con el corazón, en la Oda XIV de mi libro I, en la
cual lloro al hombre que fue para mí, como llegará a ser
para muchos otros, el revelador de la Realidad, o como
él mismo dijo, “el Argonauta de las sensaciones verda-
deras” –el gran Libertador, que nos devolvió, cantando,
a la nada luminosa que somos; que nos arrancó de la
muerte y de la vida, dejándonos entre las cosas simples,
que nada conocen, en su decurso, de vivir ni de morir;
que nos libró de la esperanza y de la desesperanza, para
que no nos consolemos sin razón ni nos entristezcamos
sin causa; para convivir con él, sin pensar, en la realidad
objetiva del Universo.

Entrego la obra, cuya edición me fue encomendada, a


la casualidad fatal del mundo. La entrego y digo:

¡Alégrense, todos ustedes, que lloran en la mayor de


las enfermedades de la Historia!
¡El Gran Pan resucitó!

Esta obra entera está dedicada por deseo del propio


autor a la memoria de Cesário Verde.

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

El guardador de rebaños

I
Nunca guardé rebaños,
Pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
Conoce el viento y el sol
Y anda de la mano de las Estaciones
Pasando y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza sin gente
Viene a sentarse a mi lado.
Pero estoy triste como una puesta de sol
Para nuestra imaginación,
Cuando enfría en el fondo la llanura
Y se siente entrar la noche
Como una mariposa por la ventana.
Mas mi tristeza es sosiego
Porque es natural y justa
Y es lo que debe estar en el alma
Cuando ya piensa que existe
Y las manos cogen flores sin ella darse cuenta.
Como un ruido de cencerros
Más allá de la curva del camino,
Mis pensamientos están contentos.
Solo tengo pena de saber que están contentos,
Porque, si no lo supiera,
En vez de estar contentos y tristes,
Estarían alegres y contentos.
Pensar incomoda como caminar bajo la lluvia
Cuando el viento arrecia y parece que
[llueve más.

9
Fernando Pessoa

No tengo ambiciones ni deseos.


Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Y si deseo a veces,
Por imaginar, ser cordero
(O ser el rebaño todo
Para andar diseminado por la colina
Siendo muchas cosas felices al mismo tiempo),
Es solo porque siento lo que escribo al
[ponerse el sol,
O cuando una nube pasa la mano sobre la luz
Y afuera un silencio recorre la hierba.
Cuando me siento a escribir versos
O, paseando por los caminos o por los atajos,
Escribo versos en un papel que está en
[mi pensamiento,
Siento un cayado en las manos
Y veo mi figura
Encima de un cerro,
Mirando mi rebaño y viendo mis ideas
O mirando mis ideas y viendo mi rebaño,
Y sonriendo vagamente como quien no
[comprende lo que se dice
Y quiere fingir que comprende.
Saludo a todos los que me leen,
Quitándome el sombrero de ala ancha
Cuando me ven en mi puerta
No bien la diligencia asoma en la cima
[del cerro.
Los saludo y les deseo sol,
Y lluvia, cuando la lluvia sea precisa,
Y que en sus casas tengan
Al pie de una ventana abierta
Una silla favorita
Donde sentarse, a leer mis versos.

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y al leer mis versos piensen


Que soy cualquier cosa natural,
Por ejemplo, un árbol antiguo
A la sombra del cual, cuando niños
Se sentaban de golpe, cansados de jugar,
Y limpiaban el sudor de su frente caliente
Con la manga del blusón a rayas.

II
Mi mirar es nítido como un girasol
Tengo la costumbre de andar por los caminos
Mirando a la derecha y a la izquierda,
Y de vez en cuando mirando hacia atrás…
Y lo que veo a cada momento
Es aquello que nunca antes había visto,
Y sé darme cuenta de eso muy bien
Sé tener conmigo el asombro
Que tendría un niño si, al nacer,
Supiera que de veras ha nacido…
Me siento nacer a cada momento
Para la eterna novedad del mundo…

Creo en el mundo como en una margarita,


Porque lo veo. Pero no pienso en él
Porque pensar es no comprender…
El mundo no se hizo para que
[pensáramos en él
(Pensar es estar enfermo de los ojos)
Sino para mirarlo y estar de acuerdo.
No tengo filosofía: tengo sentidos…
Si hablo de la Naturaleza no es porque
[sepa lo que es,
Sino porque la amo, y la amo por eso,
Porque quien ama nunca sabe lo que ama
Ni sabe por qué ama, ni lo que es amar…

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Fernando Pessoa

Amar es la eterna inocencia,


Y la única inocencia es no pensar…
III
Al atardecer, asomado por la ventana,
Y sabiendo de soslayo que está el
[campo enfrente,
Leo hasta que me arden los ojos
El libro de Cesário Verde.
Qué pena siento por él. Él era un campesino
Que andaba preso en libertad por la ciudad.
Pero el modo como observaba las casas,
Y el modo en que reparaba en las calles
Y la manera como se interesaba por
[las personas,
Es la de quien observa los árboles,
O de quien baja los ojos al camino por donde
[va caminando.
Y va mirando las flores que hay en el campo.
Por eso él tenía aquella tristeza grande
Aunque nunca dijo que la tuviera,
Pero caminaba en la ciudad como quien no
[camina en el campo
Y triste como aplastar flores en libros
Y poner plantas en jarros…

IV
Esta tarde la tormenta cayó
Por las pendientes del cielo abajo
Como una roca enorme…
Como alguien que de una ventana alta
Sacude un mantel,
Y las migajas, por haber caído todas juntas,

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Hacen algo de ruido al caer,


La lluvia llovía del cielo
Y ennegreció los caminos…
Cuando los relámpagos sacudían el aire
Y se desplegaban en el espacio
Como una gran cabeza diciendo no
No sé por qué –no tenía miedo–
Quise rezar a Santa Bárbara
Como si fuera la tía vieja de alguien.
¡Ah! Es que rezando a Santa Bárbara
Me sentía más simple
De lo que creo que soy…
Me sentía familiar y casero
Y habiendo pasado la vida
Tranquilamente, como el muro del patio;
Teniendo ideas y sentimientos por tenerlos
Como una flor tiene perfume y color…

Me sentía alguien que puede creer en


[Santa Bárbara…
¡Ah, poder creer en Santa Bárbara!
(Quien cree en Santa Bárbara,
Pensará que ella es persona y es visible
¿O qué pensará de ella?)
(¡Qué artificio! ¿Qué saben
Las flores, los árboles, los rebaños
De Santa Bárbara?... La rama de un árbol,
Si pensara, nunca podría
Construir santos ni ángeles…
Podría creer que el sol
Alumbra, y que la tormenta
Es una cantidad de gente
Enojada por encima de nosotros…
¡Ah, como los más simples de los hombres

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Fernando Pessoa

Enfermos y confundidos y estúpidos


Al lado de la clara simplicidad
Y salud de existir
De los árboles y de las plantas! )

Y yo, pensando en todo esto,


Quedé otra vez menos feliz…
Quedé sombrío y enfermo y taciturno
Como un día en que todo el día una
[tormenta amenaza
Y ni siquiera de noche llega…
V
Hay bastante metafísica en no pensar
[en nada.
¿Qué pienso del mundo?
¡Yo qué sé lo que pienso del mundo!
Si enfermara pensaría en eso.

¿Qué idea tengo de las cosas?


¿Qué opinión tengo sobre las causas y
[los efectos?
¿Qué he meditado sobre Dios y el alma
Y sobre la creación del mundo?
No sé. Para mí pensar en eso es cerrar los ojos
Es no pensar. Es correr las cortinas
De mi ventana (que no tiene cortinas).

¿El misterio de las cosas? ¡Yo qué sé lo que


[es el misterio!
El único misterio es que haya quien piense
[en el misterio.
Quien está al sol y cierra los ojos,
Comienza a ignorar lo que es el sol
Y a pensar muchas cosas llenas de calor.
Pero abre los ojos y ve el sol,
Y ya no puede pensar en nada,

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Porque la luz del sol vale más que


[los pensamientos
De todos los filósofos y de todos los poetas.
La luz del sol no sabe lo que hace
Y por eso no se equivoca y es común y es buena.
¿Metafísica? ¿Qué metafísica tienen
[aquellos árboles?
La de ser verdes y frondosos y tener ramas
Y la de dar fruto a su hora, lo que nos
[impide pensar,
A nosotros, que no sabemos darnos cuenta
[de ellos.
Pero qué mejor metafísica que la de ellas,
Que es la de no saber para qué viven
Ni saber que no lo saben.
“Constitución íntima de las cosas”…
“Sentido íntimo del universo”…
Todo esto es falso, todo esto no quiere
[decir nada.
Es increíble que se pueda pensar en
[cosas de esas.
Es como pensar en razones y fines
Cuando el comienzo de la mañana está
[irradiando, y entre los árboles
Un difuso oro lustroso va perdiendo oscuridad.
Pensar en el sentido íntimo de las cosas
Es demasiado, como pensar en la salud
O llevar un vaso al agua de las fuentes.
El único sentido íntimo de las cosas
Es que no tienen ningún sentido.
No creo en Dios porque nunca lo vi.
Si él quisiera que crea en él,
Sin duda vendría a hablar conmigo

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Fernando Pessoa

Y entraría por mi puerta


Diciendo, ¡aquí estoy!
(Esto tal vez es ridículo a los oídos
De quien, por no saber lo que es mirar
[las cosas,
No comprende a quien habla de ellas
Con un modo de hablar que el
[observarlas enseña).
Pero si Dios es las flores y los árboles
Y los montes y la luz de la luna y el sol,
¿Para qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores y árboles y montes y sol
[y luz de luna;
Porque, si él se hizo, para yo verlo,
Sol y luz de luna y flores y árboles y montes,
Si él se me aparece como árboles y montes
Y luz de luna y sol y flores,
Es porque él quiere que lo conozca
Como árboles y montes y flores y luz de
[luna y sol.
Es por eso que le obedezco,
(¿Qué sé yo de Dios que Dios no sepa
[de sí mismo?),
Le obedezco viviendo, espontáneamente,
Como quien abre los ojos y ve,
Y le llamo luz de luna y sol y flores
[y árboles y montes,
Y lo amo sin pensar en él,
Y lo pienso viendo y oyendo,
Y camino con él todo el tiempo.
VI
Pensar en Dios es desobedecer a Dios,
Porque Dios quiso que no lo conociéramos,
Por eso no se nos mostró…

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Seamos simples y tranquilos,


Como los riachuelos y los árboles,
Y Dios nos amará haciendo de nosotros
Un nosotros como los árboles son árboles
Y los riachuelos son riachuelos,
Y nos dará verdor en su primavera,
Y un río a donde ir cuando acabemos…
Y no nos dará nada más, porque darnos
[más sería quitarnos a nosotros.
VII
Desde mi aldea veo cuanto desde la tierra
[pueda verse del universo…
Por eso mi aldea es tan grande como
[cualquier otra tierra,
Porque soy del tamaño de lo que veo
Y no del tamaño de mi altura…

En las ciudades la vida es más pequeña


Que aquí en mi casa en la cima de esta colina.
En la ciudad las grandes casas cierran la
[vista con llave.
Esconden el horizonte, empujan nuestro
[mirar lejos de todo el cielo,
Nos vuelven pequeños al quitarnos el
[tamaño que podemos mirar,
Y nos vuelven pobres porque nuestra única
[riqueza es ver.
VIII
En un mediodía de fin de primavera
Tuve un sueño como una fotografía.
Vi a Jesucristo bajar a la Tierra.
Vino por la cuesta de una montaña

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Fernando Pessoa

Hecho otra vez niño


Corriendo y rodando por la hierba
Arrancando flores para botarlas luego
Y riendo de un modo que se oía desde lejos.

Había escapado del cielo.


Era nuestro de sobra como para fingir
Ser la segunda persona de la trinidad.
En el cielo todo era falso, todo en desacuerdo
Con flores y árboles y piedras.
En el cielo tenía que estar siempre serio
Y de vez en cuando volverse otra vez hombre
Y subir a la cruz, y estar siempre muriendo
Con una corona hecha toda de espinas
Y los pies atravesados con un clavo de cabeza,
Y hasta con un harapo alrededor de la cintura
Como los negros de las ilustraciones.
Ni siquiera le dejaban tener padre y madre
Como a los otros niños.
Su padre eran dos personas
Un viejo llamado José, que era carpintero,
Y no era padre suyo;
Y otro padre que era una paloma estúpida,
La única paloma fea del mundo
Porque no era del mundo ni era paloma.
Y su madre no había amado antes de tenerlo.
No era una mujer: era una mochila
En la cual había venido del cielo.
Y querían que él, que solo nació de madre,
Y nunca tuvo padre para amar con respeto,
¡Predicara la bondad y la justicia!
Un día que Dios estaba durmiendo
Y el Espíritu Santo volaba,
Él fue a la caja de los milagros y robó tres.
Con el primero hizo que nadie supiera que
[él había escapado,
Con el segundo se creó eternamente
[humano y niño.

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Con el tercero creó un Cristo eternamente


[en la cruz
Y lo dejo clavado en la cruz que hay en el cielo
Y sirve de modelo a los demás.
Después huyó hacia el sol
Y bajó por el primer rayo que atrapó.
Hoy vive en mi aldea conmigo.
Es un niño con risa bonita y natural.
Limpia su nariz con el brazo derecho,
Chapotea en los charcos de agua,
Arranca las flores y le gustan y luego
[las olvida.
Lanza piedras a los burros,
Roba la fruta de las huertas
Y huye llorando y gritando de los perros.
Y, porque sabe que a ellas no les gusta
Y que toda la gente lo encuentra gracioso,
Corre detrás de las muchachas
Que van en grupo por los caminos
Con los cántaros en la cabeza
Y les levanta la falda.

A mí me enseñó todo.
Me enseñó a observar las cosas.
Me señala todas las cosas que hay en las flores.
Me muestra cuánta gracia tienen las piedras
Cuando las personas las tienen en la mano
Y las observan lentamente.
Me habla muy mal de Dios.
Dice que es un viejo estúpido y enfermo,
Siempre escupiendo en el suelo
Y diciendo groserías.
La Virgen María pasa las tardes de la
[eternidad haciendo medias.
Y el Espíritu Santo se rasca con el pico
Y se posa en las sillas y las ensucia.
Todo en el cielo es estúpido como

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Fernando Pessoa

[la Iglesia Católica.


Me dice que Dios no se entera de nada
Sobre las cosas que creó,
“Si es que él las creó, lo cual dudo”.
“Él dice, por ejemplo, que los seres
[cantan su gloria,
Pero los seres no cantan nada.
Si cantaran serían cantores.
Los seres existen y nada más,
Y por eso se llaman seres”.
Y después, cansado de hablar mal de Dios,
El Niño Jesús se duerme en mis brazos
Y lo llevo cargado a la casa.
…………………………………..
El vive conmigo en mi casa en medio
[de la colina.
Él es el Niño Eterno, el dios que faltaba.
Él es el humano que es natural
Él es el divino que sonríe y que juega.
Y es por eso que sé con toda certeza
Que él es el Niño Jesús verdadero.

Y el niño tan humano que es divino


Es esta cotidianidad mía de poeta,
Y es porque siempre está conmigo que
[soy poeta siempre,
Y que mi mínimo mirar
Me llena de sensación,
Y el más pequeño sonido, cualquiera que sea,
Parece hablar conmigo.
El Niño Nuevo que habita donde vivo
Me da una mano a mí
Y la otra a todo lo que existe
Y así vamos los tres por el camino que haya,
Jugando y cantando y riendo
Y gozando nuestro secreto común

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Alberto Caeiro: Obra poética completa

Que es el de saber con toda certeza


Que no hay misterio en el mundo
Y que todo vale la pena.
El Niño Eterno me acompaña siempre.
La dirección de mi mirada es su dedo señalando.
Mi oído alegremente atento a todos los sonidos
Son las cosquillas que él me hace, jugando,
[en las orejas.
La vamos tan bien el uno con el otro
En compañía de todo
Que nunca pensamos el uno en el otro,
Pero vivimos juntos siendo dos
Con un acuerdo íntimo
Como la mano derecha y la izquierda.
Al anochecer jugamos Yases
En los escalones de la puerta de la casa,
Serios como corresponde a un dios y a un poeta,
Como si cada Yas
Fuera todo el universo
Y fuera por eso un gran peligro
Dejarlo caer al suelo.
Después le cuento historias de las cosas de
[los hombres
Y él sonríe, porque todo es increíble.
Se ríe de los reyes y de los que no son reyes,
Y le da pena oír hablar de las guerras,
Y de los negocios, y de los barcos
Que se hacen humo en el aire de altamar.
Porque él sabe que a todo esto le falta
[aquella verdad
Que una flor tiene al florecer
Y que va con la luz del sol
Transformando los montes y los valles
Y haciéndole doler los ojos a los muros
[silenciosos.
Después se adormece y yo lo dejo.

21
Fernando Pessoa

Lo llevo en brazos adentro de la casa


Y lo acuesto, desvistiéndolo despacio
Como siguiendo un ritual muy limpio
Y del todo maternal hasta que está desnudo.

Él duerme dentro de mi alma


Y a veces despierta en la noche
Y juega con mis sueños.
Pone algunos patas arriba,
Pone otros encima de otros
Y aplaude solo
Sonriéndole a mi sueño.
…………………………………..
Cuando muera, hijito,
Que sea yo el niño, el más pequeño.
Llévame tú en brazos
Para dentro de tu casa.
Quítame mi ser cansado y humano
Y acuéstame en tu cama.
Y cuéntame historias, si despierto,
Para volverme a dormir.
Y dame tus sueños para jugar
Hasta que nazca un día cualquiera
Que tú sabrás cuál es.
…………………………………..
Esta es la historia de mi Niño Jesús
¿Por qué razón que se comprenda
No ha de ser más verdadera
Que todo lo que los filósofos piensan
Y todo lo que las religiones enseñan?
IX
Soy un guardador de rebaños.
El rebaño es mis pensamientos
Y mis pensamientos son todos sensaciones.
Pienso con los ojos y con los oídos
Y con las manos y los pies

22
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y con la nariz y la boca.

Pensar una flor es verla y olerla


Y comer un fruto es saber su sentido.

Por eso cuando en un día de calor


Me siento triste de tanto gozarlo,
Y me acuesto a lo largo de la hierba,
Cierro los ojos calientes,
Siento todo mi cuerpo tendido en la realidad,
Sé la verdad y soy feliz.
X
“Hola, guardador de rebaños,
Allá a la orilla del camino,
¿Qué te dice el viento que pasa?”
“Que es viento y que pasa,
Y que ya pasó antes,
Y que pasará después.
¿Y a ti qué te dice?”

Muchas cosas más que eso.


Me habla de muchas otras cosas.
De recuerdos y saudades
Y de cosas que nunca fueron”.
“Nunca oíste pasar el viento
El viento solo habla del viento.
Lo que le oíste era mentira
Y la mentira está en ti”.
XI
Aquella señora tiene un piano
Agradable, mas no como el correr de los ríos
Ni el murmullo de los árboles…

23
Fernando Pessoa

¿Para qué se necesita tener un piano?


Es mejor tener oídos
Y escuchar bien los sonidos que nacen.

XII
Los pastores de Virgilio tocaban flautas y
[otras cosas
Y cantaban sobre el amor literariamente
(Es lo que dicen –nunca leí a Virgilio.
¿Por qué habría de leerlo?).
Pero los pastores de Virgilio, pobres
[desgraciados, son Virgilio,
Y la Naturaleza es bella y es antigua.
XIII
Suave, suave, muy suave,
Un viento muy suave pasa,
Y se va, siempre muy suave.
Y no sé lo que pienso
Ni intento saberlo.
XIV
No me preocupo por las rimas. Rara vez
Hay dos árboles iguales, uno al lado del otro.
Pienso y escribo así como las flores tienen color
Pero con menos perfección en mi modo
[de expresarme
Porque me falta la simplicidad divina
De ser entera y solamente mi exterior.
Observo y me conmuevo,
Me conmuevo como el agua que corre cuando
[el suelo está inclinado

24
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y mi poesía es natural como el viento


[al levantarse.
XV
Las cuatro canciones que siguen
Se apartan de todo lo que pienso
Mienten a todo lo que siento,
Son lo contrario de lo que soy…
Las escribí estando enfermo
Y por eso son naturales
Y concuerdan con lo que siento,
Concuerdan con aquello que no concuerdan…
Estando enfermo debo pensar lo contrario
De lo que pienso cuando estoy sano
(Sino no estaría enfermo),
Debo sentir lo contrario de lo que siento
Cuando soy yo en la salud,
Debo mentir a mi naturaleza
De criatura que siente de cierta manera…
Debo ser todo enfermedad –ideas y todo.
Cuando estoy enfermo no estoy enfermo
[para otra cosa.
Por eso las canciones que me reniegan
No son capaces de renegarme
Y son el paisaje de mi alma de noche
La misma al contrario…

XVI
Ojalá mi vida fuera una carreta de bueyes
Que viene rechinando, temprano de
[madrugada, por el camino,
Y que por donde vino vuelve después,
Antes de la noche, por el mismo camino.
No tendría que tener esperanzas, solo tendría

25
Fernando Pessoa

[que tener ruedas…


Mi vejez no tendría arrugas sino
[cabellos blancos…
Cuando dejara de servir, me quitarían
[las ruedas
Y quedaría volcado y roto en el fondo de
[un barranco.

Y entonces harían de mí cualquier


[cosa diferente
Y no sabría nada de lo que de mí harían…
Pero no soy una carreta, soy diferente,
Pero en qué soy realmente diferente, eso
[nunca me lo dirían.
XVII
¡En mi plato la Naturaleza mezclada!
Mis hermanas las plantas
Las compañeras de las fuentes, las santas
A quien nadie reza…
Y las cortan y vienen a nuestra mesa
Y en nuestros hoteles los huéspedes ruidosos,
Que llegan con el equipaje atado con correas,
Piden “Ensalada”, imprudentes…
Sin pensar que exigen a la Madre Tierra
Su frescura y sus primeros hijos,
Las primeras palabras verdes que tuvo,
Las primeras cosas vivas e iridiscentes
Que Noé vio
Cuando bajaron las aguas y la cima de
[los montes
Surgió verde y alargada
Y en el aire por donde apareció una paloma
El arcoíris se desvaneció.

26
Alberto Caeiro: Obra poética completa

XVIII
Quisiera ser el polvo del camino
Y que los pies de los pobres me estuvieran
[pisando…
Quisiera ser los ríos que corren
Y que las lavanderas estuvieran en mi orilla…
Quisiera ser los álamos al borde del río
Y tener solo el cielo encima y el agua debajo…
Quisiera ser el burro del molinero
Y que me pegara y me estimara.
Primero eso, antes que ser quien pasa la vida
Mirando hacia atrás y sintiendo pena…
XIX
Cuando la luz de la luna ilumina la hierba
No sé qué cosas me recuerda…
Me trae la voz de la criada vieja
Contándome cuentos de hadas
UY de cómo Nuestra Señora vestida
[de mendiga
Caminaba de noche por los caminos
Amparando a los niños maltratados…
Si ya no puedo creer que eso es verdad,
¿Para qué ilumina la hierba la luz de la luna?
XX
El Tejo es más bello que el río que corre por
[mi aldea,
Mas el Tejo no es más bello que el río que
[corre por mi aldea
Porque el Tejo no es el río que corre por mi aldea.
27
Fernando Pessoa

El Tejo tiene barcos grandes


Y todavía navega en él,
Para aquellos que ven en todo lo que ya no está,
La memoria de las naves.

El Tejo baja de España


Y el Tejo entra en el mar de Portugal.
Toda la gente sabe eso.
Pero pocos saben cuál es el río de mi aldea.
Por el Tejo se va hacia el mundo.
Más allá del Tejo está América
Y la fortuna de quienes la encuentran.
Nadie nunca pensó en qué hay más allá
Del río de mi aldea.
El río de mi aldea no hace pensar en nada.
Quien está a su lado solo está a su lado.
XXI
Si pudiera morder la Tierra entera
Y sentirle un sabor,
Y si la Tierra fuera algo para morder
Sería más feliz por un momento…
Pero no quiero ser feliz siempre.
Es necesario ser infeliz de vez en cuando
Para poder ser natural…
No todo es días de sol
Y la lluvia, cuando falta mucho, se reclama
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
Naturalmente, como a quien no le parece raro
Que haya montañas y llanuras
Y que haya rocas y hierba…
Lo que es preciso es ser natural y sereno
En la felicidad o en la infelicidad,
Sentir como quien oye,

28
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Pensar como quien camina,


Y cuando se está a punto de morir, recordar
[que el día muere,
Y que el atardecer es bello y bella es la noche
[que llega…
Así es y que así sea.
XXII
Así como quien en un día de verano abre la
[puerta de su casa
Y mira el calor en los campos con toda su cara,
A veces la Naturaleza me golpea
En la cara de mis sentidos,
Y quedo confundido, perturbado, queriendo
[entender
No sé bien cómo ni qué…
¿Pero quién me mandó a mí a querer entender?
¿Quién me dijo que tenía que comprender?
Cuando el verano nos pasa por la cara
La mano suave y caliente de su brisa,
Solo tengo que sentir agrado porque es brisa
O sentir desagrado porque es caliente,
Y de cualquier manera que lo sienta,
Así, porque así lo siento, es que se siente.
XXIII
Mi mirada azul como el cielo
Es apacible como el agua y el sol.
Así es, azul y apacible,
Porque no interroga ni se espanta…
Si interrogara o me espantara
No nacerían flores nuevas en los prados
Ni cambiaría algo en el sol que lo hiciera
[más bello.
29
Fernando Pessoa

(Lo mismo si nacieran flores nuevas en el prado


Y el sol cambiara para ser más bello,
Yo sentiría menos flores en el prado
Y encontraría al sol más feo…
Porque todo es como es y así es como es,
Y lo acepto, sin agradecimientos,
Para que no parezca que pienso en eso…)
XXIV
Lo que vemos de las cosa son las cosas.
¿Por qué veríamos una cosa si hubiera otra?
¿Por qué ver y oír sería engañarnos
Si ver y oír es ver y oír?
Lo esencial es saber ver,
Saber ver sin estar pensando,
Saber ver cuando se ve,
Y no pensar cuando se ve
Ni ver cuando se piensa.
Pero eso (¡Lástima por nosotros que llevamos
[el alma vestida!)
Eso exige un estudio profundo,
Un aprendizaje de desaprender
Y un secuestro en libertad de aquel convento
Del que los poetas dicen que las estrellas son
[las monjas eternas
Y las flores las penitentes convictas de
[un solo día,
Pero donde al fin y al cabo las estrellas no son
[más que estrellas
Y las flores solo flores,
Por eso las llamamos estrellas y flores.

30
Alberto Caeiro: Obra poética completa

XXV
Las burbujas de jabón con las que este niño
Se entretiene al soplarlas desde un pitillo
Son translúcidamente una filosofía completa.
Claras, inútiles y pasajeras como la Naturaleza,
Amigas de los ojos como de las cosas,
Son lo que son
Con una precisión redonda y aérea,
Y nadie, ni siquiera el niño que las sopla,
Pretende que sean más de lo que parecen ser.
Algunas apenas se ven en el aire lúcido.
Son como una brisa que pasa y apenas toca las flores
Y que solo sabemos que pasa
Porque algo se aligera en nosotros
Y acepta todo más nítidamente.
XXVI
A veces, en días de luz perfecta y exacta,
En que las cosas tienen toda la realidad que
[pueden tener
Pregunto a mi propio divagar
Por qué atribuyo belleza a la cosas.
¿Acaso una flor tiene belleza?
¿Tiene belleza acaso un fruto?
No: tiene color y forma
Y existencia apenas.
Belleza es el nombre de cualquier cosa
[que no existe
Que le doy a las cosas a cambio del gusto
[que me dan.
No significa nada.
Entonces ¿por qué digo de las cosas: son bellas?

31
Fernando Pessoa

Sí, lo mismo para mí, que vivo solo de vivir,


Invisibles, vienen a reunirse conmigo las
[mentiras de los hombres
Ante las cosas,
Ante las cosas que simplemente existen.
¡Qué difícil ser uno mismo y no ver más
[que lo visible!
XXVII
Solo la Naturaleza es divina, y ella no
[es divina…
Si a veces hablo de ella como de un ente
Es que para hablar de ella preciso usar el
[lenguaje de los hombres
Que da personalidad a las cosas,
E impone nombre a las cosas.
Pero las cosas no tienen nombre
[ni personalidad:
Existen, y el cielo es grande y la tierra larga,
Y nuestro corazón es del tamaño de un
[puño cerrado…
Bendito sea yo por todo cuanto no sé.
Eso es lo que verdaderamente soy.
Gozo todo esto como quien sabe que
[el sol existe.
XXVIII
Leí casi dos páginas
Del libro de un poeta místico,
Y reí como alguien que ha llorado mucho.

32
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Los poetas místicos son poetas enfermos,


Y los filósofos hombres trastornados.
Porque los poetas místicos dicen que las
[flores sienten
Y dicen que las piedras tienen alma
Y que los ríos se extasían ante la luz de la luna.

Pero las flores, si sintieran, no serían flores,


Serían gente;
Y si las piedras tuvieran alma, serían cosas
[vivas, no piedras;
Y si los ríos se extasiaran ante la luz de la luna,
Los ríos serían hombres enfermos.
Hay que desconocer lo que son flores y
[piedras y ríos
Para hablar de los sentimientos de ellos.
Hablar del alma de las piedras, de las flores,
[de los ríos,
Y hablar de sí mismo y de sus
[falsos pensamientos.
Gracias a Dios que las piedras son piedras,
Y que los ríos no son más que ríos,
Y que las flores son tan solo flores.
Por mi parte, hago prosa con mis versos
Y estoy contento,
Porque sé que comprendo la Naturaleza
[por fuera;
Y no la comprendo por dentro
Porque la Naturaleza no tiene adentro;
Si no, no sería la naturaleza.
XXIX
No siempre soy igual en lo que digo o escribo.
Cambio, pero no cambio mucho.
El color de las flores no es el mismo bajo el sol

33
Fernando Pessoa

Que cuando pasa una nube


O cuando la noche llega
Y las flores son del color de la sombra.
Pero quien mira bien ve que son las
[mismas flores.
Por eso cuando parezco no convenir conmigo,
Obsérvenme bien:
Si estaba girado hacia la derecha,
Me volteé hacia la izquierda,
Pero soy siempre yo, parado en mis
[propios pies,
El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
Y a mis ojos y oídos atentos
Y a mi clara simplicidad de alma…
XXX
Si quisieran que tenga misticismo, está bien,
[lo tengo.
Soy místico, pero solo con el cuerpo.
Mi alma es simple y no piensa.

Mi misticismo es no querer saber.


Y vivir y no pensar en eso.

No sé lo que es la Naturaleza: la canto.


Vivo en la cima de una colina
En una casa silenciosa y solitaria.
Y esa casa es la definición de mí.
XXXI
Si a veces digo que las flores sonríen
Y si dijera que los ríos cantan,
No es porque piense que hay sonrisas en
[las flores
Y cantos en el correr de los ríos…

34
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Es porque así hago sentir mejor a los hombres


La existencia verdaderamente real de
[las flores y de los ríos.
Porque escribo para que me lean, me sacrifico
[a veces
A su estupidez de sentidos…
No concuerdo conmigo mismo pero
[me absuelvo
Porque no me tomo en serio.
Porque solo soy esa cosa odiosa, un intérprete
[de la Naturaleza
Porque hay hombres que no comprenden
[su lenguaje,
Porque ella no es ningún lenguaje.
XXXII
Ayer en la tarde un hombre de ciudad
Hablaba en la puerta de una hostería.
Hablaba conmigo también.
Hablaba de la justicia y de la lucha
[por la justicia
Y de empleados que sufren,
Y del trabajo constante, y de los que
[tienen hambre,
Y de los ricos, que solo cruzan los brazos
[ante eso.

Y, al mirarme, me vi lágrimas en los ojos


Y sonrío con agrado, pensando que yo sentía
El odio que él sentía, y la compasión
Que él decía que sentía.
(Pero yo estaba escuchando mal.
¿Qué me importan a mí los hombres
Y lo que sufren o se supone que sufren?
Sean como yo –no sufrirán.

35
Fernando Pessoa

Todo el mal del mundo proviene de


[interesarnos los unos por los otros,
Ya sea para hacer bien, ya sea para hacer mal.
Que nos baste nuestra alma y el cielo
[y la tierra.
Querer más es perder esto, y ser infeliz.)
Lo que estaba pensando
Cuando el amigo de la gente hablaba
(Y eso me conmovió hasta las lágrimas),
Era en cómo un murmullo lejano de cencerros
En ese atardecer
No parecía las campanas de una
[capilla pequeña
A la que fueran a misa las flores
[y los riachuelos
Y las almas simples como la mía.
(Alabado sea Dios porque no soy bueno,
Y tengo el egoísmo natural de las flores
Y de los ríos que siguen su camino
Preocupados sin saberlo
Solo por florecer e ir corriendo.
Esa es la única misión en el mundo,
Esa, existir claramente,
Y saber hacerlo sin pensar en eso).

Y el hombre enmudeció, mirando hacia


[el poniente.
¿Pero qué tiene que ver con el poniente quien
[odia y ama?
XXXIII
Pobres las flores en los arriates de los
[jardines regulares.
Parecen tener miedo de la policía…
Pero tan buenas que florecen del mismo modo
Y tienen la misma sonrisa antigua

36
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Que tuvieron para la primera mirada del


[primer hombre
Quien las vio de pronto y las toco suavemente
Para saber si hablaban…

XXXIV
Encuentro tan natural no pensar
Que me pongo a reír a veces, solo.
No sé bien de qué, pero es de cualquier cosa
Que tenga que ver con que haya gente
[que piense…
¿Qué pensará mi pared de mi sombra?
Me pregunto a veces esto hasta que
[me doy cuenta
De estar preguntándome cosas…
Y entonces me desagrado, y me
[siento incómodo
Como si me diera cuenta de tener un
[pie dormido…
¿Qué pensará esto de aquello?
Nada piensa nada.
¿Tendrá conciencia la tierra de las piedras
[y plantas que tiene?
Si la tiene, que la tenga
¿Qué me importa eso a mí?
Si pensara en esas cosas,
Dejaría de ver los árboles y las plantas
Y dejaría de ver la Tierra,
Por ver solo mis pensamientos…
Entristecería y quedaría a oscuras.
Y así, sin pensar, tengo la Tierra y el Cielo.

37
Fernando Pessoa

XXXV
La luz de la luna a través de las altas ramas,
Todos los poetas dicen que es algo más
Que la luz de la luna a través de las altas ramas.
Pero para mí, que no sé lo que pienso,
Lo que la luz de luna a través de las altas ramas
Es, más allá de ser
La luz de luna a través de las altas ramas,
Es no ser más
Que la luz de luna a través de las altas ramas.
XXXVI
Y hay poetas que son artistas
Y trabajan en sus versos
¡Como un carpintero en las tablas!...
¡Qué triste no saber florecer!
Tener que poner verso sobre verso, como
[quien construye un muro
¡Y ver si está bien, y derribarlo si no!...
Cuando la única casa artística es
[la Tierra entera
Que cambia y es siempre buena y
[siempre la misma.
Pienso en esto, no como quien piensa, sino
[como quien no piensa,
Y miro las flores y sonrío…
No sé si ellas me comprenden
Ni si yo las comprendo a ellas,
Pero sé que la verdad está en ellas y en mí
Y en nuestra común divinidad
De dejarnos ir y vivir por la Tierra

38
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y llevar en brazos las Estaciones contentas


Y dejar que el viento cante para adormecernos,
Y no tener sueños en nuestro sueño.
XXXVII
Como una mancha grande de fuego sucio
La puesta de sol se demora en las nubes
[que permanecen.
De lejos viene un silbido leve en la
[tarde silenciosa.
Debe ser de un tren lejano.
En este momento viene a mí una
[saudade imprecisa.
Es un vago deseo apacible
Que aparece y desaparece.
También a veces, en la superficie de
[los arroyos,
Se forman burbujas en el agua
Que nacen y se rompen
Y no tienen sentido alguno
Salvo el de ser burbujas de agua
Que nacen y se rompen.

XXXVIII
Bendito sea el mismo sol de otras tierras
Que hace hermanos míos a todos los hombres,
Porque todos, un momento del día,
[lo observan como yo,
Y en ese momento puro
Por completo limpio y sensible
Regresan débilmente
Y con un suspiro que apenas sienten
Al Hombre verdadero y primitivo
Que veía el sol nacer y todavía no lo adoraba.

39
Fernando Pessoa

Porque eso es natural, más natural


Que adorar al sol y después a Dios
Y después todo lo demás que no existe.
XXXIX
¿El misterio de las cosas, dónde está?
¿Dónde está que no aparece
Por lo menos a mostrarnos que es misterio?
¿Qué sabe el río de eso y qué sabe el árbol?
Y yo, que no soy más que ellos ¿qué sé de eso?
Siempre que observo las cosas y pienso lo
[que los hombres piensan de ellas,
Río como un riachuelo que choca fresco
[contra una piedra.
Porque el único sentido oculto de las cosas
Es que no tengan sentido oculto alguno.
Y lo que es más extraño que todas
[las extrañezas
Y que los sueños de todos los poetas
Y los pensamientos de todos los filósofos,
Es que las cosas sean realmente lo que
[parecen ser
Y no haya nada que comprender.
Sí, esto es lo que mis sentidos
[aprendieron solos:
Las cosas no tienen significado:
[tienen existencia.
Las cosas son el único sentido oculto
[de las cosas.
XL
Pasa una mariposa por delante de mí
Y por primera vez en el universo, advierto
Que las mariposas no tienen color
[ni movimiento,

40
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Así como las flores no tienen perfume


[ni color.
El color es el color que tienen las alas de
[la mariposa
En el movimiento de la mariposa el
[movimiento es el que se mueve,
El perfume es lo que tiene perfume en
[el perfume de la flor.
Una mariposa es tan solo una mariposa
Y una flor es tan solo una flor.
XLI
En el atardecer de los días de verano, a veces,
Aunque no haya brisa alguna, parece
Que pasa, por un momento, una leve brisa…
Pero los árboles permanecen inmóviles
En todas las hojas de sus hojas
Y nuestros sentidos tienen la ilusión,
Tienen la ilusión de que les agrada.
¡Ah, nuestros sentidos, los enfermos que
[ven y oyen!
Si fuéramos como deberíamos ser
Y no hubiera en nosotros necesidad
[de ilusión…
Nos bastaría sentir con claridad y vida
Y no detenernos a pensar para qué
[tenemos sentidos…
Pero gracias a Dios hay imperfección
[en el mundo
Porque la imperfección es una cosa
Y que haya gente que se equivoca es otra cosa,
Que haya gente enferma hace el mundo
[más cómico,
Si no hubiera imperfección, habría
[menos cosas,

41
Fernando Pessoa

Y debe haber muchas


Para que tengamos mucho para ver y oír
(Siempre que los ojos y los oídos
[no se cierren)…

XLII
Pasó la diligencia por el camino, y se fue;
Y el camino quedó más bello, ni siquiera
[más feo.
Así es la acción humana afuera en el mundo.
Nada quitamos y nada ponemos; pasamos
[y olvidamos;
Y el sol sale puntual todos los días.
XLIII
Más vale el vuelo del ave, que pasa y
[no deja rastro,
Que la pisada del animal, que deja su
[recuerdo en el suelo.
El ave pasa y olvida, y así debe ser.
El animal, donde ya no está y por eso
[de nada sirve
Muestra que ya estuvo, lo cual no sirve
[para nada.
El recuerdo es una traición a la Naturaleza,
Porque la Naturaleza de ayer
[no es Naturaleza.
Lo que fue no es nada, y recordar es no ver.
¡Pasa, ave, y enséñame a pasar!
XLIV
Me despierto de repente,
Y mi reloj ocupa toda la noche.

42
Alberto Caeiro: Obra poética completa

No siento la naturaleza afuera.


Mi cuarto es algo oscuro con paredes
[vagamente blancas.
Afuera hay un sosiego como si nada existiera.
Solo el reloj prosigue su ruido.
Y esa pequeña cosa de engranajes que está
[sobre mi mesa
Ahoga toda la existencia de la tierra y del cielo.
Casi me pierdo pensando lo que esto significa,
Pero me volteo, y me siento sonreír en la
[noche con las comisuras de los labios,
Porque la única cosa que mi reloj simboliza
[o significa
Inundando con su pequeñez la noche enorme
Es la curiosa sensación de inundar la
[noche enorme
Con su pequeñez…
XLV
Una hilera de árboles a lo lejos, allá
[en la colina.
Pero ¿qué es una hilera de árboles? Hay
[árboles tan solo.
Hilera o el plural de árboles no son cosas,
[son nombres.
Qué tristeza las almas humanas, que ponen
[todo en orden,
Que trazan líneas de una cosa a otra,
Que ponen letreros con nombres en árboles
[absolutamente reales,
Y diseñan paralelos de latitud y longitud
Sobre la misma tierra inocente ¡y más
[verde y florida que eso!

43
Fernando Pessoa

XLVI
De este modo o de aquel modo,
Conforme corresponda o no,
Pudiendo a veces decir lo que pienso,
Y otras veces diciéndolo mal
[y entremezclado,
Voy escribiendo mis versos sin querer,
Como si escribir no fuera una cosa
[hecha de gestos,
Como si escribir fuera una cosa que
[me sucediera
Como el darme el sol de afuera.
Intento decir lo que siento
Sin pensar en lo que siento
Intento reclinar las palabras en la idea
Y no precisar un corredor
De pensamiento para las palabras.
No siempre consigo sentir lo que sé
[que debo sentir.
Mi pensamiento atraviesa el río a nado
[solo muy despacio
Porque le pesa el hecho que los hombres
[hicieran uso de él
Intento despedirme de lo que aprendí,
Intento olvidar el modo de recordar que
[me enseñaron,
Y raspar la tinta con la que pintaron
[los sentidos,
Desencajonar mis emociones verdaderas,
Desenvolverme y ser yo, no Alberto Caeiro,
Sino un animal humano que
[la Naturaleza produjo.

44
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y así escribo, queriendo sentir la Naturaleza,


[ni siquiera como un hombre,
Sino como quien siente la Naturaleza,
[y nada más.
Y así escribo, ahora bien, ahora mal,
Ahora acertando con lo que quiero decir,
[ahora errando
Cayéndome aquí levantándome allá,
Pero yendo siempre en mi camino como un
[ciego obstinado.
Aún así soy alguien.
Soy el Descubridor de la Naturaleza.
Soy el Argonauta de las sensaciones
[verdaderas.
Traigo al Universo un nuevo Universo
Porque traigo al Universo el Universo mismo.
Esto siento y esto escribo
Perfectamente consciente y sin siquiera ver
Que son las cinco de la mañana
Y que el sol todavía no ha mostrado
[su cabeza
Por encima del muro del horizonte,
Aún así ya se le ven las puntas de los dedos
Agarrando la cima del muro
Del horizonte lleno de montes bajos.
XLVII
En un día excesivamente nítido,
Día en que daban ganas de haber
[trabajado mucho
Para no trabajar nada,
Entreví, como un camino entre los árboles,
Lo que tal vez sea el Gran Secreto,
Aquel Gran Misterio del que los
[poetas falsos hablan.

45
Fernando Pessoa

Vi que no hay naturaleza,


Que la naturaleza no existe,
Que hay montes, valles, llanuras,
Que hay árboles, flores, hierbas,
Que hay ríos y piedras,
Pero que no hay un todo al que eso pertenezca,
Que un conjunto real y verdadero
Es una enfermedad de nuestras ideas.
La naturaleza es partes sin todo.
Este es tal vez el misterio del que hablan.
Fue esto lo que sin pensar ni detenerme,
Adiviné que debía ser la verdad
Que todos andan buscando y que
[no encuentran,
Y que sólo yo, porque no fui a buscarla, encontré.
XLVIII
Desde la ventana más alta de mi casa
Con un pañuelo blanco digo adiós
A mis versos que parten hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ese es el destino de los versos.
Los escribí y debo mostrárselos a todos
Porque no puedo hacer lo contrario
Como la flor no puede esconder el color,
Ni el río esconder que corre,
Ni el árbol esconder que da fruto.
Helos ahí que ya van lejos como en
[la diligencia
Y yo sin querer siento pena
Como un dolor en el cuerpo.
¿Quién sabe quién los leerá?

46
Alberto Caeiro: Obra poética completa

¿Quién sabe a qué manos irán?

Flor, cosechaste mi destino para los ojos.


Árboles, me arrancaron los frutos
[para las bocas.
Río, el destino de mi agua era no quedar en mí
Me someto y me siento casi alegre,
Casi alegre como quien se cansa de estar triste.
¡Váyanse, váyanse de mí!
Pasa el árbol y queda disperso por
[la Naturaleza.
Marchita la flor y su polvo dura por siempre.
Corre el río y entra en el mar y su agua es
[siempre la que fue suya.
Paso y permanezco, como el Universo.
XLIX
Me voy hacia adentro y cierro la ventana.
Me traen el candelabro y dicen buenas noches,
Y mi voz contenta da las buenas noches.
Ojalá mi vida sea siempre esto:
Un día soleado, o suavizado por la lluvia,
O tempestuoso como si el mundo
[fuera a acabar,
La tarde suave y el ganado que pasa
Contemplados con interés desde la ventana,
La última mirada amiga al sosiego
[de los árboles,
Y después, cerrada la ventana, un
[candelabro encendido,
Sin leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
Sentir la vida correr por mí como un río
[por su cauce,
Y allá afuera un gran silencio como un Dios
[que duerme.

47
Fernando Pessoa

El pastor amoroso

I
Cuando no te tenía
Amaba la Naturaleza como un monje
[sereno a Cristo…
Ahora amo la Naturaleza
Como un monje sereno a la Virgen María,
Religiosamente, a mi modo, como antes,
Pero de otra manera más conmovida y cercana.
Veo mejor los ríos cuando voy contigo
Por el campo hasta la orilla de los ríos;
Sentado a tu lado contemplando las nubes
Las contemplo mejor…
Tú no me quitaste la Naturaleza…
Tú no cambiaste la Naturaleza…
Pusiste la Naturaleza a mi lado.
Porque existes, la veo mejor, aunque sea
[la misma,
Porque me amas, la amo del mismo modo,
[pero más,
Porque me escogiste para tenerte y amarte,
Mis ojos se fijan más detenidamente
Sobre todas las cosas.
No me arrepiento de lo que fui en otro tiempo
Porque todavía lo soy.
Solo me arrepiento de, en otro tiempo,
[no haberte amado.
II
Está alta en el cielo la luna y es primavera.
Pienso en ti y dentro de mí estoy completo.

48
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Recorre los campos vacíos hasta mí una


[brisa ligera.
Pienso en ti, murmuro tu nombre; no soy yo:
[soy feliz.

Mañana vendrás, caminarás conmigo


[recogiendo flores en el campo,
Y caminaré contigo por el campo para verte
[coger flores.
Ya te veo conmigo mañana recogiendo flores
[conmigo en el campo,
Pero mañana cuando vengas realmente y
[camines conmigo recogiendo flores
Eso será una alegría y una novedad para mí.
III
Ahora que siento amor
Me interesan los perfumes
Nunca antes me interesó que una flor
[tuviera aroma.
Ahora percibo el perfume de las flores
[como si viera algo nuevo.
Sabía bien que tenían olor, como sé
[que existía.
Son cosas que se saben desde afuera.
Pero ahora lo sé con una respiración en la
[parte de atrás de la cabeza.
Hoy las flores saben bien en un paladar
[que huele.
Hoy, a veces, me despierto y huelo
[antes de ver.
IV
Ahora, todos los días, me despierto con alegría
[y tristeza.

49
Fernando Pessoa

Antes me despertaba sin ninguna sensación;


[me despertaba tan solo.
Tengo alegría y tristeza porque pierdo
[lo que sueño.
Y puedo estar en la realidad donde está
[lo que sueño.
No sé qué debo hacer con mis sensaciones,
No sé qué debo hacer conmigo.
Quiero que ella me diga algo para despertar de nuevo.
Quien ama es diferente de quien es.
Es la misma persona sin nadie.
V
El amor es una compañía.
Ya no sé andar solo por los caminos,
Porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace caminar
[más deprisa
Y ver menos, y al mismo tiempo disfrutar
[el ir viendo todo.
Así la ausencia de ella es algo que
[está conmigo.
Y me gusta tanto que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como
[los árboles altos.
Pero si la veo tiemblo, no sé lo que fue de
[lo que sentía en su ausencia.
Todo yo soy cualquier fuerza que
[me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol
[con su cara en el medio.
VI
Pasé toda la noche, sin poder dormir, viendo
[sin pausa su figura

50
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Siempre de formas diferentes de cuando me


[encuentro con ella.
Creo pensamientos como recuerdos de lo
[que ella es cuando me habla,
Y en cada pensamiento ella cambia según
[su semejanza.
Amar es pensar.
Y casi me olvido de sentir solo por pensar en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo verla,
Casi prefiero no verla,
Para no tener que dejarla luego.
Y prefiero pensar en ella, porque de ella
[como es tengo algún miedo.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber
[lo que quiero.
Quiero solamente pensar en ella.
No pido nada a nadie, ni a ella, sino pensar.
VII
Tal vez quien ve bien no sirva para sentir
Y no agrade por anticiparse a las formas.
Es necesario tener modos para todas las cosas,
Y cada cosa tiene su modo, el amor también.
Quien tiene el modo de ver el campo a
[través de la hierba
No debe tener la ceguera que hace sentir.
Amé, y no fui amado, lo que solo vi al final,
Porque no se es amado como se nace sino
[como sucede,
Ella sigue tan bonita de cabello y boca
[como antes,
Y yo sigo como antes, solo en el campo.
Como si hubiera estado cabizbajo,
Pienso esto, y vuelvo a alzar la cabeza
Y el dorado sol seca las lágrimas pequeñas
[que no puedo dejar de tener.

51
Fernando Pessoa

¡Cómo es de vasto el campo y pequeño el amor!


Observo, y olvido, como la gente entierra y
[los árboles se desnudan.

No sé hablar porque estoy sintiendo.


Estoy escuchando mi voz como si fuera
[de otra persona,
Y mi voz habla de ella como si fuera ella
[quien hablara.
Tiene el cabello de un rubio amarillo de
[trigo al sol claro,
Y la boca cuando habla dice cosas que no
[hay en las palabras.
Sonríe, y los dientes son limpios como
[piedras del río.
VIII
El pastor amoroso perdió el cayado,
Y las ovejas escaparon por la colina,
Y, de tanto pensar, ni siquiera tocó una
[flauta que traía para tocar.
Nadie se le apareció o desapareció…
[Nunca más encontró el cayado.
Otros, maldiciéndolo, le recogieron las ovejas.
Nadie lo había amado, después de todo.
Cuando se levantó de la cuesta y de la falsa
[verdad, lo vio todo:
Los grandes valles llenos de los mismos
[variados verdes de siempre,
Las mismas montañas distantes, más
[reales que cualquier sentimiento,
La realidad entera, como el cielo y el aire
[de los campos que existen,
Y sintió que de nuevo el aire le abría, pero
[con dolor, una libertad en el pecho.

52
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Poemas inconjuntos

MÁS ALLÁ de la curva del camino,


Tal vez haya un pozo o tal vez un castillo,
O tal vez tan solo la continuación del camino.
No lo sé ni pregunto.
Mientras voy por el camino antes de la curva
Solo veo el camino antes de la curva,
Porque no puedo ver más que el camino
[antes de la curva.
De nada me serviría estar mirando para
[otro lado
Y hacia lo que no veo.
Impórtenos nada más que el lugar
[donde estamos.
Hay bastante belleza en estar aquí y no
[en otra parte.
Si hay alguien más allá de la curva del camino,
Los que se preocupan por lo que hay más
[allá de la curva del camino,
Ese es el camino para ellos.
Si nosotros tenemos que llegar allá, cuando
[lleguemos lo sabremos.
Por ahora solo sabemos que allá no estamos
Aquí solo está el camino antes de la curva,
[y antes de la curva
Está el camino sin curva alguna.
___
ESCLARECER LA materia
Poner en su lugar las cosas que los hombres
[desacomodaron
Por no entender para qué servían
Enderezar, como una buena dueña de la
[casa de la Realidad,

53
Fernando Pessoa

Las cortinas en las ventanas de la Sensación


Y los sirvientes en las puertas de la Percepción
Barrer los cuartos de la observación
Y limpiar el polvo de las ideas simples…
Esa es mi vida, verso a verso.
___
¿QUÉ VALE mi vida al final?
[(no sé qué final)
Alguien dice: gané trescientas historias,
Otro dice: tuve tres mil días de gloria,
Otro dice: estuve bien con mi propia
[consciencia y eso es bastante…
Y yo, si por ahí aparecieran y me
[preguntaran lo que hice,
Diría: vi las cosas y nada más.
Y por eso llevo aquí el Universo dentro
[del bolsillo.
Y si Dios me pregunta: ¿y qué viste tú
[en las cosas?
Respondo: tan solo las cosas… tú no pusiste
[nada más allí.
Y Dios, que opina lo mismo que yo, hará de
[mí una nueva especie de santo.
___

LA ESPANTOSA realidad de las cosas


Es mi descubrimiento de todos los días,
Cada cosa es lo que es,
Y es difícil explicar a alguien cuánto me
[alegra eso,
Y cuánto me basta.
Basta existir para estar completo.
He escrito bastantes poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.
Cada poema mío dice esto.

54
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y todos mis poemas son diferentes,


Porque cada cosa que existe tiene una
[manera de decir esto.
A veces me pongo a observar una piedra.
No me pongo a pensar si siente.
No me pongo a llamarla mi hermana.
Pero me gusta por ser una piedra,
Me gusta porque no siente nada,
Me gusta porque no tiene ningún
[parentesco conmigo.
Otras veces oigo pasar el viento,
Y creo que solo para oír pasar el viento
[vale la pena haber nacido.
No sé lo que los otros pensarán al leer esto;
Pero considero que esto debe estar bien
[porque lo pienso sin esfuerzo
Sin saber si otras personas me oyen pensar;
Porque lo pienso sin pensamientos.
Porque lo digo como mis palabras lo dicen.
Una vez me llamaron poeta materialista,
Y me sorprendí, porque no pensaba
Que se me pudiera llamar de cualquier manera.
Yo ni siquiera soy poeta: observo.
Si lo que escribo tiene valor, no soy yo
[quien lo tiene:
El valor está ahí, en mis versos.
Todo eso es absolutamente independiente
[de mi voluntad.
___
CUANDO vuelva a llegar la primavera
Tal vez ya no me encuentre en el mundo.
Ahora me gustaría poder creer que la
[primavera es gente
Y suponer que lloraría.
Viendo que pierde a su único amigo.
Pero la primavera ni siquiera es una cosa:

55
Fernando Pessoa

Es una manera de decir.


Tampoco las flores vuelven, ni las hojas verdes.
Hay nuevas flores, nuevas hojas verdes.
Hay otros días suaves.
Nada vuelve, nada se repite, porque
[todo es real.
___

SI MUERO joven,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en
[letra impresa,
Pido que, si esto les preocupa
No se preocupen
Si así sucediera, es lo justo.
Aunque mis versos nunca sean impresos,
Ellos tendrán su belleza, siempre que
[sean bellos.
Pero no pueden ser bellos y quedar
[sin publicarse,
Porque las raíces pueden estar debajo
[de la tierra
Pero las flores brotan al aire libre y a la vista.
Tiene que ser así necesariamente. Nada lo
[puede impedir.
Si muero muy joven, escuchen esto:
Nunca fui más que un niño que jugaba.
Fui bondadoso como el sol y el agua,
De una religión universal que solo los
[hombres desconocen.
Fui feliz porque no pedí cosa alguna,
Ni intenté encontrar nada,
Ni creí que hubiera mejor explicación
Que el sinsentido de la palabra explicación.
No deseé otra cosa que estar bajo el sol

56
Alberto Caeiro: Obra poética completa

[o la lluvia,
Bajo el sol, cuando había sol
Y bajo la lluvia, cuando llovía
(Y nunca otra cosa),
Sentir el calor y el frío y el viento,
Y no ir más lejos.
Una vez amé, pensé que me amarían,
Pero no fui amado.
No fui amado por una sola gran razón,
Porque no tenía que serlo.
Me consolé regresando al sol y a la lluvia,
Y sentándome otra vez en la puerta
[de mi casa.
El campo, a la larga, no es tan verde para
[los que son amados
Como para los que no lo son.
Sentir es estar distraído.
___
CUANDO VENGA la primavera,
Si ya estoy muerto,
Las flores florecerán de la misma manera
Y los árboles no serán menos verdes que en
[la primavera pasada.
La realidad no me necesita.
Siento una alegría enorme
Al pensar que mi muerte no tiene
[importancia alguna.
Si supiera que mañana muero
Y la primavera viene pasado mañana,
Moriría contento, porque viene
[pasado mañana.
Si ese es su momento, ¿cuándo habría de
[llegar sino en su momento?

57
Fernando Pessoa

Me gusta que todo sea real y que todo


[sea oportuno;
Y me gusta porque así sería, aunque no
[me gustara,
Por eso si muriera ahora, muero contento,
Porque todo es real y todo es oportuno.
Pueden rezar en latín sobre mi ataúd,
[si quieren.
Si quieren, pueden danzar y cantar alrededor.
No tendré preferencias cuando ya no pueda
[tener preferencias.
Lo que sea, cuando sea, será lo que es.
___
SI, DESPUÉS de morir, quisieran escribir
[mi biografía,
No hay nada más simple.
Tengo solo dos fechas –la de mi nacimiento
[y la de mi muerte.
Entre una cosa y la otra, todos los días son míos.
Soy fácil de definir.
Vi como un loco.
Amé las cosas sin sentimentalismo alguno.
Nunca tuve un deseo que no pudiera realizar,
[porque nunca enceguecí.
Hasta escuchar no fue para mí nada más que
[un complemento de ver.
Comprendí que las cosas son reales y por
[completo diferentes unas de otras;
Comprendí esto con los ojos, nunca con
[el pensamiento.
Comprender esto con el pensamiento es
[encontrarlas todas iguales.
Un día me dio sueño como a cualquier
[otro niño.

58
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Cerré los ojos y dormí.


Aparte de eso, fui el único poeta de
[la Naturaleza.
___

NUNCA HE sabido cómo puede considerarse


[triste una puesta de sol.
Solo si es porque una puesta de sol no es
[una madrugada.
Pero si es una puesta de sol ¿por qué debería
[ser una madrugada?
___
UN DÍA de lluvia es tan bello como
[un día de sol.
Ambos existen, cada uno es como es.
___
CUANDO LA hierba crezca por encima de
[mi sepultura,
Que sea esa la señal para que me olviden
[del todo.
La Naturaleza nunca se recuerda, y por
[eso es bella.
Y si tuvieran la necesidad enferma de “inter-
[pretar” la hierba verde sobre mi sepultura,
Digan que yo sigo reverdeciendo y
[siendo natural.
___
ES DE noche. La noche es muy oscura. En
[una casa a una gran distancia
Brilla la luz de una ventana.
La veo, y me siento humano de los pies a
[la cabeza.
Es curioso que toda la vida del individuo
[que vive ahí, y que no sé quién es,
Me atrae solo por esa luz vista desde lejos.

59
Fernando Pessoa

Sin duda su vida es real y tiene cara, gestos,


[familia y profesión.
Pero ahora solo me importa la luz de
[su ventana.
A pesar de que la luz está ahí porque él la
[ha encendido,
La luz es la realidad inmediata para mí.
Yo nunca voy más allá de la realidad
[inmediata.
Más allá de la realidad inmediata
[no hay nada.
Si yo, desde donde estoy, solo veo aquella luz,
En relación con la distancia donde estoy
[solo hay aquella luz.
El hombre y su familia son reales del lado
[de allá de la ventana.
Yo estoy del lado de acá, a una gran distancia.
La luz se apagó.
¿Qué me importa que el hombre
[siga existiendo?
Es solo él quien sigue existiendo.
__
HABLAS DE civilización, y de que
[no debe ser,
O no debe ser así,
Dices que todos sufren, o la mayoría de ellos,
Con las cosas humanas puestas de esta manera.
Dices que si fueran diferentes, sufrirían menos,
Dices que si fueran como tú quieres,
[sería mejor.
Escucho sin oír.
¿Para qué querría oírte?
Oyéndote quedaría sin saber nada.
Si las cosas fueran diferentes, serían
[diferentes: eso es todo.
Si las cosas fueran como tú quieres, serían
[solo como tú quieres.
¡Ay de ti y de todos los que pasan la vida

60
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Queriendo inventar la máquina de


[hacer felicidad!
___
TODAS LAS teorías, todos los poemas
Duran más que esta flor,
Pero son como la niebla, desagradable
[y húmeda,
Y más grande que esta flor…
El tamaño y la duración no tienen
[importancia alguna…
Son tan solo tamaño y duración…
Lo que importa es aquello que dura y
[tiene dimensión
(Si la verdadera dimensión es la realidad)…
Ser real es la cosa más noble del mundo.
___
¿MIEDO DE la muerte?
Me despertaré de otra manera,
Tal vez cuerpo, tal vez continuidad,
[tal vez renovado,
Pero me despertaré.
Si ni los átomos duermen, ¿por qué habría
[de ser yo el único durmiente?
___
¿ENTONCES MIS versos tienen sentido y
[el universo no?
¿En qué geometría la parte excede al todo?
¿En qué biología el volumen de los órganos
Tiene más vida que el cuerpo?
___
ME LEYERON hoy San Francisco de Asís
Me leyeron y quedé sorprendido
¿Cómo es que un hombre que amaba tanto
[las cosas
Nunca las observaba, no sabía lo que eran?

61
Fernando Pessoa

¿Para qué he de llamar al agua mi hermana,


[si no es mi hermana?
¿Para sentirla mejor?
Me siento mejor bebiéndola que llamándola
[de cualquier manera,
Hermana, o madre, o hija.
El agua es agua y es bella por eso.
Si la llamo hermana mía,
Al llamarla mi hermana, veo que no lo es
Y que si ella es el agua lo mejor es
[llamarla agua;
O, mejor aún, no llamarla de modo alguno,
Sino beberla, sentirla en las manos, mirarla
Y todo esto sin ningún nombre.
___
SIEMPRE QUE pienso en una cosa,
[la traiciono.
Solo al tenerla delante debo pensar en ella,
No pensando, sino viendo,
No con el pensamiento, sino con los ojos.
Una cosa visible, existe para ser vista,
Y lo que existe para los ojos no tiene que
[existir para el pensamiento;
Solo existe directamente para los ojos y no
[para el pensamiento.
Observo, y las cosas existen.
Pienso y existo solo yo.
___
YO QUERÍA tener el tiempo y el sosiego
[suficientes
Para no pensar en nada,
Ni para sentirme vivir,
Solo saber de mí al verme en los ojos de
[los otros, reflejado.

62
Alberto Caeiro: Obra poética completa

___

RAYA EL alba. No: el alba no raya.


El alba es algo abstracto, está, no es una cosa.
Comenzamos a ver el sol, a esta hora, aquí.
Si el sol de la mañana sobre los árboles
[es bello,
Sería igual de bello si llamáramos al alba
[“comenzamos a ver el sol”
O si le llamáramos el alba;
Por eso nada se gana con poner nombres
[errados a las cosas,
Ni tampoco con ponerles nombre alguno.
___
EL NIÑO que piensa en hadas y cree en ellas
Actúa como un dios enfermo, pero como un
[dios al final.
Porque aunque afirme que existe lo que
[no existe,
Sabe cómo existen las cosas, existiendo,
Sabe que la existencia existe y no se explica,
Sabe que no hay ninguna razón para que
[exista nada,
Sabe que ser es estar en un punto.
Lo que no sabe es que un pensamiento no es
[un punto cualquiera.
___

DE LEJOS, veo pasar en el río un barco…


Baja por el Tejo indiferentemente
Mas no es indiferente porque yo no le importe
No expreso desolación con esto…
Es indiferente porque no tiene ningún sentido
Aparte del hecho aislado de ser un barco
E ir río abajo sin licencia de metafísica…
Río abajo hasta la realidad del mar.

63
Fernando Pessoa

___

CREO QUE voy a morir.


Pero no doy con el sentido de morir,
Recuerdo que morir no debe tener sentido.
Esto de vivir y morir son clasificaciones
[como las de las plantas.
¿Qué hojas o qué flores tienen
[una clasificación?
¿Qué vida tiene la vida o qué muerte
[la muerte?
Todo son términos que definen.
La única diferencia es un contorno, un
[punto de llegada,
Un color que distingue.
___
EN UN día blancamente nublado entristezco
[casi por miedo
Y me pongo a meditar en los problemas
[que finjo…
Si el hombre fuera, como debería ser,
No un animal enfermo, sino el más perfecto
[de los animales,
Animal directo y no indirecto,
Debería ser otra su forma de encontrar un
[sentido a las cosas,
Diferente y verdadera.
Debería haber adquirido un sentido
[del “conjunto”;
Un sentido, como ver y oír, del “total”
[de las cosas
Y no, como tenemos, un pensamiento
[del “conjunto”,
Y no, como tenemos, una idea del “total”
[de las cosas.
Y así –veríamos– no tendríamos noción de

64
Alberto Caeiro: Obra poética completa

[conjunto o de total,
Porque el sentido de “total” o de “conjunto”
[no sería de un “total” o de un “conjunto”
Sino de verdadera Naturaleza tal vez
[ni todo ni partes.
El único misterio del Universo es el más y
[no el menos.
Percibimos demasiado las cosas –he ahí el
[error y la duda.
Lo que existe trasciende por lo bajo lo que
[creemos que existe.
La Realidad es tan solo real y no pensada.
El Universo no es una idea mía.
Mi idea del Universo es que es una idea mía.
La noche no sucede para mis ojos.
Mi idea de la noche es que sucede para mis ojos.
Por fuera de mi pensamiento y de
[cualquier pensamiento que haya
La noche acontece concretamente
Y el fulgor de las estrellas existe como si
[tuviera peso.

Así como hablan las palabras cuando queremos


[expresar cualquier pensamiento,
Así faltan los pensamientos cuando queremos
[pensar cualquier realidad.
Pero, como la esencia del pensamiento
[no es ser dicho sino pensado,
Así la esencia de la realidad es existir,
[no ser pensada.
Así, todo lo que existe, simplemente existe.
El resto es una especie de sueño que tenemos,
Una vejez que nos acompaña desde la infancia
[de la enfermedad.
El espejo refleja lo verdadero; no se equivoca
[porque no piensa.
Pensar es, en esencia, equivocarse.

65
Fernando Pessoa

Equivocarse es, en esencia, estar ciego y sordo.

Estas verdades no son perfectas porque


[han sido dichas,
Y antes de ser dichas, pensadas:
Pero en el fondo lo que es verdadero es su
[negación de sí mismas
En la negación opuesta de afirmar
[cualquier cosa.
La única afirmación es ser.
Y solo lo afirmativo es lo que no necesita
[de mí.
___
LLEGA LA noche, el calor agobia un poco.
Estoy lúcido como si nunca hubiera pensado
Y tuviera raíz, ligazón directa con la tierra,
Y no esta espuria ligazón del sentido
[secundario llamado vista,
La vista con la que me separo de las cosas,
Y me aproximo a las estrellas y a las
[cosas distantes,
Me equivoco: porque lo distante no es
[lo cercano,
Y aproximarlo es engañarse.
___
ESTOY ENFERMO. Mis pensamientos
[empiezan a estar confusos.
Pero mi cuerpo, tocando las cosas,
[entra en ellas.
Me siento parte de las cosas con el tacto
Y una gran liberación comienza a realizarse
[en mí,
Una gran alegría solemne como la de un
[acto heroico
Vivido en solitario con un gesto sobrio
[y escondido.

66
Alberto Caeiro: Obra poética completa

___
CUANDO HACE frío en tiempo frío,
[para mí es agradable,
Porque para mi ser adaptado a la existencia
[de las cosas
Lo natural es agradable solo porque
[es natural.

Acepto las dificultades de la vida porque


[son el destino
Así como acepto el frío excesivo en
[pleno invierno,
Tranquilamente, sin quejarme, como quien
[simplemente acepta,
Y se alegra por el hecho de aceptar,
El hecho sublimemente científico y difícil
[de aceptar lo natural e inevitable.
¿Qué son para mí las enfermedades que
[sufro y el mal que me sucede
Sino el invierno de mi persona y de mi vida?
El invierno irregular, cuyas leyes de
[aparición desconozco,
Pero que existe para mí en virtud de la
[misma fatalidad sublime,
De la misma inevitable exterioridad a mí,
Que el calor de la tierra en lo alto del verano
Y el frío de la tierra en la cima del invierno.

Acepto por carácter.


He nacido sujeto como los demás a errores
[y a defectos,
Pero nunca al error de querer comprender
[demasiado,
Nunca al error de querer comprender sólo
[con la inteligencia,
Nunca al defecto de exigir del Mundo
Que sea cualquier cosa que no sea el Mundo.

67
Fernando Pessoa

___

LO QUE sea que esté en el centro del mundo,


Me ha dado el mundo exterior como
[ejemplo de Realidad,
Y cuando digo “esto es real”, también de
[un sentimiento,
Lo veo sin querer en un espacio exterior
[cualquiera,
Lo veo con una visión fuera y ajena a mí.
Ser real quiere decir no estar dentro de mí.
De mi persona de dentro no tengo noción
[de la realidad,
Sé que el mundo existe, mas no sé si existo.
Estoy más seguro de la existencia de
[mi casa blanca
Que de la existencia interior del dueño de
[la casa blanca...
Creo más en mi cuerpo que en mi alma,
Porque mi cuerpo se me presenta en medio
[de la realidad,
A la vista de los otros,
Al tacto de los otros,
Pudiendo sentarse y estar de pie,
Pero mi alma solo puede ser definida con
[términos de afuera.
Existe para mí –en los momentos en que
[pienso que efectivamente existe–
Como préstamo de la realidad exterior
[del Mundo.
Si el alma es más real
Que el mundo exterior, como tú, filósofo, dices,
¿Para qué me fue dado el mundo exterior como una
forma de Realidad?
Si que yo sienta es más cierto

68
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Que la existencia de lo que siento,


¿Para qué siento?
¿Y para que surge esa cosa independiente de mí
Sin precisar de mí para existir,
Y yo siempre ligado a mí mismo, siempre
[personal e intransmisible?
¿Para qué me muevo como los otros
En un mundo en que nos entendemos
[y coincidimos
Si quizás ese mundo es el error y yo
[lo verdadero?
Solo el mundo es un error, un error de
[toda la gente.
Y cada uno de nosotros es el error de cada
[uno de nosotros tan solo.
Cosa por cosa, el mundo es más verdadero.
¿Pero por qué me cuestiono, si no es
[porque estoy enfermo?

En los días verdaderos, en los días exteriores


[de mi vida,
En los días de perfecta lucidez natural,
Siento sin sentir que siento,
Veo sin saber que veo,
Y nunca el universo es tan real
[como entonces,
Nunca el Universo está (no cerca ni lejos de mí,
Sino) tan sublimemente fuera de mí.
¿Cuando digo “es evidente” quizás quiero
[decir “solo yo lo veo”?
¿Cuando digo “es verdad” quizás quiero
[decir “es mi opinión”?
¿Cuando digo “ahí está” quizás quiero
[decir “no está ahí”?
¿Y si esto es así en la vida, por qué será
[diferente en la filosofía?

69
Fernando Pessoa

Vivimos antes de filosofar, existimos antes


[de conocernos,
Y el primer hecho merece al menos la
[precedencia y el culto.
Sí, antes de ser interior somos exterior.
Por eso somos exterior esencialmente.
Dices, filósofo enfermo, filósofo al fin, que
[esto es materialismo.
¿Pero esto como puede ser materialismo, si
[materialismo es una filosofía,
Si una filosofía sería, por lo menos siendo
[mía, una filosofía mía,
Y esto ni siquiera es mío, ni siquiera soy yo?
___
POCO ME importa.
¿Qué es lo que me importa poco? No sé:
[poco me importa.
___

LA GUERRA, que aflige con sus


[escuadrones al mundo,
Es el tipo perfecto de error de la filosofía.
La guerra, como todo humano, quiere
[cambiar algo,
Pero la guerra, más que nada, quiere
[cambiarlo y cambiarlo mucho
Y cambiarlo deprisa.
Pero la guerra infringe la muerte.
Y la muerte es el desprecio del Universo
[por nosotros.
Teniendo como consecuencia la muerte,
[la guerra prueba que es falsa.
Siendo falsa, prueba que es falso todo
[querer-cambiar algo.

70
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Dejemos el universo exterior y los otros


[hombres donde la Naturaleza los puso.
Todo es orgullo e inconsciencia.
Todo es querer moverse, hacer cosas, dejar rastro.
Detén el corazón y el comandante de
[los escuadrones
Regresa en pedazos al universo exterior.
La química directa de la Naturaleza
No deja lugar vacío para el pensamiento.
La humanidad es una rebelión de esclavos.
La humanidad es un gobierno usurpado
[por el pueblo.
Existe porque usurpó, más se equivoca
[porque usurpar es no tener derecho.
¡Dejen existir el mundo exterior y la
[humanidad natural!
¡Paz para todas las cosas pre-humanas,
[incluso en el hombre!
¡Paz para la esencia enteramente exterior
[del Universo!
___
DE TODAS las opiniones que hay sobre
[la Naturaleza
Ninguna hizo crecer una hierba o nacer una flor
Toda la sabiduría con respecto a las cosas
Nunca fue una cosa que se pudiera coger,
[como las cosas.
Si la ciencia quiere ser verdadera,
¿Qué ciencia más verdadera que la de las
[cosas sin ciencia?
Cierro los ojos y la tierra dura sobre la que
[me acuesto
Tiene una realidad tan real que hasta mi
[espalda la siente.
No necesito raciocinio donde tengo espalda.

71
Fernando Pessoa

___

BARCO QUE partes hacia la lejanía,


¿Por qué, a diferencia de los demás,
No quedo, cuando desapareces, con
[nostalgia de ti?
Porque cuando no te veo, dejaste de existir.
Y si se siente nostalgia de lo que no existe,
Se siente en relación con ninguna cosa;
No es del barco, es de nosotros que
[sentimos nostalgia.
___
ÚLTIMA ESTRELLA en desaparecer
[antes del día
Poso en tu trémulo azul blanco mi
[mirar sereno,
Y te veo independientemente de mí,
Alegre por la victoria que tengo al
[poder verte
Sin ningún “estado del alma”, salvo verte.
Tu belleza para mí es que existas.
Tu grandeza está en que existas enteramente
[fuera de mí.
___

EL AGUA restalla en el vaso que llevo


[a mi boca.
“Es un sonido fresco” me dice quien la da
[a beber.
Sonrío. El sonido es solo un sonido
[de restallar.
Bebo el agua sin escuchar nada en
[mi garganta.
___
EL QUE escuchó mis versos me dijo: ¿qué
[tiene esto de nuevo?

72
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Todos saben que una flor es una flor y un


[árbol es un árbol.
Pero yo le respondí: ni todos, ni nadie.
Porque todos aman las flores por ser bellas,
[y yo soy diferente.
Y todos aman los árboles por ser verdes y
[dar sombra, mas yo no.
Yo amo las flores por ser flores, directamente.
Y amo los árboles por ser árboles, sin
[mi pensamiento.
___
AYER EL pregonero de sus propias verdades
Habló otra vez conmigo.
Habló del sufrimiento de las clases trabajadoras
(No del de las personas que sufren, que son
[al final quienes sufren).
Habló de lo injusto que es que unos tengan dinero,
Y que otros tengan hambre, que no sé si es
[hambre de comer,
O si es solo hambre del postre ajeno.
Habló de todo cuanto pudiera hacerlo afligir.

¡Qué feliz debe ser quien puede pensar en


[la infelicidad de los otros!
¡Qué estúpido si no sabe que la infelicidad
[de los otros es de ellos,
Y no se cura por fuera,
Porque sufrir no es tener falta de tinta
O el cajón no tener aros de hierro!
Que haya injusticia es como que haya muerte.
Yo nunca daría un paso para cambiar
Aquello que llaman la injusticia del mundo.
Mil pasos que diera hacia eso
Serían solo mil pasos.
Acepto la injusticia como acepto que una
[piedra no sea redonda,

73
Fernando Pessoa

Y que un albaricoque no haya nacido pino o roble.

Corté la naranja en dos, y las dos partes no


[pudieron quedar iguales.
¿Para cuál fui injusto, yo, que las voy a
[comer ambas?
___

¿QUÉ? ¿VALGO más que una flor


Porque ella no sabe que tiene color y yo lo sé,
Porque ella no sabe que tiene perfume y
[yo lo sé,
Porque ella no tiene conciencia de mí y yo
[sí tengo conciencia de ella?
¿Pero qué tiene que ver una cosa con otra
Para ser superior o inferior a ella?
Sí, tengo conciencia de la planta y ella no
[tiene conciencia de mí.
Pero si la forma de la conciencia es tener
[conciencia, ¿qué hay con eso?
Si la planta hablara podría decirme:
[¿y tu perfume?
Podría decirme: tienes conciencia porque
[tener conciencia es una cualidad humana
Y yo no tengo conciencia porque soy flor,
[no soy hombre.
Tengo perfume y tú no tienes porque soy flor…

¿Pero para qué compararme con una flor,


[si yo soy yo
Y la flor es la flor?
Ah, no comparemos nada: observemos.
Renunciemos a analogías, metáforas
[y símiles.
Comparar una cosa con otra es olvidarla.
Ninguna cosa se parece a otra si nos
[fijamos bien.

74
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Cada cosa se parece solo a lo que es


Y es solo lo que es, nada más.
Lo que la separa de todas las otras es el
[abismo de ser ella
Y a las otras no ser ella.
___
NIÑO DESCONOCIDO y sucio que juegas
[en mi puerta,
No te pregunto si me traes un mensaje
[de los símbolos
Te encuentro gracia porque nunca te
[había visto
Y, naturalmente, si pudieras estar limpio
[serías otro niño
Y no vendrías aquí.
¡Juega en el polvo, juega!
Aprecio tu presencia sólo con los ojos.
Vale más la pena ver una cosa siempre por
[primera vez que conocerla,
Porque conocer es como no haber visto
[nunca por primera vez,
Y no haber visto nunca por primera vez es
[solo haber oído contar.
El modo en que este niño está sucio es diferente
[del modo en que los otros están sucios.
¡Juega! Cogiendo una piedra que te cabe
[en la mano,
Sabes que te cabe en la mano.
¿Cuál es la filosofía que llega a una
[certeza mayor?
Ninguna, y ninguna puede venir a jugar
[nunca a mi puerta.
___
VERDAD, MENTIRA, certeza, incerteza…
Aquel ciego allí en el camino también
[conoce estas palabras.

75
Fernando Pessoa

Estoy sentado en un escalón alto y aprieto


[las manos
En lo más alto de las rodillas cruzadas.
Bien: ¿verdad, mentira, certeza, incerteza,
[qué son?
El ciego se detiene en el camino,
Retiro las manos de encima de las rodillas.
¿Verdad, mentira, certeza, incerteza, son
[todas lo mismo?
Algo cambió en una parte de la realidad:
[mis rodillas y mis manos.
¿Cuál es la ciencia que tiene conocimiento
[de esto?
El ciego continúa su camino y yo no hago
[más gestos.
Ya no es la misma hora, ni la misma gente,
[ni nada es igual.
Ser real es esto.
___
LA CARCAJADA de una niña suena en el
[aire del camino.
Ríe de lo que dijo quien no veo.
Me acuerdo que oí.
Pero si me hablaran ahora de una carcajada
[de niña en el camino,
Diría: no, aquí los montes, las tierras al sol,
[el sol, la casa,
Y yo que solo oigo el ruido silencioso de la
[sangre que hay en mi vida
Desde los dos lados de la cabeza.
___
NOCHE DE San Juan más allá del muro
[de patio.
Del lado de acá, yo sin noche de San Juan.
Porque hay San Juan donde lo festejan.
Para mí hay una sombra de luz de hogueras
[en la noche,

76
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Un ruido de carcajadas, los golpes de los saltos,


Y un grito casual de quien no sabe que existo.
___
TÚ, MÍSTICO, ves una significación en
[todas las cosas.
Para ti todo tiene un sentido velado.
Hay algo oculto en cada cosa que ves.
Lo que ves, lo ves siempre para ver otra cosa.
Lo que ves lo ves siempre para ver otra cosa.
Para mí, gracias a que tengo ojos solo para ver,
Veo ausencia de significación en todas
[las cosas;
La veo y me amo, porque ser una cosa es
[no significar nada.
Ser una cosa es no ser susceptible
[de interpretación.
___
PASTOR DEL monte, tan lejos de mí con
[tus ovejas,
¿Qué felicidad es esa que pareces tener,
[la tuya o la mía?
La paz que siento cuando te veo, ¿me
[pertenece, o te pertenece?
No, ni a ti ni a mí, pastor.
Pertenece solo a la felicidad y a la paz.
Ni tú la tienes, porque no sabes que la tienes.
Ni yo la tengo, porque sé que la tengo.
Ella es ella solamente, y cae sobre nosotros
[como el sol,
Que te da en la espalda y te calienta, y tú
[piensas en otra cosa indiferentemente,
Y me da en la cara y me encandila, y yo
[solo pienso en el sol.
___

77
Fernando Pessoa

¡AH, QUIEREN una luz mejor que la del sol!


¡Quieren prados más verdes que estos!
¡Quieren flores más bellas que estas que veo!
Para mí este sol, estos prados, estas flores
[me contentan.
Pero, si acaso me descontentan,
Lo que quiero es un sol más sol que el sol,
Lo que quiero es prados más prados que
[estos prados,
Lo que quiero es flores más flores que
[estas flores.
¡Todo más ideal que lo que es del mismo
[modo y de la misma manera!
¡Aquella cosa que está allí está más allí de
[lo que allí está!
Sí, lloro a veces el cuerpo perfecto que
[no existe.
Pero el cuerpo perfecto es el cuerpo más
[cuerpo que puede haber,
Y el resto son los sueños de los hombres,
La miopía de quien ve poco,
Y el deseo de estar sentado de quien no
[sabe estar de pie.
Todo el cristianismo es un sueño de sillones.
Y como el alma es aquello que no aparece,
El alma más perfecta es aquella que no
[aparece nunca,
El alma que está hecha como el cuerpo
El absoluto cuerpo de las cosas,
La existencia absolutamente real sin
[sombras ni errores,
La coincidencia exacta y entera de una
[cosa consigo misma.
___
EL CUENTO antiguo de La Cenicienta,
Juan Ratón, Barba Azul y los 40 ladrones,

78
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Y después el catecismo y la historia de Cristo


Y después todos los poetas y todos los filósofos;
Y la leña se quemaba en la chimenea cuando
[se contaban cuentos,
El sol salía allá afuera en días de suerte,
Y por encima de la lectura de los poetas,
[los árboles y las tierras…
Solo hoy veo lo que sucedió en verdad.
Que era leña quemada exactamente
[porque se quemó,
Que era el sol de los días de suerte, porque
[ya no está.
Que eran los árboles y las tierras (más allá
[de las páginas de los poetas),
Que de esto solo queda lo que nunca fue:
Porque la recompensa de no existir es estar
[siempre presente.
___
DOS HORAS y media de la madrugada.
[Despierto, y me adormezco.
Tuve en mí un momento de vida diferente
[entre sueño y sueño.
¿Si nadie condecora al sol por dar luz,
Para qué condecoran a quien es un héroe?
Me duermo por la misma razón por la
[que despierto
Y es en el intervalo que existo.
En ese momento, en que desperté, soñé por
[todo el mundo,
Una gran noche que incluía todo
Solo por fuera.
___

79
Fernando Pessoa

PÉTALO PLEGADO hacia atrás en la


[rosa que otros dirían de terciopelo
Te cojo del suelo y, desde cerca, te
[contemplo de lejos.

No hay rosas en mi patio: ¿qué viento te trajo?


Pero llego de lejos de repente. Estuve enfermo
[por un momento.
Ningún viento te trajo ahora.
Ahora estás aquí.
Lo que fuiste no eres tú, si no estarías aquí.
___
ENTRE LO que veo de un campo y lo que
[veo de otro
Pasa en un momento la figura de un hombre.
Sus pasos van con “él” en la misma realidad,
Pero yo reparo en él y en ellos, y son dos cosas:
El “hombre” va caminando con sus ideas,
[falso y extranjero,
Y sus pasos van con el sistema antiguo que
[hace a las piernas caminar.
Lo escucho desde lejos sin opinión alguna.
Qué perfecto que es en él lo que él es:
[su cuerpo,
Su verdadera realidad que no tiene deseos
[ni esperanzas,
Sino músculos y la manera verdadera e
[impersonal de usarlos.
___
GOZO EL campo sin mirarlo.
Me preguntas por qué lo gozo.
Porque lo gozo, respondo.
Gozar una flor es estar al pie suyo
[inconscientemente
Y tener una noción de su perfume en
[nuestras ideas más apagadas.

80
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Cuando observo, no gozo: veo.


Cierro los ojos, y mi cuerpo, que está
[entre la hierba,
Pertenece enteramente al exterior de quien
[cierra los ojos,
A la dureza fresca de la tierra olorosa
[e irregular;
Y alguna cosa de los ruidos indistintos de las
[cosas al existir,
Y solo una sombra encarnada de luz arrastra
[levemente en las órbitas,
Y solo un resto de vida queda.
___
NO TENGO prisa. ¿Prisa de qué?
No tienen prisa ni el sol ni la luna:
[están seguros.
Tener prisa es creer que la gente pasa delante
[de las piernas,
O que, dando un brinco, salta por encima
[de la sombra.
No; no tengo prisa.
Si extiendo el brazo, llego exactamente a
[donde mi brazo llega,
Ni un centímetro más lejos.
Toco sólo donde toco, no donde pienso.
Sólo me puedo sentar donde estoy.
Y esto hace reír como todas las verdades
[absolutamente verdaderas,
Pero lo que hace reír en verdad es que
[pensamos siempre en otra cosa,
Y vivimos fuera de nuestro cuerpo.
___
SÍ: EXISTO dentro de mi cuerpo.
No traigo el sol o la luna en el bolsillo.
No quiero conquistar el mundo porque
[dormí mal,

81
Fernando Pessoa

Ni almorzar el mundo por causa del estómago.


¿Indiferente?
No: hijo de la tierra, si diera un salto,
[sería en falso,
Ese momento en el aire que no es
[para nosotros,
Y solo estaría contento cuando los pies
[golpeen otra vez la tierra,
¡Trás! ¡En la realidad que no falta!
___
ME GUSTA el cielo porque no creo que
[sea infinito.
¿Qué tiene que ver conmigo lo que no
[comienza ni acaba?
No creo en el infinito, no creo en la eternidad.
Creo que el espacio comienza en alguna
[parte y en alguna parte termina
Y que más lejos y más allá de eso no hay
[absolutamente nada.
Creo que el tiempo tuvo un principio y
[tendrá un fin,
Y que antes y después de eso no hay tiempo.
¿Por qué ha de ser esto falso? Falso es
[hablar de infinitos
Como si supiéramos lo que son o los
[pudiéramos entender.
No: todo es una cantidad de cosas.
Todo es definido, todo es limitado,
[todo es cosas.
___
EL VERDE del cielo azul antes de que
[nazca el sol,
Y el azul blanco de occidente donde el
[brillo del sol desapareció.
Los colores verdaderos de las cosas que

82
Alberto Caeiro: Obra poética completa

[los ojos ven,


La luz de la luna no blanca sino gris
[levemente azulada.
Me contenta ver con los ojos y no con las
[páginas leídas.
___
COMO UN niño antes de que le enseñaran
[a ser grande,
Fui verdadero y leal a lo que vi y oí.
___
NO SÉ lo que es conocerme.
[No veo para adentro.
No creo que yo exista por detrás de mí.
___
¿PATRIOTA? NO: solo portugués.
Nací portugués como nací rubio y
[de ojos azules.
Si nací para hablar, tengo que hablar
[una lengua.
___

ME ACUESTO a lo largo en la hierba


Y olvido todo lo que me enseñaron.
Lo que me enseñaron nunca me dio más calor
[ni más frío.
Lo que me dijeron que existía nunca me
[alteró la forma de ninguna cosa.
Lo que me enseñaron a ver nunca tocó mis ojos.
Lo que me señalaron nunca estuvo allí:
[estaba allí solo lo que allí estaba.
___
ME HABLARON de hombres, de humanidad,
Pero yo nunca vi hombres ni vi humanidad.
Vi varios hombres asombrosamente diferentes
[entre sí,

83
Fernando Pessoa

Cada uno separado del otro por un espacio


[sin hombres.
___
NUNCA BUSQUÉ vivir mi vida.
Mi vida se vivió sin que yo quisiera o
[no quisiera.
Solo quise vivir como si no tuviera alma.
Solo quise ver como si fuera apenas ojos.
___
VIVE, DICES, en el presente;
Vive solo en el presente.
Pero yo no quiero el presente,
[quiero la realidad;
Quiero las cosas que existen, no el tiempo
[que las mide.
¿Qué es el presente?
Es una cosa relativa al pasado y al futuro.
Es una cosa que existe en virtud de que
[otras cosas existan.
Quiero solo la realidad, las cosas sin presente.
No quiero incluir el tiempo en mi esquema.
No quiero pensar en las cosas como presentes;
[quiero pensar en ellas como cosas.
No quiero separarlas de sí mismas,
[tratándolas como presentes.
Ni como reales las debería tratar.
No debería tratarlas como nada.
Debería verlas, tan solo verlas;
Verlas hasta no poder pensar en ellas,
Verlas sin tiempo, ni espacio,
Ver pudiendo dispensar todo menos
[lo que se ve.

84
Alberto Caeiro: Obra poética completa

Es ésta la ciencia de ver, que no es ninguna.


___
ME DICES: eres algo más
Que una piedra o una planta.
Me dices: sientes, piensas y sabes
Que piensas y sientes
¿Entonces las piedras escriben versos?
¿Entonces las plantas tienen ideas del mundo?
Sí: hay diferencia.
Pero no es la diferencia que tú encuentras;
Porque el tener consciencia no me obliga a
[tener teorías sobre las cosas:
Sólo me obliga a ser consciente.
¿Si soy más que una piedra o una planta? No sé.
Soy diferente. No sé lo que es más o menos.
¿Tener consciencia es más que tener color?
Puede ser y puede no ser.
Sé que es diferente apenas.
Nadie puede probar que es más que
[solo diferente.
Sé que la piedra es real, y que la planta existe.
Sé esto porque ellas existen.
Sé esto porque mis sentidos me lo muestran.
Sé que soy real también.
Sé esto porque mis sentidos me lo muestran,
Aunque con menos claridad que como me
[muestran a la piedra y a la planta.
No sé nada más.
Sí, escribo versos, y la piedra no escribe versos.
Sí, me hago ideas sobre el mundo y la planta
[ninguna.
Pero es que la piedras no son poetas,
[son piedras;

85
Fernando Pessoa

Y las plantas son plantas solamente,


[y no pensadores.
Tanto puedo decir que soy superior a
[ellas por esto,
Como que soy inferior.
Pero no digo eso: digo de la piedra,
[“es una piedra”,
Digo de la planta, “es una planta”,
Digo de mí, “soy yo”.
Y no digo nada más. ¿Qué más hay que decir?
___
DICEN QUE en cada cosa una cosa
[oculta mora.
Sí, es ella misma, la cosa sin ser oculta,
Lo que en mora ella.
Pero yo, con conciencia y sensaciones
[y pensamiento,
¿Seré como una cosa?
¿Qué hay de más o de menos en mí?
Sería bueno y feliz si fuera solo mi cuerpo,
Pero soy también otra cosa, más o menos
[que solo eso.
¿Qué cosa de más o de menos es lo que yo soy?

El viento sopla sin saber.


La planta vive sin saber.
También yo vivo sin saber, pero sé que vivo.
Pero, ¿sabré que vivo o sólo sabré que lo sé?
Nazco, vivo, muero por un destino que
[no conduzco,
Siento, pienso, me muevo por una fuerza
[exterior a mí.
Entonces ¿quién soy yo?
¿Soy, cuerpo y alma, el exterior de un
[interior cualquiera?

86
Alberto Caeiro: Obra poética completa

¿O mi alma es la conciencia que la


[fuerza universal
Tiene de mi cuerpo como diferente de los
[otros cuerpos?
En medio de todo ¿dónde estoy yo?
Muerto mi cuerpo,
Deshecho mi cerebro,
La conciencia abstracta, impersonal,
[sin forma,
Ya no siente el yo que tengo,
Ya no piensa como mi cerebro los
[pensamientos que siento míos,
Ya no mueve por mi voluntad las manos
[mías que yo muevo.
¿Cesaré así? No sé.
Si hubiera de cesar así, tener pena de así cesar
No me hará inmortal.
___

NO BASTA abrir la ventana


Para ver el campo y el río.
No es bastante no ser ciego
Para ver los árboles y las flores.
También es preciso no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles:
[hay ideas tan solo.
Hay solamente cada uno de nosotros,
[como una cueva.
Hay solamente una ventana cerrada,
[y todo el mundo afuera;
Y un sueño de lo que se podría ver si la
[ventana se abriera,
Que nunca es lo que ve cuando se abre
[la ventana.
___

87
Fernando Pessoa

PONGAN EN mi sepultura
Aquí yace, sin cruz,
Alberto Caeiro
Que fue a buscar los dioses…
Si los dioses viven o no, eso es cosa
[de ustedes.
A mí dejé que recibieran.
___
LA NIEVE pone una toalla silenciosa
[sobre todo.
No se siente sino lo que pasa dentro
[de la casa.
Me envuelvo en un cobertor y no pienso
[siquiera en pensar.
Siento un gozo de animal y vagamente pienso,
Y me adormezco sin menos utilidad que
[todas las acciones del mundo.
___

HOY DE mañana salí muy temprano,


Por haberme levantado todavía más temprano
Y no tener nada que quisiera hacer.
No sabía qué camino tomar
Mas el viento soplaba fuerte,
Y seguí el camino por donde el viento me
[soplaba en la espalda.
Así ha sido siempre mi vida, y así quiero
[que pueda ser siempre,
Voy a donde el viento me lleva y no me
[dejo pensar.
___
PRIMER PRESAGIO de tormenta
[pasado mañana,
Las primeras nubes, blancas, se ciernen
[bajas sobre el cielo moribundo.

88
Alberto Caeiro: Obra poética completa

¿De tormenta pasado mañana?


Tengo certeza, pero la certeza es mentira.
Tener certeza es no estar mirando.
Después de mañana no existe.
Lo que existe es esto:
Un cielo azul un poco rojizo, unas nubes
[blancas en el horizonte,
Con un retoque sucio abajo como si
[después viniera lo negro.
Esto es lo que hoy es,
Y, como hoy por el momento es todo,
[esto es todo.
¿Quién sabe si estaré muerto pasado mañana?
Si muriera pasado mañana, la tormenta de
[pasado mañana
Será otra tormenta diferente de la que
[sería si no hubiera muerto.
Bien sé que la tormenta no cae de mi mirada,
Pero si yo no estuviera en el mundo,
[el mundo sería diferente,
Existirá sin mí,
—Y la tormenta caerá en un modo diferente
[y no será la misma tormenta.
Sea como sea, lo que caiga es lo que estará
[cayendo cuando caiga.

89
Fernando Pessoa

A Ricardo Reis
TAMBIÉN SÉ hacer conjeturas.
En cada cosa está aquello que ella es
[y la anima.
En la planta está afuera y es una
[ninfa pequeña.
En el animal es un ser interior lejano.
En el hombre es el alma que vive con él
[y ya es él.
En los dioses tiene el mismo tamaño
Y el mismo espacio que el cuerpo
Y es la misma cosa que el cuerpo.
Por eso se dice que los dioses nunca mueren.
Por eso los dioses no tienen cuerpo y alma,
Sino solo cuerpo y son perfectos.
Su cuerpo es su alma
Y tienen la conciencia en la propia
[carne divina.
(dictado por el poeta
en el día de su muerte)
ESTE ES tal vez el último día de mi vida.
Saludé al sol, levantando la mano derecha,
Mas no lo saludé, diciéndole adiós.
Hice la señal de que me gustaba verlo
[todavía, nada más.

90
Alberto Caeiro: Obra poética completa

***
Se cierra esta edición en Bogotá, al cumplirse 132 años del
ocultamiento del poeta Cesário Verde en Lisboa, a quien
Caeiro dedica su obra completa.
91
El conocimiento es un derecho, y sabemos que a
veces las ediciones artesanales de ATARAXIA llegan
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