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Karen Fabiola Ordóñez Trujillo

Reporte de Lectura
FCSYH
DER

Fuente: Lakatos, Imre. (1989). La metodología de los programas de investigación


científica. Alianza Universidad: Madrid.

El texto arriba citado es un artículo a partir del cual Lakatos da a conocer su


propuesta metodológica para la construcción de ciencia: la metodología de los
programas de investigación científica, la cual consiste en la estructuración
organizada de teorías (esto es, con prescripciones e indicaciones muy claras
respecto a cómo se deben desarrollar y ampliar tales) a partir de las cuales se
pretende guiar determinada investigación científica futura.

Dicha metodología es analizada y comparada a la luz de las propuestas de Popper


y Kuhn, así como la de las ciencias rivales, reflejando, entre otros aspectos, la
importancia de la relación permanente y, de ida y vuelta, que debe de existir entre
la filosofía de la ciencia y la historia de la ciencia, ya que, como se verá más
adelante, la filosofía de la ciencia provee de metodologías con las que el
historiador reconstruye la historia interna, permitiendo ofrecer una explicación
racional del desarrollo del conocimiento objetivo; asimismo, se observa cómo dos
metodologías rivales pueden ser evaluadas a partir de la historia.

También y no menos importante es la explicación que da el autor sobre el papel


que desempeña, dentro de esta metodología, la heurística positiva y negativa, así
como el de las anomalías y las diferentes interpretaciones que pueden darse a las
confirmaciones y refutaciones.

En este sentido, las tesis centrales que integran la base argumentativa de la


propuesta metodológica de Lakatos son entonces las siguientes: Primero, que la
“unidad descriptiva típica de los grandes logros científicos no es una hipótesis
aislada sino más bien un programa de investigación” (Lakatos; 1989:13), en otras
palabras esto significa que las unidades básicas de análisis no serán las teorías
de forma individual, sino el conjunto de éstas que integren el programa de
investigación en cuestión.

Continúa: “La ciencia no es sólo ensayos y errores, una serie de conjeturas y


refutaciones” (1989:13), de lo que se desprende otra tesis central: que una teoría
nunca debe de ser falsada por la observación ni por experimentos, sino hasta que
surja una teoría mejor, con lo que se puede determinar que la perspectiva de
Lakatos parte de mas bien de confirmaciones y no de falsaciones sometidas a
pruebas observacionales.

Y es aquí donde surge una de las críticas de Lakatos hacia lo que él denomina
“falsacionismo ingenuo”: que para este último cualquier teoría que sea falseada a
través de la observación o el experimento puede considerarse como aceptable o
científica, a lo que Lakatos apela con el argumento de que sólo se puede llevar a
cabo una experimentación precisa si se tiene una teoría precisa, susceptible de
proporcionar predicciones en la forma de enunciados observacionales precisos.

He ahí que plantee su metodología de programas de investigación como


estructuras organizadas, cuyos componentes delimitados son: el “núcleo firme o
central”, el cual toma forma de hipótesis teóricas muy generales que constituyen la
base a partir de la cual se desarrolla el programa. Este núcleo se vuelve, por
decisión del investigador, infalsable, es decir, que cualquier insuficiencia en la
confrontación entre un programa de investigación articulado y los datos
observacionales no se ha de atribuir a los supuestos que constituyen dicho núcleo,
sino a alguna otra parte de la estructura teórica llamada “cinturón protector”.

Este cinturón protector es el conjunto de hipótesis auxiliares o supuestos que


protegen contra las refutaciones al núcleo central, ya que son estas las que deben
recibir los impactos de las contrastaciones. Así, el cinturón protector puede ser
sujeto a ajustes y reajustes, o completamente sustituido.
Otro componente del programa de investigación es la heurística, lo que en
palabras de Lakatos refiere a “una maquinaria para la solución de problemas que,
con la ayuda de técnicas matemáticas sofisticadas, asimila las anomalías e incluso
las convierte en evidencia positiva” (Lakatos; 1989:13). En sí, esta maquinaria
para la solución de problemas refiere al conjunto de reglas metodológicas que
indican las rutas de investigación que deben seguirse (heurística positiva) y las
que no (heurística negativa).

De esta forma, la heurística negativa especifica el núcleo central del programa,


que como ya se señaló es infalsable. Por su parte, la heurísitica positiva “consiste
en un conjunto, parcialmente estructurado, de sugerencias sobre cómo ajustar y/o
desarrollar los supuestos refutables del programa de investigación, es decir, sobre
cómo modificar o sustituir el cinturón protector.

En términos generales, Lakatos sostiene que todos son programas de


investigación dotados cada uno de ellos de un cinturón protector flexible, de un
núcleo firme y de una maquinaria para la solución de problemas (heurística
positiva o negativa) en cualquier etapa de su desarrollo, tienen problemas y
anomalías no solucionadas. Por tanto, todas las teorías nacen refutadas y mueren
refutadas, sin embargo, los programas de investigación deben de tener la
capacidad de predecir, es decir, de ser progresivo, de tal manera que conduzca a
descubrir hechos nuevos hasta entonces desconocidos. No así, de forma
contraria, en los programas regresivos las teorías son fabricadas sólo para
acomodar los hechos ya conocidos.

Ahora bien, retomando esto último, Lakatos plantea la interrogativa respecto a la


posibilidad o no de que se pueda dar una revolución científica, considerando la
situación de regresión de alguno de los programas de investigación rivales. A esto,
el mismo Lakatos evidencia cómo la misma historia de la ciencia refuta tanto a
Popper como a Kuhn, ya que sostiene que lo que sucede generalmente es que los
programas de investigación progresivos sustituyen a los regresivos.
En este sentido, para Lakatos, no se puede o no se debería eliminar un programa
de investigación en crecimiento sólo porque en cierto momento no haya
conseguido superar a otro programa rival. Así pues, no se debería abandonar si
constituye un cambio progresivo de problemática y un hecho que se ha
reinterpretado como hecho nuevo.

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