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a) Explique biomecanicamente como, con la patología expuesta en

prácticas y el tratamiento que seleccionó, va a producir una mejora en su


paciente.

b) Relacione patología y tratamiento seleccionado en cuanto a:


b.1. Materiales
b.2. Correcciones

c) Procedimiento de trabajo: Indique cual ha sido el


procedimiento/protocolo de trabajo en taller que ha siguido para la
realización de su Ortesis Plantar.

-Paciente Supinador con tendinitis peroneal e inestabilidad de tobillo.


Presenta tambien bursitis subcalcanea. Hombre, 90 kg, 1,72cm y corredor.

Pie supinado con tendinitis peroneal e inestabilidad de tobillo. Bursitis


subcalcanea hombre 90kg corredor.

Personas con estructuras de pie pronadas o supinadas tienen un tiempo de


reacción muscular más lento que las personas con pies neutros.

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0268003303002808?via
%3Dihub

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3655745/#i1062-6050-48-3-
326-b26

Para los factores de riesgo extrínsecos a la lesió n de esguince de tobillo, la prescripció n


de ortesis reduce el riesgo. una mayor eversió n de tobillo a la fuerza de inversió n.
jugadores con sobrepeso. una fuerza de reacció n vertical en el suelo desviada
medialmente provoca una supinació n explosiva o un momento de inversió n en la
articulació n subtalar en un corto tiempo.  Otra etiología es el tiempo de reacció n
retardado de los mú sculos peroneos en la cara lateral del tobillo.
 Las lesiones severas de tobillo también ocasionaron ocasionalmente fracturas ó seas
[ 17 ], inestabilidad funcional [ 18 ], disminució n de la fuerza muscular [ 19 ],
propriocepció n inferior [ 20 ], movilidad limitada [ 21 ], discapacidad.
+ frec en inversó n El peroné se extiende má s hacia el maléolo lateral que la tibia hasta el
maléolo medial, creando así un bloqueo a la eversió n [ 35 ]. Dicha característica del
cuerpo permite principalmente un mayor rango de inversió n que la eversió n, por lo
tanto, los esguinces de inversió n son má s comunes que los de la eversió n [36 ].
 En 2007, Morrison y Kaminski [ 56 ] sugirieron que la deformidad cavovarus, el aumento
del ancho del pie y el aumento del rango de movimiento de la eversió n del calcá neo se
relacionaron con la aparició n de una lesió n lateral de esguince de tobillo.
Fuller [ 66 ] sugirió que la mayoría de las lesiones de esguince de tobillo fueron causadas
por un aumento del momento de supinació n en la articulació n subtalar, que a menudo
era el resultado de la posició n y la magnitud de la fuerza de reacció n del suelo
proyectada verticalmente en el contacto inicial con el pie. Si el centro de la presió n
plantar se desviaba medialmente hacia el eje de la articulació n subtalar, se logró un
brazo de momento mayor a lo largo del eje de la articulació n subtalar y, por lo tanto, el
aumento subsiguiente del momento de supinació n para iniciar la supinació n sú bita del
tobillo explosivo.
Otra etiología de la lesió n del esguince de tobillo es el retraso en el tiempo de reacció n de
los mú sculos peroneos en la cara lateral del tobillo
Ashton-Miller y sus colaboradores [ 69 ] sugirieron que se produjo una lesió n de
esguince de tobillo en 40 milisegundos (ms), en pruebas de inversió n repentina con
sujetos sanos en posició n inicial de pie, se informó que el tiempo de reacció n del mú sculo
peroneo fue de 57–58 ms [ 71 ], Para los pacientes con inestabilidad del tobillo, el tiempo
de reacció n peroneal es mayor: se informó que era de 82 a 84 ms [ 77 ]
 Algunos estudios sugirieron que estos dispositivos proporcionaron un soporte mecá nico
para resistir el momento de inversió n del tobillo, mejorar la propiocepció n y el sentido
de posició n de la articulació n y, por lo tanto, mantuvo una posició n anató mica adecuada
durante el aterrizaje [ 178 , 179 ],
Hallux rigidus
La progresió n de la artritis del dedo gordo se asocia con dolor y pérdida de
movimiento. La intervenció n no quirú rgica comienza con modificaciones en el calzado y
ortesis diseñ adas para limitar el movimiento de la MTP (11)
La causa del hallux rigidus no está clara. Si bien la artritis puede ser causada por lesiones
traumá ticas o iatrogénicas que causan directamente dañ o al cartílago articular de la
articulació n MTP, má s comú nmente la etiología del hallux rigidus es idiopá tica. Informes
anteriores han demostrado que casi dos tercios de los pacientes tienen antecedentes
familiares y hasta el 79% de los pacientes tienen participació n bilateral. 2Coughlin y
Shurnas informaron una asociació n de hallux rigidus con forma articular de la cabeza
metatarsiana, aducto metatarsal y hallux valgus interphalangeus. (2. Coughlin MJ,
Shurnas PS. Hallux rigidus: demografía, etiología y evaluació n radiográ fica . Foot Ankle
Int 2003; 24 : 731-743)
A medida que avanza el hallux rigidus, se interrumpe el acoplamiento normal del centro
de rotació n de la falange proximal y la cabeza del metatarsiano, lo que conduce a un
deslizamiento excéntrico de la falange proximal sobre la cabeza del metatarsiano. 3
Los
 osteofitos se forman preferentemente en la superficie dorsal y comú nmente tienen
forma de herradura. Hay una disminució n progresiva en el rango de movimiento,
principalmente con la dorsiflexió n. (3. Shereff MJ, Bejjani FJ, Kummer FJ. Cinemá tica de la
primera articulació n metatarsofalá ngica . J Bone Joint Surg [Am] 1986; 68-A: 392-398. )
Los síntomas a menudo se mejoran con los zapatos con suela rígida, como las
botas, y peor, con los que tienen una suela flexible, como zapatillas de tenis y
sandalias.  (11)
 Los pacientes informan dolor en los extremos de la flexió n dorsal por el impacto de los
osteofitos dorsales y dolor en la flexió n plantar por la tracció n del extensor hallucis
longus (EHL) sobre los osteofitos dorsales. (11)
El primer movimiento MTP normal consiste en aproximadamente 75 ° de flexió n dorsal y
35 ° de flexió n plantar. 3 Los pacientes con hallux rigidus tienen un rango de movimiento
disminuido, con diferencias notables entre sus extremidades afectadas y normales.
( 3. Shereff MJ, Bejjani FJ, Kummer FJ. Cinemá tica de la primera articulació n
metatarsofalá ngica . J Bone Joint Surg [Am] 1986; 68-A: 392-398. )
Hattrup y Johnson clasificació n radiográ fica de hallux rigidus:
1. Preservació n del espacio articular, leve formació n de osteofitos.
2. II Estrechamiento leve a moderado del espacio articular, formació n moderada de osteofitos,
esclerosis subcondral y quistes
3. III Intenso estrechamiento del espacio articular, formació n significativa de osteofitos, cuerpos
sueltos, esclerosis subcondral y quistes.
Los aparatos ortopédicos están diseñados para limitar el movimiento a través de la
primera articulación MTP al tiempo que proporcionan amortiguación y
distribución de la presión plantar. Mientras que una plataforma de fibra de carbono
cubre todo el pie, la extensión de Morton deja sin cubrir las articulaciones MTP de
los dedos inferiores, lo que puede ser deseable en pacientes jóvenes y activos (11)
El tratamiento no quirú rgico puede ser exitoso para muchos pacientes. Grady et al
informaron una tasa de éxito del 55% con el tratamiento no quirú rgico, incluidas las
ortesis, las inyecciones de corticosteroides y las modificaciones del calzado en una
revisió n retrospectiva de 772 pacientes. ( 7. Grady JF, Axe TM, Zager EJ, Sheldon LA. Un
aná lisis retrospectivo de 772 pacientes con hallux limitus. J Am Podiatr Med
Assoc 2002; 92 : 102-108)
Se debe intentar un tratamiento conservador para el hallux rigidus y es exitoso para
aproximadamente la mitad de los pacientes.(11)
La primera articulació n MTP juega un papel funcional importante durante el ciclo de la
marcha, ya que lleva aproximadamente el 119% del peso corporal de un individuo con
cada paso( Jacob ha. Fuerzas que actú an en el antepié durante la marcha normal: una
estimació n. Clin Biomech (Bristol, Avon) 2001; 16 : 783–792.)
 Los individuos con hallux rigidus experimentan dolor articular y disminució n de la
amplitud de movimiento (ROM) en el plano sagital. Esto lleva a una mecá nica de la
marcha alterada y una reducció n significativa de la actividad y la calidad de vida de los
pacientes( Perler AD, Nwosu V, Christie D, Higgins K. Artrosis en etapa terminal del dedo
gordo / hallux rigidus: una revisió n de las alternativas a la artrodesis: implante versus
osteotomías y técnicas de artroplastia. Clin Podiatr Med Surg. 2013; 30 : 351–395.)
La modificació n del calzado y la ortesis reducen el dolor al modificar la biomecá nica de la
primera articulació n MTP. La extensió n de Morton y las almohadillas naviculares se han
utilizado para inmovilizar y alterar los patrones de carga de la articulació n. ( Hallux
rigidus: ¿Có mo me acerco? Aaron Lam , Jimmy J Chan , Michele F Surace y Ettore
Vulcano)
En un ensayo reciente, encontramos que las ortesis de pie prefabricadas y el
calzado con suela de balancín fueron igualmente efectivos para reducir el dolor
asociado con el primer MTPJ OA ( 6. Menz HB, Auhl M, Tan JM, Levinger P, Roddy E,
Munteanu SE. Eficacia de la ortesis de pie frente al calzado con suela de balancín para la
primera osteoartritis de la articulació n metatarsofalá ngica: ensayo aleatorizado. Cuidado
de la artritis Res. 2016; 68 : 581–589. doi: 10.1002 / acr.22750.  )
Zapato MBT en balancin (Predictores de respuesta a ortesis de pie prefabricadas o
calzado con suela de balancín en individuos con primera artrosis de articulaciones
metatarsofalá ngicas Hylton B. Menz , 1, 2, 3 Maria Auhl , 1, 2 Jade M. Tan , 1, 2 Pazit
Levinger , 1, 4 Edward Roddy , 3 y Shannon E. Munteanu 1, 2Autor correspondiente)
 Las fuerzas en el primer rayo aumentan durante la actividad deportiva, con
aproximadamente dos a tres veces el peso corporal durante la carrera y hasta ocho veces
el peso corporal en los saltos de carrera (  Nihal A, Trepman E, Nag D. Sports Med
Arthrosc. 17 (3) Sep: 2009. Trastornos de primer radio en atletas; pp. 160-166.)
 Las personas con un primer rayo largo son má s propensas a desarrollar hallux rigidus(
Hallux Rigidus y su tratamiento. Nilsonne H. Acta Orthop Scand. 1930; 1 : 295–303)
 Al principio, la inflamació n articular se debe a la sinovitis. Con la progresió n de la
afecció n, se desarrollan osteofitos alrededor de los má rgenes de la articulació n,
específicamente en el aspecto dorsal. ( Revisió n exhaustiva de la gestió n no operativa de
Hallux Rigidus. Charles Kon Kam King , James Loh SY , Qishi Zheng , y Kinjal V Mehta )

Welsh, et al. [ 17 ] realizó un estudio observacional con un grupo tratado con ortesis de
pie (n = 35) con un seguimiento de 24 semanas (nivel IV). La puntuació n de dolor medida
en la subescala de dolor modificada del índice de funció n del pie (FFI) fue de 48 mm al
inicio y mejoró a 14.5 mm al final de las 24 semanas (p <0001). Los autores concluyeron
que el diseñ o ortopédico podría ofrecer una reducció n del dolor inducido
mecá nicamente a un nivel que se considera una respuesta analgésica adecuada al
tratamiento.( Un estudio de una serie de casos para explorar la eficacia de la ortesis de
pie en el tratamiento del primer dolor de articulació n metatarsofalá ngica. Welsh BJ,
Redmond AC, Chockalingam N, Keenan AM. J pie tobillo res. 2010; 3 : 17. )
CHARCOT
La neuroartropatía de Charcot (ANC) es una complicació n infrecuente pero grave de la
neuropatía periférica, con fractura y dislocació n de los huesos y articulaciones del pie
que conduce a deformidad, biomecá nica alterada y mayor riesgo de ulceració n si no se
trata.

 La diabetes, la neuropatía, el traumatismo y las anomalías metabó licas del hueso dan
como resultado una afecció n inflamatoria localizada aguda. La respuesta inflamatoria
puede interrumpir permanentemente la arquitectura ó sea del pie, lo que da como
resultado presiones plantares anormales que corren el riesgo de ulceració n y
amputació n

La clasificació n de Sanders / Frykberg se usa para escribir y clasificar las cinco


ubicaciones anató micas comunes de Charcot en el pie.(23)
1. Metatarsofalángica a articulaciones interfalángicas: 15%
2. Articulaciones tarsometatarsianas: 40%.
3. Articulación naviculocuneiforme, articulaciones navicular-cuneiforme,
talonavicular y calcaneocuboide: 30%
4. Tobillo y articulaciones subtalares: 10%.
5. Calcáneo: 5%
La prevenció n de la recurrencia de la ú lcera es uno de los problemas má s
candentes en el manejo del pie diabético, dada la escasez de programas educativos
específicos para la diabetes en la mayoría de los países, así como las tasas
sustanciales de recurrencia, infecció n y amputació n de los DFU. 5 El control
glucémico meticuloso es el principal y ú nico método comprobado para reducir o
prevenir todas las complicaciones relacionadas con la diabetes(Nuevas tendencias
en el manejo ortopédico del pie diabético.Ö nder İ. Kılıçoğ lu , 1 Mehmet Demirel , 1
y Akamil Aktaş 2)
El tratamiento primario de los DFUs sigue siendo la restricció n del soporte de peso
para promover la cicatrizació n de heridas y evitar la recurrencia de ú lceras,
evitando así la amputació n. En la prá ctica ortopédica actual, aunque existen
métodos generalizados de descarga, tales como moldes de contacto total,
andadores removibles, calzado terapéutico, ortesis para pies, zapatos
personalizados, aparatos ortopédicos personalizados, terapia de acolchado y
flejado, ( Elraiyah T, Prutsky G, Domecq JP, et al. Una revisió n sistemá tica y un
metaná lisis de los métodos de descarga para las ú lceras del pie diabético . J
Vascular Surg 2016; 63 : 59S-68S. e2) y (Mohammedi K, Potier L, François M, et
al. La evaluació n de la descarga utilizando un nuevo ensayo controlado aleatorio
oRTHOsis en DIABetic foot (ORTHODIAB): diseñ o del estudio y racional . J Foot
Ankle Res 2016; 9 : 34.)
La localizació n má s comú n es la articulació n de Lisfranc (60%) con luxació n
cuneometatarsiana que ocasiona prominencias ó seas plantares o en la barra
medial o lateral, al producirse el descenso del mediopié la deformidad se
presentará en forma de «mecedora» con equino del calcá neo y acortamiento del
tendó n de Aquiles (25)

1.Entendiendo la lesió n aguda de esguince de ligamento del tobillo en los deportes


Daniel TP Fong, Yue-Yan Chan, Kam-Ming Mok, Patrick SH Yung, Kai-Ming Chan
Deportes Med Arthrosc Rehabil Ther Technol. 2009; 1: 14.
2.Foot Structure and Muscle Reaction Time to a Simulated Ankle Sprain
Joanna R. Denyer, PhD, Naomi L. A. Hewitt, MSc, and Andrew C. S. Mitchell, PhD
3. Fuller EA. Center of pressure and its theoretical relationship to foot pathology. Journal
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5. Isakov E, Mizrahi J, Solzi P, Susak Z, Lotem M. Response of the peroneal muscles to
sudden inversion of the ankle during standing. International Journal of Sport
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inverted weightbearing ankle against further inversion? Evertor muscle strength
compares favorably with shoe height, athletic tape, and three orthoses. American Journal
of Sports Medicine. 1996;24:800–809. doi: 10.1177/036354659602400616. 
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8.Raquel García de la peñ a, Salomó n Benhamú , Juan Alberto Cañ uelo, Antonio Rodríguez.
Bursitis subcalcá nea vs fascitis plantar.
9. Aná lisis de uso de cuñ as externas de retropié en pis neutros y supinados con
inestabilidad lateral cró nica de tobillo ante un movimiento de inversió n forzada y un test
de equilibrio. Palomo Ferná ndez, Inés
10. Karoline buckner, Stephan Odenwald, Stefan Schwanitz, Jens Heidenfelder, Thomas
Milani. Polyuretane-foam midsoles in runnig shoes, Impact energy and damping.
11. Bryant Ho, Judith Baumhauer. Hallux rigidus.
12. Jacob ha. Fuerzas que actú an en el antepié durante la marcha normal: una
estimació n. Clin Biomech (Bristol, Avon) 2001; 16 : 783–792.)
13. Nihal A, Trepman E, Nag D. Sports Med Arthrosc. 17 (3) Sep: 2009. Trastornos de
primer radio en atletas; pp. 160-166.
14. ( Perler AD, Nwosu V, Christie D, Higgins K. Artrosis en etapa terminal del dedo gordo
/ hallux rigidus: una revisió n de las alternativas a la artrodesis: implante versus
osteotomías y técnicas de artroplastia. Clin Podiatr Med Surg. 2013; 30 : 351–395.
15. Coughlin MJ, Shurnas PS. Hallux rigidus: demografía, etiología y evaluació n
radiográ fica . Foot Ankle Int 2003; 24 : 731-743.
16. Hallux Rigidus y su tratamiento. Nilsonne H. Acta Orthop Scand. 1930; 1 : 295–303
17. Revisió n exhaustiva de la gestió n no operativa de Hallux Rigidus. Charles Kon Kam
King , James Loh SY , Qishi Zheng , y Kinjal V Mehta
18. . Un estudio de una serie de casos para explorar la eficacia de la ortesis de pie en el
tratamiento del primer dolor de articulació n metatarsofalá ngica. Welsh BJ, Redmond AC,
Chockalingam N, Keenan AM. J pie tobillo res. 2010; 3 : 17.
19. Hallux rigidus: ¿Có mo me acerco? Aaron Lam , Jimmy J Chan , Michele F Surace y
Ettore Vulcano.
20. Menz HB, Auhl M, Tan JM, Levinger P, Roddy E, Munteanu SE. Eficacia de la ortesis de
pie frente al calzado con suela de balancín para la primera osteoartritis de la articulació n
metatarsofalá ngica: ensayo aleatorizado. Cuidado de la artritis Res. 2016; 68 : 581–
589. doi: 10.1002 / acr.22750
21. Predictores de respuesta a ortesis de pie prefabricadas o calzado con suela de
balancín en individuos con primera artrosis de articulaciones metatarsofalá ngicas Hylton
B. Menz , 1, 2, 3 Maria Auhl , 1, 2 Jade M. Tan , 1, 2 Pazit Levinger , 1, 4 Edward Roddy , 3 y
Shannon E. Munteanu 1, 2Autor correspondiente
22SE Johnson-Lynn, AW McCaskie, AP Coll, AHN Robinson. Neuroartropatía en la
diabetes: patogénesis de la artropatía de Charcot. Bone Joint Res 2018; 7: 373–378. DOI:
10.1302 / 2046-3758.75.BJR-2017-0334.R1.
23. Osteoartropatía neuropá tica de Charcot (articulació n de Charcot)
Amelia Harris ; Melanie Violand .

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