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Isocoste

Las líneas isocostes muestran combinaciones de factores productivos que cuestan


lo mismo. Representa el mismo concepto que la restricción presupuestaria cuando
se analiza el consumo. Matemáticamente, pueden expresarse como:
rK + wL = C

Donde r es el coste de capital y w es el coste de la mano de obra. En general,


pensamos en r como la tasa de interés que los mercados financieros ofrecen,
puesto que se requiere inversión. Incluso si el capital puede ser pagado usando
los recursos propios de la empresa, r es equivalente al coste de oportunidad de
tener el dinero invertido en inversiones fijas, en lugar de en activos líquidos que
ofrecen un retorno (r) prestando a los mercados. El coste de mano de obra (w) es
el salario pagado a los empleados por cada unidad de tiempo.
Las líneas isocostes suelen estar representadas gráficamente junto con las
líneas isocuantas (que son combinaciones de factores productivos que producen
una misma cantidad de bienes). Ambas tienen un punto de tangencia, que
determina la producción óptima (donde la producción se maximiza, o donde
se minimiza el coste).
Isocoste
En microeconomía una recta isocoste o isocosto representa todas las
combinaciones de factores productivos que suponen un mismo coste. 12 Aunque
similar a la Recta de balance en la teoría del consumidor, la utilización de la recta
isocoste se emplea en la minimización de costos en la producción, en lugar de la
maximización de la utilidad. Para los dos factores productivos trabajo y capital, con
costes unitarios fijos de los insumos, la ecuación de la recta isocoste es:
rK + wL = C
El valor absoluto de la pendiente de la recta isocoste, con el capital en el eje de
ordenadas y el trabajo en el eje de abcisas, es igual a la proporción de los costos
unitarios de la mano de obra y el capital. La pendiente es:
El conjunto de rectas isocostes en combinación con el mapa de
curvas isocuantas determinan el punto óptimo de producción en cualquier nivel
dado de producción. En concreto, el punto de tangencia entre cualquier isocuanta
y una línea isocoste da la combinación de coste más bajo de factores que puedan
producir el nivel de producción asociada a esa isocuanta. De manera equivalente,
proporciona el máximo nivel de producción que puede realizarse por un
determinado costo total. La línea que une los puntos de tangencia de las
isocuantas e isocostes (con precios de factores constantes) se llama la senda de
expansión de la producción.3
Curvas de indiferencia
La curva de indiferencia es un gráfico que muestra las diferentes
combinaciones entre dos bienes que reportan la misma satisfacción a una
persona, y que son preferidas a otras combinaciones.
Cuando se llega a dos opciones que son indiferentes para el individuo, estos dos
puntos que las representan se encuentran en la misma curva de indiferencia. Si se
desplaza a lo largo de la curva en un sentido, está dispuesto a aceptar más
bolígrafos a cambio de menos lápices; y si se desplaza en el otro sentido, está
dispuesto a aceptar más lápices y menos bolígrafos. Pero cualquier punto dentro
de esa curva, le reporta el mismo nivel de satisfacción.
La curva a la que nos referimos refleja, ni más ni menos, las preferencias entre
pares de bienes y no tiene relación alguna con el dinero o con los precios. Es más,
a lo largo de la curva de indiferencia cada punto tiene un valor monetario distinto,
pero el grado de satisfacción es idéntico.
Representación gráfica de las curvas de indiferencia
Se traza simplemente preguntando a un individuo qué combinación de bienes
prefiere, por ejemplo: 10 bolígrafos y 5 lápices; 15 bolígrafos y 3 lápices; ó 20
bolígrafos y 2 lápices. Este individuo es indiferente a cualquiera de estas tres
opciones. Obsérvese que, a medida que una opción aumenta, la otra disminuye. Y
dado que cuando tenemos mucho de una y poco de otra, apreciaremos más la
que menos tenemos (con un bien normal). Siguiendo con el ejemplo, si partimos
de la primera cesta (5 lápices y 10 bolis), para conseguir 5 bolígrafos más este
individuo necesitará 2 lápices. Pero en el siguiente paso, como tan solo le quedan
3 lápices, si queremos que se mantenga indiferente, le deberán entregar 5
bolígrafos por un lápiz.
Asimismo, si el individuo tiene la opción de aumentar el número de bolígrafos sin
disminuir el número de lápices significa que se encuentra ahora en una nueva
curva de indiferencia, que le reporta mayor utilidad que la anterior. Por eso se
demuestra que se pueden trazar infinitas curvas de indiferencia conformando lo
que se conoce como mapa de curvas de indiferencia.
Por otro lado, la pendiente de la curva de indiferencia mide el número de
bolígrafos al que el individuo está dispuesto a renunciar para conseguir otro lápiz.
El término técnico de esta pendiente es la tasa marginal de sustitución, que indica
la cantidad de un bien de la que el individuo quiere prescindir a cambio de una
unidad más del otro.
Esta relación aumenta o disminuye según la cantidad del bien que ya tenga el
consumidor. Como a medida que nos desplazamos a lo largo de la curva de
indiferencia aumentamos la cantidad de uno de los bienes, cada vez es necesaria
una menor cantidad del otro bien para compensar el cambio; por ello que la
pendiente de la curva se hace cada vez más plana. Esto es lo que se conoce
como relación marginal de sustitución decreciente.

En este sentido, no hay que olvidar que los bienes de un consumidor están
acotados por su renta o, lo que es lo mismo, están sometidos a una restricción
presupuestaria. En principio, el consumidor puede gastar todo su dinero en
bolígrafos o en lápices. Pero la pendiente de esta restricción presupuestaria mide
la velocidad a la que ese consumidor puede compensar un bien por otro, y está
dada por los precios relativos de ambos bienes. Es decir, la restricción
presupuestaria está determinada tanto por los ingresos del consumidor como por
los precios relativos de los bienes.
Curvas de indiferencia
Las curvas de indiferencia son líneas en un sistema de coordenadas, en las que
cada uno de sus puntos indica una combinación particular de un conjunto
de bienes que al consumidor le es indiferente consumir. Es decir, el consumidor no
tendrá ninguna preferencia entre dos conjuntos situados en la misma curva de
indiferencia, ya que todos aportan el mismo grado de utilidad. Según desplacemos
las curvas de indiferencia, alejándolas del origen de coordenadas,
incrementaremos el consumo y, por tanto, incrementaremos también el nivel de
utilidad.
Un mapa de indiferencia es una combinación de curvas de indiferencia que nos
ayuda a entender cómo los cambios en la cantidad o tipo de bien pueden alterar
los patrones de consumo.
Francis Y. Edgeworth desarrolló las matemáticas en relación con el dibujo de las
curvas de indiferencia en su libro “Mathematical Psychics: an Essay on the
Application of Mathematics to the Moral Sciences” (Matemática psicológica:
ensayo sobre la aplicación de las matemáticas en las ciencias morales), publicado
en 1881 y basado en trabajos anteriores de William Stanley Jevons. Sin embargo,
fue Vilfredo Pareto el primer economista en dibujar mapas de indiferencia, tal y
como los conocemos hoy en día, en su libro “Manual de Economía Política”,
publicado en 1906.
El primer ejemplo que veremos de un mapa de indiferencia (mostrado en el gráfico
adyacente) es la representación más común, y muestra cuatro curvas de
indiferencia convexas (en rojo). Cada curva indica a qué cantidad de bien (o
conjunto de bienes) x1 debe renunciar el consumidor para ser capaz de consumir
más bienes (o conjunto de bienes) x2. Esta relación es la llamada relación
marginal de sustitución (RMS) entre estos bienes, que no es otra que la pendiente
de la curva en cada uno de sus puntos.
Nuestro segundo ejemplo es un mapa de indiferencia con cuatro rectas paralelas
(en verde). Este supuesto es para bienes (o conjunto de bienes) y 1 e y2, que son
sustitutivos perfectos. Los trazos son paralelos y su RMS = 1, y por tanto su
pendiente tiene un ángulo de 45º con cada eje. También podemos tener el caso
de bienes sustitutivos, pero en diferentes proporciones. En ese caso, la pendiente
sería diferente y la RMS quedaría definida como una fracción: 1/2 ,1/3… Para
sustitutivos perfectos, la RMS permanecerá constante.
El tercer ejemplo muestra un mapa con cuatro curvas de indiferencia (en azul) que
representan bienes perfectamente complementarios, z1 y z2. En este tipo de
bienes, para que haya un incremento en la utilidad del consumidor, ambos bienes
deben crecer en la proporción necesaria. El mejor ejemplo de bienes
complementarios son los zapatos, ya que solo se incrementará la utilidad del
consumidor cuando tenga el par de zapatos, y no cuando tenga solo el de un pie.
Podemos observar que las esquinas están alineadas, y la línea que las cruza
define la proporción en la que cada bien necesita aumentar para que exista un
incremento en la utilidad. En este caso, el segmento horizontal de cada curva de
indiferencia tiene una RMS = 0, mientras que el segmento vertical tiene una RMS
= ∞.
Esta definición sobre las curvas de indiferencia también puede aplicarse en la
producción. En ese caso, la RMS se convierte en la relación marginal de
sustitución técnica y la relación marginal de transformación.

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