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El
descubrimiento de Galileo que no somos el centro del Universo; el descubrimiento de
Darwin que no somos la corona de la creación; y su propio descubrimiento que no
controlamos nuestra propia mente.
Uno de los descubrimientos más importantes de Freud es que las emociones enterradas en la
superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar
fragmentos de los sueños pueden ayudar a destapar las emociones y los recuerdos
enterrados.
Jung tiene un planteamiento más constructivo que Freud, en cuanto cree que el sueño tiene
una función compensadora y educativa. Opinaba que la psique es un organismo de
autorregulación en el que las actitudes conscientes son propensas a ser compensadas por el
inconsciente (dentro del sueño).
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En los sueños aparecen a menudo cinco arquetipos:
1) La persona: Es la apariencia del individuo, lo que se muestra a los demás los individuos
adaptan su conducta, actitudes y personalidad según el grupo social al que pertenecen. La
“persona” es lo que uno mismo y los demás piensan que es.
2) La sombra: Agrupa a todo lo que un individuo no quiere que se conozca, lo que se resiste
a tomar consciencia. Son los defectos, los malos recuerdos, las angustias, las experiencias
dolorosas, etc. esta parte negativa de la personalidad aparece en los sueños como imágenes
de sujetos transgresores.” La sombra es lo que se prefiere no ver”
3) El alma son dos polaridades este arquetipo tiene dos formas distintas: la energía
masculina (animus) nos empuja a ser racionales. la energía femenina (anima) incita al uso de
la intuición y la imaginación, es el polo más afectivo. En los sueños se representan
respectivamente como figuras masculinas y figuras femeninas.
4) El espíritu: Este arquetipo aparece ante una situación crítica y decisiva en la vida, en los
sueños aparece en forma de figuras ancestrales de autoridad: magos, sacerdotes, monjes,
patriarcas, etc.
5) El sí-mismo: Arquetipo central, la totalidad del Hombre. Es una entidad sobre-ordenada
al Yo. Abarca el consciente y el inconsciente, en los sueños está representado por el
embarazo, por un niño o un bebé.
Jung creía que los arquetipos, como el animus, anima, sombra y otros se manifestaban en los
sueños como símbolos o figuras. Podían adoptar la forma de un anciano, una joven soltera o
una araña gigante, según el caso. Cada uno representa una actitud inconsciente que se
oculta en la mente consciente. Aunque en una parte global de la psique del soñador, estas
manifestaciones son en gran medida autónomas y percibidas por el soñador como
personajes externos. Junto con los arquetipos que se manifiestan a través de estos símbolos,
sirven para aumentar la conciencia de las actitudes inconscientes, la integración de partes
aparentemente dispares de la psique y contribuyen al importante proceso de auto-
comprensión holística.
Jung propuso dos enfoques básicos para el análisis de material onírico:
Describió dos enfoques para símbolos de los sueños: El enfoque causal y el enfoque final.
Jung creía que los sueños podían contener verdades ineludibles, pronunciamientos
filosóficos, ilusiones, fantasías salvajes, memorias, planes, experiencias y visiones irracionales
incluso telepáticas. Al igual que la psique tienen un lado diurno que experimentamos como
vida consciente y uno nocturno inconsciente, lado que desciframos como una fantasía
onírica. Jung diría que así como no dudamos de la importancia de nuestra experiencia
consciente, no deberíamos predecir el valor de nuestras vidas inconscientes.