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AYACUCHO - PERÚ
2019
EL ORADOR
Dentro de la literatura, la oratoria tiene que ver con los procesos literarios cuya finalidad
es la de persuadir (como por ejemplo una conferencia). Un orador debe modificar las
emociones de los oyentes, no sólo brindarles información.
Ahora bien, la oratoria es algo natural en el ser humano, como capacidad de persuadir
o convencer a otro acerca de mi punto de vista u opinión. Sin embargo, se ha
desarrollado como disciplina con sus reglas y sus características propias.
Demóstenes fue el orador que fue considerado el mejor dentro de este arte. Cicerón fue
quien la perfeccionó en la República Romana. Él escribió varios discursos y tratados
que han llegado a nosotros casi en su totalidad.
TIPOS DE ORATORIA
Existe en la actualidad una clasificación de los tipos de oratoria según la finalidad del
orador. A continuación, se expresan algunos tipos de oratoria:
Es importantes los conocimientos que tenga la persona sobre el tema o mensaje que se
quiere transmitir. Hay que pensar que la oratoria viene ya de la tradición griega y que
esta era estudiada, trabajada y puesta en práctica por verdaderos eruditos en la materia,
que en la mayoría de los casos eran políticos, filósofos, etc. Es más, el dominar este arte
era motivo de prestigio en la sociedad en la sociedad de aquel tiempo.
El orador como autor y ejecutor de la oratoria, debe poseer las máximas cualidades
innatas o adquirirlas en el proceso del discurso ético; tendiente y susceptible de poder
perfeccionarse mediante el estudio del ejercicio. En esa acción, el orador nace -como
dicen los idealistas- y se hace, según los materialistas
Entre otras cualidades físicas tenemos las siguientes: vestimenta adecuada, acorde y en
relación con la condición sociocultural y socioeconómica de los asistentes al auditorio.
Es necesario y recomendable, estar en similares condiciones de aquellas personas que
asisten físicamente a escuchar el discurso oratorio.
Mirada
Es una cualidad manifiesta, que debe estar por todo el auditorio, procurando conocer los
defectos y las virtudes de cada uno de los concurrentes. La mirada fija en muchas
ocasiones es sumamente relevante, el orador está poniendo seguridad en lo que dice y
en lo que hace. La seguridad de sus palabras, tiene relación con la seguridad de su
mirada.
La mímica
Es la técnica de los gestos y ademanes, que el orador debe procurar utilizarlos adecuada
y debidamente con las palabras que va ver-tiendo progresivamente: guardar una relación
biunívoca. Algunas veces se movilizará, para que se diferencie de un robot, otras veces,
permanecerá quieto para causar impacto en la respetable audiencia.
Nosotros
Allá
En este caso muy usual en la oratoria forense, una mano, generalmente la derecha, se
tiene que guardar en posición de firmes, bien pegado al muslo; la otra señala para allá,
precisamente con el índice y los otros dedos en posición de puño bien cerrado; la mano
que señala -esta es la acusadora- debe estar perfectamente a la altura de la sien.
Adelante
Se utiliza las dos manos, que se miran en posición de paralelo, las mismas que se deben
de ubicar a la altura de la sien, obviamente, con los brazos bien extendidos, en señal de
recibimiento apoteósico, después que el interno reciba su libertad y pase al tratamiento
post penitenciario.
Unidos
Significa que todos deben estar orientados por la misma causa, para este efecto, la mano
sale y se mantiene a la altura del pecho, y en seguida, con energía, se extiende los
brazos hacia delante, debiendo estar todos los dedos en puño bien cerrado, unidos por y
para siempre. Lucharemos, es la expresión de confianza, cuando el abogado está seguro
que su patrocinado obtendrá su libertad; en este caso el letrado agita el puno a la altura
de la sien y la otra -preferentemente la derecha- queda adjunta a los miembros
inferiores, en posición de firmes, a la altura de la cintura. Venceremos
Se usa cuando se está segura de un triunfo, debiendo en este caso, extender uno de los
brazos hacia delante, obviamente, con la palma de la mano abierta, quedando a la altura
del pecho, con puno bien cerrado dirigido hacia arriba en señal de regocijo anticipado:
libertad incondicional y absolución de los patrocinados.