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Para preparar la asignatura se emplea el manual de la asignatura, aunque puede ser

conveniente recurrir a usar diccionarios diversos, empezando por el de la RAE, o el de Torretti


o, quienes lean inglés, la Stanford Encyclopedia of Philosophy, de acceso gratuito en Internet.

Los capítulos del manual que hay que estudiar para preparar cada tema son los siguientes:

1. Tema primero, sobre las hipótesis, el capítulo 3. El manual ofrece varios ejemplos de
contrastación de hipótesis que han tenido importancia históricamente. Refiriéndose a
estos ejemplos discute los elementos de la contrastación, las condiciones de la
contrastación y si el resultado de la contrastación apoya o refuta la hipótesis. En
relación con esto último examina las contrastaciones cruciales, en las cuales se
enfrentan dos hipótesis y una de ellas resulta confirmada mientras que la otra resulta
refutada. Entre estas cuestiones son especialmente complicadas la de la condición de
no ocurrencia de la predicción y la de si realmente hay contrastaciones cruciales.

2. Tema segundo, sobre los conceptos, el capítulo 4. El manual examina la cuestión de


qué es un concepto y después los conceptos clasificatorios, los comparativos y los
métricos. Este tema es un poco difícil para quienes hayan olvidado sus matemáticas de
la ESO, pero el manual tiene un apéndice que sirve para recordar la teoría de
conjuntos necesaria. A quien este apéndice le resulte complicado se le aconseja
desempolvar alguno de sus libros escolares.

3. Tema tercero, sobre las leyes, el capítulo 5. Comienza con varios ejemplos de leyes y
generalizaciones en los que luego se centra la discusión. Aunque intuivamente parece
claro que las leyes son diferentes de otros tipos de regularidades, no es fácil especificar
qué las diferencia de las regularidades accidentales. El manual discute algunas de las
propiedades que poseen las leyes científicas.

Algunas leyes son leyes causales, y estudiaremos brevemente el concepto de


causalidad. Además resulta a veces muy difícil especificar una ley de manera que no
presente excepciones. Ese carácter no estricto de algunas leyes se puede analizar de
varias maneras y esos análisis tienen un gran alcance filosófico.

4. Tema cuarto, sobre la explicación, el capítulo 7. El tema examina la cuestión en qué


consiste una explicación científica. El modelo de explicación central, al que aluden casi
todas las discusiones, es el modelo de cobertura legal; es decir, aquél en el que las
explicaciones deben contener leyes.
5. Tema quinto, sobre las teorías, los capítulos 8 (excepto el apartado 8.1.2), 9 y 10. Este
tema es muy extenso y se ocupa de la noción que para el positivismo lógico era la
principal en el análisis de la ciencia: la noción de teoría. En el primer capítulo se
presenta la manera de axiomatizar las teorías en el positivismo lógico, dentro de una
lógica de primer orden.
En el positivismo lógico se mantenía una distinción entre observación y teoría, o más
precisamente, entre vocabulario observacional y vocabulario teórico. Los enunciados
construidos con este vocabulario no son contrastables empíricamente a no ser que
sean interpretados mediante el vocabulario observacional. El medio de llevar a cabo
esta interpretación es las reglas de correspondencia. Pero estas reglas ya presentaron
problemas graves a los propios positivistas, y la distinción entre términos teóricos y
términos observacionales fue puesta en cuestión desde varios frentes filosóficos, en
particular por una perspectiva historicista que daba especial importancia al desarrollo
de la ciencia. A pesar de eso, estos filósofos tenían cosas que decir sobre las tesis
positivistas acerca del análisis de la estructura de las teorías, además de sobre el
desarrollo de las mismas. En este capítulo se estudia a Kuhn, a Lakatos y a Laudan.
El capítulo 10 se ocupa de otra alternativa al positivismo lógico que pretende
mantener el rigor analítico que proporcionan las axiomatizaciones de las teorías y la
atención al desarrollo histórico de la ciencia y a algunas dimensiones pragmáticas de
ésta. Los autores del manual son adeptos de este tipo de enfoques, llamados enfoques
semánticos. En ellos se intenta especificar a qué se refiere una teoría sin tener que
formalizarla, sino que basta con axiomatizarla informalmente. Esta manera de
especificar los modelos de una teoría evita algunos de los problemas de las
formalizaciones del positivismo lógico, que se ocasionan, según los defensores de los
enfoques semánticos, del carácter lingüístico del tratamiento positivista.
Una de las corrientes dentro de la familia semanticista es el estructuralismo, al que
Ulises Moulines contribuyó mucho a desarrollar.

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