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RESUMEN DE IMPACTO DEL LIBRO

CREE EN TI
SIXTO PORRAS

DISCIPULADO 3
NOMBRE: ROSA CHAVARRY BLAS
ESCUELA: MONTALVAN
CODIGO: C21M5
MAESTRA: JESÚS LEZAMETA
TUTOR: ANDRE OLIVEIRA
CREE EN TI
RESUMEN

El libro CREE EN TI, habla sobre la autoestima, de como nosotros nos


vemos a través de otras personas, nuestras familias, el lugar donde
vivimos, la sociedad, etc. y como estos han influenciado en nosotros
ya sea de forma positiva o negativa. Nos enseña también a sanar
nuestra autoimagen y a reconciliarnos con nosotros mismo.
Parte 1: LOS ESPEJOS DONDE ME MIRO
En la primera parte. Sixto Porras, toma todas estas influencias como
espejos en los que muchas veces solemos reflejarnos; y como estos
afectan nuestra autoestima. Pues vivimos creyendo que debemos
encajar en los estándares que nuestro entorno o la sociedad nos han
puesto para poder agradarles; olvidando quienes somos en realidad y
que propósito tenemos y cuanto Dios nos ama. Nos dice que
debemos aprender a vernos en el espejo de Dios pues solo en él
lograremos vernos tal y como él nos ve.
Nos recuerda también que Dios nos ha creado a su imagen, y que él
tiene un plan maravilloso para nuestras vidas. Así que no importa lo
que el mundo diga, si decidimos creer en la promesa de Dios.
Cada uno debe ser capaz de definirse y para ello debemos decidir en
qué espejo queremos reflejarnos, pues de esto dependerá el concepto
que logremos tener de nosotros mismos y como queremos que el
mundo nos vea. Muchas veces hemos permitido que las ofensas del
enemigo nos ataqué, o tal vez las palabras de nuestra propia familia y
con el paso del tiempo esto ha ido dejando cicatrices que con el
tiempo nos afectan y no nos permite llevar una vida plena.
El libro, te habla de los problemas, circunstancias, palabras, etc. que
pueden causar una distorsión de nuestra autoimagen. Son cosas que
a pesar que parezcan insignificantes si no tenemos un corazón fuerte
y sujeto de Dios, nos pueden herir.
Yo recuerdo que de niña siempre me comparaban con otras niñas que
de repente eran más aplicadas en el colegio y me decían que debía
ser más como ellas. O aquella ocasión en que mi madre en un
momento de ira mi dijo “no me siento orgullosa de decir que tengo
una hija de ese hombre”. Son palabras que quedaron marcadas en mi
corazón, sé que no era la intención de ellos herirme, pero esto
ocasiono en mi vida, un rechazo a mi persona, me sentía inferior por
no lograr lo que los otros podían, me empecé a odiar a mí misma, y
cuestionarme de que había hecho mal para no ser lo que ellos
esperaban. Hoy a mis 25 años gracias a Dios, he logrado aprender a
perdonar a los demás y lo más importante perdonarme a mí misma
pues sé que Dios me hizo única con
habilidades y dones distinto a los demás
y que es él quien siempre me amara
incondicionalmente.
A veces somos nosotros los que
decimos cosas que parecen inofensivas
o creemos que es para ayudar a otros,
cuando no pensamos en realidad de
cómo se siente la otra persona.
Debemos de ser más prudentes no decir
apodos que puedan dañar a otros o no
compararlos con otras personas sino a
motivarlas a que sean la mejor versión de sí mismos. No hagamos a
los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros.
Y recordemos que el mundo siempre tratara de manipular el espejo
donde nos vemos para dañarnos; pues ellos son débiles que buscan
humillarte para sentirse fuertes. Pero nosotros tenemos un Dios
Todopoderoso que siempre nos defenderá, solo debemos buscar de
él.
Parte 2: NUNCA ES TARDE PARA RECUPERAR TU VERDADERA
AUTOIMAGEN. COMIENZA AQUÍ.
“El señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de
todo, nunca por debajo…” (Deuteronomio 28:13 RVC)

En esta segunda parte Sixto nos enseña a identificar toda aquella


información sobre lo que se dice de nosotros y separar lo que nos
lastima de lo que nos favorece. Nos dice que en la vida siempre
pasaremos por circunstancias difíciles donde se nos buscara dañar
nuestra autoimagen, pero no por ellos debemos permitirlo, sino
aprender de ello y hacernos más fuertes. Estas circunstancias serán
las que nos ayuden a formar nuestro carácter y a fortalecer nuestra
relación con Dios. Recordemos que Dios no pone cargas que no
podamos soportar.
A lo largo de nuestras vidas ha habido infinidad de circunstancias que
han podido influenciar en el quien somos actualmente, pero esto no
significa que debemos seguir siéndolo. Aquí nos hablan de como
poder cambiar; de aceptar el hecho de que somos personas únicas y
especiales, y con un gran propósito.
Debemos apreciarnos como somos. No siempre las palabras que
viene de otros son para dañarnos, sino que muchas veces son ellos
quienes ven lo mejor de nosotros, pero si seguimos creyendo solo lo
malo jamás seremos capaces de aceptar lo bueno que Dios ha puesto
en nosotros y poder lograr grandes cosas.
Dejemos de buscar la perfección que el mundo nos vende. Hay
muchas mujeres que se someten a dolorosas cirugías por querer ser
como las modelos de revistas, en otras nos sentimos excluidos si no
tenemos las mismas habilidades que otros, o tal vez porque no
tenemos un estatus social alto, estas cosas suelen ser pasajeras. Los
estándares de belleza siempre cambiaran, nos enfocamos más en la
habilidad de otros y nunca logramos desarrollar las que Dios nos dio.
Una vez escuche a alguien decir; “si nazco pobre es por culpa de mis
padres, pero si muero pobre es culpa mía”. No nos enfoquemos en los
problemas, buscar siempre un culpable, sino que debemos tomar la
decisión de salir de ahí, buscar siempre una solución. Debemos
amarnos tal y como somos aprender del lugar donde estamos, y si lo
tenemos todos, aprender a ser humildes. Pues Dios no ve cuanto
tienes en riquezas, ni en apariencia sino el corazón que tienes.
Aprendamos a identificarnos también con nuestros nombres.
Hagamos que cuando las personas mencionen nuestros nombres o
apellidos sea para decir cosas grandiosas. El nombre no nos hace
quienes somos, debemos ser nosotros quien le de la personalidad al
nombre, para ello debemos decidir qué queremos que digan de
nosotros cuando mencionen nuestro nombre. Yo antes detestaba mi
apellido paterno porque tenía un gran resentimiento con mi padre y
cada vez que se decía mi apellido en mi familia materna era para
decir cosas malas de mi padre, sentía vergüenza mencionarlo. Había
logrado hacer que el apellido afectara quién yo era, pensaba que al
tener ese apellido iba ser igual que mi padre, pero hoy entendí que no
es así yo soy diferente y sé que, por mí, cuando mencionen mi
apellido se hablara de grandezas porque eso ha puesto Dios en mi
corazón, hoy decidí apropiarme de mi apellido y hacer de él su mejor
versión.
En otro punto nos enseña cómo vivir los procesos de cambio y
aceptarlos aún más en la mediana edad.
Con el tiempo todos iremos envejeciendo pues esta es una etapa
natural de la vida, pero el cómo envejecemos depende del, cómo
estamos viviendo actualmente. Yo en mis 25 años en este tiempo
donde todo es más rápido y agitado, me siento cansada, me cuesta
más hacer las cosas, llego a puntos donde me estreso de maneras
sobrenaturales, y aun siendo joven. Mientras que en la biblia muchos
de los hombres de Dios tuvieron su llamado en una edad mucho
mayor como Moisés o Jesús y a pesar de todos ellos tenían muchas
más energías que uno, que actualmente lo tiene todo. Me gusta
cuando voy a la iglesia porque dentro de todos los hermanos, hay uno
que tendrá sus sesenta y tantos años y al momento de alabar a Dios
el comienza a bailar con mucha más energía que yo, me maravillo de
toda esa energía que emana y me hace entender que la edad no nos
limita, sino es nuestra propia mente quién nos manipula para pensar
que a cierta edad ya no podemos hacer las mismas cosas que antes.
Recuerdo que me entregue a la iglesia a los
24 años, veía que a la iglesia iban muchos
jovencitos me sentía mal porque el enemigo
me quería hacer creer que ya era tarde para
cambiar. Hasta ahora lucho con las palabras
de mi hermano que me dice solo estoy
perdiendo el tiempo, que nunca lograre
cambiar que seguiré siendo una más del
montón, pero a pesar de ello también
comprendí que nunca es tarde. Si Abraham
logro tener a Isaac a los 100 años. Yo sé que aún hay mucho más de
mí que yo puedo hacer, y que este es el momento indicado que Dios
tenía programado, para que yo pudiera iniciar mi largo recorrido hacia
mi bendición.
Pongamos nuestra esperanza en Dios. Muchas veces queremos
resolver los problemas en nuestra propia fuerza y lo único que a
veces logramos es aumentar la angustia y disminuir las fuerzas.
Cuando fácilmente podríamos poner nuestra confianza en Dios,
pedirle su apoyo y creer en él. La esperanza que Dios nos brinda nos
llena de ánimo, nos motiva a seguir soñando a creer, nos hace tener
una actitud positiva ante cualquier problema que se nos presente. El
año pasado mi grupo de la universidad y yo tuvimos un gran
problema por un trabajo que habíamos realizado, la universidad nos
estaba acusando de haber realidad plagio por unos dibujos que
habíamos incluido en el informe y no haberlos citado. El problema se
agravio pues dijeron que nos expulsarían del curso; todos nos
desesperamos empezamos a echarnos la culpa, yo era la más
preocupada, puesto que no podía jalar el curso. Fue cuando yo decidí
dejar el problema en las manos de Dios y confiar en él, fue así que
durante todo el proceso Dios siempre estuvo presente apoyándonos y
motivándonos con su palabra, hasta que pudimos salir libres de la
expulsión, era un milagro de no creer pues parecía imposible, pero
Dios que es señor de imposibles me reafirmaba nuevamente que mi
elección de confiar en él era la indicada. Esto hizo que mis amigas
vieran que Dios estaba de mi lado pues durante todo el proceso
siempre le mencionaba que le tuvieran fe y hoy ellas también saben
que Dios nunca abandona a sus hijos.
El libro, nos enseña como buscarles sentido a nuestras vidas,
debemos dejar de quejarnos y empezar a vivir por completo nuestras
vidas, muchas veces esperamos que las cosas vengan a nuestras
manos, o esperamos ver milagros para recién creer, esto provoca que
perdamos la misión que tenemos pues siempre estaremos esperando
algo más para ser felices y no trabajamos con lo que tenemos. A
todos nos pasan que decimos: cuando tenga sea mayor seré feliz,
cuando tenga mi casa seré feliz, cuando me case seré feliz, siempre
estamos a cuestas del “cuando”, que cuando tengamos todo ya no
tendremos tiempo para ser felices. Es momento de aprender a vivir
con lo que tenemos en el ahora, buscar la motivación y trabajar
desde ahora para que él resto venga por añadidura.
Durante muchos años fui el tipo de persona que hacia los mismo
todos los días, empecé aburrirme de mi propia vida y anhelar la vida
de otros. Muchos veían en mí, habilidades extraordinarias que yo no
podía ver por fijarme en la vida de otros, pensaba que había otros que
lo iban hacer mejor entonces para que ya lo intentaba. Hoy me cansé
de ser un espectador más y decidí crear mi propio destino, ahora
recién puede ver todas las habilidades y dones que Dios puso en mí y
sé que con mucho trabajo lograre pulirlas pues Dios me las ha dado
para poder hacer obras para él.
Hoy sé que Dios tiene una misión para mí y estoy decidida a seguirla,
me he dispuesto a dejar mi vida en sus manos. Sé que el pondrá en
mi vida personas que me ayuden a seguir creciendo. Me alegra
también saber que tengo a Jesús como ejemplo y que al igual que él,
Dios también me llamara para guiar nuevas generaciones a conocer
de él.

Parte 3: EL ESPEJO DEL AMOR SUPREMO


En esta tercera parte, nos aconseja que debemos observarnos como
Dios nos ve. Aprendamos que aún hay más de nosotros que aún no
hemos descubierto y solo con Dios podres ser capaces de verlas y
desarrollarlas.
¿Cómo podemos lograr revelar ese potencial
que no conocemos?
Sixto nos indica que para lograr conocernos
a fondo debemos empezar a tener una
comunión más profunda con Dios pues solo
él nos mostrara quiénes somos realmente y
cuanto podemos lograr. Para encontrarnos
con Dios empecemos leyendo su palabra, es
ahí donde encontraremos todas les
respuestas a nuestras preguntas, a través de ellas encontrare las
instrucciones que necesito para aprender a conocerme mejor.
Debo separa un momento para hablar con él y así poder escuchar su
voz. Pues el pondrá en nuestro corazón, aquello que tanto anhelamos
y traerá paz a nuestra vida, solo así sabremos que estamos siguiendo
un buen camino.
También nos dice que debemos apreciar todo lo que está a nuestro
alrededor, avalorar todo lo que el señor nos ha dado, amar a nuestra
familia, porque ya sea poco o mucho, es todo lo que necesitamos
para cumplir nuestra misión.
Debemos aprender a creer en nosotros mismos, pues nadie más lo
hará, y si nosotros no sanamos nuestras heridas podremos incluso
lastimar a otros. Así que debemos invertir tiempo en conocernos
mejor y aceptarnos como somos, aprender de nuestros errores y
saber apartar las cosas negativas que entra en nuestras vidas.
Este libro me ha enseñado a CREER EN MI, ahora más que nunca sé
que Dios ha puesto un propósito en mi vida y que no soy un error
como el enemigo trato de hacerme cree, hoy le pongo fin y rompo
lazos con esa autoimagen errónea que tuve de mi durante tantos
años.
Hoy sé que soy valiosa, me acepto tal como soy, porque sé que mi
propósito es grande y que Dios necesita de mi para poder lograrlo,
volveré a retomar el protagonismo de mi vida.
Hoy, sé que soy única, tengo habilidades y defectos, y eso es lo que
me hace ser perfecta ante los ojos de Dios. Sé que desde el día que
decidí entregarle mi vida a Dios, todo mi pasado quedo perdonado.
Hoy decido levantarme y motivarme a seguir adelante, en el camino
de Dios para así guiar con ejemplo y autoridad a las nuevas
generaciones.
Este es mi tiempo. Es el momento que decido dejarlo todo por seguir
a Dios; es el momento de prepararme para la misión que Dios me
tiene reservada. Este es mi tiempo de CREER EN MI y sobre todo de
CRÉELE A DIOS.

RECORDANDO EL PASADO
Pude recordar aquellos momentos
cuando que ocasionaron en mi la baja
autoestima que tuve por más de 20
años; fue un conjunto de emociones
volver a revivirlos pues creí haberlos
superado, hoy me di cuenta que aún me
falta sanar muchas cosas, perdonar a los que me hicieron daño y
pedir perdón.
Recordé que de niña no me gustaba mi familia; deseaba desde el
fondo del corazón que me dijeran que era adoptada y que otra familia
vendría por mí; pues no me gustaba las peleas, los golpes, los
maltratos y los insultos, era todo un caos; sin embargo, lo que más
me dolía era las veces que mi padre abusaba de mí; nunca entendí el
porqué. De niña nunca lo odie ni lo juzgue, sino al contrario creía que
yo había cometido algo malo y con el tiempo esto dejo grandes
heridas en mi vida, nunca le dije a mi madre por miedo a que mi
padre pudiera hacerle más daño. Todo esto cambio cuando tenía 7
años y recuerdo que mi madre un día me dijo: hija muy pronto tendré
que irme a otro país para trabajar…, tú te quedaras con tu madrina,
¡fue el mejor día de mi vida! Porque sentí que me habían sacado del
infierno en el que estaba.
Fue mi madrina quién me enseño de Dios, fue cuando decidí que él
era el padre ideal que tanto me hizo falta. No obstante, me
trasladaron a la casa de un tío donde no se habla mucho de Dios, mas
ya sabía de su existencia y de que él siempre estaría conmigo. Pero
como dice Sixto Porras la sociedad puede lograr confundirte y
empecé a verme en el espejo del mundo; con el tiempo empecé a
volver a caer en la depresión, no sabía en quién confortarme o en
quién confiar; no haber dicho lo que me había pasado siempre me
torturaba, pensaba que todos me juzgarían y que nadie podría
entenderme.
Con el tiempo, mi autoestima estaba por los suelos, me sentía sucia y
creí que yo no merecía nada así que fui descuidando mi cuerpo, me
iba mal en la escuela, era desobediente, siempre habían quejas de mi
para mi madre. Ellos siempre solían compararme con otras niñas, que
yo debería ser como ellas que, sino no lograre nada, mis primas,
siempre criticaban mi apariencia; hasta yo misma empecé a
mentirme creyendo que tenía a derecho a compórtame como yo
quisiera pues ya había sufrido demasiado y sentía que el mundo me
lo debía y que no podían decirme nada.
Hoy me doy cuenta en la gran mentira que estuve viviendo, pues
creía que mi pasado definía quién era yo en ese presente; me creí en
cada palabra que el enemigo me decía, sentía que era muy difícil salir
de ello. Intente muchas veces alzarme yo misma la moral, pero los
problemas siempre me sobrepasaban había veces en que deseaba
quitarme la vida, que todos estarían mejor sin mí, el enemigo me
había hecho cree que yo era un error y que jamás debí haber nacido.
Más Dios que es grande, sabía que yo aún tenía un propósito, no
sabía cuál era y aunque aún no lo defino, sé que hay grandes cosas
esperando por mí.
UN NUEVO FUTURO
Esta lectura me ayudo a darme cuenta de lo valiosa que soy para
Dios y me enseño a que no debo dejar que la sociedad, ni mi pasado
ni lo que puedan decir de mí en adelante me defina pues hoy decido
mirarme con los ojos de Dios. Ahora puedo ver lo hermosa que soy, la
bella sonrisa que tengo y las maravillosas habilidades que aprendí y
que antes no valoraba. Comprendí que no soy la única con un pasado
doloroso. Me encanta la historia de José y sus 12 hermanos, de como
ellos lo envidiaban y terminan vendiéndolo como esclavo y a pesar de
ello él nunca se quejó o guardo rencor a sus hermanos, sino que
decidió creer en DIOS pues él sabía que Dios jamás lo abandonaría y
dijo a sus hermanos cuando él se les revelo ante ellos.
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme
vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios
delante de vosotros. Génesis 45:5
Hoy pude aprender a perdonar mi pasado, y reconciliarme conmigo y
confiar en Dios pues a pesar de todo lo duro que pude vivir, solo son
experiencias que me ayudaron a formar mi carácter. Hoy después de
25 años puedo contar mi pasado sin llorar, pues sé que Dios me
utilizara en gran manera para ayudar a otras personas que han
pasado por lo mismo y hacerles saber que si yo logre sobrevivir
gracias a Dios ellos también podrán. Mi pasado ya no es una historia
de tristeza y dolor sino un testimonio del milagro que Dios hizo en mi
vida.
Como dice en el libro “todos tenemos una misión que cumplir en
la tierra y Dios la revela en tiempo correcto”.
Recién voy un año en la iglesia y ya vi cuan poderoso es el Dios al
que he decidido seguir y que a pesar de que tengo 26 años, este es el
momento en el que debo estar pues Dios así lo ha decidido,
comprendí que nunca es tarde para seguir sus pasos y puede que
caiga muchas veces, que mi alrededor quiera influir en la decisión
que he tomado, sé que no soy perfecta, pero estoy aprendiendo
porque ya me canse de vivir a cuestas de mi pasado, ya me canse de
creer en la mentiras que el enemigo puso en mí. Hoy necesito de
Dios. Muchas veces tendré miedo pues el camino de Dios nunca es
fácil, pero si Abraham, Moisés, Jesús y otros dejaron todo lo que
tenían por obedecer a Dios y recibieron su bendición, que me lo
impide a mí; sé que Dios no me pondrá pruebas que no pueda pasar,
y que si me las pone son porque debo aprender de ellas para seguir
creciendo.
Sé que aún me falta mejorar en varios aspectos, pero también sé que
Dios estará conmigo en cada paso y cada decisión que tomé, pues
entendí que yo no puedo hacerlo sola, que mis fuerzas son limitadas,
pero con Dios, el Todopoderoso; no hay nada imposible.
Al igual como nos mencionan en la historia de David, aquel que nadie
tomaba en cuenta, que tenía una familia que lo menospreciaba por
ser el menor y porque que solo se encargaba de cuidar a las ovejas.
Mas fue ahí donde Dios lo hizo desarrollar su carácter, a ser un joven
sencillo y agradar a Dios. Igualmente nosotros debemos aprender a
vivir en el entorno que nos encontramos pues pese a todo si es la
voluntad de Dios, “él nos utilizara siendo la persona que
somos”.
Debemos dejar de quejarnos por lo que nos está pasando o nos pasó
y levantarnos, pedir a Dios que nos oriente por el mejor camino para
poder seguir adelante.
Debemos empezar a vernos en el espejo de Dios pues solo él nos
mostrara quienes somos en verdad, cuanto valemos y cuanto somos
capaces de lograr. Es el momento de dar vuelta a la página de dejar
de vernos en el espejo del mundo pues de lo contrario seguiremos
atrapados en un mundo donde jamás alcanzaremos la felicidad.
Debemos definir nuestros objetivos, poner las cartas sobre la mesa, y
hacer un análisis profundo en nuestra vida de ver en qué cosas
seguimos errando, en cuales otras podemos mejorar. Aprender a
valorarnos tal y como somos, dejar de anhelar lo que otros tienen y
apreciar lo que ya tenemos, pues Dios nos hizo únicos con distintas
habilidades y dones, pero si seguimos enfocados en el resto jamás
podremos verlos.
Hoy, sé que soy única, tengo habilidades y defectos, y eso es lo que
me hace ser perfecta ante los ojos de Dios. Sé que desde el día que
decidí entregarle mi vida a Dios, todo mi pasado quedo perdonado. Sé
aún me falta mucho camino por recorrer, pero si Dios está conmigo
quién contra mí.

“Todos tenemos una misión que cumplir en la tierra


y
Dios la revela en el tiempo correcto”.
Este es mi tiempo. Es el momento que decido dejarlo todo por seguir
a Dios; es el momento de prepararme para la misión que Dios me
tiene reservada. Este es mi tiempo de CREER EN MI y sobre todo de
créele a DIOS.

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