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En este artículo Cortizo nos muestra nuevos términos que nos ayudan a entender
mejor las necesidades del usuario, de cómo enfocarnos en aprender más sobre sus rutinas,
para generar espacios que se adecuen tanto a sus necesidades como al tiempo en el que se
encuentran.
Dentro de este artículo nos habla del cronotopo, que es la relación del tiempo y
espacio o lugar. Nos dice que la ciudad es una ciudad de cronotopos: lugar físico animado
por ritmos originados por la presencia y ausencia de los ciudadanos y delos habitantes
temporales, esto se puede apreciar en el Centro de Lima, la cual se mueve en distintos ritmos
durante todo el día esto originado por las mismas personas que circulan sus calles o usan los
espacios, generando diversos tiempos de uso como en las mañanas y tardes donde se aprecia
la actividad comercial como turística, más por las noches el panorama va cambiando ya que
su función termina por las noches.
También nos dan más ejemplos como los horarios de fábricas o las universidades, nos
hace dar cuenta de cómo se manejan las personas durante el día, si los espacios urbanos
están adecuados a sus necesidades y cuánto tiempo le lleva realizar sus actividades. Para
ello, nos dice que debemos tener en cuenta la conciliación de tres grandes temas: los
aspectos horarios de la movilidad, los espacios públicos y los servicios de interés público.
Finalmente, Cortizo nos enseña que los arquitectos debemos diseñar ya no solo
desde el punto del usuario-función sino también desde el espacio-tiempo. Un ejemplo simple
es el banco Interbank; a muchos nos resulta incómodo hacer transacciones bancarias, pues
es sinónimo de tiempo perdido, largas colas, etc. Pero a ello, Interbank rediseño sus espacios
con muebles donde sus clientes pueden reposar mientras esperan, tienen máquinas de café,
folletos, etc. Pues puede que no logren disminuir el tiempo, pero cambian el cómo vas a
pasar el tiempo si parado en largas colas y sentado relajándote mientras esperas.
Villagrán dice que como arquitectos debemos relacionarnos con la forma en que vive
una cultura y manifiesta su personalidad, pues un espacio no responde de igual forma para
todos, se debe ser más personalizada al usuario al que va usar el espacio. Pues sin ello,
estaríamos diseñando otro espacio más que no responde a nada y que perderá su función
con el pasar de los años convirtiéndose en un problema para sus usuarios.
Villagran comenta que un programa es: “el conjunto de exigencias que debe
satisfacer una obra por proyectar”, como arquitectos debemos estar dispuestos a respetar
las necesidades del usuario, pues solo así lograremos generar obras que trasciendan
funcionalmente en el tiempo y no solo objetos arquitectónicos vacíos que se pierden en esta
ciudad tan cambiante.