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MINISTERIO DE EDUCACIÓN

DIRECCIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN PARTICULAR

TRABAJO N° 1

CIVICA C

ELABORADO POR

PROFESOR

DISTANCIA

FECHA DE ENTREGA
CRITERIOS A EVALUAR UNA INVESTIGACIÓN

VALOR PTS. OBT.


1. Contenido 12 ptos
2. Organización 8 ptos.
3. Ilustraciones Adecuadas 5 ptos.
4. Bibliografía 5 ptos.
5. Entrega puntual 5 ptos.
Totales 35 ptos.
INDICE

Introducción

Contenido

John Dewey

Francisco Petrarca

Erasmo de Rotterdam

Conclusión

Bibliografía
Introducción

A lo largo de toda la historia ha surgido una gran variedad de


ideologías, movimientos y corrientes, el humanismo es una
más de ellas. Aún así, el hecho de que haiga muchas, no las
hace de menor importancia. Para tomar conciencia, en este
documento se tratarán diversos temas sobre el humanismo: el
panorama del mundo antes de este, los cambios que ha
sufrido a través de las décadas, en que se ha convertido y
como se puede ver reflejado en la actualidad; todo desde su
comienzo hasta la actualidad. Se hará resaltar la importancia
de esta ideología además de sus características y ventajas. Se
proveerá información de relevancia sobre el tema para que el
lector pueda crear y darle forma a su propia opinión al
respecto.
John Dewey
(Burlington, 1859 - Nueva York, 1952) Filósofo, pedagogo y psicólogo
norteamericano. John Dewey nació en una ciudadela del "yankismo" de
Nueva Inglaterra, en el seno de una familia de colonizadores de humilde
origen, el mismo año en que apareció Sobre el origen de las especies,
de Darwin. El "yankismo" y el darwinismo fueron los dos puntos iniciales
de una actividad filosófica que, empezada en una época hoy arcaica,
había de terminar en 1952, y de una filosofía cuyas repercusiones
mundiales se dejan sentir aún en nuestros días.

John Dewey

Los fundamentos no racionales del


pensamiento de John Dewey se
apoyan en la tradición "yankee" de
la práctica, del obstinado empirismo
y del "sentido común y nada
absurdo" procedentes, por lo
menos, de los tiempos de Benjamin
Franklin, quien, como Dewey,
consideró objetivos legítimos la
mentalidad y el método
experimentales. Según parece, las tradiciones más estrictamente
filosóficas y morales de Nueva Inglaterra -denominadas normalmente
puritanismo- no dejaron huella en nuestro autor.
La estructura racional por él erigida sobre los mencionados fundamentos
derivó, originariamente, de Darwin; en el pensamiento de Dewey, la
mente humana es un producto de la evolución biológica, un
"instrumento" que, como el cuello de la jirafa, se ha ido desarrollando
para permitir la adaptación y supervivencia del organismo en el mundo
físico. La inteligencia, pues, debería ser utilizada, juzgada y modificada
de acuerdo con su eficacia práctica de instrumento de subsistencia.
La juventud casi rural de Dewey y sus años de universidad
transcurrieron en el Este; en 1884, sin embargo, inició la actividad
docente en el Midwest, donde vivió durante los veinte años siguientes.
De tal región -de sus genéricos estados de ánimo y de su "liberalismo
americano" a la antigua- parece haber sido siempre el intérprete. El
contacto, en los últimos años de estudios, con la obra de Hegel había
dejado, según él mismo afirma, "un poso permanente" en su
pensamiento. El intento de una nueva interpretación del ilustre filósofo
alemán en modernos términos norteamericanos -o sea "yankees" y
darwinianos- fue el primer paso en la elaboración de lo que había de
llegar a ser el "instrumentalismo" (la teoría y el nombre resultaron
variantes de lo que un autor contemporáneo pero de más edad, William
James, denominó "pragmatismo").
La primera obra publicada por Dewey fue -lo cual es significativo-
una Psychology(1887); en ella demostró su autor que la naturaleza y la
función "instrumentales" de la inteligencia son el principio esencial del
pensamiento filosófico; la filosofía -da a entender allí- no es una
parienta de la psicología, sino una hija bastarda de la misma. La forma
de esta descendiente empezó a aparecer en Esbozos de una teoría
crítica de la ética (Outlines of a Critical Theory of Ethics, 1891), que tres
años después se convirtió en The Study of Ethics.
Entre las dos obras, y como explicación, según Dewey, del desarrollo
que se había producido de la primera a la segunda, surgieron
los Principios de psicología de James, quien, después de Hegel, ejerció
sobre su ideología la mayor influencia. Tales estudios iniciales sobre las
bases psicológicas de la ética provocarían (Ethics, 1908) la virtual
reacción de ésta en muy pocas de sus componentes psicológicas.
Mientras tanto, Dewey había empezado a aplicar la teoría
instrumentalista a otros ámbitos -la educación y la lógica- en los cuales,
con unas conclusiones alabadas por unos y condenadas por otros,
contribuiría a la aparición de revoluciones de alcance mundial. Llegado
en 1894 a la Universidad de Chicago, pronto inició aquí un curso
experimental fundamentado en los principios de la doctrina
instrumentalista. Sus principios pedagógicos -renuncia total a los
métodos y objetivos tradicionales de la enseñanza- fueron expuestos
en Escuela y sociedad, texto publicado en 1903.
Dewey sitúa el fin de la educación en el adiestramiento de los hombres
en la "adaptación" a su ambiente y en la reconstitución de éste de la
manera más adecuada a sus deseos y necesidades. El razonamiento,
inspirado en la mentalidad norteamericana de la iniciativa práctica en su
forma más inteligente, era formalmente impecable; sólo cabía
reprocharle el olvido de casi todos los "deseos" y las "necesidades"
considerados fundamentales por cuantos, desde la Antigüedad
hasta Freud, habían analizado el espíritu. Ello desquiciaba además,
naturalmente (y como Dewey parecía admitir muy gustoso) el anticuado
concepto de alma.
En 1916, cuando publicó su tratado más elaborado, Democracia y
educación, el "Movimiento de la Educación Progresiva" podía
considerarse definitivamente en marcha. En 1903, Dewey había escrito
asimismo Studies in Logical Theory, obra que en 1938 daría lugar
a Lógica. La teoría de la investigación, pero también, singularmente, en
1920 a Reconstrucción en filosofía, acusación plena de la metafísica
tradicional y de la práctica misma de la contemplación o de la
especulación como fin en sí en cuanto lujo inútil de las ociosas clases
ricas (hablaba un democrático plebeyo).

He aquí los elementos de juicio empleados por Dewey en la


comprobación de la verdad y el valor de una idea: "¿Funciona? ¿Produce
resultados provechosos?" Como en otras partes, el problema de lo
"provechoso" -o sea la cuestión fundamental de la ética clásica- no tuvo,
en la obra de nuestro autor, una respuesta satisfactoria. El "provecho"
se ve equiparado, en general, a lo que determina el "crecimiento", el
"progreso", el "mejoramiento", el "desarrollo", la "evolución"... En la
base de estas vagas nociones racionalistas existía cierto horror irracional
de lo inmóvil y fijo; nos hallamos, pues, ante la convicción típicamente
norteamericana según la cual la inmovilidad es, por sí misma, algo
maléfico, en tanto que el movimiento y el cambio resultan, ya por ellos
solos, beneficiosos.

La filosofía de Dewey encontró el favor de un público ávido no sólo en


América, sino también en cualquier otro lugar del mundo en el cual
hubiese aparecido la conciencia de la necesidad del cambio, la
impaciencia contra el orden tradicional, ya de la mente como de la
sociedad: Rusia, México, China, Turquía, Japón... Varios viajes y ciclos
de conferencias le llevaron al establecimiento de un contacto directo con
tales países; enormes fueron los efectos recíprocos de tales visitas. La
dilatada existencia de Dewey le permitió llegar a deplorar ciertas
consecuencias, profundamente ajenas a su liberalismo humanitario, de
algunos movimientos revolucionarios alentados por sus propias teorías.

Tan prolífico en cuanto escritor, como tosco, desvaído y carente de


atractivo resultara en este mismo aspecto, compuso, entre otras obras
importantes, varias interpretaciones instrumentalistas: Naturaleza y
conducta humanas, Experiencia y naturaleza, La búsqueda de la
certeza, El arte como experiencia, Experiencia y educación (Experience
and Education, 1938) y Libertad y cultura (Freedom and Culture, 1939).
Su teoría de la "adaptación" evolutiva tiende cada vez más, entre los
discípulos más lejanos y menos numerosos, a convertirse en una
disciplina de conformismo a cualquier "norma" mediocre y una especie
de sutil y con frecuencia inconsciente tiranía intelectual. La inevitable
rebelión contra el "deweysmo" en el ámbito educativo ha adquirido la
forma de un autoritarismo opuesto que afirma inspirarse en Santo
Tomás de Aquino.

Francesco Petrarca
(Arezzo, actual Italia, 1304 - Arqua, id., 1374) Poeta y humanista
italiano. Durante su niñez y su primera adolescencia residió en distintas
ciudades italianas y francesas, debido a las persecuciones políticas de
que fue objeto su padre, adherido al partido negro güelfo. Cursó
estudios de leyes en Carpentras, Montpellier, Bolonia y Aviñón, si bien
nunca consiguió graduarse.

Petrarca

Según relata en su autobiografía y en


el Cancionero, el 6 de abril de 1327 vio en la
iglesia de Santa Clara de Aviñón a Laura, de
quien se enamoró profundamente. Se han
hecho numerosos intentos por establecer la
identidad de Laura, e incluso sus
contemporáneos llegaron a poner en duda su
existencia, considerándola una creación para
el juego literario. Petrarca defendió siempre,
sin embargo, su existencia real, aunque sin
revelar su identidad, lo que ha inducido a
pensar que quizá se tratara de una mujer
casada. Sí que está comprobado, en cambio,
que mantuvo relaciones con otras mujeres y que dos de ellas, cuyos
nombres se desconocen, le dieron dos hijos: Giovanni y Francesca.
La lectura de las Confesiones de Agustín de Hipona en 1333 lo sumió en
la primera de las crisis religiosas que le habrían de acompañar toda la
vida, y que a menudo se reflejan en su obra, al enfrentarse su apego por
lo terreno a sus aspiraciones espirituales. Durante su estancia en Aviñón
coincidió con Giacomo Colonna, amistad que le permitió entrar al
servicio del cardenal Giovanni Colonna. Para este último realizó varios
viajes por países europeos, que aprovechó para rescatar antiguos
códices latinos de varias bibliotecas, como el Pro archia de Cicerón, obra
de la que se tenían referencias pero que se consideraba perdida.

Con el fin de poder dedicarse en mayor medida a la literatura, intentó


reducir sus misiones diplomáticas, y para ello consiguió una canonjía en
Parma (1348) que le permitió disfrutar de beneficios eclesiásticos.
Posteriormente se trasladó a Milán, donde estuvo al servicio de los
Visconti (1353-1361), a Venecia (1362-1368) y a Padua, donde los
Carrara le regalaron una villa en la cercana población de Arqua, en la
cual transcurrieron sus últimos años.

La obra de Petrarca
Su producción puede dividirse en dos grupos: obras en latín y obras en
lengua vulgar. Las primeras fueron las que le reportaron mayor éxito en
vida, y en ellas cifraba Petrarca sus aspiraciones a la fama. Cabe
destacar en este apartado el poema en hexámetros África (que dejó
inacabado y en el que rescata el estilo de Tito Livio), las doce églogas
que componen el Bucolicum carmen y la serie de biografías de
personajes clásicos titulada De viris illustribus. Reflejo de sus
inquietudes espirituales son los diálogos ficticios con San Agustín
recogidos en el Secretum.
Petrarca logró en vida una importante fama como autor latino y
humanista, tal como prueba su coronación en Roma como poeta, en
1341. Sin embargo, sus poemas en lengua vulgar recogidos en
el Cancionero fueron los que habían de darle fama inmortal. Aunque
Petrarca los llamaba nugae (pasatiempos), lo cierto es que nunca dejó
de retocarlos y de preocuparse por su articulación en una obra conjunta,
lo cual denota una voluntad de estilo que por otra parte resulta evidente
en cada una de las composiciones, de técnica perfecta y que
contribuyeron grandemente a revalorizar la lengua vulgar como lengua
poética.
En la primera parte del Cancionero, las poesías reflejan la sensualidad y
el tormento apasionado del poeta, mientras que tras la muerte de Laura,
acontecida según declara el poeta en 1348, su amor resulta sublimado
en una adoración espiritual. Petrarca supo escapar a la retórica cortés
del amor, transmitiendo un aliento más sincero a sus versos, sobre todo
gracias a sus imágenes, de gran fuerza y originalidad. Su influencia se
tradujo en la vasta corriente del petrarquismo.
Erasmo de Rotterdam
(Desiderio Erasmo de Rotterdam; Rotterdam, 1466 - Basilea, 1536)
Humanista neerlandés de expresión latina. Clérigo regular de san
Agustín (1488) y sacerdote (1492), pero incómodo en la vida religiosa
(que veía llena de barbarie y de ignorancia), Erasmo de Rotterdam se
dedicó a las letras clásicas y, por su fama de latinista, consiguió dejar el
monasterio como secretario del
obispo de Cambrai (1493).

Erasmo de Rotterdam (retrato


de Hans Holbein el Joven)
Cursó estudios en París (1495)
y, tras dos breves estancias en
los Países Bajos (1496 y 1498),
decidió llevar vida
independiente. En tres
ocasiones (1499, 1505-1506 y
1509-1514) visitó Inglaterra,
donde trabó amistad con Jane
Colet y Tomás Moro, en cuya
casa escribió su desenfadado e irónico Elogio de la locura (1511), antes
de enseñar teología y griego en Cambridge.
En París inició, con Adagios (1500), un éxito editorial que prosiguió en
1506 con sus traducciones latinas (de Luciano de Samósata y
de Eurípides) y que culminó en Basilea (1515-1517 y 1521-1529) con sus
versiones de Plutarco, sus ediciones de Séneca y de San Jerónimo y su
gran edición del Nuevo Testamento (1516). Dicha edición, con texto
griego anotado y su traducción latina (muy distinta de la Vulgatade San
Jerónimo) le dio renombre europeo.
Si sus primeros diálogos Antibárbaros (1494) veían compatibles
devoción y cultura clásica, en el Enquiridión (1504) defendía una audaz
reforma religiosa. Fruto de las lecciones que había dado para vivir, sus
manuales de conversación latina (1497) son el origen de los Coloquios
familiares (1518), de gran difusión y resonancia. Fue la crítica
de Lorenzo Valla a la versión de la Vulgata lo que le decidió a dedicarse,
algo tardíamente, a las letras sagradas para reconciliar cultura clásica y
teología (se doctoró en esta ciencia en Turín en 1508).
En sus viajes, Erasmo de Rotterdam visitó también Padua, Siena, Roma
(1509) y diversas ciudades de Alemania (1514), en cuyos círculos
humanísticos fue acogido de forma triunfal. El papa León X le dispensó
de tener que vestir el hábito para que viviese en el mundo y fue
nombrado consejero del emperador Carlos V, a quien dedicó
la Institución del príncipe cristiano (1516).
Aunque inicialmente no le prestó gran atención, el crecimiento del
problema luterano le hizo cada vez más difícil su insistente pretensión
de neutralidad. Si en 1517 se había ido a Lovaina, en 1521 hubo de salir
de la ciudad y volver a Basilea por lo insostenible de su situación (aun
distanciándose claramente de Martín Lutero, insistía en ser no
beligerante) y para guardar su independencia. Pero en 1524 lanzó
su Disquisición sobre el libre albedrío, con una violenta respuesta
de Lutero (Sobre el albedrío esclavo, 1526) y con su correspondiente
réplica (Hyperaspistes, 1526). Y, pese a su neutralidad en la pugna
de Enrique VIII de Inglaterra con el papa Clemente VII,
su Ciceroniano (1527) refleja ya el desengaño de quien ve sus ideales
contrariados por los hechos.
Implantada la Reforma en Basilea (1529), Erasmo dejó la ciudad por la
misma razón que había dejado Lovaina y se retiró a Friburgo de
Brisgovia. Sobre la buena concordia de la Iglesia (1534) es una obra en
la que no parece poner sus ilusiones, y no hizo comentarios sobre la
ejecución en Inglaterra de Juan Fisher y Tomás Moro (1535). El mismo
año recomendó al papa Paulo III un tono conciliador en el futuro concilio
y, desde Basilea (adonde había vuelto y de donde sus achaques no le
dejarían salir), rechazó el cardenalato; de poco antes de morir es su
obra Sobre la pureza de la Iglesia cristiana (1536).
Para unos hereje (que preparó el terreno a la Reforma), para otros
racionalista solapado u hombre de letras ajeno a la religiosidad
(un Voltaire humanista) y para otros gran moralista y lúcido renovador
cristiano, Erasmo de Rotterdam quiso unir humanismo clásico y
dimensión espiritual, equilibrio pacificador y fidelidad a la Iglesia;
condenó toda guerra, reclamó el conocimiento directo de la Escritura,
exaltó al laicado y rehusó la pretensión del clero y de las órdenes
religiosas de ostentar el monopolio de la virtud.

Conclusión

De la oscuridad a la luz. Ha habido un fuerte cambio en


cuanto a avances respecta. Lo que hoy vivimos es fruto del
humanismo. Mas que una corriente de descubrimientos, esta
fue de cambio de voluntad, el creer que se puede cambiar el
resultado de las situaciones por ti mismo, en base a tus
acciones.

Esta corriente ideológica contó con muchos partidarios que


contribuyeron de forma trascendental a la historia de la
humanidad. Así como ha tenido temporadas de alto éxito
también ha habido de poco triunfo durante su desarrollo. Lo
que nos han dejado los pensadores humanistas no
tiene precio. El esquema de nuestra educación actual fue
creado por este movimiento, así como la igualdad entre
hombres y mujeres también se le amerita.

Bibliografía
www.google.com
https://www.monografias.com/trabajos98/el-humanismo/el-
humanismo.shtml#conclusioa
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dewey.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/petrarca.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/erasmo.htm

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