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El Apego al Mundo de las Formas

¿Qué es el mundo de las formas?


Las tres primeras lecciones de Un Curso de Milagros
dicen lo siguiente:
“Nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle,
desde esta ventana, en este lugar] significa nada”
“Le he dado a todo lo que veo en esta habitación [en
esta calle, desde esta ventana, en este lugar] todo el
significado que tiene para mí.”
“No entiendo nada de lo que veo en esta habitación [en
esta calle, desde esta ventana, en este lugar].”
Lo que significa que para Un Curso de Milagros, el
mundo de las formas es tener la mente fijada a todas
las asociaciones del pasado, lo que nos impide ver las
cosas exactamente tal y como son, lo que nos impide
darnos cuenta de lo poco que realmente entendemos
acerca de ellas.

Para mí, el mundo de las formas, es todo aquello que se


define con palabras, todo aquello a lo que,
convencionalmente, le hemos dado un nombre para
poder crearnos una imagen mental de los mismos.
Ahora bien, ¿por qué hablo del mundo de las formas?
¿Acaso hay otros mundos? Desde mi experiencia, Sí,
los hay!
Les voy a hablar de un mundo material y un mundo
espiritual, el primero ya se los he definido, el segundo
no tengo palabras para hacer una definición, porque
justamente es un mundo que sólo es posible conocerlo
cuando lo experimentamos, es un mundo experiencial,
inmaterial, eterno, cuántico, es donde existen todas las
posibilidades donde todo converge, dónde somos uno
con la Fuente, el Universo o Dios, como lo prefieras
llamar.
Pues bien, ahora mismo, vine hablarles del apego al
mundo de las formas y ¿Qué es apego? Hay una
expresión de Buda, con la cual me identifico muchísimo,
dice: "El origen del sufrimiento es el apego, que crea
la ilusión del ego." A partir de esta frase, quiero definir
el apego como todo aquello que creo que poseo,
pero en realidad me posee. Me explico, creo que
poseo una casa, que soy dueña de esa casa y llega el
momento en que creo que sin esa casa no soy nadie y
me diluyo en esa casa ¿Qué sería de mí si no tuviera
esa casa? es allí donde comienzo a creer que soy esa
casa, que tener una casa me identifica y que mientras
más lujosa sea la casa más importante soy al poseerla y
justo allí, la casa me posee a mí y no yo a ella. Lo
mismo pasa con todo, nos relacionamos con el mundo
de las formas desde el apego y la posesión que es sólo
ego. Decimos: mi casa, mi auto, mi habitación, mi
dinero, mi ordenador, mi esposo, y me da miedo perder
todo eso porque en el mundo de las formas me
desvanecería por completo y eso es lo maravilloso
cuando te desintegras como elemento y fluyes como
energía, como espíritu. La lección 97, y hago referencia
nuevamente a un Curso de Milagros, porque ha tenido
un papel trascendental en mi tranformación hace el
desapego, dice “Soy espíritu”. Cuando me hice
consciente de ello fui realmente libre y entonces
comencé a descontextualizarme de las formas, no soy
el contexto, soy el texto, ahora me relaciono de otra
manera, desde otro espacio, digo: la casa, el auto, la
habitación, el dinero, el ordenador y mi esposo (risas)
porque el ego sigue por allí sin terminar de
domesticarse (risas) Y luego me digo: “Tranquila ya lo
lograrás” En verdad me ha costado mucho llamarlo
Félix después de tanto mi amor, mi cielo, mi vida.
Quiero aclarar, que esta ha sido mi experiencia y que no
hay nada malo en decir mi casa, mi vehículo, mi dinero,
lo que hoy cuestiono es, desde qué espacio me
relaciono con ello, porque no es el posesivo desde el
punto de vista gramatical o del punto de vista
semántico, no me refiero a su significado, sino cómo me
relaciono ¿Me relaciono desde el apego? ¿Desde el
ego? ¿Me causa dolor si dejo las cosa materiales? ¿Me
poseen ellas a mí? ¿Me da terror o miedo perderlas? o
me relaciono desde la paz, desde el amor, desde el
servicio que me brindan. Porque si digo mi casa y estoy
consciente de que esa casa no soy yo, no pasa nada,
con decir mí, ¿Me explico? Porque entonces así mismo
son mis relaciones personales y creo en el “Sin ti no
puedo vivir” “Eres el aire que respiro” “Eres mi mundo”
¿Se imaginan eso? se imaginan ser una persona así?
duele mucho la vida si nos relacionamos de esa
manera.
Y lo digo por experiencia propia, cuando emigro de
Venezuela, el dolor, y fíjense bien como lo digo, el
dolor y no mi dolor, el dolor por haber dejado todo lo
material me llevó al sufrimiento y a tener eventos de
pánico, sólo cuando me hice consciente de que el
apego hacia el mundo de las formas estaba limitándome
a experimentar una vida feliz, fue cuando la sanación, la
Paz, la Libertad y el Amor, florecieron y he podido
disfrutar de la vida y el universo de posibilidades de este
hermoso país, ahí fue cuando comprendí que “Nada
irreal existe y que nada real puede ser amenazado”
Hace apenas un mes la persona que más he amado,
quién me dio la vida y me trajo al mundo decidió
abandonar su crisálida y créanme que si hubiese
seguido apegada al mundo de las formas ya me hubiera
elevado para estar junto a ella.
Para finalizar, cierro con esta frase del escritor
argentino Jorge Bucay quien nos revela algunos
aspectos fundamentales sobre el apego y el desapego.
Bucay afirma que liberar nuestras ataduras mentales es
el primer paso hacia la felicidad plena, y dice: "Si no
aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego
puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados,
pegados a esos sueños, fantasías e ilusiones, el dolor
crecerá sin parar y nuestra tristeza será la compañera
de ruta." Jorge Bucay

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