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LA INDECISIÓN

La vida presenta diariamente, a cada momento, retos, algunos de estos nos


obligan a tomar decisiones cruciales, de las cuales depende nuestro futuro y
el de nuestra familia. Los retos hay que valorarlos según los riesgos, que no
presentes deterioro o prejuicios para el desarrollo de nuestra integridad
física y moral. Toda decisión debe fundamentarse en casos sucedidos a
otras personas, ya que siempre podemos aprender de las vivencias de los
demás.
Es posible afirmar que, en nuestro diario vivir se nos presentan múltiples
propuestas u ofertas; muchas de ellas benéficas para nosotros y en muchas
ocasiones solemos perderlas o dejarlas pasar a causa de la falta de
decisión. Debemos ser capaces de afrontar las situaciones y no ser
esclavos de la indecisión ya que por esta podemos perder muchas
oportunidades.
Hay situaciones que muchas veces nos dejan entre la espada y la pared,
debemos optar por elegir correcta y sabiamente lo que en ese momento nos
conviene, muchas oportunidades se nos presentan sólo una vez en la vida.
De acuerdo con Stefan Zweig en su libro “Momentos esterales de la
humanidad” en el cual agrega: “Francia estaría salvada si, en aquel
instante, Grouchy fuese capaz de tener valor y osadía, si fuese capaz de
comprender los signos palpables, si tuviese fuerza para desobedecer las
órdenes recibidas”; este es un claro ejemplo de indecisión, ya que Grouchy
estando en capacidad de acompañar al Emperador a la batalla contra los
ingleses, meditó y estuvo indeciso por unos momentos ante la propuesta de
uno de los oficiales la cual era ir a la batalla; pero optó por quedarse en
búsqueda de los prusianos y Napoleón perdió la batalla de Waterloo frente a
Wellington.
Las personas indecisas son en el fondo inseguras, porque no saben qué es
lo que quieren, qué es lo que anhelan y guardan en su interior temores que
les inhiben o les impiden encarar una situación, según Stefan Zweig en el
libro ya mencionado, añade: “El mariscal se hace cargo del mando con
vacilación. No está acostumbrado a obrar por su propio impulso; su
prudencia, falta de iniciativa, sólo se siente segura cuando la mirada genial
del Emperador le indica la actitud que debe tomar. Además, presiente ahora
a sus espaldas el descontento de sus generales y, tal vez, el fatal aletazo
del destino. Sólo le tranquiliza la proximidad del cuartel general”.
La indecisión nos lleva muchas veces a cometer errores, al no afrontar lo
que la vida nos presenta para beneficio nuestro, por las dudas e
inseguridades que se desprenden de este problema, el cual es la indecisión.
La mayor parte de los aspectos de nuestra vida requieren de decisiones
radicales, que ayudarán o empeorarán nuestro futuro, es por esto que se
vuelven un dilema al elegir entre lo que nos conviene o lo que queremos
hacer.
Los obstáculos que se presentan en la vida no deben ser motivo para
retroceder sin buscar la forma de solucionar el impase, de esta manera se
logra avanzar hacia el éxito y la grandeza de la persona y de la humanidad.
Las grandes ciudades, avances tecnológicos, científicos y macro proyectos
existen porque personas se atrevieron a desafiar sus propios temores, en
búsqueda de una mejor calidad de vida. Salir de la zona de confort es
aprovechar las oportunidades y sortear obstáculos para lograr nuestros
objetivos, estos hacen parte de las decisiones que se deben tomar en el
preciso momento que estas se presenten.
La naturaleza transforma a diario nuestro entorno, ya sea en los cambios de
cauce, desbordamiento de los ríos y alud de tierra; causando traumas en
nuestros quehaceres, estos requieren de una acción reparadora a este reto
natural, por el cual, sino tomamos decisiones el estudiante no iría a estudiar,
el trabajador no trabajaría; todo esto ocasionado por la negligencia y el
temor de asumir actos decisivos frente a estos desastres naturales. (Todo
hace parte de nuestra personalidad, si esta es progresista es capaz de
escalar cada día un peldaño más hacia la cima del éxito, no sólo para bien
personal sino pensando en el bien del resto de nuestros congéneres, estos
son valores filantrópicos que como humano sentimos y como tal actuamos,
no sólo pensando en el bien común sino también en el de los demás porque
el bienestar que quiero para mí, lo quiero para todos.) Esto hace parte de un
pensamiento decisivo y de valores progresistas.
En la vida siempre tendremos el temor a fracasar en los retos que a diario
se nos presentan, esto nos da como resultado una vida llena de complejos y
frustraciones llevándonos a la inopia y conformándonos con esta,
arrastrando a nuestra familia al mismo estado. Mi orientación hacia las
personas es a enfrentar la vida de una forma optimista, lanzarnos antes los
restos y obstáculos, no dejándonos llevar por la indecisión ya que podemos
perder valiosas oportunidades que de pronto no regresarán. “La peor
decisión es la indecisión”. Benjamín Franklin.

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