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Para efectos de demostrar la relación laboral entre las partes, se requiere que la
parte demandante pruebe los elementos esenciales de la misma, esto es, que su
actividad en la entidad haya sido personal y que por dicha labor haya recibido una
remuneración o pago y, además, debe probar que en la relación con el empleador
exista subordinación o dependencia, situación entendida como aquella facultad para
exigir al servidor público el cumplimiento de órdenes en cualquier momento, en
cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo e imponerle reglamentos, la cual debe
mantenerse por todo el tiempo de duración del vínculo. Además de las exigencias
legales citadas, le corresponde a la parte demandante demostrar la permanencia, es
decir, que la labor sea inherente a la entidad y la equidad o similitud, que es el
parámetro de comparación con los demás empleados de planta, requisitos
necesarios establecidos por la jurisprudencia para desentrañar de la apariencia del
contrato de prestación de servicios una verdadera relación laboral. NOTA DE
RELATORIA: Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección B., sentencia de
29 de septiembre de 2005, C.P., Tarsicio Cáceres Toro, rad. 02990-05.
CONTRATO REALIDAD - Tareas que cumplen los escoltas del DAS pertenecen a una
típica relación de trabajo
Para la Sala está comprobado que el desarrollo del contrato implicaba una relación
que iba mucho más allá de la coordinación, ya que el escolta contratista no podía
adelantar su labor en las circunstancias de tiempo, modo y lugar que considerara
adecuadas, siempre que cumpliera con los resultados, sino que desarrollaba una
actividad minuciosamente estructurada y vigilada, para evitar riesgos de seguridad
sobre los protegidos. De la comparación entre dichas funciones y el objeto de los
contratos, la Sala concluye que el actor, como escolta, cumplía las mismas
funciones esenciales que aquellos que estaban vinculados en planta, bajo un marco
de subordinación específico y con una retribución mensual por su labor, de manera
que la vinculación por contrato de prestación de servicios era una simple ficción, que
encubría una verdadera relación laboral con la entidad.
FUENTE FORMAL: LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 188 / CÓDIGO GENERAL DEL
PROCESO - ARTÍCULO 361
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN SEGUNDA
SUBSECCIÓN B
Consejero ponente: CÉSAR PALOMINO CORTÉS
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Procede la Sala a decidir los recursos de apelación interpuestos por las partes contra la
sentencia del 22 de mayo de 2014, proferida por el TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE
ARAUCA, que concedió parcialmente las pretensiones de la demanda.
1. ANTECEDENTES
1.1 La demanda
El señor Luis Oswaldo Peña Olivero, por intermedio de apoderado, en ejercicio del
medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho, solicitó la nulidad del
acto administrativo de 27 de diciembre de 2012, que negó la solicitud de
reconocimiento de la existencia de una relación laboral entre la entidad y el
peticionario, así como el consecuente reconocimiento y pago de las prestaciones
que de ella se derivan.
1.2 Los hechos en que se fundan las pretensiones de la demanda, en síntesis, son
los siguientes:
En el presente caso, el actor se vinculó al servicio del DAS por más de siete años,
cumpliendo misiones específicas determinadas por la oficina de protección
seccional de Arauca, a través de órdenes de trabajo en las cuales se impartían
todas las instrucciones que debía seguir y se especificaba el vehículo en el cual
debía desplazarse. De igual manera, manifestó que el demandante debía cumplir
horario y turnos de disponibilidad, que implicaban estar atento al llamado de la
entidad los siete días de la semana.
Indicó que el demandante cumplió funciones como “empleado de hecho”, pues
cumplía las personas que ocupaban el cargo de escolta en la planta de la entidad,
pero sin recibir la misma remuneración, por ende, en este caso es procedente
declarar la existencia de una relación laboral con la entidad, en atención al principio
constitucional de primacía de la realidad sobre las formas.
Explicó que el DAS, como parte de la Dirección General para los Derechos
Humanos, adquirió el compromiso de coordinar el funcionamiento operativo de los
esquemas de protección, por lo que tuvo que suscribir contratos de prestación de
servicios de escolta, ya que no contaba con el personal de planta suficiente para
cubrir la demanda.
Manifestó que dada esa especial labor, los contratistas debían ceñirse de manera
estricta a las directrices del DAS, que vigilaba y controlaba toda la actividad de los
escoltas, sin que eso implicara subordinación, puesto que resulta evidente que era
necesario adelantar las misiones de manera coordinada con las demás funciones de
la entidad.
Explicó que la entidad debía proveer las herramientas necesarias para prestar el
servicio puesto que en su mayoría, se trataba de objetos de uso privativo del
Estado.
Por último, condenó en costas a la entidad, por considerar que de conformidad con
el artículo 188 del CPACA, las mismas deben ser impuestas a quién pierde en el
juicio, sin tener en cuenta ninguna consideración adicional.
Alegó que el actor no cumplió las mismas funciones que los empleados del DAS, seccional
Arauca, porque el cargo de escolta no existía en la planta de personal y tampoco existe
prueba en el expediente que así lo corrobore.
Adujo que tampoco se probó la existencia de una relación de subordinación, puesto que las
órdenes que recibía el contratista se impartieron dentro del margen establecido por el
artículo 5 de la Ley 80 de 1993.
Consideró que debía revocarse el numeral cuarto, que declaró la prescripción parcial de los
derechos pretendidos en la demanda, puesto que según lo ha expuesto, el Consejo de
Estado, la prescripción debe contarse a partir de la fecha de la sentencia, ya que en el tema
de contrato realidad, es a partir de allí que se constituye el derecho.
En ese mismo sentido, solicitó que se reconsideren las fechas de las condenas impuestas al
DAS, incluyendo el período en el que se declaró la prescripción por parte del Tribunal, es
decir, desde el 1 de julio al 7 de noviembre de 2011 sin solución de continuidad y del 27 de
noviembre de 2010 al 15 de noviembre de 2011, también sin solución de continuidad.
1.7 Alegatos
Mediante auto de 7 de marzo de 2016[5] se corrió traslado a las partes para que
presentaran sus alegatos de conclusión y al Ministerio Público para que rindiera concepto.
La entidad demandada
Manifestó que la entidad no puede ni debe asumir las obligaciones dejadas de pagar por el
DAS, puesto que en virtud del artículo 7 del Decreto 4057 de 2011, en material laboral,
únicamente corresponde a la UNP incorporar el personal de la entidad.
También señaló que las órdenes, la prestación personal del servicio y los honorarios que se
pagaban al actor, corresponden a elementos de la naturaleza del contrato de prestación de
servicios y por ello, no son evidencia de la existencia de una relación laboral.
El Ministerio Público
Consideró que existía suficiente evidencia de la prestación del servicio por parte del señor
Luis Oswaldo Peña Olivero al DAS, de manera permanente, cumpliendo las mismas
funciones que los escoltas vinculados a la planta del extinto DAS.
Manifestó que resulta imperativo reconocer los efectos prestacionales de la relación laboral
que se configuró, en condiciones de igualdad respecto de los funcionarios de planta, en
virtud del principio jurídico de la primacía de la realidad sobre las formalidades. Dentro del
mismo marco de igualdad, y contrario a la tesis que ha sostenido el Consejo de Estado,
consideró que debe aplicarse la prescripción para el contrato realidad, de la misma manera
en que opera para las relaciones legales y reglamentarias.
2. CONSIDERACIONES
2.1 Cuestión previa.
El artículo 18 de la Ley 446 de 1998, impone a los jueces la obligación de proferir
sentencias en el orden en que cada uno de los procesos que han venido tramitando
hayan pasado al despacho para tal efecto, sin que haya lugar a alterarse dicho
orden. Así se observa en la citada norma:
En segundo lugar, la Sala debe precisar si el demandante tiene derecho a que la entidad
demandada le reconozca y pague el valor correspondiente a las prestaciones sociales, en
aplicación del principio de la primacía de la realidad sobre las formas, tomando en
consideración todos los emolumentos que devengan los escoltas vinculados a la planta de
la entidad.
Así las cosas, en el presente caso, la Sala reitera lo expuesto en la sentencia del 16
de julio de 2009, radicación 85001-23-31-000-2003-00478-01 (1258-07), en relación
con los elementos y características propias del contrato de prestación de servicios y
su distinción con las relaciones de carácter laboral:
“Art. 125.-Los empleos en los órganos y entidades del Estado son de carrera. Se
exceptúan los de elección popular, los de libre nombramiento y remoción, los de
trabajadores oficiales y los demás que determine la ley”.
De acuerdo con las citadas normas, nuestro régimen jurídico tiene previstas tres
clases de vinculaciones con entidades del Estado que tienen sus propias
características, a saber: a) De los empleados públicos (relación legal y
reglamentaria); b) De los trabajadores oficiales (relación contractual laboral) y c) De
los contratistas de prestación de servicios (relación contractual estatal). Si en el
caso de los contratos de prestación de servicios se llegan a desdibujar sus
elementos esenciales, corresponderá decidir, a la justicia ordinaria, cuando la
relación se asimile a la de un trabajador oficial o, a la jurisdicción contencioso
administrativa, cuando el contratista desarrolle el objeto del contrato ejerciendo las
mismas funciones que corresponden a un cargo de empleado público.
Respecto a la carga probatoria que tiene quien pretenda obtener a su favor los
beneficios del contrato de trabajo, vale la pena destacar las orientaciones señaladas
por la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 1º de junio de 2004, con
radicación 21554:
“Es verdad que el artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo consagra la
presunción de que toda relación de trabajo personal se entiende regida por un
contrato de trabajo, frente a la cual la jurisprudencia reiterada de esta Corporación
ha sido del criterio de que quien la alegue en su favor tiene que demostrar la
prestación personal del servicio para entenderse cobijada por ella, mientras que al
beneficiario de dicha prestación es a quien le corresponde desvirtuar que en la
misma no existe el elemento de la subordinación (Subrayas de la Sala)”.
“3. Son contratos de prestación de servicios los que celebren las entidades estatales
para desarrollar actividades relacionadas con la administración o funcionamiento de
la entidad. Estos contratos sólo podrán celebrarse con personas naturales cuando
dichas actividades no puedan realizarse con personal de planta o requieran
conocimientos especializados.
[7]
En sentencia C-154-97 la Corte Constitucional, al estudiar la demanda de
El artículo 7 del Decreto 1950 de 1973 prevé que “en ningún caso podrán
celebrarse contratos de prestación de servicios para el desempeño de funciones
públicas de carácter permanente, en cuyo caso se crearán los empleos
correspondientes mediante el procedimiento que se señala en el presente
Decreto (…) la función pública que implique el ejercicio de la autoridad
administrativa no podrá ser objeto de contrato ni delegarse en el personal vinculado
mediante esta modalidad” (resaltado fuera de texto).
[8]
En este sentido, el Decreto 2503 de 1998 define el empleo de la siguiente
manera:
Las funciones y los requisitos específicos para su ejercicio serán fijados por las
respectivas entidades, con sujeción a los generales que establezca el Gobierno
Nacional de acuerdo con los parámetros señalados en el artículo 5º de este decreto,
salvo para aquellos empleos cuyas funciones y requisitos estén señalados en la
Constitución Política o en leyes especiales”.
Así mismo, la Ley 909 de 2004, por la cual se expiden normas que regulan el
empleo público, la carrera administrativa, gerencia pública y se dictan otras
disposiciones, dispuso en materia de empleo público:
a) La descripción del contenido funcional del empleo, de tal manera que permita
identificar con claridad las responsabilidades exigibles a quien sea su titular;
Otra limitación fijada en la ley para evitar el uso indebido del contrato de prestación
de servicios se encuentra prevista en la Ley 790 de 2002, por medio de la cual se
expiden disposiciones para adelantar el programa de renovación de la
administración pública y se otorgan unas facultades extraordinarias al Presidente de
la República, la cual consagra en su capítulo de disposiciones finales lo siguiente:
Por su parte, la Ley 734 de 2002, por la cual se expide el Código Único Disciplinario,
establece en el artículo 48 como falta gravísima:
[10]
En sentencia de fecha 18 de noviembre de 2003 , la Sala Plena del Consejo de
Para efectos de demostrar la relación laboral entre las partes, se requiere que la
parte demandante pruebe los elementos esenciales de la misma, esto es, que su
actividad en la entidad haya sido personal y que por dicha labor haya recibido una
remuneración o pago y, además, debe probar que en la relación con el empleador
exista subordinación o dependencia, situación entendida como aquella facultad
para exigir al servidor público el cumplimiento de órdenes en cualquier momento, en
cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo e imponerle reglamentos, la cual debe
mantenerse por todo el tiempo de duración del vínculo.
Así es dable concluir que, no por el hecho de haber laborado para el Estado se
adquiere la calidad de empleado público, dadas las condiciones especiales que se
predican de dicha vinculación establecidas en la Constitución y la Ley.
De otra parte, al reunir los elementos de juicio para que se declare una relación
laboral entre quien prestó el servicio y la entidad que se benefició con el mismo, se
[12]
debe reconocer el derecho a obtener las prerrogativas de orden prestacional .
Ahora bien, con el fin de determinar cuáles son las prestaciones sociales que se
deberán reconocer al declararse una relación de carácter laboral, la Sala acude a la
clasificación que se ha hecho de estas prestaciones sobre la base de quien debe
asumirlas.
En ese orden de ideas, se encuentran las que son asumidas por el empleador
directamente y las que se prestan o se reconocen de forma dineraria por el Sistema
de Seguridad Social Integral.
El señor Luis Oswaldo Peña Olivero, identificado con cédula de ciudadanía 80.419.270 de
Usaquén, celebró los siguientes contratos de prestación de servicios de escolta con el
Departamento Administrativo de Seguridad-DAS:
Mediante oficio de fecha 28 de diciembre de 2012, visible a folios 18 a 20, suscrito por el
Jefe de la Oficina Asesora Jurídica del Departamento Administrativo de Seguridad en
proceso de supresión, la entidad negó la solicitud del señor Luis Oswaldo Peña Olivero.
En síntesis, explicó que no era procedente reconocer ningún tipo de emolumento al actor,
puesto que éste prestó sus servicios de escolta a través de contratos de prestación de
servicios, vínculo no tuvo la connotación ni los efectos de una relación laboral y cuyos
efectos no pueden modificarse en sede administrativa.
Observa la Sala que el señor Luis Oswaldo Peña Olivero prestó sus servicios de escolta
para el Departamento Administrativo de Seguridad –DAS, mediante contratos de prestación
de servicios, de manera sucesiva e ininterrumpida en dos períodos: de julio del año 2007 a
noviembre del año 2009 y, de enero a noviembre del año 2011.
El objeto común de los contratos era el siguiente: “el CONTRATISTA en virtud de sus
condiciones personales se compromete para con el D.A.S a prestar los servicios de
protección; con sede principal en la ciudad de Cali (Valle) y eventualmente en la ciudad
donde se asigne el esquema protectivo, dentro del componente seguridad a personas, del
Programa de Protección a Dirigentes Sindicales, Organizaciones Sociales y Defensores de
Derechos Humanos, conforme a las medidas de seguridad aprobadas por el Comité de
Reglamentación y Evaluación de Riesgos del Ministerio del Interior y de Justicia”.
Advierte la Sala que en desarrollo del objeto contractual, el actor debía prestar servicios de
seguridad a determinadas personas, utilizando los medios de defensa, transporte y
comunicación suministrados por la entidad; también debía comunicar permanentemente al
supervisor del contrato o al inspector de turno, cualquier novedad en el desarrollo de sus
actividades[21].
Por ello, para la Sala está comprobado que el desarrollo del contrato implicaba una
relación que iba mucho más allá de la coordinación, ya que el escolta contratista no
podía adelantar su labor en las circunstancias de tiempo, modo y lugar que
considerara adecuadas, siempre que cumpliera con los resultados, sino que
desarrollaba una actividad minuciosamente estructurada y vigilada, para evitar
riesgos de seguridad sobre los protegidos.
Así las cosas, deben reconocerse las prestaciones sociales que el contratista dejó
de devengar con ocasión de la modalidad de vinculación a través de contratos de
prestación de servicios, y tener ese tiempo como efectivamente laborado para
efectos pensionales. La liquidación de las prestaciones sociales se hará con base
en los honorarios pactados en los contratos suscritos entre la entidad y el
demandante[24].
De julio del año 2007 a noviembre del año 2009, período discriminado así:
En cuanto a los aportes para pensión, la Sala precisa que la entidad deberá calcular
el ingreso base de cotización con base en los honorarios pactados para la época en
que el actor prestó sus servicios y con base en ello, cotizar al respectivo fondo de
pensiones la suma faltante por concepto de aportes a pensión solo en el porcentaje
que le correspondía como empleador, por lo que el demandante deberá acreditar las
cotizaciones que realizó al mencionado sistema durante sus vínculos contractuales
y en la eventualidad de que no las hubiese hecho o existiese diferencia en su
contra, tendrá que efectuar los aportes correspondientes.
FALLA
[12] Sentencia de 15 de Junio de 2006, Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección “B”,
radicación No. 2603-05, C.P. Dr. Jesús María Lemos Bustamante, en esta ocasión se expuso que:
“cuando existe contrato de prestación de servicios entre una persona y una entidad pública y se
demuestra la existencia de los tres elementos propios de toda relación de trabajo, esto es,
subordinación, prestación personal y remuneración, surge el derecho a que sea reconocida una
relación de trabajo que, en consecuencia, confiere al trabajador las prerrogativas de orden
prestacional”.
(…)
“En consecuencia, se reconocerá una indemnización por las prestaciones sociales
dejadas de percibir, para cuya liquidación se tomará como base el valor del respectivo
contrato u orden de prestación de servicios”.
[13] Consejo de Estado. Sección Segunda, Sentencia del 19 de febrero de 2009. Rad.
3074-05. C.P. Bertha Lucía Ramírez de Páez.
[14] Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia de 25 de agosto de 2016. Radicación
23001-23-33-000-2013-00260-01(0088-15) CE-SUJ2-005-16. C.P. Carmelo Perdomo
Cuéter.
[15] Consejo de Estado. Sección Segunda, Sentencia del 27 de febrero de 2014. Rad.
1994-13. C.P. Bertha Lucía Ramírez de Páez (E).
[16] Contados a partir del 1 de enero de 2009 hasta el 30 de junio de ese mismo año.
[17] Contados a partir del 1 de julio y hasta el 9 de agosto de 2009.
[18] Contados a partir del 30 de agosto hasta el 28 de septiembre de 2009.
[19] Contados desde el 29 de septiembre hasta el 27 de noviembre de 2009.
[20] El acta de iniciación fue suscrita el 5 de julio de 2011 (folio 40).
[21] Folios 36 a 39.
[22] “Por el cual se adiciona la nomenclatura de los empleos del Departamento
Administrativo de Seguridad, se describe la naturaleza de una denominación, se fijan los
requisitos mínimos para su desempeño y se dictan otras disposiciones”
[23] Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia de 5 de agosto de 2016. Radicación:
23001-23-33-000-2013-00260-01(0088-15) CE-SUJ2-005-16. C.P. Carmelo Perdomo
Cuéter.
[24] Consejo de Estado. Sección Segunda. Subsección B. Sentencia de 6 de octubre de
2016. Radicación: 66001-23-33-000-2013-00091-01(0237-14). C.P. Sandra Lisset Ibarra
Vélez.
[25] La fecha que se tendrá en cuenta para efectos de la condena impuesta, será la prevista
en el numeral tercero de la sentencia recurrida, esto es, la fecha de suscripción del contrato
026 de 2010, en consideración a que en el expediente no consta el acta de iniciación del
contrato para a partir de dicho documento establecer una fecha cierta.