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Hombre de celuloide

Más Costner que Besson

Pensé que una película con guión de Luc Besson valdría la pena,
pero en 3 días para matar las cosas van tan mal que en diez
minutos ya vimos a un periodiquero que se comunica en perfecto
inglés (neoyorquino) con Kevin Costner… ¡en Belgrado!
Kevin Costner es un matón de la CIA que descubre que tiene
una enfermedad que le deja poco tiempo para arreglar su vida
familiar. Las cosas se parecen a Breaking Bad, si. La diferencia
estriba en los actores. Kevin Coster es esa clase de estrella que si
sale en un film, lo arruina.
También es cierto que al terminar la película uno se queda
con la impresión de que había “algo” allá adentro (una cierta
brillantez) que no se perdió del todo. El guión sale a flote un poco
aunque la moraleja de insoportable idiosincrasia estadounidense
fastidia. Ese “algo” que yo atribuyo al guión de Besson, nos regala
dos o tres escenas hilarantes, pero a cambio el director nos
espeta dramas de clase media. A saber: la triste historia del
hombre tan metido en su trabajo que no ha tenido tiempo nunca
para enseñar a su hija a andar en bicicleta. ¡Oh tragedia! si uno
nació en un suburbio en Wichita con esos problemas dan ganas
de llorar.
Otro punto desaprovechado es el McGuffin, ese artilugio
narrativo (cuyo descubrimiento se atribuye a Hitchcock) que
consiste en dar al protagonista una necesidad dramática que no
tiene importancia para el público. Costner tiene que deshacerse
de un malo y no hay explicaciones en torno a por qué es
importante que muera. Hasta aquí bien, pero la dirección
consigue que lo que en el guión era virtuosismo se vuelva en
pantalla un flop. No todos usan el McGuffin como Quentin
Tarantino.
Luc Besson es uno de los directores más interesantes del
cine de masas francés. Su filmografía está llena de personajes
femeninos entrones, asesinos y de diferentes edades: la niña
Mathilda en Léon crece y se vuelve la ruda Nikita. Cuando Nikita
se transforma en mística, Besson dirige Juana de Arco. Tiene ideas
interesantes Besson con respecto a la feminidad. En 3 Days to Kill
la mujer entrona aquí está, pero el director la construye tan mal
que más que personaje parece dominatrix en fantasía de
masoquista.
Es cierto que a pesar de todo hay escenas en que brilla el
texto. Por ejemplo: Durante una secuencia Costner tiene
amarrado a cierto contador italiano a quien está a punto de
torturar con gusto medieval cuando suena el teléfono. Es su hija
para preguntar cómo se prepara una salsa de espagueti. Como
Costner está en plan de hacer todo por su hija obliga al torturado
(que visto que es italiano tiene que saber de espaguetis como un
mexicano que sabe todo de guacamoles) a que le confiese la
receta de una salsa de tomate con todo y secreto de mamá. Esta
secuencia muestra que Besson sigue sabiendo mezclar ternura,
comedia y violencia en un todo que como director esperamos que
pronto vuelva a salir a flote. En esta película no. Por desgracia son
más las escenas en que Costner y el director transforman el guión
de Luc Besson un lugar común de propaganda gringa.

3 Días para matar (3 Days to Kill) Dirección, McG. Guión, Luc Besson. Música, Guillaume Roussel
Fotografía, Thierry Arbogast. Con Kevin Costner, Amber Heard y Hailee Steinfeld. Estados Unidos, 2014.
Fernando Zamora
@fernandovzamora

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