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(1956-1960) de Augusto R. Cortazar y Carios Dellepiane Artículos de revistas. Direct. A.R. Cortazar.

ar. Buenos Ai- Aunque de aparición esporádica, poseen importancia


Cálcena. Buenos Aires, 196 2. (Editado po r la Comisión res, 1965-1966 (compilaciones especiales de la BADAL por su nivel crítico e infannativo las bibliografías incluí-
Internacional Permanente de Folklore surgida del Con- correspondientes a los Nos. 21/22 y25/26, respectiva- das en las publicaciones oeriódicas de los institutos de in-
greso Internacional de 1960). mente). vestigación.

-Bibliografía Argentina de Artes y Le tras (Nº l / 51- - En cuanto a la actualización debemos decir que r•.:, Los suplementos de los grandes diarios siguen siendo
existe en este momento un órgano oficial o privado que -tanto en Buenos Aires como en el inrerior- la fuente
52). Direct. A. R. Cortazar. Buenos Aires, 19 59-1974.
se encuentre abocado a esa tarea, o por lo menos, que más directa de información bibliográfic:: en todo senti-
-Bibliografía del Folklore Argentino. I. Libros. II. haya mostrado los frutos de tal esfuerzo. do, también en cuanto a Folklore.

2.2.2. FOLKLORE COMO PATRIMONIO CULTURAL EN LA ARGENTINA.

El folklore es esencialmente regional y comunitario. 7


La influencia de la "cultura de conquista" 2 , dejada sultan igualmente válidas por lo que, a veces, en este tra-
Ni los teóricos comportamientistas ni los que aplican cri- por España, es su carácter unificador más importante. En bajo, las usar::8s como sinónimos:
terios basados en la comunicación niegan totalmente am- cambio es poco lo que ha quedado en la Argentina, en Un buen resumen de las propuestas realizadas en este
bas aserciones. Puede variar la extensión de la regionali- materia de folklore , de las culturas africanas. Sus hue- sentido y una particular ~ormulación propia acerca del
dad, puede variar la duración del lazo comunitario obser- llas se advierten más bien en un fenómeno urbano del tema, se encuentran en el citado trabajo de Fernando
vable, pero ambas condiciones est~ siempre presentes. Buenos Aires colonial e independiente, hasta 1853: el Pagés Larraya (1981 ), pese a que no se han tomado en
Desde el punto de vista metodológico resulta necesa- candombe. Después de esa fecha, sin embargo, las cos- cuenta allí tres aportes para nosotros fundamentales: el
rio adoptar criterios basados en apreciaciones amplias de tumbres de los negros han perdurado en el folklore de la de Bruno C. Jacovella 31 , el de Augusto Raúl Cortazar
32
zona del nordeste -exclusivamente con formas rituales 33
los fenómenos culturales para establecer regiones sobre y el de Berta E. Vidal de Battini . Ya hemos dicho que·
la base de constantes morfológicas y funcionales. Si se que, sin solución de continuidad, se mantienen vivas en consideramos muy interesante la teoría de Pagés Larraya
28
posee un importante "banco de datos" , como lo tuvo el culto de San Baltasar ·-- . También ~ejaron huellas en
sobre las isoidias culturales argentinas que el autor esta-
áreas mineras cordilleranas, donde fueron documentadas
Clark Wissler respecto de las culturas indias norteameri- 29 blece en relación, con su concepto de cultura criolla. El
como históricas hacia 1950 y ya han desaparecido.
canas, creemos que aplicar su concepto sobre "área de desarrollo de este último nos parece particularmente ori-
cultura" y ..área de edad" puede resultar altamente clari- ~inal y certero . Dice Pagés Larraya:
En el Río de la Plata no persistieron las castas discri-
ficador. 26 " Para los fines de nuestra investigación y sin funda-
minatorias. El mestizaje se produjo en todas sus formas,
Intentaremos a continuación, una caracterización re- con un alto predominio ele aporte europeo, ya que fue mentarlos para ello en una historiografía científica
gional de los gran des rasgos culturales del folklore argen- tierra donde no existieron-altas culturas aborígenes y, en contemporánea, sino tan sólo en el llamado 'método'
tino. cambio, constituyó un área predilecta por la inmigración,
26
Una excelente síntesis de lo sustancial de los trabajo s de Wissler
en diversas etapas de su historia.
(1923) y de su lúcido c,Ítico Alfrcd L. Kroeber (1931) , pue-
2.2.2.1. de consultarse en d cap. 22 de la Introducción a la Antropo-
Distintos au tares han descripto las características del logía de R. L. Bcals y H. J. Hoijcr (1958, ed. española 1962).
CARACTEP.IZACION DE L FOL KLORE ARGENTINO.
folklore argentino según su emplazamiento geográfico y H raster, G.M., 1962.
2 8 Quereilha-: de Kussrow, A., 1980a.
según las circunstancias históricas que concurrieron en
El folklore de la Argentina es el resultado de procesos él. Entre los que profundizaron el concepto de ''áreas de 29
Aretz, l., 1954 .
~crónicos y diacrónicos de difusión , asimilación y cultura folk" se destaca, sin duda, Enrique Palavecino, 30
Palavecino, E., 1959.
adaptación funcional de los bienes procedentes de la su- 30
autor de varios trabajos sobre el tema • Otros especialis- 31
Jacovella, B.C., 1959.
pervivencia cultural aborigen, de la aculturación europea, tas optaron por la subdivisión del territorio en regiones, 32
Cortazar, A.R., 1959.
del aporte africano y de la creación criolla americana. en ámbitos, etc, denominaciones que, en definitiva, re- 33 Vidal de Battini, B.E., 1964.

30
establecido por Gambattista Vico en sus Principi di una ticor criterios en todos los casos, a causa , tal vez, de los sus Cancioneros y Vega en sus colecciones, respectiva-
Scienza Nuoua , podemos enunciar algunas edades de varia dos enfoques aportados por los diversos especialistas mente .
nuestra cultura criolla de la Nacion Argentin3: co nsultores del progr,llma o asociados a él.
Corresponden a esta área todo el no roes--~ y centro
1º La cultura criolla ·antigua' que va desde los orígenes Para plantear nuestra propia hipótesis hemos tenido en dél país -la zona del antiguo Tucumán - , actuales pro-
hasta la creación del Virreinato del Río de la Plata. cuenta la formulación de Wissler, que posee la virtud de vincias de Jujuy Salta, Tucumán, Santiago del Estero,
Esta es la Edad del Caos y los Dioses. demarcar zonas amplias, no necesariamente coincidentes Catamarca, La Rioja y parte de Córdoba . Debe distin-
con los límites políticos en cuanto a ubicación de los guirse aquí una su bárea diferen ciada, que se sitúa en la
2º La cultura criolla 'medieval', que se extiende desde la
núcleos se refiere , y hemos asignado importancia a las altiplanicie de la puna - jujeña , salteña y catamarqueña-,
creación del Virreinato del Río de la Plata hasta que
zonas marginales, en las que disminuyen la densidad y la donde aún habitan comunidades aborígenes " coyas" y
la Confederación Argentina promulga su Constitución
frecuencia de los hechos caracterizadores de aquellos nú- prevalecen rasgos lingüísticos del quechua y del aymara
en 1853. Esta es la Edad de los Héroes ... y tal vez la
cleos, denominándolas "áreas de hibridación". junto a un ·cast ellano bastante arcaico . Desde el punto de
matriz cultural permanente de nuestra Nación.
Así es como el equipo del ACTA ha considerado con- vista lingüístico es notable po r su vitalidad la " isla" qui-
30 La cultura criolla 'moderna ', que extendemos un tan- . veniente distinguir, con miras a su aplicación en el sub- chuista de Santiago del Estero .
to arbitrariamente desde 1853 hasta 1955. Esta es la : proyecto Atlas Histórico de la Cultura Tradicional Argen-
Otra área característ ica es la _Jyana. Su territorio
Edad -viconiana- de los "Hombres"; y la que vere- . tina, cinco grandes áreas: la del antiguo Tucumán, la cu ya-
abarca específicament e las provincias de Menrl oza, San
mos germinar en nuestras isoidias culturales. · na, la pampeana, la del nordeste y la patagónica . (Ver:
Juan y San Luis. Sus zonas marginales, o de hit ddación ,
4° La cultura criolla 'argentina contemporánea', quizás Carta hipótesis, de pág. 115 ) llegan claramente hasta La Rioja por el norte , a CórdGba
· · , , 34
la que nos toca v1v1r . por el este , a La Pampa por el sudeste y a Neuquén por
2.2.2.2.
Todas las consideraciones anteriores y posteriores del el sudoeste. El núcleo del área debe comprender la ciu-
autor sobre este punto resultan atinentes a los fines del dad argentina de Mendoza y la de Santiago, en Chile. En
AHCTA y, en gran medida, coinciden con las premisas A REAS DE CULTURA TRADICIONAL el área cuyana se comparten muchos rasgos culturales
EN TERRITORIO ARGENTINO
adoptadas por nuestro equipo. Solamente omitiríamos históricos con el folklore chileno.
utiliz~ la difundida división " hodiecéntrica". ¿Cómo se
La de las llamadas antaño "provincias de arriba" cons-
nombrará, en el futu ro, a lo 'contempo ráneo' de hoy '? La región pampeana, donde surgió la figura n:is origi-
tituye el área de cultura criolla más antigua y densa. Es
Preferimos conservar aquello de " el Caos y los Dio- la región que recibió directamente, en el período hispa- nal de nuestra sociedad campesina, el jinete ganadero
ses", " los Héroes" y "los Homb res" , y aguardar - no sin no, hasta fines del siglo XVIII, la influencia de Lima, ca- que llamamos gaucho, tu vo poca vida aldeana. Como
angust ia- la denominación qu e la posteridad nos conce- pital donde debe ubicarse el núcleo del área correspon- área de cultura puede decirse que comprende fas actuales
da. De no hacerlo así, olvidaríamos la insoslayable diná- diente. provincias de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, sur de
mica del cambio cultural y perderíamos una buena oca- Cordoba y de Entre Ríos, en territorio argentino y, fuera
sión de probar la teoría de los " modelos" impuestos por Esa situación de alejamiento respecto del núcleo se de éste, la República Oriental del Uruguay y el sur dt:l
la fuerza del " prestigio". traduce, por una parte, en la fragmentariedad con que se Brasil, con núcleo en las costas del Paraná y en ambas
manifiestan en ella algunos complejos fenoménicos bandas del Río de la Plata. La provincia de Córdoba,
En cuanto a las isoidi.as demarcadas como hipótesis de (como festividades, ceremonias, indumentaria, etc .), para que pertenecía jurisdiccionalmente al antiguo Tucumán,
trabajo por el Dr. Pagés Larraya , entendemos que tienen cuya correcta interpretación es preciso conocer los mo- participa , como se vé, de muchos rasgos culturales con-
plena validez como tales y que los posteriores trabajos a delos completos procedentes de sectores más conserva- vergentes.
que , con sumo rigor e inteligencia, se han abocado este dores. Por otra, se evidencia en los caracteres y desarro-
En el territorio de esta área, provincias de Buenos Ai-
estudioso y su equipo, han de perfeccionarlas sobre la llos propios de ciertas especies - como, por ejemplo, la
res y La Pampa, habitan aún más de doscientas comuni-
base de datos complementarios. Si no concordamos en "décima" o la "vidala " - de las cuales no se han docu-
todo con ellas es porque no hallamos que se haya utiliza- mentado en Lima ni en ningur:. otra zona del área una
do, para su determinación, la aplicación sucesiva de idén- tan grande profusión como la que registraran Carrizo en 34
Pagés Larraya, F., 1981.

31
dades que se reconocen como ·•mapuches" y mantienen La unidad cultural del nordeste - tal vez discutible - cha, que recuerda la expedición del general Julio A. Ro-
se rn anifi est:i r arJ noso tros po r medio de en cadenam ien - ca CJnocida como " campaña del desierto" , las inve stiga-
cierto grado de cohesion cultural e n to m o ::. tradiciones
to s de rasgos más que por constantes. Distinguimos ali í ciones han demostrado que los grupos aborígenes que
aborígenes .
tres sub áre:is de cultura trad icional criolla : allí permanecen participan de una cultura hibridada y
La región se vió , no obstante , en general , rápidamente parcialmente sincrética: bilingüismo mapuche-español ,
influida por la pujante vida cultural de Buenos Aires , a) La qu e coincide aproximadame '.1 te con la ·'re g[ón na- vestimenta criolla en su mayor parte , tejeduría indígena ,
centro difusor de cultu.a que, a partir de la creación del 36
tural Chaco , subregión del Espinal" . Comprende , supervivencia de rit jS religiosos araucanos, alimentación ,
Virreinato del Río de la Plata, en l 776 , irradió las nove- p::i ra no so tros, el oeste de las pro vincias de Formosa y transporte y viviend.; . de características mixtas.
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dades europeas y las que ella misma elaboraba -<:on la Chaco el este de Salta, norte y este de Santiago del
sobriedad de estilo que le era propia- , hacia todo el te - En cuanto a las cui!uras criollas hallamos en las pro-
Estero y el norte de Santa Fe . Es la región caracteri-
rritorio del país y en vastas zonas limítrofes. Enclavada 37 vincias patagónicas la rresencia de numerosos asenta-
zada por diversos autores como "del melero" , para
entre la pampa y el río, la ciudad de Buenos Aires debe 38 mientos de grupos procedentes de provincias del norte
la cual Santiago Alberto Bilbao ha propuesto la pe-
ser considerada en relación directa con esta área desde que practican, a manera de "trasplante", sus costumbres
riodizacióP. cu! tu ral sigui en te:
las primeras etapas históricas de su desarrollo cultural. típicas, y lo mismo hacen los muchos chilenos que ali-
1er período: del Melero ( 1553-181 O)
mentan el fluido proceso de trasculturación bipolar que
El área del nórdeste es la que presenta un panorama 2do. período : del Ganadero (1810~1930)
allí se produce permanantemente.
más heterogéne_o, probablemente porque en ella habita el 3er. período: del Obraje y la Migración ( 1930 hasta
mayor número _de grupos aborígenes que han mantenido nuestros días) :
su condición de. tales hasta nuestros días, con una pobla-
b) la que comprende a la provincia de Corrientes y el es-
ción que alcanza el 62 % de la totalidad , como lo de-
te de las de Chaco y Formosa, históricamente muy in-
muestra el siguiente cuadro basado en datos difundidos
fluenciada por el Paraguay, pero definida en Corrien-
recientemente por el Ministerio de Salud y Acción So-
tes por la ceñida localización de sus costumbres más
cial35 :
típicas y por las particularidades del guaraní, que allí
se h::.bla en vital bilingüismo;
Grupo Emico Núm . de Habi- Núm.de Provincia
bitan tes Comu- c) la que corresponde a la provincia de Misiones , de ca-
nidades
racterísticas pronunciadamente interétnicas , con com-
Toba 32.639 76 Chaco
Formosa - Salta ponentes aborígenes, criollos y extranjeros proceden-
Mataco 21.395 12 3 Chaco tes de países limítrofes (Paraguay y Brasil) y de la
Formosa - Salta 39
inmigración europea y asiática en su mayoría.
Pi.lagá 2.516 8 Formosa
Mocoví 8 .94 5 25 Chaco Advirtamos aquí que, contrariamente a lo que suele
Chiriguanos 23 .680 69 Salta - Jujuy observarse en otros autores, no consideramos a la Meso-
Chané 1.000 4 Salta
Chulup íes 171 1 Salta potamia argentina como área de cultura tradicional, pues
Chorotes 1.0 13 9 Salta estamos de acuerdo con lo sostenido por Jacovella (I 959)
3S
M'byas 683 19 Mi siones en cuanto a que no presenta un pasado histórico-cultural La Prensa . 11/2/1984.
Tehuelches 33 5 Chubut
Santa Cruz uniforme, así como tampoco es uniforme su configura- 36 .. .
o·1tncn, H. , 19 5 8.
Tehuelches Chubut ción _geográfica . 37
Santa Cruz Aldcrctc Núñc;: , R. A., 1945; Palavecino, E., 1959.
araucanizados 25~ 2
38
Mapuches 2 1.6 37 262 Bue nos Aíres La Patagonia y Tierra del Fuego -q ue , junto con el Bilbao, S.A ., 1967 .
La Pampa
Sector Antártico y las Islas del Atlántico Sur , co mplet an 39
Coyas 35.340 80 Jujuy • Salta Instituto Nacional de Antropología, 1974.
Cata.marca el mapa de nuestro país - , fueron hab ita t de indígenas 40
Tot. aprox. 150.000 683 hasta 1879, por lo menos. A rná.s._de_un siglo de esa fe• Alvarcz, G., 196 8, 1972/1981: Gonzálcz, M.H., 1970.

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