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Reco

noce
Y andad
d en amor,
comoque también Cristo
nosJeho
amó, y se entregó
a
vá essí mismo por
nosotros,
Dios; ofrenda y
sacrificio
Él a Dios en
olor
nos fragante.
Y si alguno de
vosotros tiene falta
de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a
todos
abundantemente y
sin reproche, y le
será dada.
Entonces oró Jonás a
Jehová su Dios desde
el vientre del pez, y
dijo: invoque a Jehová
en mi angustia y el
me oyó; Desde el
seno del Seol clame, y
mi voz oíste.
Así que, todas las
cosas que queráis que
los hombres hagan
con vosotros, así
también haced
vosotros con ellos;
porque esto es la ley y
los profetas.
No descuides el don
que hay en ti, que te
fue dado mediante
profecía con la
imposición de las
manos del
presbiterio.
Como el rocío de
Hermón que
desciende sobre los
montes de Sion;
porque allí envía
Jehová bendición; y
vida eterna.
DIOS QUIERE TENER UNA FAMILIA

Dios quiere tener una familia y nos creó para formar parte de ella. Este es el segundo propósito

de Dios para tu vida; él lo planificó así antes de que nacieras. Toda la Biblia es la historia  de

Dios formando una familia para amarlo, honrarlo y reinar con él para siempre.
Cuando nacimos  espiritualmente en la familia de Dios, recibimos algunos regalos asombrosos:

¡el nombre de la familia, la semejanza a la familia, los privilegios familiares, el acceso a la

intimidad de la familia y la herencia familiar!

Como hijos de Dios tenemos parte en la fortuna familiar. Aquí en la tierra Dios nos da las

riquezas…de su gracia… bondad… paciencia… gloria… sabiduría… poder… y misericordia También

heredamos la vida eterna. ¡Qué herencia!

Eres mucho más rico de lo que crees.

“Dios tiene reservada una herencia incalculable para sus hijos. Está conservada parati, pura e

indestructible, incontaminada e inmarchitable. “Jesús y el pueblo que santificó pertenecemos a la

misma familia; por lo tanto, Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos y hermanas”

Como Jesús te santificó, ¡Dios está orgulloso de ti! Ser incluido en la familia de Dios es el más

alto honor y privilegio que jamás recibirás. No hay nada que se la parezca. ¿Por qué no haces

ahora mismo una pausa y le agradeces a Dios por se parte de su familia?

Gracias, querido Dios, por hacerme parte de tu familia para siempre. Es un privilegio que me

hayas incluido. Ayúdame a no tener en menos a tu iglesia.

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