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Aeropuerto el dorado 2: Construcción necesaria que necesita eficacia.

La corrupción es una realidad de la cual casi ningún país latinoamericano se salva, con esto no me refiero a
que sólo en Latinoamérica exista corrupción, claramente no es así, sólo que me centro en ello al hacer
referencia exactamente a Colombia por tratarse de los dos artículos de opinión a los que haremos
referencia.

Lo que refleja en mayor medida la corrupción inmersa en Colombia son las obras públicas, por lo que es
común encontrar construcciones inconclusas, abandonadas o finalizadas mucho tiempo después de lo
planeado, y costando cinco veces más de lo presupuestado. Pocos son los proyectos que finalizan en los
tiempos previstos, con buenas especificaciones técnicas y sin sobrecostos.

En lo que se asemejan estos dos textos es en el enfoque que tienen y por ende lo que se pretende dar a
entender a el lector, además se tiene en cuenta que son escritos por la misma persona la cual es imposible
pasar por desapercibida en Colombia, dicho escritor de las columnas es una figura política y excandidato a la
presidencia, German Vargas Lleras.

Por una parte Germán Vargas se refiere en uno de sus escritos a el aeropuerto el Dorado de Bogotá del
que ha estado pendiente su ampliación por la gran capacidad de pasajeros y aviones que se requiere hoy
día, sin embargo, Vargas Lleras afirma que en el 2018 la Anla decidió archivar el trámite de la licencia y, para
sorpresa de todos, contraviniendo todos los estudios y recomendaciones internacionales, el anterior
director de la ANI, Luis Kleyn, resolvió que El Dorado 2 no era una prioridad y que se enfocarían en el
proyecto de una tercera pista para El Dorado en inmediaciones de Engativá. Ante esto la pregunta que surge
es si la tercera pista sería una solución definitiva para atender la demanda proyectada en el mediano y largo
plazo. Los expertos piensan que no, pues su longitud (2.475 metros) no permitiría aterrizajes de carga y solo
despegues de aeronaves pequeñas. Esta propuesta es una buena idea, pero es temporal y paliativa, y para
nada puede verse como una alternativa a la de El Dorado 2.

Este artículo es hecho por German para manifestar a modo de denuncia y hacer ver lo que es evidente para
muchos, pero así mismo lo desconocido por otros. Considerar la viabilidad de una obra que si se ejecuta
como es debido es decir que se lleve a cabo la construcción de El Dorado 2 traerá ventajas muy grandes a el
país y que si por el contrario se hace caso omiso a esto colapsará el espacio lo que traerá consecuencias en
las calidades de los servicios.

A diferencia del articulo antes señalado, Vargas lleras en otra columna del periódico el tiempo manifiesta
su punto de vista acerca de la construcción del puente Pumarejo en el que afirma que Invías suscribió una
inexplicable modificación del contrato con la constructora del puente Pumarejo lo cual ocurrió el 18 de
diciembre de 2019, es decir dos días antes de la inauguración del puente Pumarejo, la directora de
contratación del Invías, doctora Catalina Téllez, suscribió una inexplicable modificación del contrato original
con Sacyr, firma constructora de la obra, para incorporarle una cláusula en materia de solución de
controversias no prevista en el contrato original.

Hay que tener en cuenta que Sacyr ya había presentado ante la jurisdicción contenciosa una demanda
contra la nación para tramitar sus reclamaciones, siendo así no se siguió la línea de esta jurisdicción, sino
que aceptó la posibilidad de crear un tribunal de arbitramento para ‘agilizar’ el trámite de estas, cuyas
pretensiones podrían sumar $200.000 millones porque se tratan ya de quince reclamaciones o más.

Es un tanto curioso que el anterior director general como el subdirector de la red de carreteras y el director
operativo se habían negado a aceptar esta permanente solicitud de Sacyr. Pero ahora, misteriosamente, se
abre esta puerta que, además, establece un precedente gravísimo para que los demás contratistas de obras
públicas puedan exigir similar tratamiento.

En conclusión sigue siendo notoria la violación de reglas en materia de contratos que se establecen con
ciertas cláusulas las cuales son modificadas o adicionadas de manera repentina y en este caso con
alternativas que no había sido previstas por el director ni subdirector de red de carreteras, por lo que es una
de las razones del por qué la contratación de obras en Colombia es tan latente y diciente de la poca
transparencia y celeridad que se le apunta a ello, ya que en palabras cotidianas se busca que la
“mermelada” sea repartida entre pocos sin tener en cuenta consecuencias legales debido a que si llegasen a
existir pueden ser solucionadas y pasar desapercibidas a la vista de la justicia por las mismas personas
infractoras por estas permanecer en la cúpula del sistema, por lo que el control y vigilancia se escapa de la
vista.

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