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- INTRODUCCIÓN

1.- El principio de la libertad: la capacidad empresarial:

Cada cierto tiempo el mundo del derecho se centra en nuevos enfoques, nacidos de las
circunstancias, de las necesidades advertidas y de las funciones que se piensa o racionaliza debe
cumplir; así se han construido diversas teorías del camino del derecho, del mejor rumbo o ruta
que debe seguir para lograr sus fines últimos. Todas las perspectivas se han ensayado, como por
ejemplo, la del análisis económico del derecho, o la de la humanización del derecho, entre otras.
Sin embargo, aunque no descarto las citadas teorías, tengo una predilección por otra orientación
teórica, la de la empresa. Y es que estamos convencidos que sólo interiorizando una aptitud
empresarial en el ser humano puede lograrse algún avance y/o desarrollo social. Por eso el
presente artículo, en el cual desarrollamos el enfoque empresarial desde el ángulo del derecho,
no cómo un conjunto y análisis de las normas jurídicas, sino de las relaciones jurídicas que nacen,
o se truncan, de la aptitud y actividad empresarial: aquella que nos conmina a inventarnos nuestra
libertad, nuestro destino, aquel que va en busca no de subvenciones sino de productividad.

2.- Epicentros existenciales para desarrollar la capacidad empresarial:

Para introducirnos en esa investigación y propuesta nadie tan cismático como Karl Popper, Rudolf
Von Ihering, Friedrich Hayek, Michel Foucault y Peter F. Drucker, personajes que logran
transformar todos los temas en reflexivos y/o filosóficos epicentros existenciales que permiten
entender el mundo en giro. No obstante ser todos ellos geniales escritores, en el presente
queremos usarlos para formarnos una perspectiva empresarial. Y el mas cercano a esta
concepción del mundo es Peter F. Drucker quien, editorialmente, aparece hoy como el nuevo
paradigma de la teoría empresarial, por su producción inteligente y audaz, como lo puede revelar,
por ejemplo, su libro: “La empresa en la sociedad que viene”, que no sólo representa un libro de
moda, sino un libro de ideas empresariales, y en la cual introduce algunas dudas respecto al
funcionamiento y éxito de las empresas y su organización. Pero si bien Peter Drucker no habla
exclusivamente de la parte jurídica de la empresa, si habla de las relaciones que se producen como
consecuencia de la actividad empresarial; y son estas relaciones reguladas, o que faltan regular, las
que nos interesan como composición del estudio del derecho.

3.- La condición decandente, o de la aversión a la productividad empresarial, y la actividad


parasitaria del abogado.

En principio, debemos partir del hecho, como todos sabemos, que para los abogados prácticos,
hablar de empresa, estudiar su funcionamiento no es un tema muy atractivo de estudio, porque el
mercado de los abogados prácticos, litigantes, es más bien dirigida hacia otras ramas más
comunes (no simples y ni menos importantes), por lo cotidiano de ellas, como el derecho penal,
civil, etc.; Y esto es porque se piensa que el litigio es más afín con la carrera de derecho. Sin
embargo, corriendo el riesgo, y contrariando la aversión a temas empresariales -a ese descuido
imperdonable que nos cuesta nuestro retardo en el progreso social-, tomaremos toda obra, como
por ejemplo la de Peter F. Drucker, quien desde su obra teórica nos introduce en la vanguardia, y
nos despierta en conceptos y nuevos fundamentos de orden empresarial, como, tal vez, el único
epicentro desde el cual podemos lograr el desarrollo de nuestra sociedad. Sociedad que requiere
en forma urgente una perspectiva postmoderna del derecho empresarial y tributario.

4.- El problema de la concepción de la Empresa en su dimensión jurídica:

Con el Derecho se ha explorado diferentes dimensiones de la actividad humana, tanto que a veces
parece haberse extraviado el mismo sentido de esta disciplina jurídica. No obstante esa gran
búsqueda ha permitido que se desarrolle aún más su contenido y elementos. Sin embargo, a pesar
que las ramas del derecho, como el derecho constitucional, civil, penal, administrativo, laboral, y
hasta tributario, se han desarrollado enormemente, hay una parte que, siendo fundamental, no ha
evolucionado en medida proporcional a las demás, es el Derecho Empresarial. Nuestra
preocupación no es arbitraria, no se trata de un simple capricho, o un deseo por tal o cual tipo de
rama del derecho; no es un simple gusto por el derecho empresarial, sino la convicción que el
problema mayor y fundamental de nuestro subdesarrollo se encuentra en este eje, en la poca
capacidad empresarial que tiene el individuo peruano. Y puesto que, a nuestro parecer, ninguna
rama como el derecho empresarial libera más la capacidad creativa del ser humano para
inventarse un propio mundo, para organizar a la sociedad y hacerla productiva, eficaz y
desarrollada para hacer libres a los seres humanos.

Pongamos como ejemplo a las otras ramas del Derecho, el área Penal, sólo desarrolla la capacidad
del hombre de verse librado de la pena, o impone al sistema juzgar y castigar al culpable; el
derecho civil, resuelve los intereses particulares de los individuos en conflicto patrimonial, pero
son sustancialmente actos comunes, mediante la cual no se genera gran expectativa de desarrollo
social, por que no genera bloques de desarrollo, sino singulares soluciones para las partes; en el
Derecho Laboral el problema del derecho está enfocado a resolver la desigualdad entre las partes
relacionadas: empleador y trabajador, arguyendo que una de ellas (el trabajador) es la más débil, y
por consiguiente se le protege; o el derecho tributario, en la cual se le encarga al Estado cobrar
tributos por la propia existencia de las personas, naturales o jurídicas; o el derecho administrativo
que tiene como función resolver los problemas de los administrados; o el derecho de familia, que
intenta resolver los problemas que surgen dentro de la familia; entre otros ejemplos. Todas estas
ramas del Derecho, Constitucional, Civil, Penal, Laboral, Tributario, Administrativo, etc., por su
propia naturaleza, y por el tipo de relaciones que regulan y resuelven, olvidan un eje central: la
capacidad productiva, empresarial de la persona. Y es que el derecho se ha visto como un simple
método para resolver problemas particulares, con cierta relación con el interés social, colectivo.
No se ha percibido suficientemente el importante rol que cumple en solucionar y hasta direccionar
la actividad humana, el desarrollo social, al menos no en su enfoque real.

5.- La Condición social para la subvención, como un problema para desarrollar la capacidad
empresarial

Una sociedad sin capacidad empresarial, es decir, sin capacidad para crearse su propio destino (sus
propias casas, hospitales, seguridad, etc.) es una sociedad que espera la subvención; y esto sólo
genera una sociedad inactiva, pasiva, retroactiva, y esperanzada en que, algún día, el Estado le
resuelva sus problemas. El asunto es realmente importante, y el fenómeno (que la sociedad
espere que el Estado le resuelva sus problemas) es super peligroso, y hasta autodestructivo. Por
eso nosotros pensamos que la base del desarrollo social, y por consiguiente de todas las áreas
donde se desenvuelve el derecho (constitucional, civil, penal, laboral, tributario, administrativo,
etc.) está en el derecho empresarial. Por que por medio de este si bien no se desarrolla
necesariamente la capacidad empresarial de la persona, si es el factor fundamental para este
desarrollo y evolución. El Derecho no es, ni puede ser sólo regulación de normas, sino un
intermediario entre dos o más personas (naturales o jurídicas) para darles la posibilidad de
existencia, de convivencia, y superación. El Derecho no es sólo normas, texto escrito llamado ley.
En la norma, en la regulación normativa están involucrados muchos otros fenómenos y factores,
como los intereses, los bienes jurídicos, y hasta los valores morales. El Derecho no es
unidimensional, sino multidimensional, y no es sólo un método, sino una posibilidad para una
mejor existencia. Diríamos, pues, que darle capacidad empresarial a la persona, regular
normativamente lo necesario para crear y fomentar esa capacidad empresarial, es un acto urgente
y necesario para el desarrollo y progreso de una sociedad.

Por otro lado, todas las ramas del derecho al ser estudiadas han sido, algo así como exegéticas, o
glosadoras; el mismo sistema ha permitido que se olviden de los otros aspectos de la vida humana,
y por ejemplo, se encasilla todas las relaciones humanas dentro de un tipo normativo, dejando de
lado aquello que no está, aquellos factores que a pesar de influir en la vida no se encuentran
normadas. El sistema nos ha vuelto de bruces contra la realidad, o nos ha desviado del aspecto
fundamental: el ser humano. Desde esa perspectiva desarrollaremos, muy brevemente, lo que
para nosotros significa el Derecho Empresarial.

II.- ANÁLISIS JURÍDICO DE LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EMPRESA

1.- El origen de la Empresa: La vuelta al concepto de familia y su condición primigenia de


productividad:

 
Refiriéndose a la empresa escribe Echaiz Moreno que "el entendimiento de los orígenes resulta
imprescindible para la construcción jurídica", porque al parecer se pierden los ejes centrales del
funcionamiento de la empresa, puesto que se olvidan cómo y en qué consiste la empresa. Los
orígenes nos remontan siempre a la médula del fenómeno. Y según Carlos y Torres Lara, citado
por Daniel Echaiz Moreno, “La Familia pierde progresivamente desde los siglos XV y XVI su función
de centro de producción”; pérdida evidentemente fundamental dentro de la concepción y aptitud
empresarial, porque limita a aquella unidad básica de la sociedad a un carácter excluyente del
desarrollo social, y por ende intrínsecamente particular, restando el motor que permitía darle a la
familia su razón de ser. Y no obstante la función productiva olvidada por la familia, según Carlos
Torres y Torres Lara, se traslada ésta función a la empresa. Creemos sin embargo que esta
traslación al minimizarse a los grupos empresariales, ha reducido la capacidad empresarial, y por
lo tanto propugnamos que la familia recupere su función productiva primigenia. Esto demuestra el
porque es importante rebuscar en los orígenes de toda institución, porque allí podemos encontrar,
tal vez, el origen que le dio vida, y extraviado en el tiempo pervierte el propio existir de cualquier
institución.

Necesitamos darle a la familia su carácter empresarial, como unidad básica de la sociedad, para
desde allí darle un nuevo marco general a todo, para que la misma familia se convierta de nueva
en empresa, es decir, en un eje productivo, porque al ser unidad básica de la sociedad, no es sólo
un dato de medida estadístico, sino una unidad y eje de producción. Por eso, pensamos que darle
a la familia, a la escuela, y a todo ente o institución un tono empresarial promoverá
automáticamente el desarrollo social. Y desde esta perspectiva se puede y debe construir una base
jurídica, que entienda el espíritu empresarial como fundamento de nuestro desarrollo.

III. LA CLASIFICACIÓN DE LA EMPRESA

Para hacer nuestro análisis histórico de la evolución de la empresa, tomaremos la clasificación que
hace Daniel Echaiz Moreno, y sólo como un método a través del cual podemos interpretar el
fenómeno empresarial. Así, en aquella clasificación del concepto de empresa estarían a) la
creación, b) la diferenciación, c) la unificación, d) la congregación.

1.- Primera Etapa: La Creación:

En la primera etapa, el de “creación” del concepto de empresa, Echaiz Moreno escribe que "una o
varias personas emprendan (leáse: inician) una actividad lucrativa". agregando más adelante que
existen muestras de creación de la noción de empresa en las épocas ojival y feudal.

 
Sin embargo nuestra definición del origen de la empresa, no sólo como concepto, sino como
experiencia o práctica, es un poco más arbitraria, puesto que pensamos que en toda creación
productiva, en todo acto creador ya se germinaba lo que hoy constituye una "empresa". No es
exacta la afirmación de entender a la empresa como una actividad lucrativa; si lo es cuando se
trata de “actividad productiva”, o que rinde beneficios, porque el asunto no es necesariamente la
producción y acumulación de dinero o capital. El dinero es sólo un instrumento, el capital puede
ser representado hoy por dinero, por títulos valores, por acciones, por poder, por capacidad
adquisitiva, por otros elementos diferentes al simple dinero. El capital, hoy, es sólo la
representación del poder adquisitivo.

Ahora bien ¿puede decirse que todo es una empresa? ¿Vivir es una empresa? Vivir no siempre es
productivo, no siempre es lucrativo. Pues aquí esta el asunto, si vvir no es productivo, es entonces
todo lo contrario, no es productivo, y no generar beneficios genera inmediatamente costos. Si vivir
no es una actividad empresarial, es decir no es un fenómeno que reporte necesariamente
ganancias, contrario sensu nos generaría costos, como lo adviertiera Roman Rollain en la biografía
que hace de Ghandi: “Quien no trabaja roba”.

Echaiz Moreno refiere que durante el feudalismo era la representación de lo que hoy conocemos
como Estado. Este señor feudal era un incipiente empresario; y su actividad empresarial consistía
en entregar al vasallo tierras para que las trabaje, recibiendo en contraprestación obligaciones
como la de una retribución económica (esta era, pues, una actividad lucrativa). Sin embargo, si
bien no discrepamos con esta idea, pensamos que la empresa no tiene su esencia en la actividad
lucrativa, sino en la actividad productiva. La diferencia es de fin; una actividad lucrativa tiene el fin
lucrativo, económico; mientras que una actividad productiva basa su esencia o fin en la
producción, independientemente del efecto lucrativo, que automáticamente produce.

Tal vez la actividad empresarial ha sido caracterizado como con fin lucrativo, porque se considera
que una actividad de esta naturaleza, que no produzca, o genere lucro económico, no sería
empresarial, sino cualquier otro tipo de actividad. Y por ello mismo se le ha dado a las otras
instituciones, o asociaciones en las que existe la actividad productiva un fin también determinado.

Sin embargo al dividir las funciones, y los fines de todas las entidades, instituciones, agrupaciones,
etc., que realizan actividades productivas, por el fin que persiguen, se ha olvidado algo que las
convierte en efectivas, su necesidad al margen. Hacer efectivo a toda agrupación que realice una
actividad productiva esta ya dentro del marco empresarial, dentro de los fines empresariales;
darle el tono empresarial a todas las instituciones las hará más benéficas, más eficaces y
productivas.

 
Sin embargo nuestra legislación en materia de empresas conceptualiza a la misma dentro de la
actividad lucrativa, no especifica si esta actividad lucrativa tiene o no resultados positivos. Por eso
es que nosotros nos atrevemos a enunciar que toda actividad que genere o tenga una finalidad
productiva, producir un bien o un servicio debe ser considerado ya como una actividad
empresarial; y esto sólo con una finalidad exclusiva, la de hacer eficaz a todas las instituciones,
agrupaciones sociales. Ha llegado la hora de la empresarialización de la sociedad. Por eso la
propuesta de darle incluso a la institución de la familia aquella virtud perdida, la de ser tener una
función de productividad, y dejar, o variar su sentido asistencialista.

Pero queremos aclarar que nuestra propuesta de empresarializar a la sociedad toda, no quiere
decir que se busque sólo un beneficio económico, lucrativo, sino más bien, se busca crear la
aptitud sentido productiva. Otra vez, no el lucro, ni la economía es lo que caracteriza a la empresa
postmoderna, sino la capacidad de productividad en bienes y/o servicios.

Por lo observado, la primera etapa de la evolución de la empresa nos llevaría a devolverle el


sentido primigenio de toda unidad básica como centro de producción de bienes y/o servicios.

2.- Segunda Etapa: De la Evolución:

La segunda etapa de la evolución de la empresa, según Echaiz Moreno, es “La Diferenciación”, en


la cual se dan aspectos sustanciales: la titularidad y el patrimonio. Esto consiste en "reunión de
grandes capitales" y "adquisición de maquinaria" conformándose el "fondo de comercio", o como
"el conjunto de bienes puestos en movimiento por un grupo de hombres: unos son propietarios y
otros, asalariados". Etapa en la cual se puede observar dos factores confluyentes. En la cual la
perspectiva es considerar a la propiedad como el factor que determina un estatus social,
económico y hasta empresarial; puesto que se entiende que quien posee la propiedad posee el
poder. Sólo el que tenía la propiedad, la titularidad de los bienes podía ejercitar actividad
empresarial. Los demás sólo podían tener su mano de obra, su fuerza productiva, pero ésta no
estaba considerada como suficiente. Por ello se produce el gran debate, desde Carlos Marx, por la
titularidad de la propiedad de los medios de producción. Sin embargo hoy se sabe que no es la
propiedad de los medios de producción sino la capacidad para hacer circular el capital, la
capacidad gerencial, administrativa, y otros factores lo que representa el verdadero fenómeno del
poder y estatus empresarial.

3.- Tercera Etapa: La Unificación:

En la tercera etapa, Daniel Echaiz Moreno propone a la Unificación; momento en que el


patrimonio de la persona jurídica es planteado de otra manera, no en forma aislada, como, por
ejemplos máquinas, locales, dinero, materia prima, sino como un conjunto, en donde ingresaban
también, por ejemplo, las marcas, acciones, patentes, derechos, tecnologías, canales de
distribución, etc. Daniel Echaiz Moreno, piensa que es la conciencia de todos estos elementos o
patrimonio de la persona jurídica, asumidas como conjunto, y como el "resultado total" a esta
conjunción se le llama "empresa", esa conjunción de todos los elementos referidos con la
actividad desarrollada; todo eso representa la empresa.

Empieza un concepto más propio, que es "la empresa es el conjunto de elementos organizados",
unificando todos sus elementos. Echaiz citando a Maria Isabel Tejada Alvarez cree que la empresa
se pone en funcionamiento cuando el empresario reúne en todos estos elementos ("Una vez
que la persona ha logrado reunir y organizar todos los elementos necesarios para poder
desarrollar la actividad que tiene en mente..."). A nuestro parecer la actividad empresarial no
empieza de esa manera. El empresario tiene en principio una primera idea, la del negocio a
realizar, y luego embarcado en el proceso o actividad empresarial, ubica y consigue los elementos
necesarios. Los Micro empresarios adoptan esa medida, porque tener los recursos necesarios es
siempre una gran ilusión, pero no una realidad, en un gran porcentaje. Sin embargo Echaiz hace
bien en concebir al la empresa como un conjunto de elementos organizados. A este conjunto, a
este proceso, a este hecho o fenómeno le llama "unificación".

4.- Cuarta Etapa: La Congregación:

La cuarta etapa de La Congregación, "La empresas de nuestros días clarifica perfectamente el


asunto: estamos ante una comunidad de intereses, donde conviven inversionistas (mayoritarios y
minoritarios), trabajadores, consumidores y usuarios, acreedores, tecnócratas y el Estado. La tarea
que atañe al Derecho es hacer que la susodicha convivencia sea lo más armónica posible, en aras
del adecuado crecimiento de la empresa".

IV.- EL CONCEPTO DE EMPRESA:

1.- Concepto Clásico de Empresa.-

En principio podemos citar el concepto clásico, que reza de la siguiente manera: “La empresa es la
organización de capital y trabajo con finalidad económica”. Sin embargo, puede anotarse que
cuando se busca un concepto en la teoría es porque tenemos un límite al conocimiento por
nuestros sentidos (cuando no podemos ver los hechos sino conocerlos a través del conocimiento)
y por tanto el concepto teórico puede olvidar algunos otros elementos que la teoría no puede o no
describe.
 

La empresa, en una concepción general, en principio es siempre una “acción ardua y dificultosa
que valerosamente se comienza”; esta acción, con la técnica se especializa y organiza; así la
empresa deja de ser sólo una acción para ser organización y para tener una finalidad que
contenidos dentro del enlace entre capital y trabajo se forman ya como institución. La empresa, es
pues una institución económica y/ o jurídica (porque produce y se atiene a normas) que en base a
la conjunción de capital y trabajo, se organiza para lograr ciertos fines económicos (riqueza,
productividad, beneficios, etc.).

2.- Concepto de Empresa según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.-

Por otro lado, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, dentro de sus
diversas acepciones, la noción que nos es útil es aquella que concibe a la Empresa como una
“Entidad integrada por el capital y el trabajo, como factores de producción, y dedicada a
actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios generalmente con fines lucrativos
y con la consiguiente responsabilidad pública”, o la aquella sociedad “fundada para emprender” o
llevar a cabo alguna actividad económica productiva.

Esta definición establece una relación entre dos tipos de bienes: capital y trabajo, que por
supuesto no están en los mismos niveles, puesto que el primero es un bien material, y el segundo
es el producto de la actividad humana. Una definición como esta, eminentemente técnica olvida
que lo que está en reunión no es exactamente bienes (capital y trabajo) sino personas que poseen
cierto o cumplen una función determinada. Existen personas con diferentes tipos de propiedades
que ponen a disposición o reúnen par lograr un fin económico. La empresa es pues la reunión de
dos tipos de personas, las que aportan el capital, y las que aportan su fuerza de trabajo, con un fin
especifico: la actividad productiva, el fin lucrativo. En este concierto, o reunión de personas,
surgen como características esenciales dos factores de producción: el capital y el trabajo. Queda
claro que una empresa, si bien puede definirse como una entidad, no es necesariamente la
reunión de capital y trabajo, porque estos son bienes y actividades; sino más bien la empresa es
una entidad constituida por personas que aportan capital y/o trabajo para desarrollar actividades
económicas productivas.

3.- Concepto de Empresa según Manuel Lastra.-

Por su parte José Manuel Lastra escribe, citando también al Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española, anota “La palabra empresa se deriva del latín in-prehensa, que significa: ‘acción
ardua y dificultosa; intento o designio de hacer una cosa; casa o sociedad mercantil o industrial
fundada para emprender o llevar a cabo proyectos o negocios de importancia’. Esto significa que
una empresa es una actividad humana identificada con la producción. Es una actividad creativa, y
no interpretativa. Se distingue, pues, por su contenido: ser actividad fundante, que inicia un
proceso productivo.

La evolución de esta actividad, la empresarial, la reunión de personas, que aportando capital y


trabajo, buscan el desarrollo de una actividad económico, con o sin fin lucrativo, desarrolló ciertos
conceptos fundamentales y esenciales: la organización, producción y participación del capital y el
trabajo, “La idea de empresa en la economía clásica incluyó los conceptos de organización,
producción y la participación del capital y el trabajo.”[1]

José Manuel Lastra, parafraseando a José María Fernández, anota “En el terreno de la economía,
la empresa se concibe como una organización de factores distintos: ‘de una parte, actividades, es
decir, trabajo, tanto material como intelectual; de otra, medios, bienes económicos’”[2]. Esta
distinción, que reúne o agrupa dos tipos de factores, presentan a la empresa como un sistema en
el que se conjugan y organizan la actividad empresarial, con el material de esa actividad, el capital.
Capital y productividad son los dos elementos esenciales de la Empresa. Capital que se representa
en la economía o riqueza de la empresa, y productividad que es la capacitada para realizar
actividades que generen riqueza, o que colaboren en la creación de la riqueza o del capital. El ser
humano se organiza reuniendo capital y fuerza productiva. La economía, como una disciplina que
estudia los factores de búsqueda, producción y perpetuación de la riqueza, es un sistema, “una
organización de factores”, una combinación de factores humanos con materiales.

Hay que advertir que la economía si bien es “organización de factores”, esta organización
responde a un fin específico, que es por si lo que lo define; es decir, no es cualquier tipo de
organización de factores, sino aquella organización de ciertos factores para la consecución de un
fin específico: la riqueza. Por eso, dentro del cosmos de la economía “... lo que destaca es la
finalidad: el crear utilidades, producir bienes materiales. La empresa es el organismo que une y
coordina los diversos elementos de la producción y los dirige a efectuar la fabricación de
determinados bienes o la prestación de ciertos servicios, requeridos por la sociedad.” [3].

La riqueza no es necesariamente el dinero, sino el capital, y este puede definirse como todo
aquello que constituya riqueza o patrimonio. No debe olvidarse que el capital también es el poder.
Y este no tiene una forma o figura material necesariamente, sino institucional. El poder puede
medirse a través del capital, pero no necesariamente es capital en el sentido material (dinero,
patrimonio, acciones, etc.); el poder es “capacidad de afectar y ser afectado”

La empresa, sin embargo, adquiere cierta autonomía respecto a las personas que lo integran,
porque el derecho no puede ingresar en el ámbito interno, en la organización interna de la
empresa, puesto que el derecho regula la actividad del empresario, pero sólo aquella actividad
que tenga una conexión directa o importancia directa con la administración social, con el orden y
seguridad social, con el bien común. Así, “El derecho somete al empresario a diversos estatutos
jurídicos, pero ‘no penetra en la organización interna de la empresa’. Se limita a dictar normas
sobre la contabilidad de la empresa, sobre sus signos distintivos, sobre su patrimonio mercantil y
los auxiliares que utiliza el empresario para su explotación.”[4]. El Derecho sólo es un mecanismo
de seguridad y protección de la persona, para asegurar cierta estabilidad. Además, salta el hecho
que “los juristas, partiendo de que económicamente la empresa es una unidad, se empeñan en
considerarla como objeto unitario de derechos.” .

Por otro lado la idea del capital puede significar que ya no es el hombre o la sociedad, sino el
capital lo rector y constitutivo del movimiento económico. La empresa es la organización de un
sistema de servicios, producción, distribución o consumo. Así, el derecho empresarial no organiza
a la empresa en su organización interna, en sus operaciones, sino establece cierto orden por el
bien público.

4.- Concepto de Empresa según Francisco Gómez Valdez.-

Mientras que Francisco Gómez Valdez, parafraseando a Nicole Catala, escribe: “...la explicación de
cómo debemos entender el concepto de empresa en términos generales descansa en dos pilares:
en el aspecto humano y el económico; esto es así porque la empresa tiene una misión económica,
pero también otra de índole social que estarán asociados durante toda su evolución.

Por la primera, nos encontramos ante seres humanos que se agrupan económicamente para crear
bajo la dirección única de un gerente que la dirige, una organización material, convirtiéndose en la
parte principal de ésta y por la segunda, los trabajadores que se subordinan a dicha dirección para
hacer posible la producción de los bienes y servicios que aquellos idearon elaborar, conforme a los
lineamientos científicos de la organización del trabajo en las empresas, y que, colocados en el
mercado generan riqueza que, por correlato, beneficiarán a ambos agentes productivos.”, “...la
empresa será siempre concebida como una institución vertical en cuya base están los trabajadores
y en su cúspide los propietarios de los medios de producción, ocasionando, por lo mismo, el
natural y eterno conflicto entre el capital y el trabajo.” Escribe Francisco Gómez Valdez.

5.- Concepto de Empresa según el Diccionario de Guillermo Cabanellas.-

Para el Diccionario de Guillermo Cabanellas la Empresa es una “Organización de personal, capital y


trabajo, con una finalidad lucrativa, ya sea de carácter privado, en que persigue la obtención de un
lucro para los socios o los accionistas; o de carácter público, ñeque se propone realizar un servicio
público o cumplir otra finalidad beneficiosa para el interés general.”. La Empresa Mercantil es la
“Organización lucrativa de personal (empresario o dirección, socios industriales o trabajadores),
capital (dinero, propiedades, máquinas y herramientas, mobiliario, etc.) y trabajo (actividad
organizadora, directiva, investigadora publicitaria, técnica y de ejecución material), con unidad de
nombre, permanencia en actividad y finalidad definida.”

6.- Concepto de Empresa según José Morales Mancera.-

Y José Morales Mancera en su libro Filosofía Social, haciendo referencia a la famosa obra de Joel
Dean, Managerial Economics, de la Universidad de Columbia, reseña lo que significa una empresa
exitosa: “Una firma de negocios es una organización diseñada para hacer utilidades, y las
utilidades son la medida principal de su éxito. Los criterios sociales de los negocios, como pueden
ser el mejorar la calidad del producto o el comportamiento y las decisiones sobre los precios, son
mejoras del negocio pero, ciertamente, no son más que índices con el objeto de mejorar al
máximo el total del sistema de utilidades. Las utilidades son la prueba del éxito de una firma
individual”[1]. Y como el concepto de utilidades puede diferir de acuerdo al tipo profesión, cita la
definición que da Joel Dean, así escribe: “utilidad es el exceso de ingresos (precio) sobre los costos
de producción.”[2].

Según esta concepción son las utilidades lo que determina el éxito de la empresa, sin embargo,
José Morales Mancera se pregunta: ¿es correcto hablar de una empresa moderna de maximizar la
utilidad?, es decir, de trabajar en base a los precios. ¿Puede ser la utilidad suficiente elemento
para describir el fenómeno empresarial? No es la utilidad sino la persona lo trascendente en el
derecho; la persona y su relación con el resto; relación que se regula.

Por otro lado, el punto opuesto que se toma como referencia para explicar el fenómeno del éxito
o decadencia de la empresa. Morales Mancera hace alusión al libro de Charles Bettelheim,
“Revolución cultural y organización industrial en China”, en el cual no son las utilidades lo que
determina el éxito de la empresa, y no se toma en cuenta a ésta como un mecanismo basado en
los precios, puesto que “los precios juegan un papel relativamente secundario.... los precios no
orientan la producción. Esta se orienta por la línea  política”[3]. En esta reseña es el Estado el
encargado de subvencionar los costos de la producción de primera necesidad. Pero lo curioso es
que, no se sabe “de donde proviene la subvención?; impuestos no hay. Tendrá que ser del trabajo
de otros.”[4]. Por eso se presume que existe más bien una descapitalizacion de la empresa, del
“fondo social”.

“Resulta claro que para un país que resuelve centralmente las tres grandes preguntas de la
economía: quién produce –trabajo aplicado-, cómo lo produce –política de distribución y de
precios-, la aparente ventaja de transmitir a precios de costo los productos al mercado, redunda
en pagar menos a la gente (parte del costo), con lo que les quita poder de compra; o en pagar
más, y así los costos aumentan y entonces los precios deben subir, en virtud de lo cual la gente
podrá adquirir menos (salvo que no repercuta el nuevo costo en el precio, con lo que no se frena
la demanda, y entonces lo que no alcanza es el producto en las tiendas). Luego, resulta una falacia
afirmar que se transfiere a precios de costo. Por algún lado falla el sistema.” [5].

Mientras que por otro lado, “El liberalismo clásico, que partía del ‘hombre natural’, prohibió
cualquier forma de asociación y, por tanto, la empresa sólo fue considerada como un contrato.
Para decirlo de otra manera, el liberalismo cosificó la empresa. La relación no era de los
inversionistas con un ente abstracto llamado empresa, y de los trabajadores con ese mismo ente
impersonal. La empresa era cosa.”[6]

Argumento que a nuestro parecer es correcto, aunque la mención arriba aludida por Morales
Mancera pareciera negar la calidad de cosa de la empresa, puesto que la empresa no puede tener
relación con los seres humanos, sino que son los seres humanos agrupados en base a cierto fines y
objetivos, como la de reunir capital trabajo y producción, lo que constituye la empresa. Lo que
puede ser es que existe una relación de los inversionistas con los trabajadores, y que el objeto, o el
ente que hacía posible esta conexión es la empresa. La empresa constituía un eje de interrelación
interpersonal de dos tipos de grupos humanos, los inversionistas y los trabajadores, que unidos
formaban la empresa.

V.- ELEMENTOS DE LA EMPRESA

No  obstante podemos anotar que no es la organización, sino el tipo o fin de la organización lo que
define a la empresa, y su fin es la riqueza privada, no el método usado para ello; o tal vez sea el
destino de esa riqueza, el particular o las arcas públicas. Entonces encontramos varios elementos
necesarios: 1.- organización, 2.- producción, 3.- interés privado, 4..- régimen privado

Creemos sin embargo que la empresa tiene una función económica, pero no social; sus
operaciones tienen efectos sociales, pero no tiene una misión social, sino particular, individual,
privada.

El concepto de empresa para Morales Mancera dice que la empresa moderna es “La empresa son
los hombres, hombres libres que aportan operación o trabajo, dirección y tecnología, y
conjuntando sus esfuerzos eficientemente producen no el mayor lucro posible, sino el valor
económico agregado máximo  posible, a través de la atención a los mercados en forma cada vez
mejor.”[16]
 

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