él, semilla buscando dónde arraigar. Ha cruzado los mares, Sotomayor, pues su rey lo ha nombrado conquistador. Y hoy juró en el areyto, Agüeybaná, devolver a su tierra la libertad.
Veredita de monte, sendero amigo,
van camino del monte buscando abrigo. Ya el taíno dio el grito llamando a guerra; los espera en el llano, tiembla la tierra. El hidalgo lo sabe no va a escapar; va a enfrentarse a la muerte, firme en su andar.
Cae herido de muerte, Sotomayor;
a su lado Guanina, llanto y dolor. El cacique respeta el sentir profundo de su hermana abrazada a un moribundo. Ella pide el alivio de morir con él; la tierra se estremece al cubrir su piel.
Una cruz castellana junto a un cemí,
Un té de un Vahua Maorocotí. De la América toda, primera flor, que se riega con sangre por el más puro amor. Es la unión de dos mundos, santo crisol, una india taína y un español.
Veredita de monte, sendero amigo,
En tu lecho materno les diste abrigo. La leyenda relata que, en primavera, En el llano se enciende la enorme ceiba: es el árbol frondoso, maleza en flor, donde duermen Guanina y Sotomayor (x2)