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En el primer trimestre, desde la concepción hasta las 12

semanas de la gestación, se forman los principales


órganos del feto: corazón, intestino, estómago...
A partir del segundo trimestre de embarazo, entre las
semanas 13 y 27, sus órganos van madurando y
adquieren mayor complejidad.
En el último trimestre del embarazo, entre las semanas 28
a 40, el bebé se prepara para nacer.
¿A partir de qué fecha se contabiliza el embarazo?
Antes de que la mayoría de las mujeres sepa que
está embarazada, la vida del embrión ya ha comenzado.
Esto ocurre tras la fecundación y una vez que se ha
implantado el embrión en el útero.
La mayoría de los ginecólogos contabiliza la edad
gestacional del feto según la última regla de la mujer.
Esto significa que las 40 semanas aproximadas de
duración de un embarazo se empiezan a contar a partir
del primer día de la última menstruación.
Los anatomistas, por el contrario, utilizan la edad
gestacional embrionaria que contabiliza el embarazo
desde el momento de la concepción.
Cuando nosotros hablamos del desarrollo del feto mes a
mes, nos referimos siempre a la edad gestacional según
la última regla.
¿Cuánto dura un embarazo?
La mayoría de los embarazos tiene una duración de entre
38 y 42 semanas.
Si el bebé nace antes de las 37 semanas se dice que
es prematuro.
En cambio si la gestación se prolonga más allá de la
semana 42 se habla de embarazo tardío o gestación
cronológicamente prolongada.

Desarrollo del feto y del embarazo


mes a mes:
El desarrollo del embrión en el primer
mes de embarazo

Al final del primer mes de embarazo se empiezan a


dibujar las piernas y los brazos del embrión y el cordón
umbilical se empieza a formar. La cabeza es la
extremidad más abultada y se adivina ya lo que en el
futuro será la médula espinal.
 

La vida del embrión en el segundo mes


de embarazo
En el segundo mes de embarazo se forman los ojos del
embrión y empiezan a crecer los brazos y las piernas. Los
órganos internos y el cerebro del futuro bebé se van
desarrollando.
El desarrollo del feto en el tercer mes de
embarazo

En el tercer mes de embarazo el embrión pasa a denominarse feto. Esta etapa es conocida
como periodo fetal, ya que el feto empieza a tener forma humana.

El desarrollo del feto en el cuarto mes de embarazo

La bolsa de líquido amniótico mantiene al feto protegido de los golpes y le permite moverse
con libertad, girar la cabeza y estirarse. Ya se han formado las cejas y la nariz, y el pelo de la
cabeza se hace más grueso.
El desarrollo del feto en el quinto mes de embarazo
En el quinto mes de embarazo, el feto pesa ya más que la placenta. Es el momento en el que
sus reflejos se ponen en funcionamiento. Por eso, además de dar patadas y agarrar a
menudo, empieza a chuparse el dedo.

El desarrollo del feto en el sexto mes de embarazo

La piel del feto está arrugada y es rojiza debido a que los capilares se transparentan. Duerme
entre 18 y 20 horas, pero cuando está despierto (aún tiene los ojos cerrados) tiene mucha
actividad. El oído se perfecciona durante este mes y puede distinguir la voz del padre.

El desarrollo del feto en el séptimo mes de embarazo

En el séptimo mes de embarazo, los centros óseos del feto se empiezan a endurecer. La piel ya
deja de ser transparente para adoptar un tono opaco. También deja de estar arrugada por los
efectos de la capa de grasa que se forma debajo de la epidermis.

El desarrollo del feto en el octavo mes de embarazo

En el octavo mes de embarazo, el lanugo desaparece de la cara del feto. Su piel se vuelve rosácea
y suave y tiene unas extremidades regordetas. Por lo general, antes de que termine el mes, el
futuro bebé suele colocarse con la cabeza hacia abajo.
El desarrollo del feto en el noveno mes de embarazo

En el noveno mes de embarazo el feto es capaz de distinguir a través de sombras los reflejos de


luzque provienen del exterior y nota un resplandor cuando la luz del sol da en el vientre de su
madre.

¿Quieres conocer cómo es el


embarazo semana 



Periodo embrionario
El periodo embrionario es la fase en la que se produce
la formación de todos los aparatos y sistemas del
embrión, es un proceso conocido con el nombre de
organogénesis. Esta fase comprende desde la cuarta a
la octava semanas.

El embarazo empieza con la fecundación, que es la unión de las células sexuales


femenina y masculina: el óvulo y el espermatozoide. Empieza el periodo
embrionario hasta la octava semana de embarazo.

Fecundación
Para que se produzca la fecundación la mujer ha de estar en el periodo de
ovulación. La ovulación ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los
ovarios (hacia la mitad del ciclo menstrual). Si en este preciso momento, un
espermatozoide se encuentra con el óvulo, en las trompas de Falopio, se puede
producir la fecundación.

Cuando un espermatozoide penetra en el óvulo de la madre la célula resultante se


llama zigoto; esta estructura celular tiene toda la información genética necesaria
para desarrollarse y convertirse en un bebé.

En la fecundación ya queda determinado el sexo del


bebé. Cada óvulo tiene un cromosoma X y el espermatozoide puede ser X o Y. Si
el espermatozoide que fecunda al óvulo es X, el bebé será una niña y, si es Y, un
niño.

Cada bebé es único, de la unión del óvulo y el espermatozoide (cada uno con su
propio ADN) se forman 46 cromosomas que determinarán la herencia del bebé.
El periodo embrionario es que el va desde el momento de la fecundación hasta la
8ª semana de embarazo.

Primera semana del periodo embrionario


El óvulo fecundado se divide por primera vez a las 24h de la concepción. Es lo que
llamamos zigoto. Durante los días siguientes se sigue dividiendo y forma una bola
de células que se llama blastocisto. A los cinco días, las células del blastocito (ya
más de 100) se separan en dos grupos: las que formarán la placenta y las que
formarán el embrión (células madre).

Al final de esta primera semana del periodo embrionario, el óvulo fecundado


desciende por las trompas de Falopio para llegar al útero al quinto día. Se ancla
en la pared del útero (implantación) al final de la primera semana y allí pasará
nueve meses.

El útero de la madre ha cambiado y se ha adaptado a la nueva situación: el


embarazo. La pared interna de la matriz se ha vuelto mullida y más gruesa para
favorecer la implantación del blastocisto.

Esta unión a la pared uterina es necesaria para que el embrión reciba los
nutrientes necesarios para crecer.

Segunda semana
Se empieza a formar el embrión y mide 0.2 milímetros. Se forma la cavidad
amniótica.

En esta etapa del desarrollo el embrión tiene una forma redondeada y está
formado por dos capas (se llama disco bilaminar): el endodermo y el ectodermo.
Las células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función
específica.

 Del endodermo se formarán: piel, el revestimiento interno del aparato


respiratorio y digestivo, la vejiga, tímpano, tiroides, páncreas e hígado.
 Del ectodermo: sistema nervioso, piel, órganos de los sentidos (ojos, oído,
nariz), uñas, esmalte dentario, hipófisis, pelo, glándulas mamarias y
sudoríparas.

Tercera semana
Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo. De este tejido derivará el
aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos), el sistema vascular (corazón,
venas y arterias), las células de la sangre, el sistema genital y urinario, bazo y
glándulas suprarrenales.

Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos
de la madre. De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario
para crecer.

En el tronco del embrión se va haciendo hueco a órganos como el intestino,


hígado, riñones y pulmones.

Cuarta semana
El embrión crece un milímetro cada día. Mide unos 5 milímetros. Inicia
el desarrollo de las extremidades: brazos y piernas, músculos y huesos.

El corazón del embrión, un amasijo de células musculares alargadas, empieza a


latir a los 22 días aproximadamente. Este rudimentario corazón será el encargado
de distribuir el alimento y el oxígeno a todas las partes del embrión para que
pueda crecer. El corazón embrionario late a unas 150 pulsaciones por minuto.

El aparato digestivo se va diferenciando en sus diferentes partes: esófago,


estómago e intestino.

Durante esta semana aparecen los órganos de los sentidos: se forman las
cavidades oculares y las orejas.

Se empieza a desarrollar el tubo neural, que se convertirá, con las semanas, en el


sistema nervioso del bebé (cerebro y médula espinal) y la columna vertebral.

Quinta y sexta semana


El embrión va adquiriendo forma humana, de bebé. Crece muy deprisa y ahora
tiene el tamaño de un garbanzo (5-6 milímetros). Su cabeza es muy grande
respecto al resto del cuerpo y las extremidades muy cortas.

En el rostro se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas. Los


dedos no se distinguen todavía y los brazos y las piernas pueden empezar a
moverse al final de la sexta semana.

Séptima semana
El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la
fase embrionaria maduran. El corazón ya tiene cuatro cavidades. Se empiezan a
formar el paladar y la lengua.

La placenta aumenta de tamaño para nutrir bien al bebé y el cordón umbilical


crece mucho y se ensancha.

Se forman los pezones y los folículos pilosos. Los codos y los dedos ya se pueden
ver.

Hasta este momento el sistema digestivo y el aparato urinario del feto eran una
misma estructura, a partir de las siete semanas se separan.

Se produce la neurogénesis o producción de neuronas. Durante los cuatro


primeros meses de embarazo se forman los circuitos neuronales.

El embrión mide ya 1 centímetro, son las semanas más delicadas del bebé, ya que
le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína o radiaciones
(como las radiografías).

Octava semana y finalización del periodo


embrionario
Oficialmente termina el periodo embrionario y el  el embrión pasa a llamarse
feto. Se ha formado el esbozo de todos los órganos del futuro bebé y ya empieza
a tener forma humana.

El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio
superior. El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es
translúcida, por lo que se puede ver el esqueleto. Los huesos no están
calcificados, están formados de cartílago (son blandos).

El embrión mide entre 4 y 5 centímetros y pesa 9 gramos. La circulación a través


del cordón umbilical está muy bien desarrollada.
1. Periodo preembrionario
La fase preembrionaria del desarrollo intrauterino, que en
ocasiones también es denominada “fase germinal”, es la
más breve de las tres: se prolonga desde la fecundación hasta la
segunda semana. Dado que el embarazo no suele detectarse
hasta después de un mes aproximadamente, la mujer aún no es
consciente de la fecundación.
En este periodo de tiempo el óvulo fecundado (conocido como
cigoto) desciende por la trompa de falopio hasta llegar al útero,
donde se implanta aproximadamente entre el octavo y el
décimo día de gestación. Cuando esto sucede empieza a
desarrollarse la placenta.
Durante este proceso el cigoto se autorreplica repetidamente.
Esta división da lugar primero a la mórula y más adelante
a la blástula, nombres que se otorgan al conjunto de células
que darán lugar al embrión en función de su grado de desarrollo.
Durante la primera semana el futuro embrión no crece porque
se encuentra contenido dentro de la zona pelúcida, una capa de
glicoproteínas. Posteriormente, ya implantado en el útero,
empezará a desarrollarse rápidamente a partir de un proceso de
diferenciación celular.
La presencia de agentes nocivos externos (teratógenos),
como infecciones, enfermedades de la madre o determinadas
sustancias, puede provocar abortos espontáneos o bien no
afectar en absoluto al preembrión si se da durante esta fase del
desarrollo prenatal.

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meiosis"

2. Periodo embrionario
A partir de la tercera semana de gestación el embrión es
conocido como gástrula. Las capas de células de la blástula se
han diferenciado hasta el punto de dar lugar a las tres
estructuras a partir de las cuales se formará el cuerpo del bebé:
el ectodermo, el mesodermo y el endodermo.
A lo largo del desarrollo intrauterino el ectodermo dará lugar
al sistema nervioso y a la epidermis. A partir del
mesodermo surgirán los huesos, los músculos y el sistema
circulatorio. Por su parte, las células del endodermo se
diferenciarán como células de los sistemas respiratorio y
digestivo.
Se considera que el periodo embrionario dura hasta las ocho
semanas y media de gestación; aunque no hay un punto
concreto que distinga cuándo el embrión se convierte en un
feto, poco después de los dos meses ya es posible identificar a
un futuro bebé.
Durante esta fase el embrión adquiere los rasgos físicos
básicos, tanto a nivel interno como externo. Así, la cabeza, la
cara, las extremidades, los sistemas corporales y los órganos
internos empiezan a desarrollarse, y también aparecen los
primeros movimientos.
El desarrollo intrauterino sigue los principios céfalo-caudal y
próximo-distal; esto significa que maduran primero las partes
superiores del cuerpo, así como las más cercanas a la médula
espinal. A grandes rasgos este patrón se mantendrá en el
crecimiento durante los primeros años de vida.
En el periodo embrionario el futuro bebé es muy vulnerable
a los teratógenos; dado que los órganos y sistemas
fundamentales se están desarrollando, los agentes nocivos
pueden provocar daños irreparables en estos al alterar su
crecimiento normal.

3. Periodo fetal
En la etapa fetal continúa y se consolida el desarrollo de las
estructuras fundamentales del cuerpo, que ya estaban
presentes al final del periodo embrionario. Se trata del estadio
más largo del desarrollo intrauterino, abarcando desde la
novena semana hasta el momento del parto.
El sexo biológico se manifiesta durante el periodo fetal a través
de la diferenciación progresiva de los órganos sexuales. No
obstante está determinado desde la fecundación, ya que
depende de si el espermatozoide exitoso lleva un cromosoma X
o Y; en el primer caso el bebé será una niña y en el segundo un
niño, aunque existe cierta variabilidad en este sentido.
En este periodo el organismo del feto se prepara para la
supervivencia fuera del útero. Entre otros aspectos, el
sistema inmunitario se refuerza mediante la obtención de
anticuerpos maternos y aparece una capa de grasa en la piel
con la función de mantener el cuerpo a una temperatura estable
y adecuada.
Los efectos de los teratógenos son más leves en el periodo fetal
que en el embrionario. Los tejidos del cuerpo ya están formados,
por lo que la potencial interferencia en su desarrollo es menor, si
bien sigue siendo habitual que se den retrasos en el crecimiento
y defectos crónicos de gravedad variable a causa de los
teratógenos.

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