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En el tercer mes de embarazo el embrión pasa a denominarse feto. Esta etapa es conocida
como periodo fetal, ya que el feto empieza a tener forma humana.
La bolsa de líquido amniótico mantiene al feto protegido de los golpes y le permite moverse
con libertad, girar la cabeza y estirarse. Ya se han formado las cejas y la nariz, y el pelo de la
cabeza se hace más grueso.
El desarrollo del feto en el quinto mes de embarazo
En el quinto mes de embarazo, el feto pesa ya más que la placenta. Es el momento en el que
sus reflejos se ponen en funcionamiento. Por eso, además de dar patadas y agarrar a
menudo, empieza a chuparse el dedo.
La piel del feto está arrugada y es rojiza debido a que los capilares se transparentan. Duerme
entre 18 y 20 horas, pero cuando está despierto (aún tiene los ojos cerrados) tiene mucha
actividad. El oído se perfecciona durante este mes y puede distinguir la voz del padre.
En el séptimo mes de embarazo, los centros óseos del feto se empiezan a endurecer. La piel ya
deja de ser transparente para adoptar un tono opaco. También deja de estar arrugada por los
efectos de la capa de grasa que se forma debajo de la epidermis.
En el octavo mes de embarazo, el lanugo desaparece de la cara del feto. Su piel se vuelve rosácea
y suave y tiene unas extremidades regordetas. Por lo general, antes de que termine el mes, el
futuro bebé suele colocarse con la cabeza hacia abajo.
El desarrollo del feto en el noveno mes de embarazo
Periodo embrionario
El periodo embrionario es la fase en la que se produce
la formación de todos los aparatos y sistemas del
embrión, es un proceso conocido con el nombre de
organogénesis. Esta fase comprende desde la cuarta a
la octava semanas.
Fecundación
Para que se produzca la fecundación la mujer ha de estar en el periodo de
ovulación. La ovulación ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los
ovarios (hacia la mitad del ciclo menstrual). Si en este preciso momento, un
espermatozoide se encuentra con el óvulo, en las trompas de Falopio, se puede
producir la fecundación.
Cada bebé es único, de la unión del óvulo y el espermatozoide (cada uno con su
propio ADN) se forman 46 cromosomas que determinarán la herencia del bebé.
El periodo embrionario es que el va desde el momento de la fecundación hasta la
8ª semana de embarazo.
Esta unión a la pared uterina es necesaria para que el embrión reciba los
nutrientes necesarios para crecer.
Segunda semana
Se empieza a formar el embrión y mide 0.2 milímetros. Se forma la cavidad
amniótica.
En esta etapa del desarrollo el embrión tiene una forma redondeada y está
formado por dos capas (se llama disco bilaminar): el endodermo y el ectodermo.
Las células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función
específica.
Tercera semana
Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo. De este tejido derivará el
aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos), el sistema vascular (corazón,
venas y arterias), las células de la sangre, el sistema genital y urinario, bazo y
glándulas suprarrenales.
Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos
de la madre. De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario
para crecer.
Cuarta semana
El embrión crece un milímetro cada día. Mide unos 5 milímetros. Inicia
el desarrollo de las extremidades: brazos y piernas, músculos y huesos.
Durante esta semana aparecen los órganos de los sentidos: se forman las
cavidades oculares y las orejas.
Séptima semana
El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la
fase embrionaria maduran. El corazón ya tiene cuatro cavidades. Se empiezan a
formar el paladar y la lengua.
Se forman los pezones y los folículos pilosos. Los codos y los dedos ya se pueden
ver.
Hasta este momento el sistema digestivo y el aparato urinario del feto eran una
misma estructura, a partir de las siete semanas se separan.
El embrión mide ya 1 centímetro, son las semanas más delicadas del bebé, ya que
le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína o radiaciones
(como las radiografías).
El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio
superior. El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es
translúcida, por lo que se puede ver el esqueleto. Los huesos no están
calcificados, están formados de cartílago (son blandos).
2. Periodo embrionario
A partir de la tercera semana de gestación el embrión es
conocido como gástrula. Las capas de células de la blástula se
han diferenciado hasta el punto de dar lugar a las tres
estructuras a partir de las cuales se formará el cuerpo del bebé:
el ectodermo, el mesodermo y el endodermo.
A lo largo del desarrollo intrauterino el ectodermo dará lugar
al sistema nervioso y a la epidermis. A partir del
mesodermo surgirán los huesos, los músculos y el sistema
circulatorio. Por su parte, las células del endodermo se
diferenciarán como células de los sistemas respiratorio y
digestivo.
Se considera que el periodo embrionario dura hasta las ocho
semanas y media de gestación; aunque no hay un punto
concreto que distinga cuándo el embrión se convierte en un
feto, poco después de los dos meses ya es posible identificar a
un futuro bebé.
Durante esta fase el embrión adquiere los rasgos físicos
básicos, tanto a nivel interno como externo. Así, la cabeza, la
cara, las extremidades, los sistemas corporales y los órganos
internos empiezan a desarrollarse, y también aparecen los
primeros movimientos.
El desarrollo intrauterino sigue los principios céfalo-caudal y
próximo-distal; esto significa que maduran primero las partes
superiores del cuerpo, así como las más cercanas a la médula
espinal. A grandes rasgos este patrón se mantendrá en el
crecimiento durante los primeros años de vida.
En el periodo embrionario el futuro bebé es muy vulnerable
a los teratógenos; dado que los órganos y sistemas
fundamentales se están desarrollando, los agentes nocivos
pueden provocar daños irreparables en estos al alterar su
crecimiento normal.
3. Periodo fetal
En la etapa fetal continúa y se consolida el desarrollo de las
estructuras fundamentales del cuerpo, que ya estaban
presentes al final del periodo embrionario. Se trata del estadio
más largo del desarrollo intrauterino, abarcando desde la
novena semana hasta el momento del parto.
El sexo biológico se manifiesta durante el periodo fetal a través
de la diferenciación progresiva de los órganos sexuales. No
obstante está determinado desde la fecundación, ya que
depende de si el espermatozoide exitoso lleva un cromosoma X
o Y; en el primer caso el bebé será una niña y en el segundo un
niño, aunque existe cierta variabilidad en este sentido.
En este periodo el organismo del feto se prepara para la
supervivencia fuera del útero. Entre otros aspectos, el
sistema inmunitario se refuerza mediante la obtención de
anticuerpos maternos y aparece una capa de grasa en la piel
con la función de mantener el cuerpo a una temperatura estable
y adecuada.
Los efectos de los teratógenos son más leves en el periodo fetal
que en el embrionario. Los tejidos del cuerpo ya están formados,
por lo que la potencial interferencia en su desarrollo es menor, si
bien sigue siendo habitual que se den retrasos en el crecimiento
y defectos crónicos de gravedad variable a causa de los
teratógenos.