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La leche cruda puede ser alterada por bacterias psicrotrófas, que, en general, son
bacilos, no esporulados, gram-negativos, proteolíticos, con algunas cepas lipolíticas.
Los más frecuentes son Pseudomonas fluorescens y P. putida que provocan cambios
en el aroma y el sabor del producto refrigerado. Otras especies son P. fragi, P.
aeruginosa, P. stutzeri y Burkholderia cepacia. Llegan a través del suelo, forraje, agua,
los otros animales y también por los utensilios de ordeño y tanques de transporte o
almacenamiento mal lavados.
Por otro lado, la maquinaria y/o equipamiento que se utilizan para recolectar la leche
contribuyen en un alto porcentaje a la microflora de la leche cruda sino son bien
desinfectados. Alcaligenes, Chromobacterium, Flavobacterium, Pseudomonas son
algunos organismos que llegan a la leche por esta vía. Los productos lácteos
presentan propiedades diferentes a la de la leche fluída porque se han concentrado
algunos nutrientes o se han removidos otros, modificando la aw, el pH y el potencial
redox, entre otros parámetros. Por ejemplo, el yogurt tiene pH 4,3 y los quesos pH
>5,2, pero éstos tienen una actividad de agua reducida (0,90-0,95) y son sólidos (2).
Algunas cepas de Lactobacillus plantarum suelen formar gran cantidad de D-lactato
durante el curado de ciertos quesos, provocando un depósito cristalino blanco en la
superficie (21). Algunas levaduras de los géneros Candida Kluyveromyces,
Debaryomyces, Rhodotorula y Yarrowia producen enranciamiento de los productos
lácteos y/o formación de gas. Los quesos son susceptibles a la acción de los mohos
(Penicillium, Aspergillus, Alternaria, Mucor, Geotrichum, Fusarium, Cladosporium y
otros) (3).
CARNE CONGELADA
Las películas que se emplean para envolver las carnes evitan que lleguen a la misma
nuevas bacterias e influir en el crecimiento de las que ya se encontraban presentes
antes de ser envueltas. Estas películas difieren considerablemente en cuanto a su
permeabilidad al agua, oxígeno y al bióxido de carbono. Se ha señalado que las
carnes tienen una vida de almacén más corta si se envuelven en películas menos
permeables al agua. Las carnes frescas conservan mejor su color si se envuelven
empleando una película impermeable al oxígeno sin emplear vacío, a excepción de las
carnes curadas, ya que el color de éstas no es afectado por la falta de oxígeno.
Asimismo, el vacío contribuye a disminuir la multiplicación de los microorganismos
aeróbicos, sobre todo la de los mohos, reduce la velocidad de crecimiento de
Staphylococcus y no favorece (en apariencia) el crecimiento de C. Botulinum. Los
materiales que son poco permeables a los gases favorecen el desarrollo de las
baterías lácticas, especialmente cuando el empaque se realiza a vacío. Estas
bacterias, con el tiempo producen agriado, mucosidad y sabores típicos. A partir de las
investigaciones de varios grupos de investigadores a resultado evidente que cuando
las carnes envasadas al vacío y almacenadas por tiempos prolongados en
refrigeración, presentan una contaminación microbiana, los microorganismos
predominantes son lactobacilos y B. thermosphacta o ambos. Se pueden encontrar
otros microorganismos y, por tanto, es posible que predominen otros dependiendo de
los siguientes factores: E1 que se trate de carne cruda o cocida Concentración de
nitritos existente Carga relativa de bacterias psicrótrofas Permeabilidad al oxígeno
pH de la carne Las carnes cocidas o parcialmente cocidas, junto con las carnes
pálidas suaves y exudativas (PSE) y las carnes de corte oscuro (DFD) tienen un pH
más elevado (pH>6) que las carnes con pH normal (pH 5.5 – 6.0), por este motivo los
microorganismos que predominan en estas carnes durante la conservación bajo vacío
sean generalmente distintos de los que se encuentran en las carnes normales
envasadas al vacío. En carnes DFD envasadas al vacío mantenidas a 2°C durante 6
semanas, la flora dominante está integrada principalmente por Yersinia enterocolitica,
Serratia liquefaciens, Showanella putrefaciens y algunas especies de Lactobacillus.
CARNE CURADA
En los alimentos que contienen sal como conservador, la sal ha sido ionizada,
colectando moléculas de agua alrededor de cada ion. Este proceso es llamado
hidratación iónica; a mayor concentración de sal, más agua empleada para hidratar
iones. Una solución saturada a una temperatura dada es aquella que ha alcanzado un
punto donde no hay energía adicional disponible para disolver la sal. En este punto
(solución de NaC1 al 25.5% a la temperatura de cuarto) las bacterias, levaduras y
mohos son incapaces de crecer. Debido a que no hay agua libre disponible para el
crecimiento microbiano en este punto, esta inhibición del crecimiento microbiano es el
resultado de los siguientes factores:
CARNES DESHIDRATADAS
La carne deshidratada es poco susceptible a la contaminación bacteriana, sin embargo
se ha observado que la cecina sufre un esponjamiento causado por el género de
Bacillus, coloración roja producida por Halobacterium cutirubrum y Bacillus, coloración
azul producida por Pseudomonas syncyanea, coloración púrpura por Penicillium
spinolosum y especies de levaduras del género Rhodotorula.
Por el bajo contenido de agua de los cereales y harinas de trigo, maíz, cebada, arroz,
avena, estos casi no sufren alteraciones a pesar de su alto contenido de proteínas y
carbohidratos. Las alteraciones llegan a presentarse cuando la actividad de agua aw
sube, es así como se hace evidente el desarrollo de mohos, causando el deterioro de
los granos y productos derivados como la harina. Al igual en la superficie se puede
llegar a encontrar bacterias lácticas y coliformes que pueden llegar a producir una
fermentación ácida, si esta acidez llega a valores muy altos se pude alcanzar una
fermentación alcohólica producida por las levaduras.
En el caso de las harinas, cuando tienen una aw alta, puede llegar a favorecer el
desarrollo de bacterias del género Bacillus y el desarrollo de mohos como el
Rhizopus, que son los dos principales microorganismos causantes de las alteraciones
de la harina. En los molinos es difícilmente predecible el tipo de alteración que puede
llegar a presentarse en el producto debido a que el contenido microbiano varía en
cada uno de los lotes. Se han llegado a encontrar alteraciones causadas por la
presencia de bacterias productoras de ácidos, produciéndose una fermentación ácida;
esta fermentación como se menciono va seguida de una fermentación alcohólica
causada por las levaduras claro esta si están presentes, llegando a una fermentación
acética, por la acción del Acetobacter, que producen ácidos acéticos.
Para evitar la alteración causada por esporas de mohos, se debe tener en cuenta una
serie de precauciones como:
DETERIORO EN FRUVER
El microbiota dominante sobre las hortalizas recién cosechadas es muy variable. Está
constituída por bacterias gramnegativas como Enterobacter, Pantoea y Pseudomonas,
pero las partes que crecen cerca o dentro del suelo contienen bacterias grampositivas,
por ejemplo, Bacillus, Paenibacillus, Clostridium y organismos corineformes. Sobre la
superficie de algunas verduras se propagan los Leuconostoc y Lactobacillus. Muchos
de estos organismos son pectinolíticos o celulolíticos y originan el reblandecimiento
característico de las podredumbres blandas, por ejemplo, Pectobacterium
carotovorum. Los hongos filamentosos aislados de las hortalizas con más frecuencia
son Aureobasidium, Fusarium, Alternaria, Epicoccum, Mucor, Rhizopus, Phoma,
Chaetomium y en menor proporción Aspergillus, Acremonium, Botrytis, Cladosporium,
Manual de Microbiología de los Alimentos - capítulo 7 72 Penicillium, Sclerotium,
Trichoderma, Ulocladium, etc. Algunos de estos mohos son patógenos oportunistas,
mientras que otros son patógenos verdaderos que pueden invadir el tejido sano. El
alto contenido acuoso de las hortalizas, así como su crecimiento en contacto con el
suelo, predisponen al deterioro.
Es poco común el tratamiento en la zona de empaque y son más sensibles al frío que
las frutas. En el campo los puntos de contaminación son diversos: la microbiota
saprobia epífita y del suelo, los frutos, ramas u hojas enfermos, los envases
cosecheros, las plantas de empaque, el agua de reciclado, las cámaras de
almacenamiento, desverdización o frío, el transporte y la venta. Aunque los mismos
tipos de microbios pueden estar presentes sobre frutas u hortalizas, las características
intrínsecas del producto afectan a los organismos residentes determinando cuáles
finalmente desarrollarán. Las hortalizas tienen en general un pH entre 5 y 6 mientras
que las frutas muestran un valor menor a 4,5 aunque existen excepciones, por
ejemplo, melón. Por lo tanto, las bacterias crecen más rápido que los mohos y
levaduras sobre la mayoría de las hortalizas, y viceversa en el caso de las frutas.
Una vez que se quita la cáscara para producir los diferentes ovoderivados, son
mayores las posibilidades de contaminación. Los factores que favorecen esta situación
son: los métodos de rotura y separación de las cáscaras utilizados, la incorporación de
huevos con podredumbre que no hayan sido detectados con la observación al trasluz
del ovoscopio, la incorporación de “huevos claros”, que fueron incubados y no
embrionaron y el efecto antimicrobiano de la clara desaparece cuando se mezcla con
la yema (3).
El principal signo de deterioro es el mal olor que se percibe al examinar las agallas,
pues la región branquial es la más susceptible a la alteración microbiana. Los mejores
indicadores de la alteración del pescado son la pérdida del brillo de los los ojos y los
colores superficiales, cambios en el olor y presencia del limo superficial. Si el pescado
no es eviscerado de inmediato, algunos organismos atraviesan las paredes del
intestino y llegan a los tejidos internos de la cavidad abdominal.
BIBLIOGRAFÍA
INGENIERÍA DE ALIMENTOS
2020