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César Ustarroz

El punk en el cine
como retrato
generacional:
el cine de Julien
Temple* Gracias a la tribuna levantada por la
aproximación literaria, recorriendo los
caminos de la ficción, el punk ha que-
McLaren, manager de los Sex Pistols,
toma un baño completamente desnudo
mientras diserta sobre el origen del
dado retratado como movimiento ge- grupo británico—, nos sentimos obli-
neracional registrándose en los anales gados a dar una anticipada explicación
de la historia como subcultura de clase, para justificar el reconocimiento litera-
desarrollando una actitud contestataria rio con el que hemos introducido este
ante la realidad impuesta por las clases artículo sobre el punk en el cine como
dominantes y adoptando una respuesta retrato generacional.
nihilista fundamentada en una icono- El descubrimiento que ha tallado el
clasta estética de lo visual. proceder metodológico que aplicamos
Con frecuencia, quien afronta desde a nuestro estudio parte de la reciente
enfoques analíticos y reflexivos un ob- aparición de Punk Rock and the Value of
jeto de estudio, sea cual fuere la mor- Auto-ethnographic Writing about Music
fología del mismo, se siente atado al (Sarah Attfield, 2011), escrito que reva-
secreto profesional de no desvelar los loriza, sin desdeñar los numerosos es-
pasos perdidos; pasos en falso, retroce- tudios académicos volcados en la con-
sos o cambios en el rumbo de la activi- solidación del corpus teórico del punk,
dad investigadora que acuden al rescate las referencias etnográficas realizadas a
en el último momento. Al menos no es pie de campo, investigaciones especial-
habitual mencionarlos o incorporarlos mente pertinentes para estudiar el fe-
a modo de prefacio. Pues bien, despo- nómeno del punk. Es decir, biografías,
jándonos de las vergüenzas como Mal- autobiografías, entrevistas o memorias
colm McLaren en la bañera (secuencia llevadas a cabo por aquellos que vivie-
perteneciente a The Great Rock ‘n’ Roll ron en primera persona el intenso pe-
Swindle [Julien Temple, 1980] en la que riodo de gestación del punk.

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EL PUNK EN EL CINE COMO RETRATO GENERACIONAL: EL CINE DE JULIEN TEMPLE

La importancia de este tratado, en Guerra Mundial. Una consecuencia de Advertimos en esta segmentación de
el que Sarah Attfield (2011: 3) mide la este devenir económico, caracterizado la sociedad de las áreas metropolitanas
repercusión de los acercamientos litera- por el postcolonialismo en el caso bri- un estadio inmediatamente anterior a
rios que permiten abordar los géneros tánico, se traduciría en una crisis de la configuración y popularización de
musicales a través de la participación y valores que afectaría principalmente a estilos musicales. Desde la década de
la observación activa, gravita en torno la clase trabajadora y a la clase media los cincuenta, las subculturas juveniles
a la recuperación del concepto True junto a una desconfianza en el sistema se reordenan dentro de las comunida-
Fictions, término acuñado por antropó- político-económico reinante. La degra- des obreras asumiendo la necesidad de
logos adscritos a la Nueva Arqueología dación de las estructuras económicas cohesión, de fortalecer la idea de grupo
Americana (Kathleen Stewart, James desembocaría por lo tanto en una frag- para superar la ruptura del modo de
Clifford y George Marcus), quienes va- mentación y polarización de la socie- vida tradicional y readaptarse a la reu-
loran el recuerdo y la narrativa como dad. bicación urbanística promovida por
parte de los procesos que estimulan Profundizando en el ámbito de la el gobierno británico. El rápido creci-
la reflexión en la reconstrucción de la cultura y con el modelo británico siem- miento económico tiene un fatal des-
historia. A partir de la consideración pre en el punto de mira, observamos enlace en la desestructuración cultural
de este concepto, podemos establecer que al tambalearse estos cimientos se del estilo de vida obrero empujando a
un positivo paralelismo con el trabajo desencadenan una serie de problemá- los individuos que lo integran a la bús-
del cineasta inglés Julien Temple, tes- ticas (aumento del paro, proliferación queda de nuevas recetas cultuales a las
tigo directo que actúa también como de zonas suburbiales e incremento que adherirse, nuevas costumbres a las
vector con el que prospectar los inicios de la marginalidad en las ciudades, que fijarse.
del punk y su relación con la imagen en debilitamiento de las instituciones…) En esta división y pérdida de refe-
movimiento. con las que se llega a una progresiva rencias que se acentúa en la década
Por su pertenencia al inminente partición de determinados estratos de de los sesenta intervendría la música
movimiento punk, por la inicial con-
dición amateur de sus trabajos, por el
ascendente McLaren y la obsesión de
éste por ficcionar e imponer su reali-
dad, Temple acaba documentando una
generación salpicada de atípicos per-
sonajes que se erigen como líderes de
opinión de sectores de la población que
poseen diversos denominadores comu-
nes. Dando preferencia al análisis de
The Great Rock ‘n’ Roll Swindle frente
a The Filth and the Fury (Julien Temple,
2000) y Joe Strummer: The Future is
Unwritten (Julien Temple, 2007) identi-
ficaremos la yuxtaposición de una serie
de rasgos enunciativos que posibiliten
repensar la imagen dentro de la cultura
punk como documento etnográfico y
su adhesión a los cánones de la post-
modernidad cultural. The Great Rock ‘n’
Roll Swindle supone una visión desde
dentro, operatividad con la que el falso
El collage de lo prefabricado
documental o mockumentary toma el
relevo de las True Fictions en el séptimo
arte. la sociedad en subculturas juveniles o popular como refugio; la música como
Argumentaríamos el estallido del tribus urbanas que buscan reafirmarse forma de vida dadora de nuevos valo-
punk en la sociedad británica de la dé- dentro de la comunidad (Teddy Boys, res y atributo identitario en la perte-
cada de los setenta del siglo XX como Rockers, Mods, Hippies…) predicando nencia de clase (SAVAGE, 1991:164)
uno de los clímax resultantes del co- incluso la rivalidad mitológica como que se suma al sentido de territoriali-
lapso que sucede a dos décadas de en la película Quadrophenia (Franc dad, exacerbación de la masculinidad
desarrollo económico tras la Segunda Roddam, 1979). (BENNETT, 2001:19), resistencia frente

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al sometimiento paternalista del estado, guardias artísticas como el surrealismo ral tal y como lo conocemos en la era
culto al escapismo del fin de semana y e ideologías de izquierda preferente- postmedial. Según sostiene Jon Savage
la experimentación con la estética per- mente marxistas, decididas a comba- (1991: 23-25) parece ser que los frustra-
sonal (BLAINE, 1990:4). De estas moti- tir el capitalismo derribando la socie- dos intentos artísticos de McLaren le
vaciones emanan réplicas temáticas en dad de clases); este legado, tras cobrar llevan a optar por alternativas con las
la tradición cinematográfica británica nuevo impulso a finales de los sesenta, que desarrollar un ideario influido por
dentro del Free Cinema, corriente que permea en la ideología y expresiones la corriente artística del situacionismo
proclama un cine social desde la ex- culturales de una minoría que encabeza que por aquel entonces había calado
terioridad de la industria renovando las tendencias que siguen las mayorías. hondo en las escuelas de arte londinen-
elementos formales del lenguaje cine- El situacionismo más radical (inspi- ses, centros en los que se cultivaba una
matográfico con el uso de la cámara al rado en la Internacional Situacionista creciente fascinación por el arte pop y
hombro, el sonido directo o la digresión que encuadra los sectores más revolu- corrientes anti-consumo. La atracción
narrativa a la vez que reduce las fronte- cionarios del situacionismo), instalado apunta a todo aquello producido en la
ras con la forma documental. Películas en los movimientos estudiantiles del era postindustrial y en el periodo de
como Saturday Night and Sunday Mor- Mayo del 68 francés, cruza en el albor postguerra (bloques de viviendas en
ning (Karel Reisz, 1960) o Look Back in de los setenta el canal de La Mancha. áreas suburbiales, centros comercia-
Anger (Tony Richardson, 1958) revelan Finalmente, con un resurgimiento del les,…). El espacio urbano se convierte
estos presupuestos fundacionales que ideario anarquista se desentierra el sen- en espacio de exhibición y fuente inspi-
pivotan sobre el naufragio social de timiento antisistema en la clase obrera radora de las proclamas situacionistas
la clase obrera o el inconformismo de y la clase media; se expanden las ideas (atacando la sociedad de consumo y
los jóvenes y que, de alguna manera, de destruir la sociedad apostando por los medios o la música pop y la cultura
incuban la irrupción de variopintos un cambio revolucionario, credos que mainstream) a la vez que da entrada a
biopics cinematográficos —cierto que se plasman en un lenguaje icónico si- la popularización del arte con un par-
inclinados por la pendiente más épica tuacionista, vertido a su vez en anóni- ticular uso de la vestimenta y la esté-
y lúdica de la gestación y evolución de mos mensajes urbanos como slogans, tica corporal: el cuerpo como lienzo de
la banda de pop/rock y su relación con graffitis y posters. representación y escaparate con el que
el público— como A Hard Day’s Night En esta cacharrería propagandística mostrar la afiliación identitaria.
(Richard Lester, 1964). entra todo un personaje, McLaren. Pro- En las tiendas de ropa londinenses
La ramificación en diferentes estilos cedente de una clase media acomodada, converge todo este refrito, y a las rien-
musicales conformaría fieles audien- McLaren, junto a Vivien Westwood, das de la vanguardia —en lo que a
cias en lo que interpretamos como uno lleva a cabo un proceso de recolección tendencias se refiere— se posicionan
más de los fenómenos mass-media que cultural e ideológico que hiperboliza McLaren y Westwood, más interesados
se reproducen globalmente a partir de y sonroja cualquier definición o con- por el componente visual de las ideas
la década de los cincuenta. Simétri- ceptualización teórica del remix cultu- arriba expuestas que en la profundiza-
camente evolucionó la ción de conceptos políti-
industria del entreteni- cos o ideológicos.
McLaren y el discurso al desnudo
miento, dando lugar a En este entorno McLa-
una paulatina agrupa- ren concibe a los Sex Pis-
ción en oligopolios cul- tols en 1975 como una
turales durante el siglo variante de «guerrilla
XX, caracterizada por un urbana» (SAVAGE, 1991:
control absoluto a todos 353) que entendemos
los niveles de producción como un acto de eman-
y distribución. cipación individualista
Para seguir perfilando ante la industria musical
las tesis que ayuden a (la resistencia ideológica
explicar la irrupción del llegaría después con el
punk debemos conectar grupo The Clash, que de-
estas proposiciones con sarrollaría un programa
la resaca provocada por político de una manera
las derivaciones del si- más clara); «programa-
tuacionismo (corriente dos para la confronta-
del pensamiento que ción» (SAVAGE, 1991:
hunde sus raíces en van- 150), rompiendo con la

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tradición del pop y del rock mediante


una «explosión de significados codifi-
Gracias a la tribuna levantada por la
cados en sus ropas y en la elección de aproximación literaria, recorriendo los
sus canciones» (SAVAGE, 1991: 162),
denunciando el sometimiento de las caminos de la ficción, el punk ha quedado
bandas a la industria y sembrando las retratado como movimiento generacional
semillas de las que se alimentarán toda
una generación, como sostiene Greil registrándose en los anales de la historia
Marcus en Rastros de Carmín (1993:
51):
como subcultura de clase, desarrollando
«El punk rechazó de inmediato toda la una actitud contestataria ante la realidad
música que lo había precedido; negaba
la legitimidad de todo aquello que hu- impuesta por las clases dominantes
biera tenido éxito, o de aquellos que y adoptando una respuesta nihilista
tocaban como si supiesen hacerlo. Al
destruir una tradición, el punk revelaba fundamentada en una iconoclasta estética de
una nueva».
El enfrentamiento se dirige esencial-
lo visual
mente hacia la generación inmediata-
mente anterior, hacia la cultura hippy y mundo. Es un deseo sencillo y patente, televisivo) en Sex Pistols No. 1 (1977).
el sueño utópico que ésta representaba. pero se inscribe en una historia que es Poco después retoma el proyecto cine-
Esta coyuntura se origina sin embargo infinitamente compleja, tan compleja matográfico emprendido por McLaren
en Estados Unidos, una reacción que como la interacción de los gestos coti- de reproducir mediante la ficción la his-
prende en las ciudades obreras del no- dianos que describen la manera en que toria de la banda (como último recurso,
reste (Detroit y Cleveland) y que rápida- el mundo funciona. El deseo comienza tras la retirada de directores priorita-
mente se extiende a Nueva York. Estas con la exigencia de vivir no como un rios para McLaren como Russ Meyer).
urbes se convierten en el escenario en objeto sino como un sujeto de la his- The Great Rock ‘n’ Roll Swindle abre
el que se formarán los antecedentes del toria —de vivir como si de hecho algo con los créditos iniciales superponién-
punk con grupos como The Electric Eels dependiera de las acciones de uno—, y dose al propio McLaren presentándose
(Cleveland), MC5 y The Stooges (De- esa exigencia se abre a una calle libre. a sí mismo como padre del punk rock,
troit) o Television y The New York Dolls Al maldecir a Dios y al Estado, al trabajo dirigiéndose a cámara bajo el dictamen
(Nueva York). La cohesión de grupo se y el ocio, al hogar y la familia, al sexo y de narrador omnisciente, ocultando su
afianza con el culto al fetiche para rom- el juego, al público y a uno mismo, du- rostro tras una máscara de cuero para
per todo tipo de tabúes reglados por rante un breve tiempo la música hizo dar paso a la reconstrucción (y falsifica-
una conservadora exégesis de valores posible experimentar todas estas cosas ción) histórica de la rebelión de Gordon
que yacen en la religión, la familia o la como si no se tratase de hechos natu- (1780).
ideología. Esta oposición se percibe en rales sino de estructuras ideológicas: En 1778, el Parlamento inglés pro-
la apropiación de simbología de conno- cosas que alguien ha hecho y que con- mulgó una ley (Catholic Relief Act) que
taciones provocadoras como las esvás- secuentemente pueden ser alteradas, o permitía el alistamiento de católicos en
ticas u objetos relacionados con el sado incluso eliminadas». el ejército para engordar las filas que
(cuero, cadenas…), la escenificación de De este reciclaje cultural se nutren luchaban en numerosos frentes (co-
la expresión corporal con el piercing y McLaren y Temple para recomponer lonias americanas, Francia y España).
la autoagresión, el enaltecimiento de la un nuevo discurso, subvertir el orden Esta ordenanza encontró un fuerte sen-
ambigüedad sexual o la descontextuali- moral dominante, combatir el autori- timiento de protesta anglicano liderado
zación de citas y lemas portados en la tarismo de la industria musical y re- por Lord George Gordon quien, tras
ropa. Para Greil Marcus (1993: 14) la belarse ante la estandarización de sus reiteradas evasivas de derogación de la
finalidad de esta música descansa en productos culturales. ley por parte del rey Jorge III, sedujo
su anhelo por cambiar, por transgredir Temple entra accidentalmente en el al pueblo llano de Londres para levan-
rompiendo con todo lo que ata al indi- universo punk sin otra intencionalidad tarse en 1780 contra el Parlamento y
viduo a sus lazos afectivos, morales e que la de compilar —a modo de dia- la Corona. Estas sublevaciones se pro-
ideológicos sentando las bases de una rio— las actuaciones del grupo Sex Pis- longaron durante días con el protago-
subcultura musical: tols en la escena londinense entre los nismo de las clases populares asaltando
«Lo que sigue siendo irreductible de años 1975-1977 para seguidamente ree- diferentes instituciones, empujadas por
esta música es su deseo de cambiar el ditar este material (junto con metraje la miseria y la escasez; paupérrimas

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ture is Unwritten sincro- de las sombras); criterios que sobrevue-


nizan ideas que brotan de lan durante todo el metraje (en sucesi-
un tronco común; la edi- vas escenas que comparte McLaren con
ficación de un discurso Helen Wellington-Lloyd o en la secuen-
ficcionalizado desde la cia de la oficina en la que McLaren pre-
subjetividad, desde la para con su secretaria el lanzamiento
corolaria omnipresencia del disco). Sin embargo, en estas espon-
de individuos que recuer- táneas y accidentales resoluciones, con-
dan el punk a su manera diciones estrictamente presupuestarias
(McLaren, John Lydon y junto a la negativa de colaboración de
Joe Strummer). El falso Johnny Rotten (John Lydon, cantante
documental es la forma y vórtice de los Sex Pistols), reside el
utilizada al servicio de gran valor conceptual y retórico que
estas bases, cincel con el eleva The Great Rock ‘n’ Roll Swindle a
que volver a esculpir el una naturaleza expresiva excepcional;
pasado desde el presente; y es que McLaren y Temple en ningún
pero con la intención de momento ocultan el trampantojo cine-
prostituirlo, elaborando matográfico, al contrario, lo elevan a su
Balas para todos un nuevo significado al máxima potencia caricaturizando los
reescribir su enunciado, contenidos temáticos que forman parte
condiciones de vida a las que estaban manejando recursos como la parodia, del constructo fílmico.
subyugadas. la autoparodia, la sátira y la ironía. El ensamblaje continúa con la inser-
Con este comienzo —analogía con Que The Great Rock ‘n’ Roll Swindle ción de grabaciones en directo de los Sex
la que se inyecta en el presente más in- es un filme tosco en su ejecución salta Pistols (muchas de ellas filmadas en Su-
mediato pretéritas ideas de anarquía y a la vista. Es constante la ruptura del per-8 por Derek Jarman y el propio Tem-
revuelta social— McLaren se apropia, raccord y la anárquica estructuración ple); imágenes de archivo que no proce-
pervierte y suplanta los mitos y héroes del plano-contraplano. La secuencia del den de los mismos conciertos, pero que
de uno de los episodios históricos más megalómano baño de McLaren, citada componen un todo combinando prime-
significativos de la Edad Moderna de la anteriormente, es el primer ejemplo ros planos o planos generales de Johnny
ciudad de Londres. Para McLaren, en de esta afirmación que se repite a lo Rotten y el resto de la banda desde án-
estos disturbios subyace el germen de largo de la película. En dicha secuen- gulos contrapicados con capturas aza-
la anarquía en tierras inglesas. Yuxta- cia comprobamos el salto de la regla rosas de los asistentes desde distintos
poniendo la presentación de los miem- de los treinta grados cuando Helen ángulos, muchos de ellos a la altura de
bros del grupo sobre la reconstrucción Wellington-Lloyd (interpretándose a la vista; todo ello registrado con cámara
de un hecho histórico —incluyendo la sí misma, al igual que McLaren) entra al hombro. El resultado no deja lugar
presencia de elementos anacrónicos en un nuevo espacio, el cambio brusco a otra interpretación que la deliberada
como guitarras, maniquíes que simbo- de los ángulos y las escalas, las dis- búsqueda del punto de vista (al fin y al
lizan a los cuatro Sex Pistols o recortes continuidades en el montaje por corte cabo son elementos cinematográficos
del New Musical Express—, consigue directo a planos que corresponden a que cumplen su función y que acaban
falsear el pasado y al mismo tiempo imágenes de archivo o la multiplicidad por tener sentido fílmico), exigiendo
otorgar vigencia y legitimidad histórica de los puntos de vista con las miradas a al espectador la identificación con el
al punk como subcultura popular. cámara de varios de los personajes. público que asiste in situ al concierto
En este singular prólogo declarativo La impresión de no controlar el he- cultivando el factor improvisación. Esta
de connotaciones propagandísticas por cho fílmico queda evidenciada también decisión implica voluntad de construir
su unidireccional visión de los hechos en la secuencia del baño en el descuido un tiempo inmediato, persiguiendo la
localizamos las primeras consignas de en la composición y los encuadres (ele- idea de retratar lo efímero que se aloja
lo que será el resultado de la comunión mentos compositivos que ensucian el en el punk y su universo generacional.
McLaren-Temple-Sex Pistols; en él se plano y que comparten protagonismo La interpelación al público no sólo se al-
concentran los planteamientos nodales con los personajes sin tener una fun- canza con la mirada a cámara, sino con
de la gestación del sintagma visual que ción dramática como atrezzo), la per- elementos formales como el desarrollo
impone el estilo con el que Julien Tem- turbadora negligencia en el trabajo del estructural de la secuencia en la que los
ple asalta el punk en su filmografía. The sonido (inexistencia de continuidad Sex Pistols interpretan Anarchy in the
Great Rock ‘n’ Roll Swindle, The Filth sonora en el montaje) y la iluminación UK, con la construcción del punto de
and the Fury y Joe Strummer y The Fu- (delación de las fuentes de luz a través vista, gracias al cual el espectador se si-

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túa al mismo nivel informativo que los artísticos, siempre abogando por la in- la ausencia de John Lydon sentencian
protagonistas. dependencia económica y la creación al The Great Rock ‘n’ Roll Swindle (rodada
Las ideas de participación y espon- margen de la industria: en 1978) a rediseñar el discurso enun-
taneidad están presentes también en «Me gustaría proponer una aproxima- ciativo. El pragmático orden de los im-
otras cintas del mismo periodo; The ción un poco más dialéctica que con- perativos económicos marca el estilo hi-
Blank Generation (Amos Poe, 1976), con sidere cómo ha emergido la estética bridado. Así se llega al acoplamiento de
grabaciones de la escena pre-punk neo- punk y cómo se ha fundado a partir de diferentes soportes textuales originados
yorquina en la sala CBCG con la presen- una “economía punk”. en distintos dispositivos mediales con
cia de Iggy Pop, Patty Smith, The New La estética del punk rock no accede a el objeto de abaratar los costes de pro-
York Dolls, Television o The Ramones su representación cinematográfica sin ducción. Esta nueva conceptualización
entre otros; la película The Punk Rock dejar huella; más bien las preocupacio- del film genera una nueva retórica cuyo
Movie (Don Letts, 1978), diario que nes económicas del punk se convierten principal recurso gramatical se apoya
registra en Super-8 el ambiente punk en el anverso de su estética. Cualquier en el montaje. La convivencia en la na-
y rock de Londres, o films posteriores intento de articular la lógica de la esté- rración de metraje de acción real y re-
como The Decline of Western Civilita- tica del cine punk debe tener en cuenta construcciones ficcionadas se completa
tion (Penelope Spheeris, 1981), que do- todo supuesto y responsabilidad hacia con imágenes de archivo de noticieros,
cumenta el marginal territorio punk en los particulares modos de producción grabaciones de conciertos, entrevistas
la ciudad de Los Ángeles. Se palpa en que el cine punk defiende. y fragmentos de reportajes televisivos,
todas ellas el deseo de atrapar una rea- La ética del do-it-yourself (DIY) se con- metraje de animación… La naturaleza
lidad volátil que se está gestando con vierte en uno de los elementos cons- del material televisivo a su vez detenta
rapidez en ese mismo momento, de te- tituyentes y liberadores del punk que significados y códigos que enriquecen
ner la sensación de ser el primero en ac- implican una relación dialéctica entre el discurso fílmico, como los efectos
ceder a ella, porque el ayer ya pertenece estética y economía. Llevando a su que emanan de manejar un tiempo real,
al pasado. Esta es la punta de lanza y la máxima expresión el concepto “cine un tiempo presente, un tiempo vivido
verdadera esencia del punk, visualizada punk”, nos sirve para describir algo que privilegia el sentido de actualidad,
a través de películas que nos propor- más que un estilo definido, debe res- cualidades ya de por sí intrínsecas en el
cionan una mirada antropológica a pie petar unos principios económicos y movimiento o actitud punk.
de calle, una crónica de una subcultura estéticos». En este conglomerado intertextual
que se sitúa en el extrarradio de la his- The Great Rock ‘n’ Roll Swindle no es e intermedial se revela un manifiesto
toria oficialista al estar integrada por jó- fiel a estos postulados sin embargo, ya intervencionismo del autor —en este
venes ocupas, parados y desarraigados que cuenta con el apoyo de varias pro- caso, los autores— expresado a través
de toda índole. Las imágenes vomita- ductoras en su financiación y distribu- del punto de vista (miradas a cámara y
das por las grabaciones de aficionados ción (Kendon Films Ltd. y Virgin Films narración omnisciente de McLaren); el
incorporan la observación de agentes principalmente). A pe-
sociales totalmente desinhibidos por sar de concebirse bajo La censura como reformatorio de lo políticamente incorrecto
la música que canalizan su frustración el auspicio de la indus-
e impotencia mediante el rito. El pogo tria cinematográfica,
se convierte en ritual, en la impulsiva e tanto los recortes en
irracional danza del punk «propulsada materia de producción
por el speed» (MANRIQUE, 2004: 156). como las meritorias
Imponiendo una analogía con la soluciones adoptadas,
música punk y la cultura del fanzine, emplazan la ópera
estas películas amateur ofrecen un re- prima del cineasta in-
gistro añadido en su análisis para Stacy glés como referente de
Thompson (2004: 47-48), quien las exa- ulteriores incursiones
mina como productos que no sólo con- del biopic musical en
llevan una mirada hacia el movimiento el cinematógrafo en lo
punk empatizando con su estética, sino que supone también
también como films que se autoimpo- una ruptura con la tra-
nen la filosofía do-it-yourself (hazlo tu dición que le precede.
mismo); trabajos que se llevan a cabo La adversidad que
siguiendo patrones y premisas que des- entrañó la falta de di-
ahogan la oficialidad e instrumentali- nero para costear ac-
zación del arte en diferentes ámbitos tores profesionales y

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montaje asociativo (elipsis de la quema La forma documental, o con mayor Notas


del disco de los Sex Pistols); el montaje precisión, el falso documental, constitu- * Las imágenes que ilustran este artículo han
de imágenes de archivo de diferente yen una fidedigna fórmula para ilustrar sido aportadas por el autor del texto; es su
origen para construir una linealidad un porción de la historia «desde la ex- responsabilidad el haber localizado y solici-
narrativa (Sex Pistols interpretando periencia» (THOMPSON, 2004: 4) tole- tado los derechos de reproducción al propie-
Anarchy in the UK); montaje por con- rando la presunción de subjetividad y tario del copyright (nota de la edición).
traste en el uso de las entrevistas para aceptando la multiplicidad de puntos
corroborar o negar ideas expuestas en de vista sobre un mismo fenómeno. El Bibliografía
el argumento; superposición de banda mockumentary o falso documental teje ATTFIELD, Sarah (2011). Punk Rock and the
sonora sobre declaraciones de algunos un compuesto discursivo que se estruc- Value of Auto-ethnographic Writing about
de los entrevistados (negar, ridiculizar tura con la intertextualidad y la hibrida- Music. Journal of Multidisciplinary Interna-
o parodiar el sentido o significados ori- ción de técnicas. Los clímax dramáticos tional Studies, Vol. 8, 1.
ginales)… Se trata de una intromisión se obtienen gracias a la confrontación, BENNETT, Andy (2001). Cultures of Popular
que Bill Nichols (1997: 78) describe al montaje paralelo por contraste, a la Music. Buckingham: Open University Press.
como modalidad interactiva, en cuyo cohabitación de situaciones e ideas con- BLAINE, Allan (1990). Musical Cinema, Music
espectro de propuestas se da la militan- trarias para vaciar de significado y so- Video, Music Television. Film Quarterly. Vol.
cia de «diversidad de perspectivas» que lemnidad la visión oficial de la historia 43, No. 3, 2-14.
obligan al espectador a repensar y com- (romper con la linealidad historicista). CHUA, Lawrence & TEMPLE, Julien (2000).
pletar el ciclo enunciativo, «forzándole No hay una sola verdad ni una sola his- Julien Temple. Bomb, 72, 42-47.
a dar su propia respuesta», a pesar del toria que narrar en The Filth and the MANRIQUE, Diego (2004). Las drogas en el
insistente anhelo de McLaren por con- Fury (Julien Temple, 2000). La colisión Punk británico. Suciedad, furia y velocidad.
taminar la historia con un mediatizado de conceptos y el choque de conflictos Cáñamo, Especial música y drogas, 152-156.
y tergiversado punto de vista. detonan nuevas lecturas sugiriendo MARCUS, Greil (1993). Rastros de carmín. Una
Formalmente The Great Rock ‘n’ Roll nuevos modelos de interpretación y historia secreta del siglo XX. Barcelona: Ana-
Swindle se alza como ejemplo para- reflexión desde nuevas ópticas con las grama.
digmático de la oposición al Modo de que filmar la realidad, en el caso con- NICHOLS, Bill (1997). La representación de la
Representación Institucional (concepto creto que nos ocupa, una realidad sub- realidad. Cuestiones y conceptos sobre el do-
con el que el crítico norteamericano cultural. cumental. Barcelona: Paidós Comunicación
Noël Burch describe la estandarización The Great Rock ‘n’ Roll Swindle, a Cine.
de un modo de hacer y ver el cine) que pesar de ostentar un sesgado enfoque, SAVAGE, Jon (1991). England´s Dreaming. Sex
se imparte desde Hollywood armoni- proyecta al punk como expresión cultu- Pistols and Punk Rock. London: Faber and
zando con los basamentos que caracte- ral e ideológica de minorías periféricas Faber Limited.
rizan al punk en todas sus manifesta- catapultando nuevos modos de hacer THOMPSON, Stacy (2004). Punk Cinema. Ci-
ciones. con otras formas de contar. En su eje- nema Journal, 43, 47-66.
En el marco de la postmodernidad, cución se destila una alquimia fílmica
con el do-it-yourself, se abren las com- cercana al ensayo, intervencionista
puertas a la creación y comercializa- pero próxima al hecho sociocultural, César Ustarroz (Aldeanueva de Ebro,
ción artística al margen de la industria dibujando una crónica con sus verda- La Rioja, 1978) es licenciado en His-
cultural (sellos y productoras indepen- deros protagonistas, individuos que se toria por la Universidad de Zaragoza,
y ha cursado el Máster en Innovación
dientes, autonomía productiva, distri- interpretan a sí mismos y que dan voz a Cinematográfica y Desarrollo de
bución alternativa, nuevos espacios de toda una generación de iguales.  Proyectos por la Universidad Inter-
representación,…). Así lo constata Ju- nacional Valenciana (VIU). También
lien Temple en un comentario realizado ha realizado estudios de dirección
cinematográfica en el Centro de Es-
para la revista Bomb (CHUA, 2000: 44), tudios Cinematográficos de Cataluña
extracto que condensa la relevancia y (CECC), de Antropología Social y Cul-
trascendencia generacional del punk: tural por la Universidad de Barcelona
«(sobre los Sex Pistols) […]. Y cambia- (UB) y de doctorado en Comunicación
Audiovisual y Periodismo por la Uni-
ron no solo mi vida, sino muchas de las versidad Autónoma de Barcelona. Ha
condiciones que dictan cómo trabajar colaborado en publicaciones como
y cómo hacerlo en el Reino Unido. Sin Salonkritik, L’Atalante. Revista de estu-
ellos, la industria cinematográfica bri- dios cinematográficos, Film i Historia,
Realtime Magazine y Efe Eme. En el
tánica, que ahora está principalmente 2010 Ediciones Libertarias (Madrid)
dirigida por gente joven, no habría sido publicó su libro Teoría del VJing, Rea-
igual». lización Audiovisual a Tiempo Real.

72 L’ ATALANTE JULIO-DICIEMBRE 2012

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